Dramaturgia y Dirección de Maxi Rofrano.
Viernes 20 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )
Llega a Espacio Callejón, esta lucida adaptación teatral del cuento Negro Ortega de Abelardo Castillo, que nos invita a viajar hacia el interior del apasionante y particular mundo del boxeo, para contarnos una historia fuerte y emotiva, que nos mostrará las diferentes caras que tiene este deporte. Por un lado, la pasión y la entrega de los pugilistas, que se juegan el honor y su integridad en cada pelea. Pero también el costado oscuro del deporte, donde los empresarios, buscan ganar dinero con algunos negocios turbios.
Antes de contar un poco por donde transita la historia que nos cuenta Fájense, queremos comentar que al ingresar a la sala del Callejón, ya quedamos impactados por el fenomenal aprovechamiento del espacio escénico que vemos. En un primer plano, un bar con su mostrador poblado de bebidas, una mesa a la espera de parroquianos y un músico tocando el bandoneón. Y en la parte posterior, un tremendo ring de boxeo, con dos pugilistas que como estatuas esperan entrar en acción. Con semejante recibimiento, ya palpitábamos una puesta fuera de lo común para el teatro independiente y una velada teatral que íbamos a recordar por un largo tiempo. Y luego de haber visto la obra, les decimos que ambos pronósticos, se cumplieron con creces.
Fájense nos cuenta la historia del Negro Ortega, un veterano boxeador que se encuentra en la parte final de su irregular carrera y recibe una tentadora propuesta para protagonizar la pelea de fondo de la próxima velada programada en el Luna Park. Deberá enfrentar a Carlitos Peralta, joven promesa del boxeo argentino, que viene invicto y con un futuro prometedor. La oferta del combate, se la acerca el rumano Morescu, un empresario bastante oscuro, que tiene intereses en la carrera de Peralta y piensa que enfrentar a un boxeador veterano y de fama aguerrida como Ortega, es una gran chance para el joven de pisar fuerte en el Luna Park y enderezar definitivamente su carrera.
El único resultado posible que le sirve al rumano, es un triunfo contundente de Peralta y la única manera de asegurarse aquello, es tener la certeza que Ortega perderá la pelea sin chistar. Por eso no tendrá ningún reparo en explicarle esto al Negro y darle los billetes necesarios que sellen aquel arreglo espurio.. El pacto está sellado. Pero la cabeza del veterano pugilista era un hervidero con muchos interrogantes. El honor se compra por un par de billetes ?? Es tan fácil venderse ?? Para colmo, su entrenador, es su padre, ex boxeador , quien que le enseño todo lo que sabe del deporte y le recalcó desde siempre, lo importante que es ser alguien digno y honesto en la vida, más allá de las cualidades como deportista.
La decisión no es sencilla para Ortega. Empeñó su palabra al rumano y sabe que debe respetar aquel pacto previo. Romperlo sería faltar a su palabra y además soportar las represalias del empresario, que invirtió mucho dinero en aquella pelea. Pero la conciencia y el hambre de triunfo que todo deportista tiene juega lo suyo. Imaginar un Luna Park repleto que fuera testigo de su gran noche, dando el batacazo ante un joven que luce invencible, sería un cierre honorífico para su carreta y un regalo para su padre. El dilema es claro y cuando suene la campana, las cartas estarán echadas y el ring será testigo de la decisión del Negro. Y hasta allí vamos a contar, para ver que sucede, deberán seguir las acciones en el ring y la apasionada narración del relator.
Momentos de hablar de las muy buenas actuaciones que presenta la obra. Son siete los actores en escena, numeroso elenco, bien acorde a la estupenda puesta que presenta la pieza. Una característica que no pasa desapercibida, es que son todos actores hombres, ya que la historia presenta solo personajes masculinos, en consonancia con el machismo que dominaba al deporte de los puños en la década del 60, fecha en la que se cuando se este cuento. Hoy si bien el box, sigue siendo un deporte dominado por los hombres, las mujeres comienzan a tener su espacio y a competir.
