miércoles, 12 de septiembre de 2018

En Boca de Culpa

Dramaturgia y Dirección de Daiana Fernández.






Miércoles 21 30 hs en Machado Teatro ( Antonio Machado 617 )

Al ingresar a la sala del Machado, ya vemos en el espació escénico a varios jóvenes, vestidos para la aventura de la noche, se los nota exaltados, divertidos, con tragos en sus manos, saltando y bailando, al compás de la música y de luces psicodélicas que dominan el ambiente. Son cuerpos en movimiento, con mentes entregadas al placer.

Dá la impresión, que están en una disco, pero enseguida la cuestión, se aclara, la mayoría de los actores desaparece y en escena, solo quedan dos de ellos. Ahí nos enteramos, que no era un boliche lo que veiamos. Es la opulenta casa de Felipe  y se está festejando su cumpleaños. Es una fiesta sorpresa que lo organizó su novia Victoria.







Hay muchos invitados al cumpleaños, la mayoría amigos de la infancia, algunos con sus parejas y quieren pasar una noche divertida. Pero en ese ambiente de fiesta y de descontrol, no todo es tan real como parece. Se nota que hay tensiones del pasado dando vueltas y deseos reprimidos, que quieren aprovechar las sombras de la noche para aparecer.

La obra pone al descubierto, como muchas veces gobiernan las apariencias, hay que mostrarse contento, algo muy típico de las redes sociales, siempre felices con nuestras parejas, hay que vender una imagen de armonía, para ese otro que nos mira y nos tiene que ver bien, exitosos y si nos envidian mucho mejor. Pero cuando dejan de mirarnos y las máscaras se caen, quedan al descubierto los problemas y las dificultades, que todo tenemos y como en verdad esas relaciones que parecen perfectas, muy lejos están de serlo.

No contaremos más, dejaremos que el espectador descubra lo que sucederá en una noche agitada, donde aflorarán conflictos familiares, secretos del pasado y el alcohol actuará como liberador, para que afloren los deseos y las pasiones más íntimas.








El despliegue escénico es importante y más para un proyecto absolutamente autogestionado como este. Es la primera obra de la Compañia Culpas, nacida en 2017, por jóvenes actores y actrices formados en la EMAD, que luego de realizar varios trabajos colectivos, se animaron a dar el gran paso y encararon este proyecto, llamado En Boca de Culpa, con texto original y dirección de Daiana Fernández.

Son nueve los actores en escena, jóvenes todos ellos y la mayoría, dando sus primeros pasos dentro de la actuación y el balance es muy positivo. Si bien es cierto, que hay una variedad logica de registros y algunos logran destacarse más que otros, ninguno desentona, se los nota desenvueltos y todos se muestran muy arriba en energía y entrega. Componen personajes con rasgos diferenciados y cada espectador seguro tendrá sus favoritos.

Nosotros con el riesgo de ser injustos, vamos a mencionar a quienes más nos gustaron. En primer término, mencionar a Nahuel Monasterio como Felipe, el cumpleañero y anfitrión, que pese a ser el agasajado, no parece muy contento de tener algunas presencias en su casa. Termina siendo el más simulador de todos. Muy buena su interpretación.








Su prometida Victoria, es interpretada por Camila Rabinovich. Impacta su belleza y su sensualidad. No parece corresponder el amor que Felipe siente por ella y teje una relación algo extraña con su hermano  Se destaca mucho Camila.

También nos gustaron muchos los trabajos de la pareja formada por Clara ( Catalina Fusari ) y Juan ( Axel Hahn ). Están juntos, pero no queda muy claro porque, se nota que hace tiempo no están enomorados. Ambos tienen espacio para lucirse durante el relato y lo aprovechan muy bien.

Úrsula ( Candelaria Pasini ) y Romina ( Gina Daffonchio ) emanan sensualidad y son deseadas por los otros hombres de la fiesta. Logran transmitir el sex appeal, que requieren sus personajes y están muy bien en sus papeles. Facundo ( Fabian Fuentes ), con su aspecto recio y varonil, levanta suspiros de la platea femenina. En tanto que Matías ( Facundo Naves ) y Julián ( Christian Chen Serna ) componen personajes entrañables y son los más graciosos.









Finalmente mencionamos a todos los chicos y creemos es un acto de justicia, ya que con la diferencia de registros que mencionamos, todos demuestran estar a la altura y con una energía bien arriba, algo muy bien valorado por el público.

Sorprende positivamente el excelente diseño escenográfico que presenta En Boca de Culpa, aprovechando al máximo las posibilidades que ofrece el Teatro Machado ( situado bien cerca del Parque Centenario ), creando diferentes ambientes de la casa, que permiten desarrollar escenas en simultaneo. Destacar especialmente ese baño que será muy concurrido a lo largo de una noche, donde abunda el alcohol y los excesos.
Además hay una barra de tragos y un tablero de dardos, que otorgan una estética muy moderna y original a la puesta. Este diseño escenográfico, de Mariano Castillo y Sofia Davies, que destacamos, confirma, que muchas veces, sin recursos económicos, pero con alta creatividad, se consiguen muy buenos resultados.

Otros ítems a destacar,  son la música original de Banda la Caída y el vestuario de Ayelén González Pitta, con tapados, tacos, sacos y ropa bien a la onda de la movida nocturna.










En definitiva, estamos ante una propuesta muy interesante de la Compañía Culpas, una obra que nos muestra el espacio que le damos en nuestras vidas a las apariencias, relaciones falsas y como la noche con sus adicciones, es una forma de liberación, para que aparezcan deseos reprimidos y se deje de lado la moral. Y es sabido, que cuando la moral, queda de lado, los peligros y las tentaciones aparece.

