Dramaturgia de Verónica Bustos y Eduardo Fernández. Dirección de Verónica Bustos.
Miércoles 20 hs en Itaca Completo Teatral ( Humahuaca 4027 )
Una obra potente y comprometida con la realidad social que estamos viviendo, llega con La Sesión de María, texto escrito por Verónica Bustos y Eduardo Fernández, que presenta una historia cruda y valiente, que ficción mediante grafica lo que sucede en cualquier hospital público del Conurbano, que con recursos escasos, se las debe arreglar para atender a una gran cantidad de personas humildes y vulnerables, con turnos sobrecargados y profesionales de la salud que no ganan lo que corresponde, teniendo en cuenta la importancia y responsabilidad de su función, debiendo trabajar en jornadas más largas de lo aconsejable, para poder tener un ingreso razonable.
Y es con ese marco, que suena tan tétrico, como real, es que se apoya esta historia, que centrará las acciones en un día normal en un box de un hospital público, más precisamente en el que atiende Bernardo ( Fernando Chine ) un psiquiatra bastante temperamental, que no está atravesando un buen momento personal, en especial por los desacuerdos con su pareja. Es más la obra arrancará con él discutiendo telefónicamente con su esposa. Y en medio de ese ambiente tenso, llegará María ( Verónica Bustos ) su próxima paciente. La bienvenida que le dá el psiquiatra no es precisamente cordial, todo lo contrario, se lo nota realmente enojado, ya que la paciente volvía a la consulta después de una ausencia larga y son aviso, algo que le resulta inaceptable, teniendo en cuenta lo complicado que resulta conseguir los turnos en un hospital público y su problemática particular, no puede concebir como pudo desperdiciar la oportunidad de recibir atención psicológica, algo que tantos pacientes en su condición desearían.
María, es una persona de extracción muy humilde, que está luchando para superar la adicción a las drogas. Su vida no es para nada sencilla, a la falta de trabajo, le suma una mala relación con un marido también envuelto en adicciones, lo que genera violencia familiar. María pese a su situación crítica, trata de salir adelante, por ella y principalmente por sus dos hijos pequeños, que sufren sus constantes recaídas. Y es por ello, que con esfuerzo, puede regresar a la terapia, ya que quiere curarse y además recibir las recetas médicas que le permitan dormir por las noches.
La sesión con Bernardo no será sencilla. El psiquiatra que conoce su caso en detalle por haberla tratado mucho tiempo, se muestra muy enojado por las faltas de María y no muestra empatía con ella. Por el contrario, parece que disfrutara esa sensación de superioridad que le otorga el guardapolvo para maltratar y verduguear a su paciente, que hizo un sacrifico grande para estar allí. La tensa sesión, será interrumpida en un par de oportunidades, por la aparición en el consultorio de Pedro, un enfermero que anteriormente fue paciente de Bernardo, por un tema de adicciones, de la que se dice recuperado, aunque no se lo ve muy saludable.
La relación de Pedro con los otros personajes es interesante. El psiquiatra, ahora es su jefe y no lo trata bien. Además hay un reclamo de Pedro, por un tratamiento que le dió Bernardo, que no salió como se pensaba, pero no ahondaremos sobre eso, para no spoilear. Y por otro lado, siente un cariño especial con María, a quien conoce del barrio y por haber compartido la sala de espera de aquel hospital, en sus tiempos de paciente. Al verla de nuevo en el consultorio, muchos sentimientos se movilizan en su interior, aunque no sabe bien de que manera actuar.
La obra tiene una buena cuota de suspenso, por eso no queremos adelantar mucho más. Solo decir, que seremos testigos de una sesión muy fuerte, con un profesional de la salud que no se muestra del todo equilibrado y parece superado por la situación, mostrando su agotamiento mental por no poder encarrilar a aquella mujer y por tantos pacientes con problemáticas que atiende a diario. En la charla surgirán temas relacionados con los conflictos familiares, con la crianza de los chicos, la marginalidad que se respira en los barrios humildes y hasta hablarán de religión. Pero no vamos a contar más y los dejamos que se sorprendan al ver la obra, tal como hicimos nosotros.
