Dramaturgia y Dirección de Juan Andrés Romanizzi.
Jueves 20 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )
La pluma sensible de Juan Andrés Romanizzi, nos presenta Los Secretos, la segunda entrega de la trilogía De las veces que Imagino, la primera fue Las Promesas, bellísima obra que tuvimos la suerte de ver antes de la pandemia en Nun Teatro, protagonizada por Paula Fernández Mbarak, una actriz muy completa que nos gusta mucho y que aquí volverá a ser de la partida. En esta ocasión, la acompaña Iván Moschner, otro actor de gran recorrido en el teatro independiente.
Con la fina dramaturgia de Romanizzi y semejante dupla actoral reunida, las expectativas que teníamos antes de ver la obra eran muy grandes y por diversos motivos, estábamos demorando nuestra visita. Ahora luego de haber visto Los Secretos, podemos afirmar que expectativas previas fueron superadas y que nos fuimos de El Portón de Sánchez, con una panzada de teatro independiente.
Este relato pleno de poesía, que nos habla de la soledad y del miedo a llegar a nuestros últimos años de vida, sin nadie al lado, tiene un hallazgo notable en el diseño de la trama que sin dudas surge de la observación cotidiana. Nos estamos refiriendo a esa tendencia moderna que tienen los edificios nuevos, que en vez de tener una persona de seguridad de carne y hueso sentado en la entrada, ahora presentan una pantalla virtual, en la que vemos el rostro de un vigilador, siempre pulcramente vestido, que mira fijo al frente, como una especie de centinela virtual, alerta ante cualquier cosa rara que pueda suceder en ese lugar.
En nuestro caso, siempre que pasamos por un edificio con ese moderno sistema de seguridad, le pegamos una mirada rápida a la pantalla y nos hacemos algunas preguntas.. Estará la persona que aparece en primera plano, efectivamente vigilando la entrada del edificio en directo o será una proyección grabada que solo tiene un efecto disuasivo ?? Y suponiendo que estuviera mirando, que podría hacer si sucediera algo, si está sentado en una oficina a kilómetros del lugar ?? Sirve de algo este método ?? El autor juega hábilmente con la curiosidad natural que genera este moderno sistema, pero apuntando hacia e lado humano.
La pregunta sería, como sería la vida de la persona que aparece en esa pantalla y vigila a diario los movimientos de ese hogar. Sería una persona seria y discreta respecto de su trabajo o cuando volvía a casa le contaría a su esposa, las cosas que se ven en la noche. Tendría esposa ?? Envidiaría la vida de los que viven en el edificio ? Se tratará de un ser solitario cuya único divertimento es observar lo que hacen los demás ?? En Los Secretos, quien aparece en la pantalla, es efectivamente una persona que vive sola y con poca vida social, que estaba sumido en la profundidad de un pozo, cuya puerta de salida parece ser el trabajo que consiguió como vigilador que lo tiene en período de prueba. Iván Moschner es quien está a cargo de este personaje y lo lleva adelante en gran forma.
Y del otro lado de la pantalla, el relato nos presenta a una profesora de literatura, interpretada magníficamente por Paula Mbarak, amante de las letras y de las máquinas tragamonedas. Tiene a certeza, que quien se encuentra del otro lado de la pantalla, tiene grandes chances de ser el amor de su vida, ese que se le estuvo negando durante año y que a medida que pasa el tiempo, cada vez menos chances tendrá de encontrarlo.
El relato está estructurado de manera inteligente, donde los protagonistas a modo de monólogo contarán sus desventuras amorosas, la soledad que los atraviesa y esa esperanza que ambos tienen de encontrar a otra persona, que los saque de esta situación solitaria en la que se encuentran. Pasarán un buen tiempo, mirándose a través de esa pantalla, pero un día finalmente la virtualidad quedará de lado y se encontrarán cara a cara. Que nos deparará aquel encuentro, es algo que no vamos a revelar aquí y descubrirán cuando vean la obra.
El texto tiene un componente poético muy rico, que potencia la historia y más aún, con el aporte de la dupla protágonica, conformada por Paula e Iván, dos excelentes actores, que parecen encajar justo en sus personajes, logrando lucirse en lo individual y en el conjunto. Son interpretaciones precisas y minuciosas, que el espectador sin dudas disfruta mucho.
La trama tiene mucho humor y esto contribuye al tratamiento de un tema complicado como el de la soledad. A cuantas personas que conocemos de la vida real vemos reflejadas en estos personajes ?? A muchos sin dudas, ya que una de las virtudes del texto, es teatralizar, historias mínimas y cotidianas, lejos de los héroes que nos muestran las novelas, pero bien cerquita de la realidad.
De la puesta queremos destacar, en primer lugar la música original de Gabriel Motta, que es un muy buen acompañamiento del relato y otro punto alto es el diseño escenográfico, que presenta pilas de libros por un lado y ese tótem electrónico como imán de miradas, que proyectará la imagen del vigilador, jugando con la presencia del actor en escena.
Los Secretos nos habla de almas solitarias, que hacen lo que pueden en este mundo hostil, sobreviven y se aferran a alguna adicción, para sentirse acompañados y no tener demasiado tiempo libre para pensar. También se hace referencia a la virtualidad en las relaciones, tema muy actual, que nos permite visualizar, como muchas veces idealizamos a la persona virtual y cuando finalmente conocemos a la persona real, no se parece en mucho a lo que nos imaginamos.
Y otro aspecto que la dramaturgia pone al descubierto, es cuanto estamos dispuestos a sacrificar en nuestras preferencias, con tal de conseguir una compañía, aún sabiendo que se encuentra lejos de ese príncipe o princesa azul, que imaginábamos cuando eramos jóvenes. Llegando a una edad madura, lo conveniente parece que fuera aceptar la baraja que el destino nos reparte, porque si seguimos esperando, corremos serios riesgos de que ya no queden naipes en el reparto.
Solo queda recomendar la obra, quienes la vean, se encontrarán con un texto profundo y pleno de poesía, que nos hará reír y también reflexionar. Además es una excelente oportunidad para disfrutar las exquisitas actuaciones de Paula Fernández Mbarak e Iván Moschner, dos almas solitarias, deseosas por dejar de lado las frustraciones acumuladas y descubrir el amor verdadero o en su defecto algo que se le parezca.
Pensador Teatral.
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