viernes, 15 de abril de 2022

Más que Real

Libro de Laura Manzini. Dirección de Emiliano Samar.






Viernes 20 30 hs en Belisario Club de Cultura ( 1624 )

Una comedia musical muy divertida llega de la mano de Más que Real, que con una historia simple y estupendos momentos musicales, nos hablará de la soledad, los miedos y las neurosis que podemos llegar a tener, cuando notamos que no estamos cumpliendo con uno de los mandatos sociales más fuertemente arraigados, casarnos y tener una familia. La presión de la sociedad es grande y muchas veces esto puede causar problemas en la mente de la persona apuntada. Todo esta problemática, es abordado con mucho humor y jugando con el absurdo.

El relato nos cuenta la historia de Claudia, una mujer madura que trabaja en un consultorio médico que atiende a personas de la tercera edad. Su vida no luce feliz, tiene que lidiar a diario con las demandas de los ancianos y médicos, teniendo que hacerse cargo además de su madre enferma, que desde la casa le dá todo tipo de instrucciones, dejando en claro que puede hacer y que no. Pero más allá de ello, el problema de Claudia es que se siente muy sola, sus fracasos amorosos son una constante y se le está haciendo difícil soportar la situación.






Y precisamente para poder escapar de una realidad que le duele, su mente creará un compañero al que solo ella puede ver, pero que cobrará vida, siendo en primera instancia una buena compañía, pero que a medida que el tiempo pasa, irá ganando espacio y será muy difícil de mantener a raya, obligando a Claudia a pensar en como eliminar a su amigo especial.

Para ayudarla en esta misión, recurrirá a una psicóloga muy particular y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso. Para descubrir si Claudia tuvo éxito en hacer desaparecer a ese fantasma, que nace de su mente y quiere tomar las riendas se su vida, deberán ver la obra.

Sin dudas que la pieza logra destacarse, por la muy buena actuación de la dupla protagónica conformada por Laura Manzini y Max Accavallo. Laura es la protagonista de la historia y quien lleva adelante el hilo de la misma. Para quien no lo sabe, les decimos que Manzini, es una actriz y cantante de gran trayectoria, con numerosos espectáculos musicales que resultaron exitosos en su haber.  Se luce mucho en las partes cantadas, con un repertorio muy variado. Aquí sorprende por su histrionismo y su entrega corporal para redondear una estupenda composición.





Max Accavallo, la acompaña en gran forma, desdoblando gran cantidad de personajes, que entrarán y saldrán a escena en varias oportunidades, para dialogar con nuestra heroína.  Nos gustó especialmente su representación de  la psicóloga y del personaje final, del que no adelantaremos nada. Max, aporta frescura a la pieza, también se muestra cómodo en las partes cantadas, conectando muy bien con Laura.

La puesta de Emiliano Samar es minimalista, con pocos elementos en escena. Un escritorio, un par de sillas, un biombo y poco más es suficiente para dar marco al relato. Del resto se encargan los protagonistas, que con sus composiciones hacen que el espectador imagine el resto. De la puesta, queremos destacar los arreglos y la dirección musical de Mariano Frumento, fundamental en el formato que presenta la pieza.






Más que Real transita su segunda temporada en cartel y es importante destacar, que en su primera temporada, la obra tuvo varias nominaciones a los Premios Hugo y su protagonista ganó el premio de Mejor Actriz Protagónica en musical off. Luego de ver la obra, podemos afirmar que dichos reconocimientos, nada fáciles de obtener con tantas propuestas en cartelera, fueron más que merecidos.

Concluyendo ya, disfrutamos de una linda noche de teatro, viendo Más que Real, que en clave musical y mucho humor, nos hablará de temas difíciles, como la soledad y de como en situaciones extremas, nuestra mente puede llevaros a situaciones límites. Además se encontrarán con una puesta muy dinámica y actuaciones deliciosas, de una dupla protagónica, que nos tienen reservado un final de telenovela.


Pensador Teatral.


miércoles, 13 de abril de 2022

Aire de Montaña

Dramaturgia y Dirección de Pilar Ruiz.






Martes 21 hs en El Galpón de Guevara ( Guevara 326 )

Teníamos muchas ganas de ver Aire de Montaña, la nueva obra escrita por Pilar Ruiz, ganadora del Premio CTBA- Banco Ciudad 2020/2021, ya que varios conocidos nos la habían recomendado y más aún sabiendo que Pilar es una autora muy talentosa y dueña de una pluma sensible Si a esta introducción, le sumamos el gran elenco reunido para la ocasión, las expectativas eran realmente altas.






