domingo, 2 de junio de 2019

Querido San Antonio

Dramaturgia de Patricia Suárez y Dirección de Julia Blanco.








Domingos 19 hs en Corrientes Azul ( Av.Corrientes 5965 )

Un texto divertido e irreverente, escrito por la prolífica dramaturga rosarina Patricia Suárez, una de las autoras más talentosas y con más presencia actual en nuestro teatro independiente, que con Querido San Antonio, hace una semblanza de este santo milagroso, al que se recurre para encontrar objetos perdidos y en especial, es requerido por las mujeres solteras que le piden interceda para que les acerque a aquel hombre, que será el amor de sus vidas.









La historia teatral está ambientada en 1920, en la Italia de la posguerra, más precisamente en la Iglesia de Pompeya, donde entre otras imágenes, hay una de San Antonio de Padua, que recibe copiosos pedidos de los feligreses. Pina y Filomena son unas de sus más fieles devotas y le pedirán de manera especial e insistente, la primera por el regreso de su esposo Eliseo que se fue hace varios años a la guerra y no volvió aún. Ella pacientemente espera en casa su vuelta. En cambio Filomena, es soltera y pedirá al santo, un hombre, pero no cualquier hombre, debe cumplir con determinados requisitos, físicos y de otro tipo, ya que tampoco va a querer que le acerquen algún tullido o un tirado.

Se darán situaciones graciosas, ya que la reputación de San Antonio, en especial para Filomena, está bastante devaluada. Completan el cuadro eclesiástico, Carmela, la sacristana, que se encarga de todas las tareas en la parroquia, desde barrer los pisos, limpiar las figuras de los santos, hasta también recaudar dinero, para darle más fuerza y frecuencia, a las oraciones que se encomiendan al santo.









La situación de Carmela en la iglesia, esconde alguna situación oscura y misteriosa, más emparentada con el Diablo, que con Dios y que no habla muy bien del Padre Reinaldo, a quien no vemos en escena, pero resuenan algunos de sus actos. Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, se enterarán, si San Antonio finalmente les cumplirá las suplicas a sus fieles devotas y cual es el oscuro misterio, que se oculta en aquella casa de Dios.

Las actuaciones que presenta la obra, son muy buenas, en especial destacamos la magnífica actuación de Carolina Pofcher, una actriz muy talentosa, a quien el año pasado elogiamos mucho por su labor en Errante en la Sombra, una entrañable obra del off. Aquí compone a una Filomena, muy desfachatada y desenvuelta, que luce pícara y bastante urgida, para que aparezca ese hombre, que la saque de la soltería. Con mucha presencia escénica, Carolina genera las mayores risas de la noche, redondeando una estupenda interpretación.












La otra devota, es Natalia Gorini, como Pina, más formal y respetuosa por la religión, tendrá que luchar para no ser arrastrada por el desenfado de Filomena. Destacamos su gestualidad y la muy buena dupla que forma con su amiga.

Paula Casabona, es Carmela, es la sacristana, desgarbada y con un ojo cerrado, arrastra una historia de vida muy sufrida. El padre le dió alojamiento en la iglesia y allí está desde ese día, pasando sus días entre imágenes religiosas y los fieles. Muy buena composición de Paula.

Completa el elenco, Javier Kussrow, como Eliseo, estuvo en la guerra y se accidentó en circunstancias poco claras. Vuelve al pueblo, en búsqueda de su amada esposa.












Se conformó un muy buen elenco, bien dirigido por Julia Blanco, donde además de las buenas actuaciones, se nota que los actores se divierten en escena y eso es algo que el espectador nota y agradece.

La puesta es atractiva, con un diseño escenográfico, que representa el interior de la parroquia, con varias imágenes santorales, además de San Antonio. Destacamos también el elegante vestuario de época que presentan los protagonistas. Ambos rubros en manos de Maria Emilia del Valle, Por último mencionar a Juan Sebastíán Molano y Támara Urman, a cargo del diseño de luces y del sonido.











En definitiva, una divertida historia, que dejará en descubierto algunos pedidos disparatados y poco religiosos, que los fieles tienen para San Antonio y otros santos, además de hacer una crítica suave, pero certera, a la institución de la Iglesia y a algunos manejos poco claros, que la acompañan desde hace muchos años.

Solo nos queda recomendar Querido San Antonio, se reirán con una historia con mucho de sátira y grotesco, en un atractivo formato, que además les permitirá disfrutar de muy buenas actuaciones y aprovechar para pedirle al santo milagroso, que les encuentre algún objeto perdido o ese amor que se hace desear y no aparece,



Pensador Teatral.



viernes, 31 de mayo de 2019

Rayito de Sol

Dramaturgia de Natalia Villamil y Dirección de CIntia Miraglia.








