Domingos 20 30 hs Espacio Callejón ( Humhuaca 3759 )
Una propuesta valiente y muy potente, llega de la mano de Padre Pedro, obra escrita por el autor santafesino José Serralunga, que pone el foco, sobre una institución arraigada y muy poderosa como la Iglesia, que pese a atravesar una actualidad de crisis, debido a la pérdida de fieles a manos de otras religiones, sigue teniendo mucho poder e influencia sobre un gran número de personas que confía en ella y en sus representantes de manera incondicional.
La historia se desarrolla en una parroquia de un pueblo indeterminado de la Provincia de Buenos Aires, a cargo del Padre Pedro ( Jorge Fernández Román ) y donde Dante ( Ricardo Torre ) es su monaguillo. El Domingo luego de una mesa, el sacerdote y su ayudante, charlan sobre temas triviales, el monaguillo cuenta que llevará a su casa, los manteles usados en la misa y manchados con la sangre de Cristo, no con vino como el dijo.Hablan sobre la necesidad de llamar a un electricista, para revisar el cableado eléctrico de la capilla, que anda con problemas y así el el post misa, transcurre sin que hablen de nada relevante.
Es más Dante, que es un muchacho humilde y con una baja educación, se muestra gracioso por sus torpezas y recibe los retos del Padre Pedro, que no puede dedicarse a leer la Bibila, por las continuas interrupciones que recibe y por los pedidos de confesión,que el monaguillo solicita, ante faltas muy menores, generando risas en los espectadores.
Pero al muchacho se lo nota nervioso, parece ocultar algo, le habla al Padre Pedro, de malos pensamientos que tiene, de una pesadilla que lo atormenta y de a poco ese clima trivial y naif, que generaba la charla, irá virando y comenzando de a poco, pero sin pausa a partir de ese momento a ganar en tensión, tomando desprevenido al espectador, por el giro que irá tomando el relato.
No vamos a contar demasiado, porque la obra tiene una cuota de suspenso muy alta que es saludable mantener, solo diremos que la charla entre el acólito y el cura, se irá haciendo cada más íntima e íncómoda para ambos, hasta que el monaguillo, visiblemente alterado, le revela al Padre, que su esposa ángeles, que no había ido a la misa de ese día, debido a la tramenda paliza, que el mismo le propinó el día anterior.
Justifica su reacción, en su certeza de que la esposa le estaba siendo infiel y el polvorín estalla, cuando ella le cuenta que estaba embarazada. La noticia en vez de poner contento a Dante, lo enfurece, ya que sostiene que debido a su esterilidad, no hay chance que él sea el padre. A partir de ese momento, su obsesión, sería conocer la identidad, del amante de su esposa.
Justifica su reacción, en su certeza de que la esposa le estaba siendo infiel y el polvorín estalla, cuando ella le cuenta que estaba embarazada. La noticia en vez de poner contento a Dante, lo enfurece, ya que sostiene que debido a su esterilidad, no hay chance que él sea el padre. A partir de ese momento, su obsesión, sería conocer la identidad, del amante de su esposa.
Cumpliremos nuestra palabra y no contaremos más, adelantaremos que desde ese instante, una atmósfera de tensión creciente, llenará la escena y ese diálogo inofensivo que mantenían al comienzo el monaguillo y el cura, cambiará de tenor de manera dramática.
La historia tiene un solo acto, es decir todo ocurrirá de manera continua, sin cortes de luz, ni salidas de escena de los actores, que no darán respiro al público, que seguirá las acciones con un silencio absoluto, muestra clara de la tensión, que transmite un texto que atrapa,
La dramaturgia como dijimos es directa y muy potente, siendo fundamental para la dinámica que tiene la puesta, las excelentes actuaciones que presenta la pieza, ya que ambos protagonistas, componen en forma magistral sus personajes.
Jorge Fernández Román, es el Padre Pedro, el representante del Señor en la Tierra, quien transmite la palabra de Dios, con mucha autoridad. A Jorge lo conocemos de El Amor es un Bien, una entrañable obra del off y aquí demuestra su enorme valía, interpretando en gran forma, un personaje complejo, que sin dudas tiene dos caras, una ante los fieles y otra oculta de las miradas. Superlativa su interpretación.
A Ricardo Torre es la primera vez que lo vemos y para nosotros fue toda una revelación. Teniendo que llevar adelante un papel difícil, que exige una gran entrega, debido a los notables cambios de registro que requiere su personaje, ya que por momentos vemos a un muchacho bonachón e ingenuo y en otros momentos asomará persona extremadamente violenta y peligrosa.
Ambos protagonistas se destacan mucho en sus papales y además del lucimiento individual, muestran un entendimiento y una química, que además de darle mucha credibilidad al relato, le agregan mucho valor al texto.
La puesta de Matías Gómez, es de carácter minimalista, con un espacio escénico reducido y delimitado por unas sogas, contribuyendo ello, al carácter íntimo que presenta la pieza. En el mismo sentido, colaborando el diseño lumínico de Ricardo Sica, un verdadero especialista en estas lides.
Padre Pedro, se presentó en escenarios de España, Chile, Venezuela y Puerto Rico, ya que su texto tiene una universalidad y una actualidad, sustentada por la influencia y el poder que tiene la institución eclesiástica dentro de nuestra sociedad. Entre otros reconocimientos, la obra obtuvo la Mención Especial en el Concurso Nacional de Obras de Teatro en el marco del 50 aniversario del Fondo Nacional de las Artes.
En su segunda temporada con este equipo de trabajo, Padre Pedo, se presenta ahora en el cotizado Espacio Callejón, que en los últimos años, se convirtió en sinónimo de buen teatro y referencia para jóvenes autores nacionales.
No queda más para agregar, estamos en presencia de una valiosa propuesta, que se atreve a poner la lupa en un tema muchas eludido, como los cuestionamientos que existen hacia la Iglesia en sentido amplio y al comportamiento de los hombres de carne y hueso que la representan, apareciendo dentro de la trama, temas diversos como el celibato, los abusos de confianza, las tentaciones, las crisis de fé y hasta la violencia de género, todos tópicos de candente actualidad.
Recomendamos especialmente la obra, valiente, intensa y con actuaciones superlativas que no se guardan nada, todos condimentos, que nos permites avizorar una temporada con mucho suceso para Padre Pedro en el Callejón,ya que es una obra movilizante y que no deja indiferente al espectador, que además de disfrutar de una estupenda noche de teatro, se irá reflexionando sobre el poder de la religión y el rostro oculto que pueden presentar muchas personas.
Pensador Teatral.