No vamos a alargar el suspenso, ya que de entrada vamos a decir, que las expectativas se cumplieron con creces. Nos gustó mucho la obra y sin dudas que en ella se nota la impronta de Pilar, especialista en retratar vínculos humanos. Aire de Montaña es una tragicomedia entrañable con aires nostálgicos, que nos invita a viajar a la Patagonia, para ser testigos del reencuentro de viejos amigos, historias intensas que quedaron inconclusas, recuerdos, silencios y secretos guardados bajo siete llaves, que pugnan por salir a la superficie.

El relato arrancará con Lorena, que luego de treinta años regresa a la ciudad patagónica donde vivió su infancia y adolescencia. No vuelve sola, lo hace con Tomás, su hijo adolescente que solo conocía aquel lugar por las historias que ella le contaba. De manera fortuita o no tanto, Lorena tocará el timbre de la casa de Jorge y Marina, sus grandes amigos, que son pareja desde hace años y con los que compartió muchísimos momentos de su adolescencia, teniendo juntos gran cantidad de anécdotas de momentos compartidos en la escuela, en bailes y en aquellas montañas que enmarcan el paisaje patagónico.






En el comienzo de aquel reencuentro, se nota un ambiente de tensión entre los anfitriones y sus visitantes. Hay una mezcla de desconfianza y de reproche para con Lorena, por haberse ido de manera abrupta a Buenos Aires y no haber vuelto a esos pagos, ni una vez. Establecen  una distancia lógica por el tiempo transcurrido.  Además no volvió sola, llegó con su hijo, al que no conocían, pero notan que es muy parecido a ella, tanto en el aspecto físico, como en el carácter.

Pero la noche patagónica y el alcohol que corre en aquella velada, comienza a aflojar las tensiones,  la música que suena en el viejo tocadiscos de Jorge, también colabora en el acercamiento. Irán llegando los recuerdos, algunos inofensivos y otros no tanto. Algunos secretos profundos, pugnan por salir a la superficie. Los silencios también jugarán un papel importante, porque muchas veces lo que no se puede decir con palabras, los cuerpos encuentran la manera, de expresarlo de otras forma.






Y hasta allí vamos a contar de la trama, para no revelar las sorpresas y las pistas que el texto nos irá revelando a medida que la obra avanza. Si diremos que esta tragicomedia, si pudiéramos catalogarla en ese género, nos ofrecerá un relato sensible, humano y cargado de sensibilidad, que pondrá al descubierto como la vida puede seguir adelante, superando los fantasmas del pasado, pero cuando quedan historias inconclusas, estos fantasmas tarde o temprano, terminan volviendo.

Como mencionamos antes se reunió un muy buen equipo para esta obra, con un elenco encabezado por un actor de raza como Carlos Potaluppi, con innumerables trabajos en cine, tv y teatro comercial, no siendo tan común verlo actuar en propuestas del teatro independiente. Celebramos que lo haya seducido el proyecto y se haya sumado a este elenco, ya que destaca claramente por su gran presencia escénica, su gestualidad, su voz potente y esa risa inconfundible que lo caracteriza. Estupendo su trabajo y sin dudas, su presencia le agrega jerarquía al teatro off. Un placer verlo a Carlos aquí, tan comprometido con su personaje, para disfrute de la platea, que estando cerca, puede apreciar cada uno de sus movimientos.






Pero no seamos injustos con el resto del elenco, hay una composición soberbia de María Inés Sancerni, que lleva adelante a una Lorena meláncolica, que retorna a la ciudad de su infancia, atraída por recuerdos de tiempos mejores. Ya madura y en una etapa decisiva de la vida, siente que es hora de conectarse con sus raíces y además mostrarle a su hijo como estaba compuesto ese mundo, donde ella fue feliz. Con una sensibilidad a flor de piel, María Inés, una gran actriz,  nos regala una composición exquisita.

Clarisa Korovsky como Marina, completa ese triángulo de amistad y secretos guardados por mucho tiempo. Movilizada por la llegada de Lorena, activará en su mente recuerdos que estaban en reposo, pero bien vivos. Es muy bueno el trabajo de Clarisa, secundando dos actuaciones soberbias como las mencionadas anteriormente.

Resta habla de Juan Tupac Soler, un joven actor al que elogiamos ya muchas veces desde este sitio y con participaciones destacadas en anteriores obras dirigidas por Pilar Ruiz. Aquí vuelve a mostrar su enorme versatilidad y que es un actor todo terreno que siempre rinde. Cámara fotográfica en mano, intentará retratar aquellos momentos presentes que merecen quedar testimoniados. Perteneciente a una generación diferente, marcará muy buenos contrapuntos con el resto, con guiños interesantes como el lenguaje inclusivo que utiliza. Además Juan por momentos, llevará el rol de presentador de la historia, siendo un personaje clave de la historia. Excelente trabajo.







