Martes 21 hs en Picadilly Teatro ( Av. Corrientes 1524 )
El teatro independiente tiene muchas virtudes, una de sus principales es la posibilidad de descubrir nuevas figuras. Artistas talentosos, apasionados por la profesión y que se animan a llevar adelante proyectos arriesgados, que disfrutando de lo lúdico y sabiendo como darle rienda suelta a una creatividad que no deja de sorprendernos.
Teresita, Una vida de Mierda, ya desafía desde su título y es una invitación al espectador a ser parte de un viaje, donde lo irreverente será sello distintivo. Teresita, es un musical, que surgió en el arranque del 2020, en El Extranjero Teatro con un suceso de público y de crítica sorprendentes, augurando una gran temporada. Pero la pandemia, tenía otros planes y la temporada se debió interrumpir de manera abrupta, luego de cuatro funciones, transcurridas a sala llena.-
Aquellos que transitan el off, saben lo que es el sacrificio y que nunca hay que bajar los brazos, por eso Alejandro Ibarra, reconocido coreógrafo, cantante y bailarín, creador de este proyecto, junto con Chechu Vargas, su alumna y amiga, logró traer en este arranque del 2021, su obra a la Calle Corrientes, para que protocolo mediante, el Picadilly sea la sala que albergue esta disparatado y muy divertido musical.
Vamos a contar muy poco de la trama, para que el espectador cuando vea la obra, descubra las sorpresas que la trama nos tiene preparados. Solo contaremos que las acciones arrancarán con nuestra heroína Teresita ( Chechu Vargas ) inmersa en una crisis existencial debido a un fracaso amoroso, ingresará al baño de su departamento de la calle Pichincha, decidida a poner fin a su amarga existencia.
Para lograr su cometido recurrirá a tomarse un envase entero de Procenex sentada en el inodoro. Pero en vez de la muerte, la sorprenderá la aparición de dos seres escatológicos, surgidos de su interior y con quines que comenzará una aventura místico- gástrica, simplemente delirante. Por si el lector no comprendió bien, dejando de lado los eufemismos, Teresita comenzará a dialogar con dos teresos ( valga el juego de palabras ) que como si fueran sus ángeles guardianes, harán todo lo posible para sacarla de ese estado de angustia, que la atormenta.
Luego de haber leído estas líneas, el espectador podrá entender que no exagerábamos cuando decíamos que la obra, era un propuesta desopilante, con una cuota de creatividad enorme y una originalidad que unida al talento de los intérpretes, le ofrecerá al espectador, una noche llena de sonrisas.
Enorme trabajo de Chechu Vargas, joven actriz y cantante, que dueña de una bella voz, muestra un histrionismo a flor de piel, para adueñarse el protagónico y regalarnos una estupenda actuación. Es la primera vez que vemos a Chechu en escena y quedamos muy gratamente sorprendidos por su trabajo. Auguramos que esta interpretación, funcionará como vidriera y en el futuro próximo veremos a Chechu, como protagonista de algún musical del circuito comercial.
Pero en el mismo registro de virtuosidad, debemos mencionar a sus partenaires, Mariano Magnífico y Nahuel Adhami, que con una verborragia y una gracia sin límites, construirán momentos teatrales estupendos, creando diversos personajes, con una entrega actoral y un derroche de energía que no es habitual. No se quedaran quietos, ni uno de los setenta minutos que dura la obra, transpiran la camiseta a más no poder.
Para destacar la química de los tres protagonistas, que sin temor al ridículo, disfrutan con la propuesta, se divierten con ella y aprovechan muy bien la oportunidad, para mostrar su talento y condiciones artísticas. Lo mismo que dijimos para Chechu, cuenta para Nahuel y Mariano, son actores jóvenes, que vamos a ver mucho en futuros musicales.
Un párrafo especial para Agustín Konsol, pianista en escena, siendo un punto muy alto de la obra y realmente nos deleita en cada momento musical de la historia, siendo cómplice en varios pasajes con los protagonistas. Matías Ibarra, hermano del director, está a cargo de la Dirección Musical y es otra pieza fundamental para que el engranaje de este musical pueda funcionar con fluidez y frescura. Las letras son divertidas y las más melodías muy pegadizas.
La puesta tiene un vértigo y una energía que no decae nunca, exigiendo mucho a los protagonistas. Mencionamos el efectivo diseño escenográfico de Magalí Acha, haciendo un gran en trabajo en un espacio reducido, con un inodoro gigante como pieza destacada del baño en el que transcurre la trama y otro felicitado, para el diseño de vestuario de Marisol Castañeda.
Uno de los aciertos de la obra, es que el público se sienta identificado con los diálogos y las letras de las canciones y esto ocurre, por las continuas referencias a lo popular que tiene el texto, donde aparecerán frases de Mirtha Legrand, Evita, la Virgen de Caacupé, los panqueques de Carlitos, junto con letras de Maná, Sandra Mihanovich y hasta algún chamamé.
Es oportuno mencionar, que la obra en su corta trayectoria la pasada temporada, pudo dar cuenta de sus virtudes y obtuvo 8 Nominaciones a los Premios Hugo 2020 al Teatro Musical, entre ellas la nominaciòn al Mejor Musical Off, Mejor Dirección en Musical Off y Mejores Interpretaciones Femenina y Masculina.
Ya no queda más para contar, Teresita, una vida de mierda, es un delirio musical, que sabe jugar con lo bizarro, lo escatológico y lo cotidiano, para hacer reír mucho a los espectadores, algo que en estos momentos de pandemia es muy importante. Y además es una chance de oro, para descubrir a este grupo de actores, que con pasión y mucho talento, cuentan una historia escatológicamente divertida.
Felicitamos entonces a todo el equipo de Teresita, por el derroche de ingenio, energía y creatividad, regalando una noche divertida y desopilante, coronada por los prolongados aplausos del público que un Martes a la noche, con las limitaciones del protocolo, colmó la sala del Picadilly, dejando en claro que el boca a boca, nuevamente hará de las suyas y que este año, pandemia mediante, Teresita dará mucho que hablar.
Pensador Teatral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario