Dramaturgia y Dirección de Anahí Ribeiro.
Miércoles 21 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )
La talentosa pluma de Anahí Ribero, nos vuelve a ofrecer un texto lúcido e inteligente, en esta ocasión, inspirado en su propia familia y más precisamente en el ACV que sufrió su abuela, trayendo entonces una historia que resulta muy cercana en lo sentimental, en la que siete hermanos, adultos ya ellos, aparecerán frente a nosotros, para exponer sus verdades, miserias y convocados para tratar el tema en común que hoy lo une, la deteriorada salud de sus padres.
El paso del tiempo es implacable y la autora sabe tomar una realidad que se vive en muchas familias. Los padres solitos se las arreglaron para cuidar y criar a su hijos, pero cuando los años pasan, esa realidad se invierte y aquellos que cambiaron los pañales de sus hijos, ahora necesitan la ayuda de ellos, para poder sobrevivir en un mundo, que se caracteriza en ser hostil y cruel por momentos, para los más viejos.
Allí cuando los hijos, deberían estar listos y unidos para retribuir algo del amor que recibieron de chicos, es que comienzan los problemas. Aparecerá un muestrario de sentimientos humanos, en algunos casos se presentará el amor, en otros la culpa, el egoísmo y en algunos casos la indiferencia o el desprecio, cuando el hijo juzga, que de chico no recibió el amor suficiente y por lo tanto debe pagar con la misma moneda.
En familias numerosas, las diferencias entre los hermanos por lo general serán muy marcadas, estarán los que consagrados a sus propias familias manifestarán que tienen tiempo libre para ofrecer, otros estarán listos para acompañar de manera incondicional en estos momentos, también existen los que solo estarán dispuestos a ayudar económicamente, los que no tienen un peso, los que prefieren irse bien lejos, para ver todo desde la distancia, como si lo que sucede fuera una película, de la que obviamente opinarán. Surgirán celos entre hermanos, las alianzas, las cuentas pendientes y otros sentimientos. Anahí tiene la virtud de captar todo esto y retratarlo con realismo, en una obra que por diversos motivos, resulta muy atractiva para el espectador.
Yendo más en detalle, digamos que la pieza tiene una presentación muy particular, al entrar al teatro, veremos siete sillas en fila, situadas una al lado de la otra, en las que se sentarán siete hermanos, tres varones y cuatro mujeres, para tratar de organizarse y decidir como cuidarán a sus padres, que ya solos no pueden arreglarse. Discutirán entre ellos y también, licencia teatral mediante, tendremos la posibilidad de conocer sus pensamientos privados, esos que no exponen en público. La obra tiene una dinámica vertiginosa y en ello influirá la puesta original y muy moderna, que sirve de marco a la trama, de la que hablaremos más tarde, porque ahora es tiempo de hacer mención a las destacadas actuaciones que presenta Brotherhood.
Se ha reunido un muy buen elenco para la ocasión, son siete actores, que con mucho realismo, compondrán personajes con características bien diferenciadas, en una obra que es exigente y requiere un alto grado de concentración, ya que además de estar todo el tiempo en escena, en la mayoría del tiempo, estarán interactuando entre ellos, cada uno desde su silla, siendo necesario un exacto manejo de los tiempos, para intervenir en el momento justo, sin pisarse y esto es algo, que solo se logra con muchas horas de ensayo.
Hay actuaciones muy destacadas y la directora, permite que todos tengan su espacio para el lucimiento personal, sin perder en cuenta que el conjunto es lo más relevante aquí. Julia Funari, como Poly, es quien trata de llevar la batuta de la familia, tal vez por ser la mayor, logrando por ese motivo, el respeto de sus hermanos, algo que parece una misión imposible. Gran trabajo de Julia, en nuestra opinión, ofreciendo la actuación más sólida de la noche.
María Forni como La Negra, cumple muy buen trabajo, con un Edipo no resuelto, sintiendo siempre que es la preferida del padre. A María, una joven actriz con muy buen recorrido en el teatro independiente, recordamos haberla elogiado ya por su actuación en Querido San Antonio, una entrañable obra del off.
Bárbara Majnemer, es una verdadera revelación, mostrando una presencia escénica sorprendente, componiendo a la bella Yiyi, personaje explosivo por donde se lo mire, dotado de mucha personalidad. Es la rebelde de la familia, siempre frontal, estará presente en todas las peleas. Nos encantó el trabajo de Bárbara, a quien vemos por primera vez en escena y realmente nos impresionó positivamente su labor, creemos que con la vidriera que tiene aquí, seguramente la veremos pronto en nuevos proyectos. El elenco femenino lo completa, Ingrid Mosches como Tití, que declara tener poco tiempo para dedicar a sus padres, pero si lo tiene para irse de bingo. Muy buen su composición, en un personaje que navega entre la culpa y la conveniencia personal.
Por el lado masculino, hay también excelentes trabajos. Carlos Marsero, es el Gringo, figura controvertida para los demás. Vive lejos y está aliviado por ello, ya que puede tomar distancia de las responsabilidades familiares, pese a ser el preferido de la madre. Entrañable actuación de Carlos. Y completamos, el elenco, con los mellizos de la familia, el Ruso ( Gerardo Scherman ), extremadamente sensible y gobernado por su esposa y Lucho ( Mariano Sacco ), responsable y muy unido a Poly y Yiyi. Los mellizos son los personajes más graciosos y por lo tanto, los que más risas generan en la platea, teniendo ambos momentos de gran lucimiento.
Se hizo algo larga la descripción, pero entendemos que era justo dar algunas líneas de cada integrante del elenco, ya que todos consiguen composiciones logradas y muy realistas, respondiendo de muy buena manera, a una puesta que sin dudas es exigente.
Hablemos ya de la puesta de Brotherhood, que es junto con las interpretaciones, el punto más fuerte. Original y muy moderna, potencia el texto y le agrega mucho valor a la obra. No queremos contar demasiado, para no quitar sorpresa al espectador, solo diremos que detrás de las sillas, hay una pantalla, en la que mediante el mapping, se proyectarán imágenes, que acompañarán los relatos, indicando por ejemplo, que actor debe intervenir y muchas otra sorpresas. Una de ellas, es una representación de un grupo de wasap familiar, con emoticones incluidos, escenas realmente desopilantes y divertidas. Pero cumplimos nuestra palabra y no contamos más, El reconocimiento para Euge Choque y Demián Ledesma Becerra, que supieron interpretar el pedido de la directora y colaboraron para lograr un montaje, que no pasa para nada desapercibida.
Otro ítem que debemos mencionar de esta puesta tan atractiva, es el diseño de Luces de Akira Patiño, importante para llevar a los diferentes climas que vá pidiendo la trama. Con todos los condimentos mencionados, se consiguió una puesta magnífica y mucho más para el teatro independiente, donde todo se hace a pulmón, siendo esta una gran demostración, que cuando hay talento, creatividad y por supuesto horas de trabajo, no siempre son necesarios grandes presupuestos, para conseguir una puesta de excelencia.
No queda demasiado para agregar, como el lector puede apreciar, nos gustó mucho la propuesta de Anahí Ribeiro, que nos hablará de vínculos familiares, poniendo el foco en la relación entre hermanos y lo hará con un texto lúcido, que por momentos nos hará reír, por momentos emocionarnos, y también llevarnos a reflexionar, ya que el espectador, en todo momentos sentirá que el texto es reconocible y cercano, reflejándose con facilidad en el mismo.
Recomendamos especialmente Brotherhood, una obra donde confluyen, un texto inteligente, actuaciones magníficas y una puesta estupenda. Con este combo, auguramos a la pieza un muy buen recorrido y sin dudas más de una temporada en cartel, ya que tiene un potencial enrome. En esta su primer temporada, gracias al boca a boca, agotó localidades en cada función en el Nun. Luego de ver la obra, nos quedan muy claros los motivos de esta buena recepción del público y los invitamos a que ustedes, también descubran esta muy buena propuesta que el teatro independiente nos ofrece.
Pensador Teatral.
miércoles, 20 de noviembre de 2019
domingo, 17 de noviembre de 2019
La Monja Judía
Dramaturgia de Lázaro Droznes y Dirección de Eduardo Lamoglia.
Domingos 20 15 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Obra basada en la vida de la filósofa alemana Edith Stein, originaria de una familia judía con once hijos. Para saber de quien estamos hablando, daremos algunos datos interesantes de su biografía. Durante la Primera Guerra Mundial, se alistó en la Cruz Roja para servir como enfermera en un hospital austríaco, hasta que el mismo fue cerrado. Entrando en la adolescencia, Edith se alejó del judaísmo y comenzó a leer la biografía de Santa Teresa de Jesús.
Luego de atravesar una profunda crisis de fé, decidió convertirse al catolicismo, dentro de la orden de las monjas carmelitas, tomando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Estando alojada en el Convento de Echt, su situación, como la de muchos judíos que vivían en Holanda ( nos viene a la mente el nombre de Ana Frank ) , comenzó a complicarse, por lo que solicitó una visa a Suiza con su hermana Rosa, para ser transferida al Convento de Carmelitas de La Paquier, que comunicó que podía aceptarla a ella, pero no a su hermana, siendo esto inadmisible Edith, decidiendo quedarse en Holanda con su hermana.
Sin saberlo esa decisión, fue la que finalmente terminaría costándole la vida, ya que la Gestapo irrumpió en el convento y desde allí fue llevada al campo de concentración de Westerbok. El 7 de Agosto de 1942, fue trasladada en tren con otros miles, hasta Auschwitz, el mayor campo de exterminio de la Alemania nazi, ya que se calcula que allí fueron asesinados más de un millón de judios.
