Viernes 21 hs en Centro Cultural Ricardo Rojas ( Av. Corrientes 2038 )
Una historia muy atractiva, nos acerca Alfredo Staffolani, inspirada en un hecho real ocurrido en su propia familia en los años sesenta. Por eso no deberemos sorprendernos, que la función arranque con la proyección de un video, donde Luisa, la mismísima madre del director, relatará como encontró a un bebe abandonado, que resultó ser el hijo de una prostituta del barrio. Alberto era el nombre de ese niño, al que criaron como un hijo propio, como si fuero uno más de una familia numerosa, que tenía nueve hijos ya.
Hasta allí el hecho verídico, que Staffolani rescata del arcón de los recuerdos familiares y luego su decisión de fundirlo con un film italiano de Pier Paolo Pasolini, que tenía muchos puntos de coincidencia, con su historia familiar, nos referimos, a Mamma Roma escrita en 1962 y en la que una prostituta romana, lucharía por darle, un futuro provechoso a su hijo.
La fusión que consigue el autor es valiosa, ya que tomará los personajes del film de Pasolini y los situará en Florencio Varela, conurbano rural en esa época. Allí criaron a ese bebé, hasta que unos años después regresará Célica, su madre, reclamando a su hijo de sangre, para que fuera a vivir con ella al barrio de Constitución, a pocos minutos del Obelisco. El destino de Alberto, debía estar en la Capital y ella iba a hacer lo imposible, para que su hijo lo perdonará y pudiera tener las oportunidades que ella nunca tuvo.
La obra tiene una dramaturgia muy potente y nace en el marco de Proyecto Familia, ciclo curado por Maruja Bustamante, donde La Maldad del Mundo es un exponente muy destacado, ya que nos hablará de marginalidad, del lugar de nacimiento como determinante, ya que establecerá las oportunidades que tendremos en nuestra vida y lo difícil que puede ser reponerse a las carencias de una infancia compleja, donde todo se hace cuesta arriba.
El texto es fuerte y no dá tregua, enmarcado en un universo tanguero y arrabalero, donde la figura de la mujer en la sociedad luce postergada y sometida al dominio del hombre, en una sociedad machista a ultranza.
No vamos a contar más, preferimos que el espectador sea quien descubra esta original composición, que además de tener una dramaturgia muy bien elaborada, presentará actuaciones muy destacadas, que debemos mencionar.
A nuestro entender, la actuación más destacada de la noche, es la de Fabiana Falcón, ella es Célica, la la mujer que se fue deVarela, huyendo, al no poder soportar el casamiento del Negro, una especie de protector para ella, sin importar que en esa huida desesperada, debiera dejar a su hijo. Magnífica la labor de Fabiana, con gran presencia escénica y una interpretación, cargada de sentimiento, con mucho carisma.
En el mismo alto nivel, debemos mencionar a Diego Veggezi, que será Alberto, el niño abandonado y rescatado. Ingenuo y perdido en la vida, ya adolescente, deberá hacerse fuerte, para sobrevivir en una Capital, que no le hará la vida sencilla, debiendo luchar además con los fantasmas que lo acompañan. Diego, es un joven actor, muy talentoso, a quien vimos el año pasado en una actuación consagratoria en Juegos de Amor y Guerra en el Centro de la Cooperación y aquí volvemos a ver otra estupenda actuación de su parte, en un papel muy exigente.
Nos gustaron mucho, los otros dos papeles femeninos de la obra, Paula Staffolani como Pistorio, amiga de la vida de Célica, pero ella sigue viviendo y trabajando en Varela. Un personaje muy divertido, que aporta mucha frescura, el de Paula. Julia Gárriz es Bruna, madre soltera y luchadora que se las deberá ingeniar, para criar sola su hijo y será cotejada por Alberto. Se luce mucho Julia.
Alejo Mango, aporta su experiencia e histrionismo para una divertida composición, de un sacerdote con unos cuantos vicios. Completando el elenco, Fabio Petrucci como el Negro y Eric Siage, Lautaro Cuevas y Osqui Ferreiro, esos adolescentes críados en Constitución, que se aprovechan de la fragilidad de Alberto y le marcan territorio.
Nombramos a todos los integrantes de este numeroso elenco, porque La Maldad del Mundo, es una de esas obras, donde cada uno de los actores hace un aporte importante, para el conjunto de una pieza, donde todos tienen lugar para destacarse.
La puesta, sensible y poética, tiene varios elementos para destacar, arrancamos mencionando, que obra se presenta en la sala biblioteca del Rojas, con un espacio escénico amplio y profundo, que los actores aprovechan muy bien ( corriendo y bailando por ejemplo ) . La escenografía es despojada y se aprovechan las características de la sala, donde los estantes de madera y los tubos, proporcionan una atmósfera muy lograda, mostrando una vez más, como en el teatro independiente, es fundamental adaptarse a las posibilidades que se tienen, potenciando las mismas.
Otro punto a destacar, es la música en vivo que acompaña la trama, con Valentín Piñeyro y Santiago Rovito, musicalizando y dando sonoridad a una puesta ambientada en los sesenta, que tiene al tango muy presente. Importante el aporte de ambos.
En definitiva, nos fuimos muy satisfechos del Rojas, luego de ver esta original propuesta, que a partir de un hecho real y elementos de la ficción cinematográfica, nos ofrecerá un texto potente y despiadado a la vez, que nos mostrará cuantos espinas puede tener el camino de la vida, cuando los orígenes son humildes y el saber, cuanto habrá que sacrificarse, para poder superar casi siempre en soledad, los obstáculos que irán apareciendo, con un entorno, que en el mejor de los casos será indiferente y en oportunidades nos pondrá más difíciles las cosas.
Se está desarrollando con muy buen suceso, la segunda temporada de La Maldad del Mundo, con muy buena respuesta de crítica y de un público, que reconoce a estos personajes, que aunque estén ambientados, unas cuantas décadas atrás, reflejarán con precisión, la hostilidad y la crudeza de un mundo, que muchas veces, parece ensañarse con la gente más humilde.
Pensador Teatral.