sábado, 20 de febrero de 2021

Che, Amor

Sábados 20 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )






Dramaturgia y Dirección de Mariano Taccagni.

Volvimos al Método Kairos, convocados por esta nueva propuesta de Mariano Taccagni, actor, escritor , profesor de literatura y cantante, forjado en familias de artistas, que pesa a ser muy joven, ya cuenta con una muy buena experiencia en el género musical, tanto en el circuito comercial, como en el off.

El libro de Che, Amor, surgió en la larga cuarentena, a partir de una anécdota que le contaron  a Mariano y que disparó el proceso creativo, para que naciera esta obra que en principio estaba destinada para ir a un concurso, pero por cosas del destino, finalmente quedó en sus manos, Mariano tomó esto con una señal y decidió llevar el proyecto adelante para hacerlo presencial, siendo el director de la obra y eligiendo como protagonistas a Nicolás Leguizamón y Agustín Iannone, con quienes ya había trabajando antes, asegurando de esta manera contar con actores talentosos, con los que ya compartía experiencias y códigos.





La obra podemos catalogarla, como una comedia romántica con toques de humor negro y una distinguida cuota musical, ya que durante la trama, los protagonistas entonarán siete canciones cortas, que acompañarán el desarrollo de la pieza y le darán un impulso emocional muy grande, a las acciones que irán transcurriendo.

Sin adelantar demasiado, contaremos que Che, Amor es una historia de amor duradero, que se mantiene aún, sin que la muerte corte el vínculo. Decimos esto, porque la trama se iniciará con Diego regresando desde el más allá a su departamento, para visitar a su pareja Damián, que pasados dos meses ya desde la partida de su amado esposo, sigue de duelo. Está melancólico, le cuesta seguir adelante, recuerda mucho todo lo vivido con Diego y lo extraña demasiado.

La presencia de Diego en su antiguo hogar, no es percibida por Damián, aunque hay algo que nos dice, que la magia del teatro y principalmente del amor, en algún momento, hará de las suyas, para que de alguna manera aquel reencuentro imposible, se cristalice. Pero vamos a mantener el suspendo y no vamos a decir si la magia ocurrirá o no, preferimos que cuando vean la obra, puedan descubrirlo.







La historia es sensible y reconfortante, sin golpes bajos y tomando la muerte, con una cuota importante de humor que le permite jugar de manera muy hábil con dudas existenciales, como la vida después de la muerte, que sucede cuando vemos la luz blanca del túnel y develar que hay de cierto, sobre las posibles reencarnaciones de las que tanto se hablan, siendo este un tema que resulta siempre atractivo y nos mordemos la lengua, para no decir más nada.

La dramaturgia está muy bien elaborada, intercalando muy bien las fragmentos musicales, colaborando con un ambiente íntimo para la trama, que el espectador agradece, ya que le permite disfrutar en primer plano de una comedia romántica y musical, género este poco habitual en el teatro independiente. 






La actuación de la dupla protagónica es muy destacable. Nos gustó mucho el trabajo de Nicolás Leguizamón como un Diego muy vivaz, pese a su condición, con una energía muy especial y una sonrisa que interpela a una muerte que le llegó demasiado temprano y de manera bastante tonta. Muy buena la interpretación de Nicolás, mostrando todo su carisma, una presencia escénica notable y logrando componer un personaje muy querible.

Agustín Iannone, dá vida a un melancólico Damián, quien debe luchar por seguir solo adelante, intentando dejar atrás los recuerdos del pasado y pensando en un futuro, que no era el esperado Nos gustó mucho la actuación de Agustín con una sensibilidad a flor de piel, que le viene justo a su personaje, manejando muy bien los tiempos emocionales que requiere su papel, que muestra diferentes personalidades.

Tanto Nicolás, como Agustín, ya han mostrado sus condiciones en musicales del circuito comercial y por eso resulta gratificante poder disfrutar de su trabajo en un ambiente intimista, como el que permite la sala del Kairos. Ambos además cantan muy bien y por lo tanto, se sienten cómodos en las partes musicales. Algo para destacar, es el excelente diseño sonoro que presenta la obra, ya que se escucha perfecto tanto lo hablado, como lo cantado, algo que no siempre ocurre, en los musicales y es algo fundamental. Aquí ese rubro, funciona a la perfección y es algo que no hay que resaltar.







Pero la dupla protagónica, no estará sola en escena. La obra tiene otros dos personajes, Gladys López es Claudia, una vecina chismosa, que visitará la casa del protagonista, para ver en que anda y también para ayudarlo con la venida de un fumigador que el consorcio ha contratado, por la aparición de un roedor en el departamento. Muy divertida Claudia, con esos pelos tupidos y el recuerdo de esa vecina metida que todos conocemos.

Completa el elenco, Matías Asenjo como Andy, que será un atractivo modelo y stripper, que aparecerá como una especie de tercero en discordia, llegando a la casa de Damián, con pocas intenciones de respetar el duelo del viudo y dando un vuelco gracioso a la historia. El personaje de Andy, aporta mucha frescura y es muy divertido, sabiendo jugar con las exageraciones y los estereotipos, despertando muchas sonrisas en la platea. Muy bueno lo de Matías, mostrando todo el desenado, que su papel requiere.