Creemos que la introducción fue valiosa, para conocer quien fue Edith Stein. Yendo ya a la obra, contemos que las acciones arrancarán precisamente cuando la religiosa llega a Auschiwtz, allí la espera Hans, un oficial de la SS, que fue su antiguo compañero de Universidad, cuando ambos eran veinte años más jóvenes y vivían en Alemania. El encuentro entre ambos es tenso por las circunstancias en las que se produce y reina
Hans tiene una propuesta para hacerle a su vieja compañera. El nazismo quiera sentar las bases para la fundación de una nueva religión, alemana y popular que sirva al régimen y no tiene dudas que Edith sería la persona indicada, para escribir la doctrina de ese proyecto de religión. La situación de la monja no es sencilla, tiene claro que la propuesta del ahora oficial SS, puede ser su salvoconducto en ese lugar de muerte.
Pero también tiene la certeza que aceptar lo que le pide Hans, sería traicionar sus ideales, su causa y principalmente su compromiso con Dios. Servir al régimen nazista sería algo que su conciencia no le perdonaría aún sin tener dudas que si rechaza la oferta, sus horas estarían contadas.
La obra presenta estupendas actuaciones. Marta Bianchi, interpreta a Edith un papel complejo, que una actriz de sus quilates, puede resolver con mucho oficio y con una sensibilidad que emociona.
El malvado de la historia, será Gustavo Rey, otro actor con muchas experiencia, interpretando al oficial de las SS, que intentará mostrar un costado humano, que entrará en colapso en su interior, ya que la doctrina nazi, le exige una obediencia incondicional, no dando lugar a los sentimientos, ni a los razonamientos personales.
La dupla que forman los protagonistas, es muy lograda, dejando claro los estragos que causa la guerra y como el que no piensa igual puede convertirse en un enemigo. Se generan diálogos profundos entre ambos, que invitan a la reflexión del espectador.
La puesta es íntima y asfixiante, se huele a muerte en el ambiente, el uniforme del oficial con la esvástica como distintivo, genera escozor en el espectador, que piensa y trae a la mente el recuerdo de un pasado brutal, que parece lejano en el tiempo, pero no lo es tanto.
No queda mucho más para contar, cuando vean la obra, sabrán si finalmente Edith aceptó la posibilidad de salvación que le propuso su antiguo amigo o se quedó con lo que le dictaba su conciencia y su comunión con Dios.
Daremos un dato, que seguramente, dilucidará el misterio. Stein, fue canonizada por Juan Pablo II en 1998 y hoy se la conoce como Santa Teresa Benedicta de la Cruz, recibiendo el título de mártir por amor y declarada co-patrona de Europa.
Celebramos entonces, el texto de Droznes, que nos permite conocer la historia de esta gran mujer, contando con una puesta en escena tan atractiva, como dura de Eduardo Lamoglia y las magníficas actuaciones de Martha Bianchi y Gustavo Rey. Además de pasar una rica velada teatral, la obra sirve como un alerta, para tener memoria activa de un pasado monstruoso, teniendo presente, hasta donde puede llegar la maldad del hombre, cuando la misma es incentivada por regímenes basados en en fanatismo.
Pensador Teatral.
Domingos 20 15 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Obra basada en la vida de la filósofa alemana Edith Stein, originaria de una familia judía con once hijos. Para saber de quien estamos hablando, daremos algunos datos interesantes de su biografía. Durante la Primera Guerra Mundial, se alistó en la Cruz Roja para servir como enfermera en un hospital austríaco, hasta que el mismo fue cerrado. Entrando en la adolescencia, Edith se alejó del judaísmo y comenzó a leer la biografía de Santa Teresa de Jesús.
Luego de atravesar una profunda crisis de fé, decidió convertirse al catolicismo, dentro de la orden de las monjas carmelitas, tomando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Estando alojada en el Convento de Echt, su situación, como la de muchos judíos que vivían en Holanda ( nos viene a la mente el nombre de Ana Frank ) , comenzó a complicarse, por lo que solicitó una visa a Suiza con su hermana Rosa, para ser transferida al Convento de Carmelitas de La Paquier, que comunicó que podía aceptarla a ella, pero no a su hermana, siendo esto inadmisible Edith, decidiendo quedarse en Holanda con su hermana.
Sin saberlo esa decisión, fue la que finalmente terminaría costándole la vida, ya que la Gestapo irrumpió en el convento y desde allí fue llevada al campo de concentración de Westerbok. El 7 de Agosto de 1942, fue trasladada en tren con otros miles, hasta Auschwitz, el mayor campo de exterminio de la Alemania nazi, ya que se calcula que allí fueron asesinados más de un millón de judios.
Creemos que la introducción fue valiosa, para conocer quien fue Edith Stein. Yendo ya a la obra, contemos que las acciones arrancarán precisamente cuando la religiosa llega a Auschiwtz, allí la espera Hans, un oficial de la SS, que fue su antiguo compañero de Universidad, cuando ambos eran veinte años más jóvenes y vivían en Alemania. El encuentro entre ambos es tenso por las circunstancias en las que se produce y reina
Hans tiene una propuesta para hacerle a su vieja compañera. El nazismo quiera sentar las bases para la fundación de una nueva religión, alemana y popular que sirva al régimen y no tiene dudas que Edith sería la persona indicada, para escribir la doctrina de ese proyecto de religión. La situación de la monja no es sencilla, tiene claro que la propuesta del ahora oficial SS, puede ser su salvoconducto en ese lugar de muerte.
Pero también tiene la certeza que aceptar lo que le pide Hans, sería traicionar sus ideales, su causa y principalmente su compromiso con Dios. Servir al régimen nazista sería algo que su conciencia no le perdonaría aún sin tener dudas que si rechaza la oferta, sus horas estarían contadas.
La obra presenta estupendas actuaciones. Marta Bianchi, interpreta a Edith un papel complejo, que una actriz de sus quilates, puede resolver con mucho oficio y con una sensibilidad que emociona.
El malvado de la historia, será Gustavo Rey, otro actor con muchas experiencia, interpretando al oficial de las SS, que intentará mostrar un costado humano, que entrará en colapso en su interior, ya que la doctrina nazi, le exige una obediencia incondicional, no dando lugar a los sentimientos, ni a los razonamientos personales.
La dupla que forman los protagonistas, es muy lograda, dejando claro los estragos que causa la guerra y como el que no piensa igual puede convertirse en un enemigo. Se generan diálogos profundos entre ambos, que invitan a la reflexión del espectador.
La puesta es íntima y asfixiante, se huele a muerte en el ambiente, el uniforme del oficial con la esvástica como distintivo, genera escozor en el espectador, que piensa y trae a la mente el recuerdo de un pasado brutal, que parece lejano en el tiempo, pero no lo es tanto.
No queda mucho más para contar, cuando vean la obra, sabrán si finalmente Edith aceptó la posibilidad de salvación que le propuso su antiguo amigo o se quedó con lo que le dictaba su conciencia y su comunión con Dios.
Daremos un dato, que seguramente, dilucidará el misterio. Stein, fue canonizada por Juan Pablo II en 1998 y hoy se la conoce como Santa Teresa Benedicta de la Cruz, recibiendo el título de mártir por amor y declarada co-patrona de Europa.
Celebramos entonces, el texto de Droznes, que nos permite conocer la historia de esta gran mujer, contando con una puesta en escena tan atractiva, como dura de Eduardo Lamoglia y las magníficas actuaciones de Martha Bianchi y Gustavo Rey. Además de pasar una rica velada teatral, la obra sirve como un alerta, para tener memoria activa de un pasado monstruoso, teniendo presente, hasta donde puede llegar la maldad del hombre, cuando la misma es incentivada por regímenes basados en en fanatismo.
Pensador Teatral.
sábado, 16 de noviembre de 2019
Agamenon
Idea de Manuel Iedvabni. Dirección de Manuel Iedvabni y Pablo Flores Maini.
Sábados 20 hs en Teatro La Comedia ( Rodríguez Peña 1062 )
Estupenda propuesta teatral nos ofrece Agamenon, escrita en el Año 458 A.C. por Esquilo, considerado el fundador del género de la tragedia griega. Pese a haber transcurrido más de dos mil años, el texto presenta una vigencia que sorprende. Aparecerán en la trama temas como la venganza, el odio, el amor, la política, la muerte, la guerra y la psicología del hombre, todos temas presentes en nuestra actualidad, revelando que la humanidad en algunos aspectos no ha cambiando, ni evolucionado tanto, como podríamos inferir.
La idea y el proyecto arrancó hace más de dos años, primero en la mente de Manuel Iedvabni, contando luego con el fundamental aporte de Ingrid Pelicori, encargada de la adaptación de este clásico, realizando la misma de manera minuciosa, consultando versiones en castellano, francés e ingles, cuidando especialmente el espíritu poético del texto original, pero buscando una versión didáctica, que pese a los datos históricos que contiene, sea clara y amena para el espectador, adelantando desde ya que el resultado fue excelente.
Lograr que el proyecto se convirtiera en realidad no fue sencillo, se debieron superar muchos obstáculos, pero finalmente pudo plasmarse y se transformó en esta estupenda versión que podemos ver en La Comedia, en la que por decisión del propio Iedvabni, se dispuso que fueran solamente dos actores, como en la época de Esquilo, los que representaran a todos los personajes, valiéndose para ellos de máscaras, otro elemento distintivo del teatro griego.
