sábado, 17 de julio de 2021

Verde Agua

Dramaturgia y Dirección de Marina Lamarca.

 

 


 

Sábados 20 hs en Teatro Border ( Godoy Cruz 1838 )

Hacia un tiempito que no íbamos al Border y la obra que elegimos para volver no podía ser mejor, ya que nos encantó la propuesta de Verde Agua, un texto potente y muy actual, que con una cubierta de humor, nos ofrecerá una historia que parece simple, pero que a medida que se va desarrollando, irá mostrando diferentes caras y nos permitirá reflexionar acerca de temas universales muy profundos , dejando al descubierto secretos, traiciones y revelaciones que configurarán una trama con muchas sorpresas reservadas para el espectador.

Verde Agua es una obra hecha por mujeres, que nació de un proceso de creación colectiva, en la que participaron la autora, las actrices y las demás integrantes del equipo. Allí nacieron las ideas que iban a nutrir al texto y esta suma de pensamientos, le otorga al texto una diversidad, que enriquece mucho a la dramaturgia, apareciendo temas como el feminismo, el rol de la mujer en la sociedad, su vínculo con el poder, como es la relación entre mujeres, la influencia de los mandatos sociales y en general como muchas veces, por tratar de complacer a un tercero, se relegan los deseos propios y se entra en un círculo de insatisfacción, que con el tiempo, termina siendo una cárcel de la que no se puede salir.





Yendo al argumento de la obra, contemos que las acciones se desarrollan el día en que Carlos, lanza su candidatura a gobernador de Entre Ríos. Es el día más importante de su carrera política y nosotros veremos como las mujeres más importantes de su vida, su esposa, sus hijas, su hermana y su secretaría, harán todo lo que tienen a su alcance, para que nada falle aquel día, no importa lo que deban hacer, para garantizar el éxito de la presentación.

El relato que veremos se desarrolla en el sótano de la estancia familiar, allí es donde interactuarán las mujeres del candidato. La frase " Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer ", tiene un tinte indudable machista y puede servir como disparador de la obra. Que sucede cuando aquel hombre, no es lo que aparenta  ?? Y si realmente no es tan buen hombre, que actitud deberían tener las mujeres que están a su lado ?? Tiene sentido negar la realidad o una lealtad a cualquier precio ? Indudablemente la figura del patriarcado está muy arraigada en la sociedad y el texto que presenta la obra, sabe jugar con ironía y humor, para dejar al descubierto esta realidad y lo complicado que puede resultar romper con ese estereotipo.

No queremos adelantar demasiado del argumento, ya que las sorpresas son una parte fundamental de la historia, solo diremos que hay un gran secreto del negocio familiar, que no debe salir a la luz, pero con el correr de la trama, veremos que pueden existir otros secretos ocultos y que la revelación de los mismos, podrían cambiar por completo el pensamiento de aquella mujeres.

 

 

 


 

 

La dramaturgia tiene una cuota de actualidad importante y varios guiños con la realidad que el espectador irá descubriendo, apareciendo temas como la impunidad de los poderosos, que se hace más fuerte en los feudos provinciales, la corrupción y los problemas ambientales ( elegir Entre Ríos como escenario de los hechos, no fue  casual ), las promesas de los políticos, la supuesta superioridad del que vive en exterior y regresa a su pago, entre otros tópicos.

Pero cumpliremos con lo prometido y no contaremos más, este pequeño muestrario, sirve para dejar claro que el feminismo y el rol de la mujer en la sociedad, ni por asomo será el único tema de un texto, que presenta una pluralidad de temas, que bien amalgamados, aparecerán a medida que la trama vaya avanzando.

Es momento de hablar de las excelentes interpretaciones que tiene la pieza, ya que entendemos es su punto más fuerte. La dramaturgia logró construir personajes muy potentes, que dejan lugar y tiempo, para que las actrices puedan darles su impronta y desarrollar los personajes que componen, algo que no siempre ocurre, en obras con tantos personajes centrales.





Con el riesgo de ser extensos, vamos a dejar algunas líneas de las actrices, ya que las actuaciones lo ameritan. Del elenco, solo conocíamos a Lili Popovich, una actriz de raza, docente y coach actoral, a quien ya elogiamos en varias oportunidades en este sitio por sus interpretaciones y aquí nuevamente tenemos que hacerlo, ya que mostrando una enorme presencia escénica, compone con maestría a Alicia, la esposa del candidato, la jefa de familia, la madre de sus hijas y su mano derecha. Enorme trabajo el de Lili, que con su carisma, se convierte en la figura dominante, del grupo heterogéneo de mujeres.

