Libro de Mario Schajris, Belén Wedeltoft y Ana Maugeri. Dirección de Mario Schajris.
Martes 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Una comedia dramática con aires lacanianos, llega a El Tinglado, haciendo foco en el tema de los deseos que todos tenemos y que muchas veces por distintas circunstancias de la vida, no podemos concretar y terminamos siguiendo un camino alternativo, que no es la opción que nos hubiera gustado elegir.
Las teorías del psicoanalista francés Jacques Lacan, señalan que muchas veces hacemos cosas que satisfacen a los otros y no a nosotros mismos. Además de dar el título a la obra, este será el disparador para esta comedia dramática, que para nada se queda en lo teórico y sabe bajar al llano, para mostrar como en una relación de pareja, aparecen permanentemente estas cuestiones, aunque no sepamos quien era Lacan.
La historia nos hablará del matrimonio formado por Roberto ( Ernesto Claudio ) y Silvia ( Gabriela Licht ). Pese a estar juntos hace muchos años, tienen maneras de ser casi apuestas y parecen tener pocos puntos de coincidencia. Roberto, es hijo de españoles, un hombre de barrio, sensible, familiero y apasionado por el fútbol. En cambio, Silvia, de familia judía, es psicoanalista, seguidora de Lacan y muy hábil para la dialéctica. Ese marcado contraste, provocará que las charlas e intercambios verbales que mantengan , sean tan divertidos, como picantes, especialmente por la lengua filosa de ella.
No queremos contar mucho más, para conservar la sorpresa, solo adelantaremos, que habrá una novedad que hará tambalear la rutina del hogar. La hija adolescente se irá de la casa y muy lejos, ya que acompañará a Francia, a su novio, que debe viajar a París, para radicarse allí, por una interesante oferta laboral.
La noticia conmueve el equilibrio hogareño y una decisión que parece menor, como resolver que destino se dará a la la habitación de la hija que ahora quedará desocupada, desencadenará una tormenta en un matrimonio, que evidentemente tenía muchas cuentas pendientes y que entiende es el momento adecuado, para hacer catarsis y sacar todos los trapitos al sol.
Hasta allí revelamos, el resto lo reservamos, para que el espectador lo descubra cuando vea la obra. El libro es realmente atractivo y se apoya con firmeza en la dupla protagónica, que se compromete con la obra y cumple actuaciones magníficas.
Ernesto Claudio, realiza una composición estupenda, es un apasionado del futbol y de su Huracán, relator frustrado, no pudo dedicarse al periodismo deportivo, por acompañar a su esposa a Israel primero y luego trabajar en un negocio familiar. Nos encantó la interpretación de Ernesto, con un histrionismo a flor de piel y generando muchas risas en la platea, con su bonachón Roberto.
Gabriela Licht, se destaca de igual manera. Más lógica y pensante, analiza cada palabra de su esposo y por momentos lo trata como si fuera uno de sus pacientes. A diferencia de su marido, ella sí pudo seguir su vocación y esa diferencia, puede desatar al conflicto.
Para resaltar la química que muestran ambos protagonistas, siendo muy creíbles en las discusiones que entablan. El director además les otorgará , en el transcurso de la trama, un momento, para ensayar una especie de confesión, que ambos aprovechan a la perfección , para lucirse en lo individual, siendo momentos que el espectador disfruta muchísimo.
Completa el elenco, Mora Monteleone, una joven actriz, a quien recordamos haber elogiado mucho en oportunidad de su actuación en A la Deriva, entrañable obra del off. Aquí desde un papel secundario, logra aportar frescura y dulzura, en una trama que por momentos se torna álgida, por la alta temperatura, que levantan las discusiones de sus padres.
La puesta de Mario Schajris tiene varios elementos para destacar, como por ejemplo el diseño escenográfico de Paula Molina, que reproduce con fidelidad un living típico de clase media, aprovechando la amplitud del escenario de El Tinlgado, además hay un muy buen diseño de luces de Sebastián Crasso colaborando con los climas que va teniendo la trama, como por ejemplo en los monólogos que mencionamos antes.
A nuestro entender, para que un guión atraiga al público, es fundamental que el texto resulte creíble y cercano, algo que se logra con creces aquí, ya que el espectador se identificará plenamente con los diálogos y sin dudas hace algún paralelismo con alguna situación propia o familiar, pensando en los anhelos personales nunca cumplidos.
Por todo lo mencionado, recomendamos El Deseo del Otro, disfrutarán de excelentes actuaciones y se encontrarán con una historia muy entretenida que nos hará reír mucho, pero a la vez, el texto está dotado de una profundidad tal, que al final de la obra, la obra nos movilzará y nos invitará a reflexionar sobre nuestros sueños postergados, haciendo un repaso mental, acerca de las pasiones y aficiones, que tuvimos que resignar en nuestras vidas, en búsqueda de conformar a los demás.
Lo valioso del texto, es que además de abrirnos la puerta de la reflexión, nos deja un mensaje esperanzador, marcando que nunca es demasiado tarde, para cumplir nuestros sueños, solo hay que tener el suficiente coraje, para hacerlo.
Pensador Teatral.
martes, 24 de septiembre de 2019
domingo, 22 de septiembre de 2019
Ulises Dormido y los Zapatos Desalmados
Dramaturgia y Dirección de Gabriela Romeo.
Domingos 19 hs en Espacio Templum ( Ayacucho 318 )
La autora y directora Gabriela Romeo, nos revela que esta obra tiene como génesis a Nevisca, pieza escrita por ella hace un par de años, la misma fue presentada al maestro Ricardo Monti, que le señaló la riqueza del texto y la alentó para que volviera a escribirla. Fue de esta manera, que conservando algunas cosas de la obra original, agregando otras y sumando un nuevo personaje, nace Ulises Dormido y los Zapatos Desalmados.
La obra tiene un alto componente creativo y juega mucho con lo onírico, por lo que el espectador al entrar a la sala, ya ingresará en el universo fantástico que propone la autora, tratando de develar si lo que está viendo es real o forma parte de la imaginación de los protagonistas.
Ulises Dormido .... nos hablará de los sueños y de los obstáculos que muchas veces aparecen en el camino, para que alcanzarlos no sea tarea sencilla, debiendo luchar contra miedos reales y contra aquellos creados por nuestra mente, verdaderos monstruos que estarán al acecho, para complicarnos la existencia.
Los personajes que presentan la obra nos muestran la riqueza creativa que mencionamos al comienzo, En una casa que parece surgida de un cuento, viven Ulises y María Nieves, una pareja muy especial, ya revelaremos pronto porque decimos esto.
Ulises ( Nacho Stamati ) padece narcolepsia, una rara enfermedad heredada de su padre, por la que sufre ataques repentinos de somnolencia, que lo obligan a dormir en cualquier momento. Su sueño es construir un túnel para llegar a La Ciudad Subterránea.Cuentan que aquellos que logran llegar allí, son recibidos con honores y pueden vivir en una sociedad avanzada, donde no existe el sufrimiento. Un personaje complejo, que Nacho resuelve en muy buena forma.
Su esposa María Nieves ( Brenda Margaretic ) padece ataques de pánico que le impiden salir de la casa. Pasa los días,, encerrada en su hogar, hablando con los zapatos que están de a montones, desparramados por el piso. Necesita encontrar los zapatos que le permitan salir al exterior, para ir en búsqueda de su padre, que seguramente la estará esperando en algún lado. Nos encantó el trabajo de Brenda, para nosotros la revelación de la noche, componiendo un personaje sensible y frágil, que luchará para lograr vencer sus miedos. Un plus, su hermosa voz, que de disfruta en un par de canciones, que entona.
Ricardo Pelliza, es Pino, un doctor en calzados que acude a la casa de María Nieves, para ayudarla a comunicarse con los zapatos, debiendo llegar al alma de los mismos, para conseguirlo. Un personaje que irradia paz y tiene una aura mística.
Para el final dejamos a Cristina Fernández, una actriz con mucha experiencia en televisión y teatro, que sorprende a propios y extraños, como una composición de personaje estupenda, en el papel de Cata, una rockera, fanática de Papo y de las Harley Davidson. Es la madre de Ulises y pese a que la rema, no logra recomponer la relación con su hijo, que la acusa de ser la responsable de la muerte de su padre.
La puesta que propone la directora es intimista y tiene un halo de misterio, con un espacio escénico repleto de zapatos, con muebles, electrodomésticos y vajilla en miniatura, que parecen provenir de una casa liliputiense.. Logrado diseño escenográfico de Daniela Berón y un diseño de luces de Horacio Novelle, en sintonía con el clima que propone la obra.
Ulises Dormido y los Zapatos Desalmados, resulta una propuesta sensible y poética que nos hablará de locura y de sueños, de miedos que paralizan y ausencias que angustian. La trama no es cerrada y deja espacio para que el espectador interprete matices de una historia, según su entender.
Estamos en presencia de una obra dedicada a aquellos que persiguen sus sueños, regalando una mirada optimista, donde jugar resulta el mejor antídoto para soportar una vida que sin un toque lúdico, resultaría insoportable-
Pensador Teatral.
Domingos 19 hs en Espacio Templum ( Ayacucho 318 )
La autora y directora Gabriela Romeo, nos revela que esta obra tiene como génesis a Nevisca, pieza escrita por ella hace un par de años, la misma fue presentada al maestro Ricardo Monti, que le señaló la riqueza del texto y la alentó para que volviera a escribirla. Fue de esta manera, que conservando algunas cosas de la obra original, agregando otras y sumando un nuevo personaje, nace Ulises Dormido y los Zapatos Desalmados.
