Dramaturgia de Iván Cerdán Bermudez. Direccion de Fernando García Valle.
Sábados 20 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )
La cartelera porteña tiene una riqueza en las propuestas, que nunca deja de sorprendernos, siendo Off Man, Los Últimos Días de Philip Seymour Hoffman una clara muestra de ello, ya que nos presenta un unipersonal muy logrado, que se centrará en las últimas horas del reconocido actor, llevándonos a aquellos momentos en que se acercaba al abismo, en la soledad de su hogar y sin que nadie pudiera tenderle una mano, para evitar la caída.
Por si algún lector no tiene claro a quien nos estamos refiriendo, les contamos que Philip Seymour Hoffman fue un destacado actor estadounidense, ganador del premio Oscar en el 2005, por su actuación en Capote. Se destacó por su versatilidad y talento en una gran gama de roles en el cine y el teatro. Hoffman fue ampliamente elogiado por su talento actoral y la dedicación a su oficio, siendo considerado uno de los mejores actores su generación. Su trágico final sucedió, cuando solo tenía 46 años y lo encontraron muerto en su apartamento de New York, por una sobredosis de heroína.
Yendo ya a la obra, la dramaturgia con mucha pericia, nos llevará a la intimidad del actor, tratando de descifrar que pensamientos habrán pasado por su mente en aquellos fatídicos últimos días, cuando sucedió la tragedia que su entorno familiar más cercano, ya había vaticinado, pero también repasando momentos felices de su vida. Philip inició su historial con la adicción al alcohol y a las drogas cuando tenía solo 20 años. Con la ayuda profesional y su paso por Alcohólicos Anónimos estuvo 25 años sobrio, pero lamentablemente volvió a caer en las redes de las adicciones y ya no pudo escapar.
La dramaturgia de manera honesta y sin golpes bajos, muestra el enorme poder de daño que tienen las adicciones y como una persona exitosa en su profesión, con millones de dólares en el banco, tres hijos y todo para ser feliz, puedo no serlo, hasta el extremo de no encontrarle un sentido a la vida. Se deja en claro que las adicciones afectan a personas de diferentes orígenes, incluyendo a quienes tienen éxito profesional, recursos económicos y niveles educativos altos, ejemplificando la complejidad del tema.
Momento de hablar de Yoska Lazaro, el protagonista de este unipersonal, que realiza una composición fantástica de Philip Seymour Hoffman, manejando con maestría los tiempos del relato, administrando sus emociones y silencios, metiéndose en la piel del personaje con seriedad y sin golpes bajos, con una enorme sensibilidad y humanidad. Impactando además de todo lo mencionado por su gran presencia escénica.
Yoska, es un actor y dramaturgo de una impresionante formación, nacido en España y viviendo en nuestro país hace más de veinte años. Para este papel, realizó un gran trabajo de investigación, estudiando la vida del actor y su personalidad, esto se nota en la manera en que refleja su gestualidad y movimientos, en la descomunal caracterización que realiza. Un verdadero lujo poder disfrutar de este trabajo de Yoska, con el plus que otorga la sala de Itaca, que nos permite estar bien cerca del protagonista y no perder ninguno de sus gestos, algo que resulta impagable, en trabajos tan minuciosos como este.
Queremos dejar un párrafo para Fernando Dominguez, que aparecerá en varias oportunidades en escena, asistiendo en vivo a Yoska, siendo muy acertadas sus intervenciones. La puesta de Fernando García Valle tiene varios aspectos para destacar, el principal es lograr darle al relato una atmósfera íntima y cercana, acorde con el texto. Para ello colaboran el diseño lumínico de Paula Fraga y el diseño de arte de Lula Rojo. Y nos gustó también, la manera en que se iban cortando las diferentes escenas, para transitar entre el pasado y el presente.
La propuesta realmente es valiosa, ya que muestra con crudeza los laberintos que tiene la mente humana y lo difícil que es poder superar las adicciones. En el caso de Philip, el luchó permanentemente para recuperarse y no caer, porque quería estar bien para sus hijos, pero lamentablemente no lo logró, pese a que era consciente del problema y tenía intenciones de superarlo. Además el relato grafica, como muchas veces solo conocemos una cara de las personas, la que muestra en público y parece de absoluta felicidad, pero no imaginamos que muchas veces hay una cara oculta, que solo se revela en la intimidad y en algunos casos esconden un infierno.
Solo queda invitarlos a Itaca, para emprender este viaje, que nos permitirá adentrarnos en la humanidad de este gran actor, de la mano de un texto honesto y sensible, una puesta íntima y una actuación fenomenal de Yoska Lázaro, ya que además de disfrutar de un momento teatral exquisito, podremos reflexionar, acerca de lo peligroso que puede ser caer en las adicciones, ya que la mayoría de las veces se pierde el control de la propia vida y las consecuencias son nefastas.
Pensador Teatral.