Un texto sensible y con mucha poesía, nos acerca Natalia Villamil, con Rayito de Sol, una historia de amor, que bucea en la íntimidad de una mujer llamada Rayito, pero que podría ser, la voz de muchas otras mujeres, ya que ofrece una mirada real a la cotidianidad de muchas vidas oprimidas y sometidas a la violencia hogareña.

Rayito es Leticia Torres, en este unipersonal, dirigido con minuciosidad por Cintia Mirgalia, que nos cuenta la historia de una mujer de un pueblo del interior no revelado, pero que tienen nombre de santo, que decide rebelarse, dejar de responder a los mandatos sociales y escuchar a su corazón, en búsqueda de un amor auténtico y pasional, que la seduce y se muestra irresistible.











El problema, es que está casado, con un hombre, que no la valora demasiado, pero es su marido. Y hay cuatro hijos, fruto de esa matrimonio, cuatro cachorritos que reclaman su cuidado. Rayito está en un encrucijada. Será posible escapar de la realidad y de las convenciones, detrás de un amor prohibido, que es pasión pura.

Las preguntas invaden su mente. Es posible ese cambio de vida o pura fantasía ?? Que dirían en el pueblo, aquellas otras mujeres, que se resignan obedientemente a vivir la vida que les toca  ?? Y sus hijos, alguna vez la entenderían y la llegarían a perdonar  ?? Hay que tener mucha valentía, no solo para animarse, sino también para ser capaz de convivir con el recuerdo y con la desesperación que cada tanto llegará,  para interrumpir los sueños.











Hasta allí vamos a contar, cuando vean la obra, descubrirán, si Rayito se animó y pudo vivir ese sueño que le dictó el corazón. La autora además de esta historia principal, logra darle mucho realismo al relato, pintando la vida pueblerina y jugando con las historias, que hay detrás de cada ventana de ese pueblo.

El texto transita por todos los estados, por momentos es divertido, por ratos melancólicos, a veces erótico y en otros, tiene una crudeza que inquieta. Para poder atravesar todos esos momentos, es necesario, contar con una intérprete de gran valía y vaya realmente, si la encontraron con Leticia Torres, una actriz con una presencia escénica impresionante.










Leticia se adueña del escenario, con una potencia y una entrega que llega al espectador. Hay mucho de corporal en su composición, logrando transmitir mucho con sus movimientos,  con sus miradas y con sus gestos. Nos encantó su forma de ser algo campechana y esa tonada de voz, que a nosotros nos remite, al Norte argentino, aunque el texto no dé certezas de ello. Sus alegrías, sus dolores, sus miedos, su sexualidad, todo ello y mucho más saldrán a la luz, gracias a una expresividad y sensibilidad a flor de piel, que llega al espectador, que desde la platea, mira con fascinación su composición. Fantástica interpretación de Leticia, una verdadera leona, que se mete en la piel del personaje, con maestría.

La puesta es realmente bella y plena de poesía, con un ingenioso diseño escenográfico de José Escobar, que resulta tan simple como efectivo, esa ventana que será kiosco, casa, patio, jardín y muchas cosas más, acompañando el relato y los movimientos de la protagonista. Hay un muy buen componente musical en la trama, en el que se destaca mucho Leticia, bailando y recitando unas coplas hermosas.










En definitiva, estamos ante una historia repleta de emociones, que resulta identificable y cercana para un público, con mayoría de presencia femenina, que la siente familiar y cotidiana. Un relato que nos mostrará la valentía de una mujer, que se anima a rebelarse ante esa rutina, que la agobia.

Tres mujeres, autora, directora y protagonista, unen sus fuerzas y talentos, para esta Rayito de Sol, sensible y emocionante, que nos permitirá desfrutar de una bella historia de amor y nos alumbrará con esa luz, que el teatro independiente, siempre tiene para ofrecernos.




Pensador Teatral.



jueves, 30 de mayo de 2019

Las Cosas de Mabel

Dramaturgia y Dirección de Cecilia Meijide.








Jueves 21 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )

Un texto sensible y entrañablemente humana, nos ofrece Cecilia Meijide, con Las Cosas de Mabel. Cecilia, joven dramaturga y directora, es reconocida en el teatro independiente, entre otras cosas, por ser la autora de Cactus Orquidea, una joyita del teatro independiente, que recibió numerosos premios y estuvo varias temporadas en escena, debido a la gran respuesta del público.










