lunes, 28 de enero de 2019

Bien Argentino, La Evolución.

Idea y Dirección General de Ángel Carabajal.









Miércoles a Domingos en Teatro Apolo ( Av.Corrientes 1372 )

Bien Argentino, es una estupenda creación de Ángel Carabajal. Un show donde el folklore, es el corazón de un estupendo espectáculo musical, que tiene muchísimo para ofrecer, ya que además de folklore, disfrutaremos de tangos, rock y más, todo con ADN 100 % argentino y con coreografías realmente logradas por un elenco numeroso y muy talentoso.

Hay músicos en vivo, cantantes, bailarines, humoristas y además en esta versión porteña, se sumaron figuras mediáticas de gran convocatoria. Todo este conjunto, conforman un espectáculo de nivel internacional, con una producción y un despliegue escénico que sorprende por su jerarquía.









Haciendo un poco de historia, contemos brevemente que Carabajal, el creador del espectáculo, tuvo la original idea, de reunir talentos del interior bien profundo de la Argentina, para montar un espectáculo, que viajaría al exterior, para presentarse en diversos festivales y teatros de todo el mundo, llevando la marca de nuestro país, algo que veremos luego pudo conseguir y superar con creces.

La historia de Ángel, nacido en Oncativo, Cordoba, es digna de contarse, ya que es una muestra de superación personal admirable. Con una niñez muy sufrida, ya que fue abandonado por sus padres y estuvo internado en un orfanato, de donde fue rescatado por su abuela. A los 11 años comenzó a bailar y ello en definitiva, fue su tabla de salvación, ya que tuvo momentos muy duros en la vida y su camino pudo ser muy diferente, pero su pasión por la danza y el folklore, le forjaron este presente.








Hoy con sus jóvenes 34 años, Carabajal pudo cumplir varios sueños, primero fundar su propia compañia Sentires y recorrer el mundo, con con su espectáculo Bien Argentino, ganando premios en Francia, Alemania y hasta en Inglaterra. En el 2018 , ya con Bien Argentino, La Evolución, en Carlos Paz, ganó el Carlos de Oro y ahora llega a la calle Corrientes, sumando figuras convocantes, en un mix interesante, que enriquecen aún más el show.

Nos extendimos un poco, pero creemos que la historia de vida brevemene resumida, lo ameritaba. Volviendo al espectáculo, no hay dudas, que el espectador se sorprenderá muy gratamente, con los elaborados números musicales, coreografías modernas, malambos, bombos legueros, boleadoras y hasta agua en el escenario, en algún momento de la función.









El espectáculo tiene una potencia que llega espectador, que desde el arranque se engancha con la propuesta, reconociendo la elaboración y el trabajo que hay en cada cuadro. Además se nota muy comprometidas, a las figuras llamadas para la ocasión, aportando una cuota adicional de glamour al espectáculo. Vamos a mencionarlos, ya que creemos que lo merecen.

Marcelo Iripino, sorprende a propios y extraños, con su estupendo registro vocal y gran versatilidad, para interpretar un repertorio super variado, que incluye desde tangos a temás melódicos y en especial uno de Cacho Castaña, que sin dudas, será uno de los momentos más emotivos de la noche, Excelente lo de Iripino.

Desde el lado femenino, muy destacado lo de Adabel Guerrero, con gran presencia escénica, sorprendiendo, bailando un tango y cantando realmente muy bien, en una faceta, no tan conocida de Adabel.








Noelia Marzol y Celeste Muriega, aportan su belleza y energía al show, con coreografías que destacamos, por su riesgo. Siempre con una sonrisa y con una entrega total, deleitan a la platea masculina. En tanto Fernando Bertona, es quien levanta los suspiros de las mujeres de la sala.

Como dijimos antes, además de música, el espectáculo también tiene momentos humor, en ese rubro se destacan Chelo Rodríguez, con un personaje bonachón y bien campestre y en especial Zaul Showman, que desde antes de arrancar la función, se conecta con el público, mostrando un carisma y una frescura que despiertan carcajadas en los espectadores. Es tan buena su performance, que al final de la función, es uno de lo más ovacionados por el público, siendo sin dudas la revelación de la noche.







Pero el espectáculo es mucho más que las caras conocidas que mencionamos, imposible no destacar a Leandro Rodríguez, Yanina Bulgheroni y Emilio Zapata, los tres cantantes que tiene Bien Argentino. Los siete músicos en vivo, fundamentales para sostener el ritmo del musical y por supuesto los integrantes de la Compañia Sentires, que en cada coreografía se entregan por completo, mostrando sus destrezas y el orgullo que sienten, por ser parte del espectáculo.

Otros rubros, que no podemos dejar de destacar, son el diseño de vestuario de Melisa Bernardi, que combina los tradicional y lo moderno con gran estilo, el diseño de luces de Waldo Ferreira a la altura de un espectáculo de este nivel y desde ya, la dirección general de Ángel Carabajal, que logra coordinar tantos recursos  en el escenario al mismo tiempo, logrando que todos se sientan parte importante del proyecto, tarea nada sencilla, en grupos numerosos.










Hay muchas sorpresas que no contaremos, como una pantalla gigante que proyectará algunas imágenes muy emotivas de nuestra historia, aparecerá algún famoso en la sala y hasta allí contamos dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra mas.

Bueno, no queda mucho más que decir, realmente quedamos encantados, al descubrir un espectáculo de enorme jerarquía y tan generoso con el público que paga su entrada, en épocas donde el dinero no sobra y recibe a cambio, un show muy completo, que gracias a una producción de envergadura,  presenta un despliegue escénico fantástico.

