Libro y Dirección de Federico León.
Una propuesta muy original, la que nos presenta el talentoso dramaturgo y director Federico León, con Las Ideas, mostrando nuevamente que lo convencional no es lo suyo y que siempre se anima a ofrecer espectáculos diferentes y atractivos para los espectadores.
Recordemos que en su última obra, Las Multitudes, reunió 120 actores en escena, con actores de 5 a 90 años, en la que se hablaba del amor y del paso del tiempo.
Lejos de esa muchedumbre, en Las Ideas, son solamente dos los protagonistas, uno de ellos, es el mismo Federico, que vuelve a ponerse el traje de actor, después de casi diez años de estar del otro lado del escenario, la última obra teatral en la que actúo había sido El Líquido Táctil en 1998.
Lo acompaña en este espectáculo, un viejo conocido, Julian Tello, el protagonista de Las Multitudes, Julian Tello, su amigo, con quien comparte proyectos hace más de quince años.
Pero esta vuelta como actor, es muy particular, ya que como adelantamos, esta no es una obra normal, parece más bien una charla de amigos, que se juntan para repasar ideas y ver cuales de ellas pueden ser parte integrante de una próxima obra de teatro o proyecto.
La puesta es ìntima, los amigos, estàn sentados enfrentados en una mesa de ping pong, Federico con su cumputadora y Julián, con un órgano y una consola de sonido. El espectador parece un voyeur privilegiado , que espía esta reunión de amigos, en pleno proceso creativo, tirando una idea tras otra, para ver cual puede ser más atractiva.
Entre ellos discuten, los límites entre ficción y realidad, intentando resolver que debería ser real en una obra y que ficcionado, representando ejemplos llamativos y provocadores.
Abrirán un botella de whisky y beberan. Será té o sera en verdad whisky ?? Es whisky real ? Pero pueden hacer una obra bebiendo ??? Al segundo o tercer vaso, dirán lo que estaba pautado en el texto o cada función la obra tomará un camino diferente e impensado, de acuerdo a como les pega la bebida ?? La duda recorre el ambiente.
En otro momento fumarán un porro. Es un porro real ? Pero la ley permite fumar un porro en escena ?? Lo buscan en youtube. En plena obra . Y si lo permitiera, podrían hacer una obra fumados ?? Seguirían el libreto o divagarian ?? La obra duraría siempre el mismo tiempo ??
Hay que hacer una llamada telefónica a nuestra novia en el medio de la obra. Hacemos como que llamamos ? O verdaderamente la llamamos en plena función ? Sería eso posible una vez o podría estar esperando el llamado en todas las funciones ???
El mensaje que se busca transmitir, es que siempre será dificil o casi imposible, para el espectador dilucidar si lo que está viendo es real o no. Pero importa eso ?? O lo que verdaderamente importa es que lo que se vea sea verosímil ?
El tema de realidad y ficción es solo un tópico, de los muchos que trata la pieza, que tiene muchas sorpresas preparadas para el espectador.
A lo largo de la obra, los protagonistas jugarán al ping-pong, navegarán por internet, se filmarán y veremos las esas imágenes, que repasarán lo que vimos hace unos instantes, en un ejercicio que descoloca al espectador, que no está habituado al protagonismo de lo audiovisual, en una representación teatral.
Federico que además es cineasta, muestra esa veta, con algunos videos, grabados especialmente para la ocasión y en otros que se editan en vivo en plena función.
La obra es una verdadera caja de Pandora y lo inesperado es lo que sucederá, nada es previsible y el público queda inmerso en medio de esa ingeniosa tormenta de ideas, que abordan los protagonistas, en este verdadero laboratorio escénico, del que somos testigos privilegiados.
La química y el conocimiento de estos dos amigos, se nota y es un valor agregado, ya que parecen entenderse solo mirándose. Federico es el capitán de este barco y Julián es su contramestre, en este mar de ideas en el que navegan.
Destacamos la escenografía de Ariel Vaccaro, con esa mesa de ping pong versátil, que tendrá varios usos. Hay un destacado trabajo de edición y de fotografía, la música y el diseño sonoro a cargo de Diego Vainer es otro ítem a destacar ,al igual que la ingeniosa realización de objetos, a cargo de David D´Orazio, con algunas sopresas que no adelantaremos.
La puesta de carácter minimalista, está muy cuidada, con un diseño de luces, que colabora con ese clima íntimo propuesto, en este espacio tan cálido y particular que es Zelaya ( es realmente la casa del director o es parte de la ficción este dato ?? ) Los espectadores antes de ingresar a la sala, esperan en un parque, con mucho verde, con una hamaca, gatos y una pileta. Cuando dijimos que la obra era muy distinta, podrán comprobar que no exageramos en nada.
En definitiva, celebramos la aparición de propuestas como Las Ideas, laboratorio escénico, creatividad en estado puro, tormenta de ideas, las nuevas y las que alguna vez fueron descartadas dejamos que usted encasille la obra donde le parezca, la premisa con la que se retira el espectador luego de ver la pieza, es que todo es válido en el proceso creativo y gracias a un director, que toma riesgos, seremos partícipes de esta velada creativa, que busca extender los límites entre realidad y ficción.
Nos gustó mucho la obra y por eso la recomendamos, teatro experimental que abre la mente del espectador, que de ninguna manera puede quedar indiferente ante esta inteligente y potente tormenta de ideas, convertida en espectáculo teatral.
Pensador Teatral.