lunes, 18 de octubre de 2021

El Montaplatos

Dramaturgia de Harold Pinter . Dirección de Alejandro Vizzotti.

 

 


 

Lunes 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )

De la mano de la compañìa De Carencia Virtú, llega esta original versión de El Montaplatos, escrita en 1959 por el dramaturgo inglés Harold Pinter, en la que fue una de sus primeras obras y cuando se lo consideraba en esos momentos como uno de los herederos del teatro del absurdo. Decimos que está versión, que esta versión dirigida por Alejandro Vizzotti es original, porque los personajes masculinos de Ben y Gus, los llevan adelante dos mujeres, en vez de actores hombres como la pieza original.

 

 


 

La pieza se centra en dos asesinos a sueldo, que se encuentran confinados en una habitación cerrada y sin iluminación externa. Deben permanecer allí, dejando simplemente que el tiempo transcurra, solo a la espera de una llamada, que les indique que deben entrar en acción. No saben quien es la persona que le dá las órdenes, ni tienen idea tampoco quien será la víctima. Esta falta de información, si bien puede resultar inquietante, no es algo que los preocupe demasiado, ya que si el jefe les da la orden, ellos cumplirán con la misma y luego se irán a casa, esperando una nueva convocatoria, sin dar demasiadas vueltas al tema.

Las charlas que mantienen Ben y Gus son sobre temas triviales, comentan las noticias del periódico, el color de la vajilla y el estado de la habitación en la que tienen que esperar. El tiempo parece no transcurrir, la inacción en esa habitación comienza a hacerse densa y los sicarios comienzan a ponerse nerviosos, esperando que llegue rápido el llamado del jefe, para cumplir el trabajo y salir de allí, para volver a sus hogares.

 

 


 

Pero cuando el tedio dominaba, ocurre lo imprevisto, se escuchan ruidos como de un ascensor, se ponen en estado de alerta, pero lo que sucederá será algo sorpresivo, ya que repentinamente bajará un montaplatos de restaurante desde una abertura oculta en la pared, y vendrá con una comanda, que pide diferentes platos. Los protagonistas, se ven sorprendidos y agobiados por la llegada de ese extraño pedido. Y allí comienzan a fluir el humor y el absurdo. Ellos están allí por otro motivo, pero si desde arriba llegan pedidos de comida, ellos deberán hacer lo posible para cumplir con los mismos y hasta allí vamos a contar, porque el suspenso es uno de los elementos distintivos que tiene la trama y no queremos dar más detalles.

El argumento tan disparatado y el sinsentido que reina en aquella habitación, requiere interpretaciones muy precisas para estar en sintonía y aquí es donde aparece la dupla conformada por Sonia Novello y Claudia Mac Auliffe, dos excelentes actrices, que forman parte de la compañía De Carencia Virtú y a quien ya vimos trabajar juntas en otra obras que recordamos como Misterio del Ramo de Rosas y Casi un Feliz Encuentro.

Sonia y Claudia, tienen una química muy especial, se entienden a la perfección con solo mirarse. Se divierten en escena, disfrutan de estar allí actuando juntas y esto es algo que le agrega mucho valor a este texto donde el absurdo, puede ser un condicionante. Aquí esto no ocurre, al contrario, la complicidad que tiene, suman momentos graciosos y se potencian las interpretaciones de las protagonistas.

 

 


 

Ambas interpretaciones, requieren un componente corporal importante, hay algo de clown en sus movimientos y además logran resolver con solvencia el desafío que implica representar a dos personajes masculinos, con una gestualidad acorde, para representar a Ben y a Gus. Sin dudas las interpretaciones de Sonia y Claudia, son el motor de esta obra son dos actrices excelente y de experiencia, que con gran presencia escénica, saben mostrarse a gusto con la dramaturgia de Pinter.

La dirección de Alejandro Vizzotti es efectiva, creando la atmósfera opresiva y asfixiante que pide el texto de Pinter. Se percibe la sensación de agobio y encierro de los protagonistas, colaborando para esto el sobrio diseño escenográfico de Ariel Vaccaro y el inquietante diseño sonoro de Rafael Sucheras. El espectador respira la tensión que se respira en el ambiente y trata de estar atento para no perder detalle, ya que en todo momento ronda la sensación, que repentinamente algo sorpresivo sucederá

 

 


 

 

El Montaplatos, pese a haberse escrito hace más de cincuenta años, sigue mostrando su plena vigencia. Acatar las órdenes que recibimos de un ente superior, sin cuestionar nada y sin tratar de encontrar sentido a lo que hacen, es algo naturalizado. No nos pagan por pensar, sino por cumplir lo que nos ordenan. Si un jefe nos pide algo, debe tener sentido, que nosotros no lo conozcamos, es algo irrelevante Es interesante también señalar, como entre los subordinados, se crea también una relación de jerarquías, donde uno ordena y el otro debe acatar, sin tener claro porque ocurre este grado de división.