Se hizo algo larga la descripción, porque las actuaciones son todas de muy buena factura y son fundamentales para que el texto fluya y sea creíble. Se los nota con muy buena química entre ellos  y entregados por completo a una trama exigente, que requiere saquen de su interior se faceta lúdica y todos logran hacerlo

Yendo a la puesta que presenta la obra, es realmente atractiva, con varios puntos a destacar. Arrancando por el original diseño escenográfico de Julieta Potenze y Ariel Vaccaro, que no es sencillo de describir y juega mucho con lo geométrico. Sin puertas y ventanas,  muestra los difusos límites entre el interior y el exterior, siendo transparentes para el público, que accede a la intimidad de estos personajes. Otro acierto de la puesta, es la inclusión de varios momentos musicales que tiene el relato, que logra descomprimir algunos pasajes de alta tensión que suceden entre los personajes. 






En definitiva, nos gustó mucho la propuesta de Aire de Montaña, que nos hace viajar con la imaginación hacia el sur de nuestro país. La dramaturgia desde el arranque atrapa al espectador, que quiere descubrir que esconden estos entrañables personajes que viven en esta historia, que nos habla de la amistad y de aquellos recuerdos que aunque hayan pasado muchos años, seguimos atesoramos en nuestro corazón, pactos de silencios implícitos y como muchas veces decimos las cosas que podemos y no las verdades que conocemos.

Ya se está volviendo una grata costumbre, elogiar los textos de Pilar Ruiz, que con una mirada moderna y abierta, sabe como poner el foco en las relaciones humanas, ofreciendo historias actuales con las que el público se siente identificado, en este caso lo hace con una bella puesta cargada de música y poesía, para acompañar las estupendas actuaciones que tiene la obra y poder sacar la última foto de la noche, antes que baje el telón.


Pensador Teatral.


domingo, 10 de abril de 2022

Stefano

Texto de Armando Discépolo. Versión y Dirección de Rubén Pires.





Domingos 19 30 hs en Teatro Andamio 90 ( Parana 660 )

Stefano fue escrita en 1928 por Armando Discépolo y transita su segunda temporada en el Andamio 90, en esta renovada y atractiva versión de Rubén Pires, que nos presenta un grotesco musical ambientado en un conventillo de Buenos Aires en los principios del Siglo XX.





Este clásico nos introduce en la historia de Stefano, un músico egresado del Conservatorio de Nápoles, que llegó a la Argentina allá por el 1900, como lo hicieron miles de inmigrantes, con el sueño de hacerse la América, aprovechando las oportunidades que prometían estas tierras lejanas. 

En el caso de Stefano, el sueño a cumplir era dirigir una orquesta importante y componer una ópera que lo convierta en una celebridad. Su carrera en Italia y su talento musical, eran prácticamente una garantía de lograr ese éxito. Para cumplirlo se embarcó hacia estas tierras con sus padres, que vendieron su casa, su campo y sus pertenencias en tierras napolitanas, para acompañar el sueño de su hijo. Tenían una vida feliz allá, pero imaginaban que aquí con el suceso que tendría su hijo, encontrarían una gran prosperidad.






El relato se inicia, veinte años después de haber llegado a Argentina y la realidad era muy diferente a la que todos imaginaban. Stefano se casó con una mujer argentina y formó su propia familia, teniendo 4 hijos. Lejos de la opulencia que imaginaron antes de emprender la travesía, vivían todos juntos en un conventillo, sin que les sobrara nada, contando las monedas para que no faltara nunca el pan. Las ilusiones con las que habían llegado, se fueron esfumando con el correr de los años y todos en mayor o menor medida, se sentían defraudados por Stefano, que al no poder convertirse en un director de orquesta reconocido, no pudo cumplir nada de lo que prometió.

La obra nos mostrará como muchas veces la realidad nos golpea de manera despiadada, los sueños naufragan y allí arranca la desilusión  y la frustración. Aquel hijo prodigioso, se irá convirtiendo en el culpable de la vida miserable de su familia, que debe adaptarse a las circunstancias, maldiciendo a los cuatro vientos en haber confiado en la utopía que les había prometido su héroe.

Discépolo relata aquí con crudo realismo, lo que sucedió con muchos inmigrantes que llegaron cargados de ilusiones y se debieron conformar con una vida llena de privaciones, que los hacía añorar la tierra que dejaron atrás. Obviamente otros inmigrantes tuvieron mejor suerte, pero no fue el caso de Stefano. Y hasta allí vamos a contar, el resto lo dejaremos sin revelar, para que el espectador lo descubra cuando vea la obra.





