Dramaturgia de Javier Naudeau y Dirección de Federico Buso.
Una Familia Feliz, es un texto actual que nos habla de un vínculo familiar deteriorado, en esta tragicomedia aggiornada a estos tiempos, que expone recurriendo al humor y a la exageración, situaciones que se reproducen en muchas familias disfuncionales.
En la trama que nos presentan, tendremos a Raquel, una madre soltera, que vive con Germán, su hijo adolescente. La relación entre ellos es extraña , ya que mientras el chico realiza las tareas de la casa, su madre se la pasa tomando whisky y mirando la televisión, dando importancia a noticias que pasan en los confines del mundo, pero sin interesarse en lo más mínimo, por los pensamientos y el día a día de su hijo.
Germán pese a no estar a gusto con la situación, tiene un amor incondicional por su madre, que es la única figura adulta que tiene como referencia ya que no sabe quien es su padre. Precisamente en la escuela, sufre el bullying de sus compañeros, que lo atormentan por ese motivo. Germán sufre mucho la situación, que lo averguenza y hará denodados esfuerzos, para que su madre, recuerde quien fue su padre, sin suerte. Risueña y de manera cruel, la madre le dice que con tantos hombres que pasaron por su cama, le resulta una misión casi imposible saber quien es su padre.
La situación en la casa empeorará, con la llegada de Daniel, una especie de noviecito de la madre, que al satisfacer los deseos sexuales de una Raquel demandante y en estado de excitación crónica, encontrará la forma de ingresar al hogar y ganar espacio. Se nota que es un chanta y un vividor, pero la madre no quiere o no puede darse cuenta de esto. Germán al principio, lo mira con recelo, pero de a poco, irá comprando la figura de Daniel, ya que la posibilidad de tener una figura paterna, es muy importante para el.
Las actuaciones que presenta la obra son destacadas, siendo para nosotros Heidi Fauth, como Raquel, la gran protagonista de la noche. Con una expresividad a flor de piel y una frescura que se mantiene a lo largo de toda la trama, siendo quien lleva el peso de la obra y componiendo su personaje en gran forma. A Heidi la elogiamos ya por anteriores trabajos, recordando en especial su gran interpretación en La Fragilidad del Cielo. Aquí en un papel, bien diferente, vuelve a mostrar su versatilidad, aportando su histrionismo y belleza, mostrando ser una actriz muy talentosa, que siempre rinde,
Muy convincente, resulta la labor de Diego López Dominguez, como Daniel, en el papel de buscavidas, cual encantador de serpientes, que no tendrá límites, con tal de ganarse la confianza de los miembros de ese hogar, siempre enfocado en lograr el mayor provecho económico posible. Rodrigo Paredes, con un participación acotada, cumple en buena forma, en el papel de Roberto, un personaje del que no vamos a adelantar demasiado, para no dar tantas pistas de la trama.
Para el final dejamos a Pedro Maurizi, como Germán, una verdadera revelación. Tiene un papel complejo y lo resuelve muy bien, a pesar de su juventud, tiene la presencia necesaria, para transmitir el abandono y la angustia, que le produce principalmente, la actitud distante de su madre.
La puesta de Federico Buso es efectiva, jugando mucho con el fraccionamiento de escenas, que le permite, avanzar en diferentes situaciones y adelantar los tiempos de la trama, Puntos a destacar, el diseño lumínico de Matías Sendón y en especial la escenografía de José Escobar y Alicia Leloutre, que representa con mucho realismo, el living de este hogar disfuncional.
En definitiva, tenemos una comedia dramática bien actual, que incluye las nuevas formas de comunicación que llegaron con la tecnología y exagerando en algunas caracterizaciones, pero delatando como, la desesperación, por encontrar una familia perfecta o que se parezca a ella, puede llevar a cometerse actos muy peligrosos. Por otro lado, el texto, pone en evidencia, como el egoísmo o pensar solo en satisfacer deseos frívolos, pueden llevarnos a dejar de lado, situaciones tan elementales, como conocer los verdaderos sentimientos de nuestros hijos o familiares cercanos..
Una vez más, Espacio Callejón nos permite conocer el texto de un joven autor, que nos presenta esta historia familiar, que con una una cobertura divertida, esconde un situación dramática que duele, porque sabemos, que se emparenta a la rutina habitual de muchos hogares, lo que nos invita a reflexionar, sobre una sociedad, que muchas veces prefiere, centrarse en las apariencias y no en la realidad.
Pensador Teatral.
sábado, 25 de mayo de 2019
viernes, 24 de mayo de 2019
Angel
Dramaturgia de Patricia Suárez. Dirección de Marcelo Moncarz.
Viernes 20 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )
La talentosa pluma de Patricia Suárez, una de las dramaturgas más prolíficas del teatro independiente, nos ofrece este bello texto, que nos hablará del vínculo de dos hermanos, del amor, de la locura y de la esperanza, de una manera tan profunda, que nos cuestionaremos, si en verdad es tan sencillo, determinar quien está cuerdo y puede juzgar al otro, diciendo que no lo es.
Santiago y Teo, los protagonistas de esta historia, no tuvieron una infancia sencilla, quedaron huérfanos cuando tenían cuatro y tres años respectivos, al perder a sus padres en un accidente ferroviario. Vivieron con una familia sustituta, pero siempre los acompañó, el recuerdo de la dolorosa pérdida de sus padres.
Luego de otro suceso trágico que atravesó sus vidas y que no vamos a adelantar, los dos hermanos debieron abandonar a las apuradas San Cristobal, su pueblito natal, para empezar una nueva vida en la ciudad, pueden hacerlo gracias a la ayuda económica que les brinda Patricia, la novia de Santiago, que ocupa un importante puesto ejecutivo, en un banco de origen chino.
El presente de los hermanos no es sencillo, Santiago trabaja duro en una jugueteria, para tener un ingreso que le permita mantener el hogar y a Teo, que es un ser muy espiritual y algo especial, ya que tiene problemas psiquiátricos, manifestados principalmente en un delirio místico. Pasa la mayor parte de sus horas, pintando cuadros de ángeles, que luego vende en una plaza.
No vamos a contar mucho más, preferimos que el espectador cuando vea la obra, descubra los recovecos de esta entrañable historia. Solo diremos que una noche, Teo recibirá la visita de un ángel, que aparece querer ayudarlo y dejarle un mensaje importante. Si la visita es real o producto de su imaginación y de que se trata el mensaje, lo podrán descubrir cuando vean la pieza.
El texto de Angel es profundo y pleno de sensibilidad, sabiendo como llegar al espectador, con la ayuda de una dirección precisa y con mucha poesía de Marcelo Moncarz y las excelentes actuaciones del joven elenco reunido.
Arranquemos por Nicolás Asprella. que realiza una composición fantástica de Teo. Su personaje irradia amor y ternura. Conmueve por su entrega, se muestra hiperkinético, siempre inquieto, verborrágico y con una energía bien arriba. Podríamos decir que Teo, es un loco lindo, con mucho amor por dar y una riqueza espiritual que se refleja en cada uno de sus actos. Estupenda la interpretación de Nicolás, realmente quedamos sorprendidos por la enorme valía de su trabajo.
Pero Nicolás no está solo en escena, Hernán Statuto es Santiago, que más que un hermano mayor, parece el padre de Teo. Busca dar contención y proteger a su hermano. Le compra los remedios y lo ayuda con el tratamiento psiquiátrico. Muy buena labor la de Hernán, con una templanza y una paciencia, que solo puede explicarse por el profundo amor que lo une a su hermano. Es muy bueno el contraste, su calma versus el desborde de Teo.
Verónica Litvin, como Patricia, juega un papel clave en la historia. Se muestra muy estresada, por un trabajo que le exige mucho y le deja poco tiempo para ella. Obligada a viajar mucho y desatender sus temas personales, no está contenta con la vida que lleva, donde no tiempo tiempo libre. Nos gustó mucho la actuación de Verónica, aportando frescura y momentos muy divertidos a la obra, en especial, en una escena muy desopilante con Teo.
Nos encontramos, con tres muy buenas actuaciones desde lo individual, que se potencian en el conjunto, gracias a una dirección muy lúcida, que sabe explotar las virtudes del elenco y lograr su compromiso absoluto, con la historia que se cuenta.
