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jueves, 18 de noviembre de 2021

Ojo de Pombero

Dramaturgia y Dirección de Toto Castiñeiras.






Jueves 21 30 hs en Teatro Picadero ( Pje. Santos Discépolo 1857 )

Con Ojo de Pombero, se cierra la trilogía campestre compuesta por  "Gurisa" y  "Voraz y Melancólico ", tres obras escritas por Toto Castiñeiras, actor, autor, director y artista circense, que hace varias temporadas integra la troupe del prestigioso Cirque du Soleil, que luego del parentesís por la pandemia, estará retornando próximamente sus giras, integrando Toto el equipo.






Luego de haber visto Voraz y Melancólico, que hacía referencia al mito de El Lobizón, no teníamos dudas que esta nueva propuesta, tendría un altísimo grado de creatividad, vuelo poético y sin dudas una fuerte corporalidad, ya que el teatro físico y el clown, son sellos distintivos de las propuestas de Castiñeiras. Anticipamos que nuestra intuición fue acertada y nos quedamos cortos, ya que la creatividad y la poética en esta ocasión, se elevan a la enésima potencia.

Antes de sumergirnos en a obra, hablemos un poco de El Pombero, una leyenda guaraní, que nos habla de un duende que habita en los bosques del Paraguay del Noroeste de nuestro país. Según cuentan los que lo vieron, se trata de un hombrecito de baja estatura, feo y peludo. Con brazos largos y manos enormes, piernas cortas con pies invertidos, lo que desorienta mucho a quienes rastrear sus huellas. Cuentan los lugareños que lleva sombrero de paja y una pipa en la mano. Algunos refieren que anda sin ropas, con un miembro viril enorme, tapado por su profusa barba, que le llega hasta el suelo.






El mito del Pombero, tiene muchas aristas interesantes, una de ellas es la dualidad de su figura, pudiendo ser amistoso o un verdadero demonio. Los campesinos durante la cosecha le dejan ofrendas de vino y tabaco, para que el Pombero cuide el terreno y ahuyente a los ladrones que se acercan a la propiedad. En cambio para las mujeres, es una criatura demoníaca, que viola señoritas y mata niños, por eso cuando escuchan su silbido, corren a encerrarse en la casa. Esa mirada diferente y antagónica, interesó mucho al autor.

Y la semilla del proyecto, arrancó precisamente con una anécdota que llegó a oídos de Toto Castiñeiras, una señora en Paraguay contaba que su nieta había quedado embarazada del Pombero. Sostenía esto con una certeza arrolladora y la sensación era que de esta manera estaba encubriendo a un violador. Allí surgió el esqueleto de la obra, una abuela, su hija y si nieta, el demonio suelto y la necesidad de cazarlo en la noche de Carnaval, para tomar venganza de aquel sátiro abominable.







La trama desborda de poesía, tiene muchas referencias sexuales y una atmósfera bien campestre, donde las mujeres con sus largos vestidos, se preparan para la venganza. La abuela,  Juana grande, la Juanita y su hermanita, estarán alerta. Saben que aquella noche de Carnaval, será de fiesta en el pueblo y el Pombero aparecerá a celebrar. Es el momento que estaban esperando, lazo en mano saldrán a cazarlo y hasta allí vamos a contar. Cuando vean la obra, sabrán, si podrán atraparlo o el Pombero seguirá viviendo y coleando por el monte, haciendo de las suyas.

La obra presenta muy buenas actuaciones, no es una pieza sencilla para los actores que deben emprender un viaje, al mundo fantástico y delirante que propone el autor, algo que logran de muy buena forma. El teatro físico estará muy presente en esta puesta y esto requerirá una entrega corporal a fondo de los protagonistas. Entendemos que las actuaciones mas destacadas son las de Mariela Acosta, como Juana, con un histrionismo a flor de piel y una composición que no se guarda nada. En el mismo nivel de excelencia, mencionamos a Mariano Torre como Juanita y otro personaje que no queremos adelantar. Estupenda su interpretación, generando los momentos más divertidos de la noche. Soberbios los trabajos de Mariela y Mariano.

Pero no seamos injustos con Julieta Laso, la hermanita menor que sufrió el acoso del Pombero y nos deleita son su hermosa voz, cantando muy lindo. Muy buena su composición. De igual modo, destacamos a Luciana Buschi, con el bandoneón a cuestas y regalando hermosos chamames en varios pasajes. 






La frutilla del postre, la pone el mismo Toto Castiñeiras, que a diferencia de las otras obras de la trilogía, acáse calza el traje de actor, representando en este caso a una abuela bastante ladina y degenerada. Nos encantó ver a Toto en escena y pudimos ver a ese clown que lleva dentro, con escenas muy divertidas, que por momentos nos recordó a Curly de los Tres Chiflados.

La puesta resulta divertida y desopilante. Con mucho ritmo, por lo que el espectador deberá atento para no perder detalle. Rubro a destacar, el estupendo diseño de vestuario de Daniela Taiana, que le otorga a los personajes el aire campestre que la historia pide. Párrafo especial para Lucio Mantel, a cargo de la música original y las canciones que tiene la pieza, poniendo al chamame en un sitio preferencial, ambientando en gran forma la historia y creando momentos musicales que el espectador disfruta mucho.







No hay mucho más para agregar, Ojo de Pombero resulta un cierre de oro, para esta trilogía que nos propone el autor y que nos invita a viajar hacia nuestro rico interior, campestre y gauchesco, para hablar de sus mitos y leyendas, que forman parte de nuestro folklore y de nuestra identidad como país, dando especial atención a lo autóctono y a las tradiciones, que se transmiten de generación en generación.

Recomendamos esta valiosa y original propuesta. Se van a encontrar con una historia muy bella desde lo estético, con una poética arrolladora y personajes entrañables, que toman volumen gracias a las magníficas actuaciones del elenco reunido. Los invitamos a que vean la obra y descubran a este personaje fantástico que habita en nuestro campo profundo, siendo amigo para algunos y un verdadero demonio para otros, veremos de que lado lo ubican ustedes, luego de ver esta bella historia que el teatro independiente nos regala.



Pensador Teatral.


domingo, 14 de noviembre de 2021

Diario de un Loco.

Dramaturgia de Nikolái Gógol. Dirección de Fabián Vena.





Sábados 22 hs en Poncho Club Cultural ( Leopoldo Marechal 1219 )

Era una noche de lluvias y tormenta, que invitaba a quedarse en casa, pero teníamos una cita con el teatro que obviamente no íbamos a romper y vaya si tuvimos recompensa, nosotros y todo el público que llenó la sala de Poncho Club Cultural, porque tuvimos la oportunidad de disfrutar de una estupenda función de Diario de un Loco y de una actuación fantástica de Cristian Thorsen.