 La sorpresa de la noche, es Anabella Aizemberg, como Antonia, una de las hijas del candidato, trabajadora y sacrificada, engranaje clave de la empresa familiar, tiene que sufrir el destrato de su madre y su hermana. Estupenda su actuación, destacamos especialmente su gestualidad y una sensibilidad a flor de piel, que la convierten en el personaje más querible. Realmente nos encantó su trabajo. Ayelén Garaventta, es Victoria, la otra hija y es diametralmente opuesta a Antonia, ella se fue del país hace años y ya no trabaja en la empresa familiar, acompaña la ascendente carrera de su marido en el exterior. De aires refinados y con una intensa vida social, tiene un glamour que ya no encaja con el ambiente que se respira en su provincia natal. Buenísima la composición de Ayelén.

 Agusta Bermudez, es Mabel, la hermana del candidato, de carácter áspero, ella también trabaja duro en la empresa familiar y no duda en usar métodos poco femeninos para lograr sus objetivos. Muy lograda la composición de Agusta. Por último, mencionar a otra grata revelación que nos deja la obra, nos referimos a Sol Aguero, secretaria del gobernador y mejor amiga de Vicky. Recordamos un momento a solas con Antonia, desopilante y muy gracioso. Con mucho carisma e histrionismo, aporta frescura al texto y dará vida a una personaje que tendrá vital importancia en la trama. Excelente la interpretación de Sol.

 

 


 

Como anticipamos se hizo algo larga la descripción, pero las actuaciones así lo merecían. Se reunieron cinco actrices, con características muy diversas, mostrando todas ellas un fuerte compromiso con la historia, componiendo personajes muy fuertes, que se entregan por completo, desde lo actoral y desde lo físico, por eso ese bien vale el reconocimiento, ya que no es tan habitual, encontrar actuaciones tan parejas, por lo bueno.

 Es momento de hablar de la puesta que presenta Verde Agua, siendo este otro ítem muy fuerte que tiene la obra. Original por donde se la mire, tiene varios aspectos para mencionar. Arrancando por el vestuario de Oti Blochl, con un color verde predominante que juega con el título de la pieza y con la particularidad que la confección de los cinco vestidos se llevó a cabo a partir de residuos textiles donados por varias empresas. Toda la iluminación es de LED y mencionar además que toda la utilería proviene de la reutilización de mobiliario abandonado.

Párrafo especial tenemos que dar para la escenografía que presenta la obra, rubro a cargo de Magalí Acha, sin dudas una genialidad, la idea de los salamines multiplicados en el escenario y ese sonido que producen cuando alguna de las protagonistas los corren, tal si fueran cortinas ( es algo que tienen que ver para entender )  Una puesta original, ingeniosa y doblemente meritoria, ya que se desarrolla bajo parámetros de sustentabilidad, en sintonía con el Border, el primer teatro sustentable del país. Es importante señalar que Marina Lamarca, la dramaturga y directora de Verde Agua, es la directora artística del teatro, por lo que todo cobra sentido aquí.

 

 



No queda demasiado para agregar, fuimos algo extensos, pero creemos que Verde Agua, es una obra que denota mucho trabajo y dedicación de todo el equipo, con muchos aspectos que merecen ser destacados y desde este humilde sitio, queríamos resaltarlos, ya que en momentos de pandemia, donde en el teatro independiente, todo cuesta el doble, ver proyectos que tienen tanta dedicación y compromiso, deben valorarse y más si el resultado final, son propuestas tan interesantes como esta.

En definitiva, recomendamos Verde Agua, una historia contada por mujeres, que tiene mucho para decir, con un relato muy entretenido, que además de generar risas, dejará lugar para la reflexión, sobre temas que están muy presentes en nuestra sociedad actual y permitirán vivenciar situaciones, donde el patriarcado emerge claramente, dejando en evidencia como muchas veces las mujeres, sin darse cuenta, contribuyen a validar ciertas situaciones, pese a que no están de acuerdo con ellas.