Valga una aclaración en la época de Esquilo, los actores eran siempre hombres, aquí Manuel, se toma una licencia, eligiendo un actriz para los personajes femeninos y un actor para los masculinos. Realmente era un gran desafío encontrar a los actores, que están a la altura del desafío y pudieran desdoblar la cantidad de personajes requeridas, por eso desde el arranque del proyecto se contó con Ingrid Pelicori y Osmar Nuñez, como los elegidos, dos verdaderos animales de teatro, que no se iban a amilanar ante la propuesta y trabajaron de manera activa, para que la obra llegue a buen puerto.
Contemos brevemente que la obra escrita por Esquilo narra el regreso triunfal de Agamenon, Rey de Micenas y Argos, a su patria luego de diez años en la Guerra de Troya. Regresa trayendo como trofeo y esclava a Casandra, la profetisa hija de Priamo, que lanzaría algunos augurios escalofriantes. En su palacio, lo espera su esposa Clitemnestra, que lo recibe con honores, debido a su mítico triunfo.
Pero en verdad, esa supuesta alegría por el retorno de Agamenon, de parte de su esposa, era simplemente una representación, debajo de su mueca de sonrisa, algo ocultaba, sin dudas la guerra, había dejado cuentas pendientes entre ellos. Recordemos que durante su navegación a Troya, en medio de una tempestad que amenazaba con destruir toda su flota, los Dioses colocaron a Agamenon, ante una dilema trágico, ya que Ifigenia la hija de ambos, fue pedida en sacrificio, para que los barcos pudieran continuar su camino. El Rey debía optar entre el deber y su hija, decidiendo el sacrificio de Ifigenia.
Esta decisión no fue del agrado de Climnestra, que evidentemente nunca le perdonó esta decisión y pacientemente esperó el momento, para tomarse revancha y como dice el refrán, la venganza es un plato que se sirve frío. No vamos a contar más, quienes conocen la historia, conocerán ya la suerte de Agamenon y, aquellos que no, se enterarán cuando vea la obra, nosotros aunque hayan pasado más de dos mil años, vamos a mantener el suspenso.
Es momento de hablar de los extraordinarias interpretaciones que presenta la obra. Es un placer para quienes amamos el teatro poder disfrutar de actuaciones superlativas como las que nos ofrecen Ingrid Pelicori y Osmar Nuñez, dos actorazos de raza, que se comprometieron de manera absoluta con el proyecto y esto es algo que el espectador puede apreciar de manera clara, por la entrega de ambos.
Como mencionamos antes, solo ellos dos, representarán todos los personajes de la historia. En el caso de Ingrid, se pondrá en la piel de Climnestra y Casandra. Osmar por su lado, dará vida a Agamenon, Egisto, el mensajero y el soldado. Sorprende como cambiarán de apariencia en segundos, transformándose en el personaje que están desdoblando, variando su tono de voz, postura y gestualidad. Hay que contar con un gran talento, para lograr esto y hacerlo con la repentización que lo hacen Ingrid y Osmar. Realmente es admirable el trabajo de ambos.
Además formarán parte del coro. A que nos referimos con esto ?? La puesta nos tiene reservada una novedad tecnológica, que aporta mucha valor a la obra. Sobre el fondo del escenario, una pantalla gigante, proyectará imágenes digitales del coro o consejo de ancianos. Es el pueblo de Argos, que opinará sobre lo que acontece en la ciudad y el comportamiento de sus gobernantes. La realización audivisual mencionada es obra de Pauli Coton y realmente merece verse, más que describirse aquí, ya que es un recurso muy novedoso, que otorga potencia y belleza visual a la obra.
No queda mucho por agregar, Agamenon es una muestra fiel de que la humanidad, aunque hayan pasado siglos, sigue teniendo problemáticas que lo atormentan, la violencia, las guerras, la venganza, la muerte y las pasiones irracionales, estaban presentes en la tragedia griega y siguen presentes hoy, en este mundo convulsionado que nos toca vivir.
Estamos en presencia de una propuesta muy valiosa que nos trae el teatro independiente, con un texto clásico, que presenta una vigencia y una cercanía que asombra, gracias a una adaptación excelente, una puesta sumamente atractiva y las las fantásticas actuaciones Ingrid Pelicori y Osmar Nuñez. Por eso llena el alma, ese aplauso emocionado, con el que el público que colmó la sala, premia a los protagonistas, demuestra que apostar a un clásico griego, cuando hay tanta dedicación y talento reunido, puede resultar una empresa exitosa y convertirse en un imperdible de nuestra prolífica cartelera teatral.
Pensador Teatral.
viernes, 15 de noviembre de 2019
Ladies Night
Dramaturgia de Patricia Suárez. Dirección de Ulises Puiggrós.
Viernes 23 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Una divertida y desopilante propuesta llega de la mano de Patricia Suárez, la prolífica dramaturga rosarina, que en esta oportunidad, nos traerá un texto, en el que nueve mujeres, pertenecientes a un grupo de lectura, se reunirán a la espera de su autor preferido. La gran novedad, es que estas mujeres, además de su pasión por la lectura, son brujas, si así como lo leen, nueve brujas que en pleno Siglo XXI, se reunirán para agasajar a un escritor y conversar de temas en común, un argumento por demás original.
Las chicas están ansiosas por la llega de Ugarte, su autor de novelas románticas favorito. Organizaron una velada nocturna, en la que no faltarán cosas ricas para comer y el champagne será la bebida oficial. Los minutos pasan y la llegada del escritor se demora, para colmo una feroz tormenta se desata sobre Buenos Aires y algunas comienzan a temer, que la lluvia puede ser un impedimento real o la excusa justa, para que Ugarte las deje plantadas, en esa noche tan especial para ellas.
Las mujeres se impacientan y para superar la espera, empezarán a tocar temas de familia, ya que la mayoría son parientes, tendremos madres, hijas y tías, todas ellas con conocimientos de brujería, que según se intuye, se han transmitido entre generaciones. Por su puesto se hablará de hechizos y de conjuros, pero también aparecerá el tema de la religión y cuestionarse porque hoy en estos tiempos modernos, en los que las mujeres han obtenido tantas reivindicaciones, no han logrado aún, penetrar, las rígidas barreras de la Iglesia Católica, que impiden por ejemplo, que una mujer pueda ordenarse como sacerdote, obispo y ni hablar de pensar en una Papa Mujer.
La espera se torna desesperante para estas mujeres, se iniciarán algunas discusiones, hay algunas cuentas pendientes en la familia y la noche parece apropiada para resolverlas. Las botellas de champagne comenzarán a descorcharse y las lenguas de las chicas, algunas bien filosas, comenzarán a soltarse. Aparecerá un petitorio, para que sea firmada por todas, donde se pide a la Iglesia por el derecho de las mujeres. Pero ese petitorio, tiene un punto que parece imporbable, ya que la idea es que lo reciba el Papa, algo imposible, si no fuera porque una de las brujas, muchos años antes, conoció a Jorge Bergoglio, cuando vìvìa en Flores y nadie podía imaginar en esos momentos, su ascendente carrera.
El entretenido texto es actual y tiene presente, la lucha de los movimientos femeninos que pugnan por el empoderamiento de las mujeres. Digamos que el texto, en algunos momentos peca de ser algo ambicioso, queriendo abordar demasiados temas a la vez, sin poder darle un desarrollo principal a alguno de ellos, pero no debemos perder de vista, que la autora presenta una propuesta desopilante y bizarra, por eso es que se permiten ciertas licencias creativas, no teniendo que buscar el espectador, un texto linealmente estructurado.
El punto fuerte de la obra, en nuestra opinión son las actuaciones. Se reunió un muy buen elenco para la ocasión. Son nueve actrices, todas ellas con muy buen recorrido en el teatro independiente, con características y edades heterogeneas. Las chicas están la mayoría del tiempo todas juntas en escena, por lo que el espectador, deberá estar siempre atento, ya que es mucho lo que sucede en el escenario y serán varios los centros de atención, que de manera simultánea, se estarán desarrollando.
Como señalamos, las interpretaciones son el corazón de la obra y por ello vamos a dejar algunas lineas del elenco que presenta la pieza, con el riesgo de ser injustos, resaltando aquellas que a nuestro entender más se destacaron, aclarando de entrada que el gran valor aquí está en el conjunto, por sobre lo individual.
Alicia Muxo, es quien parece llevar la batuta en la noche, respetada por las brujas más chicas, por su experiencia y por su ascendencia en la familia. Gran trabajo de Alicia. Otro bruja de experiencia, es María Nydia Urso-Ducó, no vamos a descubrir aquí las condiciones de esta gran actriz, a la que muchas recuerdan, por su trabajo en Un Hombre sin Suerte. Acá se destaca en el grupo e imagina como sería un encuentro íntimo con Ugarte. Siempre es un deleite ver a Nydia en escena. Silvia Petri, parece la bruja más profesional de todas las reunidas y nos ofrece una lograda composición, conjurando hechizos y algunas maldiciones, consiguiendo los momentos más esotéricos de la noche.
Seguimos con Débora Longobardi, que además de bruja, es una valiente abogada, que busca defender los derechos de los más débiles. Destacamos su gestualidad, frescura y ese bello tono de voz, que es un sello que la distingue. Débora, es una de nuestras actrices preferidas del off, y siempre que la vemos, destacamos sus trabajos. Aquí una vez más, muestra su enorme talento y versatilidad. Natalia Imbrosciano es una bruja, con mucho carácter, se muestra competitiva y estará involucrada en muchas disputas dialécticas con sus colegas. A Natalia, también la vimos varias veces y siempre se destaca en sus papeles por su carisma y credibilidad.