Pero vayamos despacio, primero mencionar que Diario de un Loco, es un cuento corto, escrito por el escritor ruso Nikolái Gógol en 1835 y relata la historia de Aksenti Ivanovich, un funcionario de la burocracia rusa, que escribe un diario de lo que sucede en su vida, que puede definirse como rutinaria y bastante aburrida. Trabaja en un un ministerio público, realizando tareas poco significantes, como sacarle punta a las plumas que tiene el director en su despacho.







Pese a ello la percepción de Aksenti, es otra, el considera que su contribución en el trabajo es muy importante. Solo alguien como con él, con sangre noble, podría tener las aptitudes para realizar sus tareas de manera eficiente. Por eso mira con desprecio a los lacayos que trabajan en el ministerio, gente sin modales y sin capacidad para estar allí.

Un día Aksenti comienza a obsesionarse con Sofia, la bella hija del director. Está perdidamente enamorada de ella y piensa erradamente que ese amor es correspondido, pero que ella no se anima a manifestarlo por pudor. En el amor hay que ser paciente y nuestro hombre, buscará la mejor manera de acercarse, para poder concretar ese amor, que en verdad está solo en su cabeza.

De a poco su relato se irá tornando confuso, apareciendo pequeñas señales que algo no anda bien, fechas que no concuerdan, perros que hablan entre ellos y que se mandan cartas. La locura se está asomando en la mente del burócrata y cada vez toma más impulso En el trabajo ya comienzan a verlo como una amenaza, pero alguien de sangre noble como el manifiesta tener, se debe estar curtido para soportar estos contratiempos.






La frustración por el amor no correspondido, causa fuerte impacto en Aksenti, que comienza a despreciar su trabajo rutinario y ya no tiene voluntad de soportar las humillaciones que recibe a diario. La soledad y el desengaño amoroso, parecen ser el golpe de gracia para su mente perturbada, tanto que la locura gana la batalla y se transformará nada menos que el Rey de España.

Pero hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra descubrirán la suerte que tendrá el protagonista. El inteligente texto de Gógol, está estructurado en forma de monólogo, para que aparezca la gran figura de la noche, nos referimos por fin a Cristian Thorsen, quien tiene la responsabilidad de llevar adelante esta compleja representación.

A Cristian, lo vimos actuar hace poco en Los Soviets, una comedia con toques fantásticos y ya nos habíamos sorprendido gratamente por su trabajo, pero en esta ocasión, quedamos impactados, por su soberbia composición del burócrata ruso, pasando por todos los registros emocionales y dejando todo en el escenario, con una entrega física descomunal.

Thorsen está solito con su alma en escena, con una escenografía mínima, queda claro, que lo que vale acá es la palabra del actor. Es un disfrute, ver como jugando con diferentes tonos de voz y posturas, irá desdoblando todos los personajes que forman parte de la historia, con una repentización que debemos destacar. Impresiona por su brutal corporalidad, gestualidad y la carga pasional que le imprime a su personaje.





El desafío no era sencillo, el texto es muy exigente y demanda una enorme concentración. Cristian supera el reto con creces, logrando mantener la atención del espectador en todo momento, con un magnetismo que no es fácil de sostener por tanto tiempo. Prueba de ello, es el silencio absoluto con el que el público sigue las acciones. Por nuestro trabajo vemos muchos unipersonales en el año, por eso sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que esta actuación de Cristian, se ubica entre las mejores que vimos este año. 

Para semejante lucimiento actoral, un factor que ayuda, es la puesta que presenta la obra, a cargo de Fabian Vena, que es el director de la obra. Con una escenografía desprovista, se deja el foco en la representación y en el discurso. Mención especial debemos otorgar a la bella música original de Pablo Porcelli, que engalana a la obra y juega un papel fundamental en los cambios de actos. Se potencia la influencia de la música por el potente diseño sonoro que tiene la sala.

A propósito, era la primera vez que visitábamos Poncho Club Cultural, nos encantó el escenario alto, que facilita la visión y sus modernas instalaciones. Siempre que concurrimos por primera vez a un espacio teatral, nos sentimos especialmente contentos y en este caso, el recuerdo va a perdurar, porque la obra con la que debutamos nos movilizó mucho.





No queda demasiado para agregar, resaltar la vigencia del texto de Gógol, escrito hace más de un siglo, presentado en esta lucida versión de Mariano Beitia, que nos permitirá viajar hasta la Rusia zarista, para conocer a un hombre atormentado por el sistema y las frustraciones de una vida con pocas emociones, que le abrirán la puerta a la locura.

Recomendamos Diario de un Loco, se van a encontrar con un texto muy interesante, que invita a la reflexión, una puesta potente y atractiva, pero sobre todo podrán disfrutar de la inmensa interpretación de  Cristian Thorsen.  La ovación con la que el público que colmó la sala al final de la función, fue el broche de oro, para la hermosa velada teatral vivida.



Pensador Teatral.


sábado, 13 de noviembre de 2021

Casandra en la Cocina

Dramaturgia de Federico Picasso. Dirección de Santiago Fondevila y Federico Picasso.





Sábados 18 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )

Un texto entrañable y con mucho encanto, llega de la mano de Casandra en la Cocina, obra escrita por Federico Picasso, que con una dramaturgia muy bien elaborada, nos remonta a nuestra infancia, poniendo el foco en aquellos recuerdos y vivencias, que sin que nos demos cuenta, van a marcar fuertemente rasgos de nuestra personalidad.





La historia se desarrolla en Monte, una pequeña localidad bonaerense, allí viven Emiliano y Nenina, que son hermanos, en la casa donde nacieron, con su madre costurera, que es la única que trabaja en esa casa. Los hermanos parecen detenidos en el tiempo, no trabajan y pasan la mayor parte del tiempo encerrados en la casa, transitando una vida aburrida, con pocos matices.

Pero la tranquilidad de aquel hogar se va a sacudir con la aparición de Casandra, antigua compañera de primaria de Emiliano, que hace años dejó Monte y se fue a la Capital en búsqueda de un futuro. Llega a la casa a buscar unos vestidos que dejó para arreglar, pero su presencia se va a prolongar más de la cuenta, al entablar una particular charla con Nenina, que la mira con admiración.

Casandra es un verdadero torbellino y los recuerdos del pasado no tardarán en llegar. Aparecen cuentas pendientes entre ella y Emiliano. Heridas que pese a los años transcurridos no cicatrizaron y la frase donde hubo fuego cenizas quedan, se aplica perfectamente aquí. Nenina tiene un par de años menos y se siente embelesada por la figura de Casandra, una mujer independiente y tan segura de si misma, que podría escucharla horas y horas. 






El encuentro entre los tres protagonistas de la historia se produce en la cocina de la casa, un ambiente muy especial, ya que allí suceden cosas extrañas. Hay una corriente de aire, que aparece de manera sorpresiva y se escuchan susurros de palabras incomprensibles. Hay alguna presencia ?? Algún fenómeno paranormal habita allí ?? O es la simple imaginación de aquellos hermanos ?? 