Una historia fuerte, una puesta original y actuaciones superlativas, confluyeron para redondear una estupenda noche de teatro independiente, que se cierra con los prolongados aplausos que los espectadores que colmaron la sala, merecidamente le regalan a las protagonistas, mientras los salamines y los mandatos sociales, se balancean en el escenario, tras un emotivo final.


Pensador Teatral.



martes, 13 de julio de 2021

Deviniendo Tato

Textos de Rodrigo Cárdenas y Gabriela Villalonga. Dirección de Gabriela Villalonga.

 

 



Domingos 18 hs en Nun Teatro ( Juan Ramírez de Velasco 419 )

Muy contentos estamos de nuestro retorno al teatro independiente, tras el nuevo paréntesis que tuvo la actividad por esta maldita pandemia, que irrumpió en nuestras vidas de manera sorpresiva, sin que nadie la llamara y que esperamos se convierta en breve en una pesadilla superada

Como decíamos, es una satisfacción poder retornar con Deviniendo Tato, una propuesta original, que resulta un cálido homenaje al recordado Tato Pavlovsky, un verdadero ícono de nuestro teatro. Multifacético y apasioando en todo lo que encaró, podemos hablar de Tato, como actor, dramaturgo y psicoanalista, dejando un importantísimo legado, siendo autor de memorables obras de la escena nacional, como Potestad, El Señor Galíndez, Rojos Globos Rojos,Telarañas y así podríamos seguir mencionado más títulos, que rápidamente vienen a nuestra memoria.

 

 



 

Autor comprometido con las problemáticas sociales, amante de la política y lejos de los círculos del poder, siempre con una mirada crítica en sus obras, que además de convertirse en un sello, le valió tener que exiliarse en España cuando la última dictadura que sufrió nuestro país lo incluyo en la listas negras, habituales es esos tristes tiempos.

Pero como dijimos la figura de Tato, era multifacética, ya que además de ser una figura reconocida y multipremiada de nuestro teatro, fue un referente dentro del psicoanálisis en Latinoamérica y unos de los fundadores del psicodrama, rama que apela a la terapia grupal y a la dramatización de las situaciones, como eje de acción. Allí es donde se fusionan el teatro y el psicoanálisis, apareciendo el acto de la creación y la multiplicación dramática, en sus recordadas sesiones.

Y allí precisamente es donde aparecen Rodrigo Cárdenas y Gabriela Villalonga, los autores de Deviniendo Tato, que participaron de esas sesiones grupales conducidas por Pavlovsky y entonces decidieron escribir esta pieza, que fue creada a partir de fragmentos de obras de Tato, artículos periodísticos, anécdotas y evocando también alguna de las situaciones que se vivieron en las sesiones de psicodrama, de la que ellos formaron parte, hace ya muchos años.

 




La idea estaba en marcha, faltaba plasmarla y como siempre decimos, para lograrlo debe encontrarse los intérpretes adecuados para plasmar el texto en hecho teatral y en este caso, se consigue el objetivo de traer a los diferentes personajes que participaron de una sesión imaginaria, con un solo actor. Si leyeron bien, la obra se estructura como un unipersonal muy particular, que representa un enorme desafío para el protagonista, que deberá dar vida a seis pacientes, al propio Tato, conductor de aquellos encuentros y reservando además un espacio, para hacer de presentador del relato.

Y realmente la elección fue muy acertada, ya que Maxi Sarramone, es quien se pone al hombro el texto y con una actuación descomunal, consigue desdoblar a todos los personajes ( algunos femeninos )  con maestría, mostrando una sensibilidad a flor de piel y una repentización admirable, para entrar y salir de cada personaje en segundos, logrando recrear diálogos entre ellos, con palabras o simplemente con miradas. No queremos ahondar mucho en ellos, para que se sorprendan como nosotros. Solo comentar que se van a encontrar con una interpretación fenomenal de Sarramone, que se muestra absolutamente comprometido con la dramaturgia y se entrega por completo, para deleite de los espectadores.

 

 

 



 

No vamos a adelantar demasiado de que se habla en aquellas sesiones, si diremos que los que conocen la obra de Tato, reconoceran algunos pasajes de sus obras y aquellos que no la conozcan tanto, descubrirán la teatralidad de aquellas sesiones, apareciendo en las mismas, temas que recorren a la humanidad desde siempre, como el miedo al paso del tiempo, a nos ser aceptados y a la muerte, que tarde o temprano nos espera a todos.