Celebramos que el teatro independiente asuma el desafío de llevar adelante, propuestas como esta de Harold Pinter, que mediante el absurdo y el sin sentido, logra movilizar al espectador, invitándolo a la reflexión, ya que cuestiona muchos de los comportamientos que rutinariamente llevamos a cabo, casi por inercia, sin detenernos nunca a pensar, si realmente tiene alguna justificación o produce algún beneficio lo que estamos haciendo. Si a todo lo mencionado, le sumamos una puesta original y dos excelentes actuaciones, la mesa del buen teatro independiente está puesta, esperando que los pedidos de los comensales, sean satisfechos.



Pensador Teatral.



sábado, 16 de octubre de 2021

Chaco Arde

Dramaturgia de Gonzalo Quintana, Belén Amada y Micaela Fariña. Dirección de Gonzalo Quintana.

 

 


 

Sábados 21 hs en Tadrón Teatro ( Niceto Vega 4802 ) 

Estamos en presencia de una original y lucida propuesta que nos habla de amores incondicionales y amistades a prueba de balas. Chaco Arde, un melodrama musical muy creativo, que acelerará a fondo y no se detendrá ante nada, en la búsqueda que el verdadero amor sea el que triunfe.

La obra transita su segunda temporada y al ver la potencia que tiene la historia y la fuerza que le imprimen sus protagonistas, podemos afirmar que está no será la última, ya que el relato además de ser original, tiene una trama atrapante y vertiginosa, que hace que el espectador se enganche desde el arranque y no se distraiga nunca.

 

 

 


Contemos que Chaco Arde, nos hablará de dos amigas sedientas de venganza. Pasaron veinte años, desde que egresaron de la secundaria, pero tienen buena memoria y no se olvidan de lo cruel que fueron sus compañeros de curso con ellas. Fueron años de bullying que debieron soportar y además tienen muy presente lo que sucedió en aquel viaje de egresados a Bariloche.

Sandra Díaz ( Micaela Fariña ) y Alejandra Gorriti ( Marina Ortega ) son las amigas sufrientes que no dudarán en unir sus fuerzas, para perpetrar la venganza. No importa que para ello, deban viajar al Chaco en pleno verano en un auto sin aire acondicionado, con tal de impedir el casamiento entre Paola y Mariano, dos ex compañeros de su promoción.

 

 


Que no hayan sido invitadas a la fiesta de casamiento es un detalle menor, que no les va a impedir estar presentes, no serán obstáculo los 900 kms que deben recorrer hasta el Chaco y tampoco lo será, que en la ruta deban robar un auto para poder continuar camino y ni aún sufrir un choque en el trayecto que las deje algo maltrechas. Ellas están unidas y decididas a todo. La venganza es un plato que se come frío y la hora del banquete ha llegado. La obra tiene un componente de suspenso importante, por eso no vamos a contar más. Para conocer que sucedió en aquel viaje caliente y enterarse si podrán completar finalmente la venganza planificada, deberán ver la obra, que vale mucho la pena.

La dramaturgia es potente y no da respiros, pero no hay dudas que el gran motor de la historia, son las magníficas actuaciones de la dupla protagónica formada por Micaela Fariña y Marina Ortega, que además de realizar composiciones estupendas, se entregan de manera descomunal, en una obra que exige mucho desde lo físico y les aseguramos que no se guardan nada.

 

 


 

Micaela Fariña compone a una pasional Sandra, que aún no puede olvidar aquel beso de Pao en Bariloche y ese amor fallido que aún le da vueltas por la cabeza. Destacamos su histrionismo a flor de piel, es un verdadero volcán en erupción y además muestra sus excelentes condiciones para el género musical, ya que está a cargo de los momentos musicales de la obra, guitarra en mano y con una voz hermosa. Con notable presencia escénica y mucho desparpajo, nos encantó el trabajo de Micaela, que es una de las impulsoras del proyecto.

 Marina Ortega, que se incorporó esta temporada a la obra, compone a una Alejandra incondicional, dispuesta a hacer la pata a su amiga y acompañarla en su alocado viaje. Ale luce más cerebral, pero estará dispuesta a romper todas las reglas para ayudar a Sandra, que obnubilada por el amor que le tiene a Pao, no logra pensar claramente. Buenísimo el trabajo de Marina. Está muy logrado el vínculo que se establece entre las amigas, caminando por una línea muy delgada entre una fuerte amistad y una relación algo más íntima, ya que es indudable que hay una atracción física entre ellas.

 

 



La dirección de Gonzalo Quintana, es realmente efectiva y logra potenciar los trabajos individuales de ambas actrices, que destacan mucho en el conjunto, creando una atmósfera íntima, en la que los espectadores pueden sumarse.

La puesta tiene varios elementos para destacar, con momentos musicales muy bien elaborados, el vestuario de Mailén Calvo y el diseño escenográfico de Lula Rojo, que con pocos elementos logra una excelente ambientación. Este es otro buen ejemplo, de como agudizando la creatividad, se pueden logran puestas realmente atractivas.