Casandra casualmente estudio ciencias ocultas en la Capital y cuando Nenina le cuenta lo que sucede allí hace años, se decidirá a descubrir el misterio, pese a la oposición de Emiliano que no quiere saber nada con las propuestas alocadas de la recién llegada. Y hasta aquí vamos a contar, para mantener el suspenso. Solo diremos que se vivirán divertidos y delirantes, es los que He-Man, She-Ra y Rambo, vaya trilogía, se harán presentes.

Y hablando de trilogías, es momento de hablar de las excelentes actuaciones que presenta la obra, porque sin dudas el texto es muy atractivo, pero como muchas veces decimos, si no se encuentran buenos intérpretes, que lleven adelante la dramaturgia, todo puede naufragar. Bien, es este caso ocurre todo lo contrario, ya que se reunió un muy buen elenco, que se nota muy a gusto en el proyecto y con sus interpretaciones refuerzan el texto.






Arranquemos por José Escobar, a quien elogiamos en tantas reseñas por sus diseños escenográficos. Aquí se pone el traje de actor ( ya lo habíamos visto actuar en El Amor es un Bien ) y lo hace muy bien. Componiendo a un Emiliano, bastante inmaduro, fanático de He-Man y que ahorra en muñecos de colección, en vez de hacerlo por ejemplo en bitcoins o euros, ya que piensa que con el tiempo subirán su valor. Todo un personaje José, absolutamente querible.

Clarisa Balcarce, es Nenina, pese a que ya no es un adolescente, sigue siendo la niña de la casa. Tímida, inocente y al igual que su hermano, con dificultades para vincularse con la gente. Ella no colecciona muñequitos, pero es fanática de los ñoquis, plato que come varias veces por semana. Es la primera vez que vemos a Clarisa y nos encantó su composición de una mujer naif y aniñada, que tiene mucha presencia escénica.






María Zubiri, es Casandra, la protagonista de la historia y tal vez por ello, es quien se lleva los mayores elogios . Resulta un verdadero torbellino, desenvuelta y con un desenfado que le dio sus años viviendo en Capital, está dispuesta a revolucionar la vida tranquila de aquellos hermanos. Con un histrionismo a flor de piel y muy expresiva, es el revulsivo de la historia. Magnífica interpretación de María.

Llega el tiempo de mencionar las virtudes de la puesta, que es original y muy moderna, sumando tecnología y recursos audiovisuales a la trama, con un diseño escenográfico que irá sufriendo algunos cambios a lo largo de la obra. Hay varias sorpresas que irán apareciendo y que no queremos adelantar, para mantener el suspenso, solo vamos a decir que la puesta es  muy bella desde lo estético, siendo una muestra de como muchas veces sin tantos recursos económicos, pero con ingenio, se pueden logar excelentes resultados.






Y hasta aquí contamos, nos enganchamos mucho con la propuesta de Casandra en la Cocina, un texto entrañable, que arranca como una historia mínima, que irá creciendo, con momentos divertidos, otros delirantes y también algo esotérica. Es una historia con la que el público se identifica, que nos interpela a soltar aquellas cargas que llevamos hace años y en nuestro caso, nos invitó a recordar momentos dichosos de la infancia, que ahora tanto anhelamos.

Recomendamos la obra, que con una cubierta lúdica, una puesta distinguida y estupendas actuaciones, tiene la sensibilidad necesaria para llegar al corazón del espectador, invitando a la reflexión y a la emoción, que nos provoca evocar un pasado que suena lejano, donde disfrutábamos siendo niños, viendo dibujitos en la tele. tomado la merienda y jugando con nuestros muñequitos, siendo ese nuestro mágico mundo, en el que éramos felices.



Pensador Teatral.




viernes, 12 de noviembre de 2021

Clandestino Maracaná.

Viernes 22 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )





Dramaturgia y Dirección de Marcelo Pérez.

Una muy grata sorpresa resulta Clandestino Maracaná, la segunda obra escrita por Marcelo Pérez, que además es el director, presentando un texto profundo, con poesía, música y personajes muy bien elaborados, que sienten la imperiosa necesidad de compartir sus tragedias cotidianas, como si este desahogo les permitiera vivir más aliviados.







La historia se desarrolla en un bar de estilo decadente, tipo fonda, de esos que sobreviven en los barrios y parecen quedados en el tiempo, donde puertas adentro las horas parecen no transcurrir. Gente que al entrar, se mimetiza con el lugar, transcurriendo momentos prolongados, alargando la permanencia y haciendo lo posible para no volver a ese mundo exterior, que cada vez se torna más hostil y violento.

Clandestino Maracaná, es una historia que nos habla de la soledad, de seres desesperados que buscan hacer pie en las aguas turbias de la cotidianidad. El amor, los mandatos sociales, el trabajo, las contradicciones de un sistema opresor y la muerte, serán algunos de los temas universales que forman parte de esta rica dramaturgia que nació en la pandemia y tiene rasgos de ella en su composición.






Uno de los caracteres distintivos que tiene la obra, es la presencia de nueve actores en escena, algo que no es para habitual en el teatro independiente y que demanda un esfuerzo importante desde la dirección para coordinar la energía de tener tanta gente en escenario, algo que se consigue aprovechando las generosas dimensiones del espacio escénico de El Tinglado y el estupendo dispositivo escenográfico montado para la ocasión.

Yendo al tema de las actuaciones, sin dudas son un punto muy alto de la pieza. Hay una trabajada composición de los personajes, cada uno con diferentes características y un merito que tiene el texto, es que pese a tener lo grupal un peso fundamental, todos tendrán su momento para el lucimiento personal. Además el espectador estará siempre atento, ya que se generarán situaciones simultaneas, ocurriendo varias cosas a la vez, pudiendo disfrutarse también de lo que ocurre en un segundo plano.






La calidad de las interpretaciones, merece que hagamos algunas menciones particulares. A nuestro entender una actuación que debemos resaltar especialmente es la de Martín Ojea, uno de los parroquianos del bar. Es quien inicia la obra con un discurso encendido y también el que tendrá las palabras finales. Destacamos su vehemencia y potencia discursiva, con una gestualidad que se disfruta mucho. Gran trabajo de Martín, componiendo fielmente a unos de esos clientes típicos y solitarios, que no pueden faltan nunca en los bares.

Soledad Leone, es la dueña de la fonda. Pese a que su sueño es ser boxeadora, regentea este bar cumpliendo un mandato familiar. Temperamental y con pocas pulgas, le saltará la térmica varias veces. A Soledad, la habíamos elogiado mucho, por su interpretación en Fortaleza Mujer en la Hoguera y aquí en un papel muy diferente, vuelve a mostrar que es una gran actriz. Paula Flaks, compañera de Soledad en la Hoguera, no se queda atrás, aquí compone a una mujer golpeada por la vida, que se aferra peligrosamente a la bebida, para seguir adelante. Con un histrionismo a flor de piel, Paula crea un personaje delirante y muy querible, que genera los momentos más divertidos de la noche. 