Desde este sitio, celebramos siempre la aparición de gente joven en nuestro teatro, que con mucho empuje y entusiasmo, aún en etapas complicadas como estas, siguen apostando al arte y le dan mucho aire fresco a nuestro teatro off.

El lleno total en la sala y los aplausos sostenidos del público al final de la función, resultan un justo reconocimiento a estos jóvenes artistas, que nos invitan a una fiesta de cumpleaños glamourosa y algo descontrolada.




Pensador Teatral.



domingo, 9 de septiembre de 2018

Almacenados

Dramaturgia de David Desola y Dirección de Susana Hornos.








Domingos 17 30 hs en La Carpintería Teatro ( Juan Jaures 858 )

Una obra que llega con acento español a la cartelera porteña, escrita por el catalán David Desola, prolífico dramaturgo catalán, con numerosas obras exitosas a lo largo de su carrera, nos presenta Almacenados, que tuvo enorme suceso en España, en versión protagonizada por José Sacristán, con enrome respuesta de público y de críticas.

La pieza que habla del mundo del trabajo, tiene una universalidad, que hizo que se represente en México, Perú, Costa Rica, Uruguay y Polonia, por mencionar solo algunos países. En esta oportunidad llega a La Carpintería de la mano de la talentosa Susana Hornos, directora y actriz española, con muchos vínculos en Argentina, que es sin dudas su segunda patria.








Almacenados fue escrita por Desola, en momentos que estaba buscando trabajo y en su país, el paro tenía cifras inquietantes. Lamentablemente los problemas de empleo, son comunes por estas latitudes y tal vez por ello, la obra tiene tanta vigencia y nos resulta tan cercana.

En un contexto complicado, con muchos postulantes para pocos puestos, el trabajo en vez de convertirse en un medio para ganarse de vida, se transforma en una obsesión, en un bien a conservar de cualquier manera, sin importar lo que debamos hacer a tal fin, incluyendo situaciones absurdas que tomamos como naturales.

Almacenados, se desarrolla en un depósito donde Lino, interpretado por Horacio Peña, arranca su última semana de trabajo, ya que en cinco días se jubilará, luego de 40 años en la empresa. Siempre en ese almacen, donde se reciben mástiles de barcos. Estuvo 11 años como aprendiz y 29 años sólo allí, como encargado de depósito.








En su última semana de trabajo, deberá capacitar al joven Nil, encarnado por Juan Luppi, que será su reemplazante. En esos 5 días, deberá capacitarlo y explicarle todos los secretos del trabajo, ya que la próxima semana, el joven deberá estar a cargo del depósito, sin su ayuda..

El choque generacional es evidente, Lino no parece muy contento de tener que jubilarse y encima dejar su puesto a un jovencito, que no parece capacitado para asumir tamaña responsabilidad. En ese inicio de relación, hay un evidente choque generacional, reina la desconfianza entre ambos. Lino es obsesivo con el trabajo y respeta a rajatablas los procesos, todo está establecido, nada puede cuestionarse, hay que cumplir las tareas como se viene haciendo a lo largo de años y  por lo tanto, no tiene sentido, cuestionar las tareas que si se hacen de determinada manera, seguro que es por alguna razón. En cambio Nil, es un millenian, que si bien respeta al mayor, tiene una mirada cuestionadora.

No vamos a contar mucho más, para mantener el suspenso, solo adelantaremos que veremos situaciones muy graciosas, entre ese viejo empleado mañoso y el joven recién llegado, que al principio está callado, pero con el correr de los días de esa semana decisiva y al ver que el teléfono no suena y los camiones con los mástiles para descargar no llegan, comenzará a preguntarle a un Lino, que no tienen muchas ganas de dar respuestas, por la carga de trabajo en ese depósito donde están asignados.








Como dijimos,  la pieza tiene momentos hilarantes,  desopilantes, que generan muchas risas en los espectadores, aunque la obra no es una comedia, las situaciones graciosas y por momentos absurdas, se generan de manera continua, realzadas por el gran trabajo de los protagonistas.

Horacio Peña, es el puntilloso Lino, que cumple a rajatabla las normas y es más, hasta se impone reglas más estrictas que las dictadas por la empresa, siendo como se dice más papista que el papa y exagerando la disciplina. Horacio es un actor exquisito. Quien escribe estas lineas, todavía recuerda su trabajo en Decadencia, hace más de 10 años en el Teatro San Martín con Ingrid Pellicori y desde ahí sigue sus trabajos.. Dueño de un histrionismo y una versatilidad admirable, Peña es un animal de teatro y aquí la directora, le brinda un espacio amplio para su lucimiento. Soberbia su interpretación y un placer verlo.







Su coequiper, es Juan Luppi, un joven actor, a quien vimos lucirse el año pasado en La Forma de las Cosas, resulta la  contracara perfecta de Horacio, con un estilo desafiante a las reglas establecidas. No se amilana de compartir el protagónico con Horacio, por el contrario se hace fuerte en el escenario, marcando las diferencias generacionales. Gran futuro el de Juan, se nota su buena madera.

Realmente un acierto de la directora la elección de la dupla protagónica, que con mucha química, logran darle muy buen recorrido al vínculo humano, tal como pide el texto.