El teatro colmado y la ovación de pie, que el público le brinda a los artistas al final de la función, emociona a quien escribe estas líneas y no deja dudas que Bien Argentino, es un espectáculo que no podemos dejar de ver, ya que además de disfrutar de un show de nivel internacional, al menos por un rato, sentiremos el orgullo, de ser bien argentinos.



Pensador Teatral.


jueves, 17 de enero de 2019

Freno de Mano

Dramaturgia de Victor Winer y Dirección de Rubén Pires.








Jueves a Domingo en Teatro La Comedia ( Rodríguez Peña 1062 )

Comedia negra escrita en el 2001 por el reconocido dramaturgo argentino Victor Winer, obra representada por todo el país y también llevada a escenarios de Portugal o España, mostrando la universalidad del texto.

La historia tendrá como contexto la crisis, que sufre Argentina, que lamentablemente al ser cíclica, tiene una vigencia permanente, confirmando que los argentinos,  tenemos una tolerancia y un entrenamiento especial, que nos permiten sobrevivir, en los momentos más complicados.








Y en ese contexto, aparecen Matilde ( María José Gabín ) y José ( Esteban Prol ) una pareja que haciendo juego con el país, atraviesa su propia crisis emocional y económica. Parecen cansados y abatidos, por una vida que no les resulta sencilla y entonces piensan en soluciones milagrosas, que les cambie la suerte.

Las acciones se desarrollan en la habitación de un hospital, donde Matilde espera que la operen. José llega a visitarla con unas empanadas y se entera que la operación será al día siguiente, algo que puede poner en jaque su plan, que incluía un viaje a los Estados Unidos.

Sin contar demasiado para mantener el suspenso, contemos que José " trabaja " como testigo falso, dando testimonios a pedido de abogados caranchos, permitiendo ganar demandas por accidentes falsos. Pero eso le deja poca plata y entonces, se le ocurre la idea salvadora de viajar a los Estados Unidos, para simular su propio accidente de tránsito y cobrar una millonaria indemnización. El plan suena disparatado, pero José sostiene que tiene todo calculado.








La idealización de un primer mundo donde todo funciona, en contraste con lo que sucede en el país, es un guiño muy interesante que introduce el autor, tomando un pensamiento bastante generalizado en gran parte de la sociedad, que piensa que la salida a los problemas está en Ezeiza.

Pero Matilde, no quiere que su marido viaje y la deje sola, ella vé otras soluciones, como por ejemplo, ganar la lotería o hasta vender un riñón, aprovechando su estadía en el hospital. Es preferible eso, a que su esposo, vaya al exterior a simular un accidente y encima lo acompañe en esa travesía, una prima divorciada, que le echó el ojo.








El desarrollo y los diálogos por momentos parecen grotescos y disparatados, sin embargo el espectador se identifica con los personajes, los siente cercanos y también reconoce esas ideas milagrosas, que todos en algún momento tuvimos.

La dirección del premiado Rubén Pires es acertada, con el contexto de la crisis del país, no baja linea, prefiere crear interrogantes y se centra en los pequeños detalles, poniendo la lupa, en lo que le sucede a los personajes. Para que esta idea, llegue a buen puerto, hay que tener buenos intérpretes y hay una muy buena elección de la pareja protagónica.

En nuestra opinión, quien lleva el peso de la historia y se luce en gran forma, es Esteban Prol, que realiza una excelente composición de su personaje, con un histrionismo a flor de piel, para un José medio chanta y algo culposo. Destacamos su expresividad corporal, sus caras y una entrega total, que el público reconoce.









Su compañera María José Gabín, una de las fundadoras del recordado Gambas al Ajillo, es su partenaire perfecta, sumándose al juego que propone el director. Muy bueno lo de María José, a quien el año destacamos, por su actuación en Idiota con Luis Machín. Aquí vuelve a lucirse, junto a Prol, con un personaje algo naif, que también juega mucho con su cuerpo ( hay cositas de clown en la performance de ambos )

Hay mucha química entre los protagonistas, que pese a las situaciones desafortunadas que deben narrar, se nota que se divierten en el escenario y eso es algo que el espectador siempre agradece.
No dejemos de mencionar a Iardena Stilman, la tercera en discordia, la prima, que desde un papel secundario, cumple muy bien y le pone condimento a la historia.






Nos gustó mucho la escenografía, simulando una sala de hospital, con esas ventanales a ambos lados del escenario, que dán a la calle y saben marcan la diferencia con ese exterior tan hostil.

En definitiva, estamos en presencia de una comedia negra, que presenta deliciosas actuaciones actuaciones y nos servirá para reflexionar, acerca de como los argentinos, parecemos tener un doctorado en la materia de sobrevivir en épocas de crisis y como las personas comunes, se las deben rebuscar, para encontrar esa tabla salvadora, que les permite mantenerse a flote.

El cálido y prolongado aplauso que reciben los protagonistas al final de la función, es un justo premio por la divertida noche teatral que nos regalaron y confirmar que en tiempos de crisis, la risa siempre es sanadora.




Pensador Teatral.

sábado, 12 de enero de 2019

Madre Coraje

Dramaturgia de Bertolt Brecht y Dirección de José María Muscari.








Viernes a Domingos en Teatro Regina ( Av. Santa Fé 1235 )

Sin lugar a dudas Madre Coraje, es una de las obras más relevantes escritas por el reconocido dramaturgo alemán Bertolt Brecht, que exiliado de su patria, en momentos que Hitler asumió el poder, se inspiró para escribir un texto que habla de la guerra y de sus efectos devastadores.

La pieza de Brecht, se sitúa en la Guerra de los Treinta Años ( 1618-1648 ) y cuenta la historia de una madre, que sola y al cuidado de sus tres hijos, se ganaba la vida, como vendedora ambulante, llevando su carromato, por las ciudades en guerra, para comerciar en esos territorios arrasados, tratando de aprovechar las necesidades provocadas por un conflicto bélico que parecía interminable.










Para Madre Coraje, la guerra resultaba contradictoria, si bien parecía ser quien le otorgaba beneficios económicos, al poder comerciar y especular con ella, el precio que pagaría por ese supuesto provecho, sería altísimo, ya que sus hijos estaban en permanente peligro y terminarían sufriendo las consecuencias.

El desafío para Muscari era importante, ya que por un lado Brecht tiene fama de ser un autor, destinado a un público entendido. Además este clásico, que tiene una potencia dramática increíble, fue escrito hace más de ochenta años y todos conocemos los riesgos de elegir piezas, alumbradas en una realidad que puede resultar lejana y resultar anticuadas, a los ojos de hoy.

No hay dudas, que José María, es un director que más allá de su talento, es muy versátil y no se achica ante los retos, por más complicados que estos parezcan. Entonces basado en su experiencia, en haber dirigido dos clásicos antes que este, como Electra y La Casa de Bernarda Alba, redobla su apuesta y nos presenta esta estupenda adaptación de Madre Coraje, que en su primera temporada, tuvo un sorprendente éxito de crítica y de público, agotando las localidades en cada de una de sus funciones, dentro del exigente circuito oficial.










Cuales son las razones que explican estos excelentes resultados ? En nuestra opinión, los motivos son varios. En primer lugar, conseguir una adaptación aggiornada a estos tiempos, ofreciendo un Brecht amigable, que resulte entendible para todos los públicos. El mérito radica, en lograr esto, sin que el texto, pierda el espíritu que le dió el autor, logrando una puesta desacartonada y con toques modernos, sin tantos formalismos, donde conservando el drama y la potencia del guión, se logra descontracturar con pasajes de humor y un desenfado, que pocos autores, se animaría a introducir en un texto de este tipo. Muscari es uno de esos atrevidos y los riesgos que asumió son los que le permitieron conseguir una puesta entretenida y muy atractiva para el espectador, que en muchos casos, conoce la obra de Brecht por primera vez.

La Madre de Coraje de José María es atemporal, lo que vemos pudo haber acontecido hace siglos o estar ocurriendo ahora mismo, ya que la vigencia del tema, dejan claro, que la crueldad de la guerra, los vicios de los poderosos y el hambre de muchas personas, es una realidad que reconocemos y que lamentablemente está muy presente en este mundo.









La obra, nada sencilla de representar, por la cantidad de actores que requiere y por la profundidad del texto, había tenido dos antecedentes en Argentina. La primera en 1954 protagonizada por Alejandra Boero y la segunda en 1989 por Cipe Lincovski. Debieron pasar veinte años, para que alguien se decidiera a recoger el guante y fue Muscari quien los hizo con una versión más acotada en la duración y en el número de personajes, con nueve actores en escena ( contra los más de veinte que pide el libro original ) y con una versión más moderna, que logra transmitir el mensaje del autor, con  condimentos agregados, que llevan el sello del director.

Ya hablamos de los méritos de la adaptación, pero como decimos siempre, las ideas pueden ser excelentes, pero sin no conseguimos luego, quien las defienda en el escenario, en vano habrá sido el intento. En este caso Muscari, se vale de un elenco de lujo y una cabeza de compañia, que nos regalará un protagónico que resultará inolvidable y quedará grabado en las mejores páginas de nuestro teatro.

Nos estamos refiriendo a la enorme Claudia Lapaco, una actriz de una trayectoria inmensa, que a los 78 años ( lo decimos por que ella,  no oculta su edad ), nos ofrece una interpretación brillante. Impresiona su energía y conmueve su entrega,  se la nota dueña de la escena, disfrutando cada instante de un protagónico que exige muchísimo y que ella resuelve con un oficio admirable. Quien piense que estamos exagerando en los elogios, seguramente no vió la obra aún, porque quien ya la ha visto,  se dará cuenta que nos quedamos cortos. Conmovedora y superlativa interpretación de Claudia Lapaco, un verdadero deleite, poder verla lucir en este papel, que parece hecho a su medida.










Pero Lapaco no está sola en escena ni mucho menos, Muscari convocó a un elenco de una calidad que pocos espectáculos pueden soñar. Arrancando por el gran Osvaldo Santoro, con su carisma de siempre, interpretando a un cura bastante advedenizo, que pone muchas gracia a la trama,

Los hijos varones de Madre Coraje, son pilares importantes de la historia y tanto Martín Slipak, como Esteban Pérez, además de conseguir suspiros de la platea masculina, logran lucirse en cada una de sus intervenciones.

La dupla militar de la obra,  la forman, Héctor Diaz que es garantía en cualquier papel que le toque y Emilio Bardi, otro actor de vasta experiencia. Los dos saben retratar el autoritarismo y el grotesco de los poderosos, con algunas escenas que nos recuerdan a algunos personajes de la última dictadura.










Moro Anghileri, le aporta glamour y belleza a la obra, con mucho desparpajo y ejemplificando, como en muchos casos, arroparse cerca del poder de turno, tiene sus privilegios. Nos gustó mucho lo de Moro. En el mismo alto nivel, mencionamos a Silvina Bosco, otra actriz que nos encanta, con mucha trayectoria en el teatro, siendo otra actriz, que siempre rinde, cualquiera sea el papel que le toque, aquí es una cocinera sufrida, que debe soportar con estoicismo, los embates de la guerra.

Para el final y no de manera casual, dejamos a Iride Mockert, la hija muda de Madre Coraje. Su interpretación es admirable, sin decir una palabra, muestra una expresividad que sorprende. El año pasado la vimos a Iride, en una actuación estupenda en El fruto más Amargo. Acá en un papel, absolutamente diferente, se convierte en la gran revelación de la obra, desde un personaje muy complejo. Basta decir, que luego de Claudia Lapacó y de Osvaldo Soriano, Iride es quien recibe las mayores ovaciones del público al final de la obra.







Como mencionamos, no es sencillo reunir nueve actores en escena y todos ellos de primer nivel, sin dudas que Muscari, además de un gran director, es un gran seductor y los actores, siempre quieren estar en sus proyectos, porque saben la seriedad con la que trabaja José María
 y que el éxito siempre parece buscarlo.

A interpretaciones tan destacadas, hay que sumarle una puesta muy atractiva, que aggiorna mucho la pieza y le suma valor, con un diseño lumínico más que destacado, un vestuario de Magda Banach, que es uno de los puntos altos de esta versión aportando mucho colorido y hay momentos musicales muy bien intercalados. La puesta logra darle muy buena dinámica a la trama,  algo que en un clásico, con mucho texto, es fundamental para que el interés del público no decaiga en ningún momento.








Bien, no queda mucha por agregar, la historia de Brecht, sirve para reflexionar, pero no baja línea, deja que el espectador saque sus propias conclusiones, sin dudas veremos como la guerra siempre causa estragos y como muchas veces las personas deben adaptarse a penosas circunstancias para poder sobrevivir Además se expone como el dinero y lo material, en todas las épocas tuvo capital importancia y como en la mayoría de las ocasiones, son los que pagan el delirio y las ambiciones trasnochadas, de los poderosos señores de la guerra.

En definitiva, celebramos la segunda temporada de Madre Coraje y le auguramos igual o mayor éxito que el tenido el año pasado. Motivos para el suceso sobran, estamos en presencia, de un clásico que muestra su absoluta vigencia, un director enfocado que consigue una adaptación dinámica y que sabe transmitir el mensaje de Brecht de manera atractiva.  Si a esto le sumamos una puesta muy rica, con numerosos rubros a destacar y actuaciones superlativas del gran elenco reunido, no quedan dudas, que Madre Coraje, es una de esas obras que la generosa cartelera porteña nos ofrece y no debemos dejar de ver.




Pensador Teatral.



jueves, 27 de diciembre de 2018

Muerte Accidental de un Anarquista

Dramaturgia de Darío Fo y Dirección de Leonardo Prestía.









Muerte Accidental de un Anarquista, posiblemente sea la obra más conocida del dramaturgo y escritor italiano Darío Fó, que falleció en el 2016, a los 90 años. Considerado uno de los autores italianos más prestigiosos del siglo XX , entre otros reconocimientos, ganó el Premio Nobel de Literatura en 1997.

Estrenada en 1970, en una Italia dominada por un fascismo creciente, la pieza se inspira en la muerte de Giuseppe Pinelli, empleado ferroviario, que fue detenido por la policía, por ser sospechoso de un atentado con bombas en Piazza Fontana. Tiempo más tarde se comprobó que el atentado fue ejecutado por organizaciones neofascistas, que nada tenían que ver con Pinelli, que fue detenido solo por ser ferroviario y por su ideología anarquista.

El problema radica, en que mientras era interrogado por la policía, el anarquista cayó de manera misteriosa desde la ventana del cuarto piso de la comisaría de Milán donde se encontraba detenido, falleciendo en el acto.










En la historia de Fo, este hecho será el disparador de una trama satírica, donde aparecerá un loco al que le gusta representar diferentes papeles, es decir adoptar algún oficio y simular ser un experto en la materia.

En esta ocasión, había sido detenido luego de haber tomado la identidad de un doctor. Ya había caído en prisión antes y el oficial Bertozzo cansado ya de sus tonterias, decide liberarlo, con tal de no verlo más. Pero el loco, que tenia como anhelo ser juez, tenía otros planes y casi sin pensarlo, cumplirá su sueño, de representar ese papel. Para cumplir su objetivo, antes de ir a la comisaria, revisando un escritorio vacío,  tomará al azar un expediente, que justo resulta ser el del anarquista muerto y luego de leerlo, decidirá que ese será el caso ideal para probar sus condiciones como juez.

De manera muy graciosa, el loco logrará que las autoridades máximas de la comisaría, realmente crean que se trata de un representante de la justicia, enviado  como veedor del caso y entonces los policías, temerosos de las consecuencias que podría desencadenar una investigación seria del caso, prestarán cooperación y tratarán de explicar lo inexplicable.








Hasta allí contaremos, dejaremos que los espectadores, cuando vean la obra descubran hasta donde podrá llegar el loco con su representación y si finalmente los policías se darán cuenta del engaño.

Las actuaciones que presenta la obra, tiene muchos puntos altos. En primer lugar debemos mencionar a Gastón Padovan, El Loco, que se calza el traje de protagonista de la obra y le queda muy bien, con un histrionismo que hay que resaltar y mantiene a lo largo de la trama, algo nada sencillo, ya que está todo el tiempo en eseena. A Gastón, lo conocíamos delTeatro El Ojo, gran sala del off dirigida por Luis Agustoni, pero aquí nos sorprende para bien, ya que afronta de muy buena forma, el rol de protagonista.

A continuación, debemos mencionar a Gerardo Baamonde, como el Jefe de la Comisaría, que nos regala una actuación soberbia, siendo para nosotros la mejor interpretación de la noche, con una presencia escénica y una llegada al público, que se nota en las risas que generan cada una de sus intervenciones, como gesticula, sus caras, etc. No vamos a descubrir nosotros, la calidad de Gerardo como actor, pero si hay que reconocer, que luce muchísimo.-










Del lado policial, hay muy buenos trabajos de Adrián Molteni, como el temperamental y verborrágico Spadafora, en otra muy buen composición. En la misma sintonia, mencionar al malhumorado Bertozzo, representado por Carlos Scrillati. Muy buen trabajo de ambos.

Desde papeles menores, pero haciendo muy buen aporte, debemos mencionar a Valeria de Luque, la única mujer de la historia, que es su papel de periodista, amenazará la coraza de los policías  y Gustavo Inglide, como el eslabón menor en la jerarquía policial. Desde papeles secundarios, los dos cumplen.

Muy buenas interpretaciones, en una puesta atractiva y muy entretenida, donde Leonardo Prestía, logra captar el mensaje del autor, que cuestiona al poder, logrando en clave del humor, hacer una crítica bastante despiadada al accionar de las fuerzas de seguridad ( en este caso la policía ), mostrando como muchas veces, puede tejer alianzas con la justicia y en vez de tratar de esclarecer los delitos y llegar a la verdad, como debería ser su fin, prefiere entrar en manejos poco claros.










En definitiva, una propuesta interesante, que con una mirada desde el grotesco, desnuda una cara del poder policial, bastante conocida, ya que la obra, si bien se escribió hace más de 40 años en Italia, en un contexto particular, releyendo el libro, concluimos, que tranquilamente la historia podría trasladarse a la Argentina de estos tiempos, donde el desprestigio de las instituciones, es cada vez mayor.

Solo queda recomendar esta versión de Muerte Accidental de un Anarquista, una manera de conocer una de las piezas más emblemáticas del dramaturgo italiano, que con mucho humor, de manera satírica, pero certera a la vez, pone sobre el tapete como muchas veces el poder y la justicia, se unen, pero no para hacer el bien.



Pensador Teatral-

Trágica

Dramaturgia y Dirección de Hernán Lewkowicz.







Una gratísima sorpresa nos llevamos con Trágica, casi en el final de este año, ya que encontramos una propuesta original y muy divertida, que consigue unir los clásicos de William Shakespeare, con nuestro teatro independiente, desde la mirada de una modesta compañia teatral.

La idea es arriesgada, ya que no se centra en un solo clásico de Shakespeare, sino que tendremos fragmentos de tres obras, Hamlet, Othelo y Ricardo III. La virtud del autor, es mechar esos pasajes shakespereanos, que la mayoría del público reconoce, con la cotidianeidad de los integrantes del elenco teatral, que presentan sus conflictos entre ellos, los celos, los miedos y muchas situaciones que se viven dentro de cualquier compañia de teatro independiente.

Trágica tiene en su composición, mucho de teatro dentro del teatro, lo que le otorga un plus, que disfrutarán muchísimos, aquellas personas que están relacionadas con el mundo del teatro, ya sea por ser integrante del mismo o por ser asiduo espectador, ya que se hablará mucho de situaciones que se viven previo a las funciones, durante y después, es decir todos los rituales que se dan en cada función.








La trama es muy entretenida y se dan situaciones desopilantes, que generan muchas risas en la platea y esta es una de esas obras, donde el peso de las actuaciones tienen una importancia fundamental. En este caso, al tener interpretaciones, que se destacan tanto, se explica el buen funcionamiento de la pieza, que está dividida en tres bloques, uno para cada tragedia shakespereana, que mencionamos antes.

Arranquemos por Hernán Lewkowicz, que es la pieza fundamental del proyecto, ya que además de ser el autor y el director, es quien tendrá a cargo, los personajes centrales de cada bloque, interpretando a Hamlet, Othelo y Ricardo III, pavada de papeles, para un actor que luce soberbio, egocéntrico y con muchas dudas existenciales, tantas que hasta amenaza con no presentarse en el escenario, a minutos de arrancar la función. Soberbia labor de Hernán, con una presencia y una entrega que no pasan desapercibidas.








Enseguida mencionamos a Nacho del Vecchio, que tiene el gran desafío de representar a una drag queen, para quien no conocía el término como nosotros, se refiere a aquel hombre que actúa vestido de mujer, sin buscar imitarla y exhibiendo maneras exageradamente femeninas. Aquel que no comprendió bien, lo hará al ver la obra, donde interpretará a Desdémona, Lady Ana o simplemente a una actriz, que dejó la noche de boliches del Sur del Conurbano, para dedicarse a su pasión por las tablas. Un gran trabajo el de Nacho, que resuelve de manera estupenda, un papel muy complejo, siendo además quien más risas genera.

Y el triángulo virtuoso se completa con Ailin Zaninovich, una joven actriz, que en Trágica será precisamente una actriz novata, que está dando sus primeros pasos en la carrera. Vino del Interior a la gran ciudad y le cuesta mucho el cambio. Deliciosa la composición de Ailin, con un toque naif, aportando frescura y belleza a la puesta. Nos gustó mucho su trabajo.

Como pueden apreciar, un elenco muy joven y entusiasta, que tuvo muchos meses de ensayos, para llegar a este producto final que vemos, hay mucha química entre ellos, siendo un bloque muy unido en el conjunto, además de tener todos, momentos de lucimiento individual.









En cuanto a la puesta, realmente tiene muchos puntos meritorios, el principal el vestuario de época medieval, que lucen los protagonistas,para el aplauso hay un muy buen diseño sonoro y una escenografía que combina muy bien lo antiguo, con lo clásico, con un trono que se luce mucho,

En conclusión, Trágica es una bocanada de aire fresco, una propuesta desacartonada y muy divertida, que busca acercar los textos clásicos a un público, que tal vez nunca los vió cercanos y lo hace de manera muy efectiva, ya que lo mecha, con los entretelones que rodean al teatro independiente y sus integrantes.

Celebramos entonces la original idea del autor, apoyado en las magníficas actuaciones que presenta la obra y en una puesta muy atractiva. Esperamos que en la próxima temporada, la obra siga teniendo recorrido, ya que este año, fueron pocas funciones y debido a la muy buena respuesta del público, se debieron sumar funciones, mostrando que los clásicos además de estar siempre vigentes, pueden tratarse desde un enfoque, irreverentemente creativo y muy divertido.




Pensador Teatral.



domingo, 16 de diciembre de 2018

Hasta el Mismo Día en que te Perdí

Dramaturgia y Dirección de Diego Brienza.









Algunas obras, tienen como principal característica, invitar al espectador a emprender un viaje, donde la imaginación será el medio para trasladarnos a los mundos fantásticos, creados por el autor y Hasta el Mismo Día en que Perdí, es una de esas piezas.

La dramaturgia que nos propone Brienza, es muy original, riquísima en matices y con un despliegue escénico y actoral, que no es usual en el teatro independiente y por ellos debemos destacar, ya que el espectador se sorprende muy gratamente con la generosidad de la propuesta.

La obra nos presenta la historia de un matrimonio conformada por Alba ( Analía Sanchez ) y su esposo ( Daniel Aizcovich ), que es bastante mayor que ella. La vida cotidiana de la pareja luce tediosa, la mujer tiene varios delirios, entre ellos añorar la falta de una pierna, algo que ella imagina, porque la pierna la tiene. Su esposo la mayoría de las veces elige seguirle la corriente, no quiere irritarla, prefiere evitar las discusiones y ocupar su tiempo creando objetos en su taller, para no tener que pensar demasiado.









El motor en esta particular pareja, son sus recuerdos, se nutren de ellos para seguir adelante, pero de una manera especial, la mujer tiene memoria selectiva y elige solo tener registro de los recuerdos que la hicieron feliz, descartando los tristes. En cambio su esposo, modifica los recuerdos a su conveniencia, aunque no lo hace de manera voluntaria.

En la estructura que presenta el autor para la historia, tendrá fundamental importancia la figura de Enrique Dumont, como relator, que de manera muy coloquial, nos comentará características y comportamientos de la pareja y conectará ese presente, con los recuerdos vívidos por ese hombre y esa mujer, años atrás.








Y allí, con esos recuerdos es donde comienza el viaje algo delirante que Brienza nos propone, donde el origen español de la familia de Alba, recreará instantes del pasado que quedaron grabados en su mente. Reuniones familiares, con salero y mucha música, apareciendo el flamenco, recitados, coreografías y hasta tangos, en largas reuniones familiares.

Los recuerdos del hombre, tendrán con ver con su familia y una hermanita que llegó a la familia despertando los celos, de otro de los hermanos.

Hasta allí contaremos, la obra tiene muchos momentos desopilantes ( por ejemplo, es la primera vez que vemos a un soldador trabajando en vivo, con máscara y todo) y otros pasajes que invitarán a la reflexión, teniendo una dinámica y un ritmo, que provocan que el interés del público no decaiga nunca, siendo fundamental para esto las interpretaciones de un nutrido elenco, que se entrega por completo, al viaje onírico que propone el autor.








Son más de diez actores en escena y todos tienen sus momentos de lucimiento, por eso vamos a mencionar en algunas líneas de las interpretaciones, corriendo el riesgo de hacer algo extensa la reseña, pero realmente lo merecen.

Arranquemos por el matrimonio, con personalidades muy distintas ambos, Ana Sänchez, interpreta a una mujer obsesionada por recuperar esa pierna que dice no tener y está permanentemente reclamando a su esposo, es muy demandante. Daniel Aizcovich, como el esposo, realiza una gran composición de su personaje, que nunca pierde la calma, se nota que pese a todo ama a su mujer y por eso le tiene una paciencia, casi infinita. Una dupla que sabe marcar los contrastes y que funciona muy bien, la formada por Ana y Daniel. Destacamos la labor de quienes en definitiva, son los grandes protagonistas de la obra.










Como dijimos antes, la idea de incluir un narrador fue muy original y su papel es central en la trama, ya que será quien mueva los hilos de la historia. Es un lujo y una satisfacción, ver en este papel a Enrique Dumont, hijo del recordado Úlises, con muchos guiños, que nos recuerdan a su padre. Destacamos su bonhomia y la cadencia que le imprime al relato.

