Dramaturgia y Dirección de Sebastián Olano.
Jueves 20 hs en Teatro el Vitral ( Rodríguez Peña 344 )
Una propuesta altamente creativa y cargada de emociones, llega de la mano de este bello texto de Sebastián Olano que retrata los último años de la atormentada vida de Vicent Van Gogh, el genial pintor holandés, proponiendo emprender un verdadero viaje a través del tiempo, permitiendo de esta manera que aparezcan en esta historia grandes artistas de diferentes épocas, en un texto que no tiene miedo en asumir riesgos y tomando como base a Van Gogh, nos invitará a reflexionar sobre diferentes cuestiones existenciales.
La pieza nos hablará de la locura, tan presente en la vida de muchos artistas, de la soledad que sienten, el desamparo y la incomprensión como moneda corriente. Además grafica la lucha que lleva adelante, para no caer en la vida rutinaria y sin sentido que propone el mundo, buscando de manera frenética, encontrar ese camino que conduce a la libertad y que tanto cuesta ubicar.
Vicent en Libertad como dijimos antes, es una propuesta original, un texto que toma riesgos, saliendo de lo convencional, navegando con pericia entre lo real y lo onírico, dejando mucho espacio libre para que el espectador busque su propia interpretación de lo que ve, aunque en nuestra opinión, lo mejor en este caso, no es buscar certezas, sino dejarse llevar por la fluidez del relato y disfrutar de un texto pleno de poesía y bellos momentos musicales.
Sin contar demasiado, para mantener las sorpresas, podemos adelantar que la trama tendrá personajes contemporáneos de Van Gogh, como ser Theo, su hermano menor, muy importante en su vida, ya que era quien le brindaba el apoyo económico que le permitía dedicarse a la pintura o Paul Gauguin, colega y amigo, influyente en su carrera. Pero también, gracias a la magia del texto, veremos en el escenario al genial Salvador Dalí y al mismísimo Charles Chaplin que no coincidieron temporalmente con Vincent. También aparecerán personajes fantásticos como un árbol llamado Neumen, nombre que coincide localidad holandesa donde el pintor residió y creó una parte importante de su obra.
Y hasta allí vamos a contar, hay que ir a con la mente bien abierta, para sumergirse en este texto escrito y dirigido por Sebastián Olano, quien además es el gran protagonista de la historia en el escenario y justamente llega el tiempo de hablar de las actuaciones que presenta la obra. Sebastián, precisamente es quien lleva adelante el papel de Van Gogh y nos gustó mucho su interpretación, dando a su personaje la sensibilidad y emocionalidad que requiere, con una pasión y un compromiso, que llegan al corazón del espectador. Logrando mostrar su soledad y angustia ante un mundo que le resulta hostil y ajeno. Nos encantó su trabajo y lo felicitamos por ser el impulsor de este proyecto tan bello. como alocado.
Pero si bien Olano, es el gran protagonista de la historia, no está solo, ni mucho menos en escena, lo acompañan otros siete actores, número poco habitual en propuestas de teatro independiente y que realmente valoramos, ya que la obra funciona como un todo, donde cada una de las partes hace su aporte y colabora para la riqueza del relato y la puesta.
Arranquemos por Lucas Maíz, representando al gran Charles Chaplin, personaje mudo de la historia, que juega un rol muy importante aquí, acompañando y apuntalando a Vicent, en los momentos de mayor angustia. Es muy buena su personificación, su gestualidad, su forma de caminar, componiendo un personaje muy querible, que el público agradece.
Silvina Marotta, como Neunen, es otro personaje que nos gustó mucho. Un árbol con sabiduría que acompaña los momentos oníricos del pintor. Bella composición de Silvina, aportando frescura y ternura a un texto que por momentos es muy duro. Dany Red, como Salvador Dalí, con sus relojes y su obsesión por el tiempo, también deja su huella en el relato.
Pero no seamos injustos con el resto del elenco, Jonatan Arioli ( Theo ), Jorge Luis Borge ( Paul Gaugín ), Rosina Soto ( Jordana ) y Ramiro Doello ( Cobija ), todos hacen su aporte importante a la historia y pese a estar dando la mayoría de ellos sus primeros pasos en el teatro independiente, cumplen muy bien sus papeles.
La puesta a cargo de Sebastián Olano, tiene realmente mérito, ya que con una con construcción artesanal logra excelentes resultados, demostrando como a pulmón y con ingenio se puedan lograr puestas muy bellas. Aquí demos destacar el diseño lumínico de Raúl Fernández, creando muy buenos climas, con un diseño escenográfico y un vestuario que acompañan muy bien, dejando un párrafo aparte, para la música que tiene un lugar importante en la trama y genera momentos realmente logrados.
No queda mucho más para agregar, solamente celebrar la aparición en cartelera de propuestas como de Vicent en Libertad, que se animan a salir de lo convencional, de lo sencillo, decidiendo arriesgar con un texto profundo y una trama que se atreve a superar los límites creativos habituales. Por eso, cualquier imperfección que pueda notarse en la dramaturgia, a nuestro entender, queda absolutamente superada por la potencia y la búsqueda de una puesta potente y original.
Los invitamos entonces a viajar a través del tiempo con Van Gogh y otros artistas, incomprendidos en vida y venerados luego de su muerte. Se van a sorprender con un texto sensible y pleno de poesía que invita a la reflexión y moviliza. En nuestro caso, además de disfrutar mucho la obra, nos fuimos de la sala, tarareando la melodía de Balada para un Loco, la canción que inmortalizaron Astor Piazzolla y el Polaco Goyeneche. Como es eso ?? Si leyeron bien, en un momento pletórico de la obra, el piantao de Vincent bailará con ese tango de fondo, algo difícil de imaginar, pero posible, gracias a la magia y riqueza de nuestro querido teatro independiente.
Pensador Teatral.