Nos sorprendió gratamente la composición de Catalina Motto, a quien recordamos haberla elogiado mucho por su trabajo en Dos una Desconexión y aquí la vemos como una bruja atractiva y sensual, que vestida de amarillo, ahuyentará la envidia de los demás. Muy bueno lo de Catalina. Magalí Meliá es otra excelente actriz, que acá compone a una bruja especialista en remedios homeopáticos. Griselda Sanchez, con un look informal, es la más seductora de todas las brujas, logrando horrorizar a las mayores, por su desparpajo. Karina Hepner, por su parte es una bruja muy histriónica, capturada por las redes sociales y por una relación amorosa clandestina que la atormenta.
Se hizo algo larga la descripción, pero como mencionamos antes, la calidad del elenco reunido y la calidad de las actuaciones, creemos lo ameritaban. Párrafo especial para Ulises Puiggrós, el director de la obra, coordinando esfuerzos, para que las nueves actrices estén prácticamente todo el tiempo juntas en escena. logrando armonía y que cada uno de ellas puede encontrar su espacio para el lucimiento.
Ulises demás consigue una puesta realmente atractiva, desde lo visual, logrando varios focos de atención simultáneos. Hay un diseño lumínico que juega en buena forma con la oscuridad en varios pasajes ( en especial cuando se nombra a alguien ) y queremos destacar el colorido vestuario de Fernanda Díaz, que viste otorga glamour a las nueve protagonistas.
En definitiva, Ladies Night, es una divertida y original propuesta del teatro independiente, que entre brujerías y charlas de mujeres, tocará temas actuales como la inclusión de las mujeres y lo complicado que resulta, conseguir la igualdad de oportunidades, en ciertos ámbitos, que se resisten a los cambios que la sociedad experimenta en estos años, siendo la Iglesia, uno de los mejores ejemplos de instituciones, que quieren demorar este avance.
Por todo lo mencionado, la invitación para que concurran a El Tinglado está cursada, la cita es cerca de la medianoche, allí los esperan nueve talentosas brujitas, que recurrirán a sus poderes mágicos y a todos sus hechizos, para que los espectadores, disfruten de una velada teatral a pura risa.
Pensador Teatral.
Viernes 23 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Una divertida y desopilante propuesta llega de la mano de Patricia Suárez, la prolífica dramaturga rosarina, que en esta oportunidad, nos traerá un texto, en el que nueve mujeres, pertenecientes a un grupo de lectura, se reunirán a la espera de su autor preferido. La gran novedad, es que estas mujeres, además de su pasión por la lectura, son brujas, si así como lo leen, nueve brujas que en pleno Siglo XXI, se reunirán para agasajar a un escritor y conversar de temas en común, un argumento por demás original.
Las chicas están ansiosas por la llega de Ugarte, su autor de novelas románticas favorito. Organizaron una velada nocturna, en la que no faltarán cosas ricas para comer y el champagne será la bebida oficial. Los minutos pasan y la llegada del escritor se demora, para colmo una feroz tormenta se desata sobre Buenos Aires y algunas comienzan a temer, que la lluvia puede ser un impedimento real o la excusa justa, para que Ugarte las deje plantadas, en esa noche tan especial para ellas.
Las mujeres se impacientan y para superar la espera, empezarán a tocar temas de familia, ya que la mayoría son parientes, tendremos madres, hijas y tías, todas ellas con conocimientos de brujería, que según se intuye, se han transmitido entre generaciones. Por su puesto se hablará de hechizos y de conjuros, pero también aparecerá el tema de la religión y cuestionarse porque hoy en estos tiempos modernos, en los que las mujeres han obtenido tantas reivindicaciones, no han logrado aún, penetrar, las rígidas barreras de la Iglesia Católica, que impiden por ejemplo, que una mujer pueda ordenarse como sacerdote, obispo y ni hablar de pensar en una Papa Mujer.
La espera se torna desesperante para estas mujeres, se iniciarán algunas discusiones, hay algunas cuentas pendientes en la familia y la noche parece apropiada para resolverlas. Las botellas de champagne comenzarán a descorcharse y las lenguas de las chicas, algunas bien filosas, comenzarán a soltarse. Aparecerá un petitorio, para que sea firmada por todas, donde se pide a la Iglesia por el derecho de las mujeres. Pero ese petitorio, tiene un punto que parece imporbable, ya que la idea es que lo reciba el Papa, algo imposible, si no fuera porque una de las brujas, muchos años antes, conoció a Jorge Bergoglio, cuando vìvìa en Flores y nadie podía imaginar en esos momentos, su ascendente carrera.
El entretenido texto es actual y tiene presente, la lucha de los movimientos femeninos que pugnan por el empoderamiento de las mujeres. Digamos que el texto, en algunos momentos peca de ser algo ambicioso, queriendo abordar demasiados temas a la vez, sin poder darle un desarrollo principal a alguno de ellos, pero no debemos perder de vista, que la autora presenta una propuesta desopilante y bizarra, por eso es que se permiten ciertas licencias creativas, no teniendo que buscar el espectador, un texto linealmente estructurado.
El punto fuerte de la obra, en nuestra opinión son las actuaciones. Se reunió un muy buen elenco para la ocasión. Son nueve actrices, todas ellas con muy buen recorrido en el teatro independiente, con características y edades heterogeneas. Las chicas están la mayoría del tiempo todas juntas en escena, por lo que el espectador, deberá estar siempre atento, ya que es mucho lo que sucede en el escenario y serán varios los centros de atención, que de manera simultánea, se estarán desarrollando.
Como señalamos, las interpretaciones son el corazón de la obra y por ello vamos a dejar algunas lineas del elenco que presenta la pieza, con el riesgo de ser injustos, resaltando aquellas que a nuestro entender más se destacaron, aclarando de entrada que el gran valor aquí está en el conjunto, por sobre lo individual.
Alicia Muxo, es quien parece llevar la batuta en la noche, respetada por las brujas más chicas, por su experiencia y por su ascendencia en la familia. Gran trabajo de Alicia. Otro bruja de experiencia, es María Nydia Urso-Ducó, no vamos a descubrir aquí las condiciones de esta gran actriz, a la que muchas recuerdan, por su trabajo en Un Hombre sin Suerte. Acá se destaca en el grupo e imagina como sería un encuentro íntimo con Ugarte. Siempre es un deleite ver a Nydia en escena. Silvia Petri, parece la bruja más profesional de todas las reunidas y nos ofrece una lograda composición, conjurando hechizos y algunas maldiciones, consiguiendo los momentos más esotéricos de la noche.
Seguimos con Débora Longobardi, que además de bruja, es una valiente abogada, que busca defender los derechos de los más débiles. Destacamos su gestualidad, frescura y ese bello tono de voz, que es un sello que la distingue. Débora, es una de nuestras actrices preferidas del off, y siempre que la vemos, destacamos sus trabajos. Aquí una vez más, muestra su enorme talento y versatilidad. Natalia Imbrosciano es una bruja, con mucho carácter, se muestra competitiva y estará involucrada en muchas disputas dialécticas con sus colegas. A Natalia, también la vimos varias veces y siempre se destaca en sus papeles por su carisma y credibilidad.
Nos sorprendió gratamente la composición de Catalina Motto, a quien recordamos haberla elogiado mucho por su trabajo en Dos una Desconexión y aquí la vemos como una bruja atractiva y sensual, que vestida de amarillo, ahuyentará la envidia de los demás. Muy bueno lo de Catalina. Magalí Meliá es otra excelente actriz, que acá compone a una bruja especialista en remedios homeopáticos. Griselda Sanchez, con un look informal, es la más seductora de todas las brujas, logrando horrorizar a las mayores, por su desparpajo. Karina Hepner, por su parte es una bruja muy histriónica, capturada por las redes sociales y por una relación amorosa clandestina que la atormenta.
Se hizo algo larga la descripción, pero como mencionamos antes, la calidad del elenco reunido y la calidad de las actuaciones, creemos lo ameritaban. Párrafo especial para Ulises Puiggrós, el director de la obra, coordinando esfuerzos, para que las nueves actrices estén prácticamente todo el tiempo juntas en escena. logrando armonía y que cada uno de ellas puede encontrar su espacio para el lucimiento.
Ulises demás consigue una puesta realmente atractiva, desde lo visual, logrando varios focos de atención simultáneos. Hay un diseño lumínico que juega en buena forma con la oscuridad en varios pasajes ( en especial cuando se nombra a alguien ) y queremos destacar el colorido vestuario de Fernanda Díaz, que viste otorga glamour a las nueve protagonistas.
En definitiva, Ladies Night, es una divertida y original propuesta del teatro independiente, que entre brujerías y charlas de mujeres, tocará temas actuales como la inclusión de las mujeres y lo complicado que resulta, conseguir la igualdad de oportunidades, en ciertos ámbitos, que se resisten a los cambios que la sociedad experimenta en estos años, siendo la Iglesia, uno de los mejores ejemplos de instituciones, que quieren demorar este avance.
Por todo lo mencionado, la invitación para que concurran a El Tinglado está cursada, la cita es cerca de la medianoche, allí los esperan nueve talentosas brujitas, que recurrirán a sus poderes mágicos y a todos sus hechizos, para que los espectadores, disfruten de una velada teatral a pura risa.
