Dramaturgia y Dirección de Marigela Ginard.
Viernes 21 hs en Teatro Anfitrión ( Venezuela 3340 )
Una muy buena adaptación teatral del cuento Dentelladas de Tigre de la escritora norteamericana Lucia Bertin llega a la cartelera porteña de la mano de Marigela Ginard, que se nutre del universo de esta autora redescubierta en los últimos años y calificada con el secreto mejor guardado de las letras estadounidenses, no alcanzó a vivir el tiempo suficiente para conocer el impacto de sus obras.
La protagonista de esta fuerte historia es Lou, una joven de vida algo desordenada, que decide aceptar la invitación del tío Tyler y viaja junto a su pequeño hijo Ben a Texas, para pasar una Navidad en familia. La idea esa poder reconciliarse con sus padres, que estaban furiosos porque su marido la había dejado y ahora debería lidiar ella sola con la crianza de su hijo.
Al llegar a la estación de tren, la estaba esperando su prima Bella Lyn, que se alegra mucho de volver a verla y de conocer al pequeño Ben. Se suben al descapotable y allí la prima les advierte que no espere mucho espíritu navideño, porque en una discusión familiar, su madre se había cortado las venas, no fue algo extremadamente grave, pero la internaron en un hospital psiquiátrico cercano y estará allí unos días, porque lo no estará presente en la fiesta navideña y tampoco será de la partida su padre, que sigue furioso por su divorcio. En uno segundos los deseos de reconciliación familiar se esfumaban en el aire.
La prima le cuenta que ella tampoco estaba bien de amores, porque luego de dos meses, también se separó de su marido, debido a que su propia familia le había dado una paliza por revelación sobre un hábito sexual que ella reveló a su madre. Evidentemente tenían en común familias muy explosivas y de armas tomar. En tren de confesiones, Lou reveló que estaba algo preocupada, porque para ir a aquella fiesta navideña, como en el trabajo no le daban franco, decidió renunciar al empleo sin más.
La prima se alarmó por aquella decisión, ya que sin trabajo no tendría dinero para mantener a su hijo. Y allí llegará la revelación que cambiará todo en la obra, ya que Lou confiesa que no es un hijo al que debe mantener, son dos, porque está embarazada de cuatro meses, Y hasta allí vamos a contar, para mantener la sorpresa solo diremos que aquella noticia, cambiará por completo el rumbo de la historia, volviéndose todo más oscuro a partir de allí, apareciendo en primer plano el tema del aborto en toda su dimensión, no solo desde el punto psicológico.
Momento de hablar de las protagonistas de la obra, que tiene una estructura muy particular, ya que las tres actrices interpretarán a Lou de manera intercalada y también a la prima, jugando también en los diálogos entre ellas, en un recurso ingenioso y original que propone Marigela Ginard, que le dá un condimento particular a las actuaciones, ya que las tres actrices siempre están juntas en escena, compartiendo el mismo personaje, mencionando también que hay diferencia de edad entre las actrices, que le aporta un matiz especial a las interpretaciones.
Nos gustaron mucho los trabajos de Evelia Romero, Valeria Franchi y Pilar Pacheco, mostrando muy buenos trabajos individuales y gran coordinación entre ellas, para entrar y salir de los personajes en los momentos justos. Evelia Romano la más experimentada, muestra mucho carisma y transmite paz con su composición. Valeria Franchi la del medio, es quien conduce la mayor parte del relato y destacamos su gestualidad y su bella voz. Por su parte Pilar Pacheco, la más joven de las tres, aporta frescura y se luce en las partes cantadas que tiene la obra. Exquisitos y sensibles composiciones del trío protagónico.
La puesta de Marigela tiene varios puntos para destacar. En primer lugar, la gran cercanía que tiene el público con las actrices, esto se debe a que las sillas se ubican a los dos costados del despojado espacio escénico, que es una estrella franja vertical que las actrices recorren. Esta disposición, permite que el espectador no se pierda detalle de los movimientos y gestos de las protagonistas, algo que se disfruta mucho. El diseño lumínico de Ricardo Sica, contribuye a la atmósfera íntima que tiene la obra y gran destaque el vestuario de Lara Risatti, con jeans y sombreros vaqueros para las mujeres en sintonía con la locación del relato.
No queremos contar más, para que descubran más cuando vean la obra, sin dudas es una gran chance de conocer la pluma esta autora estadounidense, que con este cuento nos traslada al paisaje de frontera entre los Estados Unidos y México, para hablarnos de vínculos familiares rotos que pueden provocar que nos sentimos desamparados, debiendo decidir y actuar en soledad, algo que muchas veces no trae buenas consecuencia, con el plus que no debemos perder de vista los mandatos sociales que siempre están presentes.
Seríamos una Familia nos relata una historia cruda y reconocible, que arrancará de manera relajada y a medida que la trama avanza el camino se irá oscureciendo, para entrar en una temática sensible y controversial, que se hace eco de la realidad de muchas muchas mujeres en el mundo entero. La original puesta de Marigela Ginard y las muy buenas actuaciones de las tres protagonistas, se abrazan con sensibilidad al texto de Lucia Bertin y el teatro lo agradece.
Pensador Teatral.