Al igual que aquella premiada pieza, en Las Cosas de Mabel, también se hablará de vínculos humanos y ahora que asociamos, también tendremos una plantita en escena que recibirá muchas miradas. En este caso los vínculos se enfocarán, desde la mirada de la vejez. Que sucede cuando se llega a esa etapa de la vida, donde parece que ya hemos vivido todo y el entorno familiar, ocupado con sus temas urgentes, le presta poca atención a ese ser querido, que parece tener su vida en modo cámara lenta..

La protagonista de esta entrañable historia, es Mabel ( Rosario Varela ), una adorable y tierna viejita, que viuda y con sus 86 años, muestra una lucidez mental admirable y los achaques propios de la edad. Por sus problemas en las articulaciones y para no quedarse dura, debe recurrir a los servicios de Iván, un joven kinesiólogo, que la visita a su casa y con una rutina diaria de ejercicios, la ayuda a mantener algo de movilidad.









La relación entre Mabel e Ivan, adquiere importancia, ya que el joven además de darle la rutina de ejercicios, la cuida, le hace compañía y se preocupa por ella. El tercer protagonista de esta historia, es Fabián ( Nacho Bozzolo ), el hijo de Mabel. Enfrascado en sus problemas personales y luchando por no separarse de su actual esposa, le dedica muy poco tiempo a su mamá. Solo pasa cada tanto y cada vez que lo hace, parece más preocupado, por llevarse alguna cosa de la casa, para venderla luego, en vez de interesarse por salud de su madre o sus sentimientos.

Fabián es egoista y desconfiado, no le gusta que ese kinesiólogo pase el día entero con su mamá en la casa y lo mira con recelo. No contaremos más, pero a medida que transcurre la trama, el vínculo entre los tres, que comienza muy tirante, se irá acomodando y encontrando una armonía, impensada en un comienzo.

La historia es simple, pero tiene la fuerza de lo cotidiano, de lo cercano. El espectador reconoce a los personajes y se identifica con ellos, influyendo también mucho en esto, no solo un texto cargado de sensibilidad, sino también las excelentes actuaciones que tiene la obra.









Es hora ya de destacar, la fantástica composición de personaje que realiza Rosario Varela, como Mabel. La directora eligió para el papel a una actriz joven, revelando el procedimiento actoral y dejando en evidencia al teatro como ficción. Y la apuesta, le salió realmente bien, ya que Rosario, resuelve el desafío de manera admirable. Con esa voz quebrada, el cuerpo encorvado y toda la gestualidad de una dulce anciana, enamora al espectador con su gran composición. Es la primera vez que vemos a Rosario en escena y nos encontramos con una actuación magnífica.

Pero semejante interpretación, no está sola, los hombres de la trama, también se destacan y acompañan a la gran protagonista de la noche. Ignacio Torres, es un joven lleno de amor y paciencia, que pese a sus problemas personales ( se peleó recientemente con su novia y esto lo afecta mucho ), le dará lo mejor a esa anciana, que por momentos parece su abuela. Muy bueno lo de Ignacio.

Por último mencionar a Nacho Bozzolo, un estupendo actor, a quien elogiamos ya varias veces, desde este humilde espacio. Aquí compone a un hijo, bastante egoísta, que no parece tener mucho registro por su madre, ni mucho afecto para darle. Una vez más Nacho muestra su versatilidad y ofrece una actuación muy convincente.








La puesta de carácter íntimo tiene muchos aspectos para destacar. Como por ejemplo el diseño escenográfico de Cecilia Zuvialde, que ofrece un cálido hogar, lleno de objetos, colores y detalles que llenan los ojos del espectador. Es importante, también el diseño lumínico de Sebastián Ladillo, creando climas y creando el espacio para las confesiones y los recuerdos, que tiene reservados la trama.

Realmente nos gustó mucho la obra, una historia mínima puede decirse, pero real y cotidiana, que sabe llegar al corazón del espectador, mostrando como muchas veces cuando llega la vejez de algún familiar, el entorno más cercano parece no querer aceptar o reconocer esta realidad y prefiere mostrarse indiferente y algo distante, apareciendo nuevas amistadas o la figura de cuidadores como Ivan, que empatizan con la persona mayor y la acompañan, haciendo más llevadera la soledad que sienten.









Las Cosas de Mabel, tiene un texto muy sensible, sin recurrir nunca a los golpes bajos, con momentos para reírse y otros para reflexionar. Cada espectador tendrá una reacción diferente ante la obra, de acuerdo a sus vivencias personales, su actualidad y sus recuerdos, lo que podamos asegurar,  es que de ninguna manera quedarás indiferentes, luego de ver la obra.