Siguiendo con el desfile de personajes, nos gustó mucho la dupla que conforman Daniela Colucci y Micaela Minervino, dos jóvenes amigas muy charlatanas, que no parecen encajar en el ambiente de ese lugar y se ruborizan con algunas de las situaciones que suceden. Muy divertidas Daniela y Micaela. Otro personaje muy rico,  es el de Laura Tarchini, la cocinera de la fonda. Temperamental y con mucha presencia escénica, además de preparar exquisitos platos, tiene momentos de mucho destaque.

Párrafo especial para Federico Santisteban, el mozo, que además de tener que correr mucho para atender a toda la clientela y apagar algunos incendios, es el encargado de musicalizar la puesta, tocando como los dioses el bandoneón. Si leyó bien, en Clandestino Maracaná, el mozo además de atender las mesas, toca el bandoneón. Agustín Belloli, es el chico del delivery, con su particular  bicicleta además de llevar los pedidos, oficia como nexo con ese exterior hostil y violento. Un personaje explosivo el suyo. Completa el elenco, Ignacio Pereyra,  el policía que cuida la seguridad del local, con la oportunidad de mostrar su costado humano, cuando ocurre una situación que no vamos a revelar aquí, pero que corona con un parlamento muy sentido.







Se hizo algo larga la descripción de los personajes, pero como mencionamos líneas arriba, a nuestro entender,  la calidad de las interpretaciones, merecía el reconocimiento individual dado. Sorprende en este caso, con un elenco tan numeroso, encontrar interpretaciones tan parejas por lo bueno. Aquí hay mucho mérito del director en la elección de los actores, en darle además el espacio y el tiempo necesario, para que puedan darle recorrido a sus personajes y lograr una interacción ordenada entre ellos. Además es evidente que los actores se sienten cómodos con el texto y eso genera una química muy positiva.

La puesta es otro punto alto de Clandestino Maracaná. Con un dispositivo escénico a cargo de Guillermo Bechthold, digno de elogio, creando un bar en el escenario de El Tinglado, con gran cantidad de detalles que el espectador podrá notar al ver la obra. La trama, además como comentamos tiene momentos musicales muy logrados, que agregan valor a una puesta muy atractiva.






No queda mucho más para comentar, la obra nos gustó mucho y se pasó volando. De la mano de una dramaturgia muy inteligente, que sabe como atrapar al espectador, que se engancha desde al arranque con una trama que ofrece gran variedad de matices, contando con momentos divertidos, otros de nostalgia, algunas situaciones violentas, pero ofreciendo siempre situaciones cercanas, que invitan a la reflexión.

Recomendamos Clandestino Maracaná, este bar que abre sus puertas los días Viernes, para albergar almas solitarias y angustiadas, que deambulan por la vida y buscarán la sanación en sus instalaciones. El cartel de neón del bar está encendido, la mesa está servida y los platos van marchando, solo resta que usted parroquiano teatral, se acerque a El Tinglado, para disfrutar de esta entrañable propuesta, que el teatro independiente nos ofrece.




Pensador Teatral.




jueves, 11 de noviembre de 2021

La Casa Ache

Dramaturgia y Dirección de Fabiana Micheloud.






Jueves 20 hs en Paseo La Plaza - Salas Cortázar ( Av. Corrientes 1660 ) 

Teníamos muchas ganas de ver esta obra, principalmente por dos motivos. El primero de ellos, que no es habitual encontrar en nuestra cartelera teatral, obras de terror. Resulta todo un clásico, ir al cine, para ver una película de terror, pero es muy raro encontrar este género en el teatro. No es nada sencillo, montar una obra donde el horror y el suspenso sean el argumento, por eso de entrada ya valorábamos mucho esta aparición.

Y el segundo motivo, es que La Casa Ache transita su quinta temporada en cartel, Hito que no resulta para nada sencillo en el teatro independiente. En sus primeras cuatro temporadas, se presentó en  el Teatro Arte Brin, ubicado en el Barrio de La Boca. Y este año, se traslada nada menos que a la Calle Corrientes, siendo un desafío doble, ya que además del salto de pasar a una vidriera teatral más grande, se agrega el enorme esfuerzo de tener que montar la pieza en otra locación, algo sencillo para cualquier obra, pero no para esta, ya que hay un diseño escenográfico muy trabajado y una ambientación que requiere una dedicación extrema, por lo que seguramente el traslado no fue nada fácil.






Luego de haber visto la obra, podemos afirmar que el desafío fue superado con creces, ya que el montaje en la nueva sala resultó muy satisfactorio, decimos esto sin haber visto la pieza en el Arte Brin. Vamos a contar muy poco del argumento, ya que en una obra donde el suspenso y las situaciones inesperadas son una constante, por lo que no queremos develar demasiado. Podemos contar si, que una noche lluviosa y desapacible, cuatro jóvenes ingresarán sin permiso a una casa abandonada hace muchos años, luego de una tragedia ocurrida allí dentro, que provocó que quedará deshabitada.

El motivo del ingreso a aquella casa no resulta del todo claro, solo sabemos que tienen una cámara y deben realizar un trabajo dentro. Pero ruidos extraños, luces que se apagan y algunas apariciones fantasmagóricas van a complicar las cosas. Y para colmo, habrá un giro inesperado en uno de los personajes, que agregará aún más tensión, a una casa donde las situaciones extrañas serán una constante.

La dramaturgia de Fabiana Micheloud, tiene un anclaje fundamental en la estupenda puesta que presenta la pieza, sin dudas este un punto muy fuerte que tiene la propuesta. Ya desde que se ingresa a la sala el espectador, quedará inmerso en el clima tenebroso y misterioso que propone la historia, donde la oscuridad se hará presente en más de una oportunidad y el espectador en más de una oportunidad, mirará al pasillo, rogando que ningún personaje aparezca.






Además del logradísimo diseño escenográfico y la ambientación que tiene la historia, hay que destacar mucho el diseño lumínico y los sonidos que acompañan la trama. Ambos rubros en manos de Macarena Rosendo. Hay efectos especiales, personajes que aparecen y desaparecen de la escena, la adrenalina se huele en la sala y el espectador está siempre en alerta, incómodo en su butaca, sufriendo como si también hubiera ingresado furtivamente a la sala, como el resto de los personajes.

Hablando de ello, nos gustaron mucho las actuaciones del joven elenco reunido. Candela Rosendo como Mariela, es a nuestro entender quien más se destaca. Con muchas presencia escénica, construye un personaje clave para la historia y lo hace de gran manera. Muy buena la interpretación de Candela. También queremos destacar a Diego Mitolo, como Carlos, el personaje que ingresó con más miedo a la casa y por las cosas que irán sucediendo, podemos decir que su temor era justificado. Nos gustó mucho el trabajo de Diego.

 Pero no seamos injustos con Manuela Orbegozo y Juan Esteban Vargas, que están muy bien en sus papeles y todos logran acoplarse muy bien al relato. Párrafo aparte para Néstor Rosendo, que aparecerá en el comienzo y en el final de la historia, con momentos muy destacados y que provocan mucho miedo.