En interpretaciones parejas por lo bueno, vamos a arrancar con Leandro Orellano, a cargo del Negro Ortega, el gran protagonista de la velada. El boxeador veterano que tendrá que resolver el dilema moral de ser fiel a sus principios o asegurarse una buena suma de dinero, yendo para atrás. Gran composición de Leandro, fuerte desde lo actoral y también arriba del ring, ya que obra tiene momentos de boxeo e intercambio de golpes, que requieren una gran entrega física y un entrenamiento previo para estar en sintonía. Juan Mendé, será su rival, como El Pibe Peralta, la joven promesa del boxeo argentino. Juan estará siempre en el ring y se destacará mucho por todo lo gestual y lo postural Al igual que Leandro, muestra gran destreza física y juntos protagonizan momentos muy logrados en el ring, con tanto realismo, que los espectadores si se olvidaran por un momento que están en el teatro, podrían estar tranquilamente presenciando una pelea verdadera y esto que no es sencillo, de conseguir es gran mérito de ambos actores.
Muy buen el personaje de Federico Milman, como el rumano, un empresario bastante fullero, que mostrará una cara negativa, pero muy reconocible del deporte de los puños. Es el villano de la noche y lo representa muy bien Federico ese papel. En cambio Fabián Petroni, es un personaje muy querible, el padre y entrenador del Negro, retirado ya hace años de los cuadriláteros, todavía recuerda su pelea por el título, contra al noruego, el campeón de ese momento. Aferrado a la fe de Dios y con una Biblia que lo acompaña, desea que su hijo pueda tener esa noche de gloria que al se le negó. Muy emotiva la composición de Fabián.
Momento de hablar, de una de las grandes revelaciones de la obra y a nuestro entender el personaje más divertido y festejado por el público. Nos referimos a Santiago Maurig, que le aporta un genial relato a las acciones boxísticas de la noche, trayendo al recuerdo de relatores de la talla de Osvaldo Caffarelli, Walter Nelson u Osvaldo Príncipe, de todos parece tomar un poquito, para redondear un trabajo excelente. Pero el relator, no estará solo, lo acompaña Lorenzo Martelli, en los comentarios y juntos harán una dupla que además de deleitar el público, traerá los momentos más emocionantes de la noche. Y el elenco se cierra con Bruno Leichman, músico en escena, que acordeón en mano y desde el bar, nos brindará distinguidos momentos musicales.
Como dijimos antes, uno de los puntos muy altos de la obra, es la grandísima puesta que presenta Fájense, bajo la dirección de Maxi Rofrano. Hay mucho para destacar, arrancando por el fantástico diseño escenográfico de Carolina Beltrán, que ya comentamos en el párrafo inicial de esta reseña, no decimos más del mismo, tienen que verlo y sacar sus conclusiones. Sobresaliente el diseño de vestuario de Yanina Corbetto, caracterizando en gran forma a los pugilistas y al resto de los personajes. Hay un muy buen diseño de luces de Gonzalo Calcagno y Mariana Morán Benítez, fundamental para dividir con la iluminación los dos planos que presenta al diseño escenográfico. Ya mencionamos que la obra también tiene música. Y podríamos seguir destacando aspectos destacables de una puesta, que sin dudas ponemos entre las mejores, sino la mejor, que el teatro independiente nos mostró este año, siendo este motivo de orgullo para todos los que vemos off habitualmente.
Y no queremos contar más para mantener la sorpresa, nos cautivó por completo la propuesta de Fájense, estupenda ficción que nos introduce en el particular universo del box, jugando con sus códigos y sus secretos, mostrando como más allá de todos los negocios que rodean al deporte, siempre la última palabra la van a tener los protagonistas, que dentro de una cancha o en este caso de un ring son los que mandan, dejando claro que el hambre de triunfo y el orgullo, la gran mayoría de las veces estará por encima de los intereses espurios, quedando claro, cuando esto ya no ocurra el deporte perderá interés.
Por todo lo dicho, los invitamos a que descubran esta original propuesta teatral, donde por una noche El Callejón, se convertirá en el mítico Luna Park, para que seamos testigos de la última pelea de la noche, entre El Negro Ortega y el Pibe Peralta, que de la mano de magníficas actuaciones y una puesta fenomenal, nos regalarán una noche dorada donde el boxeo y el teatro, se unirán, para que disfrutemos de una velada donde el honor y el orgullo estarán a prueba.
Pensador Teatral.