sábado, 21 de septiembre de 2019

Absurdo Criollo

Dramaturgia de Marcos Arano y Gabriel Graves. Dirección de Marcos Arano.










Sábados 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

La virtuosa dupla Marcos Arano y Gabriel Graves, creadores de Tierra Partida y Vientre, dos estupendas y multipremiadas obras del teatro independiente, que tienen en común revisar la historia argentina en clave de humor y clown, se vuelve a reunir, con esta nueva obra Absurdo Criollo, valiosa y rica propuesta, que completará la trilogía, con una pieza realmente valiosa, que en la línea de las anteriores, no defraudará a su público, por el contrario, los dejará muy satisfechos.












En Absurdo Criollo, los autores continúan con la búsqueda de la identidad nacional, buceando en la historia para tratar de establecer cuáles fueron las bases de la argentinidad y tratando de descifrar el ser argentino promedio, misión realmente compleja, por las divisiones y luchas que siempre estuvieron presentes en la Argentina desde su formación como Nación. Eso sí, la búsqueda será presentada una vez más, con mucho humor, jugando con el grotesco y el absurdo, pero siempre con una mirada ácida e inteligente, que desnuda las contradicciones de nuestro querido país.

En esta oportunidad, los autores no tendrán como en los proyectos anteriores una idea general, que se irá transformando con los ensayos y las improvisaciones. Aquí partirán de tierra firme, una cita del ensayista Ezequiel Martinez Estrada, que menciona que en cualquier patio de cemento, puede crecer un brote o una planta. Desde esa frase, surge la dicotomia, campo vs ciudad. Civilización y Barbarie, Dos mundos que parecen absolutamente diferentes, pero estrechamente relacionados, ya que forman parte de un mismo país y una misma realidad. En la obra el nexo, de estos dos universos, será un ombú, que crece en el patio de un departamento de Recoleta, que funcionará como un medio de transporte entre ciudad y campo.










Absurdo Criollo, no jugará tanto con el clown, ni tendrá una presencia multitudinaria de actores en escena, como sus predecesoras, sino que tendrá un hilo constante y ofrecerá personajes más definidos, que tendrán un lucimiento enorme y que posibilitarán el desarrollo de una historia muy rica en lo creativo,  que atrapará al espectador desde el inicio, con una trama envolvente y llena de guiños para un espectador que estará atento y enganchado desde al arranque, para no perderse detalle de lo que sucede en el escenario.

No vamos a contar mucho más, para conservar la sorpresa, pero si diremos que la dramaturgia es muy ágil y entretenida, apareciendo en escena un gaucho que decide ir a recorrer el país, con la esperanza,  que su gurí, mientras tanto, aprenda a escuchar los llamados de la tierra y sepa como cebar un mate decente. Al mismo tiempo, en la gran ciudad, aparecerá, una ex jueza aburrida, que se quiere postular como diputada, algo que no convence a su marido burgués que vá al gimnasio para bajar de peso y tampoco a la empleada doméstica, que tienen, lectora de La Ideología Alemana de Marx y Engels.










Como mencionamos, la dramaturgia está muy bien elaborada, jugando mucho con el absurdo, con la historia y también con el presente, haciendo algunas referencias a la política actual del pais, sabiendo gambetear justo a tiempo,  para no caer en lo partidario y centrarse en la crítica, a un sistema que no está dando buenos resultados. En la misma historia, se mezclará Juan Moreira, con el Quijote, aparecerán las miserias de los políticos, el crisol de razas que habita nuestro país y las divisiones que siempre estuvieron presentes. De todo como en botica y siempre con una mirada inteligente, surgida desde el humor y el absurdo, que como dicen siempre dicen es la manera más cruda y real de mostrar la realidad.

Es momento de hacer referencia a las actuaciones que tiene la obra, ya que al contar con un elenco menos numeroso, que en sus predecesoras, los personajes están más marcados y se consigue un lucimiento individual, que no pasa desapercibida.