Quien escribe estas lineas, además de disfrutar mucho de la historia y de sus estupendas actuaciones, salió sumamente movilzado del Beckett, demostrando que muchas veces las historias simples, pueden ser las más contundentes.

Solo nos queda recomendar la obra e invitarlos a que conozcan a Mabel y las Cosas que tiene para decirnos, antes de irse, esa voz de la experiencia, que muchas veces, nos resistimos a escuchar.



Pensador Teatral.


domingo, 26 de mayo de 2019

Un Señor Alto, Rubio, de Bigotes

Dramaturgia de Humberto Constantini y Dirección de Leandro Odierna.









Domingo 20 30 hs en El Crisol Teatro ( Malabia 611 )

El poeta y escritor argentino Humberto Constantini, hace un par de décadas, escribió este cuento, que luego fue adaptado para el teatro,  con muy suceso. La obra de Constantini, se caracterizó por tener una mirada crítica hacia los mecanismos opresivos, de las sociedades, que en muchas ocasiones, puede resultar egoísta y deshumanizada. Una de sus principales virtudes de este autor, es escribir en un idioma sencillo y poder describir con simpleza la intimidad de personajes que al verlos, nos resultan cercanos y cotidianos.








En Un Señor Alto, Rubio, de Bigotes, el protagonista será Fernando Sciardys, interpretado de manera fantástica por Pablo Mariuzzi. En esta historia, con indudable acento porteño, Fernandito se vestirá con su mejor buen traje, puños de camisa limpios, el nudo de la corbata bien prolijo y con la sonrisa dibujada en la cara. saldrá a la calle, en búsqueda de encontrar su lugar en una sociedad, que parece no querer aceptarlo.

El protagonista buscará ese trabajo, que lo igualaría a esa rutina que tiene el resto. La calle resulta hostil, personas que caminan apuradas y se lo llevan por delante, no lo ven, pareciera que fuera un fantasma, se nota que no tienen tiempo para perder. Y Fernandito quiere entrar en ese selecto grupo de la gente ocupada y para ello está dispuesto a caminar, a hablar con secretarias y esperar el tiempo necesario. Sabe que su oportunidad tiene que llegar, no puede demorar mucho más y el tiene que estar listo para cuando llegue ese momento.











El texto tiene una vuelta muy interesante, la rutina de la búsqueda se hace insoportable para quien la realiza, los lugares parecen repetirse, la alienación vá en aumento y en algún momento realidad e imaginación, parecerán confundirse en la mente del protagonista y hasta allí contaremos.

El trabajo de Pablo Mariuzzi es sencillamente fantástico, componiendo su personaje con una minuciosidad que impacta. Manejando a la perfección los tiempos de la obra, los silencios y esas esperas prolongadas, en las que dialoga con si mismo, para darse ánimo.

La entrega y el compromiso de Pablo conmueve, estará solo en escena, solo una silla lo acompañará como único elemento escenográfico y ese cuadrado negro, que caminará de manera lenta, apurada y  y hasta convertirá en escaleras. Generará diálogos consigo mismo, con imaginarias secretarias y con sus posibles empleadores, con tanta sapiencia, que el espectador intentará reconstruir la totalidad de esos diálogos imaginarios, ya que en ocasiones, solo contaremos con la mímica y las muecas del protagonista.









Es importante señalar, que por este excelente trabajo, Pablo Mariuzzi, fue nominado como Mejor Actor Protagónico en los Premios Trinidad Guevara. Cuando vean la obra, avalará este reconocimiento, ya que la actuación de Pablo es superlativa, en un papel muy exigente.

La puesta de Leonardo Odierna, experimentado actor y director, es inteligente y sensible, logrando que los detalles mínimos adquieran relevancia y que el protagonista de esta historia, resulte absolutamente reconocible para espectador, que probablemente se sienta identificado, por haber atravesado en alguna oportunidad, alguna de las situaciones humillantes, por las que pasa Fernandito.










La cercanía de los espectadores, que posibilita la cálida sala de El Crisol , contribuye al ambiente intimista y minimalista que propone el director, permitiendo disfrutar sin perder detalle, cada movimiento  y cara del protagonista. Es muy destacado el diseño lumínico que tiene la obra, jugando mucho con la oscuridad y acentuando la luz en el rostro del protagonista.

En definitiva, estamos en presencia de una obra, que aunque fue escrita hace más de cuarenta años, presenta una vigencia, que asombra y duele a la vez. Veremos a un hombre solo, que debe superar sus miedos y enfrentarse a ese mundo hostil, que en vez de tenderle una mano, lo excluye, mostrando el costado menos humano y solidario de la sociedad.