Debemos destacar la puesta minimalista que presenta la obra, con una estática muy lograda, que consigue transportarnos imaginariamente a aquellas sesiones, con esos siete almohadones esparcidos en forma de círculo en una alfombra, la bella música de Martín Pavlovsky y un cálido diseño lumínico de Gabriel Virtuoso, que contribuyen mucho a dar ese ambiente íntimo que el texto pide.

 

 


 

En resumen Deviniendo Tato, es una gran oportunidad para recordar o bien descubrir, para aquellos que no lo conocieron tanto, a una de las figuras más destacadas de la escena nacional, un intelectual que dejó su huella y un legado que en estos tiempos turbulentos, tiene una vigencia absoluta.

Es por ello que celebramos la apuesta de Rodrigo Cárdenas y Gabriela Villalonga, por la idea de brindar este sentido homenaje a Tato Pavlovsky, con un texto que fusiona el teatro y el psicodrama, dos pasiones de Tato, de la mano de un texto lúcido, una puesta bellísima y una interpretación superlativa de Maxi Sarramone.

La mesa del teatro está puesta, solo resta recomendar la obra e incentivarlos para que emprendan este viaje teatral, que les permitirá ser parte de aquellas sesiones de psicodrama dirigidas por Tato, donde la multiplicidad y lo concreto del arte de la actuación, estarán bien presentes.


Pensador Teatral.

sábado, 3 de julio de 2021

Inestable.

Idea de Pablo Fábregas. Dirección de Julio Panno.







Una enorme satisfacción retornar al teatro presencial, luego del paréntesis obligado por el cierre de la actividad teatral y hacerlo con Inestable, la última creación de Pablo Fábregas, que nos trae un espectáculo humorístico y musical, que tiene una enorme cuota de actualidad, funcionando como una especie de catarsis, que nos hablará en tono de risa, acerca de las emociones, que todos experimentamos durante esta maldita e interminable pandemia, que todos recordamos cuando empezó, pero no tenemos certeza cuando acabará.

Pablo Fábregas, es polifacético, humorista, guionista, hombre de radio y referente del stand up en la Argentina, desde hace más de dos décadas, sin dudas, encontró en la pandemia, terreno fértil, para pensar sobre lo que nos sucedió y sucede a todos en estos tiempos de barbijo y alcohol en gel, donde las relaciones de parejas, con nuestros hijos, con amigos, relaciones laborales, etc, se modificaron de manera casi total y tuvimos que salir a explorar un terreno que nos resultaba desconocido, debiendo adaptarnos a una nueva realidad que solamente en una película de ciencia ficción podríamos haber imaginado.








Lo valioso de la propuesta de Pablo, es buscarle el lado humorístico a un tema que tanta angustia nos viene provocando, poniendo el foco en las emociones que todos vivimos en estos meses, momentos de depresión, euforias pasajeras, miedos, atracones de comida, compras compulsivas y un repaso por las múltiples situaciones, con las que todos nos identificamos. Esa precisamente, creemos es una de las claves por las que Fábregas, se presenta siempre con buen suceso y gran convocatoria, manteniendo su vigencia durante tantos años,  algo que no resulta nada sencillo, sabiendo tomar temas cotidianos, que nos resultan cercanos y teniendo obviamente, la habilidad para comunicarlos a un público, que a esta altura ya le guarda fidelidad.

El espectáculo tiene una muy buena dinámica y si bien el punto fuerte del mismo, son los monólogos, la especialidad de Pablo, se intercalan también momentos musicales logrados, contando también con proyecciones en una pantalla gigante, que acompañan en muy buena forma los relatos, siendo todos estos ingredientes que confluyen, para ofrecer una puesta muy atractiva para un espectador, que compra lo que vé y se ríe con ganas durante toda la obra.
 
 
 





Pablo no está solo en escena, en los momentos musicales, lo acompañan la talentosa Lucien Gilabert, a quien recordamos haber elogiado mucho en alguna obra del off que se presentó en el Kairos, Daniel Ramos en batería y Miguel Angel Cino en bajo. Se conformó un muy buen equipo, liderado por el propio Fábregas, que sabíamos es un gran humorista, pero no lo teníamos tanto en su faceta musical y al menos a quien escribe estas líneas, resultó gratamente sorprendido, con su guitarra eléctrica, tal estrella del rock, que lidera su banda.