Celebramos la idea de Fabiana Micheloud, de traer al teatro un texto donde el terror y el suspenso sean el hilo conductor. Tal vez la dramaturgia tengo algunos momentos livianos,  pero sin dudas la elaboración y ambientación de la puesta se impone a cualquier contratiempo. La obra tiene una atmósfera cinematográfica muy lograda y esto se debe en gran parte a la contundencia de una puesta cargada de detalles y de efectos especiales puestos al servicio del relato.

En conclusión, valoramos la original la propuesta de La Casa Ache, que en base al boca a boca logra llevar ya cinco temporadas en cártel. Una satisfacción que el teatro independiente, se anime a salir de las áreas de confort y se anima a incursionar en el género del terror y el suspenso. Recomendamos al espectador, estar con los ojos bien abiertos durante toda la función y si es posible tenga una linterna a mano, para los momentos de oscuridad, no vaya a ser cosa, que en algunos de los apagones, nos demos cuenta que en la butaca de al lado, se nos ha sentado algún invitado no deseado.



Pensador Teatral.




lunes, 8 de noviembre de 2021

La Obra Pública

Dramaturgia de Ignacio Bartolone y Juan Laxagueborde. Dirección de Ignacio Bartolone.






Lunes 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una original propuesta llega de la mano de La Obra Pública, texto escrito por el joven dramaturgo Ignacio Bartolone, el mismo autor de La Madre del Desierto, estrenada hace algunos años con gran suceso en el Cervantes. En este caso une fuerzas con Juan Laxagueborde, para construir una dramaturgia muy bien elaborada, que nos hablará sobre el arte, poniendo especial foco en el rol del artista, con sus egos, frustraciones y la fuerza que lo impulsa a llevar adelante una obra, que obtenga el reconocimiento y la aprobación del público.

Las acciones se desarrollan en el preludio del primer centenario patrio, momentos donde el Estado se proponía promover artistas para fundar las bases del arte nacional. En ese marco, aparecerá el protagonista de esta historia, un escultor porteño, presuntuoso y engreído, que se presentará en un concurso público, con un proyecto tan monumental, como poco probable de poder ser realizado, que constaba en erigir estatuas gigantes de próceres nacionales en todo el país, un legado que sin dudas quedaría para la posteridad.

 

 


 

El texto se estructura en forma de monólogo, donde el excéntrico escultor, protagonizado de manera magnífica por Julián Cabrera, que escribirá un diario íntimo, donde quedarán reflejados sus anhelos, su ambición y esa necesidad urgente de recibir la legitimación del Estado, desde el punto de vista artístico, pero también económico, ya que no tiene dudas que la magnificencia de su futura obra, debe tener el financiamiento de parte del erario público.

La obra que tiene una trama elaborada y compleja, fue escrita especialmente a medida de Julián Cabrera, actor en " Piedra Sentada, pata corrida ", la primera obra de Ignacio, para que el protagonista pueda tener terreno fértil para su lucimiento y vaya si lo aprovecha. Con un histrionismo a flor de piel, se adueña de la escena con gran autoridad y da vuelo a un artista narcisista, que estará dispuesto a todo, para agradar al jurado ypoder ganar el concurso. Gran trabajo el de Julián, a quien por primera vez vemos en escena y nos llevamos una gran sorpresa, con su estupenda interpretación.

 

 



 

Además del texto y la actuación tan destacada, debemos mencionar la riqueza de la puesta que propone Bartolone. En primer plano veremos a una persona en su atelier con su escritorio, pero no veremos esculturas en el escenario. Sospechosamente el escultor declama todo el tiempo sobre sus esculturas, pero nunca lo vemos trabando en ellas. La trama tiene muchas sorpresas, que no queremos develar aquí, para mantener el suspenso, solo mencionaremos una perlita que no podemos dejar pasar. En un momento, la obra se transformará en un programa de cable y en un televisor se proyectarán imágenes de una audición, donde se repasará la historia de nuestro escultor, siendo un momento desopilante, que fusiona al dispositivo teatral con el audiovisual.

 Párrafo especial debemos dedicar a Franco Calluso, responsable del diseño sonoro y de la música original de la obra, que aparece en escena en todo momento acompañando al escultor, sin emitir palabra, pero siendo un personaje enigmático que recibe las miradas del espectador y funciona como una especia de sombra o fantastama del protagonista. Otro que realiza un aporte muy importante es Claudio del Bianco, a cargo del excelente diseño lumínico que presenta la pieza, resultando muy importante para crear los climas que la trama va pidiendo.


 

 


 


Resulta muy interesante la propuesta de La Obra Pública, que navega con habilidad entre el pasado y el presente, con muchos ingredientes de parodia e ironía, para hablar de arte y del rol del Estado en la difusión del mismo. El artista busca dejar su impronta con sus obras o le interesa más ocupar un lugar en el mundo artístico ?? Ese solamente es uno de muchos los interrogantes que presenta esta pieza, que deja mucho lugar para que el espectador reflexione.

Invitamos a que descubran a este escultor ambicioso y engreído, que busca el mecenazgo del Estado para crear una obra, de difícil realización, pero que no tiene dudas sería recordada por siempre. Celebramos esta propuesta arriesgada y algo delirante de Bartolone y su agrupación teatral La Espada de Pasto, que con la Obra Pública, nos invita disfrutar de un distinguido momento teatral y a pensar en la subjetividad del arte y los artistas.


Pensador Teatral.



jueves, 28 de octubre de 2021

Un Papel en el Viento

Dramaturgia de Pacho O´Donnell. Dirección de Daniel Marcove.

 

 


 

 

Jueves 20 hs en El Tinglado. ( Mario Bravo 948 ) 

Un Papel en el Viento, es una obra nacida en la pandemia y se nota, ya que nos habla del encierro, de como transcurre el tiempo cuando no podemos salir al exterior y de imaginarlos como será la libertad si alguna vez la volvemos a alcanzar. El texto de Pacho O´Donnell, tiene una dramaturgia muy rica y es bastante diferentes a obras que recordamos de su autoría, donde la mayoría de las veces, aparecen hechos históricos, como eje de los argumentos. Aquí en cambio, esta historia, tiene un aura existencialista, con autores como Dostoievski, Camus, Sartre, referenciados en distintos momentos de la trama.

 

 



 

Para esta obra Pacho vuelve a recurrir a Daniel Marcove en la dirección, siendo esta la séptima vez que Marcove dirige una obra suya, consolidándose una dupla que siempre genera buenos resultados. En esta oportunidad, Daniel además colaboró en más de una oportunidad para destrabar algunos nudos que la escritura planteaba, sugiriendo algunas modificaciones en el texto, que el generoso Pacho tuvo en cuenta.