La obra tiene un alto componente creativo y juega mucho con lo onírico, por lo que el espectador al entrar a la sala, ya ingresará en el universo fantástico que propone la autora, tratando de develar si lo que está viendo es real o forma parte de la imaginación de los protagonistas.
Ulises Dormido .... nos hablará de los sueños y de los obstáculos que muchas veces aparecen en el camino, para que alcanzarlos no sea tarea sencilla, debiendo luchar contra miedos reales y contra aquellos creados por nuestra mente, verdaderos monstruos que estarán al acecho, para complicarnos la existencia.
Los personajes que presentan la obra nos muestran la riqueza creativa que mencionamos al comienzo, En una casa que parece surgida de un cuento, viven Ulises y María Nieves, una pareja muy especial, ya revelaremos pronto porque decimos esto.
Ulises ( Nacho Stamati ) padece narcolepsia, una rara enfermedad heredada de su padre, por la que sufre ataques repentinos de somnolencia, que lo obligan a dormir en cualquier momento. Su sueño es construir un túnel para llegar a La Ciudad Subterránea.Cuentan que aquellos que logran llegar allí, son recibidos con honores y pueden vivir en una sociedad avanzada, donde no existe el sufrimiento. Un personaje complejo, que Nacho resuelve en muy buena forma.
Su esposa María Nieves ( Brenda Margaretic ) padece ataques de pánico que le impiden salir de la casa. Pasa los días,, encerrada en su hogar, hablando con los zapatos que están de a montones, desparramados por el piso. Necesita encontrar los zapatos que le permitan salir al exterior, para ir en búsqueda de su padre, que seguramente la estará esperando en algún lado. Nos encantó el trabajo de Brenda, para nosotros la revelación de la noche, componiendo un personaje sensible y frágil, que luchará para lograr vencer sus miedos. Un plus, su hermosa voz, que de disfruta en un par de canciones, que entona.
Ricardo Pelliza, es Pino, un doctor en calzados que acude a la casa de María Nieves, para ayudarla a comunicarse con los zapatos, debiendo llegar al alma de los mismos, para conseguirlo. Un personaje que irradia paz y tiene una aura mística.
Para el final dejamos a Cristina Fernández, una actriz con mucha experiencia en televisión y teatro, que sorprende a propios y extraños, como una composición de personaje estupenda, en el papel de Cata, una rockera, fanática de Papo y de las Harley Davidson. Es la madre de Ulises y pese a que la rema, no logra recomponer la relación con su hijo, que la acusa de ser la responsable de la muerte de su padre.
La puesta que propone la directora es intimista y tiene un halo de misterio, con un espacio escénico repleto de zapatos, con muebles, electrodomésticos y vajilla en miniatura, que parecen provenir de una casa liliputiense.. Logrado diseño escenográfico de Daniela Berón y un diseño de luces de Horacio Novelle, en sintonía con el clima que propone la obra.
Ulises Dormido y los Zapatos Desalmados, resulta una propuesta sensible y poética que nos hablará de locura y de sueños, de miedos que paralizan y ausencias que angustian. La trama no es cerrada y deja espacio para que el espectador interprete matices de una historia, según su entender.
Estamos en presencia de una obra dedicada a aquellos que persiguen sus sueños, regalando una mirada optimista, donde jugar resulta el mejor antídoto para soportar una vida que sin un toque lúdico, resultaría insoportable-
Pensador Teatral.
sábado, 21 de septiembre de 2019
Absurdo Criollo
Dramaturgia de Marcos Arano y Gabriel Graves. Dirección de Marcos Arano.
Sábados 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
La virtuosa dupla Marcos Arano y Gabriel Graves, creadores de Tierra Partida y Vientre, dos estupendas y multipremiadas obras del teatro independiente, que tienen en común revisar la historia argentina en clave de humor y clown, se vuelve a reunir, con esta nueva obra Absurdo Criollo, valiosa y rica propuesta, que completará la trilogía, con una pieza realmente valiosa, que en la línea de las anteriores, no defraudará a su público, por el contrario, los dejará muy satisfechos.
En Absurdo Criollo, los autores continúan con la búsqueda de la identidad nacional, buceando en la historia para tratar de establecer cuáles fueron las bases de la argentinidad y tratando de descifrar el ser argentino promedio, misión realmente compleja, por las divisiones y luchas que siempre estuvieron presentes en la Argentina desde su formación como Nación. Eso sí, la búsqueda será presentada una vez más, con mucho humor, jugando con el grotesco y el absurdo, pero siempre con una mirada ácida e inteligente, que desnuda las contradicciones de nuestro querido país.
En esta oportunidad, los autores no tendrán como en los proyectos anteriores una idea general, que se irá transformando con los ensayos y las improvisaciones. Aquí partirán de tierra firme, una cita del ensayista Ezequiel Martinez Estrada, que menciona que en cualquier patio de cemento, puede crecer un brote o una planta. Desde esa frase, surge la dicotomia, campo vs ciudad. Civilización y Barbarie, Dos mundos que parecen absolutamente diferentes, pero estrechamente relacionados, ya que forman parte de un mismo país y una misma realidad. En la obra el nexo, de estos dos universos, será un ombú, que crece en el patio de un departamento de Recoleta, que funcionará como un medio de transporte entre ciudad y campo.
Absurdo Criollo, no jugará tanto con el clown, ni tendrá una presencia multitudinaria de actores en escena, como sus predecesoras, sino que tendrá un hilo constante y ofrecerá personajes más definidos, que tendrán un lucimiento enorme y que posibilitarán el desarrollo de una historia muy rica en lo creativo, que atrapará al espectador desde el inicio, con una trama envolvente y llena de guiños para un espectador que estará atento y enganchado desde al arranque, para no perderse detalle de lo que sucede en el escenario.
No vamos a contar mucho más, para conservar la sorpresa, pero si diremos que la dramaturgia es muy ágil y entretenida, apareciendo en escena un gaucho que decide ir a recorrer el país, con la esperanza, que su gurí, mientras tanto, aprenda a escuchar los llamados de la tierra y sepa como cebar un mate decente. Al mismo tiempo, en la gran ciudad, aparecerá, una ex jueza aburrida, que se quiere postular como diputada, algo que no convence a su marido burgués que vá al gimnasio para bajar de peso y tampoco a la empleada doméstica, que tienen, lectora de La Ideología Alemana de Marx y Engels.
Como mencionamos, la dramaturgia está muy bien elaborada, jugando mucho con el absurdo, con la historia y también con el presente, haciendo algunas referencias a la política actual del pais, sabiendo gambetear justo a tiempo, para no caer en lo partidario y centrarse en la crítica, a un sistema que no está dando buenos resultados. En la misma historia, se mezclará Juan Moreira, con el Quijote, aparecerán las miserias de los políticos, el crisol de razas que habita nuestro país y las divisiones que siempre estuvieron presentes. De todo como en botica y siempre con una mirada inteligente, surgida desde el humor y el absurdo, que como dicen siempre dicen es la manera más cruda y real de mostrar la realidad.
Es momento de hacer referencia a las actuaciones que tiene la obra, ya que al contar con un elenco menos numeroso, que en sus predecesoras, los personajes están más marcados y se consigue un lucimiento individual, que no pasa desapercibida.
En nuestra opinión y con el riesgo de ser injustos, creemos que hay dos interpretaciones, que escapan a la media y que podemos tildar de superlativas. El pilar de Absurdo Criollo es Bernardo Forteza, que personifica de manera brillante al Tata, un hombre bien de campo adentro, que tratará de entender una realidad, más allá de la Pampa. Su tono de voz, sus gestos, sus recitados y su conmovedora entrega, deleitan a la platea. Como si fuera poco, Bernardo además compone también, a un hombre de ciudad, marcando los contrastes con su entrañable Tata. Fenomenal su trabajo.
Continuamos con Rocío Rodríguez Paz, para nosotros la gran revelación de la noche. Ya habíamos destacado su labor en Tierra Partida y Vientre, pero es aquí, donde con un mayor protagonismo, concreta una actuación consagratoria. Su personaje principal es una mucama de interior, que descubre de manera accidental su ideología socialista, en una composición desopilante. Y al mismo tiempo representará, a una mujer de buena posición económica, que no tiene empacho en exhibir un rosario de prejuicios contra los sectores populares, que provoca muchas risas en un público, que en muchos casos se identifica con el discurso políticamente incorrecto. Brillante trabajo de Rocío, una joven actriz que aprovecha la oportunidad y el protagónico, para mostrar todo su talento e histrionismo.
Pero no queremos ser injustos, con Federico Tombetti, otro gran pilar de la historia, que compone magníficamente al tierno gurí, que sin saber bien la manera, quiere emular a Juan Moreira y también a Steven, un personal trainer, bastante eléctrico. Otro gran trabajo es el de Roxana Berco, como una candidata a diputada con pocos escrúpulos y como la esposa del Tata. Ambos están estupendos y sorprenden al interpretar dos personaje tan diferenciados. Realmente se conformó un cuarteto de protagonistas notable, que se identifica con la historia y se divierte en el escenario.
De ninguna manera pueden quedar fuera de las menciones, a los tramoyistas Alejandro Kenseyan, todavía nos reímos de su uruguayo y Jonatan Duval Osorio, experto en guaraní. Son verdaderos todo terreno, acomodan al público al entrar, se encargan de los efectos especiales artesanales que presenta la puesta y desdoblan gran cantidad de personajes, siempre con mucha gracia, Nuestro reconocimiento para ambos, siendo una excelente muestra, que marca como desde papeles secundarios, se puede lograr un enormel ucimiento. Christian Amadeo, es el tercer tramoyista, con menos letra, pero aportando, mucho para dar fluidez una trama, que no se detiene nunca.