La puesta es cálida y muy atractiva, logrando mantener la atención del espectador en todo momento. Destacamos el diseño lumínico de Daniela Garcia Dorato y en especial la música en vivo de Alan Swiszcz, que acompaña en gran forma los diferentes momentos de la trama y enriquece mucho la puesta.
En definitiva, nos encontramos con una hermoso y emotivo relato, una historia de amor que moviliza y nos obliga a reflexionar acerca de los verdaderos valores de la vida. Quien está capacitado para determinar que alguien está loco ?? En verdad, podemos considerar como cuerda, a aquella persona, que no sabe disfrutar los momentos y vive una vida a pura vértigo, sin disfrutar casi nada. Ronda la idea, que en estos tiempos actuales, se impone el miedo de tener tiempo para pensar y darnos cuenta, que la vida pasa y no estamos encontrarnos el camino que nos hace felices. Por eso es mejor, correr y seguir la rutina, sin detenernos para tratar de encontrar el sentido, al camino que estamos recorriendo.
Estamos en presencia de una muy buena propuesta, que incluye un texto valioso, una dirección sensible y actuaciones magníficas, para redondear una historia que emociona, conmueve y nos invita a reflexionar y a mirar hacia nuestro interior. Nos gusto mucho Ángel y por eso la recomendamos especialmente.
Una satisfacción, ser testigos de la ovación, con la que el público despidió a los protagonistas al final de la función, en una colmada sala del Patio de Actores, para una pieza que viene agotando localidades desde su estreno, dando muestras que el boca a boca en el teatro independiente no falla y que entrañables obras como Ángel, siempre tendrán buena recepción, de parte de los espectadores, ávidos de buen teatro.
Pensador Teatral.
Viernes 20 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )
La talentosa pluma de Patricia Suárez, una de las dramaturgas más prolíficas del teatro independiente, nos ofrece este bello texto, que nos hablará del vínculo de dos hermanos, del amor, de la locura y de la esperanza, de una manera tan profunda, que nos cuestionaremos, si en verdad es tan sencillo, determinar quien está cuerdo y puede juzgar al otro, diciendo que no lo es.
Santiago y Teo, los protagonistas de esta historia, no tuvieron una infancia sencilla, quedaron huérfanos cuando tenían cuatro y tres años respectivos, al perder a sus padres en un accidente ferroviario. Vivieron con una familia sustituta, pero siempre los acompañó, el recuerdo de la dolorosa pérdida de sus padres.
Luego de otro suceso trágico que atravesó sus vidas y que no vamos a adelantar, los dos hermanos debieron abandonar a las apuradas San Cristobal, su pueblito natal, para empezar una nueva vida en la ciudad, pueden hacerlo gracias a la ayuda económica que les brinda Patricia, la novia de Santiago, que ocupa un importante puesto ejecutivo, en un banco de origen chino.
El presente de los hermanos no es sencillo, Santiago trabaja duro en una jugueteria, para tener un ingreso que le permita mantener el hogar y a Teo, que es un ser muy espiritual y algo especial, ya que tiene problemas psiquiátricos, manifestados principalmente en un delirio místico. Pasa la mayor parte de sus horas, pintando cuadros de ángeles, que luego vende en una plaza.
No vamos a contar mucho más, preferimos que el espectador cuando vea la obra, descubra los recovecos de esta entrañable historia. Solo diremos que una noche, Teo recibirá la visita de un ángel, que aparece querer ayudarlo y dejarle un mensaje importante. Si la visita es real o producto de su imaginación y de que se trata el mensaje, lo podrán descubrir cuando vean la pieza.
El texto de Angel es profundo y pleno de sensibilidad, sabiendo como llegar al espectador, con la ayuda de una dirección precisa y con mucha poesía de Marcelo Moncarz y las excelentes actuaciones del joven elenco reunido.
Arranquemos por Nicolás Asprella. que realiza una composición fantástica de Teo. Su personaje irradia amor y ternura. Conmueve por su entrega, se muestra hiperkinético, siempre inquieto, verborrágico y con una energía bien arriba. Podríamos decir que Teo, es un loco lindo, con mucho amor por dar y una riqueza espiritual que se refleja en cada uno de sus actos. Estupenda la interpretación de Nicolás, realmente quedamos sorprendidos por la enorme valía de su trabajo.
Pero Nicolás no está solo en escena, Hernán Statuto es Santiago, que más que un hermano mayor, parece el padre de Teo. Busca dar contención y proteger a su hermano. Le compra los remedios y lo ayuda con el tratamiento psiquiátrico. Muy buena labor la de Hernán, con una templanza y una paciencia, que solo puede explicarse por el profundo amor que lo une a su hermano. Es muy bueno el contraste, su calma versus el desborde de Teo.
Verónica Litvin, como Patricia, juega un papel clave en la historia. Se muestra muy estresada, por un trabajo que le exige mucho y le deja poco tiempo para ella. Obligada a viajar mucho y desatender sus temas personales, no está contenta con la vida que lleva, donde no tiempo tiempo libre. Nos gustó mucho la actuación de Verónica, aportando frescura y momentos muy divertidos a la obra, en especial, en una escena muy desopilante con Teo.
Nos encontramos, con tres muy buenas actuaciones desde lo individual, que se potencian en el conjunto, gracias a una dirección muy lúcida, que sabe explotar las virtudes del elenco y lograr su compromiso absoluto, con la historia que se cuenta.
La puesta es cálida y muy atractiva, logrando mantener la atención del espectador en todo momento. Destacamos el diseño lumínico de Daniela Garcia Dorato y en especial la música en vivo de Alan Swiszcz, que acompaña en gran forma los diferentes momentos de la trama y enriquece mucho la puesta.
En definitiva, nos encontramos con una hermoso y emotivo relato, una historia de amor que moviliza y nos obliga a reflexionar acerca de los verdaderos valores de la vida. Quien está capacitado para determinar que alguien está loco ?? En verdad, podemos considerar como cuerda, a aquella persona, que no sabe disfrutar los momentos y vive una vida a pura vértigo, sin disfrutar casi nada. Ronda la idea, que en estos tiempos actuales, se impone el miedo de tener tiempo para pensar y darnos cuenta, que la vida pasa y no estamos encontrarnos el camino que nos hace felices. Por eso es mejor, correr y seguir la rutina, sin detenernos para tratar de encontrar el sentido, al camino que estamos recorriendo.
Estamos en presencia de una muy buena propuesta, que incluye un texto valioso, una dirección sensible y actuaciones magníficas, para redondear una historia que emociona, conmueve y nos invita a reflexionar y a mirar hacia nuestro interior. Nos gusto mucho Ángel y por eso la recomendamos especialmente.
Una satisfacción, ser testigos de la ovación, con la que el público despidió a los protagonistas al final de la función, en una colmada sala del Patio de Actores, para una pieza que viene agotando localidades desde su estreno, dando muestras que el boca a boca en el teatro independiente no falla y que entrañables obras como Ángel, siempre tendrán buena recepción, de parte de los espectadores, ávidos de buen teatro.
Pensador Teatral.
lunes, 20 de mayo de 2019
El Vestido de Oro
Idea de Muriel Mahdjoubian Rébori. Dramaturgia de Ana María Boerr . Dirección de Marcelo Zitelli.
Lunes 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )
Basada en hechos reales, llega El Vestido de Oro, una pieza que a través un de una bella historia de amor, resalta la identidad y las tradiciones del pueblo armenio y de muchos inmigrantes de esa comunidad que llegaron a Argentina, huyendo del genocidio turco.
La obra nace de la idea de Muriel Mahdjoubian, jóven actriz y bailarina de orígen armenio, que a partir del recuerdo de su abuela Margarita Sarchejian, que escapó de Estambul, huyendo del genocidio, al que eran sometidos los armenios, llegó a la Argentina, para iniciar una nueva vida, como hicieron muchos inmigrantes, dejando atrás el horror y la muerte, para intentar empezar de nuevo.
Remitiendo al título de la obra, contemos que Margarita bajó del barco Antonio Delfino en el Puerto de Buenos Aires, con su vestido forrado de monedas de oro, que seguramente algún familiar le había cosido, imaginando una situación de emergencia y el exilio obligado.
Siempre que podemos y tenemos el dato, nos gusta contar los orígenes de las obras y en este caso, creemos, suma mucho valor hacerlo, ya que a partir de esta historia familiar y real, Ana María Boerr logró plasmar este entrañable texto, que ahora podemos ver en El Método Kairos.