 

 


 

No queda mucho más para contar, reiterar que nos gustó mucho la propuesta de Chaco Arde, con una dramaturgia que se anima a tomar riesgos e ir a fondo, para hablarnos por un lado del amor y todo lo que estamos dispuestos a hacer en su nombre, sin importarnos las consecuencias. Y por otro lado, la obra nos ayuda a reflexionar acerca del valor de las amistades y de como muchas veces en la escuela, la crueldad de la mayoría, que toma de a punto a algunos, puede dejar cicatrices, que perduran aunque pasen los años.

Recomendamos Chaco Arde, es una gran idea emprender esta travesía junto a Sandra y Ale, un viaje algo delirante que nos hará reír, emocionar y disfrutar de exquisitos momentos musicales, gracias a una puesta vertiginosa y dos actrices que ponen toda la carne en el asador, para regalarnos una caliente  y emotiva noche de teatro independiente, resultando un verdadero canto al amor y la amistad.


Pensador Teatral.


jueves, 14 de octubre de 2021

Caturno

Dramaturgia y Dirección de Federico Buso.

 

 


 

Jueves 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una dramaturgia florida, verde y con muchas ramificaciones, nos acerca Federico Buso con Caturno, en su segunda incursión como autor. Su debut había sido con Bichas, una entrañable historia que recordamos se desplegaba en el interior sanjuanino y se centraba en el vínculo roto de dos hermanos. Aquí en Caturno, la historia se desarrolla en un vivero y los vínculos humanos también estarán presentes. Bichas nos había gustado mucho y luego de ver esta obra, podemos afirmar que Fede, tiene una sensibilidad especial para retratar los vínculos familiares ( seguramente esta historia y la anterior tienen recuerdos de su infancia ) y la virtud de contarlos de manera muy atractiva, ya que los inserta en relatos que resultan atractivas y cercanos al espectador.

 

 


 

Yendo a Caturno, las acciones como dijimos al comienzo se desarrollan en un vivero, que es un verdadero emprendimiento familiar, ya que allí trabajan Marce ( Matías Broglia ) y Fer ( Martín Tecchi ), que son primos, pero se muestran tan unidos que parecen hermanos. Los recuerdos y las historias que vivieron en la infancia, los marcaron a fuego y el lazo que los une es muy fuerte. Marce, es quien está encargado de atender al público y Fer es quien se encarga de las entregas y como tiene  "mano verde ", también del plantado. 

Pero no están solos en el negocio familiar. Con ellos trabaja Margui ( Débora Zanolli ), vieja conocida de la infancia de ambos y que de adolescente fue novia de Fer. No vamos a profundizar demasiado aquí, para mantener el suspenso, pero podemos adelantar que el triángulo que forman los primos y Margui, no pasará desapercibido, resultando inquietante y clave para la trama.

 

 


 

Ahora quien en verdad maneja los hilos del vivero es la tía, figura omnipresente, ya que hace un tiempo que nadie sabe donde está físicamente, pero sin embargo se las arregla para ser parte de los pensamientos y las conversaciones de los primos. El paradero de la tía es una incógnita, aunque nadie se preocupa por que saben que la tía se encuentra bien, ya que de manera misteriosa, mantiene comunicación con sus sobrinos y desde la distancia, sigue controlando que el negocio familiar bien. 

Donde está ala tía es un misterio, que no vamos a develar en estas líneas, aunque podemos decir que la hipótesis más posible, es que se encuentra en Caturno. Y que es Caturno ?? Donde queda ?? Es un planeta, una ciudad o es un lugar imaginario ... Como pueden suponer, no les vamos a dar la respuesta, nosotros aquí, para saberlo deberán ver la obra.

 El relato atrapa al espectador desde el arranque, con protagonistas dotados con un aire de ingenuidad, que los hace muy entrañables. No se criaron en una gran ciudad y eso le otorga una inocencia distintiva. La trama tiene momentos muy divertidos y otros de muy logrado suspenso. Rondan en la historia mitos populares y leyendas urbanas, como el del hombre de la bolsa o la Pericana ( San Juan presente de nuevo ) , que irán apareciendo en el relato, dándole a la historia, un toque fantástico que la hace muy atractiva.

 

 


 

La rica dramaturgia, se potencia por la aparición de personajes muy fuertes, que surgen de excelentes composiciones del muy buen elenco reunido. Con el riesgo de ser injustos, creemos que la interpretación que más se destaca es la de Matías Broglia, que da vida a un Marce querible, meticuloso, algo infantil, goloso y siempre gracioso, generando los momentos más divertidos de la noche. Genial la composición de Matías, nos deleitamos con su personaje que construyó, desde la manera en que habla, su manera de caminar y su emocionalidad a flor de piel, todo se destaca en su construcción.

Martín Tecchi, como Fer, funciona como perfecto contrapunto de su primo, con el mismo aire inocente, pero más maduro. No puede sacarse de la cabeza a Margui y no tenerla a su lado, es algo que no puede sobrellevar. Es muy bueno, el vínculo que muestra con Marce, extremadamente unidos, pero también funcionando como una especie de protector. Excelente el trabajo de Martín, un actor de mucho rodaje en el teatro independiente, que una vez más muestra su versatilidad.