Como dijimos antes, hubo un muy buen trabajo del autor / director en la la elección de los actores, ya que se nota que los mismos están a gusto, con sus personajes. Además de las excelentes actuaciones, debemos destacar algunos rubros que hacen que la puesta de Che, Amor, además de íntima, sea muy bella desde lo estético.






Debemos mencionar entonces, la música original de Agustín Konsol, con su aporte fundamental a la trama, bien acompañada por las coreografías de Laura Montini. El diseño escenográfico de Sofía Escalante y Alejandro Vázquez, es armónico y dota de un marco adecuado al hogar de Damián. Taccagni ha formado un muy buen equipo, mostrando como muchas veces, con talento y buen gusto, se pueden lograr puestas muy bellas, sin contar con presupuestos millonarios.

No queda mucho por agregar, solo recomendar Che, Amor, una comedia que nos habla de la vida, de la muerte y principalmente de la fuerza del amor. Una propuesta donde se cuidan todos los detalles y que con actuaciones muy destacadas, permiten al espectador reír y disfrutar de una historia tierna y sensible.

Cuando se apagan las luces del Kairos, hay unos segundos de silencio de parte de los espectadores deseando que la historia siga, pero enseguida comprenden que el amor, seguirá fluyendo en la oscuridad y en nuestra imaginación, surgiendo los cálidos aplausos del público, que agradece a los protagonistas, el haber podido disfrutar in situ, de una sentida noche de teatro independiente.



Pensador Teatral.


domingo, 14 de febrero de 2021

Lo Escucho.

 Dramaturgia de Bénabar y Héctor Cabello Reyes. Dirección de Carlos Olivieri.




Miércoles a Domingos en Teatro Metropolitan Sura ( Av. Corrientes 1343 )

En épocas de pandemia, donde la gente está cansada del encierro y las malas noticias, poder tener una válvula de escape en el teatro, para olvidarse de los problemas y reírse a lo largo de la función, resulta un bálsamo y es por eso que los espectadores, agradecen el estreno de comedias, como Lo Escucho.

Llegada desde Francia, donde tuvo un gran suceso de público, se presenta en Buenos Aires, en esta versión local de Fernando Masllorens y Federico González, dirigida por Carlos Olivieri, que conservando la esencia de la obra original, introduce varios guiños locales en el texto, permitiendo que la trama sea más amigable, sin que por eso pierda efectividad.




La obra se desarrollará en el consultorio de un psiquiatra ( Jorge Suárez ) que recibe la visita de un nuevo paciente ( Gabriel Goity ) que luce desesperado, ya que su esposa acaba de dejarlo. Hasta allí todo parece normal, pero la pieza dará un giro, cuando el paciente responsabiliza al terapeuta por la decisión que tomó su ex y le deja claro que ahora deberá solucionar lo que ha provocado. Y el pedido no será por las buenas, ya que se presenta en el consultorio, munido de lo necesario, para que el profesional se sienta obligado a ayudarlo.

Lo Escucho, tiene un estilo de comedia de enredos, donde a medida que la trama avanza, la relación conflictiva entre psiquiatra y paciente del comienzo, irá ganando en confianza y por momentos parecerán viejos amigos, que en tono de confesión, comentan sus penas de amores. Para mantener el suspenso, no vamos a contar más, solo adelantaremos que como el público bien imagina, el climax de la historia llegará cuando justamente llegue a ese consultorio, la esposa del hombre abandonado y allí llegarán los momentos más graciosos de la historia.





La trama fluye y el púbico ríe, esto se explica por un texto efectivo y por la muy buena química que tiene la dupla protagónica conformada por el Puma Goity y Jorge Suarez, que se conocieron en el Conservatorio de Arte Dramático en 1981, cumpliendo este año, nada más , ni nada menos, que cuarenta años de amistad,. Esto se nota en todo momento, por el entendimiento y la complicidad que tienen los protagonistas, que se nota disfrutan la obra y el estar juntos en escena.

El Puma Goity, es la figura convocante de la pieza y si bien el mismo actor reconoce que le resulta más cómodo representar personajes dramáticos, también declara que ama la comedia y le encanta que lo convoquen para protagonizarlas, aunque esa no sea su zona de confort y sienta que el desafío siempre es mayor en una comedia, porque no hay nada más difícil que hacer reír a la gente.

Más allá del pensamiento del propio del Puma, que nos resulta interesante compartir, viéndolo en escena queda claro, porque los productores lo convocan seguido para protagonizar comedias. Dueño de un carisma indudable, sus gestos, su postura, sus tonos, todo en él fluye para ser un cómico extraordinario y que el público festeje cada una de sus intervenciones.





En este caso, que Jorge Suarez, sea su compañero, ayuda a potenciar su lucimiento. Que podemos decir de Jorge, un verdadero animal de teatro, un profesional como pocos, al que vimos lucirse en el teatro oficial, en el comercial y en off, llevando adelante todo tipo de papeles. En este caso, el rol de terapeuta, le cae perfecto y ya lo ha hecho anteriormente, pero Jorge, una vez más confirma que es un todo terreno, que cumple siempre.