La puesta que propone Susana es minimalista, con una escenografía desprovista y con pocos elementos formando parte de la escena, una máquina para fichar, un escritorio con solo una silla y poco más. Debemos destacar el uso de la luz y la oscuridad, para separar las escenas, al igual que los sonidos y la música original de Leandro Calello, que acompañan las acciones.

Almacenados no baja línea respecto del mundo del trabajo, al contrario, invita al espectador a que se cuestione el mismo, mediante algunas situaciones que pueden parecer absurdas o exageradas, pero que nos muestran la alienación que reina actualmente en muchos sitios de trabajo, donde el miedo a quedarse en la calle, dispara comportamientos que pueden resultar graciosos, pero que en verdad denotan un instinto de supervivencia.








Como conclusión, digamos que confluyen un guión entretenido y actual, una puesta cuidada y muy divertida, con dos interpretaciones excelentes, que hacen que Almacenados, sea una propuesta que además de disfrutarse mucho, nos invitará a reflexionar y a mirar internamente, cuanto tenemos de Lino nosotros y cuantos reconocemos en nuestros trabajos.

Párrafo especial dedicado a Susana Hornos, estamos muy contentos, de verla saliendo adelante y demostrando su talento y pasión por el teatro, esperando pronto su retorno al escenario, ya que es una actriz increíble.

Los aplausos prolongados con que el público que colmó la sala, despide a los protagonistas al final de la función, resulta un justo reconocimiento a la entrañable tarde de teatro vivida.




Pensador Teatral.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Un Hombre Civilizado y Bárbaro

Dramaturgia y Dirección de Raúl Serrano.








Sábados 21 hs en Teatro del Artfacto ( Sarandi 760 )

El prolífico Raúl Serrano, vuelve a la escena teatral y debemos celebrarlo. El dramaturgo, director y docente teatral, nacido en Tucumán, hace 84 años, sigue mostrando su vigencia, trayendo esta hermosa obra, que nos hablará nada menos, que Domingo Faustino Sarmiento, una de las figuras más destacadas que dió Argentina y como no podía ser de otra forma, también una de las más discutidas.

Serrano con más de 70 obras en su haber, es una personalidad dentro del mundo teatral y tiene una vida riquísima, en su Tucumán natal descubrió si amor por el teatro, de allí se fue a Rumania, país en el que vivió diez años y al retornar a Argentina, se afincó en Buenos Aires, donde fundó y dirigió la Escuela de Teatro de Buenos Aires, sede también del Teatro del Artefacto, en el que se formaron cientos de actores, entre ellos Manuel Callau y Alejandro Awada, por nombrar arbitrariamente, solo a dos de ellos.









En los últimos años escribió numerosos libros relacionado con la profesión de actor, siendo su palabra siempre muy respetada. Vuelve a dirigir luego de cinco años. Sus obras generalmente tienen puntos de contacto con la realidad y la historia de nuestro país. En este caso, como Un Hombre Civilizado y Bárbaro, completa una trilogía, que se había iniciado con una pieza sobre Juan Bautisita Alberdi, una segunda referida Juan José Castelli, escrita por Andrés Rivera y la frutilla del postre, en este caso es nada menos que tomando la figura de Domingo Faustino Sarmiento.

Una de las figuras más emplemáticas de nuestra historia, Sarmiento nació en un hogar muy pobre de San Juan y gracias a su pasión y determinación, llegó a convertirse en una de las personalidades más destacadas que dió el país,  Político y estadísta, llegó a ser Presidente, pero sin dudas su sello distintivo, fue el de la educación, ese siempre fue su norte.








Padre del aula, Sarmiento siempre supo la importancia que debía tener el desarrollo de la educación pública, como pilar para el crecimiento del país. Sin dudas, fue un hombre de acción, una topadora,  que supo llevar adelante sus ideas. En los seis años de su mandato presidencial, se crearon 800 escuelas que triplicaron la matrícula de alumnos. La Ley de Educación, que establecería la Educación pública, obligatoria, gratuita y laica en el país, votada en 1884 bajo la presidencia de Julio Roca, lo tuvo como su ideólogo e impulsor.

La vida de Sarmiento fue intensa y sus aportes al desarrollo del país fueron numerosos, durante su gobierno, se extendió la red ferroviaria y caminera, se fundaron importantes diarios como La Nación y La Prensa, favoreció la llegada de inmigrantes, realizó el primer Censo Nacional de Población, creó el Cementerio de Chacarita, el Zoológico y Jardín Botánico, la Escuela Naval, el Colegio Militar, el Servicio Meteorológico Nacional y así podriamos seguir todo el día.

El mérito de Serrano, es sacar a Sarmiento del bronce y mostrar su lado humano, desacralizarlo, quitarles esa aura de héroes intachables y mostrarlo como hombre, con sus pasiones y sus contradicciones, sin que esto pueda opacar en algo su condición de prócer, pero logrando tener de  una imagen más creíble del hombre que fue..








Para conseguir esto, el autor tuvo la enorme suerte de encontraren Mario Moscoso,  el intérprete ideal para convertirse en el gran educador, con un parecido físico que impresiona y sobre todo con una entrega y una pasión para llevar adelante el personaje, que emociona y conmueve. Brillante el trabajo de Mario, que deja con boca abierta al espectador, por tamaña representación.

La labor de Moscoso es excelsa, logrando romper la cuarta pared que lo separa del público y generando una empatía notable La dramaturgia nos propone estar presentes en los últimos minutos de la existencia de un Sarmiento, que se debate entre la vida y la muerte, siendo consciente de ello y por lo tanto, desfilando antes sus ojos, los momentos más importantes de su vida y principalmente sus afectos.








