Texto: Jorge Lorenzo. Dirección de Mecha Fernández.
Viernes 19 30 hs en EL Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Una brisa de aire fresco es la aparición en la cartelera porteña, de propuestas como la del Barrio La Mondiola, un sainete musical escrito por Jorge Lorenzo, ambientado en la década del 40, que nos invita viajar a aquellos años para disfrutar de la atmósfera tanguera que se respiraba en las casas, no existía la televisión y la radio era quien traía las novedades y el entretenimiento a las casas. Eran tiempos de guapos y compadritos, de mujeres que se emperifollaban para ir a la milonga, con la ilusión de encontrar al más rana con quien pasar al zaguán.
La historia estará cargada de imágenes de la época y de algunas palabras que ya cayeron en desuso, siendo esto un atractivo adicional para esta obra llena de encanto y de poesía. En el relato se mezclarán escenas de la realidad, con otras pertenecientes al mundo onírico, quedando claro que la premisa principal es disfrutar de los personajes, los tangos, los bailes y los momentos muy divertidos que tendremos a lo largo de la trama. Aquí la historia es la excusa y el marco necesario, para que podamos disfrutar de este sainete de época que tiene todos los condimentos.
En la misma veremos a Leopoldo ( Carlos Ledrag ), un humilde empleado municipal, con sangre tanguera en su venas, ya fue su padre fue un reconocido cantor de la época. Está enamorado hace mucho tiempo de Rosaura ( Jesica Livorsi ), una bella chica de barrio, que sufre la timídez de Leopoldo, que no se anima a dar el paso adelante para conquistarla. Las cosas no serán sencillas para nuestro héroe, ya que en el trabajo deberá lidiar con un jefe bastante villano ( Jorge Lorenzo ) y una compañera ( Silvia Geijo ) que un poco por celos y otro poco por pura maldad buscarán obstaculizar su conquista.
La situación no era sencilla para Leopoldo, pero por suerte, contaba con un arma secreta a la que podía recurrir y esa era soñar aquello que deseaba. En sus sueños, los deseos se cumplian y allí se convertía en un eximio y seductor cantor de tangos que generaba los suspiros de las mujeres, entre ellas su amada que en el mundo de sus sueños puede tener otro nombre y también los suspiros de Alma su compañera de trabajo, que en los sueños caerá bajo sus encantos. Y para completar el combo, su jefe aquí será Rigoberto y sufrirá las burlas del resto.
La trama tiene muchos enredos y es muy entretenida, lo onírico se mezclará con la realidad, para ofrecernos un relato muy divertido, que nos hará viajar en el tiempo, para conocer a los deliciosos personajes que la historia nos ofrece, con la música bien presente y esos fragmentos de tangos que serán parte importante de un relato que se disfruta desde el principio. Y hasta allí vamos a contar, el resto lo dejamos para que ustedes los descubran cuando vean la obra, ya que hay varias sorpresas.
Momento de hablar de las actuaciones que tiene la obra, ya que son el alma de la misma y se destacan muchísimo. Arranquemos por Carlos Ledrag, el gran protagonista de la noche y quien a nuestro entender se lleva los mayores elogios. Esto sucede por su presencia escénica y por sus grandes condiciones como cantante, algo que capitaliza muy bien aquí, ya que es quien tiene a cargo los mejores momentos musicales de la noche, cantando fragmentos de tangos reconocibles para todos como Cuesta Abajo, Garufa y Nada por mencionar solo a algunos. A Carlos lo habíamos elogiado el año pasado por su trabajo en La Falcón, pero a nuestro entender aquí encuentra mayor espacio para su lucimiento y el espectador lo agradece. Un trabajo estupendo.
Pero no seamos injustos con el resto del elenco. Encantadora composición de Jésica Livorsi, dotando de ternura y candidez a sus personajes, además de lucirse mucho en las partes cantadas, por su bella voz. Nos gustó mucho lo de Jésica. Y sigamos con Silvia Geijo, la más divertida de la noche, con un histrionismo a flor de piel, fue quien más risas generó a la platea. Además de eso, para destacar su entrega, muy bueno lo de Silvia. Y cerramos el elenco con Jorge Lorenzo, el autor de la obra, que participa de la misma con un personaje muy divertido.
Realmente cuatro trabajos muy buenos en la actuación, todos muy comprometidos con la obra y con actuaciones que se disfrutan mucho en todos los casos, desde lo individual y en el conjunto. Pero no solo ellos estaban en el escenario, no podemos dejar de mencionar a los músicos en vivos, que guitarra en mano acompañaron en gran forma los momentos musicales. Nos referimos a Moncho Santos y Juan Lorenzo, que además acompañarán la historia, con algunas muecas y gestos cómplices con los actores, siendo algo gracioso.
La puesta de Mecha Fernández tiene varios puntos altos para destacar, entre ellos la música original de Esteban Morgado, el bello y funcional diseño escenográfico de Vanesa Abramovich, el distinguido vestuario de época de Arnaldo Mario Pera Ochoa y el diseño lumínico de Horacio Novelle colaborando con los diferentes climas del relato. Por último, un párrafo especial para las pelucas de Myriam Manelli, nos encantó en especial la del cantor, seguro coinciden conmigo cuando vean la obra.
No queda mucho para agregar, Del Barrio La Mondiola está arrancando con muy buen suceso su segunda temporada, repitiendo el éxito del primer año, donde obtuvo gran respuesta del público y de la crítica especializada, recibiendo 4 Nominaciones a los Premios Ace 2002, mostrando que un género como el sainete musical, siempre muestra vigencia y es del agrado del público, más aún en propuestas tan logradas como esta.
Solo queda recomendar la obra, como dijimos antes en este caso la historia queda en un segundo plano y la premisa es disfrutar de un hermoso y divertido sainete de época, con personajes exquisitos y melodías tangueras llenando el aire de El Tinglado, para regalarnos una festiva noche de teatro. Por eso no sorprenderá ese emocionado y prolongado aplauso, con que los espectadores merecidamente despiden a los protagonistas al final de la función.
Pensador Teatral.