La puesta que presenta Marcos Arano, es muy dinámica, con muchísimos guiños sembrados en el guión ( se necesitaría ver más de una vez la obra, para detectarlos todos ) y el director vuelve a jugar de manera inteligente, con la conocida fórmula del teatro dentro del teatro. Destacamos el diseño escenográfico de Carlos Di Pasquo, con el escenario dividido en dos y con el gran ombú como conector de campo y ciudad. Destacamos el diseño de luces de Alejandro Velázquez y el vestuario de Silvia Savaglia. Párrafo especial para la música original de Martín Miconi y la guitarra en vivo de Valentin Larroy en la función a la que asistimos nosotros. Estamos en presencia de una puesta muy trabajada, que cuida todos los detalles y por ello, como el trabajo en equipo es fundamental, pese a ser extensos, creemos que era justo mencionar a todos los responsables de ello.
Sin dudas, Absurdo Criollo, es otra estupenda creación de Marcos Arano y Gabriel Graves, que con un estilo bien propio, a esta altura, ya se han convertido en un sello de garantía de teatro independiente de calidad, explorando en la identidad del ser argentino, con una mirada crítica y política, que más allá del humor, movilizará a un espectador, que reconoce la realidad que se expone en el escenario.
La obra recientemente ha sido nominada a los Premios ACE 2018/2019 como Mejor Espectáculo Alternativo y al ver la obra, entendemos la justicia de este reconocimiento y ese aplauso prolongado que los espectadores tributan a los protagonistas al final de la función. Recomendamos fervorosamente Absurdo Criollo, una obra para reír y divertirse, pero también para reflexionar, acerca de ese designio trágico que tiene las Argentina desde su orígen y que lamentablemente, nos sigue acompañando hasta estos días.
Pensador Teatral.
Sábados 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
La virtuosa dupla Marcos Arano y Gabriel Graves, creadores de Tierra Partida y Vientre, dos estupendas y multipremiadas obras del teatro independiente, que tienen en común revisar la historia argentina en clave de humor y clown, se vuelve a reunir, con esta nueva obra Absurdo Criollo, valiosa y rica propuesta, que completará la trilogía, con una pieza realmente valiosa, que en la línea de las anteriores, no defraudará a su público, por el contrario, los dejará muy satisfechos.
En Absurdo Criollo, los autores continúan con la búsqueda de la identidad nacional, buceando en la historia para tratar de establecer cuáles fueron las bases de la argentinidad y tratando de descifrar el ser argentino promedio, misión realmente compleja, por las divisiones y luchas que siempre estuvieron presentes en la Argentina desde su formación como Nación. Eso sí, la búsqueda será presentada una vez más, con mucho humor, jugando con el grotesco y el absurdo, pero siempre con una mirada ácida e inteligente, que desnuda las contradicciones de nuestro querido país.
En esta oportunidad, los autores no tendrán como en los proyectos anteriores una idea general, que se irá transformando con los ensayos y las improvisaciones. Aquí partirán de tierra firme, una cita del ensayista Ezequiel Martinez Estrada, que menciona que en cualquier patio de cemento, puede crecer un brote o una planta. Desde esa frase, surge la dicotomia, campo vs ciudad. Civilización y Barbarie, Dos mundos que parecen absolutamente diferentes, pero estrechamente relacionados, ya que forman parte de un mismo país y una misma realidad. En la obra el nexo, de estos dos universos, será un ombú, que crece en el patio de un departamento de Recoleta, que funcionará como un medio de transporte entre ciudad y campo.
Absurdo Criollo, no jugará tanto con el clown, ni tendrá una presencia multitudinaria de actores en escena, como sus predecesoras, sino que tendrá un hilo constante y ofrecerá personajes más definidos, que tendrán un lucimiento enorme y que posibilitarán el desarrollo de una historia muy rica en lo creativo, que atrapará al espectador desde el inicio, con una trama envolvente y llena de guiños para un espectador que estará atento y enganchado desde al arranque, para no perderse detalle de lo que sucede en el escenario.
No vamos a contar mucho más, para conservar la sorpresa, pero si diremos que la dramaturgia es muy ágil y entretenida, apareciendo en escena un gaucho que decide ir a recorrer el país, con la esperanza, que su gurí, mientras tanto, aprenda a escuchar los llamados de la tierra y sepa como cebar un mate decente. Al mismo tiempo, en la gran ciudad, aparecerá, una ex jueza aburrida, que se quiere postular como diputada, algo que no convence a su marido burgués que vá al gimnasio para bajar de peso y tampoco a la empleada doméstica, que tienen, lectora de La Ideología Alemana de Marx y Engels.
Como mencionamos, la dramaturgia está muy bien elaborada, jugando mucho con el absurdo, con la historia y también con el presente, haciendo algunas referencias a la política actual del pais, sabiendo gambetear justo a tiempo, para no caer en lo partidario y centrarse en la crítica, a un sistema que no está dando buenos resultados. En la misma historia, se mezclará Juan Moreira, con el Quijote, aparecerán las miserias de los políticos, el crisol de razas que habita nuestro país y las divisiones que siempre estuvieron presentes. De todo como en botica y siempre con una mirada inteligente, surgida desde el humor y el absurdo, que como dicen siempre dicen es la manera más cruda y real de mostrar la realidad.
Es momento de hacer referencia a las actuaciones que tiene la obra, ya que al contar con un elenco menos numeroso, que en sus predecesoras, los personajes están más marcados y se consigue un lucimiento individual, que no pasa desapercibida.
En nuestra opinión y con el riesgo de ser injustos, creemos que hay dos interpretaciones, que escapan a la media y que podemos tildar de superlativas. El pilar de Absurdo Criollo es Bernardo Forteza, que personifica de manera brillante al Tata, un hombre bien de campo adentro, que tratará de entender una realidad, más allá de la Pampa. Su tono de voz, sus gestos, sus recitados y su conmovedora entrega, deleitan a la platea. Como si fuera poco, Bernardo además compone también, a un hombre de ciudad, marcando los contrastes con su entrañable Tata. Fenomenal su trabajo.
Continuamos con Rocío Rodríguez Paz, para nosotros la gran revelación de la noche. Ya habíamos destacado su labor en Tierra Partida y Vientre, pero es aquí, donde con un mayor protagonismo, concreta una actuación consagratoria. Su personaje principal es una mucama de interior, que descubre de manera accidental su ideología socialista, en una composición desopilante. Y al mismo tiempo representará, a una mujer de buena posición económica, que no tiene empacho en exhibir un rosario de prejuicios contra los sectores populares, que provoca muchas risas en un público, que en muchos casos se identifica con el discurso políticamente incorrecto. Brillante trabajo de Rocío, una joven actriz que aprovecha la oportunidad y el protagónico, para mostrar todo su talento e histrionismo.
Pero no queremos ser injustos, con Federico Tombetti, otro gran pilar de la historia, que compone magníficamente al tierno gurí, que sin saber bien la manera, quiere emular a Juan Moreira y también a Steven, un personal trainer, bastante eléctrico. Otro gran trabajo es el de Roxana Berco, como una candidata a diputada con pocos escrúpulos y como la esposa del Tata. Ambos están estupendos y sorprenden al interpretar dos personaje tan diferenciados. Realmente se conformó un cuarteto de protagonistas notable, que se identifica con la historia y se divierte en el escenario.
De ninguna manera pueden quedar fuera de las menciones, a los tramoyistas Alejandro Kenseyan, todavía nos reímos de su uruguayo y Jonatan Duval Osorio, experto en guaraní. Son verdaderos todo terreno, acomodan al público al entrar, se encargan de los efectos especiales artesanales que presenta la puesta y desdoblan gran cantidad de personajes, siempre con mucha gracia, Nuestro reconocimiento para ambos, siendo una excelente muestra, que marca como desde papeles secundarios, se puede lograr un enormel ucimiento. Christian Amadeo, es el tercer tramoyista, con menos letra, pero aportando, mucho para dar fluidez una trama, que no se detiene nunca.
La puesta que presenta Marcos Arano, es muy dinámica, con muchísimos guiños sembrados en el guión ( se necesitaría ver más de una vez la obra, para detectarlos todos ) y el director vuelve a jugar de manera inteligente, con la conocida fórmula del teatro dentro del teatro. Destacamos el diseño escenográfico de Carlos Di Pasquo, con el escenario dividido en dos y con el gran ombú como conector de campo y ciudad. Destacamos el diseño de luces de Alejandro Velázquez y el vestuario de Silvia Savaglia. Párrafo especial para la música original de Martín Miconi y la guitarra en vivo de Valentin Larroy en la función a la que asistimos nosotros. Estamos en presencia de una puesta muy trabajada, que cuida todos los detalles y por ello, como el trabajo en equipo es fundamental, pese a ser extensos, creemos que era justo mencionar a todos los responsables de ello.
Sin dudas, Absurdo Criollo, es otra estupenda creación de Marcos Arano y Gabriel Graves, que con un estilo bien propio, a esta altura, ya se han convertido en un sello de garantía de teatro independiente de calidad, explorando en la identidad del ser argentino, con una mirada crítica y política, que más allá del humor, movilizará a un espectador, que reconoce la realidad que se expone en el escenario.
La obra recientemente ha sido nominada a los Premios ACE 2018/2019 como Mejor Espectáculo Alternativo y al ver la obra, entendemos la justicia de este reconocimiento y ese aplauso prolongado que los espectadores tributan a los protagonistas al final de la función. Recomendamos fervorosamente Absurdo Criollo, una obra para reír y divertirse, pero también para reflexionar, acerca de ese designio trágico que tiene las Argentina desde su orígen y que lamentablemente, nos sigue acompañando hasta estos días.
