Dramaturgia de Federico Picasso. Dirección de Santiago Fondevila y Federico Picasso.
Sábados 18 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )
Un texto entrañable y con mucho encanto, llega de la mano de Casandra en la Cocina, obra escrita por Federico Picasso, que con una dramaturgia muy bien elaborada, nos remonta a nuestra infancia, poniendo el foco en aquellos recuerdos y vivencias, que sin que nos demos cuenta, van a marcar fuertemente rasgos de nuestra personalidad.
La historia se desarrolla en Monte, una pequeña localidad bonaerense, allí viven Emiliano y Nenina, que son hermanos, en la casa donde nacieron, con su madre costurera, que es la única que trabaja en esa casa. Los hermanos parecen detenidos en el tiempo, no trabajan y pasan la mayor parte del tiempo encerrados en la casa, transitando una vida aburrida, con pocos matices.
Pero la tranquilidad de aquel hogar se va a sacudir con la aparición de Casandra, antigua compañera de primaria de Emiliano, que hace años dejó Monte y se fue a la Capital en búsqueda de un futuro. Llega a la casa a buscar unos vestidos que dejó para arreglar, pero su presencia se va a prolongar más de la cuenta, al entablar una particular charla con Nenina, que la mira con admiración.
Casandra es un verdadero torbellino y los recuerdos del pasado no tardarán en llegar. Aparecen cuentas pendientes entre ella y Emiliano. Heridas que pese a los años transcurridos no cicatrizaron y la frase donde hubo fuego cenizas quedan, se aplica perfectamente aquí. Nenina tiene un par de años menos y se siente embelesada por la figura de Casandra, una mujer independiente y tan segura de si misma, que podría escucharla horas y horas.
El encuentro entre los tres protagonistas de la historia se produce en la cocina de la casa, un ambiente muy especial, ya que allí suceden cosas extrañas. Hay una corriente de aire, que aparece de manera sorpresiva y se escuchan susurros de palabras incomprensibles. Hay alguna presencia ?? Algún fenómeno paranormal habita allí ?? O es la simple imaginación de aquellos hermanos ??
Casandra casualmente estudio ciencias ocultas en la Capital y cuando Nenina le cuenta lo que sucede allí hace años, se decidirá a descubrir el misterio, pese a la oposición de Emiliano que no quiere saber nada con las propuestas alocadas de la recién llegada. Y hasta aquí vamos a contar, para mantener el suspenso. Solo diremos que se vivirán divertidos y delirantes, es los que He-Man, She-Ra y Rambo, vaya trilogía, se harán presentes.
Y hablando de trilogías, es momento de hablar de las excelentes actuaciones que presenta la obra, porque sin dudas el texto es muy atractivo, pero como muchas veces decimos, si no se encuentran buenos intérpretes, que lleven adelante la dramaturgia, todo puede naufragar. Bien, es este caso ocurre todo lo contrario, ya que se reunió un muy buen elenco, que se nota muy a gusto en el proyecto y con sus interpretaciones refuerzan el texto.
Arranquemos por José Escobar, a quien elogiamos en tantas reseñas por sus diseños escenográficos. Aquí se pone el traje de actor ( ya lo habíamos visto actuar en El Amor es un Bien ) y lo hace muy bien. Componiendo a un Emiliano, bastante inmaduro, fanático de He-Man y que ahorra en muñecos de colección, en vez de hacerlo por ejemplo en bitcoins o euros, ya que piensa que con el tiempo subirán su valor. Todo un personaje José, absolutamente querible.
Clarisa Balcarce, es Nenina, pese a que ya no es un adolescente, sigue siendo la niña de la casa. Tímida, inocente y al igual que su hermano, con dificultades para vincularse con la gente. Ella no colecciona muñequitos, pero es fanática de los ñoquis, plato que come varias veces por semana. Es la primera vez que vemos a Clarisa y nos encantó su composición de una mujer naif y aniñada, que tiene mucha presencia escénica.
María Zubiri, es Casandra, la protagonista de la historia y tal vez por ello, es quien se lleva los mayores elogios . Resulta un verdadero torbellino, desenvuelta y con un desenfado que le dio sus años viviendo en Capital, está dispuesta a revolucionar la vida tranquila de aquellos hermanos. Con un histrionismo a flor de piel y muy expresiva, es el revulsivo de la historia. Magnífica interpretación de María.
Llega el tiempo de mencionar las virtudes de la puesta, que es original y muy moderna, sumando tecnología y recursos audiovisuales a la trama, con un diseño escenográfico que irá sufriendo algunos cambios a lo largo de la obra. Hay varias sorpresas que irán apareciendo y que no queremos adelantar, para mantener el suspenso, solo vamos a decir que la puesta es muy bella desde lo estético, siendo una muestra de como muchas veces sin tantos recursos económicos, pero con ingenio, se pueden logar excelentes resultados.
Y hasta aquí contamos, nos enganchamos mucho con la propuesta de Casandra en la Cocina, un texto entrañable, que arranca como una historia mínima, que irá creciendo, con momentos divertidos, otros delirantes y también algo esotérica. Es una historia con la que el público se identifica, que nos interpela a soltar aquellas cargas que llevamos hace años y en nuestro caso, nos invitó a recordar momentos dichosos de la infancia, que ahora tanto anhelamos.
Recomendamos la obra, que con una cubierta lúdica, una puesta distinguida y estupendas actuaciones, tiene la sensibilidad necesaria para llegar al corazón del espectador, invitando a la reflexión y a la emoción, que nos provoca evocar un pasado que suena lejano, donde disfrutábamos siendo niños, viendo dibujitos en la tele. tomado la merienda y jugando con nuestros muñequitos, siendo ese nuestro mágico mundo, en el que éramos felices.
Pensador Teatral.