 Como dijimos antes en este caso, el conocimiento y la confianza que tiene la dupla protagónica, agregan mucho valor a la puesta y contribuyen a la efectividad de esta comedia, que no los tiene solos en escena.

Por aquel consultorio, desfilarán también Ricardo Cerone y Daniela Pal, a quien vimos en varias obras obras del off, acá tienen papeles pequeños, pero en los pocos minutos que están en escena, muestran su valía.






Párrafo aparte para Julieta Vallina, una actriz que nos gusta mucho y que recordamos haber elogiado mucho, por su actuación en Los Vecinos de Arriba. Aquí llegará en la parte final de la pieza, aportando su frescura y siendo clave para cerrar la historia. Muy bueno lo de Julieta, completando el triángulo virtuoso que ofrece la obra.

En resumen, Lo Escucho cumple a las claras, con su objetivo, hacer reír a los espectadores que la eligieron. Consigue esto, con una historia ágil y efectiva, que resulta muy reconocible para un público que se siente identificado con la trama, que involucra una buena crítica al psicoanálisis y que disfruta mucho de las actuaciones.

Nos reímos mucho a lo largo de la función y por eso recomendamos la obra. Como dijimos en el comienzo, siempre las comedias son bien recibidas por el público, pero en estos momentos, donde abundan las preocupaciones y las malas noticias, poder encontrar una obra que nos haga reír y nos permita olvidarnos de los problemas, es algo que debemos agradecer y valorar.


Pensador Teatral.

viernes, 12 de febrero de 2021

Jauría

 Dramaturgia de Jordi Casanovas y Dirección de Nelson Valente.





Jueves a Sábados a las 20 hs en Teatro Picadero ( Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857 ) 

Llega desde España, esta pieza fuerte y actual, que fue creada por el talentoso dramaturgo catalán Jordi Casanovas, tomando como base las transcripciones de un juicio que conmocionó a la sociedad española, nos estamos refiriendo al caso de " La Manada ", un grupo de cinco amigos que en ocasión de la Fiesta de San Fermín 2016, violaron a una joven de 18 años.

La obra se ubica dentro del género del teatro documental, ya que la dramaturgia se basa en hechos reales. En este caso, el autor recopiló los testimonios que se fueron dando a lo largo del juicio, incluyendo las declaraciones de los acusados y de la víctima, los interrogatorios de los abogados defensores, la participación de la fiscal y del juez. Gracias a un minucioso trabajo, Casanovas recopiló toda la información periodística disponible y con ese material, pudo construir esta pieza, que tuvo un enorme suceso de público y de crítica en su país, donde recibió varios premios y tiene como característica particular, que no tiene ni una línea de ficción, cada frase que se escuchará en el escenario, surgió del juicio ocurrido en España entre 2017 y 2019, por lo que la obra cuenta con una autenticidad que debemos resaltar.




El caso tuvo una enorme trascendencia en España, fue tapa de los principales medios de comunicación durante varios meses y causó grandes divisiones en la sociedad española, ya que por algunas características que tuvo el hecho, se generó una polémica, que a la distancia cuesta entender, ya que hubo muchas personas que optaron por dar crédito a la versión de los acusados y dudar de los dichos de la víctima.

La versión local dirigida por Nelson Valente, es fiel a la original, respetando los textos y alternando con inteligencia las acciones de lo que ocurrió aquella fatídica noche del 2016 en Pamplona, donde los integrantes de La Manada, lucían eufóricos e impunes, en contraposición con su andar errático en el juicio, donde querían parecer ajenos a los hechos y siguiendo a rajatabla el libreto de negar comprender la gravedad de sus acciones.





La obra es descarnada y muy dura, la tensión se respira en la sala desde el arranque, el relato es crudo, pero tiene la virtud de no caer nunca en golpes bajos, sorprendiendo al espectador, por el curso que tomó un juicio, que parecía tener como objetivo, confrontar y dudar del relato de la víctima, sospechando de sus dichos, cuestionando sus reacciones y en varios pasajes, tratando de justificar a los acusados, en vez de poner la lupa, en la gravedad del delito que cometieron, que siguen sin admitir y por lo tanto, lejos están de mostrar algún signo de arrepeniemiento.

Las actuaciones que tiene la pieza, en una obra que al tener mucho de relato real, no resultan sencillas,  son muy buenas. Creemos que los mayores elogios se los lleva Vanesa González, que realiza una composición soberbia, en un papel realmente complejo. Con un tono adrede monocorde, con las emociones contenidas y casi en un estado de shock continuo, logra transmitir de manera cabal, el trance que tuvo que afrontar aquella adolescente, en la noche en Pamplona, donde fue violada y más tarde, el dolor que tuvo que soportar, por ser parte de un juicio, donde ella parecía ser la acusada, que debía rendir cuentas.  Además del papel de víctima, en un momento se convertirá en una fiscal implacable,  mostrando un cambio de rol abrupto que muestra su versatilidad. Excelente trabajo de Vanesa, que supero con creces el desafío actoral, que suponía este papel.






