Dramaturgia de Mauricio Kartun. Dirección de Paula Ransenberg.
Domingos 18 hs en Timbre 4 ( México 3554 )
Una historia minuciosa y llena de detalles es la nos presenta el talentoso Mauricio Kartun, con La Suerte de la Fea, texto escrito en 2016 y que 7 años después se sigue presentando con excelente respuesta del público, que se siente atraído por un relato que atrapa y que nos lleva a un mundo que si bien de esa forma ya no existe, perdura en otras presentaciones y seguramente por ello es que mantiene tanta vigencia.
Kartun nos propone viajar hacia la Buenos Aires de 1920, donde era común que en los bares hubiera bellas mujeres que ejecutaban alguna pieza musical, para una platea integrada exclusivamente por hombres, que iban a beber y a disfrutar el espectáculo. En estas orquestas de señoritas, había un gran secreto. Las mujeres bellas y sensuales del escenario eran simuladoras, las que verdaderamente tocaban los instrumentos eran las que estaban el el foso, sin que nadie las viera.
Y lógicamente quienes iban al foso, recibían una paga mucho menor por el trabajo. Los hombres llegaban al bar, para ver a las bellas figurantes, ellas eran las caras bonitas por las que la clientela pagaba. La protagonista de nuestra historia como puedan imaginar forma parte del bando de las feas, de las que tienen que ir al foso, para hacer su trabajo, mientras eran otras quienes se lleven los laureles y las miradas.
Su monólogo dará cuenta del desprecio y del mal trato que sufrirá de parte de Ferrandiz, el empresario dueño del bar, que parece gozar su ubicación en las profundidades. No queda otra que resignarse y tocar la viola, el instrumento en el que se destaca, mientras mujeres sin otro mérito que su belleza, hagan mímicas torpes en el escenario, para regocijo de la platea masculina.
Pero toda cambiará con la llegada de Yolanda, una figurante diferente a las demás, dueña de una sensualidad irresistible, que revolucionará aquel lugar. Al poco tiempo el resto de las figurantes, se quedarán sin trabajo, Yolanda será el centro exclusivo de la atención, generando con sus movimientos una suerte de ceremonia orgásmica colectiva que se repitiría todas las noches.
Nuestra heroína formará una dupla increíble con Yolanda, el rumor se empezó a correr por la ciudad y todas las noches el bar se llenaba de hombres jadeantes, que iban a ver a Yolanda y a escucharla a ella, porque era su música la que provocaba el terremoto, es cierto que inspirada en los corcoveos de aquella figuranta, pero eran sus melodías. Cuando la salud de la figuranta comenzó a decaer, se le ocurrió un plan que podía cambiar su triste presente. Era una idea tan ambiciosa, como arriesgada. Para saber si el plan finalmente funcionó o no, deberán ver la obra.
Momento de hablar de Luciana Dulitzky, la gran protagonista de la noche, que ofrece una composición estupenda. Transitará el exigente unipersonal, con intensidad y generando los diferentes matices que tendrá el relato. Seremos testigos de su catarsis y la bronca acumulada por tanto desprecio del empresario, esperando el momento adecuado para la venganza. Luciana maneja los tiempos del relato con maestría y juega mucho con lo corporal, siendo esto importante porque el relato tiene algunos pasajes eróticos, en los que se luce.
Pero Luciana, no está sola en escena, la acompaña Federico Berthet, músico en vivo, que aportará bellas melodías con su violín, complementando el relato de Luciana, siendo un eco de la viola que la protagonista toca en su historia, dándose una muy buena combinación entre la música y el cuerpo de la artista. Un aporte importante el de Federico, dotando de belleza a la puesta y colaborando para enaltecer la interpretación de Luciana.
La puesta de Paula Ransenberg es minimalista y efectiva, con un dispositivo escénico muy interesante a cargo de Alejandro Mateo que cobija a la protagonista en una especie de palco, con cortinados rojos, una silla y un bello gramófono. El diseño lumínico de Fernanda Balcells colabora con el clima confesional que tiene el relato y lo dicho en cuanto a la música, presente en el texto y también en la puesta.
En definitiva, creemos que la Suerte de la Fea, es un formidable cuento de Kartun, que relata una ficción totalmente verosímil que pudo haber ocurrido hace 100 años en Buenos Aires, pero que mantiene vigencia hoy, ya que pese a que los derechos de las mujeres crecieron mucho desde esa época, aún la sociedad impone cánones de belleza inalcanzables para muchas mujeres, que ven por televisión, cuerpos esculturales ganados en base a horas de gimnasio en algunos casos y en otros a constantes cirugías.
Por ello la obra invita a reflexionar, sobre como muchas veces la sociedad, en vez de premiar el talento o conocimiento de una persona, pone el foco en lo físico, en las apariencias, siendo más beneficioso tener una cara bonita o un cuerpo escultural que estudiar, teniendo esto como consecuencia, que la persona que no es reconocida por sus méritos, llevará por dentro una frustración que la perseguirá por largo tiempo.
Solo queda recomendar este melodrama, escrito por Kartun, que a estas alturas, ya se ha convertido en un clásico del teatro independiente, por las virtudes del texto, la dirección de Paula y principalmente de la gran composición de Luciana, que pone el alma y el cuerpo al servicio de su personaje. Por eso, solo restan que vayan al Timbre 4, para comprobar si es verdad, aquel ese mito que reza, que la suerte de las feas, las bonitas la desea.
Pensador Teatral.
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