Momento de hablar de las magníficas actuaciones que tiene la obra. Arranquemos por Fernando Chine, a cargo de un psiquiatra, que se muestra irascible y sin paciencia para cumplir su función, mostrando fatiga mental, stress y una insatisfacción con la vida en general, que hace que por momentos pierda el control y en vez de tratar de ayudar a sus pacientes, entendiendo su situación, la ira surge y los maltrata. Una interpretación potente y muy creíble, mostrando como muchas veces los encargados de velar por la salud mental de los otros, no tiene orden la suya. Gran personaje el de Fernando.
Verónica Bustos, es la gran protagonista de la obra, ya que además de ser la dramaturga y directora de la misma, lleva adelante el personaje de María. Debe tratar de superar sus adicciones, para poder criar a sus hijos de una manera decorosa yal menos poder satisfacer sus demandas mínimas. Es excelente su composición, ya que corporiza a un mujer de un extracto bien bajo, que con dignidad busca superar el infierno que es su vida. Una interpretación que denota mucho realismo y sensibilidad. Nos encantó el trabajo de María y en ella vemos a tantas Marías que en Argentina, son seres vulnerables que deben sobrevivir en un entorno de absoluta marginalidad, ante la indiferencia del estado.
Y el trio actoral se completa con Julio Pallero, un actor de gran experiencia en el teatro independiente, al que elogiamos en varias oportunidades en este sitio. Aquí vuelve a mostrar su versatilidad y oficio, para dar vida a un enfermero al que se lo nota con algunas secuelas físicas, sin quedar claro si esto es consecuencia de sus años de adicción o una mala praxis reciente. Muy buen trabajo de Julio, con un personaje que es ejemplo de la precarización laboral que sufren los eslabones más bajos de los trabajadores de salud, porque si los médicos ganan mal, pueden imaginarse la situación de los enfermeros, camilleros, personal de limpieza y otros integrantes del ecosistema del servicio de salud.
La puesta es despojada, hay un diseño escenográfico austero, siendo suficientes un par de sillas y una mesita, donde el psiquiatra tiene apoyada una pava eléctrica y un teléfono, reproduciendo con fidelidad las precarias instalaciones que tienen la gran mayoría de las instituciones públicas de salud. Para destacar el diseño lumínico de Marco Pastorino que colabora con el clima íntimo que tiene una puesta, donde los trabajos actorales y la oralidad, son los que tienen preponderancia.
Valoramos mucho la propuesta de La Sesión de María, ya que introduce en el teatro independiente una temática fuerte y evitada por la mayoría de los autores, que muchas veces prefieren elegir temas más simpáticos para sus obras. Aquí la dramaturgia muestra su valentía y compromiso, para poner sobre el tapete los problemas que atraviesa nuestro sistema de salud, que con recursos escasos busca dar respuesta a una cantidad creciente de pacientes, que viven en situaciones donde la degradación social es alarmante. Pero además de ello, pone el foco en el desempeño de los profesionales de la salud, que a diario luchan con las carencias de un sistema desbordado y que muchas veces afectados por las situaciones que viven a diario, en vez de contener a los pacientes como sería esperable, aprovechando una situación de poder y asimetría, los maltratan y los usan como instrumentos de catarsis propia.
Por todo lo mencionado, dejamos nuestra recomendación para que vean La Sesión de María, una ficción muy fuerte que elige no esconder la basura bajo la alfombra, sino dar visibilidad al tema de la salud mental y a situaciones que ocurren a diario en las instituciones públicas de salud, que como son usadas por las personas más humildes, pueden resultarnos algo lejanas y por ello no le damos la importancia debida. Sin dudas, estamos en presencia de una muy buena propuesta del teatro independiente, que nos invita a reflexionar y al mismo tiempo nos permite disfrutar de las magníficas actuaciones del elenco reunido, que con compromiso y sin golpes bajos logra transmitir una problemática de acuciante vigencia.
Pensador Teatral.