Pensador Teatral.
martes, 12 de noviembre de 2019
Las Cuñadas
Dramaturgia de Florencia Naftulewicz. Dirección de Pilay Boyle y Florencia Naftulewicz.
Martes 21 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )
Una propuesta fresca y muy divertida aparece con Las Cuñadas, comedia desopilante, que revelará hasta donde, pueden estar dispuestas a llegar dos mujeres de clase alta, para conservar la buena reputación de la familia y mantener a salvo el negocio familiar.
Gynette y Gyselle se encuentran para la habitual sesión de belleza a domicilio que comparten todas las semanas, en las que tratan los típicos temas que pueden ocupar dos distinguidas damas de la alta sociedad, el trabajo de sus esposos, las mujeres de sus esposos, amigas, carteras, zapatos, los últimos tratamientos estéticos disponibles y rememorar los días de shopping en Miami, la meca que toda persona bien, tiene siempre a mano, vuelo mediante, para sus compras.
Gynette ( Florencia Naftulewicz ) y Gyselle ( Mercedes Moltedo ) son más que amigas, son familia, más precisamente cuñadas, ya que Gyselle está casada con Roberto, el hermano de Gynette. La charla entre ellas venía relajada como siempre, hasta que surge un secreto a voces, la relación de la pareja, viene barranca abajo y el motivo es contundente, Roberto está saliendo de viaje muy seguido con un amigo, que es más que un amigo. Todavía no se animo a salir del closet, pero sus preferencias amorosas, se están tornando en algo difícil de ocultar.
Las cuñadas en el medio de una sesión de manicura y de los tragos que preparan para amenizar el momento, llegan a la terrible conclusión, que si las inclinaciones sexuales de Roberto, llega a ser conocidas, la financiera que maneja se iría a la bancarrota. Ninguno de los conocidos, seguiría confiando en aquel hombre y el imperio familiar se derrumbaría en poco tiempo, algo que sería un catástrofe económica para ambas mujeres, ya que sus ingresos y posición social, dependen del buen funcionamiento del negocio.
La tensión comienza a ganar espacio, Gynette es la que toma la iniciativa y se muestra dispuesta a todo para salvar el matrimonio de su hermano, por eso maquina un plan tan arriesgado, como disparatado, en el cual Miriam, la manicura y circunstancial acompañante de esa jornada hogareña de belleza, será la gran protagonista. La idea será que ante su círculo de conocidos, se haga pasar por la amante de Roberto, cualquier recurso es válido, con tal de evitar el escarnio público, que sufriría la familia si trascendiera su verdadera identidad sexual.
Al principio, el plan de Gynette no convence a su cuñada, pero su insistencia y fuerte carácter, provocará que Gyselle, acepte la idea que además de ser disparatada, la convertirá en cornuda al instante. Y convencer a la manicura sería sencillo ?? Ambas piensan que si, que con algún incentivo económico y alguna promesa de viaje, el camino estaría allanado y contarían con la total colaboración de esa mujer de origen paraguayo, que pese a pertenecer a un clase social, tan lejana a ellas, sería una pieza clave, para salvar el imperio familiar. Hasta allí contaremos. Si la idea fue buena o no, los lectores, lo descubrirán cuando vean la obra, pero les adelantamos, que muchas veces, el diablo mete la cola y lo que parece una buena idea en un comienzo, se puede convertir en una pesadilla.
La trama es muy dinámica y fluye, el público se engancha desde el principio, con un texto muy divertido escrito por Florencia, que creemos tiene tan buena recepción, porque resulta cercano para los espectadores, que si bien encuentran una caracterización exagerada adrede, se reflejan en la trama y en el comportamiento de alguna de las protagonistas.
Nos gustaron mucho las actuaciones que presenta la obra. Tres jóvenes y talentosas actrices, que se sienten a gusto con el texto, se nota se divierten en escena y a partir de allí pueden lucirse mucho. Florencia Naftulewicz, es la gran protagonista de la obra, en su triple función, ya que además de ser la autora y dirigir la pieza junto a Pilar Boyle, nos regala una interpretación magnífica, componiendo a una dama de la high society, manipuladora y de fuerte carácter, mostrando estar decidida a todo, con tal de salvar el buen nombre de la familia. Nos encantó el trabajo de Florencia, una joven actriz a la que sobra talento y carisma, mostrando en ese caso, sus condiciones para la comedia.
Mercedes Moltedo, la acompaña en gran forma. Con modales muy finos y algo más calmada que su cuñada, aunque al principio, muestra algunas dudas con el plan ideado, finalmente lo apoyará de manera abierta. A Mercedes, la elogiamos mucho por su actuación en La Pilarcita, una obra casi de culto del off. Aquí en un papel diametralmente opuesto, muestra toda su versatilidad.
Completan el triángulo virtuoso, Julia Galeano en el papel de la manicura. Tímida al principio, casi sin hablar, irá ganando en confianza a medida que avanza la trama y comienza a darse cuenta, que puede sacar tajada, ante la desesperación de esas dos mujeres,, mostrándose en final, con unas ínfulas que descoloca a las cuñadas. Una verdadera revelación Julia, que compone un personaje muy divertido-
Las tres actrices, se lucen mucho y saben reírse de si mismas, algo que redunda en el bien de una obra, con la que el público se engancha desde el comienzo. Con mucha química entre ellas, consiguen darle mucha fluidez a la trama.
La puesta como dijimos es muy entretenida y fresca. Las actrices juegan mucho hablando en verso y esto le otorga un atractivo adicional al desarrollo del espectáculo. Destacamos el diseño de luces y escenográfico, a cargo de Leandro Crocco.
Nos divertimos mucho viendo Las Cuñadas, una propuesta, que en tono satírico, además de generar muchas risas, nos invita a reflexionar acerca de temas, como la hipocresía, el conflicto de clases y como muchas veces, aquellos que pertenecen a una clase acomodada, toman como algo normal, discriminar, a los que no pertenecen a su clase y poder cometer abusos de todo tipo, como si el dinero sirviera para justificar algunas conductas.
Una comedia para reír y mirar hacia nuestro interior, con un texto tan entretenido como cercano y actuaciones magníficas, redondean esta desopilante propuesta del teatro independiente, que gracias a la fuerza, del boca a boca, esté teniendo un gran suceso de público, que demuestra agotando localidades desde su estreno, algo que muy pocas obras consiguen, mostrando que la risa, siempre es una buena receta.
Pensador Teatral.
Martes 21 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )
Una propuesta fresca y muy divertida aparece con Las Cuñadas, comedia desopilante, que revelará hasta donde, pueden estar dispuestas a llegar dos mujeres de clase alta, para conservar la buena reputación de la familia y mantener a salvo el negocio familiar.
Gynette y Gyselle se encuentran para la habitual sesión de belleza a domicilio que comparten todas las semanas, en las que tratan los típicos temas que pueden ocupar dos distinguidas damas de la alta sociedad, el trabajo de sus esposos, las mujeres de sus esposos, amigas, carteras, zapatos, los últimos tratamientos estéticos disponibles y rememorar los días de shopping en Miami, la meca que toda persona bien, tiene siempre a mano, vuelo mediante, para sus compras.
Gynette ( Florencia Naftulewicz ) y Gyselle ( Mercedes Moltedo ) son más que amigas, son familia, más precisamente cuñadas, ya que Gyselle está casada con Roberto, el hermano de Gynette. La charla entre ellas venía relajada como siempre, hasta que surge un secreto a voces, la relación de la pareja, viene barranca abajo y el motivo es contundente, Roberto está saliendo de viaje muy seguido con un amigo, que es más que un amigo. Todavía no se animo a salir del closet, pero sus preferencias amorosas, se están tornando en algo difícil de ocultar.
Las cuñadas en el medio de una sesión de manicura y de los tragos que preparan para amenizar el momento, llegan a la terrible conclusión, que si las inclinaciones sexuales de Roberto, llega a ser conocidas, la financiera que maneja se iría a la bancarrota. Ninguno de los conocidos, seguiría confiando en aquel hombre y el imperio familiar se derrumbaría en poco tiempo, algo que sería un catástrofe económica para ambas mujeres, ya que sus ingresos y posición social, dependen del buen funcionamiento del negocio.
La tensión comienza a ganar espacio, Gynette es la que toma la iniciativa y se muestra dispuesta a todo para salvar el matrimonio de su hermano, por eso maquina un plan tan arriesgado, como disparatado, en el cual Miriam, la manicura y circunstancial acompañante de esa jornada hogareña de belleza, será la gran protagonista. La idea será que ante su círculo de conocidos, se haga pasar por la amante de Roberto, cualquier recurso es válido, con tal de evitar el escarnio público, que sufriría la familia si trascendiera su verdadera identidad sexual.
Al principio, el plan de Gynette no convence a su cuñada, pero su insistencia y fuerte carácter, provocará que Gyselle, acepte la idea que además de ser disparatada, la convertirá en cornuda al instante. Y convencer a la manicura sería sencillo ?? Ambas piensan que si, que con algún incentivo económico y alguna promesa de viaje, el camino estaría allanado y contarían con la total colaboración de esa mujer de origen paraguayo, que pese a pertenecer a un clase social, tan lejana a ellas, sería una pieza clave, para salvar el imperio familiar. Hasta allí contaremos. Si la idea fue buena o no, los lectores, lo descubrirán cuando vean la obra, pero les adelantamos, que muchas veces, el diablo mete la cola y lo que parece una buena idea en un comienzo, se puede convertir en una pesadilla.