 

 


 

 

Debóra Zanolli es Margui, quien se lleva los suspiros de la historia, ya que no resulta indiferente para los primos y tampoco para Víctor ( Fede Buso ), su novio actual y el tercero en discordia. Es la primera vez que vemos a Débora y fue una muy grata revelación su actuación. Con mucha presencia escénica, representa a una Margui, algo malhumorada y reservada, que la hace muy interesante. Nos gustó mucho el trabajo de Débora.

Para el final dejamos a Fede Buso, viejo conocido, que además de ser el autor y el director de la obra, compone a Víctor, que sería una especie de intruso, que busca sumarse al entorno familiar, pero no le será sencillo lograrlo. Intenta seducir al grupo con su buen pasar económico, aunque resulta algo presuntuoso y por ello, genera algo de desconfianza. Lindo el personaje de Fede, a quien ya elogiamos por muchos trabajos anteriores, siendo un actor que siempre rinde.

 

 


 

Son muy buenas las cuatro interpretaciones y además de tener rendimientos individuales superlativos, funcionan muy bien en el conjunto, siendo muy interesante aprecias, como cada uno de los personajes, parece tener diferente cara y personalidad de acuerdo quien sea su interlocutor, algo que sucede en la vida real con muchos de nosotros.

La puesta es otro punto alto de la pieza, arrancando con el excelente diseño escenográfico de Rodrigo González Garillo, con mucho verde, macetas y enanos de jardín, poblando el escenario y dando una excelente ambientación a las historia. Es muy bueno el diseño de luces de Sebastián Francia y párrafo especial para los momentos musicales que tiene el relato, conformando en el conjunto, una pieza muy bella desde la estética.

En definitiva, nos gustó mucho la propuesta de Caturno, nos enganchamos desde el arranque con una historia que nos invita a viajar hacia los recuerdos de nuestra infancia y pensar en esos lugares imaginarios o no, en los que cuando éramos chicos soñábamos poder tener a mano para algún escape de emergencia, ya sea algún lugar escondido en un bosque, viajar a una dimensión paralela o poder visitar algún planeta alejado de la Tierra, donde la vida sea perfecta o casi.

 

 


 

 

Creemos que Fede Buso, se inspiró mucho en recuerdos de su infancia y por eso escribió esta historia, que resulta cercana, entrañable y con un halo fantástico, que la hace aún más apetecible. Caturno, es una buena excusa, para volver a ser niños, para recordar aquellos momentos felices de nuestra infancia, que nos marcaron y que moldearon la persona que somos hoy en día.

Recomendamos la obra, vayan al Callejón para conocer a estos deliciosos personajes que intentan ser felices con su vida presente, pero saben que si las cosas fallan, tendrán en Caturno un nuevo hogar, donde la tía querida y los enanos con ojos luminosos, los van a estar esperando con los brazos abiertos.-



Pensador Teatral.


domingo, 10 de octubre de 2021

Éter Retornable

Dramaturgia de Angie Oña y Dirección de Laura Álvarez.

 

 


 

Domingos 20 hs en Teatro Buenos Aires ( Av. Corrientes 1699 )

Nos llevamos una gratísima sorpresa, viendo Éter Retornable, ya que nos encontramos con un texto delicioso de la dramaturga uruguaya Angie Oña, que escribió en 2008, para presentarlo en un Ciclo de Teatro Uruguayo organizado en Buenos Aires, con muy buenas repercusiones. Varios años después, Laura Álvarez, se reencontró con este texto y se enamoró de inmediato del mismo, teniendo claro que la obra debía volver a escena, llegando nuevamente a nuestro teatro, en una puesta realmente atractiva, bajo su dirección.

 

 


 

Si tuviéramos que indicar el género de Eter Retornable, podemos definirla como una tragicomedia absurda, una obra que divierte y hace reír. Esa es su principal característica, pero no se queda en ello para nada, al contrario jugando con el humor absurdo, abordará temas filosóficos y profundos con el paso del tiempo, el sentido de la vida, la muerte y otras cuestiones existenciales que resultan cercanas al espectador y hacen muy atractivo al texto.

Yendo a la trama en sí, contemos que el relato nos mostrará a Elmer ( Pablo Rusconi ) y Madelón ( Camila Sebio ) una joven pareja, que se está separando, pero nunca termina de hacerlo. En el medio del proceso, sucederán cosas ... , planteos existenciales, discusiones sobre el reparto de bienes, dudas sobre el futuro, aparecerán los miedos normales en estas situaciones y los recuerdos de aquellos días donde reinaba la armonía en la pareja.

Y siempre rondando en el ambiente, estará el concepto del eterno retorno postulado por Nietzsche, que combina con el título de la obra, haciendo referencia a ese comportamiento cíclico que tenemos los seres humanos, por el que siempre reincidimos en los mismos lugares. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, porque como dijimos la obra que tiene una trama donde al absurdo y el humor ácido marcan el ritmo, pero esa, solamente es la cubierta, de todo lo que viene atrás.