Por eso Mario no esta solo en escena, en esos momentos póstumos, no quiere estar solo y convocará a sus  seres más queridos. Allí es donde aparece María Belén Robin, que aportará belleza y sensibilidad a la pieza, recreando a las mujeres más importantes en la vida de Sarmiento, como Aurelia Velez Sarfield ( su amiga y amante )  Benita ( su esposa )  y su madre Paula Albarracín. Nos gustó mucho lo de María Belén, que dotando de mucha emoción a sus personajes.

Y por último mencionar a Eduardo Perilli, que será su hijo Dominguito y gracias a la magia del teatro, también un personaje que desde el futuro, interpelará las acciones de Sarmiento, en un muy buen guiño creativo que el autor suma a la obra.

La puesta es íntima, en esa habitación poblada de libros, con un banco de escuela y elementos tienen relación con la vida del sanjuanino más ilustre. Destacamos el vestuario de época de Julieta Iribe, que aporta distinción a la puesta, así como el diseño de luces, en manos del mismo Serrano, que acompaña los diferentes climas que transita la obra.









En definitiva, el autor consigue su objetivo de sacar al prócer del obra, trayendo a un Sarmiento humano y apasionado, sin juzgarlo, se lo presenta para que el espectador vea alguna aristas de su vida y reflexione sobre la importancia que tuvo su figura a lo largo de nuestra historia, donde más allá de algunas polémicas sin mucho sentido, no hay dudas que fue un luchador por sus ideas y un hombre de acción, que dejó un legado muy importante a las generaciones venideras

Sin dudas fue una noche de emociones, disfrutamos la vigencia de un autor como Raúl Serrano, que con sus jóvenes 84 años, sigue mostrando la vigencia de su exquisita pluma y su amor por el teatro independiente, en este caso, con el apoyo de un elenco que con pasión, se muestra muy compenetrado con el proyecto.

Por todo lo mencionado, solo queda recomendar fervorosamente Un Hombre Civilizado y Bárbaro, una excelente propuesta de nuestro teatro off, que nos regala una noche del mejor teatro y cumplidos 130 de años de su muerte, homenajea a un Sarmiento, que tanto hizo por nuestra Argentina y dejó la presidencia sin tener casa propia, muriendo en el Paraguay, en la misma condición de pobreza en la que nació.

No hay dudas, que si el país, hubiera tenido muchos más hombres con la determinación de Sarmiento, otra sería la suerte de Argentina hoy, por eso celebramos que un maestro del teatro, como Raúl Serrano, haya recordado en esta obra, al maestro de la patria.




Pensador Teatral,





viernes, 7 de septiembre de 2018

Las Encadenadas

Viernes 21 hs en Abasto Social Club ( Yatay 666 )









Dramaturgia y Dirección de Juan Mako.

El teatro independiente entre muchas de sus virtudes, tiene la de presentar una variedad de temas inagotable, en este caso, la obra escrita y dirigida por Juan Mako, Licenciado en Dirección Escénica en la UNA, nos acerca al recuerdo de la trágica desaparición del pueblo de Epecuén.

Su historia genera una atracción y un magnetismo que se explica por la singularidad de lo acontecido. Para aquellos que no recuerdan, contemos brevemente que Villa Epecuén, era un pueblo turísitico, fundando en 1921 a orillas del lago Epecuén ( uno de los 6 lagos que componen el sistema de lagunas encadenadas del oeste ), que gracias a las propiedades curativas de sus aguas, se había convertido en uno de los balnearios preferidos de la aristocracia bonaerense.










En su época de esplendor, allá por la década del 70, la villa llegó a recibir más de 25.000 turistas cada verano, además de ser centro de inversiones hoteleras y comerciales. Era una localidad en auge y su futuro parecía promisorio, pero ese crecimiento desmedido y mal planificado, iba a terminar siendo el comienzo del fin.

En Noviembre de 1985, una inundación provocada por copiosas precipitaciones, que hicieron crecer el nivel de las aguas del lago, sumado a una sudestada y a la falta de obras, entre otros factores, confluyeron, para que el terraplén, que contenía las aguas del lago cediera y el pueblo comenzara a inundarse, a razón de un centímetro por hora y en dos semanas, luego de una inexorable agonía, los 1.500 habitantes debieron abandonar sus casas, en una mudanza dolorosa y forzada, convirtiendo a su ciudad, en un un pueblo fantasma, ya que Epecuén permaneció más de 20 años bajo las aguas y solo después de muchos años, cuando finalmente las aguas bajaron su nivel, quedaron al descubierto la ruinas de un pueblo, que quedó destruido por la salinidad de las aguas.








Se hizo algo larga la introducción, pero como advertimos la historia tiene un magnetismo muy particular, pensamos que era enriquecedor, para el lector, recordar un poco lo sucedido, con el pueblo y con los habitantes, que debieron emigrar.

Digamos por último, que el destino de la mayoría de sus habitantes, fue Carhue, ciudad situada a 7 kilometros y en la que justamente nació el abuelo del autor de la obra. Sin duda los recuerdos y anécdotas familiares, obraron como disparador para que Juan, tuviera la magnífica  idea, de construir un relato ficcional, basado en aquella tragedia, que provocó que mucha gente muriera de tristeza, por el desarraigo y por ver como muchos de sus sueños, desaparecían bajo el agua.