Pensador Teatral.
domingo, 15 de septiembre de 2019
Suite Chejov
Dramaturgia y Dirección de Helena Tritek.
Sábados 18 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )
Una distinguida propuesta nos acerca la reconocida directora y docente Helena Tritek, que con Suite Chejov, nos ofrecerá un bello recorrido por las vida de Antón Chejov, uno de los escritores y dramaturgos más destacados de la literatura rusa del Siglo XIX. Considerado, por la crítica moderna, como uno de los maestros del relato, se lo considera como el representante más importantes, del naturalismo moderno del teatro ruso.
El relato que nos ofrece Tritek, basado en apuntes de trabajo, escritos y cartas de Chejov, pone la lupa en sus pasiones, la medicina, la literatura y el teatro. Recorriendo el círculo burgués en el que se manejaba y tanto lo admiraba. Su relación con las actrices, directores, editores, críticos y todos aquellos que integraron su mundo relacionado con el arte, saldrán a la luz. No podían faltar sus amores, la relación con Olga, sus problemas de salud, su exilio y esa búsqueda permanente por alcanzar la felicidad.
La puesta que presenta la directora tiene un toque de distinción y elegancia, que unido a la poesía y a la musicalidad que estarán presenten en toda la trama, le darán un desarrollo fastuoso y por momentos festivo, al montaje, algo que no tan habitual encontrar en el teatro independiente.
En esta distinción que mencionamos, mucho tiene que ver el numeroso elenco reunido, con muchos actores de trayectoria, que aportan su experiencia al servicio del espectáculo. La trama tiene una dinámica muy particular, no vamos a contar demasiado para mantener la sorpresa, pero si adelantaremos, que los personajes irán variando, veremos varios actores representando a Chejov, según sus diferentes estados de salud y edades. Veremos también, más de una actriz, en el papel de Olga y esta rotación, le otorga un atractivo especial a la historia que el espectador reconoce. Por otro lado la línea de tiempo, no es constante, algo que también contribuye con la dinámica que busca la directora y consigue la obra.
El despliegue escénico es para aplaudir, son más de diez actores en escena y todos ellos hacen un aporte importante al conjunto que es Suite Chejov. Corriendo el riesgo de ser injustos, vamos a mencionar a algunos de ellos. Nos encantó la interpretación de Milagros Almeida, una actriz muy talentosa, a quien recordamos haber elogiado ya en anteriores trabajos. Aquí compone a diferentes personajes, todos ellos con diferentes características y los resuelve todo muy bien. Para destacar como siempre su frescura y su hermosa voz. Milagros canta muy lindo y es un verdadero placer, escucharla aquí entonando alguna canción en ruso. Su presencia le dá mucho glamour a la puesta.
Junior Pisanú como un Chejov jovén, nos impresionó muy positivamente, lo habíamos visto hace poco, en este mismo espacio, actuando en en Monte Chingolo y aquí vuelve a lucirse, con mucha presencia escénica, con un tono de voz claro y con una personalidad, que encaja justo con el personaje. Rolo Sosiuk como un Chejov mayor y con una salud débil, muestra toda su experiencia y oficio, con una interpretación muy valiosa. Se destaca su interacción con una Olga jovén y radiante, personificada por la bella Carolina Solari.
Siguiendo con el elenco femenino, no podemos dejar de destacar, la labor de Magalí Sánchez Alleno, que se luce en varios pasajes y en especial, en el cuadro en que representa a una actriz rusa en camarines, junto con Milagros y entablan una jugosa charla de las bambalinas teatrales. Silvina Quintanilla, también se luce y aporta toda su experiencia.
Párrafo aparte para Jorge Sanchez Mon, otro de los Chejov que ofrece la obra, con mucha carisma, un gusto verlo en escena. Mencionamos también a León Bara, Alejandro Giles, Carlos Ponte y Santiago Vichi, todos ellos hacen un aporte importante. Como mencionamos al comienzo, son más de diez actores en escena y todos ellos conforman el bloque homogéneo que dá vida a Suite Chejov.
La puesta que nos presenta Helena Tritek es realmente magnífica, con varios ítems para destacar, como un vestuario de época señorial, que incluye sombreros y plumas para las damas y elegantes trajes para los caballeros. Hay un diseño de luces destacado y como ya mencionamos la música, que fluirá a lo largo de toda la trama.
En definitiva, disfrutamos mucho de Suite Chejov, que como mencionamos al comienzo pone la lupa en el aspecto humano del notable dramaturgo ruso, explorando en sus pasiones, amores, resaltando la búsqueda de la felicidad, que fue una constante en su vida.
Una dramaturgia muy bien elaborada, con mucho vuelo poético y notas musicales que endulzan los oídos, sumadas a un despliegue escénico inusual y actuaciones muy logradas del numeroso elenco reunido, nos invitan a pasar una hermosa velada teatral, viajando por la vida y obra del gran Anton Chejov.
Pensador Teatral.
Sábados 18 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )
Una distinguida propuesta nos acerca la reconocida directora y docente Helena Tritek, que con Suite Chejov, nos ofrecerá un bello recorrido por las vida de Antón Chejov, uno de los escritores y dramaturgos más destacados de la literatura rusa del Siglo XIX. Considerado, por la crítica moderna, como uno de los maestros del relato, se lo considera como el representante más importantes, del naturalismo moderno del teatro ruso.
El relato que nos ofrece Tritek, basado en apuntes de trabajo, escritos y cartas de Chejov, pone la lupa en sus pasiones, la medicina, la literatura y el teatro. Recorriendo el círculo burgués en el que se manejaba y tanto lo admiraba. Su relación con las actrices, directores, editores, críticos y todos aquellos que integraron su mundo relacionado con el arte, saldrán a la luz. No podían faltar sus amores, la relación con Olga, sus problemas de salud, su exilio y esa búsqueda permanente por alcanzar la felicidad.
La puesta que presenta la directora tiene un toque de distinción y elegancia, que unido a la poesía y a la musicalidad que estarán presenten en toda la trama, le darán un desarrollo fastuoso y por momentos festivo, al montaje, algo que no tan habitual encontrar en el teatro independiente.
En esta distinción que mencionamos, mucho tiene que ver el numeroso elenco reunido, con muchos actores de trayectoria, que aportan su experiencia al servicio del espectáculo. La trama tiene una dinámica muy particular, no vamos a contar demasiado para mantener la sorpresa, pero si adelantaremos, que los personajes irán variando, veremos varios actores representando a Chejov, según sus diferentes estados de salud y edades. Veremos también, más de una actriz, en el papel de Olga y esta rotación, le otorga un atractivo especial a la historia que el espectador reconoce. Por otro lado la línea de tiempo, no es constante, algo que también contribuye con la dinámica que busca la directora y consigue la obra.
El despliegue escénico es para aplaudir, son más de diez actores en escena y todos ellos hacen un aporte importante al conjunto que es Suite Chejov. Corriendo el riesgo de ser injustos, vamos a mencionar a algunos de ellos. Nos encantó la interpretación de Milagros Almeida, una actriz muy talentosa, a quien recordamos haber elogiado ya en anteriores trabajos. Aquí compone a diferentes personajes, todos ellos con diferentes características y los resuelve todo muy bien. Para destacar como siempre su frescura y su hermosa voz. Milagros canta muy lindo y es un verdadero placer, escucharla aquí entonando alguna canción en ruso. Su presencia le dá mucho glamour a la puesta.
Junior Pisanú como un Chejov jovén, nos impresionó muy positivamente, lo habíamos visto hace poco, en este mismo espacio, actuando en en Monte Chingolo y aquí vuelve a lucirse, con mucha presencia escénica, con un tono de voz claro y con una personalidad, que encaja justo con el personaje. Rolo Sosiuk como un Chejov mayor y con una salud débil, muestra toda su experiencia y oficio, con una interpretación muy valiosa. Se destaca su interacción con una Olga jovén y radiante, personificada por la bella Carolina Solari.
Siguiendo con el elenco femenino, no podemos dejar de destacar, la labor de Magalí Sánchez Alleno, que se luce en varios pasajes y en especial, en el cuadro en que representa a una actriz rusa en camarines, junto con Milagros y entablan una jugosa charla de las bambalinas teatrales. Silvina Quintanilla, también se luce y aporta toda su experiencia.
Párrafo aparte para Jorge Sanchez Mon, otro de los Chejov que ofrece la obra, con mucha carisma, un gusto verlo en escena. Mencionamos también a León Bara, Alejandro Giles, Carlos Ponte y Santiago Vichi, todos ellos hacen un aporte importante. Como mencionamos al comienzo, son más de diez actores en escena y todos ellos conforman el bloque homogéneo que dá vida a Suite Chejov.
La puesta que nos presenta Helena Tritek es realmente magnífica, con varios ítems para destacar, como un vestuario de época señorial, que incluye sombreros y plumas para las damas y elegantes trajes para los caballeros. Hay un diseño de luces destacado y como ya mencionamos la música, que fluirá a lo largo de toda la trama.
En definitiva, disfrutamos mucho de Suite Chejov, que como mencionamos al comienzo pone la lupa en el aspecto humano del notable dramaturgo ruso, explorando en sus pasiones, amores, resaltando la búsqueda de la felicidad, que fue una constante en su vida.
Una dramaturgia muy bien elaborada, con mucho vuelo poético y notas musicales que endulzan los oídos, sumadas a un despliegue escénico inusual y actuaciones muy logradas del numeroso elenco reunido, nos invitan a pasar una hermosa velada teatral, viajando por la vida y obra del gran Anton Chejov.
Pensador Teatral.
jueves, 12 de septiembre de 2019
Lo que quieren las Guachas
Dramaturgia y Dirección de Mariana Cumbi Bustinza.