La puesta de Rubén Pires recrea la vida en los conventillos de aquel entonces y como las distintas generaciones vivían bajo un mismo techo, teniendo que adaptarse y convivir lejos de las condiciones de vida ideales, siendo el sacrificio la moneda corriente.  El relato de esta pieza, tiene a la música como columna vertebral y precisamente los momentos musicales tan logrados que tiene la obra, le otorgan belleza y poesía a la puesta.

Entre los muchos logros que presenta esta adaptación, debemos mencionar que son ocho los actores reunidos en escena, algo que no es lo habitual. Y aquí no hay solo una cuestión de número, ya que las actuaciones que presenta la misma, merecen que les dediquemos algunas líneas.





En primer lugar, destacar el trabajo de Luis Longhi como Stefano, el gran protagonista de la historia, componiendo con mucha sensibilidad a un personaje que debe soportar la enorme pena por su fracaso y además contener los reclamos de todos los que los rodean, que lo culpan por su aciago presente. Gran trabajo de Luis, que en su estupenda interpretación, incluye momentos musicales deliciosos tocando el piano, para deleite de la platea.

Marcelo Bucossi como el abuelo y Elida Schinocca como la abuela, componen a una pareja de napolitanos adorables. Extrañan su tierra, se pelean entre ellos y reniegan tener que pasar sus últimos años, viviendo lejos de sus afectos y con una vida repleta de privaciones. Un gran gusto, ver en escena, a dos actores con tantos años de trayectoria, mostrando su enorme vigencia. Deliciosos los trabajos de Elida y Marcelo.






Maia Francia personifica a Margarita la esposa de Stefano, harta de la situación y superada por la misma, ya no tiene una gota de tolerancia. Potente la interpretación de Maia, una actriz de enormes condiciones. Lucía Palacios y Nico Cucaro, son los hijos de Stefano y los personajes más disruptivos de la historia, cumpliendo muy bien sus papeles. Mariano Falcón es el hijo mayor, el heredero de su padre y el que corre peligro de seguir el mismo camino de fracaso. Muestra presencia escénica y hace un muy buen aporte.

Párrafo especial para Gonzalo Álvarez, como Pastore, el discípulo de Stefano, que impresiona con su estupenda voz de tenor, interpretando algunos pasajes de O Sole Mío, La Donna e Móbile entre otras canciones. Su aparición sorprende y logra conmover al público por la potencia y calidad de su voz, logrando momentos musicales de enorme disfrute.

Se hizo algo larga la descripción, pero resulta un acto de justicia tomarse ese tiempo, para las menciones, porque sin dudas el director logró amalgamar un elenco heterógeno, con actores de diferentes edades y talentos, que se ponen todos al servicio de la obra, siendo importantes en el conjunto.






Yendo a la puesta que presenta la obra, hay que destacar el diseño escenográfico que transforma el escenario del Andamio 90, en un colorido conventillo, distribuido en tres planos de diferentes alturas, teniendo en el primero el living de la casa, con la mesa familiar y el piano, como elemento central de aquel hogar. En el segundo plano vemos las habitaciones de los abuelos y la cocina. Y en un alto tercer plano, el estudio del hijo mayor, que trata de encontrar aquella letra musical salvadora. Un diseño escenográfico, que merece destacarse, por la excelencia del mismo y tan poco es habitual verlo en el teatro off.

Otro rubro a destacar es el diseño de vestuario de época de Nélida Bellomo, que caracteriza en gran forma a los personajes de la historia. Y por supuesto mencionar a Sergio Vainikoff a cargo de la música original de la pieza. Coordinando todos estos recursos actorales y técnicos aparece Rubén Pires, el director de este hermoso proyecto.






Nos gustó mucho la propuesta de Stefano, resaltar que en tiempos donde lo habitual en el teatro independiente es ver mayoría de unipersonales, es una grata sorpresa, poder ver una obra que tiene ocho actores en escena. Además hay una puesta bella y cuidada, con momentos musicales distinguidos,  rescatando la rica dramaturgia de Discépolo, que nos invita a viajar a la Buenos Aires de comienzos del siglo XIX, para revivir la epopeya de tantos inmigrantes que llegaron a la Argentina, llenos de sueños y que  tanto contribuyeron al desarrollo del país.-

Por eso solo queda recomendar la obra, van a poder disfrutar de un grotesco musical con todas las letras, una puesta plena de poesía de Rubén Pires y actuaciones que llegan al corazón del espectador. Para el final de esta reseña, comentar el prolongado aplauso de pie que recibieron los protagonistas al final de la función, de una sala colmada del Andamio 90, siendo hasta ahora la mayor ovación que vivimos a lo largo del año y este hecho sin dudas, vale más que mil palabras.