Pasando ya al mundo de los recuerdos, hay una gran labor de todos los que integran ese universo, ya que en la mayoría de los casos, desdoblan a más de un personaje, algo que no es sencillo,  debiendo cambiar en varias ocasiones sus atuendos y sus registros vocales.

 Magnífica actuación del tío, Cristián Sabaz, que oficia de maestro de ceremonia de estas fiestas tan ibéricas y además es el único peronista de la familia ( no vamos a ahondar en este tema, que hará reír mucho al público ). Cristián, es un actor de gran experiencia y aporta mucha presencia escénica.  En el mismo nivel de virtud , mencionamos a Diego Santos, como Manolito el hermano de Alba. Destacamos su histrionismo y su oficio como cantante, ya que nos regala unas interpretaciones exquisitas, entre ellas algunos tangos.










Yendo al ala femenina, no pasa desaparcibida, la hermosa la voz de Janina Levín que se disfruta en varias canciones, seguimos con el desparpajo y el glamour de Inge Martin, como la madre de Alba y la versatilidad de Claudia Mac Auiliffe, a quien elogiamos este año por su protagónico en El Misterio del Ramos de Rosas. Las tres actrices mencionadas, desde papeles secundarios se lucen muchísimo, De igual manera, Candelaria Castañón. unas de las bailaoras, con una sonrisa que tiene pintada, se destaca mucho y junto a Lourdes Castagna, aportan belleza y frescura en varios momentos de la trama.

Estamos en presencia de una obra, donde la música en vivo, tiene gran destaque, siendo Esteban Rozenszain con su piano, quien marca el compás de los números musicales, que presenta el espectáculo. Debemos resaltar el diseño lumínico de Francisco Varela, con mucho colorido y el vestuario de Cecilia Zuvialde, que aporta distinción a los personajes. La obra es muy bella estéticamente y se nota que se cuidan todos los detalles.











Hasta aquí contaremos,  Hasta el mismo día ... es una obra plena de metáforas, que de ninguna manera puede pasar desapercibida, ya que tiene una originalidad y una locura que contagia al espectador, que una vez que se pone en sintonía con la propuesta del autor, se entregará por completo al viaje que le proponen, donde el flamenco, el sainete y principalmente los recuerdos, serán los amos de la noche.

La obra tuvo una gran respuesta del público desde su estreno, algo que se explica por el generoso despliegue que presenta un espectáculo, que además de sorprender al espectador, lo seduce y lo invita a volar con su imaginación, junto a este grupo de actores talentosos.

Por todo lo comentado, solo queda recomendar la obra, que ya anunció volverá el próximo año a escena, para que magia del teatro mediante, podamos jugar también con los recuerdos felices que habitan en nuestra mente y muchas veces sin darnos cuenta, nos sirven de escudo para soportar las pérdidas y mitigar ese dolor, que la vida siempre nos presenta.




Pensador Teatral.


viernes, 14 de diciembre de 2018

Un Rincón en el Mundo

Dramaturgia y Dirección de Gastón Cocchiarale.








Viernes y Sábados 20 30 hs en Espacio Polonia ( Fitz Roy 1477 )

Un Rincón en el Mundo, es la segunda pieza escrita por el joven actor y director Gastón Cocchiarale, que con solo 26 años, continuando con su carrera ascendente, mostrando que cuando hay talento y trabajo, se pueden crear espectáculos de excelente factura, sin importar la edad.  Para lograrlo además de ofrecer una dramaturgia muy bien elaborada, se vale de un elenco también muy joven y de mucha valía, que se muestra comprometido con el proyecto.

A Gastón seguramente muchos lo habrán visto lucirse y mucho en El Clan, la película protagonizada por Guillermo Francella, que nos hablaba del nefasto Clan Puccio y donde  interpretaba a Maguila Puccio. Yendo al teatro, lo vimos brillar protagonizando La Forma de las Cosas, de gran éxito en el Método Kairos y a su faceta de autor, el año pasado, tuvimos la suerte de ver su opera prima como dramaturgo, en Digan Whisky, una obra que se presentó con gran suceso, también en el Kairos y donde se retrataba a una familia de clase media, con muchos problemas de comunicación.








Esta, su segunda obra, coincide con su primera, en la gran respuesta de público que tiene, llenando la sala del Espacio Polonia en doble función, cada fin de semana desde su estreno, algo que pocas piezas consiguen y en referencia a la temática, si bien vuelve a explorar vínculos familiares,  en este caso, el eje del relato serán tres hermanas, que no llevan una vida fácil.

La trama es atrapante, el espectador la encuentra cercana y se engancha desde la primera escena. Sin adelantar mucho, contemos que la historia, se sitúa en un pueblo del interior, siendo este el primer gran acierto del autor, ya que sabe reflejar de manera fiel, como es la vida diaria en esas ciudades chicas, donde todos se conocen y nada de lo que se hace, puede pasar desapercibido o quedar al margen de las habladurías.







Con ese marco de fondo, veremos como las tres hermanas se reúnen en la casa familiar, en un momento muy complicado de sus vidas y no exageramos, porque una de ellas, la menor, acaba de salir ese día de prisión, bajo fianza, luego de haberle pegado un tiro a su esposo, que se encuentra en terapia intensiva, sin aparecer claros en esos momentos, las razones de semejante acto. La madre de las hermanas, murió de manera trágica hace unos años y el padre, jefe de familia dueño de un almacén familiar, se encuentra internado hace varios días, debido a una enfermedad crónica.