La obra se desarrolla en la cocina de un restaurante armenio, que tiene la familia de Mariam, una joven y atractiva mujer, que trabajando allí, se enamora de Ale, el cocinero Ale, inmigrante del Levante mediterráneo como sus antepasados y con un acento que revela su origen. Entre sabores y olores de la gastronomía armenia, nacerá el romance y se consumará el amor entre estos jóvenes.
Esta historia, que podría ser similar a la de cualquier otra pareja, sufrirá un vuelco de 180 grados, cuando la joven descubrirá con pavor, que Ale en realidad se llama Alí y su origen es turco y no armenio como todos pensaban. La noticia causa un verdadero terremoto en el restaurante y en la familia de Mariam, ya que para quien lo desconoce comentamos que la comunidad armenia, no tiene ninguna simpatía por nada turco.
El motivo de esta enemistad histórica, tiene su origen en el genocidio armenio a manos del Imperio Otomano. Un plan sistemático que tuvo como objetivo el exterminio del pueblo armenio y que se cobró más de 1.500.000 vidas. Del exterminio se cumplieron ya 100 años, pero las heridas aún están lejos de cicatrizar, ya que desde esa época hasta la actualidad, ningún gobierno de Turquia, reconoció el genocidio y prefirieron sostener la teoría, que se trató de una guerra civil, originada por los lazos existentes entre los armenios y los rusos, tratando de justifica de esta manera, lo injustificable, como fueron los crímenes de lesa humanidad cometidos.
Volviendo a la obra, el descubrimiento de que hay un cocinero turco en un restaurante armenio, es algo inaceptable para todos. Es unánime que esa incipiente relación, no puede continuar de ninguna manera. Para complicar la situación, llegarán al país procedentes de Turquia, los padres de Alí, que están huyendo de la persecución que sufren del actual régimen turco.
Se dará entonces un debate interesante y acalorado, entre viejos y nuevos inmigrantes, cada uno con sus creencias y sus posturas, llevando sobre sus espaldas diferencias que parecen irreconciliables y se mantienen a lo largo de los años . Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán si el amor finalmente prevalecerá o serán más fuertes los mandatos históricos y de sangre, que piden poner fin a una relación, que parece ser inviable y por momentos recuerda las disputas entre Montescos y Capuletos.
El texto es rico y preciso en las referencias históricas, pero además sostiene además en las muy buenas actuaciones que presenta la obra. La interpretación más destacada es la de Muriel Mahdjoubian, que además de ser la mentora de este proyecto, es la gran protagonista de la historia. Aportado su belleza y frescura, con indudable presencia escénica, nos ofrece una actuación plena de sensibilidad y muy fuerte desde lo emocional, con algunos momentos casi mágicos, como cuando nos regala unos bellisimos pasos de danza armenia. Magnífico trabajo de Muriel, a quien el año pasado habíamos elogiado por su actuación en Amanda y Eduardo, una entrañable obra del off y en esta oportunidad, ya en un rol protagónico, la vemos lucirse y disfrutar actuando, en una pieza, tan cara a sus sentimientos.
Hay también un gran trabajo de Fernando Arsenian, como Alí. Es quién tendrá la difícil misión de luchar contra los rencores y las heridas del pasado, que aún perduran. Mostrará siempre un ánimo conciliador y mostrar que nada tiene que ver con aquel enfrentamiento.
Mirtha Oliveri y Roberto Franco, serán los padres armenios de Mariam y también los padres turcos de Alí, en un juego escénico, muy bien ideado por el director y excelentemente ejecutado por Mirtha y Roberto, que resuelven en gran forma el desafío actoral que tienen y los obligará a cambiar de personajes varias veces, siendo necesaria mucha repentización para lograrlo.
Por último mencionamos a Teresa Suárez, como Yeva, no vamos a adelantar mucho de su personaje, que lleva el dolor en la mirada.. Solo diremos que es un testimonio vivo, del horror del pasado. Gran composición de Teresa.
Entendemos que hubo una muy buena elección del elenco y un compromiso muy grande de todos con la historia, algo que contribuye para dotar de credibilidad y sentimiento a un texto muy sentido.
La puesta es realmente atractiva, la escenografía de Sabrina Hovhannessian se destaca muchísimo, replicando un restaurante armenio, lleno de detalles, la misma Sabrina tiene a su cargo el vestuario, que tiene mucha importancia para la construcción de los distintos personajes. También resaltamos el potente diseño sonoro y musical que tiene la pieza, acompañando muy bien la trama.
En definitiva, estamos en presencia de una obra cargada de sentimiento y emociones, que además de enseñarnos mucho sobre cultura armenia, sus tradiciones y gastronomía, por sobre todas las cosas, nos dará una excelente semblanza de su identidad como pueblo y del dolor sufrido, que se incrementa al no ser reconocido por el victimario.
Además es interesante la mirada, que se hace desde el lado de la inmigración y como muchas veces el argentino, que es tan generoso para recibir al inmigrante, tiene confusiones o simplificaciones, por las que llama chino a todo aquel que viene del Lejano Oriente o turco al que llegó del Levante, sin tener en cuenta cuestiones históricas y culturales, que diferencian claramente a esos pueblos.
Celebramos entonces, la presencia de El Vestido de Oro en nuestro teatro independiente, que se presenta a sala llena en el Kairos. Aprenderemos muchas cosas, de una comunidad tan querida para los argentinos, como la armenia y además nos invitará a reflexionar, sobre las nefastas consecuencias que pueden causar, no querer reconocer una verdad histórica, ya que lo único que se consigue con esto, es agravar las heridas del pasado y obstaculizar una reconciliación, que desde lo humano y en épocas, que el mundo reclama paz, entendemos es muy necesaria.
Pensador Teatral.
Lunes 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )
Basada en hechos reales, llega El Vestido de Oro, una pieza que a través un de una bella historia de amor, resalta la identidad y las tradiciones del pueblo armenio y de muchos inmigrantes de esa comunidad que llegaron a Argentina, huyendo del genocidio turco.
La obra nace de la idea de Muriel Mahdjoubian, jóven actriz y bailarina de orígen armenio, que a partir del recuerdo de su abuela Margarita Sarchejian, que escapó de Estambul, huyendo del genocidio, al que eran sometidos los armenios, llegó a la Argentina, para iniciar una nueva vida, como hicieron muchos inmigrantes, dejando atrás el horror y la muerte, para intentar empezar de nuevo.
Remitiendo al título de la obra, contemos que Margarita bajó del barco Antonio Delfino en el Puerto de Buenos Aires, con su vestido forrado de monedas de oro, que seguramente algún familiar le había cosido, imaginando una situación de emergencia y el exilio obligado.
Siempre que podemos y tenemos el dato, nos gusta contar los orígenes de las obras y en este caso, creemos, suma mucho valor hacerlo, ya que a partir de esta historia familiar y real, Ana María Boerr logró plasmar este entrañable texto, que ahora podemos ver en El Método Kairos.
La obra se desarrolla en la cocina de un restaurante armenio, que tiene la familia de Mariam, una joven y atractiva mujer, que trabajando allí, se enamora de Ale, el cocinero Ale, inmigrante del Levante mediterráneo como sus antepasados y con un acento que revela su origen. Entre sabores y olores de la gastronomía armenia, nacerá el romance y se consumará el amor entre estos jóvenes.
Esta historia, que podría ser similar a la de cualquier otra pareja, sufrirá un vuelco de 180 grados, cuando la joven descubrirá con pavor, que Ale en realidad se llama Alí y su origen es turco y no armenio como todos pensaban. La noticia causa un verdadero terremoto en el restaurante y en la familia de Mariam, ya que para quien lo desconoce comentamos que la comunidad armenia, no tiene ninguna simpatía por nada turco.
El motivo de esta enemistad histórica, tiene su origen en el genocidio armenio a manos del Imperio Otomano. Un plan sistemático que tuvo como objetivo el exterminio del pueblo armenio y que se cobró más de 1.500.000 vidas. Del exterminio se cumplieron ya 100 años, pero las heridas aún están lejos de cicatrizar, ya que desde esa época hasta la actualidad, ningún gobierno de Turquia, reconoció el genocidio y prefirieron sostener la teoría, que se trató de una guerra civil, originada por los lazos existentes entre los armenios y los rusos, tratando de justifica de esta manera, lo injustificable, como fueron los crímenes de lesa humanidad cometidos.
