Dramaturgia y Dirección de Martín Bontempo.
Viernes y Sábados 20 hs en Caras y Caretas ( Sarmientos 2037 )
Una tragicomedia con ribetes fantásticos, erotismo y una altísima cuota de creatividad, nos presenta este original y estupendo texto escrito por Martín Bontempo, con Suavecita, obra que se estrenó el año pasado en el Nun Teatro y se convirtió en uno de los fenómenos del teatro independiente en el 2023. Esta temporada, deciden dar el salto a una sala de una capacidad mucho mayor como Caras y Caretas, logrando llenar en todas las funciones, dando muestras claras de lo acertado del salto y que es una obra con una proyección enorme.
Pero en el primer párrafo, nos faltó mencionar a nuestro entender, la razón principal por la que la obra se está convirtiendo en un fenómeno del off y esa razón, es la genial composición que realiza Camila Peralta, que compone con maestría a Suavecita, un personaje que impacta por su ternura y su candidez, pese a su poder sanador, que podría darle un perfil soberbio o arrogante. Pero Suavecita es todo lo contrario, ella se muestra como una mujer inocente y simple, con una sensualidad aniñada que resulta inquietante.
Suavecita es una madre soltera, de escasos recursos, que debe ganarse el pan para criar a su hija. Su situación económica es precaria y por eso no sorprende que un inescrupuloso médico que trabaja en un humilde hospital del Conurbano, se aproveche de ella para pagarle muy poco para que cumpla un trabajo desagradable y clandestino. La contratan para que ingrese a las habitaciones de enfermos terminales y pueda darles placer sexual. Si así como leen, esa es la misión de Suavecita, que siente verguenza por la tarea, pero que necesita la plata y eso le dá un coraje extra para hacerlo.
La cuestión es que Suavecita porta un don, tiene una mano sanadora, que se rumorea provoca mejoras en pacientes que lucen desahuciados. El rumor comienza a extenderse entre el personal del hospital que comienza a mirarla de reojo, ya no solo por su cuestionable trabajo, sino por la fama que vá cobrando. Ascensoristas, camilleros, enfermeras y demás integrantes del entorno hospitalario, parlotean cuando la ven caminando apurada por los pasillos y se preguntan si será verdad que esa mujer tiene poderes o será una leyenda urbana, de las tantas que hay.
La trama tiene un realismo trágico que resulta muy atractivo, ya que resulta muy reconocible la situación de una trabajadora explotada dispuesta a lo que le piden por dinero, un hospital en el que todo puede suceder con pacientes depositados a la buena de Dios y a todo esto hay que sumarle todo lo onírico y los artificios que aparecen en la obra, cuando Suavecita entra en acción y lo fantástico comienza a suceder, pero hasta allí vamos a contar para no quitar sorpresa, en una obra que sorprende en cada escena y dejaremos que ustedes descubran si hay milagros o es una leyenda urbana, como tantas otras.
Todo fluye en el escenario gracias a la fenomenal composición de Camila Peralta, que maneja con maestría los tiempos del relato, sabiendo como transitar los diferentes momentos del personaje, para pasar de ser esa mujer modosita y cándida que ingresa con verguenza a las habitaciones de los pacientes a transformarse en una bomba sensual, que entra en trance para cumplir su labor y se predispone a ser la mujer deseada para cumplir todas las fantasías de sus clientes, generando escenas de una creatividad y un vuelo creativo, que resultan un deleite para el espectador.
Camila está a cargo de este unipersonal, pero a pesar de estar solita frente al público, no será el único personaje de la obra, ya que gracias a su talento estará acompañada de diferentes personajes que participan de la historia y ella misma representa, ya que será el baboso camillero del hospital, la áspera profesora de patín de su hija y hasta la Virgen que en la capilla del hospital dialoga con San Francisco de Asís, para que vean que no exageramos cuando decimos que el vuelo creativo de la obra es supremo y todo este andamiaje se sostiene gracias a una interpretación genial de Camila Peralta, que la rompe toda en escena.
La puesta que presenta la obra es otro punto muy alto. Nosotros no vimos la pieza en el Nun, pero podemos afirmar que el pasaje a un escenario de dimensiones muy superiores, no afectó en nada la espectacularidad que tiene una puesta que sorprende. Con unos efectos lumínicos y sonoros logrados, que nos invitan al viaje onírico que propone la trama, así también como un diseño escenográfico efectivo, que en algunos pasajes utiliza una tela, que permiten jugar con las sombras de la actriz en varias escenas. Superlativa la puesta, llena de detalles que merecen descubrirse.
Y hasta acá vamos a contar, nuestra recomendación es que se dejen de sorprender por lo que irán viendo a medida que la trama avanza, porque una de las virtudes de Suavecita es su capacidad de sorprender al espectador, que nunca vé lo que se viene. Es una obra muy divertida, irreverente y políticamente incorrecta, esto puede hacer que algún espectador pacato se ruborice por lo que vea, pero ese precisamente es uno de los encantos de esta propuesta, el acelerar a fondo, no detenerse y volar con la imaginación junto al espectador.
Al momento de escribir esta reseña, Suavecita está promediando su segunda temporada en cartel y luego de haberla visto, nos atrevemos a vaticinar que esta obra alumbrada en lo profundo del teatro independiente, está destinada a superar esa frontera imaginaria y ganarse un lugar en el público fuera del circuito off. Sus armas son un texto atrapante, una puesta muy vistosa y en letras de molde, una actuación superlativa de la talentosa Camila Peralta. Por todo lo dicho, queda claro que de ninguna manera deben perderse esta propuesta, que los hará vivir un momento teatral mágico y místico. Y el último consejo, al salir de la sala, no se olviden de pedir una estampita de la santa que sus fieles estarán repartiendo.
Pensador Teatral.