En Las Encadenadas, las acciones de desarrollan en el cementerio municipal de Carhue, donde dos mujeres, trabajan de manera rutinaria y asfixiante, cremando cuerpos en un horno que no funciona de la mejor manera, como pueden imaginar un trabajo nada agradable.










Una noche de tormenta, en la que Esther ( Cecile Caillon ) a cargo del horno y Graciela ( Mónica Driollet ), encargada de las tareas administrativas, querían terminar ya la larga jornada laboral para irse casa, ven interrumpida sus charlas habituales, por un sorpresivo llamado de Arizmendi ( Claudio Depirro ), el jefe de ambas, que les avisa que pasará por el cementerio, para comunicarle algo importante a Esther, ella debía esperarlo sola.

La llamada de Arizmendi a esas horas no era habitual, se lo escuchaba raro en el teléfono y mucho menos común era la anunciada visita, pero hasta allí contaremos, el espectador cuando vea la obra, descubrirá cuales son las misteriosas razones que tiene el jefe, para querer ir en plena noche de lluvia al cementerio. Solo adelantaremos, que a partir de su visita, la pieza dará un giro brusco y se formará una atmósfera de tensión y suspenso muy logrado.










La obra que tiene un innegable carácter documental, ya el autor luego de hacer un muy buen trabajo de investigación, consigue incorporar a la trama, numerosas referencias geográficas e históricas, que le otorgan mucha potencia al relato, que además de contar con una dramaturgia bien construida, se sostiene por las excelentes interpretaciones, de los protagonistas, que componen sus personajes con rasgos bien marcados.

Arranquemos por Cecile Caillon, ella es Esther, una mujer temperamental y algo ruda, que vivió en Epecuén en aquellos momentos finales  y aún hoy, pasados 30 años de la tragedia, lleva muy presentes los recuerdos suyos y de su familia en aquellas jornadas tan dolorosas. Gran trabajo de Cecile, con mucha presencia escénica.

Su compañera de trabajo y amiga, es Graciela ( Mónica Driollet ), parlanchina y más dada, no vivió en Epecuén y tiene un pecado, grave e imperdonable, a los ojos de Esther, tener una amiga de Guaminí, la ciudad a la que muchos habitantes de Epecuen, culpan de la inundación.
Nos gustó mucho la composición de Graciela, realmente muy lograda, hay que verla.










Admirable como se complementan las dos actrices, con personajes con características muy opuestas, que pese a sus diferencias, son muy buenas amigas.

El triángulo, se completa con el misterioso Arizmendi ( Claudio Depirro ), es el Director del Cementerio y jefe de las chicas. También fue habitante de Epecuén y los fantasmas del pasado aún hoy rondan su mente. Un personaje clave el de Arizmendi, no vamos a contar más de el, solo destacar su actuación.

Realmente las tres interpretaciones son muy buenas, se los nota totalmente compenetrados con la historia y le imprimen un gran realismo a sus personajes, que hacen muy atractiva a una trama, que además de entretener al espectador en todo momento, generan un clima de suspenso, que se mantendrá hasta un final, que tendrá emociones fuertes.









La puesta es muy cuidada y tiene elementos que hay que resaltar, arrancando por un diseño escenográfico muy logrado,  el igual que el diseño lumínico de Alejandro Le Roux, en donde la penumbra de la noche tiene su protagonismo y el diseño sonoro que ambienta magníficamente la historia.

En conclusión, teníamos muchas expectativas antes de ver la obra  y las mismas fueron ampliamente superadas, ya que el autor, representa manera efectiva y muy seria el recuerdo de Epecuén, poniendo el foco en el aspecto humano, en aquellos recuerdos que quedaron sumergidos, vidas perdidas y reflejando la tristeza que quedó flotando en el ambiente.

Nos gustó mucho Las Encadenadas y por eso la recomendamos. Confluyen una dramaturgia original y  muy rica, una puesta sumamente atractiva y magnificas actuaciones. Por todo lo dicho, disfrutamos de una noche de teatro off en estado puro, hecho que nos genera un enorme placer.


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Pensador Teatral.



jueves, 6 de septiembre de 2018

La Gente Normal

Dramaturgia y Dirección de Leandro Arecco.








Miércoles 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una vez más llegamos al Espacio Callejón, con promesa de buen teatro nacional, en este caso, la dramaturgia de Leandro Arecco, guionista de radio y televisión, que nos presenta La Gente Normal. donde además de ser el autor, es el director.

Leandro considera a Javier Daulte, su maestro y que mejor que demostrar sus condiciones como dramaturgo, en el Callejón, teatro que hace tres años, dirige Javier y que en tan corto tiempo,  ha logrado convertirse en una sala referente, de teatro off de calidad, en el que uno uno puede elegir cualquiera de las obras de su cartelera y siempre se irá satisfecho, algo tan valioso, como difícil de conseguir.








Y la tendencia se confirma, con La Gente Normal, una comedia negra, que presenta una dramaturgia simple, pero muy efectiva, ya que nos acerca una historia entretenida, desopilante y por momentos bizarra, que divierte y atrapa al espectador con una trama, que va creciendo a lo largo que los minutos transcurren y se apoya siempre en actuaciones excelentes.

La Gente Normal, nos habla de como se vive hoy en los edificios de las ciudades, donde reina la incomunicación y la individualidad, es poco lo que sabemos de nuestros vecinos y mucho lo que imaginamos. Historias de gente sola y con muchas carencias afectivas, que se esconden detrás de cada puerta.