El panorama es complicado y la tensión se percibe en el ambiente. Cada una de las hermanas guarda un secreto y no parecen estar dispuestas a revelarlo. Les vendría bien el desahogo, pero no se animan a romper el silencio, porque hay que cuidar las apariencias y mostrarse feliz para el afuera, mostrarse tristes es un síntoma de debilidad, que no quieren dar y el miedo a decir la verdad, las atormenta.

La situación familiar se torna crítica, extrema y el velo finalmente se correrá, trayendo consecuencias impensadas... Hasta allí contaremos, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra, que historias de vida, ocultan esas mujeres, que tan lejos están de tener una vida feliz y como hacen para superar las dificultades que se presentan.








Como mencionamos antes la trama es envolvente y rica en matices, con momentos de humor, que harán reír mucho a la platea, pero también presentará situaciones de conflicto entre las hermanas y  dará lugar al tema de la violencia de género, con una actualidad, que resultará sorprendente.

Estamos en presencia de un guión muy logrado, que logra anclaje en la realidad, pudiendo ver en el escenario, a una típica familia que podría vivir en cualquier pueblo de nuestro país, con sus problemáticas habituales, Pero sin dudas que una de las claves de la buena aceptación que tiene la pieza, son sus excelentes actuaciones, hay notables composiciones de personajes, de los 5 actores, que entre otras características, tienen ese estilo campechano de la vida pueblerina.

A nuestro entender, en actuaciones muy parejas, quien más se destaca es Antonela Rossi, como Lili, con gran presencia escénica, la mayor de las hermanas, la que tomó un poco el rol de madre y de protectora de la familia. Nos encantó su interpretación, muy expresiva, transitando los diferentes registros que le pide su papel, queriendo resolver todos los problemas de la familia y sin tiempo para pensar en ella misma. Deliciosa la composición de Antonela, nos encantó su interpretación.








Enseguida debemos mencionar a Tamara Liberati, una jóven actriz, a quien ya elogiamos por anteriores trabajos y acá volvemos a hacerlo, compone a Bárbara, personaje que es el centro de la historia, ya que fue, quien disparó contra su marido y se niega a explicar porque. Un personaje muy difícil, que resuelve en gran forma, regalando algunas escenas conmovedoras, como un monólogo, donde literalmente, deja mudos a los espectadores, por la crudeza del su relato. Estupenda actuación de Tamara, una actriz con mucho ángel y con un futuro muy prometedor.

Estamos siendo injustos con Martina Navarro, ella es Mily y vuelve a su pueblo, con aires de estrella, por ser una actriz conocida en Buenos Aires, aunque este dato, tal vez no sea tan real. Su dependencia por el alcohol y el cigarrillo, dan indicios, que su carrera no es tan exitosa como quiere hacer creer al resto y su retorno, sin dudas revivirá muchas heridas del pasado. Muy bueno lo de Martina, con un histrionismo a flor de piel.

Las tres actrices se lucen mucho en lo individual, mostrando sus diferentes personalidades, pero también logran muy buena conexión entre ellas, dejando traslucir que pese a las diferencias y celos que se tienen, en especial entre Lili y Mily, el amor entre ellas es muy grande. Cualquier semejanza con la vida real, es mera coincidencia.








No dejemos de mencionar a los dos hombres que tiene la historia, que desde personajes secundarios, aportan lo suyo, nos referimos a Ulises Barzi Gabras, que compone a un bonachón Pablo, que trabaja en el almacén familiar y pese a estar a punto de ser padre, no puede olvidar su intensa y vieja relación con Mily, que se cortó cuando ella dejó el pueblo. Es el personaje más querible de la historia.  Por último, nombrar a Facundo Salómon, el joven abogado, que deberá luchar contra los poderosos del pueblo y lograr la confianza de Barbi, para poder luego ayudarla. Tanto Ulises, como Facundo, saben aprovechar sus minutos y son componentes importantes de una trama, que deja lugar para que todo el elenco se luzca.

La puesta tiene un carácter íntimo, colaborando mucho en esto, el diseño escenográfico de Sabrina López Hovhannessian que reproduce un sencillo, pero cálido hogar. La misma Sabrina tiene a su cargo un vestuario colorido, donde destaca el atuendo rosa de Bárbara. Mención particular para el buen diseño lumínico de Jorge Ferro, marcando los diferentes climas que transita la obra.








En definitiva, la satisfacción de comprobar una vez más, como un equipo tan joven, logra plasmar una propuesta tan entretenida, que además de divertir, nos invitará a reflexionar, de la mano de un texto que resulta creíble, con una vigencia, con hechos de la actualidad que impresiona.

Luego de ver la obra, nos quedan claros los motivos de la buena respuesta del público, el boca a boca en el teatro alternativo tiene una importancia capital y esto aquí se vuelve a demostrar. Por eso no sorprenden los prolongados aplausos con que los espectadores despiden a los protagonistas al final de la función, siendo este un merecido reconocimiento, a la hermosa velada teatral que nos regalaron.

Solo queda recomendar Un Rincón en el Mundo y les auguramos una segunda temporada, igual de exitosa que la primera, para una obra que confirma una vez más, que nuestro querido teatro independiente, tiene garantizada una larga vida, gracias al semillero de nuevos  y talentosos valores que permanentemente aparecen.



Pensador Teatral.