 

 

 



 

Como siempre decimos, podemos tener un texto muy rico, buena intenciones, pero si luego, no se encuentran a los intérpretes adecuados, para llevarlo a escena, corremos el riesgo de quedar a mitad de camino. Algo que aquí, no ocurre para nada, por el contrario, en este caso la directora encontró en la dupla protagónica, a los actores justos para potenciar el texto y sacarle el máximo provecho al mismo.

Arranquemos por Camila Sebio, que resulta una enorme revelación, mostrando una presencia escénica sorprendente y adueñándose del escenario con autoridad, completando una composición magnífica. Camila es una actriz joven y muy talentosa, a la que habíamos visto y elogiado por sus trabajos en papeles dramáticos ( aún hoy recordamos su gran protagónico en Chocolate Amargo, obra que habla del abuso infantil, pieza también dirigida también por Laura Álvarez ). Aquí representando a Madelón, el desafío era grande, ya que debía mostrar su valía en un género totalemente diferente como el de la comedia y el absurdo, que requiere otros recursos actorales y viendo la calidad de su interpretación, podemos afirmar que Camila los tiene de sobra.





Se la nota muy cómoda con el texto, pasando por diferentes registros emociaonales, jugando mucho con la ironía, siendo ácida por momentos, mostrando sensualidad en otros y siendo delirante en gran parte de la trama. Sus tonos de voz, sus miradas y la complicidad con su compañero de escena, muestran su versatilidad y una madurez que debemos destacar, ya que notamos su crecimiento en cada nuevo trabajo donde la vemos. Estupendo el trabajo de Camila Sebio, aprovechando muy bien la vidriera que le brinda este protagónico, que sin dudas puede servirle de trampolín, para una carrera que viene en franco ascenso.

Pero con tantos elogios para Camila, no queremos ser injustos con Pablo Rusconi, como Elmer aquí, que funciona como un buen contrapunto del torbellino que es Madelón, soportando sus embates y mostrando sus cartas con estrategia. Muy gracioso su personaje, que tiene un estilo rockero particular, jugando mucho con lo corporal y sabiendo como irritar a su pareja, cada vez que le menciona a su prima Soraya, con la que mantiene une relación un tanto particular. Es la primera vez que vemos a Pablo en escena y nos gustó mucho su trabajo, mostrándose cómodo en el género del humor y el absurdo.

 

 



 

 

Luego de repasar los muy buenos trabajos individuales de Camila y Pablo, debemos destacar la buena química que muestran entre ellos, mostrando complicidad en el escenario, se ríen y se divierten, mientras actúan, siendo algo que el espectador nota y agradece, ya que esa buena vibra se contagia a la platea.

Hay mucho  mérito también, en la dirección de Laura Álvarez, la impulsora del proyecto, que acertó en la elección de los actores y les brinda terreno fértil para que se luzcan, con una puesta de su autoría, dinámica y muy bella desde lo estético. Nos gustó mucho el diseño lumínico que tiene la obra y el diseño escenográfico armónico con muchos objetos que suman el relato, además aprovecha muy bien las dimensiones de la sala del Buenos Aires, dando un ambiente íntimo al relato, acorde con lo que pide el texto.

 




En definitiva, nos fuimos muy contentos a casa, por la noche de teatro que disfrutamos, valorando mucho la aparición de comedias de este tipo, que además de divertir y hacer reír, algo básico para el género, logra ir más allá, aportando un texto rico y con toques delirantes, que se anima a abordar con irreverencia cuestiones existenciales, que a todos nos involucra, invitando además a la reflexión.

Por todo lo comentado, solo nos queda recomendar Éter Retornable, una opción fresca y joven, que quiere pisar fuerte en la Calle Corrientes, de la mano de un texto inteligente, una puesta dinámica y magníficas actuaciones. La mesa teatral está puesta y al juzgar por los aplausos que resuenan al final de la función, el menú presentado gustó mucho.


Pensador Teatral.




La Gracia Perdida

Dramaturgia y Dirección de Gabriela Romeo.

 

 


Domingos 18 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3380 )

Una linda y emocionante historia llega con La Gracia Perdida, obra que nos habla de los sueños y de las ilusiones de un grupo de actores, que con todas sus ilusiones a cuestas, no dudarán en someterse a  sacrificios y pasar privaciones en nombre de esa pasión que abrazan.

 Las acciones arrancan con los integrantes de una modesta compañía teatral, llegando a una habitación de un hotel de la localidad de Zapala. Afuera hay una tormenta de nieve y un viento que asusta. Las caras no son las mejores, Rolo Cepillo, el empresario que los contrató para la gira no aparece por ningún lado, tienen hambre, hace frío adentro de la habitación y con semejante tormenta cuesta pensar que puedan hacer alguna función, ya que nadie iría a verlos.

 

 


 

Las tensiones  y el desanimo, van en aumento, pese a que Arturo, el delegado de la compañía teatral, quiere llevar tranquilidad, diciendo que Rolo va a cumplir lo prometido, pero nadie le cree. El hambre y el frío, empiezan a hacer de las suyas y comienzan las internas en el grupo, surgen historias de amores cruzados, sueños que parecen naufragar y pese a la desesperanza que reina en el ambiente, las ilusiones de esos actores no quieran desaparecer, todos están allí, esperando tener la oportunidad de poder mostrar su valía.