Las acciones de desarrollan en el departamento de Charly ( Fede Buso ) que está atravesando un momento complicado, debido a que su novia le pidió un tiempo y le avisa que se irá unos meses a trabajar a Brasil. En plena crisis emocional y por un hecho fortuito, recibirá en su departamento a algunos de sus vecinos.








El hecho que los reúne, es que a Maria ( Elisa Carricajo ) la vecina del 4to piso, se le escapo su loro Pep, que deambula por el pulmón del edificio, sin querer volver a las manos de su dueña, que quiere a su mascota, como si fuera un hijo.
A ellos, se unirán Seba ( Juan Pablo Galimberti ) , el vecino del 4to y Noe la del 5to piso, que es la única de ellos, que no vive sola, ya que está casada y tiene uno hijo.

En ese primer encuentro fortuito, no consiguen rescatar al lorito y cuando parece que allí terminará la cosa, de manera sorpresiva, estos vecinos hasta ese momento desconocidos, se proponen volver a reunirse en el departamento de Charly al otro día, sin tener muy claro el motivo, en una rara e incipiente cruzada, nacida para recuperar al loro de María, pero que de a poco, se irá convirtiendo en una hermandad, entre estas almas solitarias y sufrientes, que irán encontrando en esos encuentros, una adrenalina y un sentido de pertenencia, que se potenciará en cada nuevo encuentro.








Hasta aquí contaremos, como mencionamos la obra vá creciendo en cada minuto y en forma proporcional, irán apareciendo primero tímidas sonrisas de los espectadores, que se irán transformando en carcajadas de un público, que se sorprende por lo disparatado y cercano, de las situaciones que irán desfilando ante sus ojos.

La historia entretiene y atrapa al espectador, algo que ocurre principalmente por un guión amenos y las magníficas interpretaciones de un elenco muy talentoso, que logra dar a vida a personajes  extravagantes, pese a la normalidad, que quieren aparentar.









Fede Buso, un viejo conocido de la casa, es un Charly golpeado, por una ruptura amorosa que parece dejarlo de cama deprimido y que encuentra en sus vecinos, una forma de olvidar su triste presente. Fede le dá el tono justo a su personaje, que parece el más tranquilo, pero que al final se liberará.

Juan Pablo Galimberti es Seba, entrador, extrovertido, se declara ganador nato con las mujeres y parece tener una vida alejada de las preocupaciones, sin embargo descubriremos no es así. Nos encantó lo de Juan Pablo, un personaje muy gracioso y querible.

Valeria Correa es Noelia, como dijimos la única casada, parece la más normal de los cuatro, pero en realidad, está muy deprimida, por la vida que tiene, sin tiempo para ella misma y con una rutina que la ahoga. Deliciosa la composición de Valeria, que irá in crescendo en cada encuentro.








Para el final dejamos a la histriónica Elisa Carricajo, la dueña del loro, la virtual fundadora de la cofradía vecinal. Ácida e implacable, es la líder del grupo y para nosotros la actuación más destacada de la noche, con una composición magnífica de un personaje paranoico, que nos resulta fatalmente e inquietamente cercano.

Realmente las cuatro composiciones son magníficas, se lucen mucho en lo individual, pero se potencian en el conjunto, logrando dar  realismo y volumen a ese lejano vínculo inicial, que de a poco se transformará en fraternal. Y algo importante para marcar, se los nota disfrutar de la obra, la pasan bien en escena y eso es algo que agrega valor a sus actuaciones y que el público reconoce..

La puesta es cálida, nos gustó el diseño escenográfico de Gustavo Coll, para ese departamento algo caótico, en el que se desarrolla la historia, hay un destacado vestuario de Analía Morales y el diseño lumínico del mismo Javier Daulte, creando los climas, que los diferentes momentos de la puesta pide.









En conclusión, La Gente Normal, es una historia de relaciones vecinales actuales, donde el anonimato es la moneda corriente. Vidas donde la soledad y la falta de afectos está muy presente, pero oculto bajo la alfombra ya que en época de redes sociales y wasap, el diálogo cara a cara con el prójimo es una rareza y como poco es lo que sabemos del otro, no queda más que imaginar y construir una imagen del otro, que la mayoría de las veces, es prejuiciosa y diametralmente opuesta a la realidad.

Una grata sorpresa resultó la obra, con una dramaturgia ágil y moderna, que permite el lucimiento de un elenco que tiene mucho para dar. Las carcajadas de los espectadores durante la obra y los largos aplausos con que se despide a los actores, al final de la función, no dejan dudas, que la obra gustó mucho.

No queda más que recomendar la obra y habrá que llegarse al Callejón, para descubrir si estos vecinos, son tan normales como ellos piensan o solo es una ilusión.




Pensador Teatral.


viernes, 24 de agosto de 2018

Goy, El Musical

Dramaturgia y Dirección de Sebastián Kirszner.








Lunes y Jueves 20 hs en La Pausa Teatral ( Av. Corrientes 4521 )

Una original propuesta llega de la mano de Sebastián Kirszner, este joven autor y director, que el año pasado nos sorprendió en este mismo espacio con La Shikse, una deliciosa comedia que sigue esta temporada con enorme suceso.

Sebastián emerge ya como un nuevo exponente de la dramaturgia judeo - Argentino, acercando la temática judía a escena, con sus tradiciones y sus costumbres arraigadas, pero cuestionando las mismas, desde una mirada fresca y algo irreverente, conservando la identidad y el legado de sus antepasados, pero con la renovación, que traen las nuevas generaciones.







Goy, es una comedia musical original de bajo perfil, sin grandilocuencias, pero con una frescura y una creatividad, que tiene una estilo particular y se disfruta mucho.

