Dramaturgia de Ben Ashenden y Alex Cowen. Adaptación y Dirección de Juan Luppi.
Jueves 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Llega a la cartelera porteña una comedia inglesa, muy divertida, con una muy buena dosis de teatro físico y con enredos al por mayor. Juan Luppi, leyó la obra hace unos años y quedó tan entusiasmado con ella, que tiempo después compró los derechos, para traducirla y adaptarla a estas latitudes. De familia de artistas, Juan seguramente se sintió identificado con la búsqueda constante que tienen los actores, de agradar al público, la búsqueda del éxito y una vez conseguido, mantener la vigencia.
La propuesta es muy interesante, ya que arrancará siguiendo un camino y cuando el espectador cree que ese será el rumbo definitivo, dará un giro de 180 grados, para convertirse en una comedia de enredos, con una dinámica imparable. Pero ya llegaremos a ese punto. En el comienzo veremos a Juan y Maximiliano, dos actores cómicos desconocidos, que se ganan la vida haciendo sus gracias a la gorra en las peatonales de la Costa Atlántica. Su sueño es poder ser actores reconocidos y vivir de ello, algo que en la actualidad resulta solo una quimera.
Esta noche fueron contratados para ser teloneros y presentadores de un dúo cómico ya consagrado, formado por Nino y Rodolfo, que luego de una larga ausencia vuelven a presentar un show renovado, buscando poder volver al ruedo y tener una despedida acorde a la prolífica carrera que tuvieron. El contrapunto es muy interesante, por un lado dos jóvenes actores que quieren dar el gran golpe y hacerse conocidos, Y del otro lado, dos consagrados en la profesión, que sienten que su carrera está en declive y quieren aggiornarse para mantenerse en vigencia.
Cada dupla tenía su espacio. Los teloneros debían aprovechar al máximo sus pocos minutos frente a un público prestado, que había pagado su entrada para ver a Nino y Rodolfo, discutiendo entre ellos como dar ese golpe de efecto. Y los viejos actores, no querían desaprovechar aquel retorno a las tablas, por eso tampoco se ponían de acuerdo, sobre si lo mejor era presentar alguna rutina nueva o volver a los actos conocidos que años atrás los habían llevado a la fama, pero que posiblemente estaban pasados de moda. El público podrá espiar los diálogos íntimos de los actores, ya que gracias a la magia del teatro, estarán presentes tras bambalinas, conociendo lo que sucede en los camarines, ese lugar sagrado, al que el espectador no accede.
Pero la velada cambiará por completo, cuando todos se enteren de la visita ilustre que concurrió al teatro aquella noche. Se trata de un reconocido productor televisivo, que está buscando actores para una nueva serie que se estrenará en Netflix. Los jóvenes sienten que es la oportunidad de sus vidas y no la pueden dejar pasar. Pero los viejos no se quedarán atrás, que mejor chance de asegurar una vuelta duradera al medio artístico. Será a partir de ese momento, que se producirá una competencia no muy leal entre ambas duplas, para poder tener el espacio en escena y deslumbrar al productor.
No queremos contar mucho más, para mantener el suspenso, ya que esta, es una de las virtudes que tiene la obra. Solo vamos a decir, que la trama tendrá una dinámica vertiginosa a partir de ese momento. Se jugará más que nunca, con el fuera y dentro de escena. Habrá pasos de clown, corridas, caídas, máscaras, equívocos y equívocos al por mayor. El público disfrutará mucho de momentos de un humor sano e inocente, que muchas veces es el más efectivo y el que más risas provoca. Para ver que dupla es la se impone finalmente, deberán ver la obra, algo que resulta muy buena idea.
Tiempo de hablar de las estupendas actuaciones que presenta la obra. Como habrán leído, la obra tiene cuatro personajes, pero serán Juan Luppi y Maximiliano Zago, los que estarán a cargo de los mismos, representando cada uno a dos personajes, jugando entre ellos con ese duelo generacional, que nos mostrará el hambre de triunfar, la búsqueda de mantener la vigencia y ambos lados, ansiar lo que no se tiene y siempre el miedo de que el público, el gran soberano les baje el pulgar.
Nos encantó el trabajo de la dupla conformada por Juan y Maximiliano, ambos destacan por su carisma en escena y por quebrar la cuarta pared. Transmiten su entusiasmo al público y la pasión por la profesión, que tienen sus personajes, pero también ellos mismos. La entrega de ambos es absoluta. Se divierten en escena, corren como niños y generan muchas risas en un público que se entrega a lo lúdico de las actuaciones y disfruta de un humor sano y naif. Felicitaciones para Juan y Maximiliano.
No vamos a contar mucho, pero el relato tiene mucha magia y los protagonistas tendrán ayuda en sus performances, Por un lado, en todas las funciones, hay un actor invitado del público, que en algún momento subirá a escena para ser parte de la trama. Y además hay actores de reemplazo necesarios para que lo lúdico funcione, no vamos a decir más, pero si vamos a mencionar a Josefina Luppi y Chiara Pelloni, que participaran de la obra y serán claves para que la magia fluya.
La puesta como mencionamos tiene gran dinámica, jugando con mucha habilidad con el teatro dentro del teatro, mostrando la cocina de los actores, ese lado B, que todos imaginamos, pero que nunca vemos. Para destacar la música original de Ale Dolina. Vanesa Abramovich tiene a cargo el diseño escenográfico y el vestuario, dos ítems fundamentales para el buen funcionamiento de la historia. Y mencionar además el aprovechamiento integral del espacio escénico del Tinglado, que mostrará pasadizos, atajos y trucos, que nunca habíamos visto y eso que visitamos varias veces el teatro.
Y hasta acá les vamos a contar, Mucha Mierda es una propuesta original y muy divertida, que nos acerca un poco más al mundo de los artistas, para ser testigos de algunos de sus secretos, de sus miedos y por encima de todo, de esa pasión que le ponen a la profesión. Esas ganas de actuar, de agradar y de ser reconocidos por el público. Nos habla de las ganas de triunfar de los más jóvenes y del deseo de los viejos por volver a los comienzos, donde tenían tanto camino para recorrer y crecer.
Recomendamos Mucha Mierda, una obra divertida, que resalta el valor de lo lúdico, del humor inocente y de las generaciones de actores, que buscarán llegar a ser reconocidos por el público, sabiendo que son pocos los que lo logran. Y que cuando se llega, habrá que esmerarse mucho, para no perder ese sitial de honor. La vida del actor, tiene muchos vaivenes, altos y bajos, pero lo que no se negocia, es la pasión y la vocación- Y ese es el mensaje que Juan y Maximiliano transmiten a un púbico, que como si fueran niños disfrutarán de sus gracias.
Pensador Teatral.
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