Comienzan a suceder algunas cosas extrañas por esas latitudes. Estarán solos allí realmente o alguien los está mirando desde algún lado y en silencio los ayuda a sobrellevar la situación ??  Las horas pasan, la desesperación y la fatiga parecen imponerse, pero aquel famoso dicho de Dios aprieta pero no ahorca parece cumplirse al pie de las letras y algunos pequeños milagros que ocurren parecen certificar aquel dicho, pero no vamos a contar más, para mantener el suspenso.

El relato se apoya en las muy buenas actuaciones que presenta la pieza, por lo que dedicaremos algún párrafo para cada uno de los actores. Arranquemos por Mario Narciso, como Arturo. Es quien lleva la voz cantante y busca mantener la esperanza del grupo. Fue quien hablo con el secretario de Rolo Cepillo y tiene la certeza que no les va a fallar. No quiere defraudar a sus compañeros y mucho menos a Débora, la primera actriz de la compañía. Muy buen trabajo el de Mario, con fuerte presencia escénica. Agustín Ferreyra es el Lindo, el más joven del grupo, su acento cordobés y su entusiasmo parecen contagiar al resto. Y también mirará con buenos ojos a Débora. Aporta frescura a la trama con su presencia.

 

 


 

Mariana Judez es precisamente quien representa a Débora. Lamenta haber tenido que dejar a su hijita en casa, para salir de gira, pero sabe que todo el dinero que gane en su carrera, será para ella, por eso sabe que debe sacrificarse. Nos gustó mucho la interpretación de Mariana, dándole mucha pasión a su personaje y luciéndose mucho al relatar su fantástico encuentro con Meyerhold. Por último, mencionamos a Cristina Pérez Pol, como Concepción, la actriz de más experiencia de la compañía. La invaden los recuerdos de su juventud y de los amores que cosechaba en esos años. Querida y respetada por los integrantes de la compañía, compone un personaje entrañable y muy querible para el público.

Resultaron una muy grata sorpresa las actuaciones, ya que en algunos casos, se trata de actores sin tanta experiencia, a los que le podía costar presentarse en una sala con tanta historia como la del Extranjero, pero al contrario, esta exigencia pareció potenciar sus interpretaciones, estando todos muy seguros y respondiendo muy bien, tanto en lo grupal, como en lo individual, ya que el texto les reservó a todos un momento para el lucimiento individual, que aprovecharon muy bien.

Hay que darle mérito seguramente a Gabriela Romeo, autora y directora de la obra, que les dio el espacio y la libertad, para que se sintieran cómodos en la composición de los personajes y además les brindó una puesta realmente atractiva, donde queremos destacar el diseño escenográfico y el vestuario de Alejandro Mateo, la iluminación de Horacio Novelle y párrafo especial para Santiago Hernández en el diseño sonoro, permitiendo que el viento tan fuerte en esas latitudes sea un personaje fundamental de la trama. Muy buen ejemplo, para demostrar que no siempre es necesario contar con grandes recursos económicos, para logar buenas puestas, muchas veces el ingenio, vale mucho más. 

 

 


 

En definitiva, nos resultó muy entretenida la propuesta de La Gracia Perdida, una obra que nos habla de las ilusiones y los anhelos que en este caso tienen un grupo de actores, pero que puede trasladarse a otras profesiones, para seguir adelante en la búsqueda de nuestros sueños, aunque en el camino nos espere una tormenta de nieve y un empleador medio tramposo, porque siempre que nos impulse la pasión, vamos a tener un par de jugadas extras.

En lo personal, valoramos mucho obras como esta, que llegando desde lo profundo del teatro independiente, presentan una dramaturgia cercana y entrañable, una puesta cuidad y actuaciones más que meritorias, que uniendo todos esos ingredientes, nos permitirán disfrutar de un momento teatral con mucha magia, teniendo como corolario, el aplauso que los espectadores que llenaron la sala de El Extranjero, les tributa a este grupo de actores, que superando todos los obstáculos que aparezcan, siempre darán los mejor, para intentar alcanzar sus sueños.


Pensador Teatral.



viernes, 8 de octubre de 2021

Cosméticos

Dramaturgia de Bernardo Carey. Dirección de Julio Ordano ( homenaje póstumo )

 

 


 

Viernes 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 ) 

Cosméticos es una obra con mucha historia, escrita en 1979 por Bernardo Carey, fue la primer obra de su autoría estrenada en teatro y ese estreno tuvo lugar en el viejo Teatro del Pueblo, bajo la dirección de Julio Ordano. Pasaron cuarenta años desde aquella fecha, el Teatro del Pueblo se mudó a su locación actual en Abasto y se eligió a Cosméticos para abrir su programación en Marzo del 2020, por lo que autor y director se reunieron para el esperado reestreno.

Pero la pandemia tenia otros planes, solamente se pudo realizar un ensayo general, antes del obligado parate que tuvo la actividad teatral y el estreno como otros tantos debió postergarse. Lamentablemente en Mayo de este año, falleció Julio Ordano, prestigioso actor, director, docente y un referente de nuestro teatro, sin poder ver el estreno de la obra.