La trama es muy dinámica y fluye, el público se engancha desde el principio, con un texto muy divertido escrito por Florencia, que creemos tiene tan buena recepción, porque resulta cercano para los espectadores, que si bien encuentran una caracterización exagerada adrede, se reflejan en la trama y en el comportamiento de alguna de las protagonistas.
Nos gustaron mucho las actuaciones que presenta la obra. Tres jóvenes y talentosas actrices, que se sienten a gusto con el texto, se nota se divierten en escena y a partir de allí pueden lucirse mucho. Florencia Naftulewicz, es la gran protagonista de la obra, en su triple función, ya que además de ser la autora y dirigir la pieza junto a Pilar Boyle, nos regala una interpretación magnífica, componiendo a una dama de la high society, manipuladora y de fuerte carácter, mostrando estar decidida a todo, con tal de salvar el buen nombre de la familia. Nos encantó el trabajo de Florencia, una joven actriz a la que sobra talento y carisma, mostrando en ese caso, sus condiciones para la comedia.
Mercedes Moltedo, la acompaña en gran forma. Con modales muy finos y algo más calmada que su cuñada, aunque al principio, muestra algunas dudas con el plan ideado, finalmente lo apoyará de manera abierta. A Mercedes, la elogiamos mucho por su actuación en La Pilarcita, una obra casi de culto del off. Aquí en un papel diametralmente opuesto, muestra toda su versatilidad.
Completan el triángulo virtuoso, Julia Galeano en el papel de la manicura. Tímida al principio, casi sin hablar, irá ganando en confianza a medida que avanza la trama y comienza a darse cuenta, que puede sacar tajada, ante la desesperación de esas dos mujeres,, mostrándose en final, con unas ínfulas que descoloca a las cuñadas. Una verdadera revelación Julia, que compone un personaje muy divertido-
Las tres actrices, se lucen mucho y saben reírse de si mismas, algo que redunda en el bien de una obra, con la que el público se engancha desde el comienzo. Con mucha química entre ellas, consiguen darle mucha fluidez a la trama.
La puesta como dijimos es muy entretenida y fresca. Las actrices juegan mucho hablando en verso y esto le otorga un atractivo adicional al desarrollo del espectáculo. Destacamos el diseño de luces y escenográfico, a cargo de Leandro Crocco.
Nos divertimos mucho viendo Las Cuñadas, una propuesta, que en tono satírico, además de generar muchas risas, nos invita a reflexionar acerca de temas, como la hipocresía, el conflicto de clases y como muchas veces, aquellos que pertenecen a una clase acomodada, toman como algo normal, discriminar, a los que no pertenecen a su clase y poder cometer abusos de todo tipo, como si el dinero sirviera para justificar algunas conductas.
Una comedia para reír y mirar hacia nuestro interior, con un texto tan entretenido como cercano y actuaciones magníficas, redondean esta desopilante propuesta del teatro independiente, que gracias a la fuerza, del boca a boca, esté teniendo un gran suceso de público, que demuestra agotando localidades desde su estreno, algo que muy pocas obras consiguen, mostrando que la risa, siempre es una buena receta.
Pensador Teatral.
sábado, 9 de noviembre de 2019
Trastorno
Dramaturgia de Pompeyo Audivert. Dirección de Pompeyo Audivert y Andrés Mangone.
Viernes y Sábados 20 hs - Domingo 19 hs.
El genial Pompeyo Audivert, nos presenta esta versión libre de El Pasado, obra escrita en 1906, por por el dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, que sorprende por su vigencia, en una puesta donde el autor intensifica los diálogos y los vínculos familiares, dando un tono de grotesco a la pieza, característica, que ya es un sello distintivo en las obras de Pompeyo.
La obra nos mostrará a una familia oligarca de Buenos Aires de algunas décadas atrás, cuyos integrantes muestran un profundo desprecio por las clases populares. El conflicto social estará presente a lo largo de toda la trama y ese aire de superioridad, que otorga tener una buena posición social y económica, concede un poder que parece darle a todos los integrantes de la familia, una impunidad sin límites.
No vamos a contar demasiado para conservar el suspenso, solo diremos que en esta familia particular, las apariencias resultarán lo primordial, lo importante es guardar la imagen y para conseguir ese objetivo, cualquier medio es aceptable. La tierra se esconde abajo de la alfombra, la mentira puede llegar a límites insospechados, siempre aparecerá un recurso adicional y una nueva mentira, que ayudarán a que la verdad no salga a la luz. En el caso de esta familia en particular, hay un secreto guardado bajo siete llaves, que si trascendiera, causaría un verdadero terremoto.
Para que este estilo de grotesco y sainete, que propone el autor, se proyecte con éxito, es necesario contar con muy buenos actores, que lleven adelante la puesta y esto aquí se consigue de la mano de un muy buen elenco.
La gran figura de la noche, es el propio Pompeyo Audivert, que compone con brillantez a Rosario, la jefa de familia, la gran tiritera, que dará una clase magistral de manipulación, encontrando siempre la forma, de que todos estén pendientes de ella y dispuestos a no contrariarla. La interpretación de Audivert, es hipnótica, sin dudas de las mejores actuaciones que vimos a lo largo del año. Con un histriónismo admirable, resulta un placer disfrutar cada uno de sus gestos, miradas, tonos de voz y desplegar todos sus recursos, para adueñarse de la escena. Un verdadero lujo, poder ver a Pompeyo en este papel, generando risas y admiración en la platea.
La figura descollante de Pompeyo, brilla tanto, que por momentos parece minimizar el resto de las actuaciones, pero no hay que ser injustos, ya que si la obra se caracteriza por algo, es por las excelentes interpretaciones que presenta, si bien es cierto que la mayoría de los personajes, se perfilarán, de acuerdo a la relación que tienen con Rosario, la que corta el bacalao en esta familia.
Son muy buenas las actuaciones, de sus hijos en la ficción, por un lado Juan Manuel Correa como Ernesto, el hijo menor, que sufrirá el desprecio de la familia Arce y ese será el disparador para una serie de enredos. Por otro lado, tenemos a Pablo Díaz, como José Antonio. En su caso abandonó el hogar familiar, cometiendo una traición en el medio, que nadie parece perdonarle, pero en verdad Rosario, lo sigue teniendo como el hijo de confianza, cómplice de su secreto y dispuesto a seguir sus pedidos. Estupendo trabajo el de ambos.
Del elenco femenino, mencionar a Ivana Zacharski, la hija mujer de la familia, que se debate entre su soltería y apuntalar a su madre. Nos gustó mucho el trabajo de Ivana. Julieta Carrera, como Tití, es tal vez quien más risas genera con su personaje desopilante, es la encargada de cuidar a Rosario y le encanta meterse y opinar en los asuntos familiares. De apariencia inofensiva, habrá que seguirla de cerca, ya que su lengua tiene un filo peligroso. Gran composición la de Julieta.
Completan el elenco Fernando Khabie, como la abuelita, muy buena caracterización de una anciana, que camina muy despacito, expresando su desprecio visceral por las clases bajas y gozando de la impunidad que otorgan los años. El elenco se completa con Fernando Naval, como Arce, el jefe de otra familia poderosa, que aparecerá promediando la obra, su presencia no pasará desapercibida, pero no vamos a contar demasiado de su personaje, para mantener el suspenso.
La puesta es muy atractiva, son pocos los elementos que ocupan el amplio escenario del Centro Cultural de la Cooperación, apenas un escritorio, un par de sillas y un piano son suficientes elementos para configurar la historia. Interesante como por momentos se amplia el espacio escénico, con alguno de los actores caminando por los pasillos de las butacas y dialogando con los actores que permanecen en el escenario.Destacamos el diseño lumínico de Leandra Rodríguez colaborando con ese clima de penumbra que tiene la obra. Párrafo especial para la música en vivo de Claudio Peña, agregando valor a la puesta.
Disfrutamos mucho de Trastorno, un culebrón familiar, en el que se darán situaciones desopilantes y grotescas, se tejerán alianzas y batallas entre los diversos integrantes del clan, apareciendo mentiras que se sostienen hasta límites impensados, siempre con el objetivo, que el afuera no se entere, lo que realmente sucede puertas adentro de la casa.
La obra se viene presentando, hace meses ya y con gran suceso, a sala llena y sumando funciones desde su estreno, debido a la buena respuesta del público, que encuentra en esta pieza, un muy buen motivo para ver teatro con sello rioplatense, una trama que resulta cercena y actuaciones magníficas, en especial la de Pompeyo Audivert, que sin dudas podemos incluirla en el podio, entre las mejores interpretaciones que vimos en el corriente año, de la mano de su inefable Rosario. Nos gustó mucho Trastorno y por eso la recomendamos. Una propuesta para reír, reflexionar y ser testigos de lo que puede suceder, hasta en las mejores familias, cuando la mentira se apodera de las relaciones.
Pensador Teatral.
Viernes y Sábados 20 hs - Domingo 19 hs.
El genial Pompeyo Audivert, nos presenta esta versión libre de El Pasado, obra escrita en 1906, por por el dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, que sorprende por su vigencia, en una puesta donde el autor intensifica los diálogos y los vínculos familiares, dando un tono de grotesco a la pieza, característica, que ya es un sello distintivo en las obras de Pompeyo.
