Domingos 18 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Obra escrita por la dramaturga argentina y residente en Israel, Andrea Bauab, que fue presentada en 2011 en España en una versión corta, con muy buena respuesta de público. Productores estadounidenses, la vieron y le pidieron a la autora, una versión extendida, para poder presentarla en un Festival de Teatro Latino en Nueva York. Andrea cumplió con el pedido y la Herencia, recibió 5 nominaciones entre 24 obras presentadas en ese Festival, siendo la segunda más nominada (entre ellas el voto del público y el mejor guión).
Con estos buenos antecedentes, la obra llega en esta versión porteña, bajo la dirección de Daniel Marcove, uno de los directores más reconocidos y prolíficos que tiene nuestro teatro independiente, que se interesó de inmediato cuando leyó el texto y decidió dirigir esta versión, reuniendo a un muy buen elenco.
La pieza, tiene una cuota muy importante de suspenso, a medida que la trama avanza se nos irán develando temas, que permanecían ocultos, por lo que seremos muy cuidadosos en los que vamos a contar en esta reseña.
La historia, se inicia con Martina ( Flavia Vitale ) en pleno duelo, por la reciente muerte de sus padres en un accidente automovilístico. Sin marido y sin hijos, se siente más sola que nunca en la vida, ya que sus padres eran su sostén. Se la nota muy dolida por la perdida y nerviosa sabiendo que deberá ocuparse sola de las tres mil hectáreas de campos que hasta hace pocos días recorría a diario con su padre.
Triste y abatida recibe a Salomón ( Marcelo Serré ), abogado judío y amigo íntimo de su padre Roberto ( Gustavo Rey ). . La visita parece ser una simple formalidad para Martina, ya que descuenta que en ese acto, el abogado, le enunciará los detalles legales, por la que se conviertirá en la única heredera, de las posesiones de sus padres.
Pero muchas veces, la vida nos tiene reservadas sorpresas, que suelen llegar en los momentos más inoportunos. Cumpliremos nuestra palabra y no adelantaremos mucho más. Solo decir que abogado hará un anuncio, que dejará helada a Martina y la seguridad de ser la única heredera, se desvanecerá en un instante.
Hasta allí contamos, solo diremos que nos encontraremos con una historia profundamente humana, que nos hablará de secretos familiares y de lo difícil que nos puede resultar aceptar una verdad, que nos resulta disparatada e inverosímil.
El espectador, se engancha desde el arranque con la historia y acompañará a Martina, en el corrimiento de ese velo inmenso, que ocultaba varios elefantes. Marcove con su experiencia en la dirección, sabe como explotar un texto interesante, con una puesta atractiva, que se apoya en las muy buenas actuaciones que tiene la obra.
Creemos que Flavia Vitale, es quien se lleva los mayores elogios. Interpreta a una Martina golpeada en primer término por la dolorosa y repentina pérdida de sus padres y luego por un vendaval que se le viene encima, sin dar aviso. Para destacar la presencia escénica de Flavia, componiendo un personaje de carácter fuerte, que se querrá aferrar con todas sus fuerzas a su verdad. Magnífica interpretación.
Es muy bueno también lo de Marcelo Serré, como abogado familiar y conocedor de la verdad, gracia a su amistad con el padre de Martina. A Marcelo lo habíamos visto en anteriores obras, en papeles graciosos, donde se destacaba de manera natural. Aquí nos sorprende gratamente, en un rol dramático, que resuelve en gran forma, intentando en todo momento ser el componedor de la historia y quien busca calmar las aguas.
Gustavo Rey, es Roberto, el padre de Martina, que gracias a la licencia del texto, tendrá apariciones del más allá, donde tratará de aclarar algunas cuestiones. Roberto es un actor de experiencia, que muestra su carisma, en un papel complejo.
Para el final dejamos a Iardena Stilman, a quien vimos este año lucirse en Freno de Mano, una entrañable obra del teatro comercial. Aquí compone de manera deliciosa, un personaje de gran humanidad, que no daremos a conocer, para que se sorprendan cuando vean la obra. Nos gustó mucho lo de Iardena.
Como mencionamos la puesta de Marcove es muy atractiva, con una escenografía simple, que con unos pastos largos, nos traslada al campo, hay un destacado diseño lumínico propiciando los diferentes climas que tiene la trama y hay un aporte muy valorable de Carlos Bendayan, con la música original y en vivo.
En definitiva, La Herencia es otra las las propuestas interesantes que nos ofrece el teatro independiente. Estrenada en Buenos Aires el año pasado, transita su segunda temporada en cartel, en El Tinglado, un teatro donde siempre dá gusto concurrir. Los espectadores, se encontrarán con una dramaturgia bien elaborada, una trama dinámica y actuaciones muy destacadas, que nos invitarán a descubrir un secreto familiar guardado bajo siete llaves, que al revelarse, tendrá consecuencias de un alcance impensado,
Pensador Teatral.