Autoría: María Pía López. Dirección: Cintia Miraglia.
Viernes 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
En los últimos tiempos, se ha convertido en una sana costumbre, concurrir a El Extranjero y volver a casa, lleno de teatro por haber disfrutado de hermosos momentos teatrales y precisamente esto es lo que nos sucedió, luego de haber visto No Tengo Tiempo, obra basada en la novela del mismo nombre escrita por Maria López en el 2010 y que llega al teatro en esta potente adaptación, que dirige Cintia Miraglia.
En tiempos de pandemia, la autora se reunió con Carolina Guevara, una de las actrices y juntas pensaron que sería una muy buena idea, adaptar la novela al teatro. Y para ello decidieron sumar al proyecto a Cinita Miraglia, una de las directoras del momento, para que colabore activamente con la adaptación. Su participación en la dramaturgia fue clave, introduciendo algunas modificaciones al texto original, como traer los acontecimientos al tiempo presente, cuando en la novela se estructuraban en un diario íntimo, la protagonista solitaria se transformó en dos mujeres en escena, entre otros ajustes, pero siempre respetando el espíritu y la poética de la novela.
Y los resultados realmente fueron más que positivos, porque esta comunión de ideas, confluyó en una propuesta teatral muy robusta, con dos actrices excelentes y una puesta que nos encantó, ya que potencia el texto, le dá movimiento y volumen, siendo este un verdadero diferencial, ya que en la cartelera abundan obras que tratan temas del universo femenino, pero con la estética y la corporalidad que presenta No Tengo Tiempo, no es habitual verlas, siendo esta una de las razones que explican el muy buen suceso que está teniendo la obra, con varios meses en cartel y llenando localidades en cada función.
Y de que nos habla la obra ?? Del implacable paso del tiempo, de como después de cumplir cierta edad, ya no es grato sumar años y el almanaque se convierte en una amenaza, lanzando una especie de cuenta regresiva que aunque queramos ignorarla está corriendo. En el relato aparecen dos mujeres, que intentan resistir al paso del tiempo, cuerpos que ya no son los mismos y algunos mandatos sociales que tienen fecha de vencimiento, el principal la maternidad, que en caso de no haberlos cumplidos, se vuelven perentorios.
Uno de los ejes centrales de la obra, es recorrer lo que sucede con las mujeres cuando llegan a los cuarena años y aún no son madres. Realmente lo desean o solo cumplir el mandato ?? Y como se hace si a esa edad justo no se está en pareja ?? Hay algún método para ser madre de todos modos ?? La trama con mucho humor y también con profundidad, describe una historia que resulta cercana y que grafica como la desesperación, puede llegar a límites peligrosos y hasta allí vamos a contar para mantener el suspenso.
Momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, que como dijimos antes, son un verdadero diferencial, ya que las interpretaciones de Carolina Guevara y Leticia Torres son magníficas, histriónicas ambas, con una corporalidad y una entrega física que debemos destacar. A Leticia Torres, la conocíamos de haberla visto hace unos años en Rayito de Sol, un unipersonal, donde realmente la rompía, tanto que pasado el tiempo aún recordamos su performance, aquella noche en Machado Teatro.
Antes de ver esta obra y sabiendo de sus condiciones, dábamos por sentado que Leticia Torres haría un gran trabajo y lo confirmamos. Pero lo que no imaginábamos era que su compañera, Carolina Guevara nos iba a sorprender con una composición genial, con una entrega y un carisma para resaltar. Que quede claro, ambas actrices realizan un trabajo estupendo, tanto en lo individual, como en el conjunto, componiendo con maestría a dos amigas que comparten sus experiencias y se ríen de si mismas.
Tanto Leticia, como Carolina, en varias oportunidades rompen la cuarta pared, dialogando entre ellas sobre alguna parte difícil que les tocó en el texto, burlándose de alguna escena que tuvieron que llevar adelante o simplemente haciendo algún comentario de la trama al público. Todos estos elementos humanizan sus trabajos, generando empatía con el público, que se siente cómplice y se identifica con lo la historia que cuentan las actrices. Felicitamos tanto a Leticia y a Carolina, por sus excelentes composiciones..
Y como dijimos anteriormente, la puesta que presenta No Tengo Tiempo, bajo la dirección de Cintia Miraglia, es realmente destacable y suma mucho al texto. Arrancando por ese tatami, que funciona como escenario en que las protagonistas, florete en mano practican esgrima. Destacamos el vestuario deportivo que acerca Paula Molina, los momentos musicales que tiene la trama, donde Leticia Torres, micrófono en mano toma protagonismo y el diseño lumínico de Matias Noval, jugando con los tonos rojos o azules, para macar diferentes momentos del relato. Son muchos los elementos de la puesta que le agregan valor a la obra.
Para ir concluyendo, nos gustó mucho la propuesta de No Tengo Tiempo, con un relato, que si bien pone en el centro a dos mujeres, puede aplicarse a todos, ya que nos habla de como el tiempo corre, sin que nos demos cuenta, hasta que en un momento tomamos conciencia de ello y aparece el miedo a la vejez, a la muerte y también a no poder cumplir esos proyectos que teníamos cuando eramos jóvenes y que suenan improbables a esta altura del almanaque, debiendo ser muy fuertes mentalmente, para digerirlo.
La obra jugando con la ironía y como mucho humor, nos invita a reflexionar, sobre un tema existencial como es el paso del tiempo y el cumplimiento de los mandatos sociales. Lo hace con un texto muy entretenido, una puesta muy atractiva y fundamentalmente con composiciones estupendas, de las dos protagonistas, que le ponen el cuerpo y su histrionismo a la propuesta, para que disfrutemos de un hermoso momento teatral, coronado al final de la función, con los prolongados aplausos del público que colmó la sala de El Extranjero.
Pensador Teatral.