Un Señor Alto, Rubio, de Bigotes, se encuentra transitando su segunda temporada de suceso, a sala llena en cada una de sus presentaciones, algo que se explica por el boca a boca, que en el teatro independiente, es la mejor receta para que una obra crezca. Sin dudas, encuentran atractivo el combo que incluye, un texto profundamente humano, una dirección sensible y principalmente una actuación magistral como la de Pablo Mariuzzi, que no puede dejar de verse.

Los aplausos prolongados, que el público le tributa al protagonista al final de la función, dejan en claro que la obra movilizó y mucho, a los espectadores, que una vez que están en la calle, caminarán atentos y sin mirar al piso, en búsqueda de ese señor alto, rubio y de bigotes, que les brinde su lugar en el mundo.




Pensador Teatral.

sábado, 25 de mayo de 2019

Una Familia Feliz

Dramaturgia de Javier Naudeau y Dirección de Federico Buso.








Una Familia Feliz, es un texto actual que nos habla de un vínculo familiar deteriorado, en esta tragicomedia aggiornada a estos tiempos, que expone recurriendo al humor y a la exageración, situaciones que se reproducen  en muchas familias disfuncionales.

En la trama que nos presentan, tendremos a Raquel, una madre soltera, que vive con Germán, su hijo adolescente. La relación entre ellos es extraña , ya que mientras el chico realiza las tareas de la casa, su madre se la pasa tomando whisky y mirando la televisión, dando importancia a noticias que pasan en los confines del mundo, pero sin interesarse en lo más mínimo, por los pensamientos y el día a día de su hijo.








Germán pese a no estar a gusto con la situación, tiene un amor incondicional por su madre, que es la única figura adulta que tiene como referencia ya que no sabe quien es su padre. Precisamente en la escuela, sufre el bullying de sus compañeros, que lo atormentan por ese motivo. Germán sufre mucho la situación, que lo averguenza y hará denodados esfuerzos, para que su madre, recuerde quien fue su padre, sin suerte. Risueña y de manera cruel, la madre le dice que con tantos hombres que pasaron por su cama, le resulta una misión casi imposible saber quien es su padre.

La situación en la casa empeorará, con la llegada de Daniel, una especie de noviecito de la madre, que al satisfacer los deseos sexuales de una Raquel demandante y en estado de excitación crónica, encontrará la forma de ingresar al hogar y ganar espacio. Se nota que es un chanta y un vividor, pero la madre no quiere o no puede darse cuenta de esto. Germán al principio, lo mira con recelo, pero de a poco, irá comprando la figura de Daniel, ya que la posibilidad de tener una figura paterna, es muy importante para el.









Las actuaciones que presenta la obra son destacadas, siendo para nosotros Heidi Fauth, como Raquel,  la gran protagonista de la noche. Con una expresividad a flor de piel y una frescura que se mantiene a lo largo de toda la trama, siendo quien lleva el peso de la obra y componiendo su personaje en gran forma. A Heidi la elogiamos ya por anteriores trabajos, recordando en especial su gran interpretación en La Fragilidad del Cielo. Aquí en un papel, bien diferente, vuelve a mostrar su versatilidad, aportando su histrionismo y belleza, mostrando ser una actriz muy talentosa, que siempre rinde,

Muy convincente, resulta la labor de Diego López Dominguez, como Daniel, en el papel de buscavidas, cual encantador de serpientes, que no tendrá límites, con tal de ganarse la confianza de los miembros de ese hogar, siempre enfocado en lograr el mayor provecho económico posible. Rodrigo Paredes, con un participación acotada, cumple en buena forma, en el papel de Roberto, un personaje del que no vamos a adelantar demasiado, para no dar tantas pistas de la trama.









Para el final dejamos a Pedro Maurizi, como Germán, una verdadera revelación. Tiene un papel complejo y lo resuelve muy bien, a pesar de su juventud, tiene la presencia necesaria, para transmitir el abandono y la angustia, que le produce principalmente, la actitud distante de su madre.

La puesta de Federico Buso es efectiva, jugando mucho con el fraccionamiento de escenas, que le permite, avanzar en diferentes situaciones y adelantar los tiempos de la trama, Puntos a destacar, el diseño lumínico de Matías Sendón y en especial la escenografía de José Escobar y Alicia Leloutre, que representa con mucho realismo, el living de este hogar disfuncional.