Los integrantes de La Manada, son interpretados por Martín Slipak, Gustavo Pardi, Lucas Crespi, Gastón Cocchiarale y Julián Ponce Campos. Muy buenas sus tareas, representando con mucha credibilidad a un grupo de amigos, que actúa como bloque, con complicidad, agrandando sus actos y alardeando una virilidad mal entendida, donde la mujer resulta un trofeo de guerra, que se sumará a sus correrías.

Con el riesgo de ser injustos, vamos a destacar a Martín Slipak, un actor que nos gusta mucho y que siempre nos regala muy buenos trabajos, aquí siendo uno de los líderes del grupo y al mismo tiempo, jugando muy bien sus momentos como abogado defensor. Otro trabajo que destacamos es el Gastón Cocchiarale, al que vimos en muchas obras del off, siempre con mucha carisma y dando credibilidad a sus composiciones. Por último destacar la presencia escénica y la potencia de Gustavo Pardi, otro actor con mucho rodaje en el teatro independiente.






En definitiva, el director supo encontrar de manera acertada al grupo de actores jóvenes que pedía el libro. Se los nota a todos comprometidos con la historia, la exigencia es grande, porque requiere mucha concentración, al haber mucho texto en paralelo, ya que los actores están juntos en escena, pero en la mayoría de los pasajes intervienen de manera individual. Por eso debemos valorar el trabajo de todo el equipo, que además debió superar todos los inconvenientes que provocó la pandemia, ya que la idea era estrenar la obra el año pasado, pero recién se pudo llegar a escena este año. 

La puesta es despojada y austera. Predomina el color negro, hay pocos elementos en escena, alcanzan unas pocas sillas, un banco, unos paneles y poco más. Jauría, es una pieza, donde el texto es el que manda y con una contundencia, que casi no necesita, agregados para ser efectiva.

No queda mucho más para agregar, indudablemente Jauría es una obra que recomendamos mucho y merece verse. Se van a encontrar con un caso que fue resonante en España y no tengas dudas, que cuando salgan de la sala, tan interesados quedarán con lo que vieron, que buscarán en internet, algunos detalles extras del juicio y las repercusiones de una sentencia, que tuvo sus idas y vueltas y aún hoy sigue dando que hablar.



 

 




Pero más allá, del hecho original que se recrea en la obra, lo valioso de la misma, es introducir con rigurosidad, en nuestro teatro, una temática tan vigente en la Argentina, como la cuestión de género, la violencia contra las mujeres, el patriarcado y las diferentes formas de sometimiento que encuentran, contando para ello, con la complicidad de un sistema político y de una justicia inoperante, que siempre aparece, cuando ya es demasiado tarde.

Jauría, es una pieza de una actualidad absoluta, una obra necesaria, para tomar conciencia y también para reflexionar, acerca sobre como muchas veces, actores fundamentales de nuestra sociedad, en vez de empatizar con las víctimas y protegerlas, prefieren ponerse del lado de los victimarios.



Pensador Teatral.




martes, 9 de febrero de 2021

Muñeca

Dramaturgia y Dirección de Florencia Laval y Lucas Suryano.








La vuelta del teatro independiente, nos está dejando excelentes sensaciones y muy gratas sorpresas, como ocurrió en este caso con la presentación de Muñeca ( Punto y coma, el que no se escondió se embroma ), una obra muy fuerte, escrita por autores jóvenes y que realza su valor, ya que está basada en una historia real.

La historia que se nos cuenta es la de María, una niña que se está convirtiendo en adolescente con muchas dificultades. Se la nota sola, triste y con un cuerpo que le devuelve dolores y preocupaciones. La trama nos irá dando pistas de a poco y no vamos a revelar mucho en estas líneas para mantener el suspenso. Solo diremos que María padece una enfermedad congénita, que le genera problemas en su brazo y eso será la punta de un ovillo, que a medida que las acciones transcurran, se irá desenredando, dejando la verdad al descubierto.








La obra es intensa, desbordante de emociones y dotada de una sensibilidad que el espectador percibe desde la primera escena. María quiere ser una una chica más, pero le cuesta horrores serlo, ya que el dolor la invade. El dolor físico por las operaciones a las que debe someterse periódicamente  y el emocional, al tener que soportar la mirada impiadosa de sus compañeros en la escuela, que la observan con esa crueldad impiadosa que tienen los chicos, cuando alguien es diferente.

María se siente sola, seguramente por eso se aferra a Amanda, su muñeca que la acompaña con una incondicionalidad, que no encuentra en su entorno. La relación con sus padres no es nada fácil. En especial con su madre, que en vez de darle el cariño necesario, le brinda frialdad y enojo. Su padre resulta más comprensivo y trata de acercarse, pero no hay dudas que en esa casa, la que lleva la batuta acciones es la madre y eso repercute negativamente en las relaciones que se construyen en aquella familia.