Pensador Teatral.



viernes, 8 de abril de 2022

Ella en mi Cabeza

Dramaturgia de Oscar Martínez. Dirección de Javier Daulte.






Jueves a Domingos en Teatro Metropolitan Sura ( Av. Corrientes 1343 ) 

Una renovada y atractiva versión de Ella en mi Cabeza, llega con la efectiva dirección de Javier Daulte, para esta obra escrita por Oscar Martínez, al que todos conocemos por ser uno de los actores más reconocidos de nuestro medio, con grandes éxitos en la televisión, en cine y en teatro. Pero no todos conocen, la faceta de Oscar como dramaturgo. Pero sí, escribió varias obras teatrales, siendo esta pieza que nos convoca, su primera obra como autor y sin dudas una, de las que tuvo mayor repercusión.





Decimos esto porque Ella en mi Cabeza, recibió numerosos galardones, entre ellos el premio ACE a la mejor obra nacional y 5 premios Estrella de Mar, siendo una de las obras teatrales argentinas más representadas en el extranjero, con muy buen suceso en España, México y Uruguay. Su estreno fue en 2005 en el Paseo La Plaza, con un elenco compuesto por Julio Chávez, Soledad Villamil y Juan Leyrado. La pieza vuelve a escena diecisiete año después y Leyrado vuelve a integrar el elenco, un verdadero dato de color.

Y cual es la fórmula, para que pese a los años transcurridos, la obra mantenga su vigencia  ?? Indudablemente el texto está muy bien escrito, es atemporal y pone el foco en los conflictos de la vida conyugal, logrando de manera muy clara, que los espectadores reconozcan las situaciones que aparecen en el relato y se identifiquen con los protagonistas.

La trama de esta comedia dramática, gira en torno a la obsesión que tiene Adrián ( Joaquín Furriel ) con su mujer Laura ( Florencia Raggi ), ella aparece de manera permanente en sus pensamientos y desde su óptica, es la culpable de todo lo que le sucede, lo bueno y lo malo, teniendo sentimientos contradictorios que lo atraviesan, ya que luego de diez años viviendo juntos, siente que quiere cortar la relación, pero al mismo tiempo, se dice a si mismo, que no podría vivir sin ella.






Para tratar de abordar este conflicto que reside en su mente y que lo atormenta, buscará la ayuda de Klimovsky ( Juan Leyrado ) , su sagaz terapeuta, que luchará para que Adrián pueda mirar hacia su interior y desentrañar las verdaderas razones, por la que proyecta en su mujer, muchas situaciones que en verdad están relacionadas con comportamientos propios y hasta allí vamos a contar para no quitar sorpresa a una trama, que navega con mucha habilidad entre lo real y lo imaginario.

Se ha elegido un excelente para esta versión que se presenta en el Metropolitan Sura. Quien lleva el peso del relato es Joaquín Furriel, con una estupenda composición de un personaje que no es sencillo de llevar adelante. Manejando muy bien los diferentes estados de ánimo de su conflictuado personaje y mostrando una muy buena veta humorística, que los espectadores festejan.

Florencia Raggi, es una compañera de lujo, destacando en esos intercambios verbales filosos que tiene con su esposo. Luce esplendida, con una sonrisa contagiosa, aportando frescura y distinción a la puesta. Nos gustó mucho el trabajo de Florencia. Y para el final dejamos a Juan Leyrado, que retoma su personaje, pasados diecisiete años, mostrando su vigencia y una presencia escénica que se mantiene intacta.






La trama fluye en todo momento y aquí hay gran responsabilidad de Javier Daulte, uno de los directores más exitosos de la actualidad, que logra darle ritmo y dinámica a un relato, que a partir de lo que sucede en la cabeza del protagonista, irá construyendo dos realidades paralelas.

De la puesta, debemos especialmente el diseño escenográfico de Julieta Kompel, que divide el escenario en tres partes, con ese centro dominado por la cama matrimonial y dos estructuras móviles en los laterales, que irán rotando y variando su apariencia, de acuerdo al momento del relato.






En definitiva, una muy buena oportunidad de reencontrarse con este texto de Oscar Martínez o verlo por primera vez, en esta dinámica y moderna versión, que nos habla de vínculos conyugales y como muchas veces, algunos de los problemas que aparecen, son fruto de nuestra imaginación, celos o inseguridades, que proyectamos en el otro, generándose un círculo vicioso, del que luego cuesta escapar.

