Dramaturgia de Cristina Escofet. Dirección de Pablo Razuk.
Viernes 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )
Llega al teatro independiente, la historia de amor prohibido de Camila O´Gorman y el cura Uladislao Gutierrez, que todos seguramente recuerdan a raíz de la película dirigida por María Luisa Bemberg, que fue nominada a los Oscar como Mejor Película Extranjera y que protagonizaron Susú Pecoraro, Imanol Arias y Héctor Alterio, asomando aquí en un desafiante formato unipersonal.
Y esta llegada se produce, por la búsqueda de Pablo Razuk, estupendo actor, que hace unos años nos impactó por su enorme trabajo en " Padre Carlos, el Rey Pescador ", obra sobre el Cura Carlos Mugica, escrita precisamente por Cristina Escofet y que tuvimos la suerte de ver en Korinthio Teatro. Pablo buscando más material de la autora, se encontró con Ay, Camila y se enamoró a primera vista del texto. teniendo la certeza que la pieza debería llegar al teatro. También lo haría en formato unipersonal, como Padre Carlos, pero en este caso Razuk tomaría el rol de director y para el papel de Camila, convocaron a la talentosa Carla Haffar.
El texto nos invita a viajar a la Buenos Aires del 1840, en los albores de la nueva Argentina, tiempos en los que Juan Manuel de Rosas era el Gobernador y detentaba un enorme poder. Camila era un joven de 20 años, de clase alta, amiga íntima de Manuelita Rosas, la hija del Restaurador, al que conocía ya que varias veces había ido a tocar el piano y a bailar a su residencia, invitada por su amiga.
La obra recorrerá las relaciones familiares de Camila, el vínculo con un padre severo, una madre que pasaba sus horas bordando y su fascinación por la Perichona, su abuela liberal, nacida en Francia, de la que seguramente heredó su carácter y espíritu rebelde, algo inusual para las mujeres de la época, que debían cumplir los mandatos familiares, sin posibilidad alguna a contradecirlos.
Camila que tenía un gran corazón y pasaba muchas horas recorriendo las calles para dar sepultura a los perros que encontraba muertos, no concordaba con esos mandatos rígidos. Solía concurrir a la Iglesia del Socorro y allí conoció al joven cura Ulasdilao Gutierrez, con el que entabló una secreta amistad, que derivó en un romance tan apasionado, como escandaloso para la época.
Repudiada por su familia y sin querer renunciar a su amor, decidieron huir juntos hacia el Norte, confiando en no la iban a perseguir, debido a su fuerte amistad con la hija de Rosas. Y hasta allí vamos a contar, la mayoría de los lectores, conoce el trágico final de esta historia, que acaeció en tierras correntinas, pero no vamos a seguir contando, para no adelantar más detalles, porque tal vez no todos recuerdan el desenlace.
Momento de hablar de Carla Haffar, la gran protagonista de la noche, que tiene el enorme desafío de protagonizar este unipersonal, en la que además de representar a Camilia, dará vista al resto de los personajes de la historia, ya que representará sus vivencias y voces, desfilando su padre, madre, abuela y todos los que componen la historia, siendo un reto grande, estar solita en escena, pero que la actriz resuelve con solvencia.
Nos gustó mucho la composición de Carla, ya que logra transmitir la sensibilidad y el amor que tiene su personaje, sin caer en exageraciones, conduciendo al relato con cadencia, una muy buena gestualidad y un tono de voz agradable para el relato, que permite disfrutar algunas partes cantadas. Haffar sabe además transitar además los diferentes momentos del relato, pasando por momentos divertidos, románticos y otros de profundo dramatismo. Primera vez que vemos a Carla en escena y nos encantó su trabajo.
La puesta de Pablo Razuk es bella y minimalista, dotando de un ambiente íntimo al relato que el público disfruta. Partiendo por ese pasillo que la actriz recorre, con espectadores a ambos costados, dando a su actuación una cercanía que permite seguir hasta el más mínimo de sus gestos, a las personas allí ubicadas. Una disposición que nunca habíamos visto en El Extranjero y que nos sorprendió por su originalidad. Ítems que queremos destacar, son la banda de sonido de Sergio Vainikoff , el vestuario de Alejandro Mateo y en especial el diseño de luces de Leandra Rodríguez, que otorga un aire de penumbra al relato, acorde con el tono del mismo.
En definitiva, celebramos la idea de traer al teatro independiente este texto que nos recuerda a Camila O´Gorman, una mujer adelantada a su tiempo, que bregó por la igualdad de la mujer y tuvo la valentía de luchar por su amor, sin importar las consecuencias que podría tener, ya que se con su juventud se atrevió a desafiar a los mandatos de su familia, pero también a las instituciones poderosas de la época, como la Iglesia y el poder político de turno.
Disfrutamos mucho esta historia de amor prohibido que terminó en tragedia y que transcurridos casi dos siglos aún recordamos, lo que habla por sí mismo del valor de esta joven sensible, que siguió lo que le dictaba su corazón, pese a los riesgos que esto traía. Un texto atrapante de Cristina Escofet, la cuidada puesta de Pablo Razuk y principalmente la estupenda composición de Carla Haffar, confluyen para contarnos esta trágica y apasionante historia de amor, para regocijo de los espectadores, que harán sonar fuerte los aplausos al final de la función, como homenaje a Camila O´Gorman y a la bella noche de teatro vivida.-
Pensador Teatral.