La historia que nos cuentan, es la de Dani Garber ( Luis de Almeida ), quien hace 2 meses, se fue de su casa y está viviendo en una pensión de mala muerte, rodeado de personajes muy pintorescos, que lo acompañan en su nuevo hogar.

Pero que sucedió con el antiguo Dani ?? Un judio normal, de clase media, con esposa, hijos, asiduo concurrente al Naútico Hacoaj, con un trabajo de oficina y seguidor de las tradiciones judías, que por algún motivo que en el arranque no se revela , decidió abandonar la comodidad de su hogar y huir a la soledad de una pensión.








En la pensión recibirá la visita de Fede, su mejor amigo, que preocupado por su drástico cambio de vidá, siendo el único que vá en su rescate, ya que su familia le dá la espalda y no siquiera atiende sus llamados.. Dani al principio, no quiere contar que sucedió pero de a poco y ayudado por la música, nos irá contando cual fue el motivo, porque su familia lo niega y tuvo que escapar, dejando atrás su vida anterior.

No vamos a contar más, el espectador cuando vea la obra, descubrirá cual fue la razón y lo bueno es que llegará a develar el misterio, de la mano del humor, la música y de coreografías muy graciosas.

La trama como mencionamos, es muy fresca y siempre logra la sonrisa del espectador, que acompaña la historia y disfruta de las actuaciones que tiene la obra, un elenco muy versátil, que compone personajes muy fuertes, estando todo el tiempo en escena, dando mucha dinámica a la trama.








El protagonista de la historia es Luis de Almeida, como Dani Garber, que compone un personaje muy querible, un verdadero antihéroe, que se siente agobiado por una vida rutinaria, que no lo satisface. Nos gustó mucho el trabajo de Luis, que solo con sus caras, genera sonrisas.

Su amigo Fede, es Sebastián Marino, quien va a su rescate, componiendo otro personaje entrañable y con mucha gracia, que canta, baila y forma una muy buena dupla con el protagonista.

Junto a ellos, están la dueña de la pensión, Mariela Kantor, la protagonista de la Shinske, curiosamente caracterizada aquí, mostrando su histrionismo y desdoblando los personajes femeninos de la historia, en gran forma, con una expresividad y una presencia, que hay que destacar.








Y dejamos para el final, a un personaje sorprendente, Daniel Ibarra como La Cucaracha, un insecto, que es casi mascota de la pensión, una especie de perro faldero, que acompaña a Garber. Además que hace las veces de relator, canta, trepa las paredes, se revuelca por el piso y hasta toca la guitarra. Cuando dijimos que la obra era creativa, piensen en una cucaracha tocando la guitarra y verán que no exageramos nada. Magnífica la interpretación de Daniel, con una caracterización muy lograda y una entrega total.

Acompañan a los cuatro actores mencionados,  Sebastián Aldea, el Chileno, que guitarra en mano, hará sonar acordes muy bellos, fundamentales para el funcionamiento del musical. Sebastián además es el director musical y junto con el autor, el creador de las letras de las canciones.
Y con teclados, siendo además el mozo de la pensión, tenemos a Julián Calarco, como El Paraguayo. Fundamental el aporte de ambos e ingeniosamente incorporados a la escena.

La puesta que presenta la obra, es muy entretenida y con muchos ítems para marcar, hay una escenografía de Lola Gullo muy lograda, aprovechando al máximo las pequeñas dimensiones del escenario, para montar la pensión, resaltan mucho las coreografías de Fabiana Maler, descontracturadas y en el tono de comedia que combina con la pieza, como así también un vestuario distinguido, que le dá personalidad a cada uno de los personajes.









Una puesta que cuida todos detalles y que demuestra que sin grandes recursos económicos, pero con mucha creatividad y agudizando el ingenio, se pueden lograr excelentes resultados.

En conclusión, estamos ante un musical en clave de comedia, que tiene muchos guiños a la comunidad judía, pero también con muchos toques de porteñidad y referencias políticas. Y si bien el principal objetivo, que tiene la historia, es lograr hacernos reír, algo que consigue en forma constante, también nos permite reflexionar, acerca de como muchas veces, cuando llegamos a cierta edad, podemos sufrir alguna crisis existencial, en la que afloran deseos que manteníamos ocultos.

Goy, el Musical es una propuesta muy fresca que nos acerca el teatro off, con una impronta distintiva del autor, que de la mano de un texto atractivo y entrañables interpretaciones, nos harán pasar una muy entretenida noche de teatro, con música y personajes muy queribles.




Pensador Teatral




domingo, 19 de agosto de 2018

Tribunal de Mujeres

Dramaturgia de Naomi Ragen. Traducción, adaptación y puesta de Juan Freund. Dirección General de Elba Degrossi.








Domingos 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

Obra escrita por la periodista y dramaturga estadounidense Naomi Regen, judía ortodoxa, que vive en Jerusalem y se interesó en un caso real, para escribir esta historia, que describe la violencia y la discriminación sufrida por una mujer israelí, debido al fanatismo religioso, que justifica los atropellos..

La pieza fue un gran éxito en Israel, donde fue vista por más de 300.000 personas y llegó a Buenos Aires, de la mano de Juan Freund, que la tradujo y la adaptó con gran suceso. Ahora llega a El Tinglado, con nuevo elenco y la dirección de Elba Degrossi.