Vamos a cumplir lo dicho antes y no contaremos más, para conservar el suspenso. Solo diremos que Muñeca, además de ofrecernos una trama fuerte, que atrapa al espectador desde el comienzo, dejará lugar para reflexionar sobre varias cuestiones. Entre ellas determinante vínculo madre - hija, ver que sucede cuando el crecimiento de un hijo no marcha como pensamos, el bullying que sé dá en las escuelas, por solo nombrar algunos de los tópicos que se nos irán presentando.

Es momento de hablar de quienes dan vida a este drama tan sentido y es obligado resaltar la estupenda interpretación que nos regala Pina Spena, como María la gran protagonista de la noche, creando un personaje pleno de sensibilidad. El papel requiere un compromiso mayúsculo y la prestación de Pina, es sobresaliente. Se entrega en cuerpo y alma en el escenario, emocionando y sabiendo llegar al corazón de los espectadores. Enorme trabajo de Pina, a quien ya habíamos elogiado por anteriores trabajos.







Pero la historia no estaría completa, sin el aporte de los padres de María, que aportan lo suyo. Viviana Valero es Ana, una madre severa, extremadamente dura y con aires de dictadora. Le cuesta aceptar la realidad de su hija y el enojo parece ser su coraza, para luchar contra una realidad que le resulta irritante. Muy buena la interpretación de Viviana, caracterizando en buena forma su personaje.

Nos gustó mucho también, lo de Eduardo Pérez Bordalejo como Rubén, un padre más comprensivo, pero ausente a la vez. Se nota que tiene un amor muy grande por su hija, pero la situación lo supera  muchas veces lo supera y eso le genera una impotencia, que logra transmitir en un personaje, que tiene una energía y una pasión , que chocan con la frialdad y la manipulación de su esposa. 









En verdad, es muy bueno el trabajo de los tres protagonistas. Si bien Pina es quien se lleva los mayores miradas, por su estupenda interpretación , el acompañamiento de Viviana y de Eduardo, es fundamental para dar marco a la historia y para permitir el lucimiento de la protagonista. Hay una muy buena conjunción del elenco, que se nota muy comprometido con la historia.

La puesta que proponen Flor Laval y Lucas Suryano, es minimalista y logra darle un ambiente íntimo que el texto pide y a la vez agradece. Debemos destacar el excelente diseño lumínico de Sofía Gatti, que aporta belleza y colorido a la puesta. Otro rubro a destacar el diseño sonoro, que se disfruta en varios pasajes. Muñeca es otra muy buen ejemplo, de como muchas veces el teatro independiente, con pocos recursos económicos, pero mucho talento, consigue puestas bellas y logradas, este sin dudas, es uno de esos casos.








No queda mucho más por contar, solo recomendar la obra y mencionar que una vez más nos vamos muy contentos de El Tinglado, un teatro que nunca defrauda con su cartelera- En este caso, nos ofrece una historia de vida, muy fuerte, que al basarse en una historia real, permite el espectador imaginar el dolor que vivió la María real y pone el foco, sobra las dificultades que pueden presentar la crianza de los hijos y como muchas veces el egoísmo de los padres y la negación, son los sentimientos que predominan en la relación, sin importar cuanto perjudican a sus hijos, quedando el amor verdadero relegado a un segundo plano.

Recomendamos Muñeca, aquellos que la vean se encontrarán con un drama fuerte, emociones a flor de piel, excelentes actuaciones y una nueva demostración que el teatro independiente siempre nos tiene reservadas, valiosas historias de vida, que merecen ser contadas.



Pensador Teatral.

viernes, 29 de enero de 2021

La Cantante Calva

Dramaturgia de Eugene Ionesco.  Dirección de Lizardo Laphitz






Sábados 21 hs en Bar de Fondo Cultural ( Julián Álvarez 1200 )

Luego de una larguísima pausa obligada de diez meses, por la pandemia que sigue asolando al mundo entero, encerrándonos en nuestras casas y cambiando nuestros hábitos, estábamos con muchas ganas de volver a ver teatro independiente.

Y la cita era prometedora, nos esperaba La Cantante Calva, opera prima del autor rumano Eugene Ionesco, considerado como uno de los más distinguidos representantes del teatro del absurdo, un género donde el grotesco, la ridiculez de la existencia humana y la incapacidad de las personas para comunicarse, son el tópico dominante, demostrando que muchas veces la realidad puede superar a la ficción.






Teníamos un texto clásico de un autor reconocido, un director inteligente como Lizardo Laphitz, al que conocíamos por puestas anteriores que fueron atractivas y un elenco que resultaba interesante. Parecía una muy buena oportunidad, para volver a ver teatro independiente y no alarguemos el suspenso, porque realmente los buenos augurios se cumplieron y disfrutamos muchísimo, de esta versión aggiornada de La Cantante Calva. Nos reímos mucho durante la obra y además nos sentimos plenamente identificados con algunas de las situaciones que veíamos en el escenario, que en teoría deberían ser totalmente disparatadas, pero que no lo eran tanto.

 Las acciones se inician en una casa londinense de la alta sociedad  inglesa, allí el Sr. y la Sra. Smith, hablan de la copiosa cena que han tenido, de vecinos y de nimiedades varias, mientras el tiempo parece transcurrir en cámara lenta  La mucama de la familia, corta la monocorde charla y les avisa que tienen visitas inesperadas. De Manchester, han llegado el Sr. y la Sra. Martín sin previo aviso y a unas horas tan tardías, que provocan el enojo del Sr. Smith que no los recibe de la mejor manera.

