Dramaturgia de Eloísa Tarruella y Brenda Fabregat. Dirección de Eloísa Tarruella.
Viernes 21 hs en Centro Cultural de la Cooperación ( Av. Corrientes 1543 )
La dupla conformada por Eloísa Tarruella y Brenda Fabregat, vuelve al ruedo con El Mundo en mis Zapatos 2, que aclaramos no es una secuela y funciona de manera independiente, es decir no hace falta haber visto la primera parte, para engancharse con esta entrañable historia, que nos hablará del personaje de Brenda en la vida real, con una buena dosis de ficción, evolucionando en el tiempo. En lo personal recordamos, haber disfrutado mucho de la primera parte, en el Pan y Arte de Boedo, que se inspiraba en la vida de la propia actriz y por ello estábamos muy motivados para esta nueva presentación.
En esta ocasión, el disparador será el cumpleaños cuarenta de pico de la protagonista, que dramaturgia mediante acaba de ocurrir y luego del festejo del mismo, Brenda llegará para la función. Ella misma se presentará ante el público, como actriz y madre, abriendo su corazón para contarnos algunas de sus experiencias recientes y otras de la juventud que la marcaron. Al momento del festejo, es tradicional soplar las y en ese momento, pedir los tres deseos. Alguna vez nos pusimos a pensar los deseos que pedimos en anteriores festejos ?? Se cumplieron en su mayoría o alguno de ellos lo venimos repitiendo, esperando que finalmente esta sea la oportunidad en que el universo accederá a nuestros anhelos ??
Pensando en algunos de esos pedidos, es que la protagonista evocará como actuó el paso del tiempo en su vida. Recordará sus primeros pasos como actriz y aquellos castings a los que todos aquellos que dan sus primeros pasos en la actuación deben concurrir, con anécdotas muy divertidas, que con mucho humor se encargará de compartir. Pero la columna vertebral de la historia, es el amor y como la aparición de las redes sociales cambió todo, siendo necesario hacer cursos acelerados para no quedarse afuera de la movida actual. En el relato reiremos con Brenda y su amor platónico por Miguel Ángel Buonarotti, su compañerito de la escuela, que siguió a lo largo de los años. Y llegaremos a los tiempos actuales de Tinder, matchs y ghosteos, la cara moderna del levante, que aquellos que continúan en las lides amorosas, deben jugar.
Pero no queremos spoilear más, hasta allí vamos a contar, para que los espectadores se sorprendan cuando vean la obra. Si vamos a destacar la gran composición de Brenda Fabregat, que lleva a la perfección las riendas de este unipersonal. Desde el comienzo, la protagonista, mostrará su histrionismo, rompiendo la cuarta pared, generando una corriente de complicidad con un público, que se siente muy identificado con las historias que escucha.
Brenda maneja muy bien los tiempos del relato, con momentos muy divertidos y otros de profunda emoción. La entrega de la protagonista es total y su composición tiene un gran componente físico. Además de ser super expresiva, tiene un pasado como bailarina clásica, mostrando su plasticidad corporal en varias escenas. En otras desdoblará personajes desopilantes, como el de su tía Hermenegilda, con su inconfundible acento paraguayo ( gran personaje ) . Nos encantó el trabajo de Brenda, apasionada y talentosa en escena, que nos regala una hermosa composición.
Siempre marcamos el desafió que representan los unipersonales y lo complicado que es estar solito en escena frente al público. En este caso, la protagonista, que tiene gran presencia escénica por si sola, tiene una muy buena ayuda, nos referimos a la magnífica puesta que presenta la obra. Eloísa Tarruella, la directora de la obra, además de ser una estupenda autora, es directora cinematográfica y esto sin lugar a dudas se nota en la puesta, que tiene una estética muy bella y muchos guiños cinéfilos.
Hay varios ítems de la puesta que merecen destacarse, arranquemos por el lucido vestuario a cargo de Gabriella Gerdellics, fundamental en la trama, ya que la actriz se cambia sus vestidos varias veces en escena, al igual que sus zapatos. El diseño escenográfico también a cargo de Gabriella, reproduce el hogar de la protagonista, con calidez y gran cantidad de detalles que colaboran con la belleza estética que mencionamos antes. Otro ítem a destacar es el diseño lumínico de Ricardo Sica, que crea los diferentes climas del relato y por último mencionar la música original de Federico Pascarella, presente en varios pasajes. Todos estos ítems entrelazados, que configuran una puesta encantadora.
Y hasta allí vamos a contar, disfrutamos mucho la propuesta de El Mundo en mis Zapatos 2, que resulta muy atractiva, tanto para para hombre. como mujeres, ya que sin bien la protagonista abre la puerta del universo femenino, el mismo se conecta con el mundo masculino mediante los vínculos que se establecen entre ellos, identificándose el espectador con las situaciones siendo hombre o mujer. La pieza nos hablará del paso del tiempo, los desengaños amorosos y esos fantasmas que nos hacen marca personal y aparecen en los momentos más inoportunos, aunque busquemos todo tipo de tácticas para ahuyentarlos.
Solo queda a invitarlos a la Sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural la Cooperación, para disfrutar de este unipersonal, que los hará reír y también emocionar, con un relato que les resultará muy cercano, ya que nos habla de amor, deseos, el inexorable paso del tiempo y de como siempre hay que ponerle el pecho a las dificultades y seguir para adelante, adaptándonos a la vida que nos toca en suerte y siempre que podamos, abriendo aquellas puertas que nos brindan momentos de felicidad. El camino lo recorremos, de la mano de un texto entrañable, una puesta exquisita y una interpretación magnífica de una actriz que con pasión, humor y sensibilidad se adueña del escenario.
Pensador Teatral.-
Federico Pascarella
Brenda Fabregat, Eloísa Tarruella