Los invitamos a ver Ella en mi Cabeza, además de disfrutar de las actuaciones, comprobarán la vigencia de un texto, con el cual el espectador seguramente se identificará. Una muy buena propuesta, para reír, reflexionar y ayudar a que desaparezcan de nuestra mente esas telarañas que en ocasiones pueden interferir nuestros pensamientos y nos angustian tanto.


Pensador Teatral.


domingo, 3 de abril de 2022

Como Vaca Mirando un Tren

Dramaturgia y Dirección de Natalia Villamil.






Domingos 19 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Un texto intenso y por momentos desgarrador, es el que nos acerca Natalia Villamil, autora de Como Vaca Mirando un Tren, atractivo título que presenta su nueva obra, en la que indaga en el interior del universo femenino, la relación con los hombres y como muchas veces las situaciones de violencia reiterativas, un día que parece como cualquier otro, pueden encontrar un límite.






La protagonista de esta historia estructurada en formato de unipersonal, vive en una casa en medio del campo y nos hablará acerca de que el ser humano es un animal de costumbre y que repitiendo alguna acción en un par de oportunidades, ya puede incorporarse esa conducta como normal, por más que no lo fuera tanto. La clave aquí es la repetición de conductas y cuanto menos pensemos lo que estamos haciendo, mejor funciona la teoría.

Este relato inicial de Laura Névole, tiene humor y mucho de absurdo, siendo por instantes desopilante,  pero si prestamos atención a sus palabras, enseguida notamos que su discurso denota un tedio por la rutina diaria, hay desesperanza, con jornadas que pasan de manera lenta, quedando en evidencia lo profunda, que es la soledad que la atraviesa.






Pero de a poco, el humor irá desapareciendo y el discurso se empezará a volver sombrío y oscuro, cuando la protagonista cuenta que todas las noches su oso llega a la casa luego de cumplir su jornada laboral y por algunas referencias circunstanciales, enseguida notamos que en ese hogar hay un aura de violencia y una situación de maltrato instalada.

Y hasta allí vamos a contar, solo adelantaremos que en algunas oportunidades, los caballitos mansos que acostumbran a bajar la cabeza y soportar el rebenque y el maltrato diario de su dueño, algún día pueden rebelarse y mejor que ese día el maltratador corra rápido, porque la bronca acumulada por tanto tiempo, puede desencadenar en una venganza sin freno.






El texto de Villamil es profundo y tiene un alto componente poético que lo realza, pero también tiene un grado de complejidad, que requiere una gran intérprete para llevarlo adelante y sin dudas que en Laura Névole, encontró a la persona indica para llevarlo adelante. Laura es una actriz de enorme valía, que nos deslumbró hace un par años cuando la vimos brillar en un unipersonal llamado Trópico de Plata. En esta obra, que tiene algunos puntos en común con aquella, nos vuelve a impresionar con una composición fantástica.

La contextura actoral de Nevole, es inversamente proporcional a su menuda contextura física. Enorme actriz, con gran presencia escénica, ofrece aquí una interpretación completa, salvaje por momentos, gutural y con una entrega corporal absoluta. Nuevamente vemos un gran trabajo de Laura y siempre es un placer verla en escena.

La puesta que nos propone la directora es minimalista, con un diseño escenográfico de Rodrigo González Garillo que muestra una casa que denota la falta de libertad que tiene la protagonista, con esas rejas y alambrados que dominan el ambiente Y mención especial también para Carla Rímola a cargo de las coreografías de la protagonista, que tanto habla con su cuerpo, a lo largo de la trama.







Para ir terminando, confirmar que Como Vaca Mirando un Tren es una obra potente, que de ninguna manera pasa inadvertida, arrancando de manera calma, pero a medida que los minutos corren, irá ganando en intensidad, para sorprendernos en la parte final, con un desenlace que dejará con la boca abierta a más de un espectador.

Nos gustó mucho la obra, por la crudeza de su texto que pone de manifiesto las situaciones de violencia diarias y silenciosas que sufren muchas mujeres y como muchas veces por costumbre, algunos comportamientos están naturalizados por la sociedad. A la rica dramaturgia, sin dudas hay que sumarle la soberbia composición de la protagonista, que permite que disfrutemos de un gran momento teatral. Los aplausos prolongados que resuenan al final de la función en la sala, son el cierre justo, para la intensa noche de teatro vivida.


Pensador Teatral.


sábado, 2 de abril de 2022

Luisa

Dramaturgia de Luciana Cervera Novo. Dirección de Natalia Pascale.





Sábados 20 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 ) 

Nuestra primera vez visitando Itaca, nuevo espacio teatral, no pudo ser mejor, ya que lo hicimos disfrutando esta hermosa y conmovedora obra, llamada Luisa, escrita por Luciana Cervera Novo, que además es la protagonista de este pieza con formato de unipersonal. Un dato fundamental para agregar, es que la dramaturgia se basa en la historia de vida su bisabuela, que llegó a la Argentina a principios del siglo XX.