Volviendo a la obra, el descubrimiento de que hay un cocinero turco en un restaurante armenio, es algo inaceptable para todos. Es unánime que esa incipiente relación, no puede continuar de ninguna manera. Para complicar la situación, llegarán al país procedentes de Turquia, los padres de Alí, que están huyendo de la persecución que sufren del actual régimen turco.
Se dará entonces un debate interesante y acalorado, entre viejos y nuevos inmigrantes, cada uno con sus creencias y sus posturas, llevando sobre sus espaldas diferencias que parecen irreconciliables y se mantienen a lo largo de los años . Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán si el amor finalmente prevalecerá o serán más fuertes los mandatos históricos y de sangre, que piden poner fin a una relación, que parece ser inviable y por momentos recuerda las disputas entre Montescos y Capuletos.
El texto es rico y preciso en las referencias históricas, pero además sostiene además en las muy buenas actuaciones que presenta la obra. La interpretación más destacada es la de Muriel Mahdjoubian, que además de ser la mentora de este proyecto, es la gran protagonista de la historia. Aportado su belleza y frescura, con indudable presencia escénica, nos ofrece una actuación plena de sensibilidad y muy fuerte desde lo emocional, con algunos momentos casi mágicos, como cuando nos regala unos bellisimos pasos de danza armenia. Magnífico trabajo de Muriel, a quien el año pasado habíamos elogiado por su actuación en Amanda y Eduardo, una entrañable obra del off y en esta oportunidad, ya en un rol protagónico, la vemos lucirse y disfrutar actuando, en una pieza, tan cara a sus sentimientos.
Hay también un gran trabajo de Fernando Arsenian, como Alí. Es quién tendrá la difícil misión de luchar contra los rencores y las heridas del pasado, que aún perduran. Mostrará siempre un ánimo conciliador y mostrar que nada tiene que ver con aquel enfrentamiento.
Mirtha Oliveri y Roberto Franco, serán los padres armenios de Mariam y también los padres turcos de Alí, en un juego escénico, muy bien ideado por el director y excelentemente ejecutado por Mirtha y Roberto, que resuelven en gran forma el desafío actoral que tienen y los obligará a cambiar de personajes varias veces, siendo necesaria mucha repentización para lograrlo.
Por último mencionamos a Teresa Suárez, como Yeva, no vamos a adelantar mucho de su personaje, que lleva el dolor en la mirada.. Solo diremos que es un testimonio vivo, del horror del pasado. Gran composición de Teresa.
Entendemos que hubo una muy buena elección del elenco y un compromiso muy grande de todos con la historia, algo que contribuye para dotar de credibilidad y sentimiento a un texto muy sentido.
La puesta es realmente atractiva, la escenografía de Sabrina Hovhannessian se destaca muchísimo, replicando un restaurante armenio, lleno de detalles, la misma Sabrina tiene a su cargo el vestuario, que tiene mucha importancia para la construcción de los distintos personajes. También resaltamos el potente diseño sonoro y musical que tiene la pieza, acompañando muy bien la trama.
En definitiva, estamos en presencia de una obra cargada de sentimiento y emociones, que además de enseñarnos mucho sobre cultura armenia, sus tradiciones y gastronomía, por sobre todas las cosas, nos dará una excelente semblanza de su identidad como pueblo y del dolor sufrido, que se incrementa al no ser reconocido por el victimario.
Además es interesante la mirada, que se hace desde el lado de la inmigración y como muchas veces el argentino, que es tan generoso para recibir al inmigrante, tiene confusiones o simplificaciones, por las que llama chino a todo aquel que viene del Lejano Oriente o turco al que llegó del Levante, sin tener en cuenta cuestiones históricas y culturales, que diferencian claramente a esos pueblos.
Celebramos entonces, la presencia de El Vestido de Oro en nuestro teatro independiente, que se presenta a sala llena en el Kairos. Aprenderemos muchas cosas, de una comunidad tan querida para los argentinos, como la armenia y además nos invitará a reflexionar, sobre las nefastas consecuencias que pueden causar, no querer reconocer una verdad histórica, ya que lo único que se consigue con esto, es agravar las heridas del pasado y obstaculizar una reconciliación, que desde lo humano y en épocas, que el mundo reclama paz, entendemos es muy necesaria.
Pensador Teatral.
sábado, 18 de mayo de 2019
La Reina de la Belleza.
Dramaturgia de Martín Mc Donagh y Dirección de Oscar Barney Finn.
Viernes y Sábados 20 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Opera prima del dramaturgo angloirolandés Martin Mc Donagh, reconocido en estos tiempos, por sus piezas teatrales y también por su exitosa carrera cinematográfica, obteniendo numerosos reconocimientos, entre ellos, nominaciones al Oscar, Globos de Oro y Premios Tony, por mencionar solo algunos de los galardones recibidos..
Con un estilo particular, por el cual le imprime un estilo cinematográfico a muchas de sus piezas teatrales, se caracteriza por presentar textos violentos y brutales. Sus piezas recorrieron el mundo, por ejemplo, La Reina de la Belleza, escrita en 1996, fue traducida a 29 idiomas y se ha representado en 39 países.
El prestigioso director Oscar Barney Finn, de raíces irlandesas, se interesó por esta obra de Mc Donagh y la trajo al país en 1999, en una recordada versión que contó con un notable elenco conformado por Leonor Manso, Aída Luz, Alejandra Awada y un novel Pablo Rago, en una producción encabezada por Carlos Rotemberg.
Casi veinte años después, Oscar decide retomar el texto, tomando distancia y con una madurez que le permite tener una perspectiva diferente, descubriendo aristas diferentes a un guión tan duro, como rico en matices.
Luego de esta introducción, que seguramente sirve para dimensionar la importancia que tiene esta nueva versión de la obra, digamos ya que la historia nos traslada al condado irlandés de Galway, más precisamente al pequeño pueblo de Leenane, allí en un casa en una colina y alejado de todos, viven una madre anciana ( Madge ) y su hija adulta ( Maureen ).
La historia que nos convocará, se centrará en la turbulenta relación entre madre e hija. Maureen ha dedicado veinte años de su vida al cuidado de su madre. El vínculo entre ellas es perverso, en el ambiente de esa casa, reina la crueldad y el desamor, Por un lado tenemos una madre egoísta y manipuladora, que lo único que quiere, es tener esclavizada a su hija, para que la sirva. Y la hija , no para de acumular rencores y odios contra su madre. No tiene duda, que es la gran responsable, de que ella no haya podido tener una vida normal, como cualquier mujer.
El ambiente que se respira en aquel hogar recóndito, es de violencia extrema, verbal y también física, en un vínculo virulento y absolutamente tóxico. La tragedia se intuye puede golpear la puerta en cualquier momento, ya que la intolerancia entre las dos mujeres, por momentos se hace insostenible.
La rutina diaria de maltratos y tedio, se sacudirá con la vuelta al pueblo de Pato Dooley, un antiguo pretendiente de Maureen. Pato de adolescente consideraba a Maureen, como la más bella del pueblo de Leenane. Han pasado muchos años, pero la atracción entre ambos se mantiene y esto pone en alerta a Madge, que de ninguna manera puede aceptar que su hija, siquiera imagine una vida lejos de ella.
Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán hasta donde estarán dispuestas a llegar estas despiadadas mujeres, con tal de lograr su cometido, ya que los intereses son contrapuestos y la crueldad entra estas mujeres parece no tener límites.
Este drama profundo, requiere muy buenos intérpretes y creemos que este es uno de los puntos fuertes de la pieza, ya que se ha reunido un elenco importante, que además, se muestra absolutamente comprometido con la historia.
El director eligió para el papel de la madre, a una actriz extraordinaria, con la que ya trabajo anteriormente, nos referimos a Marta Lubos, ganadora del Premio ACE y Maria Guerrero, por la obra El Diccionario, dirigida por el propio Barney Finn, que vimos el año pasado en El TInglado.
La composición de Lubos es fantástica, se adueña de manera admirable de la escena, con una presencia impactante. Un lujo poder verla en acción y disfrutar de una interpretación, que sin dudas está llamada, una vez más, a llevarse varios premios.