Jueves 21 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3380 )
Nuevamente la joven autora y dramaturga, Mariana Cumbi Bustinza muestra su compromiso social, dando un enfoque diferente al tema de la marginalidad y la vida en los barrios más humildes. Una mirada alejada de los perjuicios y de los preconceptos, por el gran parte de la sociedad, asocia pobreza con delincuencia y ven al habitante de la villa, solo como una amenaza, de la que conviene, estar lo más lejos posible.
A esta autora, la conocimos, en ocasión de ver Menea para Mi, obre estrenada en 2015, una joyita del off, que fue un suceso de crítica y público, tanto que aún hoy se mantiene en cartel, recibiendo numerosos reconocimientos, desde aquel estreno. Luego vino Gorila, otra obras que nos gustó mucho y ahora la trilogía se completa con Lo que quieren las guachas, en todas ellas, se dá visibilidad al mundo marginal, sin condenarlo y aportando un punto de vista particular. . Hay que dar gran mérito a este hecho, ya que la autora dá espacio, de manera valiente, a un tema totalmente inédito por nuestro teatro.
En esta ocasión, la autora dá una vuelta de tuerca a sus anteriores trabajos, ya que en Lo que quieren las Guachas, podremos observar el cruce de clases, simbolizado por un lado con tres estudiantes de una escuela privada de clase alta y por otro lado por una familia que vive en un villa, conformada por una madre transexual y sus hijos Owen y Yanina.
No vamos a contar mucho de la historia para mantener el suspenso, solo diremos que el amor meterá la cola, ya que un día a la salida del colegio, Micaela una alumna bien, se cruzará con Owen, un chico que vende medias en la esquina, que mucha simpatía, iniciará un diálogo inofensivo, que al poco tiempo, se convertirá en una amistad tan improbable, como sincera.
Ese será el disparador de la obra, que tendrá numerosas aristas, como por ejemplo todos los prejuicios y el arsenal de discriminaciones que pueden tener los chicos de clase acomodada con sus pares pobres, por otro lado como muchas veces pertenecer a una familia de buena posición económica, no significa tener atrás una familia unida y en primer plano la diferencia de posibilidades. Estar de un lado o del otro, puede significar no solo tener o no la chance de estudiar, sino la posibilidad de tener acceso a la salud, que en situaciones límites, puede significar la diferencia entra la vida y la muerte.
El texto de la autora, es crudo y descarnado, sin endulzantes, mostrando una realidad que en algún momento puede resultar chocante, no solo por alguna palabra subida de tono, sino más que nada, por presentarse situaciones, que resultan absolutamente cercanas y reales, pero que al verlas, con otro prisma, van a llevar al espectador a una reflexión profunda.
La obra tiene un componente musical fundamental, en la trama se intercalan fragmentos musicales y coreografías, que dán mayor fuerza al mensaje. La música original de Facundo Salas y Diego Domizzi es uno de los puntos altos de la puesta.
El otro punto alto que ya queremos mencionar, son las actuaciones, ya que se reunió a un elenco joven y muy comprometido con la historia. Hablemos un poco de ellas. Para nosotros la mejor interpretación de la noche, es la de Luciano Crispi, el Maxi de Menea para Mi, aquí se pone en la piel de Mariela, la madre transexual, que se gana la vida en la calle y es una verdadera leona, cuidando a sus hijos. Una composición de personaje fantástica y sorprendente la de Luciano, confirmando una vez más, su talento y versatilidad.
Nos encantó también el trabajo de Ornella Fazio, como Yanina, con una energía y una actitud que se contagia. Ornella es otra vieja conocida de Menea y aquí se luce muchísimo, en un personaje que requiere una enorme entrega emocional. Completa la familia de Mariela, Ezequiel Baquero como Owen, el tierno vendedor de medias, que está perdidamente enamorado y hará lo que sea, para seguir adelante con esa relación.
Del lado de los chicos bien, se destaca Iti el Hermoso, como Valentino, un verdadero villano, misógino, violento y discrimimador. Componer un personaje tan repulsivo, no es tarea sencilla e Iti, lo consigue a la perfección. Sofía Black Kali, es una dulce y sensual Micaela, su buen corazón le permite mirar más allá de su entorno, pero deberá luchar contra su propia familia. Martina Bajour es Sol, manipulable y algo perdida en la vida, seguirá la corriente de su entorno. Muy buenos trabajos de Sofía y Martina, con mucha entrega corporal ambas.
Se hizo larga la descripción, pero creemos que era necesario hacerlo, ya que los seis jóvenes protagonistas, son parte importante de la historia, entregándose por completo desde lo actoral y lo físico, bajo la supervisión, de una directora, que tiene mucho mérito en el armado.
La escenografía en este caso, es menos cargada que en Menea, simplemente un muro, que simboliza la separación entre ambas mundos, es suficiente para crear el entorno. Hay un diseño sonoro potente, necesario para una puesta que tiene un alto componente musical, donde aporta lo suyo también Milagros Zabaleta con su guitarra en vivo. Un destacado diseño de luces de Gustavo Lista y un vestuario que luce mucho en manos Mariana Bustinza. Queriamos mencionar a los integrantes de la puesta, ya que todos contribuyen a crear la atmósfera que pide la obra y enriquecen la misma.
En definitiva, nos fuimos muy satisfechos de El Extranjero, con Lo que quieren las Guachas, una espectáculo muy distinto a los que estamos acostumbrados a ver habitualmente en el teatro independiente, ya que le dá visibilidad a una temática como la marginalidad y lo hace desde un ángulo diferente y humano, algo que no es habitual y que sin dudas ayuda a romper con muchos prejuicios, que la sociedad tiene.
Por todo lo comentado, recomendamos fervorosamente Lo que quieren las Guachas, una excelente propuesta, ya que además de ser una una obra que presenta una temática actual y con una vigencia absoluta, es una pieza que de ninguna manera, dejará indiferente al espectador, por el contrario lo movilizará y lo invitará a reflexionar, logrando de mínima, tal vez, que la próxima vez que un chico nos ofrezca un par de medias en un semáforo, aunque no le compremos, al menos le devolvamos una sonrisa. Y cuando el teatro logra esto, no queda otra que celebrarlo.
Pensador Teatral.
Jueves 21 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3380 )
Nuevamente la joven autora y dramaturga, Mariana Cumbi Bustinza muestra su compromiso social, dando un enfoque diferente al tema de la marginalidad y la vida en los barrios más humildes. Una mirada alejada de los perjuicios y de los preconceptos, por el gran parte de la sociedad, asocia pobreza con delincuencia y ven al habitante de la villa, solo como una amenaza, de la que conviene, estar lo más lejos posible.
A esta autora, la conocimos, en ocasión de ver Menea para Mi, obre estrenada en 2015, una joyita del off, que fue un suceso de crítica y público, tanto que aún hoy se mantiene en cartel, recibiendo numerosos reconocimientos, desde aquel estreno. Luego vino Gorila, otra obras que nos gustó mucho y ahora la trilogía se completa con Lo que quieren las guachas, en todas ellas, se dá visibilidad al mundo marginal, sin condenarlo y aportando un punto de vista particular. . Hay que dar gran mérito a este hecho, ya que la autora dá espacio, de manera valiente, a un tema totalmente inédito por nuestro teatro.
En esta ocasión, la autora dá una vuelta de tuerca a sus anteriores trabajos, ya que en Lo que quieren las Guachas, podremos observar el cruce de clases, simbolizado por un lado con tres estudiantes de una escuela privada de clase alta y por otro lado por una familia que vive en un villa, conformada por una madre transexual y sus hijos Owen y Yanina.
No vamos a contar mucho de la historia para mantener el suspenso, solo diremos que el amor meterá la cola, ya que un día a la salida del colegio, Micaela una alumna bien, se cruzará con Owen, un chico que vende medias en la esquina, que mucha simpatía, iniciará un diálogo inofensivo, que al poco tiempo, se convertirá en una amistad tan improbable, como sincera.
Ese será el disparador de la obra, que tendrá numerosas aristas, como por ejemplo todos los prejuicios y el arsenal de discriminaciones que pueden tener los chicos de clase acomodada con sus pares pobres, por otro lado como muchas veces pertenecer a una familia de buena posición económica, no significa tener atrás una familia unida y en primer plano la diferencia de posibilidades. Estar de un lado o del otro, puede significar no solo tener o no la chance de estudiar, sino la posibilidad de tener acceso a la salud, que en situaciones límites, puede significar la diferencia entra la vida y la muerte.
El texto de la autora, es crudo y descarnado, sin endulzantes, mostrando una realidad que en algún momento puede resultar chocante, no solo por alguna palabra subida de tono, sino más que nada, por presentarse situaciones, que resultan absolutamente cercanas y reales, pero que al verlas, con otro prisma, van a llevar al espectador a una reflexión profunda.
La obra tiene un componente musical fundamental, en la trama se intercalan fragmentos musicales y coreografías, que dán mayor fuerza al mensaje. La música original de Facundo Salas y Diego Domizzi es uno de los puntos altos de la puesta.
El otro punto alto que ya queremos mencionar, son las actuaciones, ya que se reunió a un elenco joven y muy comprometido con la historia. Hablemos un poco de ellas. Para nosotros la mejor interpretación de la noche, es la de Luciano Crispi, el Maxi de Menea para Mi, aquí se pone en la piel de Mariela, la madre transexual, que se gana la vida en la calle y es una verdadera leona, cuidando a sus hijos. Una composición de personaje fantástica y sorprendente la de Luciano, confirmando una vez más, su talento y versatilidad.