La obra nos mostrará a una familia oligarca de Buenos Aires de algunas décadas atrás, cuyos integrantes muestran un profundo desprecio por las clases populares. El conflicto social estará presente a lo largo de toda la trama y ese aire de superioridad, que otorga tener una buena posición social y económica, concede un poder que parece darle a todos los integrantes de la familia, una impunidad sin límites.
No vamos a contar demasiado para conservar el suspenso, solo diremos que en esta familia particular, las apariencias resultarán lo primordial, lo importante es guardar la imagen y para conseguir ese objetivo, cualquier medio es aceptable. La tierra se esconde abajo de la alfombra, la mentira puede llegar a límites insospechados, siempre aparecerá un recurso adicional y una nueva mentira, que ayudarán a que la verdad no salga a la luz. En el caso de esta familia en particular, hay un secreto guardado bajo siete llaves, que si trascendiera, causaría un verdadero terremoto.
Para que este estilo de grotesco y sainete, que propone el autor, se proyecte con éxito, es necesario contar con muy buenos actores, que lleven adelante la puesta y esto aquí se consigue de la mano de un muy buen elenco.
La gran figura de la noche, es el propio Pompeyo Audivert, que compone con brillantez a Rosario, la jefa de familia, la gran tiritera, que dará una clase magistral de manipulación, encontrando siempre la forma, de que todos estén pendientes de ella y dispuestos a no contrariarla. La interpretación de Audivert, es hipnótica, sin dudas de las mejores actuaciones que vimos a lo largo del año. Con un histriónismo admirable, resulta un placer disfrutar cada uno de sus gestos, miradas, tonos de voz y desplegar todos sus recursos, para adueñarse de la escena. Un verdadero lujo, poder ver a Pompeyo en este papel, generando risas y admiración en la platea.
La figura descollante de Pompeyo, brilla tanto, que por momentos parece minimizar el resto de las actuaciones, pero no hay que ser injustos, ya que si la obra se caracteriza por algo, es por las excelentes interpretaciones que presenta, si bien es cierto que la mayoría de los personajes, se perfilarán, de acuerdo a la relación que tienen con Rosario, la que corta el bacalao en esta familia.
Son muy buenas las actuaciones, de sus hijos en la ficción, por un lado Juan Manuel Correa como Ernesto, el hijo menor, que sufrirá el desprecio de la familia Arce y ese será el disparador para una serie de enredos. Por otro lado, tenemos a Pablo Díaz, como José Antonio. En su caso abandonó el hogar familiar, cometiendo una traición en el medio, que nadie parece perdonarle, pero en verdad Rosario, lo sigue teniendo como el hijo de confianza, cómplice de su secreto y dispuesto a seguir sus pedidos. Estupendo trabajo el de ambos.
Del elenco femenino, mencionar a Ivana Zacharski, la hija mujer de la familia, que se debate entre su soltería y apuntalar a su madre. Nos gustó mucho el trabajo de Ivana. Julieta Carrera, como Tití, es tal vez quien más risas genera con su personaje desopilante, es la encargada de cuidar a Rosario y le encanta meterse y opinar en los asuntos familiares. De apariencia inofensiva, habrá que seguirla de cerca, ya que su lengua tiene un filo peligroso. Gran composición la de Julieta.
Completan el elenco Fernando Khabie, como la abuelita, muy buena caracterización de una anciana, que camina muy despacito, expresando su desprecio visceral por las clases bajas y gozando de la impunidad que otorgan los años. El elenco se completa con Fernando Naval, como Arce, el jefe de otra familia poderosa, que aparecerá promediando la obra, su presencia no pasará desapercibida, pero no vamos a contar demasiado de su personaje, para mantener el suspenso.
La puesta es muy atractiva, son pocos los elementos que ocupan el amplio escenario del Centro Cultural de la Cooperación, apenas un escritorio, un par de sillas y un piano son suficientes elementos para configurar la historia. Interesante como por momentos se amplia el espacio escénico, con alguno de los actores caminando por los pasillos de las butacas y dialogando con los actores que permanecen en el escenario.Destacamos el diseño lumínico de Leandra Rodríguez colaborando con ese clima de penumbra que tiene la obra. Párrafo especial para la música en vivo de Claudio Peña, agregando valor a la puesta.
Disfrutamos mucho de Trastorno, un culebrón familiar, en el que se darán situaciones desopilantes y grotescas, se tejerán alianzas y batallas entre los diversos integrantes del clan, apareciendo mentiras que se sostienen hasta límites impensados, siempre con el objetivo, que el afuera no se entere, lo que realmente sucede puertas adentro de la casa.
La obra se viene presentando, hace meses ya y con gran suceso, a sala llena y sumando funciones desde su estreno, debido a la buena respuesta del público, que encuentra en esta pieza, un muy buen motivo para ver teatro con sello rioplatense, una trama que resulta cercena y actuaciones magníficas, en especial la de Pompeyo Audivert, que sin dudas podemos incluirla en el podio, entre las mejores interpretaciones que vimos en el corriente año, de la mano de su inefable Rosario. Nos gustó mucho Trastorno y por eso la recomendamos. Una propuesta para reír, reflexionar y ser testigos de lo que puede suceder, hasta en las mejores familias, cuando la mentira se apodera de las relaciones.
Pensador Teatral.
jueves, 7 de noviembre de 2019
El Dogma
Dramaturgia y Dirección de Daniel Teveles.
Jueves 20 hs en El Tinlglado ( Mario Bravo 948 )
La obra de Daniel Teveles está basada en El Dios de la Venganza, escrita por el novelista y dramaturgo polaco Sholem Asch, uno de los grandes escritores judíos del Siglo XX, nominado para el Premio Nobel de Literatura en 1935. La pieza mencionada fue escrita en idish, idioma derivado de la lengua judía, una mezcla de alemán, hebreo y arameo, era hablado por los judíos que habitaban Europa Central y Oriental y luego por sus descendientes en todo el mundo.
Teveles decide homenajear al desaparecido teatro idish, traduciendo la obra original al español, tomando la idea central de la pieza de Asch y adaptándola de manera muy interesante al conectarla con nuestra historia, ya que la mayor parte de la trama se desarrollará en la Argentina de 1920.
Pero vayamos de a poco, las acciones se iniciarán en una convulsionada Polonia zarista, allí Yankel el principal protagonista de esta historia, se enamorará perdidamente de Sara, una prostituta a la que conoce en una de sus visitas al prostíbulo que frecuenta. Le propone casamiento y deciden escapar de una Europa en conflicto, buscando mejores horizontes en un lejano país de América del Sur, llamado Argentina, que en los papeles, es una verdadera tierra de oportunidades.
Yankel, se afincará con su esposa Sara, en una Buenos Aires con mucha presencia judía, con la intención de ganarse el respeto de la comunidad local. Para ello tratará de aceitar sus contactos, con un conocido rabino y además con el intendente de la ciudad, colaborando con contribuciones monetarias, que le permitan desarrollar su negocio sin ser molestado, en una Argentina profundamente antisemita, gobernada en aquellos años por Hipólito Irigoyen.
Yankel o Jacobo, nombre que adopta aquí, tiene como propósito central, críar a su hija en la mayor virtud, cumpliendo todos los preceptos religiosos, para que llega casta y pura al matrimonio, proyectado con algún buen candidato de la comunidad local. Para asegurar su propósito se acercará a la religión, visitando asiduamente la sinagoga, a cargo del Rabino Elie. No dudará en invertir, una importante suma de dinero, para adquirir unos rollos de la Torá, el Libro más antiguo y sagrado de los judíos, para obsequiar a su querida hija Rivkele.
El problema para Yankel radica en que pese a ufanarse de cumplir los preceptos de su religión, la manera de ganarse la vida en Buenos Aires, no era precisamente la más santa, ya que regentea un prostíbulo, que funciona en el subsuelo de su propio hogar.
La hipocresía y la doble moral, puede apreciarse en su máxima expresión, ya que aboga, para que su hija viva bien alejada del pecado y al mismo tiempo, explota mujeres, que estaban bajo su tutela, cumpliendo el oficio más antiguo del mundo.
No vamos a contar mucho más, para conservar el suspenso, solo diremos que su hija Rivkele, descubrirá la existencia del prostíbulo, situado casi en su mismo hogar y con toda su inocencia a cuestas, se hará amiga de una de las trabajadoras que allí cumple tareas y a partir de ese momento, todo el plan maquinado por su padre, empezaría a derrumbarse. Cumplimos nuestra palabra y no contamos más, dejamos que el espectador, cuando vea la obra, descubra que sucederá con esa ñiña pura e inocente, solo adelantaremos, que la paz del hogar de los Chapchovich, cederá paso a tempestades.
La obra encuentra actuaciones para destacar y hay un despliegue escénico importante, ya que serán once los actores, que serán parte del espectáculo, un número poco habitual para el teatro independiente, que en épocas de vacas flacas, presenta muchos unipersonales o piezas con muy pocos actores, es por ello que debemos destacar el esfuerzo, que resulta reunir un elenco numeroso, que permite la aparición, de muchos personajes y un generoso desarrollo de la trama.
Muy lograda la composición de Charley Rappaport, como Yanke, mostrando de muy buen manera esa dos caras que mencionamos, por un lado la pretendida obediencia a los mandatos religiosos y al mismo tiempo, la prostitución como medio de vida y la denigración en general para con las mujeres. Gaby Barrios, se luce mucho en el papel de Sara, una mujer que quiere olvidarse de su pasado en Polonia y solo enfocarse a su nueva vida en Argentina, A Gaby, la elogiamos en anteriores trabajos y aquí vuelve a lucirse.
