martes, 11 de julio de 2023

María, es Callas.

 Dramatutigia de Adriana Tursi. Dirección de Tatiana Santana.







Llega a la cartelera porteña, este texto escrito por Adriana Tursi, que indaga en la intimidad de María Callas, la soprano de orígen griego nacida en Estados Unidos, considera una de las cantantes más influyentes del Siglo XX, dejando una huella imborrable en el mundo de la ópera. Su voz única, su intensidad emocional y su personal forma de abordar la interpretación de los personajes en escena, la convirtieron en una artista legendaria. 

También ayudó a la gestación del mito, su desdichada vida privada y su prematura muerte. Y la obra que nos convoca, precisamente es allí adonde apunta, al interior de " La Divina ", dejando de lado sus momentos más gloriosos en diferentes escenarios del mundo y poniendo el foco en el último tramo de su vida, cuando venía en declive, estaba perdiendo la voz y se encontraba fuera de eje, debido a la traición de Aristóteles Onassis que sin dudas fue su gran amor.





La obra se iniciará precisamente con una María desbordada, hablando por teléfono con el magnate griego que la había abandonado y ahora estaba noviando nada menos que con Jackie Kennedy, una de las mujeres más populares de los Estados Unidos. Callas recordó en ese momento cuando estaba con Ari viendo la tele y asesinaron a Jonh Kennedy, un foto de ese instante mostró una mueca de alegría en el rostro de Onassis, como festejando que Jackie quedara disponible.

Callas la estaba pasando muy mal, su cabeza parecía estallar cada vez que veía en las noticias como la nueva pareja viajaba y pasaba sus días  en lugares que le eran familiares y le traían recuerdos de una hermosa etapa de su vida. Y la ira llegó a su máxima expresión, cuando se enteró que Onassis y Jackie se casarían. No podía concebir que aquel hombre ya no la quisiera y estuviera con otra mujer. Pese a haber sufrido malos tratos y humillaciones de su parte, amaba a Ari y no tenía reparos en suplicarle para que volvieran a estar juntos, mostrando que el amor muchas veces es un sentimiento inexplicable.





La célebre cantante estaba en el ocaso de su carrera y de su vida, debido a un amor fatal, por el cual se entregó de manera incondicional, pero no fue correspondida. Cada vez más eran más las pastillas que debía tomar para calmar un dolor que la atravesaba. Apenas superaba los 50 años, pero los disgustos que acompañaron su vida amorosa, le pasaron factura y un final trágico la esperaba a la vuelta de la esquina, pero hasta allí vamos a contar.

Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra. No era sencillo encontrar a la actriz indicada para el papel de María Callas y vaya si acertaron en la elección con Natalia Cociuffo para este protagónico. La composición de de Natalia es genial, con una presencia escénica imponente y pudiendo mostrar sus enorme recursos, ya que es una una excelente actriz y una estupenda cantante, algo indispensable en una obra con un alto componente musical.





Todavía recordamos la interpretación de Cociuffo en Los Monstruos, una obra de teatro musical que tuvo un gran reconocimiento de público y de crítica. Aquí en un protagónico muy desafiante, la actriz cordobesa muestra su enorme talento y carisma. Para quienes no a conocen, descubrirán a una gran actriz y se van a sorprender por la belleza de su voz y lo lindo que canta. Genial su trabajo.

Sin embargo este lluvia de elogios para la protagonista, no debe hacernos perder de vista, el gran aporte que realiza el trío que la acompaña en escena, haciendo de coro de ella misma y de otros personajes, dando a la obra un gran dinamismo. Arranquemos por Pedro Frías, que se luce muchísimo, especialmente en una parte cantada que protagoniza. Verónica Pacenza aporta belleza y plasticidad a la puesta, en cuanto que Sol Aguero, a quien habíamos elogiado ya por su trabajo en Verde Agua, aquí muestra todo su histrionismo, jugando un papel de presentadora en varios pasajes de la obra. Nos sorprendieron muy gratamente las composiciones de estos tres jóvenes actores, que desde roles secundarios, agregan muchísimo valor a la obra y colaboran al lucimiento de la protagonista.






La puesta de Tatiana Santana es otro punto muy alto, ya que no pensamos que en el Cultural San Martín podríamos ver una puesta que supera a muchas del teatro comercial. Analicemos el porque de esta afirmación. En primer lugar, destaquemos las excelentes coreografías creadas por Valeria Narvaez, sigamos por la dirección musical de Rony Keselman que se apalanca en el potente sonido que tiene la pieza, la bella iluminación de Iván Nirich que crea los diferentes climas que tiene la historia y también un párrafo para el vestuario de Uriel Cistaro que otorga glamour a los personajes, en especial con el imponente vestido azul que luce la protagonista.





En definitiva, estamos ante un espectáculo que se disfruta mucho, ya que nos permite recorrer el lado emocional de una artista de excelencia como María Callas, considerada la cantante de ópera más influyente de todos los tiempos. Siendo una gran idea, traer su personaje a escena, celebrando el centenario de su nacimiento y recordando parte de su vida.

Fumos testigos de la función despedida de la obra del Cultural San Martín, que la despidió a sala llena, en una temporada que termina siendo corta, seguramente por motivos contractuales con el espacio, ya que la obra tiene mucho trabajo y sin dudas tendrá un largo recorrido en un nuevo teatro. La agudeza del texto, la potencia de la puesta y en particular la genial composición de Natalia Cociuffo, como La Divina que recibe una hermosa ovación al final de la función.


Pensador Teatral.



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