Nos encantó también el trabajo de Ornella Fazio, como Yanina, con una energía y una actitud que se contagia. Ornella es otra vieja conocida de Menea y aquí se luce muchísimo, en un personaje que requiere una enorme entrega emocional. Completa la familia de Mariela, Ezequiel Baquero como Owen, el tierno vendedor de medias, que está perdidamente enamorado y hará lo que sea, para seguir adelante con esa relación.
Del lado de los chicos bien, se destaca Iti el Hermoso, como Valentino, un verdadero villano, misógino, violento y discrimimador. Componer un personaje tan repulsivo, no es tarea sencilla e Iti, lo consigue a la perfección. Sofía Black Kali, es una dulce y sensual Micaela, su buen corazón le permite mirar más allá de su entorno, pero deberá luchar contra su propia familia. Martina Bajour es Sol, manipulable y algo perdida en la vida, seguirá la corriente de su entorno. Muy buenos trabajos de Sofía y Martina, con mucha entrega corporal ambas.
Se hizo larga la descripción, pero creemos que era necesario hacerlo, ya que los seis jóvenes protagonistas, son parte importante de la historia, entregándose por completo desde lo actoral y lo físico, bajo la supervisión, de una directora, que tiene mucho mérito en el armado.
La escenografía en este caso, es menos cargada que en Menea, simplemente un muro, que simboliza la separación entre ambas mundos, es suficiente para crear el entorno. Hay un diseño sonoro potente, necesario para una puesta que tiene un alto componente musical, donde aporta lo suyo también Milagros Zabaleta con su guitarra en vivo. Un destacado diseño de luces de Gustavo Lista y un vestuario que luce mucho en manos Mariana Bustinza. Queriamos mencionar a los integrantes de la puesta, ya que todos contribuyen a crear la atmósfera que pide la obra y enriquecen la misma.
En definitiva, nos fuimos muy satisfechos de El Extranjero, con Lo que quieren las Guachas, una espectáculo muy distinto a los que estamos acostumbrados a ver habitualmente en el teatro independiente, ya que le dá visibilidad a una temática como la marginalidad y lo hace desde un ángulo diferente y humano, algo que no es habitual y que sin dudas ayuda a romper con muchos prejuicios, que la sociedad tiene.
Por todo lo comentado, recomendamos fervorosamente Lo que quieren las Guachas, una excelente propuesta, ya que además de ser una una obra que presenta una temática actual y con una vigencia absoluta, es una pieza que de ninguna manera, dejará indiferente al espectador, por el contrario lo movilizará y lo invitará a reflexionar, logrando de mínima, tal vez, que la próxima vez que un chico nos ofrezca un par de medias en un semáforo, aunque no le compremos, al menos le devolvamos una sonrisa. Y cuando el teatro logra esto, no queda otra que celebrarlo.
Pensador Teatral.
domingo, 8 de septiembre de 2019
Hombres y Ratones
Dramaturgia de John Steinbeck. Dirección de Lisandro Fiks y Gustavo Luppi.
Viernes 23 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )
Llega a la cartelera teatral porteña, una estupenda versión de la novela De Ratones y Hombres ( Of Mice anda Men ) escrita en 1937 por el escritor estadounidense John Steinbeck, ganador del Premio de Nobel de Literatura. Esta obra fue llevada al cine en 1992, teniendo a Gary Sinise y John Malkovich, como protagonistas, siendo la primera vez, que la pieza se representa en nuestro país.
Debemos resaltar la estupenda adaptación de Lisandro Fiks, ya que no es sencillo traer al presente, este texto clásico de los años treinta, reflejando su plena la vigencia y la potencia del libro original. Otra pieza fundamental para el nacimiento de este proyecto es Juan Luppi, el fue, quien encontró la historia, se enamoró de inmediato de ella y la pensó para el teatro, la tradujo y en ese momento, convocó a Lisandro, para que encargue de la adaptación.
El trabajo realizado para llegar a la obra que se presenta en El Portón de Sánchez, fue magnífico, se acortaron algunas escenas, se quitaron personajes secundarios y creemos que el gran acierto, fue la impronta, que se dió a esta versión local, ya que el texto original, se situa en California, en momentos de la Gran Depresión, Y en la vernácula Hombres y Ratones, las acciones se desarrollan a La Pampa y se convierte en una historia de indios y gauchos, absolutamente cautivante.
Hombre y Ratones, tiene una dinámica casi cinematográfica, algo muy complejo de conseguir para una obra del teatro independiente, donde todo es artesanal y los recursos económicos son escasos. lo que aumenta el mérito La historia nos hablará de Jorge ( Juan Luppi ) y Lito ( Ramiro Méndez Roy ) dos trabajadores golondrinas, que viajarán a lo largo del país, buscando donde ofrecer su trabajo, por una paga medianamente decente.
La dupla tiene algunas particularidades, ambos hombres sin ser grandes amigos, se han acostumbrado a trabajar juntos y a acompañarse , no tienen a otra persona en el mundo y por eso decidieron unirse y marchar juntos. La unión entre ambos no resulta sencilla, principalmente para Jorge, que valiente e inteligente, prácticamente resultará un cuidador de Lito, un muchacho con un marcado retrasado madurativo, que tiene escasas luces, un corazón de oro y parece un especialista en meterse en problemas.
No vamos a contar mucho de la historia para mantener el suspenso, solo diremos que Jorge y Lito vienen huyendo desde San Luis, donde debieron abandonar raudamente su último trabajo, ya que un error de Lito, no solo les costó el empleo, sino que casi les cuesta la vida. Al llegar a La Pampa, consiguen los recomienden para trabajar en una estancia, a cargo de un patrón violento y autoritario, por lo que no les hará sencilla la estadía allí.
Cumpliremos nuestra palabra y hasta allí contaremos, dejaremos que el espectador descubra lo que sucederá en esa estancia cuando vea la obra, solo diremos que en la historia se hablará de los valores de la amistad, de aquellos sueños difíciles de alcanzar y también de la explotación laboral, un tema con gran vigencia en la actualidad, donde la humanidad y el buen trato, son figuras que pocas veces van de la mano.
La trama es realmente atrapante, el espectador se engancha con la historia desde el arranque, algo que se explica por la riqueza del libro y principalmente por las excelentes interpretaciones que presenta la obra. Se ha reunido un elenco muy valioso, que se muestra absolutamente compenetrado con el guión y consiguen construir personajes realmente entrañables.
Los mayores elogios se la lleva la dupla protagónica, nos referimos a Juan Luppi y Ramiro Méndez Roy, que muestran mucha química entre ellos, componiendo personajes absolutamente contrapuestos. Juan dá vida a un Jorge, cerebral y pensante, que siempre estará atento a que su compañero, no se meta en problemas. Juan pese a su juventud, es un actor que muestra una madurez sorprendente. Recordamos haberlo elogiado mucho el año pasado, por su actuación en Almacenados, junto al gran Horacio Peña. Aquí ratifica sus condiciones, confirmando su enorme presencia escénica, con una actuación soberbia y un futuro sin techo, honrando su historia familiar.
Ramiro Méndez Roy, es para nosotros la revelación de la noche, componiendo a un querible Lito, con su mente de niño, en un cuerpo adulto y con una fuerza física que no puede controlar. Pura ternura inspira su personaje, que tiene como sueño, poder tener una granja propia, donde podría cuidar conejitos. Muy bueno lo de Ramiro, que por este trabajo fue nominado a los Premios Ace..
Renglón seguido mencionamos a Gustsvo Luppi como Ordoñez, un empleado ya mayor, que conserva su empleo, solo por su amistad con el viejo patrón. Cabe mencionar que Gustavo en la vida real, es el padre de Juan y convocado por su hijo, decidió volver al escenario, luego de más de veinticinco años de ausencia, dato que sinceramente cuesta creer, ante la solidez de su trabajo. Nuestra felicitación a Gustavo por su auspiciosa vuelta a las tablas.
El propio Lisandro Fiks, actúa en la obra, siendo el villano de la historia y lo hace de manera muy convincente, siendo un ser despreciable, que se gana el odio de la platea por sus malas actitudes. En la función que vimos nosotros, el papel de El Polaco, lo cumplió Heinz Kratiger, con mucho carisma y un acento muy particular.
Para el final dejamos a Sandra Criolani, la esposa del patrón, que aporta una importante cuota de belleza y feminidad, en una historia donde el machismo domina y relacionar la figura del la mujer con el campo, no es algo sencillo. Nos gustó mucho lo de Sandra, que muestra su sensibilidad como actriz. El año pasado disfrutamos su gran trabajo en La Patada del Camello y aquí en Hombres y Ratones, desde un papel secundario, consigue lucirse en cada una de sus intervenciones.
Pedimos disculpas, si se hizo un poco larga la descripción de los actores, pero entendemos que ante composiciones de personajes y actuaciones tan logradas, es un acto de justicia, destacar aunque sea en un línea, el trabajo de cada integrante del elenco.
El montaje que como dijimos tiene muchos elementos cinematográficos, por su riqueza, está por encima del promedio de las puestas del teatro independiente y tiene muchos elementos para resaltar. Debemos arrancar por el estupendo diseño escenográfico de Micaela Sleigh, que con mucho ingenio, construirá la atmósfera campestre que pide el guión. Además las locaciones irán cambiando, ya que muchos elemento de la escenografía son móviles y con la iluminación como aliada, se irán modificando en los diferentes cuadros. La misma Micaela tiene a su cargo un vestuario bien gauchesco y debemos mencionar, el potente diseño de sonido que presenta la puesta, con la música de fondo de El Arriero de Don Atahualpa Yupanqui, que emociona.