Yendo a la obra en sí, contemos en el arranque veremos a tres hombres y a una mujer encerrados en una habitación. No se aclara donde se encuentran, pero el texto nos irá dando pistas. El lugar es oscuro, solo hay una claraboya, que devuelve alguna luz del exterior. No están en la cárcel, pero ellos están seguros que los están vigilando todo el tiempo. Tendrán cámaras instaladas  ??? Se quejan de la comida. Se las escupirán antes de dársela  ?? Y el higiene tampoco es para destacar. Darían lo que no tienen por una ducha caliente. Definitivamente el lugar donde se encuentran no es para nada agradable.

 

 


 

 Las preguntas llenan el ambiente. Por que están encerrados ??? Daría la impresión que estarían cumpliendo algún tipo de castigo y por ello están confinados. Pero no están seguros. Tienden a pensar que cometieron algún error, que ahora están pagando, pero no pueden asegurarlo. Y cuanto tiempo van a estar allí ?? Desde cuando están ??? Quien está a cargo de ellos ??? Saldrán de allí alguna vez  ??? Las preguntas son muchas y no hay respuesta para casi ninguna.

 El tiempo transcurre de manera inexorable y ellos siguen encerrados. Surgen los recuerdos de su vida cuando estaban afuera, cuando eran libres. Algunos de esos recuerdos son borrosos y poco gratificantes. Da la impresión que luchan contra la memoria, para olvidarse de esos recuerdos tristes que los persiguen. La frustración parece ser denominador común en los cuatro personajes que sufren el encierro. Todos quisieron ser alguien, que no pudieron. Tal vez por ello, hoy estén allí. 

 

 

 


 

 

La rutina se romperá un día, que parecía como cualquier otro, pero no lo será. Tienen una revelación y surgirá un hecho inesperado, que les dará la chance de ser libres. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, que es una de las características principales de la trama. Solo adelantaremos, que muchas veces la libertad tan anhelada cuando llega, puedo generarnos miedos y dudas. El temor a lo desconocido y a lo imprevisible, puede ser paralizante.

El desafiante texto de Pacho, encuentra un respaldo fundamental en el muy buen elenco reunido para la obra. Los cuatros personajes de la historia, tienen peso propio gracias a las muy buenas interpretaciones de los actores a cargo de los mismos. Arranquemos por Pablo Flores Maini, como René, el más experimentado de aquella habitación, doctor sin matrícula, sueña con ser un médico de renombre, es respetado por el resto y es quien intenta mantener el orden interno, frenado las discusiones que suelen darse. Muy buena la interpretación de Pablo, con mucha presencia escénica.

 

 


 

Juan Manuel Correa, es Bill, sueño con ser el CEO de una empresa. Enérgico e impulsivo, con una personalidad explosiva y una expresividad a flor de piel,  se lamenta por los errores que cometió y se preocupa por la familia que está afuera y no sabe si lo esperan o no. Juan Manuel, es otro excelente actor, al que recordamos de una fantástica interpretación en Coronados de Gloria, como Blas Parera, figura olvidada de nuestra historia, pese a que compuso la música de nuestro Himno Nacional. Aquí en un rol muy diferente, Juan Manuel vuelve a mostrar su versatilidad y un carisma que lo distingue, no pasando nunca desapercibido.

Nicolás Amato García, es Dieguito, un prometedor jugador de futbol que debió retirarse de manera prematura, debido a un accidente en su hábil pierna zurda, provocado por una osadía de su parte. Cuál fue la misma ?? Se animó a tirar un caño en un partido que no debía y sus rivales no le perdonaron aquel atrevimiento. Ese error truncó su carrera y su sueño de ser un jugador con proyección europea. Es estupenda la composición de Nicolás, a quien vemos por primera vez y vaya carta de presentación, con esta composición, que tanto nos recuerda al Diego más famoso.

Emma Serna, es a nuestro opinión la revelación de la obra, representando a un mujer trans, que en su caso, si tuvo el atrevimiento de luchar por la identidad que sentía, pese a la mirada acusadora y burlona del resto. Su sueño sería ser una reconocida actriz de nuestro espectáculo y tiene ganas de luchar para serlo. Emma es actualmente presidenta de la Cooperativa Arte Trans y sorprende aquí por su composición, dando mucho volúmen a su personaje, que resulta muy querible.

 

 


 

 

Resta mencionar a Julieta Pérez, como Ishmenda, quien aparecerá en la parte final de la historia. No vamos a revelar nada de su personaje, para mantener el suspenso. Solo decir que aporta belleza y encanto a una trama más bien oscura y sombría. En definitiva, las actuaciones funcionan muy bien en lo individual y en el conjunto, siendo fundamental esto, para sostener un texto que no es sencillo.

La puesta de Daniel Marcove, resulta muy atractiva, con un suspenso constante. El espectador en todo momento estará atento tratando de develar el misterio de aquel lugar donde las personas están encerradas. Además se intercalan algunos momentos graciosos, que lograr cortar la tensión del ambiente. Destacamos el diseño escenográfico de Héctor Calmet y el diseño de luces de Miguel Morales, ambos a tono con ese clima de suspenso que tiene el relato.

 

 


 


La obra invita a la reflexión y permitirá diferentes interpretaciones al espectador, no todo viene servido en bandeja y eso es valioso. El paralelismo con la pandemia que sufrimos recientemente es evidente, surge el recuerdo de un encierro forzoso y con mucha incertidumbre. En esos momentos, las sensaciones eran contradictorias, por un lado las ganas de salir al exterior, para volver a la vida normal, pero por otro lado, en el afuera estaba la muerte eligiendo gente. En cierta manera, ese encierro opresivo y obligado, era el que nos daba la seguridad de seguir vivos, aunque para ello debíamos resignar nuestras libertades.

En definitiva, nos pareció muy interesante la propuesta de Un Papel en el Viento, otro texto muy inteligente de Pacho O´Donnell, que nos permite pensar en las vueltas que tiene la libertad y como muchas veces, vociferamos por ella, la reclamamos a gritos y en el momento que nos llega, el miedo parece paralizarnos y dudamos si seguimos su camino, ya que la ruta hacia la libertad, puede ser peligrosa y tener un abismo a la vuelta de la esquina, que provoca que optemos por quedarnos en la seguridad de nuestro viejo y conocido infierno.


Pensador Teatral.



domingo, 24 de octubre de 2021

Bailan las Almas en Llantas

Dramaturgia y Dirección de Pilar Ruíz.

 


 


Domingos 17 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Nuestro teatro independiente nunca deja de sorprendernos y cada tanto nos tiene reservadas propuestas donde la creatividad llega a límites muy altos. Este es el caso de Bailan las Almas en Llantas, escrita por Pilar Ruiz, una joven y talentosa dramaturga, que ya en anteriores textos mostró que es una autora comprometida con la realidad social, buscando exponer temáticas que reflejen situaciones que forman parte de nuestra cotidianeidad.

En este caso Pilar, presenta una historia de amor que se plantea como una versión libre del clásico shakesperiano Romeo y Julieta, pero con la particularidad que la historia lejos de desarrollarse en la Italia medieval, se produce en un asentamiento marginal de la Ciudad de Buenos Aires, que por las pistas que nos irá dando el relato, podemos suponer se trata de la villa del Bajo Flores, como escenario que da cobijo a la historia.