El relato arranca con Luisa, la heroína de esta historia, pariendo a su primogénito hijo en un convento. Allí fue llevada por su padre, que no soportaba la idea de que una mujer soltera diera a luz. de manera a contrario a los mandatos sociales Y así fue como, repudiada por su familia, Luisa tuvo la valentía y la necesidad de irse de España, dejando atrás del dedo acusador de su padre. Lo hizo junto a Luis su pequeño hijo. Se subió a un barco, como lo hicieron miles de inmigrantes y emprendió el largo viaje hacia Buenos Aires, es busca de un mejor destino, dejando atrás los horrores de la guerra y el desprecio de su familia.

Luisa era una mujer valiente, dispuesta a sacrificarse y salir adelante para poder criar con dignidad a su hijo. Así fue como dió sus primeros pasos en una nueva tierra, viviendo en un conventillo. No sabía leer, ni escribir, pero eso no le iba impedir ganarse el pan, para la crianza de su querido Luis. Y así lo hizo, trabajando muy duro como costurera, para poder sobrevivir.





El tiempo fue pasando, Luisa se convertiría en una mujer madura, conocería a Ramón un hombre mayor que ella, con el que tendría dos hijos, mientras su preferido Luis crecía y forjaba una personalidad muy fuerte. Aquel niño que traía en brazos en aquel barco, de a poco se estaba convirtiendo en un adulto, que tenía sus propios pensamientos, siendo bastante cabeza dura y empezando a interesarse por la política, algo que a Luisa no le causaba ninguna gracia y además le daba miedo.

Y hasta allí vamos a contar de la trama, para mantener el suspenso, sin develar el viraje que la dramaturgia nos propondrá en la última parte de la obra, ya que aquella historia de aquella valiente mujer que emigró a Argentina a forjar un porvenir y una nueva familia, se vá a transformar en la lucha de una madre desesperada, por recuperar a su querido hijo. Nos mordemos la lengua y cumpliendo con nuestra palabra, hasta allí vamos a contar, para que el espectador cuando vea a obra, descubra de que estamos hablando.






Llega el momento de hablar de Luciana Cervera Novo, quien protagoniza este unipersonal y nos regala una actuación exquisita. Una interpretación plena de pasión y emociones, dará vida a una madre de una fuerza inquebrantable y con un amor infinito por sus hijos. Tuvimos la suerte de sentarnos en la primera fila y desde allí, pudimos observar cada gesto, mirada y movimiento de Luciana, que realiza una actuación minuciosa y a corazón abierto.

Se la nota muy orgullosa en el escenario, representando su historia familiar y esto agrega mucho valor a su personaje, ya que el espectador nota la carga emotiva que le imprime a una actuación, donde Luciana reirá, bailará y se pondrá triste, pero nunca llorará, porque como ella misma dice, si Luisa llorara por todas los sinsabores que la vida le deparó, hubiera estado vacía de lágrimas desde hace tiempo. Por eso en vez de llorar, nuestra protagonista elije resistir y luchar. Nos encantó el trabajo de Luciana, un verdadero placer verla en este protagónico tan especial.

Si bien dijimos que estábamos en presencia de un unipersonal, Luciana no estará solo en escena, ya que la escoltará Agustín Mulet como músico en escena, acompañando varios pasajes del relato con su guitarra y con diferentes sonidos que sirven para crear diferentes atmósferas en el relato y con un sonido en particular marcar los cambios de acto. Gran aporte el del joven Agustín, que además es el tataranieto de la Luisa real, lo que además de resultar gratificante, acentúa el tono familiar que tiene el relato.






La directora de esta hermosa obra es Natalia Pascale, a quien elogiamos muchas veces en nuestro sitio, ya que es una actriz que nos gusta mucho. En esta oportunidad, se luce desde otra función, con una dirección precisa, para una puesta plena de poesía, que cuida todos los detalles, con una escenografía cálida, con elementos de época como la antigua máquina de coser que usa Luisa o la mecedora donde se para varias veces. 

Bellísima desde lo estético la puesta montada en la moderna sala de Itaca Complejo Teatral, que presenta un moderno sistema lumínico, muy buena acústica y butacas muy confortables. Es la primera vez que visitamos este nuevo y moderno espacio teatral, que se suma al circuito teatral porteño y que está apostando a piezas de calidad en su programación, algo que nos pone muy contentos.