Con una labor tan destacada como la de Marta, cuesta imaginar que alguien pueda equipararla, pero es allí donde aparece, Cecilia Chiarandini, que con una entrega absoluta y una actuación superlativa, logra sacarse chispas con su madre, en un duelo actoral que merece verse. La rompe literalmente Cecilia. Cuando vean la obra, les aseguramos van a coincidir con nuestras palabras y comprobarán que los elogios para su composición, son más que justos.
Los papeles masculinos, con menos tiempo en escena, realizan un aporte importante. Pablo Mariuzzi, es un Pato sensible, que será testigo de la guerra que se libraba en aquella casa y quedará algo conmovido. Destacamos un monólogo, donde se luce mucho.
Sebastián Dartayete, el hermano menor de Pato, es un Ray rebelde, que no encaja en ese pueblo anticuado y perdido en el mapa, aportando frescura y momentos de humor, que sirven, para descomprimir, una obra muy dura.
La puesta de Oscar Barney Finn, es muy lograda, generando un atmósfera asfixiante y cargada de tensión, que consigue perturbar al espectador. Destacamos el diseño escenográfico de Eduardo Spindola recreando la fría casa familiar, la música de Sergio Klafner y un diseño de luces de Claudio del Bianco, que crea climas acordes con la trama.
No hay mucho más para agregar, estamos en presencia de un texto premiado y representado en todo el mundo, que en esta adaptación, hace referencia a las rivalidades entre los ingleses, irlandeses, mencionando el tema de la inmigración, sin perder de vista, que el conflicto central de esta historia es la conflictiva y violenta relación que mantienen una madre y una hija, donde el amor hace muchos años, está ausente.
Recomendamos La Reina de la Belleza, un texto sórdido y descarnado, que además de hacernos reflexionar sobre temas como la vejez y el vínculo filial, nos permitirá disfrutar de un notable duelo actoral, con interpretaciones soberbias.
El aplauso emocionado y sostenido, con que los espectadores despiden a los protagonistas al final de la función, dejan claro, que hemos sido partícipes de una noche donde el teatro independiente, una vez más, se ha vestido con sus mejores ropas.
Pensador Teatral.
Viernes y Sábados 20 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Opera prima del dramaturgo angloirolandés Martin Mc Donagh, reconocido en estos tiempos, por sus piezas teatrales y también por su exitosa carrera cinematográfica, obteniendo numerosos reconocimientos, entre ellos, nominaciones al Oscar, Globos de Oro y Premios Tony, por mencionar solo algunos de los galardones recibidos..
Con un estilo particular, por el cual le imprime un estilo cinematográfico a muchas de sus piezas teatrales, se caracteriza por presentar textos violentos y brutales. Sus piezas recorrieron el mundo, por ejemplo, La Reina de la Belleza, escrita en 1996, fue traducida a 29 idiomas y se ha representado en 39 países.
El prestigioso director Oscar Barney Finn, de raíces irlandesas, se interesó por esta obra de Mc Donagh y la trajo al país en 1999, en una recordada versión que contó con un notable elenco conformado por Leonor Manso, Aída Luz, Alejandra Awada y un novel Pablo Rago, en una producción encabezada por Carlos Rotemberg.
Casi veinte años después, Oscar decide retomar el texto, tomando distancia y con una madurez que le permite tener una perspectiva diferente, descubriendo aristas diferentes a un guión tan duro, como rico en matices.
Luego de esta introducción, que seguramente sirve para dimensionar la importancia que tiene esta nueva versión de la obra, digamos ya que la historia nos traslada al condado irlandés de Galway, más precisamente al pequeño pueblo de Leenane, allí en un casa en una colina y alejado de todos, viven una madre anciana ( Madge ) y su hija adulta ( Maureen ).
La historia que nos convocará, se centrará en la turbulenta relación entre madre e hija. Maureen ha dedicado veinte años de su vida al cuidado de su madre. El vínculo entre ellas es perverso, en el ambiente de esa casa, reina la crueldad y el desamor, Por un lado tenemos una madre egoísta y manipuladora, que lo único que quiere, es tener esclavizada a su hija, para que la sirva. Y la hija , no para de acumular rencores y odios contra su madre. No tiene duda, que es la gran responsable, de que ella no haya podido tener una vida normal, como cualquier mujer.
El ambiente que se respira en aquel hogar recóndito, es de violencia extrema, verbal y también física, en un vínculo virulento y absolutamente tóxico. La tragedia se intuye puede golpear la puerta en cualquier momento, ya que la intolerancia entre las dos mujeres, por momentos se hace insostenible.
La rutina diaria de maltratos y tedio, se sacudirá con la vuelta al pueblo de Pato Dooley, un antiguo pretendiente de Maureen. Pato de adolescente consideraba a Maureen, como la más bella del pueblo de Leenane. Han pasado muchos años, pero la atracción entre ambos se mantiene y esto pone en alerta a Madge, que de ninguna manera puede aceptar que su hija, siquiera imagine una vida lejos de ella.
Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán hasta donde estarán dispuestas a llegar estas despiadadas mujeres, con tal de lograr su cometido, ya que los intereses son contrapuestos y la crueldad entra estas mujeres parece no tener límites.
Este drama profundo, requiere muy buenos intérpretes y creemos que este es uno de los puntos fuertes de la pieza, ya que se ha reunido un elenco importante, que además, se muestra absolutamente comprometido con la historia.
El director eligió para el papel de la madre, a una actriz extraordinaria, con la que ya trabajo anteriormente, nos referimos a Marta Lubos, ganadora del Premio ACE y Maria Guerrero, por la obra El Diccionario, dirigida por el propio Barney Finn, que vimos el año pasado en El TInglado.
La composición de Lubos es fantástica, se adueña de manera admirable de la escena, con una presencia impactante. Un lujo poder verla en acción y disfrutar de una interpretación, que sin dudas está llamada, una vez más, a llevarse varios premios.
Con una labor tan destacada como la de Marta, cuesta imaginar que alguien pueda equipararla, pero es allí donde aparece, Cecilia Chiarandini, que con una entrega absoluta y una actuación superlativa, logra sacarse chispas con su madre, en un duelo actoral que merece verse. La rompe literalmente Cecilia. Cuando vean la obra, les aseguramos van a coincidir con nuestras palabras y comprobarán que los elogios para su composición, son más que justos.
Los papeles masculinos, con menos tiempo en escena, realizan un aporte importante. Pablo Mariuzzi, es un Pato sensible, que será testigo de la guerra que se libraba en aquella casa y quedará algo conmovido. Destacamos un monólogo, donde se luce mucho.
Sebastián Dartayete, el hermano menor de Pato, es un Ray rebelde, que no encaja en ese pueblo anticuado y perdido en el mapa, aportando frescura y momentos de humor, que sirven, para descomprimir, una obra muy dura.
La puesta de Oscar Barney Finn, es muy lograda, generando un atmósfera asfixiante y cargada de tensión, que consigue perturbar al espectador. Destacamos el diseño escenográfico de Eduardo Spindola recreando la fría casa familiar, la música de Sergio Klafner y un diseño de luces de Claudio del Bianco, que crea climas acordes con la trama.
No hay mucho más para agregar, estamos en presencia de un texto premiado y representado en todo el mundo, que en esta adaptación, hace referencia a las rivalidades entre los ingleses, irlandeses, mencionando el tema de la inmigración, sin perder de vista, que el conflicto central de esta historia es la conflictiva y violenta relación que mantienen una madre y una hija, donde el amor hace muchos años, está ausente.
Recomendamos La Reina de la Belleza, un texto sórdido y descarnado, que además de hacernos reflexionar sobre temas como la vejez y el vínculo filial, nos permitirá disfrutar de un notable duelo actoral, con interpretaciones soberbias.
El aplauso emocionado y sostenido, con que los espectadores despiden a los protagonistas al final de la función, dejan claro, que hemos sido partícipes de una noche donde el teatro independiente, una vez más, se ha vestido con sus mejores ropas.
Pensador Teatral.
jueves, 16 de mayo de 2019
La Alimaña.
Jueves 20 hs en Multiescena CPM ( Av.Corrientes 1764 )
Dramaturgia de Patricia Suárez y Dirección de Ulises Puiggrós.