En definitiva, tenemos una comedia dramática bien actual, que incluye las nuevas formas de comunicación que llegaron con la tecnología y exagerando en algunas caracterizaciones, pero delatando como, la desesperación, por encontrar una familia perfecta o que se parezca a ella, puede llevar a cometerse actos muy peligrosos. Por otro lado, el texto, pone en evidencia, como el egoísmo o pensar solo en satisfacer deseos frívolos, pueden llevarnos a dejar de lado, situaciones tan elementales, como conocer los verdaderos sentimientos de nuestros hijos o familiares cercanos..

Una vez más, Espacio Callejón nos permite conocer el texto de un joven autor, que nos presenta esta historia familiar, que con una una cobertura divertida, esconde un situación dramática que duele, porque sabemos, que se emparenta a la rutina habitual de muchos hogares, lo que nos invita a reflexionar, sobre una sociedad, que muchas veces prefiere, centrarse en las apariencias y no en la realidad.




Pensador Teatral.


viernes, 24 de mayo de 2019

Angel

Dramaturgia de Patricia Suárez. Dirección de Marcelo Moncarz.









Viernes 20 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )

La talentosa pluma de Patricia Suárez, una de las dramaturgas más prolíficas del teatro independiente, nos ofrece este bello texto, que nos hablará del vínculo de dos hermanos, del amor, de la locura y de la esperanza, de una manera tan profunda, que nos cuestionaremos, si en verdad es tan sencillo, determinar quien está cuerdo y puede juzgar al otro, diciendo que no lo es.

Santiago y Teo, los protagonistas de esta historia, no tuvieron una infancia sencilla, quedaron huérfanos cuando tenían cuatro y tres años respectivos, al perder a sus padres en un accidente ferroviario. Vivieron con una familia sustituta, pero siempre los acompañó, el recuerdo de la dolorosa pérdida de sus padres.








Luego de otro suceso trágico que atravesó sus vidas y que no vamos a adelantar, los dos hermanos debieron abandonar a las apuradas San Cristobal, su pueblito natal, para empezar una nueva vida en la ciudad, pueden hacerlo gracias a la ayuda económica que les brinda Patricia, la novia de Santiago, que ocupa un importante puesto ejecutivo, en un banco de origen chino.

El presente de los hermanos no es sencillo, Santiago trabaja duro en una jugueteria, para tener un ingreso que le permita mantener el hogar y a Teo, que es un ser muy espiritual y algo especial, ya que tiene problemas psiquiátricos, manifestados principalmente en un delirio místico. Pasa la mayor parte de sus horas, pintando cuadros de ángeles, que luego vende en una plaza.








No vamos a contar mucho más, preferimos que el espectador cuando vea la obra, descubra los recovecos de esta entrañable historia. Solo diremos que una noche, Teo recibirá la visita de un ángel, que aparece querer ayudarlo y dejarle un mensaje importante. Si la visita es real o producto de su imaginación y de que se trata el mensaje, lo podrán descubrir cuando vean la pieza.

El texto de Angel es profundo y pleno de sensibilidad, sabiendo como llegar al espectador, con la ayuda de una dirección precisa y con mucha poesía de Marcelo Moncarz y las excelentes actuaciones del joven elenco reunido.









Arranquemos por Nicolás Asprella. que realiza una composición fantástica de Teo. Su personaje irradia amor y ternura. Conmueve por su entrega, se muestra hiperkinético, siempre inquieto, verborrágico y con una energía bien arriba. Podríamos decir que Teo, es un loco lindo, con mucho amor por dar y una riqueza espiritual que se refleja en cada uno de sus actos. Estupenda la interpretación de Nicolás, realmente quedamos sorprendidos por la enorme valía de su trabajo.

Pero Nicolás no está solo en escena, Hernán Statuto es Santiago, que más que un hermano mayor, parece el padre de Teo. Busca dar contención y proteger a su hermano. Le compra los remedios y lo ayuda con el tratamiento psiquiátrico. Muy buena labor la de Hernán, con una templanza y una paciencia, que solo puede explicarse por el profundo amor que lo une a su hermano. Es muy bueno el contraste, su calma versus el desborde de Teo.









Verónica Litvin, como Patricia, juega un papel clave en la historia. Se muestra muy estresada, por un trabajo que le exige mucho y le deja poco tiempo para ella. Obligada a viajar mucho y desatender sus temas personales, no está contenta con la vida que lleva, donde no tiempo tiempo libre. Nos gustó mucho la actuación de Verónica, aportando frescura  y momentos muy divertidos a la obra, en especial, en una escena muy desopilante con Teo.