María Ventura como Rivkele, la hija prisionera en ese hogar en el que reina la doble moral y Ximena Di Toro como Manke, además de cumplir muy buenas actuaciones, tendrán juntas un par de escenas que se destacan por la belleza visual y la sensibilidad. Destacamos las tareas de ambas. Silvina Trawier se destacará en un rol de presentadora, marcando con buena cadencia, el comienzo y final de la historia. Otra actuación femenina destacada es la de Lucrecía Rodríguez como Madam Bashia.
Oscar Sanabria es el histriónico y pragmático Rabino Elie, Federico Andés un político chanta y con tintes antisemitas, Javier Ulises es el solemne Schloime. Completan el elenco, Manuela Castel y Juliana Ianniccillo, que aportan frescura y juventud a una puesta más bien dura.
Creemos que fue un acto de justicia, mencionar aunque sea de manera breve a cada integrante del elenco, ya que todos hacen su aporte importante, para este todo que es El Dogma. Hay un trabajo importante del director para manejar un elenco numeroso y heterógeneo.
La puesta tiene algunos elementos para resaltar, como la realización de vestuario de época de Tamara Olivencia y María Carcaño, que se luce a lo largo de toda la trama, el diseño escenográfico de la misma Tamara junto a Edgardo Ocampo Orozco y debe mencionarse la música original de Daniel Schnock. Una puesta atractiva y con muchas matices es la que nos presenta el director.
En definitiva, el espectador se encontrará con una propuesta muy interesante, que servirá para la reflexión, dejando al desnudo la doble moral y la hipocresía que muchas veces reina en la sociedad, donde los que quieren dar clases de moral, muchas veces, tienen una vida oculta, miserable y despreciable. El autor además deja en claro, como el fanatismo, no es una virtud, por el contrario, es una manera de tratar de imponer ideas, sin dar espacio, al pensamiento propio. Y además el texto, deja en claro, como muchas veces, el querer imponer mandatos familiares o sociales, a nuestros hijos, puede ser una idea muy arraigada, pero que no encontrará buena recepción, más en estos tiempos, de cambios que afortunadamente vive la sociedad.
El Dogma, es sin dudas, una obra que tiene muchos elementos de interés y una vigencia absoluta, por eso, no sorprende el interés del público en ver la obra, algo que pudimos comprobar al ver colmada como pocas veces la amplia y cómoda sala de El Tinglado. Un tributo al teatro idish, una historia fuerte, de amores e imposiciones familiares, con actuaciones muy destacadas, es el combo que Daniel Teveles nos ofrece, en esta muy buena propuesta del teatro independiente.
Pensador Teatral.
Jueves 20 hs en El Tinlglado ( Mario Bravo 948 )
La obra de Daniel Teveles está basada en El Dios de la Venganza, escrita por el novelista y dramaturgo polaco Sholem Asch, uno de los grandes escritores judíos del Siglo XX, nominado para el Premio Nobel de Literatura en 1935. La pieza mencionada fue escrita en idish, idioma derivado de la lengua judía, una mezcla de alemán, hebreo y arameo, era hablado por los judíos que habitaban Europa Central y Oriental y luego por sus descendientes en todo el mundo.
Teveles decide homenajear al desaparecido teatro idish, traduciendo la obra original al español, tomando la idea central de la pieza de Asch y adaptándola de manera muy interesante al conectarla con nuestra historia, ya que la mayor parte de la trama se desarrollará en la Argentina de 1920.
Pero vayamos de a poco, las acciones se iniciarán en una convulsionada Polonia zarista, allí Yankel el principal protagonista de esta historia, se enamorará perdidamente de Sara, una prostituta a la que conoce en una de sus visitas al prostíbulo que frecuenta. Le propone casamiento y deciden escapar de una Europa en conflicto, buscando mejores horizontes en un lejano país de América del Sur, llamado Argentina, que en los papeles, es una verdadera tierra de oportunidades.
Yankel, se afincará con su esposa Sara, en una Buenos Aires con mucha presencia judía, con la intención de ganarse el respeto de la comunidad local. Para ello tratará de aceitar sus contactos, con un conocido rabino y además con el intendente de la ciudad, colaborando con contribuciones monetarias, que le permitan desarrollar su negocio sin ser molestado, en una Argentina profundamente antisemita, gobernada en aquellos años por Hipólito Irigoyen.
Yankel o Jacobo, nombre que adopta aquí, tiene como propósito central, críar a su hija en la mayor virtud, cumpliendo todos los preceptos religiosos, para que llega casta y pura al matrimonio, proyectado con algún buen candidato de la comunidad local. Para asegurar su propósito se acercará a la religión, visitando asiduamente la sinagoga, a cargo del Rabino Elie. No dudará en invertir, una importante suma de dinero, para adquirir unos rollos de la Torá, el Libro más antiguo y sagrado de los judíos, para obsequiar a su querida hija Rivkele.
El problema para Yankel radica en que pese a ufanarse de cumplir los preceptos de su religión, la manera de ganarse la vida en Buenos Aires, no era precisamente la más santa, ya que regentea un prostíbulo, que funciona en el subsuelo de su propio hogar.
La hipocresía y la doble moral, puede apreciarse en su máxima expresión, ya que aboga, para que su hija viva bien alejada del pecado y al mismo tiempo, explota mujeres, que estaban bajo su tutela, cumpliendo el oficio más antiguo del mundo.
No vamos a contar mucho más, para conservar el suspenso, solo diremos que su hija Rivkele, descubrirá la existencia del prostíbulo, situado casi en su mismo hogar y con toda su inocencia a cuestas, se hará amiga de una de las trabajadoras que allí cumple tareas y a partir de ese momento, todo el plan maquinado por su padre, empezaría a derrumbarse. Cumplimos nuestra palabra y no contamos más, dejamos que el espectador, cuando vea la obra, descubra que sucederá con esa ñiña pura e inocente, solo adelantaremos, que la paz del hogar de los Chapchovich, cederá paso a tempestades.
La obra encuentra actuaciones para destacar y hay un despliegue escénico importante, ya que serán once los actores, que serán parte del espectáculo, un número poco habitual para el teatro independiente, que en épocas de vacas flacas, presenta muchos unipersonales o piezas con muy pocos actores, es por ello que debemos destacar el esfuerzo, que resulta reunir un elenco numeroso, que permite la aparición, de muchos personajes y un generoso desarrollo de la trama.
Muy lograda la composición de Charley Rappaport, como Yanke, mostrando de muy buen manera esa dos caras que mencionamos, por un lado la pretendida obediencia a los mandatos religiosos y al mismo tiempo, la prostitución como medio de vida y la denigración en general para con las mujeres. Gaby Barrios, se luce mucho en el papel de Sara, una mujer que quiere olvidarse de su pasado en Polonia y solo enfocarse a su nueva vida en Argentina, A Gaby, la elogiamos en anteriores trabajos y aquí vuelve a lucirse.
María Ventura como Rivkele, la hija prisionera en ese hogar en el que reina la doble moral y Ximena Di Toro como Manke, además de cumplir muy buenas actuaciones, tendrán juntas un par de escenas que se destacan por la belleza visual y la sensibilidad. Destacamos las tareas de ambas. Silvina Trawier se destacará en un rol de presentadora, marcando con buena cadencia, el comienzo y final de la historia. Otra actuación femenina destacada es la de Lucrecía Rodríguez como Madam Bashia.
Oscar Sanabria es el histriónico y pragmático Rabino Elie, Federico Andés un político chanta y con tintes antisemitas, Javier Ulises es el solemne Schloime. Completan el elenco, Manuela Castel y Juliana Ianniccillo, que aportan frescura y juventud a una puesta más bien dura.
Creemos que fue un acto de justicia, mencionar aunque sea de manera breve a cada integrante del elenco, ya que todos hacen su aporte importante, para este todo que es El Dogma. Hay un trabajo importante del director para manejar un elenco numeroso y heterógeneo.
La puesta tiene algunos elementos para resaltar, como la realización de vestuario de época de Tamara Olivencia y María Carcaño, que se luce a lo largo de toda la trama, el diseño escenográfico de la misma Tamara junto a Edgardo Ocampo Orozco y debe mencionarse la música original de Daniel Schnock. Una puesta atractiva y con muchas matices es la que nos presenta el director.
En definitiva, el espectador se encontrará con una propuesta muy interesante, que servirá para la reflexión, dejando al desnudo la doble moral y la hipocresía que muchas veces reina en la sociedad, donde los que quieren dar clases de moral, muchas veces, tienen una vida oculta, miserable y despreciable. El autor además deja en claro, como el fanatismo, no es una virtud, por el contrario, es una manera de tratar de imponer ideas, sin dar espacio, al pensamiento propio. Y además el texto, deja en claro, como muchas veces, el querer imponer mandatos familiares o sociales, a nuestros hijos, puede ser una idea muy arraigada, pero que no encontrará buena recepción, más en estos tiempos, de cambios que afortunadamente vive la sociedad.
El Dogma, es sin dudas, una obra que tiene muchos elementos de interés y una vigencia absoluta, por eso, no sorprende el interés del público en ver la obra, algo que pudimos comprobar al ver colmada como pocas veces la amplia y cómoda sala de El Tinglado. Un tributo al teatro idish, una historia fuerte, de amores e imposiciones familiares, con actuaciones muy destacadas, es el combo que Daniel Teveles nos ofrece, en esta muy buena propuesta del teatro independiente.
Pensador Teatral.
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