Dramaturgia y Dirección de Ricardo Larrama.
Domingos 20 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )
Una propuesta entrañable y humana nos acerca Ricardo Larrama, con Hermanos Siralmik, somos los que recordamos, obra que nos habla de la vejez y como llegamos a esta etapa de la vida, poniendo el foco en el vinculo filial, entre dos hermanos que ya pasaron los setenta años, tomaron caminos diferentes y ahora por circunstancias de la vida, están viviendo juntos en la casa que fuera de sus padres.
La historia que resulta cercana y reconocible, nos presenta a Daniel ( Enrique Amido ) el hermano mayor, con 75 años cumplidos, que luego de separarse, tuvo que volver a la casa de los padres, allí donde vivió siempre Emilio ( Isaac Jorge Lisorki ) el hermano menor, soltero empedernido e idealista por naturaleza, que tuvo que aceptar la llegada de su hermano y con la misma el pase de facturas permanentes que sufrirá,
El vínculo entre los hermanos es conflictivo, en especial por la le belicosidad de Daniel, que es quien dirige la batuta y no se cansa de lanzar dardos a Emilio, con agresiones verbales de amplio espectro, quejas de todo tipo, algunas triviales, como el reclamo porque no se encarga de hacer las compras o porque pasa mucho tiempo en la casa, pero también trayendo sucesos pesados del pasado que son fáciles de digerir. Emilio trata de hacer caso omiso a los reclamos y a las acusaciones que recibe, prefiere ignorar lo que escucha, pero los ataques son constantes y casi es obligado a defenderse.
Sus vidas fueron muy diferentes, Daniel se casó y tuvo 2 hijos, viviendo un tiempo largo lejos de los padres, en cambio Emilio, tuvo una vida más bohemia, dedicada cuando era joven a la militancia política y más tarde al cuidado de los padres. Con personalidades opuestas y pensamientos disímiles, podrían tener una vejez en paz, pero Daniel no puede con su genio y siempre tendrá un reclamo que hacer, ya sea por algo del presente o algún asunto del pasado.
La trama por momentos es muy divertida, los hermanos se llevan la contra y discuten por cualquier cosa, porque se usan la ropa del otro, por que no se ponen de acuerdo en el año del casamiento de los padres o por cualquier otra cosa. Así pasan su tiempo y sus dias. Pero esa tarde algo cambiará, porque Emilio anuncia con evasivas que tiene que salir a hacer un trámite, Daniel para variar se burla del hermano, pero cuando vá descubriendo que Emilio se viste de manera demasiado elegante, se empieza a poner nervioso. Y mucho más cuando tras varios minutos de querer conocer cual es ese importante trámite, Emilio por cansancio le confesará que tiene una cita con una mujer.
Y hasta allí vamos a contar, solo diremos que la ofensiva de Daniel a partir de ese momento se incrementará notablemente y recurrirá a todos los recursos posibles para arruinarle la salida a su hermano. La trama tiene un par de sorpresas reservadas que no queremos revelar, por ello van a tener que ver la obra para descubrir si finamente Emilio puede concretar su cita y que consecuencias puede tener aquella salida.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra que nos encantaron. Arranquemos por Enrique Amido, como un Daniel implacable, malhumorado y agresivo, con una personalidad muy fuerte, es un experto en ver los errores del otro, pero nunca los propios. Gran trabajo el de Enrique, con un personaje furibundo, que siempre quiere tener la razón y tendrá siempre listo el talonario de facturas para pasarle a su hermano.
Isaac Lisorki como Emilio, es su contracara, calmado y cansado de las peleas con su hermano, trata de evitar el diálogo y estar en estado zen, porque sabe que aunque la charla luzca inofensiva, siempre llegará un conflicto. Tratará en todo momento de poner paños fríos a la situación, pero su hermano es un verdadero torbellino. Muy buena la composición de Isaac.
Celebramos mucho que actores de experiencia tengan su lugar en el teatro independiente, aquí el texto lo ameritaba, pero muchas veces se eligen a actores jóvenes que toman los papeles de la gente mayor, algo que aquí no ocurre. En esta ocasión no hace falta caracterización alguna y los protagonistas desempeñan sus papeles de gran forma y con una credibilidad muy alta. Gran elección de Larrama y gran prestación de Isaac y Enrique.
La puesta de la obra es austera pero muy efectiva. Destacamos el diseño escenográfico de Marcela Rodriguez recreando el hogar paterno y la música original de Fepo Forciniti. La preponderancia en la pieza la tiene la palabra y los filosos diálogos que mantienen los hermanos, pero desde la puesta se crear una atmósfera familiar que colabora con el texto.
Nos sedujo la propuesta de Hermanos Siralmik, más que nada por su humanidad y cercanía, ya que combina en muy buenas dosis, el humor con la tensión dramática para hablarnos del vínculo fraternal que en este caso particular se caracteriza por el conflicto y la toxicidad, mostrando como muchas veces al llegar a la vejez, en vez de aprovechar el tiempo libre que se tiene, las personas prefieren enfrascarse en discusiones estériles, trayendo los peores recuerdos del pasado y retomando situaciones que no tiene sentido tratar a estas alturas.
Como dijimos en el comienzo, la obra resulta divertida y profunda a la vez, en más de una oportunidad nos vamos a reír de las ocurrencias de Daniel y Emilio, pero en otras oportunidades se vivirán situaciones tensas que nos llevarán a reflexionar y muy seguramente veremos en estos dos entrañables viejitos a algún familiar nuestro. Felicitamos a Ricardo por este bello texto y a los protagonistas por sus sentidas actuaciones, coronadas al final de la función por el merecido y prolongado aplauso de los espectadores, que agradecen el sentido momento teatral que disfrutaron.
Pensador Teatral.