Medea la tragedia griega escrita por Eurípides, regresa al teatro independiente, en esta renovada versión de Patricia Suarez, que pone la lupa sobre la mirada de tres mujeres, que darán cuenta de su relación con el poder, el amor y acerca de lo implacable y devastador, que puede resultar el simple paso del tiempo.
La obra se estructura en los monólogos de tres mujeres, Medea, la esposa degradada de Jasón, la joven y bella princesa Creuza, hija del Rey Creón y la nodriza de Medea. Tres mujeres, de distintas generaciones, que si bien no interactúan en forma directa en la trama, en verdad, si lo hacen con sus textos, ya que sus monólogos, que inteligentemente se irán intercalando, se relacionan y siguiendo el hilo de los mismos, se irá configurando esta historia dramática y desgarradora.
No vamos a contar demasiado, solo diremos que Medea, la vieja hechicera, no soportará perder a su esposo en manos de esa joven insulsa e ingenua, que desde su punta de vista tan poca cosa resulta comparada con ella. Ciega de odio y con una inmensa sed de venganza, tendrá serias dificultades para controlar sus impulsos. Quien recuerda la tragedia griega de Eurípides, sabe que no exageramos cuando decimos que Medea, está enferma de saña y quien no lo recuerda, al ver la obra, entenderá cabalmente, porque la llaman la Alimaña,
El texto de Patricia, si bien toma como base los lineamientos de la leyenda griega, le imprime una impronta propia y femenina, que realza la historia, permitiendo hasta algún momento de humor, lo que la hace sumamente atractiva, creciendo mucho además, debido a las estupendasactuaciones que presenta la pieza, por parte de las tres mujeres que la protagonizan.
Eliana Migliarini, como Medea, es la protagonista central de la historia y nos regala una actuacíón soberbia, con una entrega física y actoral, que supera lo habitual. Logra transmitir en gran forma, el dolor y el odio que su personaje, lleva en las entrañas. La atormentan, los recuerdos de esa mujer irresistible que fue, sin aceptar el paso de del tiempo y mucho menos conformarse, con un presente gris, que la muestra postergada y olvidada, lejos de sus años de esplendor.. Excelente labor la de Eliana, con una presencia escénica imponente, que abruma por su realismo.
Silvia Petri, es la nodriza, también añora mejores momentos, aquellos en los que vivía su ama original, esa que le regalaba tantos pares de zapatos, que le quedaban tan bien. Con la señora actual, las cosas no son como eran entonces, en la casa no se respira un aire pacífico, por el contrario son tempestades las que recorren esos pasillos y ella con su valija repleta de zapatos a cuestas, tratará de aliviar el sufrimiento que se vive. Entrañable interpretación de Silvia.
Para el final, dejamos a Débora Longobardi, que encarna la joven y bella Creuza. No es sencilla su tarea, ya que debe actuar como contrapeso, de una Medea arrolladora, que se lleva todo por delante. Y realmente supera el desafío, siendo una princesa dulce y tierna, que pese a saber que fue llevada con Jason, para contraer un matrimonio por conveniencia, se permite ilusionarse, con la posibilidad de encontrar el amor verdadero y derrotar la envidia que genera. Nos encantó la composición de Débora, una de nuestras actrices preferidas del off, por su frescura, gestualidad y ese tono de voz particular, que la distingue. Nos alegra comprobar una vez más, su superación y ese crecimiento continuo, que la proyecta como una actriz, con un enorme futuro.
Sin dudas se reunió un trío de actrices muy talentosas y comprometidas con la historia, que gracias al respaldo de un director joven y sensible como Ulises Puiggrós, encuentran espacio fértil para el lucimiento individual, en monólogos muy bien estructurados y acertadamente intercalados.
La puesta que se propone es íntima y minimalista, con una escenografía despojada, siendo las mujeres y sus palabras, las que ocuparán el centro de las escena. Destacamos el diseño lumínico de Gonzalo Calcagno, colaborando a crear el clima intimista que pide el texto.
La Alimaña, se encuentra transitando su segunda temporada, algo muy meritorio y que debemos resaltar, ya que luego de una primera temporada de suceso en La Comedia, llega ahora a la Calle Corrientes, al renovado Multiescena, algo que demuestra, el crecimiento y recorrido de la obra, en gran medida, gracias al boca a boca, .
No hay mucho más para agregar, solo nos queda recomendar La Alimaña, una versión potente y rejuvenecida de Medea, donde la tragedia, se recrea desde los ojos y el sentir femenino. Confluyendo un texto intenso, una dirección sensible y en especial tres actuaciones magníficas, para redondear, esta notable y movilizadora propuesta, que el teatro independiente, tiene para ofrecernos.
Pensador Teatral.
Dramaturgia de Patricia Suárez y Dirección de Ulises Puiggrós.
Medea la tragedia griega escrita por Eurípides, regresa al teatro independiente, en esta renovada versión de Patricia Suarez, que pone la lupa sobre la mirada de tres mujeres, que darán cuenta de su relación con el poder, el amor y acerca de lo implacable y devastador, que puede resultar el simple paso del tiempo.
La obra se estructura en los monólogos de tres mujeres, Medea, la esposa degradada de Jasón, la joven y bella princesa Creuza, hija del Rey Creón y la nodriza de Medea. Tres mujeres, de distintas generaciones, que si bien no interactúan en forma directa en la trama, en verdad, si lo hacen con sus textos, ya que sus monólogos, que inteligentemente se irán intercalando, se relacionan y siguiendo el hilo de los mismos, se irá configurando esta historia dramática y desgarradora.
No vamos a contar demasiado, solo diremos que Medea, la vieja hechicera, no soportará perder a su esposo en manos de esa joven insulsa e ingenua, que desde su punta de vista tan poca cosa resulta comparada con ella. Ciega de odio y con una inmensa sed de venganza, tendrá serias dificultades para controlar sus impulsos. Quien recuerda la tragedia griega de Eurípides, sabe que no exageramos cuando decimos que Medea, está enferma de saña y quien no lo recuerda, al ver la obra, entenderá cabalmente, porque la llaman la Alimaña,
El texto de Patricia, si bien toma como base los lineamientos de la leyenda griega, le imprime una impronta propia y femenina, que realza la historia, permitiendo hasta algún momento de humor, lo que la hace sumamente atractiva, creciendo mucho además, debido a las estupendasactuaciones que presenta la pieza, por parte de las tres mujeres que la protagonizan.
Eliana Migliarini, como Medea, es la protagonista central de la historia y nos regala una actuacíón soberbia, con una entrega física y actoral, que supera lo habitual. Logra transmitir en gran forma, el dolor y el odio que su personaje, lleva en las entrañas. La atormentan, los recuerdos de esa mujer irresistible que fue, sin aceptar el paso de del tiempo y mucho menos conformarse, con un presente gris, que la muestra postergada y olvidada, lejos de sus años de esplendor.. Excelente labor la de Eliana, con una presencia escénica imponente, que abruma por su realismo.
Silvia Petri, es la nodriza, también añora mejores momentos, aquellos en los que vivía su ama original, esa que le regalaba tantos pares de zapatos, que le quedaban tan bien. Con la señora actual, las cosas no son como eran entonces, en la casa no se respira un aire pacífico, por el contrario son tempestades las que recorren esos pasillos y ella con su valija repleta de zapatos a cuestas, tratará de aliviar el sufrimiento que se vive. Entrañable interpretación de Silvia.
Para el final, dejamos a Débora Longobardi, que encarna la joven y bella Creuza. No es sencilla su tarea, ya que debe actuar como contrapeso, de una Medea arrolladora, que se lleva todo por delante. Y realmente supera el desafío, siendo una princesa dulce y tierna, que pese a saber que fue llevada con Jason, para contraer un matrimonio por conveniencia, se permite ilusionarse, con la posibilidad de encontrar el amor verdadero y derrotar la envidia que genera. Nos encantó la composición de Débora, una de nuestras actrices preferidas del off, por su frescura, gestualidad y ese tono de voz particular, que la distingue. Nos alegra comprobar una vez más, su superación y ese crecimiento continuo, que la proyecta como una actriz, con un enorme futuro.
Sin dudas se reunió un trío de actrices muy talentosas y comprometidas con la historia, que gracias al respaldo de un director joven y sensible como Ulises Puiggrós, encuentran espacio fértil para el lucimiento individual, en monólogos muy bien estructurados y acertadamente intercalados.
