Miércoles 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )
Una interesante propuesta llega de la mano de Ricardo Halac, dramaturgo argentino, reconocido y de extensa trayectoria, con numerosas obras de teatro y guiones exitosos de televisión en su carrera, que con sus flamantes 80 años sigue escribiendo sobre hechos de nuestra historia, que algunos prefieren olvidar que los han vivido y otros por la edad, conocen, solo por crónicas periodísticas de aquellos años.
En este caso Barrera Baja, se sitúa temporalmente en la década del 90, época de apogeo del menemismo en la Argentina, habiendo transcurrido ya más de diez años, desde la caída de la dictadura. Con la democracia en marcha, el país había cambiado y algunos ideales también. Ya nadie hablaba de la lucha armada y algunos que estaban combatiendo de un lado de la trinchera, en esos años, se transformaban en empresarios y pasaban del otro lado, renegando de una época, que no reconocen como propia.
En unos de los tantos countrys, que aparecieron precisamente en esos años, como una manera de vivir aislado de los peligros del mundo exterior, viven la jóven Irina ( Tamara Liberatti ) con su madre ( Adriana Bernardotti ). Por lo que se vé, tienen una buena vida acomodada y lejos de las preocupaciones, aunque no queda claro cual es su modo de vida.
Una noche en que Irina, está estudiando para rendir un examen, que tiene al día siguiente, la tranquilidad y seguridad de esa casa en el country, se vé sacudida, por el ingreso de un hombre que aparenta ser un linyera, por su aspecto descuidado, ya que luce sucio y con sus ropas raídas. El espectador enseguida imagina que el extraño, va a agredir a la bella adolescente.
Pero las apariencias muchas veces engañan y la joven que se asustó mucho cuando vió entrar a aquel hombre, cuando lo miró bien, cambia totalmente su actitud, ya que le costaba reconocerlo, pero luego de unos segundos, no tiene dudas, que ese hombre andrajoso, es su padre, al que hacía tiempo no veía.
Enseguida sabremos el motivo, porque su padre irrumpió allí, su bella hija empezaría la semana que viene a trabajar en una empresa en Puerto Madero y eso es algo que no aprueba, ni tampoco que viva en ese country, Y como padre, aún ausente durante mucho tiempo, creer tener derecho a opinar sobre el futuro de Irina.
Lo último que contaremos aquí, es que ese padre fue un militante de Montoneros, con activa participación en los setenta, Y hasta aquí contaremos, para mantener el suspenso. El espectador cuando vea la obra descubrirá que queda de esa relación rota entre padre e hija, los motivos por los que se separó de su esposa y como digieren este presente, en el que algunas heridas del pasado, están lejos de cicatrizar.
La trama es fluida y tiene actuaciones para destacar. La revelación de la obra, en nuestra opinión es Tamara Liberati, que compone a una adolescente que se sabe atractiva y es consciente que su belleza, puede ser la llave para triunfar en la vida. Pero también se la nota confundida, por un pasado que no conoce, un futuro que no le cierra y una vida actual que pase a las apariencias, no la tiene feliz. Un papel muy complicado, que la joven actriz resuelve en gran forma Recordamos haberla elogiado a Tamara el año pasado al verla en Digan Whisky, una entrañable obra del off y aquí vuelve a destacarse mucho, en un papel mucho más comprometido. Si sigue por este camino, es una actriz, que tiene un gran futuro.
Ariel Leyra, es quien se lleva las mayores miradas, ya que es el gran protagonista de la historia. Se lo nota perturbado, ofuscado, sin lograr superar las frustraciones del pasado y sin poder soportar las traiciones y los cambios de este mundo actual que no le agrada para nada, ya que lo nota muy alejado de las ideas por las que militó. Gran trabajo el de Ariel, con mucha presencia escénica y destacables recursos para transitar los distintos estados emocionales, que requiere su personaje.
Adriana Bernardotti es una madre luchadora, que tuvo que adaptarse a las circunstancias para superar las dificultades y sacar adelante la crianza de su hija. Mucho sentimiento en la actuación de Adriana.
Cierra el elenco, Alejandro Holm, a quien vimos hace poco en este mismo Kairos, como protagonista de Ricos, aquí lo vemos, en un papel secundario, como vigilador del country y con un vínculo impensado con aquel hombre, que no vamos a adelantar.
Nos gustó la puesta Lizardo Laphitz, que le sacá muy buen provecho al libro de Halac. Hay un diseño escenográfico, muy bien resuelto, crédito aquí para Edgar Ocampo y Victor de Pilla, nos gustó el vestuario de Alicia Guma y hay un buen trabajo de iluminación de Caio Senicato.
Barrera Baja, es una buena propuesta, que realza como para algunas personas, las barreras bajaron, sin que hayan podido cerrar una etapa dura en la que tuvieron mucha acción y sin estar preparados para insertarse en un mundo actual, que les parece hostil a sus ideas.
Entendemos que siempre es saludable repasar épocas vividas, para tratar de no repetir viejos errores, pero también para buscar dar definitivamente vuelta la página y cerrar las heridas del pasado, que parecen no cerrar nunca.
En definitiva, una cita con la historia reciente del país, con buenas actuaciones y como cierre de la noche, valoramos mucho, el debate que se organiza al término de la la función, donde el autor, acompañados por los actores, reflexionarán junto al público, sobre la obra y entre todos, nos ilusionaremos, sin en algún momento, los argentinos dejaremos del lado las divisiones y tiraremos todos para el mismo lado.
Pensador Teatral.