Contemos que la historia de desarrolla en el barrio ultrareligioso de Mea Shearim en Jerusalem, donde Hanna decide irse de su hogar, abandonando a su esposo y a sus doce hijos. Los motivos se desconocen, pero su entorno ya la juzgó. Solo se sabe que fue a la casa de una amiga, pero no se conocen los motivos. Las habladurías y las acusaciones contra Hanna son despiadadas. Fue capaz de abandonar a su marido y a sus hijos por una mujer ?? Nadie quiere saber que fue lo que sucedió realmente. Los tribunales rabínicos han dictaminado acerca de su monstruoso comportamiento y ya nada queda por hacer.

Pero dos años después, la mujer regresa a su hogar, con una orden judicial, que la autoriza a volver a ver a sus hijos. Para llegar allí debió sortear las manifestaciones reunidas en su contra y las agresiones de las patrullas de moralidad. Pero gracias a su perseverancia y su lucha, pudo llegar a su ex hogar.

En su ex-hogar, es recibida, con odio y desprecio, no la quieren allí, no saben para que volvió y no quieren saber nada de ella. Hanna no se quiere dar por vencida y decide someterse a un tribunal formado por esas mujeres, que una vez que escuchen su historia y luego de haber juramentado, deberán juzgarla y decidir si puede ver a sus hijos o no.










Hasta alli contaremos, solo decir que cuando Hanna puede contar la verdadera historia, no la que contaron los rabinos, se correrá el velo de la mentira y la verdad llegará en forma conmovedora y aterradora.

La temática de la pieza es muy interesante y la puesta es sumamente atractiva, ya que son diez mujeres, las que componen el elenco y están en escena. Todas ellas, con mucho sentimiento, serán parte de esta desgarradora historia.

Nos gustaron mucho las actuaciones, destacaremos las que a nuestro parecer, son las más destacadas.
Arranquemos por las hermanas que quedaron en el hogar, criando a los hijos, Soledad Lucchelli es Bluma, ella guarda un enorme resentimiento con su madre, que abandonó el hogar y quedó con la responsabilidad de atender a los chicos, junto a su hermana menor Ruth, interpretada por Stefanía Franco Turyk, que para nosotros es la gran revelación de la obra. Nos sorprendió su fuerza actoral y los recursos de la joven Stefanía, que cumple una magnífica actuación, con una expresividad a flor de piel. Excelente el trabajo de ambas.








A continuación, tenemos que mencionar a Lidia Goldberg, ella es Hanna,  la gran protagonista de la historia, con mucha presencia escénica, logra transmitir el sufrimiento y el calvario que debió soportar su persona. Gran labor la de Lidia.

Las villanas de la historia, resultan ser Esther Fleischmann, como Frume la madre de Hanna y Silvia Franc, como Leah su hermana mayor. Ambas son inflexibles y no quieren escuchar a quien abandonó su hogar. Le otorgan la dosis adecuadas de intransigencia y desamor que piden sus personajes.








Myriam Poteraica como Adina, con una entrega que conmueve, será muy importante en la historia y la queriamos mencionar especialmente. Al igual que Betty Dimov, como Golde la madre del esposo abandonado por Hanna.

El elenco se completa con Judith Buchalter, como Zehava, la valiente amiga que dió cobijo a Hanna y la apoya para que diga la verdad. Por último mencionar a Myrtha Schalom ( Eta ) e Isabel Caban ( Tova ), ella son las vecinas chismosas, que en una pieza muy dura, logran dar pinceladas graciosas, que aflojan la tensión de la trama.

Finalmente mencionamos a las diez actrices, tal vez nos extendimos un poco, pero entendemos que las interpretaciones y el compromiso que mostraron todas, merecía como mínimo una línea de cada una de ellas.








Hay un importante trabajo de la directora, para coordinar las interpretaciones. Gran parte del tiempo, las actrices comparten el escenario y no es sencillo, ordenar las acciones, con un elenco tan numeroso.

La puesta tiene muchos elementos para destacar, arrancando por el vestuario de Pablo Graziano, que refleja los mandatos religiosos, de esas mujeres, que deben cubrir gran parte de su cuerpo. La música original es de Sergio Vainikoff y es importante la función que cumple la voz en off, apareciendo en algunos pasajes, con carácter didáctico y ordenando la historia. Otro aspecto que nos resultó interesante de la puesta, es que las actrices, siempre permanecen a la vista del público, en los momentos que no participan de las acciones se sientan en un banco largo, esperando su turno.
Como puede ver el lector, la puesta es muy cuidada y tiene muchos detalles que la enriquecen,

Como conclusión, estamos en presencia de una historia de violencia de género, que impacta por su crudeza, en una sociedad, donde el fanatismo religioso, impone normas alejadas de los preceptos del Dios, que dicen seguir y basada en una ley de hombres machista, que someten y discriminan a las mujeres, considerándolas seres inferiores, que deben servir al hombre y no pensar por si mismas.









Las situaciones si bien para algunos pueden resultar alejadas de nuestra realidad se repiten en varios países en la actualidad y con variantes u otras fachadas, comportamientos similares, podemos verlos hoy en nuestra sociedad.

Tribunal de Mujeres, es una obra dura y conmovedora, que además de permitirnos disfrutar de una puesta atractiva y de magníficas actuaciones, nos dejará reflexionando, sobre como el fanatismo en cualquiera de sus variantes, siempre provoca situaciones injustas y violentas.

El aplauso emocionado y prolongado, con que el público que colmó El Tinglado, despide a las protagonistas, no deja dudas, que la obra gustó mucho y llegó al corazón de todos los presentes.



Javier Rosso  ( Pensador Teatral )