La puesta que se propone es íntima y minimalista, con una escenografía despojada, siendo las mujeres y sus palabras, las que ocuparán el centro de las escena. Destacamos el diseño lumínico de Gonzalo Calcagno, colaborando a crear el clima intimista que pide el texto.
La Alimaña, se encuentra transitando su segunda temporada, algo muy meritorio y que debemos resaltar, ya que luego de una primera temporada de suceso en La Comedia, llega ahora a la Calle Corrientes, al renovado Multiescena, algo que demuestra, el crecimiento y recorrido de la obra, en gran medida, gracias al boca a boca, .
No hay mucho más para agregar, solo nos queda recomendar La Alimaña, una versión potente y rejuvenecida de Medea, donde la tragedia, se recrea desde los ojos y el sentir femenino. Confluyendo un texto intenso, una dirección sensible y en especial tres actuaciones magníficas, para redondear, esta notable y movilizadora propuesta, que el teatro independiente, tiene para ofrecernos.
Pensador Teatral.
lunes, 13 de mayo de 2019
Rezar de Noche
Dramaturgia de Dario Bonheur y Dirección de Adriana Garibladi.
Lunes 21 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )
La pluma sensible de Dario Bonheur, nuevamente nos ofrece un texto de su autoría, que se compromete con problemáticas que muchas veces la sociedad prefiere esconder bajo la alfombra y no exponer, como al abuso infantil y la violencia física / psicológica que se ejerce sobre los niños, entre otros temas, que merecen tener visibilidad.
En esta oportunidad, Rezar de Noche, se centrará en un pueblo no precisado del interior, donde un grupo de tres amigos ya adultos, se reúnen para rememorar algunas situaciones de la infancia, cuando eran chicos e iban juntos a la escuela. Aparece el recuerdo del Gordo Lelé, que era el blanco de las burlas de todo el curso, se ríen recordando aquellas travesuras y como se divertían a costa de el, pero también recuerdan, aunque desearían no hacerlo, aquel fatídico día, en que un juego de niños, terminó en una tragedia, que modificó por siempre la vida del Gordo.
Aunque quieren quitarle dramatismo al tema, la culpa parece invadirlos, ya que ninguno de los tres pueden quitarse de la cabeza, las imágenes de ese desgraciado día. El pasado ya es historia, pero este presente que los tiene ya adultos, parece no lucir muy diferente, en cuanto a sus mentalidades.
Aparece en escena Margarita, ella también iba a la escuela con ellos y recuerdan se sentaba con el Gordo Lelé. No habrá sido ella la culpable de lo que pasó ?? La crueldad de la infancia, se transporta a la adultez y ahora es Margarita, el blanco de las burlas, del destrato y del bullyng.
Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán, hasta donde podrá llegar la maldad de estos adultos, que sin perder de vista, lo mal que se portaron cuando eran niños, no muestran intenciones de modificar su macabro comportamiento.
La puesta de Ana Garibaldi, es cruda y realista, ya que sin rodeos deja al descubierto una forma de actuar, que no debe naturalizarse. En este realismo que mencionamos, mucho tienen que ver las buenas actuaciones, que presenta la obra, de parte de un elenco joven y entusiasta.
El trío conformado por Víctor Salvatore, José Arrué y Alejandro Hener, encarna a los malos de la película, son los que ejercen el acoso y la violencia, siempre uniendo fuerzas, contra el más débil. Muy bueno el trabajo de los tres, mostrando gran compromiso actoral y físico, ya que la pieza, tiene mucho contacto corporal. En especial destacamos el trabajo de Victor Salvatore, el galán del grupo. Con gran presencia escénica, recordamos haber elogiado su trabajo hace poco tiempo en El Casamiento, una entrañable obra del off y aquí volvemos a verlo en una muy buena composición.
La víctima es Margarita, interpretada por Victoria Paez, con muy baja autoestima, y culposa, parece acostumbrada al maltrato que recibe. Una composición muy destacada la de Victoria, que se muestra frágil y vulnerable tal como pide su rol.
Elena Acuña, también se luce en su composición,simulando una amistad con Margarita, pero siendo en verdad egoísta y despiadada, con su supuesta amiga.
La puesta por momentos es asfixiante y perturbadora, la violencia que se ejerce sobra el más débil, resulta inquietante para el espectador, que reconoce como cercanas las situaciones que se recrean en escena.
La obra expone con mucho realismo, situaciones como el acoso escolar, la crueldad que pueden llegar a tener los niños, graficando como muchas veces, travesuras de la infancia pueden tener consecuencias graves y generar traumas que se mantienen fuertemente en la adultez.
Rezar de Noche nos ayuda a reflexionar, sobre situaciones de nuestra propia infancia y seguramente recordaremos algún hecho cercano de crueldad infantil, que tal vez en su momento elegimos minimizar. Como siempre ocurre en estos casos, celebramos cuando que el teatro, permite dar visibilidad a una prácticas lamentablemente extendidas, logrando crear conciencia e invitando a luchar por una sociedad mejor.
Pensador Teatral.
Lunes 21 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )
La pluma sensible de Dario Bonheur, nuevamente nos ofrece un texto de su autoría, que se compromete con problemáticas que muchas veces la sociedad prefiere esconder bajo la alfombra y no exponer, como al abuso infantil y la violencia física / psicológica que se ejerce sobre los niños, entre otros temas, que merecen tener visibilidad.
En esta oportunidad, Rezar de Noche, se centrará en un pueblo no precisado del interior, donde un grupo de tres amigos ya adultos, se reúnen para rememorar algunas situaciones de la infancia, cuando eran chicos e iban juntos a la escuela. Aparece el recuerdo del Gordo Lelé, que era el blanco de las burlas de todo el curso, se ríen recordando aquellas travesuras y como se divertían a costa de el, pero también recuerdan, aunque desearían no hacerlo, aquel fatídico día, en que un juego de niños, terminó en una tragedia, que modificó por siempre la vida del Gordo.
Aunque quieren quitarle dramatismo al tema, la culpa parece invadirlos, ya que ninguno de los tres pueden quitarse de la cabeza, las imágenes de ese desgraciado día. El pasado ya es historia, pero este presente que los tiene ya adultos, parece no lucir muy diferente, en cuanto a sus mentalidades.
Aparece en escena Margarita, ella también iba a la escuela con ellos y recuerdan se sentaba con el Gordo Lelé. No habrá sido ella la culpable de lo que pasó ?? La crueldad de la infancia, se transporta a la adultez y ahora es Margarita, el blanco de las burlas, del destrato y del bullyng.
Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán, hasta donde podrá llegar la maldad de estos adultos, que sin perder de vista, lo mal que se portaron cuando eran niños, no muestran intenciones de modificar su macabro comportamiento.
La puesta de Ana Garibaldi, es cruda y realista, ya que sin rodeos deja al descubierto una forma de actuar, que no debe naturalizarse. En este realismo que mencionamos, mucho tienen que ver las buenas actuaciones, que presenta la obra, de parte de un elenco joven y entusiasta.
El trío conformado por Víctor Salvatore, José Arrué y Alejandro Hener, encarna a los malos de la película, son los que ejercen el acoso y la violencia, siempre uniendo fuerzas, contra el más débil. Muy bueno el trabajo de los tres, mostrando gran compromiso actoral y físico, ya que la pieza, tiene mucho contacto corporal. En especial destacamos el trabajo de Victor Salvatore, el galán del grupo. Con gran presencia escénica, recordamos haber elogiado su trabajo hace poco tiempo en El Casamiento, una entrañable obra del off y aquí volvemos a verlo en una muy buena composición.
La víctima es Margarita, interpretada por Victoria Paez, con muy baja autoestima, y culposa, parece acostumbrada al maltrato que recibe. Una composición muy destacada la de Victoria, que se muestra frágil y vulnerable tal como pide su rol.
Elena Acuña, también se luce en su composición,simulando una amistad con Margarita, pero siendo en verdad egoísta y despiadada, con su supuesta amiga.
La puesta por momentos es asfixiante y perturbadora, la violencia que se ejerce sobra el más débil, resulta inquietante para el espectador, que reconoce como cercanas las situaciones que se recrean en escena.