Hasta aquí llegamos con los adelantos, la trama es muy atractiva y la atención del espectador no decae nunca, por el contrario va creciendo a medida que los minutos avanzan y teniendo su climax, en un final impactante, que dejará a más de uno con la boca abierta.
Solo nos queda recomendarles Hombre y Ratones, una verdadera perlita del teatro independiente, que recibió recientemente 2 Nominaciones a los Premios ACE 2019. Al ver la obra, comprobarán lo merecido del reconocimiento, ya que partiendo desde un libro clásico y exitoso, se consiguió una estupenda adaptación, aggiornada a nuestras pampas, con magníficas actuaciones.
Todos los elementos confluyen, para que el espectador disfrute de una estupenda velada teatral y por eso no sorprende la ovación, con la que el púbico, que colmó la capacidad de El Portón de Sánchez, despide a la protagonistas, al final de la función.
Pensador Teatral.
Viernes 23 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )
Llega a la cartelera teatral porteña, una estupenda versión de la novela De Ratones y Hombres ( Of Mice anda Men ) escrita en 1937 por el escritor estadounidense John Steinbeck, ganador del Premio de Nobel de Literatura. Esta obra fue llevada al cine en 1992, teniendo a Gary Sinise y John Malkovich, como protagonistas, siendo la primera vez, que la pieza se representa en nuestro país.
Debemos resaltar la estupenda adaptación de Lisandro Fiks, ya que no es sencillo traer al presente, este texto clásico de los años treinta, reflejando su plena la vigencia y la potencia del libro original. Otra pieza fundamental para el nacimiento de este proyecto es Juan Luppi, el fue, quien encontró la historia, se enamoró de inmediato de ella y la pensó para el teatro, la tradujo y en ese momento, convocó a Lisandro, para que encargue de la adaptación.
El trabajo realizado para llegar a la obra que se presenta en El Portón de Sánchez, fue magnífico, se acortaron algunas escenas, se quitaron personajes secundarios y creemos que el gran acierto, fue la impronta, que se dió a esta versión local, ya que el texto original, se situa en California, en momentos de la Gran Depresión, Y en la vernácula Hombres y Ratones, las acciones se desarrollan a La Pampa y se convierte en una historia de indios y gauchos, absolutamente cautivante.
Hombre y Ratones, tiene una dinámica casi cinematográfica, algo muy complejo de conseguir para una obra del teatro independiente, donde todo es artesanal y los recursos económicos son escasos. lo que aumenta el mérito La historia nos hablará de Jorge ( Juan Luppi ) y Lito ( Ramiro Méndez Roy ) dos trabajadores golondrinas, que viajarán a lo largo del país, buscando donde ofrecer su trabajo, por una paga medianamente decente.
La dupla tiene algunas particularidades, ambos hombres sin ser grandes amigos, se han acostumbrado a trabajar juntos y a acompañarse , no tienen a otra persona en el mundo y por eso decidieron unirse y marchar juntos. La unión entre ambos no resulta sencilla, principalmente para Jorge, que valiente e inteligente, prácticamente resultará un cuidador de Lito, un muchacho con un marcado retrasado madurativo, que tiene escasas luces, un corazón de oro y parece un especialista en meterse en problemas.
No vamos a contar mucho de la historia para mantener el suspenso, solo diremos que Jorge y Lito vienen huyendo desde San Luis, donde debieron abandonar raudamente su último trabajo, ya que un error de Lito, no solo les costó el empleo, sino que casi les cuesta la vida. Al llegar a La Pampa, consiguen los recomienden para trabajar en una estancia, a cargo de un patrón violento y autoritario, por lo que no les hará sencilla la estadía allí.
Cumpliremos nuestra palabra y hasta allí contaremos, dejaremos que el espectador descubra lo que sucederá en esa estancia cuando vea la obra, solo diremos que en la historia se hablará de los valores de la amistad, de aquellos sueños difíciles de alcanzar y también de la explotación laboral, un tema con gran vigencia en la actualidad, donde la humanidad y el buen trato, son figuras que pocas veces van de la mano.
La trama es realmente atrapante, el espectador se engancha con la historia desde el arranque, algo que se explica por la riqueza del libro y principalmente por las excelentes interpretaciones que presenta la obra. Se ha reunido un elenco muy valioso, que se muestra absolutamente compenetrado con el guión y consiguen construir personajes realmente entrañables.
Los mayores elogios se la lleva la dupla protagónica, nos referimos a Juan Luppi y Ramiro Méndez Roy, que muestran mucha química entre ellos, componiendo personajes absolutamente contrapuestos. Juan dá vida a un Jorge, cerebral y pensante, que siempre estará atento a que su compañero, no se meta en problemas. Juan pese a su juventud, es un actor que muestra una madurez sorprendente. Recordamos haberlo elogiado mucho el año pasado, por su actuación en Almacenados, junto al gran Horacio Peña. Aquí ratifica sus condiciones, confirmando su enorme presencia escénica, con una actuación soberbia y un futuro sin techo, honrando su historia familiar.
Ramiro Méndez Roy, es para nosotros la revelación de la noche, componiendo a un querible Lito, con su mente de niño, en un cuerpo adulto y con una fuerza física que no puede controlar. Pura ternura inspira su personaje, que tiene como sueño, poder tener una granja propia, donde podría cuidar conejitos. Muy bueno lo de Ramiro, que por este trabajo fue nominado a los Premios Ace..
Renglón seguido mencionamos a Gustsvo Luppi como Ordoñez, un empleado ya mayor, que conserva su empleo, solo por su amistad con el viejo patrón. Cabe mencionar que Gustavo en la vida real, es el padre de Juan y convocado por su hijo, decidió volver al escenario, luego de más de veinticinco años de ausencia, dato que sinceramente cuesta creer, ante la solidez de su trabajo. Nuestra felicitación a Gustavo por su auspiciosa vuelta a las tablas.
El propio Lisandro Fiks, actúa en la obra, siendo el villano de la historia y lo hace de manera muy convincente, siendo un ser despreciable, que se gana el odio de la platea por sus malas actitudes. En la función que vimos nosotros, el papel de El Polaco, lo cumplió Heinz Kratiger, con mucho carisma y un acento muy particular.
Para el final dejamos a Sandra Criolani, la esposa del patrón, que aporta una importante cuota de belleza y feminidad, en una historia donde el machismo domina y relacionar la figura del la mujer con el campo, no es algo sencillo. Nos gustó mucho lo de Sandra, que muestra su sensibilidad como actriz. El año pasado disfrutamos su gran trabajo en La Patada del Camello y aquí en Hombres y Ratones, desde un papel secundario, consigue lucirse en cada una de sus intervenciones.
Pedimos disculpas, si se hizo un poco larga la descripción de los actores, pero entendemos que ante composiciones de personajes y actuaciones tan logradas, es un acto de justicia, destacar aunque sea en un línea, el trabajo de cada integrante del elenco.
El montaje que como dijimos tiene muchos elementos cinematográficos, por su riqueza, está por encima del promedio de las puestas del teatro independiente y tiene muchos elementos para resaltar. Debemos arrancar por el estupendo diseño escenográfico de Micaela Sleigh, que con mucho ingenio, construirá la atmósfera campestre que pide el guión. Además las locaciones irán cambiando, ya que muchos elemento de la escenografía son móviles y con la iluminación como aliada, se irán modificando en los diferentes cuadros. La misma Micaela tiene a su cargo un vestuario bien gauchesco y debemos mencionar, el potente diseño de sonido que presenta la puesta, con la música de fondo de El Arriero de Don Atahualpa Yupanqui, que emociona.
Hasta aquí llegamos con los adelantos, la trama es muy atractiva y la atención del espectador no decae nunca, por el contrario va creciendo a medida que los minutos avanzan y teniendo su climax, en un final impactante, que dejará a más de uno con la boca abierta.
Solo nos queda recomendarles Hombre y Ratones, una verdadera perlita del teatro independiente, que recibió recientemente 2 Nominaciones a los Premios ACE 2019. Al ver la obra, comprobarán lo merecido del reconocimiento, ya que partiendo desde un libro clásico y exitoso, se consiguió una estupenda adaptación, aggiornada a nuestras pampas, con magníficas actuaciones.
Todos los elementos confluyen, para que el espectador disfrute de una estupenda velada teatral y por eso no sorprende la ovación, con la que el púbico, que colmó la capacidad de El Portón de Sánchez, despide a la protagonistas, al final de la función.
Pensador Teatral.
viernes, 6 de septiembre de 2019
El Tiempo se Detiene
Dramaturgia y Dirección de Facundo Zilberberg.
Viernes 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )
Una propuesta entrañable llega de la mano de El Tiempo se Detiene, obra ganadora del 2do Premio Germán Rozanmacher de Nueva Dramaturgia organizado por el Festival Internacional Teatro de Buenos Aires y el Centro Cultural Ricardo Rojas, con el objetivo de dar impulso a los autores jóvenes y sin dudas Facundo Zilberberg, es uno de los exponentes más destacados, de la nueva generación de dramaturgos, que ya está entre nosotros.
La historia nos presentará a una mujer que acaba de perder a su padre. Sus hijos concurren al funeral de su abuelo y una vez allí, deciden quedarse en su casa de la infancia, algunos días para acompañar a su madre, en este difícil trance. Hay un preocupación extra en los hijos, ya que su madre viene arrastrando un estado depresivo severo y este suceso desgraciado, puede tener efectos muy negativos en una mujer, que ya tuvo algunas situaciones algo peligrosas. A raíz de ello, quieren consultar al psiquiatra que atiende a la mujer, para ver si es necesario, que un acompañante terapeútico se quede con ella por un tiempo, hecho que sin dudas generará un conflicto familiar.