 

 


 

 

A manera de homenaje, las actrices que estaban trabajando en el proyecto, decidieron seguir adelante con el mismo y finalmente estrenar, por lo que advertimos que la obra más allá del peso propio que tiene por su dramaturgia fuerte e inteligente, tiene una carga emocional importante, de parte del grupo de actrices, que se nota muy identificadas con el texto y del homenaje que le dedican a quien era el director de la misma, resultando una gran satisfacción que la obra finalmente pueda verse en el Teatro del Pueblo, luego de tantos contratiempos.

La obra es fuerte y profunda, con una trama ambientada en Buenos Aires de 1979, que mostrará a cuatro mujeres, envueltas en una atmósfera de tensión, donde la mentira y la manipulación dominan el ambiente. La lucha de poder entre la abuela, la madre y la nieta, parece no tener límites, las agresiones verbales y los difusos recuerdos por un pasado que se añora, estarán a la orden del día.

El presente es triste, en la casa de respira el olor a la muerte y a la soledad, ya que aunque quieran disimularlo, son mujeres profundamente solas. El texto pese a haberse escrito hace más de cuarenta años muestra su absoluta vigencia y permite observar, como a pesar de los años transcurridos, algunas cosas se mantienen intactas y otras están cambiando, como por ejemplo el rol de la mujer en la sociedad, que antes era absolutamente secundario y de sometimiento respecto al hombre. En la actualidad, la mentalidad cambió luego de años de una lucha, que aún continua, pero en estos tiempos, la visión del rol de la mujer es absolutamente diferente y si bien faltan las cosas para corregir, hay un empoderamiento de la mujer indudable y situaciones que hace cincuenta años, eran normales, hoy serían inaceptables.

 

 


 

 

Las actuaciones que presenta la obra, son realmente muy buenas, pero con el riesgo de ser injustos con el resto, entendemos que los mayores elogios se los lleva Roxana Randón, como la implacable Doña Generosa, la abuela, la mayor de la casa, una experta en el arte de la manipulación, es quien lleva las riendas de esa casa, quien tiene el poder y estará siempre lista para marcar las faltas de los otros. Magnífico trabajo de Roxana, en una deliciosa composición de una anciana de lengua filosa y bastante desalmada, siendo la gran protagonista de la historia y el personaje más festejado por el público.

 Pero como dijimos antes, no queremos ser injustos con el resto de las actrices, ya que todas realizan muy buenos trabajos. Arrancando como Cecilia Labourt, como Raquel, que luce absolutamente desbordada por la situación que se vive en la casa, debe lidiar con la enfermedad de su compañero Tucho, que está agonizando en una de las piezas, la ausencia de una hija que ahora quiere volver y principalmente con una implacable Doña Generosa, que no pierde oportunidad de juzgarla. Nos gustó mucho el trabajo de Raquel. 

Mariángeles Bonello, es Agatha, la niña rebelde que dejó la casa hace años, la que tiene ideas peligrosas, como todos los jóvenes rebeldes. Y para colmo tiene recuerdos no convenientes de la época en que era una nenita y el abuelo le daba golosinas a cambio de algún cariño. Personaje complejo el de Agatha, muy sufrido y llevado adelante en gran forma por Mariángeles, con mucha presencia escénica y redondeando una composición muy destacada.

 

 


 

Por último mencionar a María Laura Cali como Otilia, la sirviente de la casa, con algún retardo mental, es el último eslabón de la cadena de poder diseñada en la casa. Además de encargarse de las tareas domésticas, funciona como una especie de informante de Doña Generosa, deberiendo soportar el maltrato y las órdenes cruzadas. Un personaje muy querible el que lleva adelante Maria Laura.

Como dijimos antes, si bien el personaje de Doña Generosa, es quien marca el ritmo de la casa y por eso quien más se destaca, las cuatro actrices realizan muy buenos trabajos individuales, que se potencian en el conjunto. Representando todas ellas, personajes muy sufrientes, que vivieron bajo la sombra de los hombres y a los que la vida no les resulta nada sencilla.

 La puesta tiene varios puntos para destacar y aquí corresponde mencionar a Alejandro Mateo, encargado del diseño de vestuario y la escenografía y Roberto Traferri, a cargo del diseño lumínico, siendo importante sus aportes, para darle la ambientación que pide el relato. 





 En definitiva, Cosméticos resulta un texto escrito en otros tiempos, que perfectamente muestra su vigencia en la actualidad, ya que nos de habla de las apariencias, de como el ser humano puede mentir sin reparos, para marcar el dominio de una relación y someter al otro, sin cuestionarse nada. Las diferencias entre los hombres y las mujeres, el resentimiento, la violencia y ese patriarcado dominante en décadas pasadas, que aún en estos días, cuesta combatir, ya que tiene raíces muy arraigadas en nuestra sociedad son temas candentes en nuestra sociedad.