La obra expone con mucho realismo, situaciones como el acoso escolar, la crueldad que pueden llegar a tener los niños, graficando como muchas veces, travesuras de la infancia pueden tener consecuencias graves y generar traumas que se mantienen fuertemente en la adultez.
Rezar de Noche nos ayuda a reflexionar, sobre situaciones de nuestra propia infancia y seguramente recordaremos algún hecho cercano de crueldad infantil, que tal vez en su momento elegimos minimizar. Como siempre ocurre en estos casos, celebramos cuando que el teatro, permite dar visibilidad a una prácticas lamentablemente extendidas, logrando crear conciencia e invitando a luchar por una sociedad mejor.
Pensador Teatral.
sábado, 11 de mayo de 2019
Entrañables.
Dramaturgia y Dirección de Gabriel Devoto.
Sábados 21 hs en La Tertulia ( Gallo 826 )
Stanley Oliver y Laurel Hardy, más conocidos como El Gordo y El Flaco, conformaron un famoso dúo cómico, que quedó grabado en la historia del cine primero y la televisión después , haciendo reír a chicos y grandes de distintas generaciones, que disfrutaron de sus torpezas y su payasesco humor.
Rodaron juntos entre 1921 y 1951, más de un centenar de filmes cómicos, entre cortos mudos, sonoros y largometrajes. Eran amigos en la ficción y también en la vida real, conformando una fuerza creativa, que vivían para hacer reír a los demás.
Stan y Olie, trascendieron su época, formando una pareja que cuenta con millones de admiradores en todo el planeta y ya forman parte de la historia del cine.
Celebramos entonces, la decisión de Gabriel Devoto, en traer a esta célebre dupla a nuestro querido teatro independiente. Este no es casualidad, ya que el año pasado, gentileza del mismo disfrutamos de Quimera de un Artista, que retrataba la vida de Charles Chaplin, un trabajo que recomendamos sobradamente.
Y el nuevo proyecto, le resultó muy bien, ya que creó un espectáculo para toda la familia, donde los adultos recordarán las andanzas de esta inefable pareja y los niños los descubrirán y se reirán de las torpezas de estos personajes, que divirtieron a sus padres.
La composición de personajes que hacen tanto Daniel Di Rubba como Oli y el mismo Gabriel Devoto como Stan, es fantástica. Sus gestos, los movimientos, sus voces y el magnífico vestuario, nos transportan con la imaginación a las épocas del blanco y negro, para que no tengamos dudas que esos que vemos en el escenario, son nada menos que El Gordo y El Flaco.
Debemos destacar la presencia escénica de ambos protagonistas, compenetrados en sus personajes y dando a los mismos, una gracia y una ternura, que además de recordarnos al famoso dúo cómico, reconfortan, ya que saben como llegar al corazón de los espectadores. Estupenda interpretación de ambos.
Sus actuaciones son muy bien apoyadas, por Leila Forte y Basia Fiedorowicz, que aportan elegancia y frescura en sus diferentes apariciones, al igual que Oscar Trussi, que pone su experiencia al servicio de la obra. Los tres son generosos, para contribuir al lucimiento de los grandes protagonistas de la noche y hacen un aporte importante, para enriquecer la puesta.
Hablando de la puesta, realmente es muy ingeniosa, ya que el director juega con la proyección de imágenes de viejas películas de los cómicos, en una pantalla gigante en el fondo, creando diferentes ambientes y sirviendo de introducción a escenas, que luego los protagonistas jugarán en el escenario, destacando un par de actos, como uno en que andan en auto y otro en que aparece una criatura que no vamos a relevar.
Es para resaltar, como con ingenio, se optimizan los limitados recursos con lo que cuenta el teatro independiente y se puede lograr una puesta tan atractiva como esta. Destacamos el sobresaliente vestuario de Nélida Bellomo, la buena iluminación Florencia Carbone y el destacado diseño multimedia de María Eugenia González Choque, con mucha importancia en esta obra.
Disfrutamos mucho de Entrañables, en un refugio como La Tertulia, que acostumbra siempre a ofrecer espectáculos de mucha calidad. Viajamos en el tiempo hacia nuestra infancia y nos reímos mucho, con el humor sano e ingenuo de esta célebre pareja cómica. El combo incluye, magníficas actuaciones y emociones al por mayor, en una noche entrañable de teatro, en sintonia con el título de la obra.
El aplauso emocionado y la alegría con la que los espectadores despiden a los protagonistas al término de la función, premian la magia del teatro, mediante, que nos permite darnos el gran lujo de disfrutar nada menos que de El Gordo y el Flaco, en pleno corazón del Abasto.
Pensador Teatral.
Sábados 21 hs en La Tertulia ( Gallo 826 )
Stanley Oliver y Laurel Hardy, más conocidos como El Gordo y El Flaco, conformaron un famoso dúo cómico, que quedó grabado en la historia del cine primero y la televisión después , haciendo reír a chicos y grandes de distintas generaciones, que disfrutaron de sus torpezas y su payasesco humor.
Rodaron juntos entre 1921 y 1951, más de un centenar de filmes cómicos, entre cortos mudos, sonoros y largometrajes. Eran amigos en la ficción y también en la vida real, conformando una fuerza creativa, que vivían para hacer reír a los demás.
Stan y Olie, trascendieron su época, formando una pareja que cuenta con millones de admiradores en todo el planeta y ya forman parte de la historia del cine.
Celebramos entonces, la decisión de Gabriel Devoto, en traer a esta célebre dupla a nuestro querido teatro independiente. Este no es casualidad, ya que el año pasado, gentileza del mismo disfrutamos de Quimera de un Artista, que retrataba la vida de Charles Chaplin, un trabajo que recomendamos sobradamente.
Y el nuevo proyecto, le resultó muy bien, ya que creó un espectáculo para toda la familia, donde los adultos recordarán las andanzas de esta inefable pareja y los niños los descubrirán y se reirán de las torpezas de estos personajes, que divirtieron a sus padres.
La composición de personajes que hacen tanto Daniel Di Rubba como Oli y el mismo Gabriel Devoto como Stan, es fantástica. Sus gestos, los movimientos, sus voces y el magnífico vestuario, nos transportan con la imaginación a las épocas del blanco y negro, para que no tengamos dudas que esos que vemos en el escenario, son nada menos que El Gordo y El Flaco.
Debemos destacar la presencia escénica de ambos protagonistas, compenetrados en sus personajes y dando a los mismos, una gracia y una ternura, que además de recordarnos al famoso dúo cómico, reconfortan, ya que saben como llegar al corazón de los espectadores. Estupenda interpretación de ambos.
Sus actuaciones son muy bien apoyadas, por Leila Forte y Basia Fiedorowicz, que aportan elegancia y frescura en sus diferentes apariciones, al igual que Oscar Trussi, que pone su experiencia al servicio de la obra. Los tres son generosos, para contribuir al lucimiento de los grandes protagonistas de la noche y hacen un aporte importante, para enriquecer la puesta.
Hablando de la puesta, realmente es muy ingeniosa, ya que el director juega con la proyección de imágenes de viejas películas de los cómicos, en una pantalla gigante en el fondo, creando diferentes ambientes y sirviendo de introducción a escenas, que luego los protagonistas jugarán en el escenario, destacando un par de actos, como uno en que andan en auto y otro en que aparece una criatura que no vamos a relevar.
Es para resaltar, como con ingenio, se optimizan los limitados recursos con lo que cuenta el teatro independiente y se puede lograr una puesta tan atractiva como esta. Destacamos el sobresaliente vestuario de Nélida Bellomo, la buena iluminación Florencia Carbone y el destacado diseño multimedia de María Eugenia González Choque, con mucha importancia en esta obra.
Disfrutamos mucho de Entrañables, en un refugio como La Tertulia, que acostumbra siempre a ofrecer espectáculos de mucha calidad. Viajamos en el tiempo hacia nuestra infancia y nos reímos mucho, con el humor sano e ingenuo de esta célebre pareja cómica. El combo incluye, magníficas actuaciones y emociones al por mayor, en una noche entrañable de teatro, en sintonia con el título de la obra.
El aplauso emocionado y la alegría con la que los espectadores despiden a los protagonistas al término de la función, premian la magia del teatro, mediante, que nos permite darnos el gran lujo de disfrutar nada menos que de El Gordo y el Flaco, en pleno corazón del Abasto.
Pensador Teatral.
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