En este drama profundo, el autor tiene la habilidad de acercar un texto que resulta cercano y reconocible, para aquellos espectadores, que vivieron en primera persona, algún duelo en la familia y saben que en esas situaciones, los corazones se ponen sensibles y muchas veces cuestiones complicadas, que se arrastran desde hace tiempo, llegan a una situación límite y de quiebre, que pueden traer cambios extremos en el entramado familiar y en la jerarquía de los vínculos establecidos.
No vamos a contar mucho más, para que el espectador cuando vea la obra, vaya despuntando la historia, solo diremos que la llegada de los hermanos al hogar familiar, traerá al ahora, recuerdos del pasado, muchos de ellos idealizados y potenciados por un presente que no es feliz para ninguno de ellos. La nostalgia y la añoranza de rememorar aquellos tiempos, donde sentían que integrantes de una familia feliz, algo que ahora no sucede y por eso pareciera que quisieran retroceder en el tiempo.
En El Tiempo se Detiene, las acciones parecen ocurrir en cámara lenta, los silencios dominan, las miradas profundas de los protagonistas, muchas veces reemplazan a las palabras, pareciendo por momentos, que lo que se calla, tiene más peso que lo que se manifiesta. La trama tiene un andar calmo y reflexivo, parece ocurrir más en la mente de los personajes, que en el escenario. Hay un ambiente lúgubre y opresivo muy logrado, que se extiende a lo largo de toda la trama.
Esta es una de esas obras, donde los actores tienen un peso específico casi similar al texto, por eso fue fundamental reunir un elenco que esté a la altura y creemos que hubo un acierto indudable del director en la elección de los integrantes de la obra, todos actores con mucho recorrido en el off.
Alejandra Flores, como Angela, es a nuestro entender, la actuación más destacada de la noche, ya que compone en gran forma, a una mujer abatida, no solo por la pérdida sufrida, sino por una vida que ya no le sonríe y que afronta con desesperanza un presente poco atractivo. Estupendo trabajo de Alejandra, desde lo actoral y desde lo gestual, ya que sus caras y su cuerpo, consiguen hablar por si misma.
Es muy interesante, el espacio que el autor le otorga a la relación de esa madre, con sus hijos, que se han ido a hacer sus vidas y que ahora en estos momentos tristes, parecen acordarse de su madre y regresan para acompañarla. Nos referimos a Julián Marcove ( Fedérico ) y Fernando Da Rosa ( Gonzalo ), que si bien tienen personalidades muy diferentes, comparten muchas cosas, como ocurre con los hermanos reales. Nos gustaron mucho sus actuaciones y también como recrean ese vínculo y esa competencia, que tenían cuando eran chicos y que se mantiene aunque hayan pasado muchos años y sean dos adultos ya.
Para el final dejamos a Mariana Estensoro, que le otorga frescura y luz a una trama más bien lúgubre, No vamos a revelar mucho del personaje algo misterioso que lleva adelante aquí Mariana, a quien elogiamos hace unos meses, por su trabajo en Todo el Tiempo que se Pueda y aquí vuelve a gustarnos mucho su interpretación.
La puesta en escena tiene varios ítems para destacar, arrancando por el diseño escenográfico de Mario Nigro, que nos acerca un cálido hogar, con algunos elementos, que suman mucho, como esa pelopincho, donde los hermanos ya grandecitos, recordarán sus juegos de niños. Hay un muy buen diseño de luces de Luciana Giacobbe y un diseño de vestuario de Analía Morales, bien a tono con la trama.
En definitiva, es una propuesta atractiva, la que nos ofrece El Tiempo se Detiene, una obra que pone la lupa en lo que sucede en el seno familiar, cuando ocurre un hecho desgraciado, que por su fuerza, parece volver a establecer vínculos familiares, que ya no son tan cercanos, rememorando de esta manera, situaciones del pasado y felicidades, que hoy se añoran, trayendo a escena, la célebre frase, de que todo tiempo pasado fue mejor.
Solo queda recomendar la obra, que en slow mode y con una cadencia particular y apoyado en actuaciones muy sólidas, nos recordará que el paso del tiempo es inexorable y que aunque a veces pareciera que se detiene, la vida transcurre, muchas veces sin pena, ni gloria, hasta que la muerte finalmente se presenta y en esos momentos ya será demasiado tarde para tratar de ser felices.
Pensador Teatral.
Viernes 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )
Una propuesta entrañable llega de la mano de El Tiempo se Detiene, obra ganadora del 2do Premio Germán Rozanmacher de Nueva Dramaturgia organizado por el Festival Internacional Teatro de Buenos Aires y el Centro Cultural Ricardo Rojas, con el objetivo de dar impulso a los autores jóvenes y sin dudas Facundo Zilberberg, es uno de los exponentes más destacados, de la nueva generación de dramaturgos, que ya está entre nosotros.
La historia nos presentará a una mujer que acaba de perder a su padre. Sus hijos concurren al funeral de su abuelo y una vez allí, deciden quedarse en su casa de la infancia, algunos días para acompañar a su madre, en este difícil trance. Hay un preocupación extra en los hijos, ya que su madre viene arrastrando un estado depresivo severo y este suceso desgraciado, puede tener efectos muy negativos en una mujer, que ya tuvo algunas situaciones algo peligrosas. A raíz de ello, quieren consultar al psiquiatra que atiende a la mujer, para ver si es necesario, que un acompañante terapeútico se quede con ella por un tiempo, hecho que sin dudas generará un conflicto familiar.
En este drama profundo, el autor tiene la habilidad de acercar un texto que resulta cercano y reconocible, para aquellos espectadores, que vivieron en primera persona, algún duelo en la familia y saben que en esas situaciones, los corazones se ponen sensibles y muchas veces cuestiones complicadas, que se arrastran desde hace tiempo, llegan a una situación límite y de quiebre, que pueden traer cambios extremos en el entramado familiar y en la jerarquía de los vínculos establecidos.
No vamos a contar mucho más, para que el espectador cuando vea la obra, vaya despuntando la historia, solo diremos que la llegada de los hermanos al hogar familiar, traerá al ahora, recuerdos del pasado, muchos de ellos idealizados y potenciados por un presente que no es feliz para ninguno de ellos. La nostalgia y la añoranza de rememorar aquellos tiempos, donde sentían que integrantes de una familia feliz, algo que ahora no sucede y por eso pareciera que quisieran retroceder en el tiempo.
En El Tiempo se Detiene, las acciones parecen ocurrir en cámara lenta, los silencios dominan, las miradas profundas de los protagonistas, muchas veces reemplazan a las palabras, pareciendo por momentos, que lo que se calla, tiene más peso que lo que se manifiesta. La trama tiene un andar calmo y reflexivo, parece ocurrir más en la mente de los personajes, que en el escenario. Hay un ambiente lúgubre y opresivo muy logrado, que se extiende a lo largo de toda la trama.
Esta es una de esas obras, donde los actores tienen un peso específico casi similar al texto, por eso fue fundamental reunir un elenco que esté a la altura y creemos que hubo un acierto indudable del director en la elección de los integrantes de la obra, todos actores con mucho recorrido en el off.
Alejandra Flores, como Angela, es a nuestro entender, la actuación más destacada de la noche, ya que compone en gran forma, a una mujer abatida, no solo por la pérdida sufrida, sino por una vida que ya no le sonríe y que afronta con desesperanza un presente poco atractivo. Estupendo trabajo de Alejandra, desde lo actoral y desde lo gestual, ya que sus caras y su cuerpo, consiguen hablar por si misma.
Es muy interesante, el espacio que el autor le otorga a la relación de esa madre, con sus hijos, que se han ido a hacer sus vidas y que ahora en estos momentos tristes, parecen acordarse de su madre y regresan para acompañarla. Nos referimos a Julián Marcove ( Fedérico ) y Fernando Da Rosa ( Gonzalo ), que si bien tienen personalidades muy diferentes, comparten muchas cosas, como ocurre con los hermanos reales. Nos gustaron mucho sus actuaciones y también como recrean ese vínculo y esa competencia, que tenían cuando eran chicos y que se mantiene aunque hayan pasado muchos años y sean dos adultos ya.
Para el final dejamos a Mariana Estensoro, que le otorga frescura y luz a una trama más bien lúgubre, No vamos a revelar mucho del personaje algo misterioso que lleva adelante aquí Mariana, a quien elogiamos hace unos meses, por su trabajo en Todo el Tiempo que se Pueda y aquí vuelve a gustarnos mucho su interpretación.
La puesta en escena tiene varios ítems para destacar, arrancando por el diseño escenográfico de Mario Nigro, que nos acerca un cálido hogar, con algunos elementos, que suman mucho, como esa pelopincho, donde los hermanos ya grandecitos, recordarán sus juegos de niños. Hay un muy buen diseño de luces de Luciana Giacobbe y un diseño de vestuario de Analía Morales, bien a tono con la trama.
En definitiva, es una propuesta atractiva, la que nos ofrece El Tiempo se Detiene, una obra que pone la lupa en lo que sucede en el seno familiar, cuando ocurre un hecho desgraciado, que por su fuerza, parece volver a establecer vínculos familiares, que ya no son tan cercanos, rememorando de esta manera, situaciones del pasado y felicidades, que hoy se añoran, trayendo a escena, la célebre frase, de que todo tiempo pasado fue mejor.
Solo queda recomendar la obra, que en slow mode y con una cadencia particular y apoyado en actuaciones muy sólidas, nos recordará que el paso del tiempo es inexorable y que aunque a veces pareciera que se detiene, la vida transcurre, muchas veces sin pena, ni gloria, hasta que la muerte finalmente se presenta y en esos momentos ya será demasiado tarde para tratar de ser felices.
Pensador Teatral.
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