En conclusión, es realmente valiosa y muy emotiva la propuesta de Luisa, que rescata y rinde homenaje, a una historia familiar muy rica, que nos habla de la fortaleza de una mujer, de su desarraigo y su sacrificio para poder hacer pie en un nuevo destino, trabajando a destajo y formando una nueva familia. Y luego de ello, obligada por las circunstancias, deberá salir a luchar por su hijo, con un coraje y una determinación que resultan admirables.

Recomendamos vean Luisa, una propuesta de visión obligatoria. Una historia que merece contarse, para que nunca perdamos la memoria y nunca más repitamos hechos trágicos de nuestra historia. Además disfrutaran de una magnífica interpretación de Luciana Cervera Novo, coronada con ese aplauso emocionado que los espectadores le ofrecen al final de la función, agradeciendo que el teatro independiente, cada tanto nos sorprende con propuestas bellas y comprometidas como esta.


Pensador Teatral.

jueves, 31 de marzo de 2022

Me Encantaría que Gustes de Mi

Adaptación de Luciana Mastromauro y Sol Fernández López sobre textos de Fernanda Laguna. Dirección de Luciana Mastromauro.





Jueves 20 30 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )

Comedia tragicómica en formato de unipersonal, llega de la mano de Me Encantaría que Gustes de Mi, basada en el libro del mismo nombre escrito por Fernanda Laguna, que pone el foco en la soledad y en la necesidad de amar. Y como cuando los años pasan, encontrar el amor de nuestra vida, puede convertirse en una peligrosa obsesión.

La historia nos presentará a Fernanda Rosetti, profesora de literatura, que vive sola con su gatito en un departamento del barrio de Once. No se la nota contenta con su vida actual. Mientras escribe una nouvelle acerca del amor, precisamente busca una compañera para amarla. Podría ser Carmen, aquella vieja amiga que reencontró en un bar y la besó con tanta pasión, en una noche más corta de lo deseable. Espera su llamado, para volver a verse, pero el teléfono no suena, pasan los días, el llamado no llega y el desanimo crece.






Fernanda no tiene una vida feliz, pero si tiene una rutina diaria que cumple sin salear nada, tomar sus diez vasos de agua a la mañana, un poco de ejercicio y salir rápido a la escuela, para enfrentar a sus alumnos, algo que no es tarea sencilla. Pero ella hace lo posible, para caerles bien, para agradar, necesita ser querida al menos por sus alumnos.

El relato juega con inteligencia, entre la realidad y la imaginación de la protagonista, sus deseos y anhelos chocan contra una realidad que no la recompensa. La soledad por momentos se vuelve asfixiante y tomar un vasito de whisky, todos los días al volver de la escuela se vuelve una necesidad, para afrontar lo que toca. El inconsciente juega su papel y nos permitirá observar como Fernanda, tiene dos caras, la que dialoga con su propia mente y la que sale a diario a afrontar la vida, buscando cambiar este presente solitario y encontrar a su media naranja, siempre predominando el humor y el absurdo en el relato, que como todos sabemos es el mejor catalizador para soportar mejor las pequeñas tragedias.







La interpretación de Sol Fernández López es soberbia, desde el arranque se adueña del escenario con una presencia y una seguridad que sorprende, manejando con gran pericia los diferentes momentos que tiene el relato, dotando al mismo de humor, drama y erotismo, entre otros estados. Se la nota muy a gusto con el texto, se divierte en escena y esa energía se transmite al espectador, que mira con ternura la búsqueda desenfrenada de la profesora de literatura que compone Sol. Destacamos especialmente su gestualidad, es especial sus miradas, que parecen hablar por sí solas. 

La puesta que propone Luciana Mastromauro es minimalista, con pocos elementos en escena, solo los necesarios para dar marco a la excelente actuación de Sol, lo que contribuye a realzar su interpretación. Es importante el aporte de Adrián Grimozzi en el diseño lumínico y el diseño de sonido de Carmen Baliero, ambos agregan valor al relato y al ejercicio permanente de imaginación a la que nos invita la protagonista.






En definitiva, Me Encantaría que Gustes de Mi, nos propone un muy interesante abordaje al tema de la soledad, jugando mucho con el humor y  el absurdo, para mostrar esa búsqueda desesperada y obsesiva por el amor, que nuestra heroína emprende, proporcional al miedo que puede provocar quedar solo en la vida.

Disfrutamos la obra y en especial de la composición de Sol, que encuentra aquí terreno fértil, para demostrar su valía como actriz. Por eso los convocamos a conocer la historia de esta mujer ávida por encontrar alguien que guste de ella, conocer a alguien que la haga feliz y la rescate de la vida gris y rutinaria que transita, una búsqueda con la que muchos se podrán identificar.



Pensador Teatral.