En nuestra opinión y con el riesgo de ser injustos, creemos que hay dos interpretaciones, que escapan a la media y que podemos tildar de superlativas. El pilar de Absurdo Criollo es Bernardo Forteza, que personifica de manera brillante al Tata, un hombre bien de campo adentro, que tratará de entender una realidad, más allá de la Pampa. Su tono de voz, sus gestos, sus recitados y su conmovedora entrega, deleitan a la platea. Como si fuera poco, Bernardo además compone también,  a un hombre de ciudad, marcando los contrastes con su entrañable Tata. Fenomenal su trabajo.

Continuamos con Rocío Rodríguez Paz,  para nosotros la gran revelación de la noche. Ya habíamos destacado su labor en Tierra Partida y Vientre, pero es aquí, donde con un mayor protagonismo, concreta una actuación consagratoria. Su personaje principal es una mucama de interior, que descubre de manera accidental su ideología socialista, en una composición desopilante. Y al mismo tiempo representará, a una mujer de buena posición económica, que no tiene empacho en exhibir un rosario de prejuicios contra los sectores populares, que provoca muchas risas en un público, que en muchos casos se identifica con el discurso políticamente incorrecto. Brillante trabajo de Rocío, una joven actriz que aprovecha la oportunidad y el protagónico, para mostrar todo su talento e histrionismo.

Pero no queremos ser injustos, con Federico Tombetti, otro gran pilar de la historia, que compone magníficamente al tierno gurí, que sin saber bien la manera, quiere emular a Juan Moreira y también a Steven, un personal trainer, bastante eléctrico. Otro gran trabajo es el de Roxana Berco, como una candidata a diputada con pocos escrúpulos y como la esposa del Tata. Ambos están estupendos y sorprenden al interpretar dos personaje tan diferenciados. Realmente se conformó un cuarteto de protagonistas notable, que se identifica con la historia y se divierte en el escenario.










De ninguna manera pueden quedar fuera de las menciones, a los tramoyistas Alejandro Kenseyan, todavía nos reímos de su uruguayo y Jonatan Duval Osorio, experto en guaraní. Son verdaderos todo terreno, acomodan al público al entrar, se encargan de los efectos especiales artesanales que presenta la puesta y desdoblan gran cantidad de personajes, siempre con mucha gracia, Nuestro reconocimiento para ambos, siendo una excelente muestra, que marca como desde papeles secundarios, se puede lograr un enormel ucimiento. Christian Amadeo, es el tercer tramoyista, con menos letra, pero aportando, mucho para dar fluidez una trama, que no se detiene nunca.

La puesta que presenta Marcos Arano, es muy dinámica, con muchísimos guiños sembrados en el guión ( se necesitaría ver más de una vez la obra, para detectarlos todos ) y el director vuelve a jugar de manera inteligente, con la conocida fórmula del teatro dentro del teatro. Destacamos el diseño escenográfico de Carlos Di Pasquo, con el escenario dividido en dos  y con el gran ombú como conector de campo y ciudad. Destacamos  el diseño de luces de Alejandro Velázquez y el vestuario de Silvia Savaglia. Párrafo especial para la música original de Martín Miconi y la guitarra en vivo de Valentin Larroy en la función a la que asistimos nosotros. Estamos en presencia de una puesta muy trabajada, que cuida todos los detalles y por ello, como el trabajo en equipo es fundamental, pese a ser extensos, creemos que era justo mencionar a todos los responsables de ello.











Sin dudas, Absurdo Criollo, es otra estupenda creación de Marcos Arano y Gabriel Graves, que con un estilo bien propio, a esta altura, ya se han convertido en un sello de garantía de teatro independiente de calidad, explorando en la identidad del ser argentino, con una mirada crítica y política, que más allá del humor, movilizará a un espectador, que reconoce la realidad que se expone en el escenario.

La obra recientemente ha sido nominada a los Premios ACE 2018/2019 como Mejor Espectáculo Alternativo y al ver la obra, entendemos la justicia de este reconocimiento y ese aplauso prolongado que los espectadores tributan a los protagonistas al final de la función. Recomendamos fervorosamente Absurdo Criollo, una obra para reír y divertirse, pero también para reflexionar, acerca de ese designio trágico que tiene las Argentina desde su orígen y que lamentablemente, nos sigue acompañando hasta estos días.




Pensador Teatral.



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