 Por todo lo mencionado, recomendamos la pieza, que presenta un texto fuerte y profundo, una trama que no dá respiros y excelentes actuaciones, es decir, están todos los elementos dados, para compartir una noche con el mejor teatro independiente, coronado al final de la función con el aplauso sostenido del publico que colmó la sala y en especial con ese aplauso que llega desde lo alto de la sala, ya que seguramente Julio desde arriba, estuvo dando indicaciones a sus artistas y disfrutó mucho la función.


Pensador Teatral.


miércoles, 6 de octubre de 2021

Desperfectos

Dramaturgia y Dirección de Julián Marcove.

 

 


 

Miércoles 21 hs en Nun Teatro ( Ramírez de Velasco 419 )

Una propuesta muy divertida llega de la mano de Desperfectos, obra escrita por el joven dramaturgo Julián Marcove, que presenta un argumento simple, pero efectivo, dos vecinos que no se conocen quedarán encerrados en al ascensor y a partir de allí se darán varias situaciones graciosas y también mucho material para la reflexión.

Hay alguna situación más incómoda que viajar en ascensor con un desconocido ?? Si que la hay, que por alguna falla mecánica del aparato, quedemos encerrados con ese compañero circunstancial de viaje. Eso justamente, es lo que les sucede a Víctor ( Fernando de Rosa ) y Héctor ( Federico Ottone ), viven en el mismo edificio, son vecinos, pero se conocen solo de vista, nunca habían hablado antes y el destino quiso que se encontraran en esta situación nada agradable.

 

 


 

La espera comienza a alargarse e indefectiblemente deberán cruzar alguna palabra. El momento es incómodo, el espacio es reducido y deberán moverse cuidado para no rozar al otro. En un principio, intentarán pedir auxilio a los gritos, pero rápidamente desisten, nada peor que ponerse a gritar en un espacio tan pequeño. Aparecen las culpas dirigidas a Silva, el administrador del edificio. No es de extrañar, que con el nulo mantenimiento que brinda a las instalaciones, el ascensor puede fallar, sentencia Víctor, que al parecer conoce todos los movimientos de lo que ocurre en aquel edificio.

 Los extraños se miden, se manejan con cautela, tratan de no mostrar sus nerviosismo, pero a medida que los minutos pasan, les irá ganando la angustia y se hace imposible mantener la compostura. Pero el momento crucial, se dará,  cuando descubran que nadie los espera afuera del ascensor. Su ausencia no causará inquietud en ninguna persona. Ambos viven solos en su departamento, ni mascota tienen. Son casualmente dos almas solitarias que allí se han cruzado.

 La obra que tiene una trama divertida y desopilante, que genera muchas risas en los espectadores, el trasfondo nos habla de la soledad, de vidas rutinarias y con pocas emociones, vacíos existenciales y como el destino a veces parece confabularse, para que algo cambie, para que dos personas solas y desamparadas, se encuentren. Sera pura casualidad aquel encuentro fortuito o el destino preparó la ocasión  ?? La pieza dispara varios interrogantes, que nosotros no vamos a develar aquí para mantener el suspenso. Cuando vean la obra, descubrirán que sucederá con estas dos almas perdidas y fundamental si logran salir o no del ascensor.

 

 

 

 

El relato se apoya en dos excelentes actuaciones. Con personajes contrapuestos, tienen muchos puntos en común que irán apareciendo a lo largo que el relato avanza. Son estupendas las composiciones de Federico Ottone y Fernando de Rosa, que aprovechan el reducido espacio, para jugar mucho con lo corporal y lo gestual. Sus personajes muestran sus miedos, manías y esa profunda soledad que los atraviesa. Federico y Fernando se lucen mucho desde lo individual, pero sin dudas que juntos logran potenciarse y construyen interpretaciones de muy buena factura, que son muy festejadas por el público.

La puesta de Julián Marcove es minimalista, jugando con el ascensor que con paneles móviles que irán moviéndose, permitirán que el espacio de los actores se agrande o se achique según el momento del relato y además modificará el ángulo de visión de los espectadores. Mérito aquí de Félix Padrón a cargo del diseño escenográfico y también del diseño lumínico, que resulta importante para generar los diversos climas que irá pidiendo la trama.

 

 


 

Nos reímos mucho con Desperfectos, que casualmente llega en estos tiempos, luego de que tuvimos que estar mucho tiempo encerrados en nuestra casa por la pandemia. Aquí las circunstancias son diferentes, pero el encierro se repite y parece que en esas situaciones angustiantes, muchas veces tenemos tiempo de reflexionar sobre nuestra existencia, algo que sin dudas les ocurre a los personajes de la obra

En estos momentos donde reinan las malas noticias y cuesta encontrar momentos divertidos, resulta una excelente idea ver una obra como Desperfectos, que nos invita a olvidar de nuestros problemas y a reírnos mucho, juntos a estos dos perdedores, dos almas solitarias, a los que la mala suerte se empecina en perseguir, obligándolos  a soportar un largo rato encerrados con el otro, que tal vez por designio del destino y de un encierro paradójicamente liberador, puede resulta una oportunidad para encontrar un amigo, algo que ambos, aunque no lo confiesan, desean casi con desesperación.


Pensador Teatral.