 

 



 


Tendremos un baile de primavera en el barrio y allí surgirá un amor equivocado, el de Valu, la hija del transa del asentamiento y Julio, un pibe que consume, que tiene al padre en la cárcel y que cada tanto junto a sus amigos del playón, hacen algún trabajito en el que tienen que ponen las llantas a toda velocidad, para que las balas de la policía no los alcance. La relación entre ellos asoma como imposible, ya que pertenecen a bandos opuestos, ellos lo saben, el entono se los advierte, pero el deseo adolescente de ellos es más fuerte y van a querer seguir adelante, sabiendo la tormenta tarde o temprano se va a desatar y lo hará con furia.

Pilar estuvo mucho tiempo para desarrollar la dramaturgia, toda la obra está escrito en verso y rima, algo que le otorga un enorme vuelo poético al texto, dejando en claro la ficción, ya que la autora no quería caer en golpes bajos o estigmatizaciones. Con la poesía, logra tomar la distancia necesaria, dejando claro el hecho teatral, la ficción, pero consiguiendo describir una realidad dolorosa, que muchas veces prefiere no verse, ya que lo más fácil, es ocultar el problema y no enterarnos.

 

 



 

La obra es cruda y extremadamente dura, ya que en todo momento está presente el tema de las drogas, los transas, los soldaditos, los consumidores y como la ley además de ser cómplice, funciona como un engranaje fundamental, de este negocio de vicio y muerte. En el barrio se respira cumbia y reggaeton, la música es una forma de escape y es uno de los lenguajes del barrio, como también lo es el trap y el freestyle. Todos los rincones de la villa huelen a violencia, la marginalidad es la moneda de cambio y la muerte siempre anda rondando las calles, pudiendo aparecer a la vuelta de cada que esquina, sin anuncio previo.

Y en ese ambiente de violencia, consumo y balas, el deseo de los adolescentes sigue corriendo. Saben que en la villa todo cuesta el triple y que para lograr algo deben arriesgar, esa es la ley. Tal vez sea por ello, que Valu y Julio, irán para adelante, desafiando a los poderes y sabiendo que están yendo a toda velocidad a contramano, sacando chispas con esas llantas que siempre tienen que estar preparadas para huir. Y hasta allí vamos a contar de esta historia bien popular, con aires shakesperianos. Dejaremos que el espectador descubra, si aquí el desenlace es el mismo que en la tragedia isabelina o no.






Es momento de hablar de la potencia de la puesta y las actuaciones. Son nada menos que diez los actores en escena. La obra presenta un despliegue escénico que no podemos dejar de destacar, ya que no es usual en el teatro independiente. La trama tiene vértigo y ritmo musical, suena la cumbia y bailan las almas del barrio, hay corridas en el escenario, se trepan estructuras metálicas. El movimiento y la corporalidad es un sello distintivo de la puesta.

Hablemos un poco de las actuaciones que presenta la obra. Si bien la grupalidad predomina, hay que mencionar algunos trabajos individuales, que son realmente sobresalientes. Arranquemos por los enamorados de la noche, aquellos que no renunciar a sus deseos de amor. Juan Tupac Soler, es Julio, uno de los protagonistas de la historia. Tiene un loco metejón con Valu y no va a renunciar a ese amor, pese a la opinión de sus amigos. Gran trabajo de Juan, un joven actor, al que elogiamos cada vez que lo vemos, por su versatilidad y su carisma. Aquí vuelve a mostrar sus credenciales, con una excelente composición. 

 

 

 


 


Camila Conte Roberts es Valu, la que está dejando atrás su niñez y ya se siente mujer, la rebelde que no aceptará el mandato que quiere imponen su padre y apostará por el amor sincero. Nos encantó su trabajo. Era un desafío grande para Camila, ya que es una actriz muy joven y este protagónico además de ser muy exigente, requiere una entrega física absoluta y Camila demuestra estar a la altura, siendo a nuestro entender la revelación de la obra, con una interpretación cargada de sensibilidad.

Y que decir de la genial composición de Romina Oslé, como Gladys, la tutora de Valu, la devota de Santa Gilda, una mujer con mucha calle. Con sus curvas y sus tacos, levanta suspiros por donde camine. Su manera de hablar, de caminar y su gestualidad es la que pide su personaje, que sin dudas, es uno de los más festejados por el público. Jesús Catalino como Mike, también se destaca mucho. Amigo de Julio, mostrará una lealtad de fierro y tendrá varios momentos de lucimiento, que no vamos a revelar para no anticipar momentos de la trama. Lola Banfi, también compone un personaje clave en la historia, es la maestra del barrio y será cómplice de ese amor prohibido. Muy bueno lo de Lola.

 

 


 


Por razones de espacio, para no hacer tan larga la reseña, estamos siendo injustos con Fran Bert, Federico Martínez, Daniel Begino, Joaquín Gallardo y Matías Méndez, que también son fundamentales en la trama y todos ellos tienen sus momentos de destaque. Bailan las Almas en Llantas, como dijimos funciona como un bloque, que canta, baila y corre por las calles del barrio, siendo importante el aporte de cada integrante del elenco.

No es sencillo coordinar los esfuerzos de diez actores en escena y Pilar Ruiz muestra que además de ser una gran dramaturga, está cada día más asentada como directora. Puntos a destacar en la puesta son muchísimos. Podríamos arrancar por el impecable vestuario de los protagonistas, con ropa deportiva, capucha, gorrita y por supuestos altas llantas. El diseño escenográfico con estructuras móviles, resulta práctico y original. Ambos ítems a cargo de Victoria Chacón, a quien felicitamos. Nos gustaron mucho las coreografías de Andrés Molina y la música original que presenta la obra, creación de Gastón Poirier, siendo estos dos ítems, fundacionales de la obra. Se nota que hay mucho trabajo y se cuidan todos los detalles, teniendo como resultado una puesta potente y muy atractiva, que logra potenciar mucho el texto.






Nos habían recomendado mucho la obra, entonces la vara de las expectativas estaba muy alta y podemos afirmar con seguridad que la misma fue superada. La dramaturgia tiene la virtud de mostrar la universalidad del amor, sin importar que el mismo florezca en un contexto de violencia, marginalidad, adicciones y abuso policial, que lamentablemente resulta una radiografía fiel de lo que si vive a diario, en cualquier barrio de emergencia de la Capital y el Conurbano, donde la vida vale poco.

Nos gustó mucho propuesta la de Bailan las Almas en Llantas, con una dramaturgia magnífica de Pilar Ruiz, una puesta que impacta por su intensidad y actuaciones que no se guardan nada. Todos estos factores confluyen, para redondear una obra, que en nuestra opinión se ubica entre las mejores que vimos este año. Al final de la función, pudimos confirmar por la ovación y el aplauso tan prolongado del público, que los espectadores sintieron lo mismo que nosotros. No se pierdan esta valiosa propuesta donde el amor, la violencia y la poesía se reúnen, para disfrutar de una noche de alto teatro independiente.