Superada esa tensión inicial, la charla entre los cuatro arrancará, pero los diálogos parecen no ir hacia ningún lado, les cuesta entenderse y mucho más mantener un hilo de conversación, que parece una misión imposible. Para completar el cuadro, llegará a aquella casa el capitán de los bomberos, ávido de encontrar algún incendio que combatir, pero como en el hogar de los Smith, por ahora no hay humo a la vista, será una buena ocasión para unirse a la tertulia y comenzar una ronda de anécdotas. Y hasta allí vamos a contar, el resto lo dejamos para que el espectador lo descubra cuando vea la obra.







En la trama queda en evidencia, la sagacidad de Ionesco, su pesimismo por la condición humana, su soledad, el sin sentido y las rutinas que envuelven las vidas de la mayoría de los mortales. La clave es que para contarlo, recurre al humor y a la sátira, dejando en evidencia, algunas conductas que suenan muy conocidas y en la vida diaria de muchas familias, se pueden percibir como normales.

La puesta de Laphitz consigue darle una vigencia a este texto escrito en 1950, que es digna de destacarse, con una muy buena dinámica y un grado de realismo que el espectador reconoce. Además aggiorna de manera inteligente la puesta a estos tiempos modernos, con la aparición de la tecnología como un gran factor que potencia la incomunicación de las personas, que pese a estar juntos en un mismo lugar, parecen estar en dimensiones paralelas.

Otro gran acierto, que moderniza el texto y lo acerca a nuestra realidad, es introducir también en escena a la omnipresente pandemia que tanto cambió nuestras vidas; Prometimos no adelantar más, solo diremos que el alcohol en gel se hará presente y percibiremos como la alienación que está provocando en la sociedad, el miedo a una enfermedad, que resulta desconocida y amenazante, altera tanto los comportamientos humanos que se acercan mucho a la alienación.

Llega el momento de hablar de las estupendas actuaciones que nos regala la obra. En tiempos, donde por razones atendibles, la mayoría de los espectáculos que se presentan actualmente son unipersonales, poder disfrutar de seis actores en escena, resulta un verdadero placer. La fluidez que denota la trama, muestra que las complicaciones que complicaron los ensayos, fueron resueltas de la mejor manera y eso es todo mérito del director y el elenco.







Deliciosas las interpretaciones de Paula Berré y Richard Courbrant, los Smith, los dueños de casa, excéntricos anfitriones, caracterizando de manera admirable, desde el tono de voz hasta la postura corporal, a un matrimonio de la alta sociedad inglesa. Gran destaque el de Paula y Richard, nos reímos muchos con ellos. Julia Labadie, es la Sra Martín y nos encantó su trabajo. A Julia la recordamos por su excelente interpretación en La Lección, otra obra de Ionesco y aquí vuelve a ofrecernos, una lucida actuación, con una expresividad a flor de piel. La acompaña a la perfección, Diego Antozzi, el Sr Martín, con quien mantiene un diálogo telefónico tan disparatado, como gracioso.

Completan el elenco, Teresa Suárez, como Mary la críada de la familia, otro eslabón de esta gran cadena de sinsentidos y Lucas Álvarez como un peculiar capitán del cuerpo de bomberos. Ambos le otorgan frescura a la trama y son un buen contrapunto, con los miembros más acomodados de la sociedad.

La puesta es minimalista, los elementos en escena son los justo y necesarios para acompañar una trama, donde los diálogos incoherentes y disparatados son los que mandan, resultando divertidos, gracias a las actuaciones tan aceitadas que mencionamos antes.






No queda mucho más para agregar, solo invitarlos a descubrir esta puesta atractiva y moderna de un verdadero clásico del teatro del absurdo, como resulta La Cantante Calva, una pieza para divertirse y también para reflexionar, sobra las conductas humanas, el individualismo y la desesperanza que reina en la sociedad actual, donde pese a tener cada vez más formas de comunicación, entender o simplemente escuchar lo que el otro tiene para decirnos, parece una misión casi imposible.

Realmente quedamos más que satisfechos con nuestra vuelta al teatro independiente, reconforta ver los cuidados y el cumplimiento de los protocolos en Bar de Fondo Cultural, espacio teatral, que visitamos por primera vez y que nos sorprendió gratamente. Destacamos el compromiso del director, actores y equipo, que en momentos , donde lo más sencillo, era quedarse quietos en casa, esperando que la situación retorne a la normalidad, decidieron superar las dificultades, ensayos por zoom mediante y con un amor por el teatro independiente, que emociona y realmente debemos valorarse. Por todo eso convocamos al público, para que no tenga miedo y vuelva al teatro, para disfrutar de una obra muy divertida, que además de todo lo que les contamos, les permitirá descubrir, que fue de la vida de la famosa cantante calva.


Pensador Teatral.

viernes, 13 de marzo de 2020

Tóxico

Dramaturgia de Lot Vekemans y Dirección de Pablo Di Paolo.









