Autoría de Albert Camus. Versión de Natalia Villamil. Dirección de Mariano Stolkiner.
Jueves 20 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3376 )
Llega al Teatro el Extranjero, este fuerte texto escrito en 1994, por el escritor y filósofo francés Albert Camus, que se presenta en adaptación libre de Natalia Villamil, que actualiza el libro original, para aggiornarlo a nuestro presente, sin modificar la historia original, con la dirección de Mariano Stolkiner, que propone un formato de thriller para la historia, con una buena dosis de suspenso e incorporando a la música, como agregado a una puesta potente y oscura, que permite el lucimiento de un elenco encabezado por la talentosa Raquel Ameri, repitiendo el trio virtuoso conformado en Rota, una de las mejores obras que el teatro independiente estrenó el año pasado.
Contemos que en general, la obra de Camus, se caracteriza por abordar temas existenciales como el absurdo de la vida y la búsqueda del sentido de la misma. Su visión suele ser algo pesimista y a través de un estilo directo, el autor suele presentar historias y personajes que confrontan con dilemas éticos y filosóficos, reflexionando además sobre la condición humana. Por otro lado, la muerte es un tema central en su obra y en su pensamiento filosófico, dando a la misma un enfoque existencialista.
Stolkiner, que es un amante del universo de Camus, eligió esta obra, bien fiel al espíritu del autor, que nos presenta a una madre y una hija, que son dueñas de una posada de mala muerte, en un pueblo perdido y sin ningún atractivo para los turistas, por lo que son muy pocos los viajeros que llegan hasta allí para alojarse, siempre como escala para ir a otro sitio. Que sentido tenía abrir una posada en una ciudad tan chata como esa ?? En verdad llegaron hasta ese lugar inhóspito, escapando un pasado oscuro y por eso parecen haber elegido un lugar bien recóndito al que nadie quisiera visitar.
La hija se siente presa en ese pueblo y desea desde hace años, irse a la la ciudad, que no conoce, pero imagina que nunca puede ser peor lugar, que el lugar donde vive hace tantos años. Tiene dos problemas para lograr ese cometido, convencer a su madre para que la acompañe y plata para financiar el viaje. Para este último objetivo, deciden empezar a robarles a los pocos pasajeros que llegan a la posada. Eligen a los candidatos que llegan solos y por los que nadie reclamará, ya que en los últimos tiempos además de robarlos, los asesinan, si así despiadado como lo leen.
Se muestran fríamente habituadas a este macabro y peligroso ritual, pero a la vez se las notas algo agotadas por aquella tarea, por lo que se ponen de acuerdo, que lo harán por última vez. Elegirán como siempre a un incauto y seguirán el plan que usan habitualmente, deseando que el elegido tenga una buena suma de dinero en su poder, para retirarse bien. Pero lo que nunca iban a imaginar, es que la última víctima no sería un desconocido como el resto, por capricho del destino, está vez el diablo metería la cola y la situación sería diferente.
La obra tiene una muy buena dosis de suspenso, por lo que no queremos contar mucho más, solo vamos a decir que la persona que llegará a la posada es Juan, separado al nacer de su madre y críado por una familia rica de la ciudad. Cuarenta años después, siendo ya un adulto y luego de hacer las averiguaciones del caso para dar con ellas, decide que es el momento justo para ir el encuentro de su madre biológica y su hermana. Con el temor lógico, ya que no sabía cual sería la reacción ante su aparición, decide alojarse con un huésped sin revelar su identidad y propósito. Para saber que ocurrió finalmente, deberán ver la obra, solo adelantamos que la lucha entre la verdad, los miedos y la naturaleza de la condición humana, tendrán un duelo feroz.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, ya que realmente son un fuerte de la misma. Son cinco los personajes en escena y todos tienen su momento de destaque. Arranquemos por la talentosa Raquel Ameri, que a nuestro entender es una de mejores las actrices que tiene nuestro teatro independiente, pese a que no tiene mucha prensa. Quien haya visto Rota el año pasado, podrá confirmar lo que decimos. Raquel tiene un estilo muy particular y aquí logra la actuación más destacada de la noche, componiendo a una hija madura y dark, que tiene una profunda relación amor / odio con su madre. Grita a los cuatro vientos su enojo contra ella, pero al mismo tiempo ruega porque la acompañe en su viaje a la ciudad, un deseo que viene acuñando hace años y que aún no pudo cumplir. Disfrutar su gestualidad y sus enorme recursos actorales siempre es un lujo y aquí una vez disfrutamos de un enorme trabajo de Ameri, en un papel complejo, como casi siempre nos tiene acostumbrados.