Pensador Teatral.


sábado, 23 de octubre de 2021

Antonia Occhipinti

Dramaturgia de Carlos Diviesti . Dirección de Graciela Schuster.

 

 


 


Sábados 21 hs en Teatro Payró ( San Martín 766 )

El teatro muchas veces nos propone viajar y este es precisamente lo que ocurre con Antonia Occhipinti, De la mañana a la noche, este bellísimo texto escrito por Carlos Diviesti, que nos presenta un atrapante relato, que cuenta la llegada de Antonia a la Argentina. Eran finales de la década del 30¨ y su barco zarpó de Bagnoli, Napoli buscando un mejor porvenir, como lo hicieron miles de inmigrantes, que dejaron su tierras y sus afectos en búsqueda de una nueva vida, en nuestro país que por aquellos años, los recibía con los brazos abiertos.

Antonia llegó a la Argentina, con su valija de cartón cargada de ilusiones, pero no se afincaría en Buenos Aires, ya que su padre la había enviado con un matrimonio arreglado, con el dueño del Cine Royal, que vivía en la ciudad de San Antonio Oeste en Río Negro. Allí descubriría la vastedad de La Patagonia, su clima inhóspito y ese viento que parece no parar nunca. Con el tiempo, además descubriría que la Patagonia era aburrida.

 

 


 

En el arranque de la obra, veremos a Antonia a la vera de la ruta en San Antonio Oeste, con la misma valija con la que llegó de Bagnoli, pero mucho más gastada ya que habían pasado diez años desde su llegada. Está sola, con la única compañía de Lamarr, una lora embalsamada, a la que lleva en una jaula. A medida que la trama avanza iremos entendiendo los motivos, por los que esta mujer madura de marcado acento italiano, se encuentra allí solita con su alma, esperando que algún camionero que pase por el camino, pueda llevarla a Ushuaia, el fin del mundo, donde imagina que todo es blanco y limpio.

La lora será su confidente y Antonia irá compartiendo con ella sus vivencias, los recuerdos de su tierra natal, la familia que quedó en Nápoles y su sufrida vida en aquella ciudad perdida de la Patagonia, donde las tragedias estarán demasiado presentes. Sus recuerdos son transmitidos, mediante los recuerdos del cine, de películas y actores de aquellos años que forman parte de su rutina habitual, ya que ella era quien proyectaba las películas en el Cine Royal, el único de San Antonio. El cine era su pasión y fue la tabla a la que se aferró para mantenerse a flote y sortear todas las adversidades que irían apareciendo.





El relato es bello y atrapa al espectador. Es admirable sentir el silencio absoluto con que el público sigue la historia de esta mujer, que hará un repaso de su vida, recordando a su familia, hablando de un esposo que casi no le dirigía la palabra, de Nepomuceno, el cachorro de mastín napolitano, con el que caminaba orgullosa por la calle San Martín. Cerrado el capítulo de su esposo, la aparición de Roberto Infante, el amor de su vida, como ella misma confiesa con pudor, aquel hijo que tuvieron juntos y siempre la tragedia rondando su vida. Pese a todo, había que seguir peleando y Antonia que era una luchadora, no se iba a dar por vencida, tenía que haber un futuro mejor cerca y por eso debía llegar hasta la finde del mondo, para alcanzarlo. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, el resto se lo dejamos a usted lector, para que lo descubra cuando vea esta hermosa obra.

Llega el momento de hablar de la protagonista de esta historia, porque como siempre decimos, podemos tener un gran texto, pero si no encontramos luego, el intérprete adecuado para llevarlo a escena, el hecho teatral no se produce. En cambio, cuando se encuentra al actor / actriz adecuado, el texto puede potenciarse.

Y creemos, que esto precisamente es lo que ocurre en este caso, ya que Cecilia Cósero, una actriz muy talentosa, a la que desde este sitio ya elogiamos en varias oportunidades, se abraza con pasión a este texto en formato de unipersonal y realiza una composición magnífica. Es admirable, como lleva adelante el relato, con la cadencia justa y manejando muy bien los diferentes registros emocionales que irá transitando la historia. Los recuerdos irán llegando y ella tratará de pasar rápido los momentos tristes y dando mayor relieve a los recuerdos agradables, reforzando la importancia de los mismos.

 

 

 


 


Nos encanta el logrado acento italiano que le imprime a su relato. lo lindo que pronuncia algunas palabras y esa emocionalidad a flor de piel, que logra transmitir al espectador. Está a la vista que la protagonista se siente muy a gusto con el texto y con la puesta que propone la directora, que le permiten manejar a piacere los tiempos del relato. Una observación interesante a señalar, es que Cecilia es uruguaya y vino a Buenos Aires, en busca de un mejor destino y esto en algún punto, la hace coincidir con el personaje de Antonia que dejó su Italia natal, con la esperanza de encontrar un mejor futuro en Argentina. Si bien la época y las distancias difieren, ambas son inmigrantes y esto ya es una apreciación personal, pero creemos que esta coincidencia, hacen que Cecilia se sienta atravesada de manera especial por la historia.

La puesta que propone Graciela Schuster es austera en recursos, con pocos elementos sobre el escenario, se refuerza la idea que la protagonista, es una mujer que se encuentra sola en esa Patagonia tan vasta e inabarcable. Aquí lo importante es lo discursivo y eso queda claro en una puesta minimalista, en donde resuena el sonido del viento patagónico de fondo. Debemos destacar el diseño lumínico de Lucas Orchessi, que colabora en generar los diferentes climas que irá pidiendo el relato.

 

 


 

 


No queda mucho más para agregar, como dijimos al comienzo, el texto de Diviesti, propone un viaje con nuestra imaginación, a aquellos años donde Argentina era vista como una tierra de oportunidades, donde llegaban barcos de repletos de inmigrantes europeos que escapaban de las guerras y de las crisis que asolaban el Viejo Continente por aquellos tiempos. Viendo en perspectiva, es triste, ver como las cosas han cambiado tanto, como Argentina cayó en picada y ahora los aviones reemplazaron a los barcos y el sentido de las corrientes migratorias se ha invertido.

Volviendo a la obra, concluimos que Antonia Occhipinti, tiene un texto bello y pleno de poesía, que nos invita a viajar por el mundo del cine y por los recuerdos de esta inmigrante italiana, que pese a la sufrida vida que tuvo aquí, lejos de su familia y sus pagos, sabe que a veces la soledad puede ser la mejor compañia y que lo único que no debe hacer, es bajar los brazos, siempre hay tiempo de luchar por sus sueños, que ahora se tiñeron de blanco, ese blanco limpio y puro, que la espera en el fin del mundo, donde Antonia ira con su lora embalsamada, para alcanzar esa felicidad, que debe estar escondida en algún lugar cercano o no tanto, pero que ella tarde o temprano descubrirá.


Pensador Teatral.