Dramaturgia de Lope de Vega y Dirección de Santiago Doria.
Clásico del Siglo de Oro Español, estrenada en 1608 en Madrid, fue escrita por Lope de Vega, uno de los escritores y dramaturgos más relevantes de aquel período de florecimiento del arte y la literatura en España, con autores de la talla de Miguel de Cervantes, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Francisco de Quevedo y el mismo Lope de Vega, por nombrar solo a los más relevantes.
Realmente un gran reto para Santiago Doria, reconocido director, que ya incursionó en el teatro clásico español de este período, la decisión de presentar una obra como La Discreta Enamorada, escrita hace 400 años y que resulte actual, lo que obligó a una cuidada adaptación, debiendo quitar algunas referencias históricas y palabras en desuso, para que la pieza, sin perder su espíritu, sea atractiva para el espectador actual, sin dudas una tarea ardua.
Además para sumar una dificultad, a lo ya mencionado, La Discreta Enamorada, está escrita en verso, lo que representa una exigencia adicional para los actores, que sin margen para improvisar, deben tener muy claro el texto, ya que al hablar en verso, deben entender el texto que dicen, para que llegue en forma correcta al espectador. Por lo que se requiere, mucho ensayo y entrenamiento.
Digamos ya, que los resultados logrados por Doria, son estupendos, ya que pone en escena un clásico de época, una comedía de enredos de aquellos años, con los códigos y rasgos del 1600, que resulta amena y divertida para un público que disfruta mucho de los diálogos y de las estupendas actuaciones que tiene la pieza.
Pero esta opinión, no es solo nuestra, mencionemos que la obra que transita su segunda temporada, y ya ovtuvo el Premio ACE Mejor Espectáculo, Premio ACE mejor actriz ( Ana Yovino ) y Premio ACE de Oro 2017 a Santiago Doria, como mejor Director, reconocimientos muy merecidos.
Realmente la obra se disfruta mucho, la mente del espectador viaja a ese Madrid del Siglo 17, donde las costumbres y la moral eran otras, debían respetarse ciertos códigos, a nuestra visión de hoy, muy anticuados, pero hecha le ley, hecha la trampa, los jóvenes de aquella época, siempre buscaban la forma, de encontrar algún recoveco, para escapar de las estrictas imposiciones de la época. En este texto, Lope de Vega, hace foco en la inteligencia de la mujer para sortear la hipocresía social reinante en aquellos años, donde el problema no era hacer algo indebido, sino que los otros se enteren de ello.
El mayor problema, no es hacer, sino que se sepa, premisa que se aplicaba hace 400 años y puede aplicarse hoy, de ahí la vigencia de estos textos.
El mayor problema, no es hacer, sino que se sepa, premisa que se aplicaba hace 400 años y puede aplicarse hoy, de ahí la vigencia de estos textos.
En La Discreta Enamorada, se cuenta la historia de una bella doncella llamada Fenisa ( Ana Yovino ) que vive en Madrid, en una casa de la calle Los Jardines, con su madre Belisa ( Irene Almus ). Sus vecinos son el joven Lucindo ( Mariano Mazzei ) y su padre el Capitán Bernardo ( Gabriel Virtuoso ). Belisa se interesa por Lucindo, pero el problema surge, cuando el Capitán se presenta en la casa para pedir la mano de la doncella, lo que desatará una maraña de enredos y equívocos, que parecen no tener fín.
No contaremos más, para no quitar sorpresa, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, vaya descubriendo, como las mentiras y los engaños, irán apareciendo uno tras otro, dándose muchas situaciones graciosas y divertidas.
Vayamos entonces a las actuaciones que tiene la pieza, que como dijimos son el punto central de la misma, ya que el elenco tiene un gran nivel de exigencia, ya que el hablar en verso, requiere además de mucha concentración, el talento para lograrlo y los elegidos por Doria ( hay mérito indudable en la elección del elenco ), realmente muestran estar a la altura, regalando preciosas interpretaciones, con una fluidez que hay que destacar.
La protagonista de la historia, es Ana Yovino, como Fenisa, la dulce y casta doncella, de aire inocente, pero con la picardia e inteligencia necesaria para conseguir sus objetivos. Gran interpretación la de Ana, quien como dijimos obtuvo un ACE por este trabajo.
Su enamorado es Lucindo, interpretado excelentemente por Mariano Mazzei, un joven galante y agraciado, que un un principio tiene su corazón roto por una bella cortesana y luego se pierde de amor por Fenisa. Nos gustó mucho el trabajo de Mariano, con mucha gracia y frescura, en este protagónico.
Nos encantaron las actuaciones de Irene Almus ( como la madre de Fenisa ) y Gabriel Virtuoso ( como padre de Lucindo ), excelentes actores y de mucho recorrido, disfrutamos ya de esta dupla, el año pasado, en Espumas de Oriente, estupenda obra del off en la que protagonizaban un radio teatro ). Irene aquí es una madre cándida, pero apasionada a la vez y Gabriel, un padre bonachón, con mucha gracia y ese vozarrón que invade el escenario. Aplausos para ambos, que se lucen un montón.
Completan el elenco, la bella Mónica D´Agostino, como Gerarda, con mucha presencia, es la villana de la obra, Francisco Pesqueira, como Doristeo, un elegante caballero de época y Pablo Di Felice, como Hernando, un criado, muy gracioso y es uno de los que más risas provoca, con la muy buena composición de personaje que realiza.
Un elenco muy parejo, para una obra muy desafiante, mostrando todos un gran timming y entendimiento, para llevar con mucha dinámica la historia.
La escenografia es despojada, solo hay dos bancos largos, dominando la escena que los mismos actores, van cambiando de posición, en los diferentes cuadros. Esta austeridad escenográfica, sin dudas es un guiño del director, para dejar claro, que lo importante en esta obra, es la palabra.
Debemos destacar el vestuario de época de Susana Zilberyang, que dota de mucha elegancia a los protagonistas y también la música original de Gaby Goldman, con melodías de zarzuela, pasodoble y el sónido de las castañuelas, que le dan una atmósfera españolísima al ambiente.
En definitiva, una propuesta que celebramos y felicitamos a Santiago Doria, por la iniciativa de brindar este espacio a un clásico del Siglo de Oro español, una obra en verso, que tanta poesía ofrece, resultando ser este tipo de textos, el origen del sainete español y lo será luego de nuestro grotesco criollo.
Como dijimos la lograda adaptación y las grandes interpretaciones que presenta la obra nos regalan una hermosa velada teatral y son coronadas por un generoso y prolongado aplauso de los espectadores, que confirman, que los clásicos siempre serán bienvenidos, por los amantes del buen teatro.
Pensador Teatral.
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