Nos encontramos, con tres muy buenas actuaciones desde lo individual, que se potencian en el conjunto, gracias a una dirección muy lúcida, que sabe explotar las virtudes del elenco y lograr su compromiso absoluto, con la historia que se cuenta.








La puesta es cálida y muy atractiva, logrando mantener la atención del espectador en todo momento. Destacamos el diseño lumínico de Daniela Garcia Dorato y en especial la música en vivo de Alan Swiszcz, que acompaña en gran forma los diferentes momentos de la trama y enriquece mucho la puesta.

En definitiva, nos encontramos con una hermoso y emotivo relato, una historia de amor que moviliza y nos obliga a reflexionar acerca de los verdaderos valores de la vida. Quien está capacitado para determinar que alguien está loco ??  En verdad, podemos considerar como cuerda, a aquella persona, que no sabe disfrutar los momentos y vive una vida a pura vértigo, sin disfrutar casi nada. Ronda la idea, que en estos tiempos actuales, se impone el miedo de tener tiempo para pensar y darnos cuenta, que la vida pasa y no estamos encontrarnos el camino que nos hace felices. Por eso es mejor, correr y seguir la rutina,  sin detenernos para tratar de encontrar el sentido, al camino que estamos recorriendo.









Estamos en presencia de una muy buena propuesta, que incluye un texto valioso, una dirección sensible y actuaciones magníficas, para redondear una historia que emociona, conmueve y nos invita a reflexionar y a mirar hacia nuestro interior. Nos gusto mucho Ángel y por eso la recomendamos especialmente.

Una satisfacción, ser testigos de la ovación, con la que el público despidió a los protagonistas al final de la función, en una colmada sala del Patio de Actores, para una pieza que viene agotando localidades desde su estreno, dando muestras que el boca a boca en el teatro independiente no falla y que entrañables obras como Ángel, siempre tendrán buena recepción, de parte de los espectadores, ávidos de buen teatro.





Pensador Teatral.



lunes, 20 de mayo de 2019

El Vestido de Oro

Idea de Muriel Mahdjoubian Rébori. Dramaturgia de Ana María Boerr . Dirección de Marcelo Zitelli.








Lunes 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )

Basada en hechos reales, llega El Vestido de Oro, una pieza que a través un de una bella historia de amor, resalta la identidad y las tradiciones del pueblo armenio y de muchos inmigrantes de esa comunidad que llegaron a Argentina, huyendo del genocidio turco.









La obra nace de la idea de Muriel Mahdjoubian, jóven actriz y bailarina de orígen armenio, que a partir del recuerdo de su abuela Margarita Sarchejian, que escapó de Estambul, huyendo del genocidio, al que eran sometidos los armenios, llegó a la Argentina, para iniciar una nueva vida, como hicieron muchos inmigrantes, dejando atrás el horror y la muerte, para intentar empezar de nuevo.

Remitiendo al título de la obra, contemos que Margarita bajó del barco Antonio Delfino en el Puerto de Buenos Aires, con su vestido forrado de monedas de oro, que seguramente algún familiar le había cosido, imaginando una situación de emergencia y el exilio obligado.









Siempre que podemos y tenemos el dato, nos gusta contar los orígenes de las obras y en este caso, creemos, suma mucho valor hacerlo, ya que a partir de esta historia familiar y real, Ana María Boerr logró plasmar este entrañable texto, que ahora podemos ver en El Método Kairos.

La obra se desarrolla en la cocina de un restaurante armenio, que tiene la familia de Mariam, una joven y atractiva mujer, que trabajando allí, se enamora de Ale, el cocinero Ale, inmigrante del Levante mediterráneo como sus antepasados y con un acento que revela su origen. Entre sabores y olores de la gastronomía armenia, nacerá el romance y se consumará el amor entre estos jóvenes.










Esta historia, que podría ser similar a la de cualquier otra pareja, sufrirá un vuelco de 180 grados, cuando la joven descubrirá con pavor, que Ale en realidad se llama Alí y su origen es turco y no armenio como todos pensaban. La noticia causa un verdadero terremoto en el restaurante y en la familia de Mariam, ya que para quien lo desconoce comentamos que la comunidad armenia, no tiene ninguna simpatía por nada turco.

El motivo de esta enemistad histórica, tiene su origen en el genocidio armenio a manos del Imperio Otomano. Un plan sistemático que tuvo como objetivo el exterminio del pueblo armenio y que se cobró más de 1.500.000 vidas. Del exterminio se cumplieron ya 100 años, pero las heridas aún están lejos de cicatrizar, ya que desde esa época hasta la actualidad, ningún gobierno de Turquia, reconoció el genocidio y prefirieron sostener la teoría, que se trató de una guerra civil, originada por los lazos existentes entre los armenios y los rusos, tratando de justifica de esta manera, lo injustificable, como fueron los crímenes de lesa humanidad cometidos.

