domingo, 14 de noviembre de 2021

Diario de un Loco.

Dramaturgia de Nikolái Gógol. Dirección de Fabián Vena.





Sábados 22 hs en Poncho Club Cultural ( Leopoldo Marechal 1219 )

Era una noche de lluvias y tormenta, que invitaba a quedarse en casa, pero teníamos una cita con el teatro que obviamente no íbamos a romper y vaya si tuvimos recompensa, nosotros y todo el público que llenó la sala de Poncho Club Cultural, porque tuvimos la oportunidad de disfrutar de una estupenda función de Diario de un Loco y de una actuación fantástica de Cristian Thorsen.

Pero vayamos despacio, primero mencionar que Diario de un Loco, es un cuento corto, escrito por el escritor ruso Nikolái Gógol en 1835 y relata la historia de Aksenti Ivanovich, un funcionario de la burocracia rusa, que escribe un diario de lo que sucede en su vida, que puede definirse como rutinaria y bastante aburrida. Trabaja en un un ministerio público, realizando tareas poco significantes, como sacarle punta a las plumas que tiene el director en su despacho.







Pese a ello la percepción de Aksenti, es otra, el considera que su contribución en el trabajo es muy importante. Solo alguien como con él, con sangre noble, podría tener las aptitudes para realizar sus tareas de manera eficiente. Por eso mira con desprecio a los lacayos que trabajan en el ministerio, gente sin modales y sin capacidad para estar allí.

Un día Aksenti comienza a obsesionarse con Sofia, la bella hija del director. Está perdidamente enamorada de ella y piensa erradamente que ese amor es correspondido, pero que ella no se anima a manifestarlo por pudor. En el amor hay que ser paciente y nuestro hombre, buscará la mejor manera de acercarse, para poder concretar ese amor, que en verdad está solo en su cabeza.

De a poco su relato se irá tornando confuso, apareciendo pequeñas señales que algo no anda bien, fechas que no concuerdan, perros que hablan entre ellos y que se mandan cartas. La locura se está asomando en la mente del burócrata y cada vez toma más impulso En el trabajo ya comienzan a verlo como una amenaza, pero alguien de sangre noble como el manifiesta tener, se debe estar curtido para soportar estos contratiempos.






La frustración por el amor no correspondido, causa fuerte impacto en Aksenti, que comienza a despreciar su trabajo rutinario y ya no tiene voluntad de soportar las humillaciones que recibe a diario. La soledad y el desengaño amoroso, parecen ser el golpe de gracia para su mente perturbada, tanto que la locura gana la batalla y se transformará nada menos que el Rey de España.

Pero hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra descubrirán la suerte que tendrá el protagonista. El inteligente texto de Gógol, está estructurado en forma de monólogo, para que aparezca la gran figura de la noche, nos referimos por fin a Cristian Thorsen, quien tiene la responsabilidad de llevar adelante esta compleja representación.

A Cristian, lo vimos actuar hace poco en Los Soviets, una comedia con toques fantásticos y ya nos habíamos sorprendido gratamente por su trabajo, pero en esta ocasión, quedamos impactados, por su soberbia composición del burócrata ruso, pasando por todos los registros emocionales y dejando todo en el escenario, con una entrega física descomunal.

Thorsen está solito con su alma en escena, con una escenografía mínima, queda claro, que lo que vale acá es la palabra del actor. Es un disfrute, ver como jugando con diferentes tonos de voz y posturas, irá desdoblando todos los personajes que forman parte de la historia, con una repentización que debemos destacar. Impresiona por su brutal corporalidad, gestualidad y la carga pasional que le imprime a su personaje.





El desafío no era sencillo, el texto es muy exigente y demanda una enorme concentración. Cristian supera el reto con creces, logrando mantener la atención del espectador en todo momento, con un magnetismo que no es fácil de sostener por tanto tiempo. Prueba de ello, es el silencio absoluto con el que el público sigue las acciones. Por nuestro trabajo vemos muchos unipersonales en el año, por eso sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que esta actuación de Cristian, se ubica entre las mejores que vimos este año. 

Para semejante lucimiento actoral, un factor que ayuda, es la puesta que presenta la obra, a cargo de Fabian Vena, que es el director de la obra. Con una escenografía desprovista, se deja el foco en la representación y en el discurso. Mención especial debemos otorgar a la bella música original de Pablo Porcelli, que engalana a la obra y juega un papel fundamental en los cambios de actos. Se potencia la influencia de la música por el potente diseño sonoro que tiene la sala.

A propósito, era la primera vez que visitábamos Poncho Club Cultural, nos encantó el escenario alto, que facilita la visión y sus modernas instalaciones. Siempre que concurrimos por primera vez a un espacio teatral, nos sentimos especialmente contentos y en este caso, el recuerdo va a perdurar, porque la obra con la que debutamos nos movilizó mucho.





No queda demasiado para agregar, resaltar la vigencia del texto de Gógol, escrito hace más de un siglo, presentado en esta lucida versión de Mariano Beitia, que nos permitirá viajar hasta la Rusia zarista, para conocer a un hombre atormentado por el sistema y las frustraciones de una vida con pocas emociones, que le abrirán la puerta a la locura.

Recomendamos Diario de un Loco, se van a encontrar con un texto muy interesante, que invita a la reflexión, una puesta potente y atractiva, pero sobre todo podrán disfrutar de la inmensa interpretación de  Cristian Thorsen.  La ovación con la que el público que colmó la sala al final de la función, fue el broche de oro, para la hermosa velada teatral vivida.



Pensador Teatral.


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