Viernes 21 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Desde los Países Bajos, llega este obra escrita por la dramaturga holandesa Lot Vekemans y traducido al español por Ronald Brouwer, que nos presenta un texto profundo que se centrará en el reencuentro de un hombre y una mujer que vuelven a verse, luego de nueve años sin tener noticias uno del otro.









El lugar del reencuentro es particular, un cementerio y los motivos lo son más aún, deberán levantarse y trasladarse varias tumbas, debido a un derrame tóxico que se descubre en la tierra. Luego de unos minutos de suspenso, donde la mujer ( María Bestelli ) y el hombre ( Javier Pedersoli ) se tratan con frialdad, midiendo las palabras y sus emociones, se revelará que son una ex pareja separada ya hace casi diez años y que fueron citados, ya que una de las tumbas a trasladar será la de su joven hijo.

La dramaturgia está cuidadosamente construida y avanza de modo controlado, poco a poco, por eso no queremos develar demasiado en esta reseña. Solo diremos que Tóxico, nos hablará de las ausencias y las pérdidas. Como reaccionamos ante una tragedia tan grande, como la inesperada pérdida de un hijo, es uno de los grandes interrogantes que presenta la obra. Podemos manifestar nuestro dolor ?? O más bien nos cerramos con él ?? Y que sucede con nuestro entorno ?? Podemos atenderlo o el dolor es tan grande que no reparamos en nada ??








La pieza es profunda, sin caer en exageraciones, con una trama que invita a la reflexión y nos muestra como la vida muchas veces nos tiene reservados golpes fulminantes, para los que nunca podíamos estamos preparados y la  reacción ante esa adversidad extrema, es humana e imperfecta. Reaccionamos como podemos y no como queremos. Vivimos momentos de oscuridad y confusión, en los que queremos desaparecer y retomar luego el camino de la normalidad, puede resultar más complejo de lo que se imagina.

La obra presenta un duelo actoral estupendo entre Mara Bestelli y Javier Pedersoli. Ambos realizan magníficas composiciones de sus personajes, cargados de sensibilidad, pero evitando el dramatismo artificial, consiguiendo un aire de realismo, que debemos resaltar. Mara trata de ocultar sus heridas, pero tiene el dolor dibujado en su rostro y se nota que no ha logrado superar la pérdida de su hijo primero y de su esposo después. Dos golpes muy duros. Transmite la angustia de su personaje de manera soberbia.








Pedersoli dá vida a un personaje, que intentó superar el dolor y en parte puedo rehacer su vida, pero al mirar para atrás queda claro, que aún quedan muchos cabos sueltos en su cabeza. A Javier recordamos haberlo elogiado mucho en su interpretación en Clara, entrañable obra del off y aquí volvemos a verlo en una destacada interpretación, mostrando su presencia escénica y un aplomo, que le dá mucha credibilidad a su personaje.

Como se dice muchas veces, el texto puede ser muy bueno, pero si no se encuentran los intérpretes adecuado, las buenas intenciones pueden quedar a mitad de camino. En este caso ocurre todo lo contrario, las excelentes actuaciones de Bestelli y Pedersoli, realzan y agregan valor a la dramaturgia.

Es importante también para buen resultado final, la acertada dirección de Pablo Di Paolo, que sin caer en golpes bajos, logra darle realismo al texto, con una puesta minimalista, donde son pocos los elementos que acompañan a los protagonistas ( los necesarios ), quedando claro que se privilegia la palabra.









En definitiva disfrutamos de una estupenda noche teatral, de la mano de un texto sensible y profundo, que indaga sobre las pérdidas y nos muestra como la vida después de una fatalidad, ya no será igual y las personas se convierten en sobrevivientes, que buscan sobreponerse a un dolor y a una angustia, que resultan insoportables.

Recomendamos Tóxico, una propuesta muy valiosa que llega desde Holanda, presentando un duelo actoral magnífico, que nos invita a reflexionar acerca de las verdaderas tragedias que nos acechan en silencio y si llegan a aparecer cambian nuestras vidas para siempre.-



Pensador Teatral.



martes, 10 de marzo de 2020

La Boda de la Hija del Presidente.

Dramaturgia de Juan Mayorga y Juan Cavestany. Dirección de Adrián Cardoso.









Martes 20 hs en Teatro Apolo ( Av. Corrientes 1372 )

Luego de una exitosa primera temporada, en la señorial sala de La Comedia, La Boda de la Hija del Presidente pega el gran salto y llega a la Calle Corrientes. Obra de origen ibérico, escrita por los autores españoles Juan Mayorga y Juan Cavestany, estrenada en Madrid en el 2003, que en su idea original, hacía referencia, al banquete posterior a la boda de Ana Aznar en el Escorial.









En la versión local, dirigida en gran forma por Adrián Cardoso, se logra aggiornar el texto a la Argentina, haciendo referencia a actores de la política vernácula, sin nombrar de manera específica a nadie, pero abarcando a todos a la vez, ya que los vicios y los entretelones, de la política tienen puntos en común, en todo el mundo.

La obra se centra en la fiesta de casamiento de la hija del presidente, a la que asistirán los personajes más importantes del país, desfilando en el mismo, los aspirantes a reemplazar al actual presidente, diplomáticos extranjeros, miembros del gabinete, personajes de la farándula, esposas del poder y otras figuras importantes. Los espectadores serán testigos, de la fiesta de la que participa una élite y donde la gente común, no están invitada al banquete.








El texto tiene una vuelta interesante, ya que al mostrarse el lado B de la fiesta, permite que aparezcan todas las clases sociales en la trama, por la que veremos a un chofer con aires de grandeza, a mozos atentos a servir con rapidez, personal de vigilancia un tanto indiscreto y cocineras con ideas políticas dispares.

La obra tiene una mirada muy interesante, sobre los privilegios de la clase política y ese mundo paralelo de cortes serviles en el que se mueven, apareciendo las redes de corrupción que siempre está ligadas al poder, los negocios turbios y por otro lado, dará testimonio al discurso de rechazo a los inmigrantes que llegan para quedarse con nuestros empleos y la demonización de las ideas de izquierda,  que para un sector de la sociedad son responsables de la mayor parte de los males que nos aquejan. El texto tiene una visión política, adrede exagerada, para que queden al descubierto el funcionamiento del poder político, teniendo el espectador espacio para la reflexión y ver como podrán cambiar los países, pero hay muchas cuestiones que se repiten.









La trama tiene una dinámica y un ritmo que no decae nunca, diversos actos que se irán desarrollando, con los diferentes invitados a la boda, habiendo una gran cantidad de personajes que desfilarán en el escenario, siendo solo cinco los actores que desdoblarán a todos ellos.

Precisamente las interpretaciones, son en nuestra opinión, el punto más fuerte que tiene la obra, ya que la trama tiene un ritmo vertiginoso, que requiere actores muy atentos, con cambios de vestuarios, que se producen en el mismo escenario, para que las acciones no se detengan nunca y los nuevos personajes vayan apareciendo en escena, sin solución de continuidad.

En actuaciones realmente magníficas y con el riesgo de ser injustos, vamos a destacar especialmente el gran trabajo de Diego Freigedo, que en nuestra opinión, es quien se lleva las mayores ovaciones, con un histrionismo a flor de piel y un carisma que resalta en todo momento. Compone personajes verdaderamente desopilantes, como Risitas, uno de los aspirantes a presidente, el chofer influyente, el ministro de la juventud y otros. En  total sintonía con el ritmo eléctrico que pide la trama, Diego cumple una fantástica interpretación.









En el mismo nivel de excelencia, mencionamos a Cristian Sabaz, como otro aspirante al sillón presidencial, el lobbista italiano Volpone, la cocinera y otros. Con verborragia y mucha gracia, es tal vez, quien más risas provoca en la platea. Magnífico trabajo de Cristian.

Pero no seamos injustos con Diego Blanco, que hace de Ordoñez el tercer aspirante a la presidencia, el primo del presidente y ofrece una gran composición del cura. Buenísimo su trabajo. Ariel Gangemi, no se queda para nada atrás, será el Ministro de Defensa, el poeta, una de las cocineras, la Madre de la Novia, gran composición y nada menos que el Presidente, que ofrecerá un discurso muy peculiar, que incluye al gran Federico García Lorca. Un trabajo muy destacado el de Ariel.
Con una participación menor de parlamento, pero efectivo en lo suyo, mencionamos también a Miguel Haddad, como mozo principal y jefe de seguridad.








Como dijimos antes, pensamos que las actuaciones son el corazón de esta obra y la llave de su suceso. Es excelente el trabajo que realizan los cinco actores, ya que como dijimos desdoblan gran cantidad de personajes, cambiando de personalidad y de apariencia en segundos, algo que solo puede hacerse con talento y mucho ensayo, ya que se requiere una coordinación y una concentración absoluta.

La puesta de Adrian Cardoso es otro gran acierto de la obra, manteniendo un ritmo constante, con una continuidad, que el espectador agradece. Hay un componente musical muy importante, con Alejandro Webber, tocando el piano en escena y acompañando con bellos acordes los diferentes actos. El vestuario de Sabrina López Hovhannessian, es otro ítem destacado, ya que la cantidad de personajes que aparecen en escena, requiere diferentes vestimentas, para sostener las caracterizaciones, algo que se logra con mucho ingenio.








En definitiva, disfrutamos de una magnífica noche de teatro, con esta obra que llega a la Calle Corrientes, debido a la muy buena temporada que tuvo el año pasado, tanto de crítica, como de público. El desafío es grande, pero La Boda de la Hija del Presidente, tiene las herramientas necesarias para seguir creciendo, ya que presenta un texto muy interesante, una puesta con mucho ritmo y actuaciones excelentes.

Por eso recomendamos, al espectador que se ponga sus mejores ropas y concurra al Apolo, para ser parte de esta celebración exclusiva, a la que el buen teatro independiente nos invita, para que no perdamos de vista, como muchas veces, los políticos que nos gobiernan, están más ocupados en las intrigas palaciegas, que en resolver los problemas que tiene la gente.



Pensador Teatral.