Volviendo a la obra, el descubrimiento de que hay un cocinero turco en un restaurante armenio, es algo inaceptable para todos. Es unánime que esa incipiente relación, no puede continuar de ninguna manera. Para complicar la situación, llegarán al país procedentes de Turquia, los padres de Alí, que están huyendo de la persecución que sufren del actual régimen turco.









Se dará entonces un debate interesante y acalorado, entre viejos y nuevos inmigrantes, cada uno con sus creencias y sus posturas, llevando sobre sus espaldas diferencias que parecen irreconciliables y se mantienen a lo largo de los años . Hasta allí contaremos, cuando vean la obra, descubrirán si el amor finalmente prevalecerá o serán más fuertes los mandatos históricos y de sangre, que piden poner fin a una relación, que parece ser inviable y por momentos recuerda las disputas entre Montescos y Capuletos.

El texto es rico y preciso en las referencias históricas, pero además sostiene además en las muy buenas actuaciones que presenta la obra. La interpretación más destacada es la de Muriel Mahdjoubian, que además de ser la mentora de este proyecto, es la gran protagonista de la historia. Aportado su belleza y frescura, con indudable presencia escénica, nos ofrece una actuación plena de sensibilidad y muy fuerte desde lo emocional, con algunos momentos casi mágicos, como cuando nos regala unos bellisimos pasos de danza armenia. Magnífico trabajo de Muriel, a quien el año pasado habíamos elogiado por su actuación en Amanda y Eduardo, una entrañable obra del off y en esta oportunidad, ya en un rol protagónico, la vemos lucirse y disfrutar actuando, en una pieza, tan cara a sus sentimientos.








Hay también un gran trabajo de Fernando Arsenian, como Alí. Es quién tendrá la difícil misión de luchar contra los rencores y las heridas del pasado, que aún perduran. Mostrará siempre un ánimo conciliador y mostrar que nada tiene que ver con aquel enfrentamiento.

Mirtha Oliveri y Roberto Franco, serán los padres armenios de Mariam y también los padres turcos de Alí, en un juego escénico, muy bien ideado por el director y excelentemente ejecutado por Mirtha y Roberto, que resuelven en gran forma el desafío actoral que tienen y los obligará a cambiar de personajes varias veces, siendo necesaria mucha repentización para lograrlo.

Por último mencionamos a Teresa Suárez, como Yeva, no vamos a adelantar mucho de su personaje, que lleva el dolor en la mirada.. Solo diremos que es un testimonio vivo,  del horror del pasado. Gran composición de Teresa.









Entendemos que hubo  una muy buena elección del elenco y un compromiso muy grande de todos con la historia, algo que contribuye para dotar de credibilidad y sentimiento a un texto muy sentido.

La puesta es realmente atractiva, la escenografía de Sabrina Hovhannessian se destaca muchísimo, replicando un restaurante armenio, lleno de detalles, la misma Sabrina tiene a su cargo el vestuario, que tiene mucha importancia para  la construcción de los distintos personajes. También resaltamos el potente diseño sonoro y musical que tiene la pieza, acompañando muy bien la trama.

En definitiva, estamos en presencia de una obra cargada de sentimiento y emociones, que además de enseñarnos mucho sobre cultura armenia, sus tradiciones y gastronomía, por sobre todas las cosas, nos dará una excelente semblanza de su identidad como pueblo y del dolor sufrido, que se incrementa al no ser reconocido por el victimario.








Además es interesante la mirada, que se hace desde el lado de la inmigración y como muchas veces el argentino, que es tan generoso para recibir al inmigrante, tiene confusiones o simplificaciones, por las que llama chino a todo aquel que viene del Lejano Oriente o turco al que llegó del Levante, sin tener en cuenta cuestiones históricas y culturales, que diferencian claramente a esos pueblos.

Celebramos entonces, la presencia de El Vestido de Oro en nuestro teatro independiente, que se presenta a sala llena en el Kairos. Aprenderemos muchas cosas, de una comunidad tan querida para los argentinos, como la armenia y además nos invitará a reflexionar, sobre las nefastas consecuencias que pueden causar,  no querer reconocer una verdad histórica, ya que lo único que se consigue con esto, es agravar las heridas del pasado y obstaculizar una reconciliación, que desde lo humano y en épocas, que el mundo reclama paz, entendemos es muy necesaria.




Pensador Teatral.