La gran actuación de Raquel, no debe eclipsar al resto. Nos gustó mucho la composición de Marta Haller, como una madre que luce vencida y ya sin fuerzas, debido a la vida difícil que le tocó en suerte. Escapando de la oscuridad, se recluyó en un pueblo, con una hija de la que no está nada orgullosa. El desamor parece ser una constante en su vida. Recordamos haber elogiado a Marta por su trabajo en Alfa, una muy buena obra del off y aquí vuelve a lucirse mucho, con una madre áspera y resignada.
Leonardo Saggese es Juan, el hijo que decidió ir en búsqueda de su pasado y su identidad, sin saber el peligro que corría. A Leonardo también lo elogiamos en varias oportunidades, recordando su última participación en El Almacén del Fin del Mundo. Aquí realiza una muy buena composición, dando sensibilidad a un personaje frágil e indefenso. Nacha Malén, es la esposa de Juan. Lo acompañó hasta la posada y esperará su regreso. Con menos minutos de participación, Nacha muestra presencia escénica y cumple muy bien su rol. Para el final dejamos a Pablo Rinaldi, que compone a un personaje bello y misterioso. En nuestra opinión, su presencia es onírica y suma belleza a la trama, sin pronunciar palabra, hasta casi el final de la obra. Felicitaciones a Pablo y cada espectador tendrá su propia opinión de su personaje.
La puesta de Mariano Stolkiner, tiene muchos puntos altos. El principal, tal vez sea la música que se intercala con el dramatismo de la trama. Suenan temas de The Cure y esto no es casual, ya que la banda manifestó su conexión con la filosofía de Camus y esto puede observarse en muchas de sus letras. Como dato de color, contar que Stolkiner precisamente se interesó en Camus, por ser un seguidor de la banda musical británica y si contamos que la primera obra del autor francés, se llamó El Extranjero, sabremos de donde surgió el nombre del teatro donde cumple el rol director artístico, con lo que el círculo cierra por completo. Volviendo a la obra, otros ítems a destacar, son el bello diseño escenográfico y el vestuario de Gabriella Gerdelics. El diseño lumínico de Ricardo Sica merece destacarse.
Y hasta allí vamos a contar, la obra es cruda y muy fuerte, mostrando ese carácter pesimista y absurdo que Camus le otorga la vida. La historia además pone el foco en los vínculos y las dificultadas para establecerlos. La soledad, la búsqueda de la identidad y la falta de comunicación se harán presentes en esta pieza, que adrede deja espacios abiertos a la interpretación de cada espectador, que reflexionará con esta historia sombría, con villanos particulares.
Los invitamos a que vean El Malentendido, una obra desgarradora, que nos muestra que la vida puede ser cruda y dejarnos heridas profundas, siendo el desamor la peor de todas ellas. Un texto profundo y sombrío, una puesta rica y actuaciones superlativas del muy buen elenco reunido, confluyen para disfrutar de un thriller que no dá respiro y invita a que reflexionemos sobre como mucha veces la vida de manera caprichosa, nos conduce por un camino sinuoso y cruel, bien alejado de todo aquello que alguna vez soñamos.
Pensador Teatral.