Destacamos la puesta de Inestable, a la altura de una de las salas principales del Paseo La Plaza, con un diseño lumínico imponente y un sonido muy potente, redondeando un muy buen producto, siendo algo que debemos resaltar, ya que se logra un show, que resulta muy atractivo para el espectador, que además de reírse con la performance de Fábregas, disfruta con todo lo que acontece en el escenario.
 





En definitiva, pasamos una muy divertida noche con Inestable, de la mano de un talentoso e histriónico Pablo Fábregas, que con su habitual carisma y un gran manejo escénico, logra que los espectadores se reconozcan con muchas de las situaciones que vivieron a lo largo de la pandemia y se rían de ellas.

En tiempos donde abundan las malas noticias y la desesperanza, encontrar un ámbito donde poder reírnos de la realidad y de este virus maldito, que irrumpió en nuestras vidas sin aviso, resulta una terapia que recomendamos, ya que poder reírnos de lo que está sucediendo, es empezar a sanar y que el teatro nos ayude a lograrlo, es algo que debemos agradecer y aprovechar.



Pensador Teatral.




lunes, 19 de abril de 2021

Lúcido

Dramaturgia de Rafael Spregelburd . Dirección de Sebastián Bauzá.




Jueves 21 hs en El Método Kairos ( El Salvador 4530 )

Luego de una exitosa temporada veraniega en Mar de Plata, que llevó a Lúcido a estar nominada como mejor obra del teatro alternativo en los Premios Estrella de Mar 2020, apareció la pandemia y el estreno en Buenos Aires quedó postergado. Tuvimos que esperar hasta este 2021, para que esta renovada versión de Lúcido, dirigida por Sebastián Bauza y con un elenco muy talentoso, pudiera estrenarse finalmente en El Método Kairos.





La obra fue escrita, por el reconocido dramaturgo porteño Rafael Spregelburd, se estrenó en Cataluña en 2006 y años más tarde fue representada en Madrid, teniendo muy buen suceso de público y recibiendo numerosos reconocimientos. En Argentina, la pieza se estrenó en 2007, en el Margarita Xirgu y también tuvo muy buena acogida del público y de la crítica.

Luego de esta carta de presentación para Lúcido, contemos que es una tragicomedia, que disfruta jugando con los límites entre lo real y lo onírico, entrando y saliendo de cada espacio con una dinámica, que hará el espectador, deberá estar muy atento, para discernir cuando lo que está viendo es el sueño de alguno de los protagonistas y cuando es el mundo real, suponiendo que algo de lo que vemos en escena fuera real.

Del argumento, no diremos demasiado, porque esta es una de esas obras repletas de matices, donde el espectador disfruta jugando al detective, para intentar descubrir por donde irá la trama. Si contaremos, que tendremos a Teté, una madre manipuladora y algo desquiciada ( Merceditas Elordi ), que vive con su hijo Lucas ( Patricio Paz ) y recibirá la inesperada visita de su hija Lucrecia ( Sofía González ), que regresa a casa, luego de haberse ido, hace más de veinte años. Su regreso no es una buena noticia, ya que Teté, sospecha que no viene con buenas intenciones.






Lucas, mientras tanto, quiere llevar a la práctica, su técnica de sueños lúcidos, es decir poder controlar lo que sucede en ellos, para que en los mismo reine la felicidad y la armonía. El más recurrente es el festejo de su cumpleaños de 30. Para celebrarlo van con su madre y su hermana a un restaurante muy particular, que incluye distintas piedras en sus platos, toda una excentricidad, tanto el menú ofrecido, como el mozo que los atiende.

Como contamos antes, los sueños y la realidad se fundirán en más de una oportunidad y la técnica de sueños controlados, por momentos parecerá naufragar en la voracidad y acidez de una familia, en la que la armonía no suele ser moneda corriente. Y volviendo a la visita de Lucrecia, cuál es el motivo de su visita ?? Viene realmente a reclamar el riñón que le donó a su hermano cuando eran chicos ?? Sería capaz de semejante cosa ?? Los interrogantes son muchos y las certezas son casi nulas.

El texto tiene una intensidad y un ritmo que no decae en ningún momento, hay mucha locura en los personajes y la confrontación, parece ser la única forma que tienen de relacionarse. Los lazos de amor entre ellos, parecen parte del pasado y el presente parece es dominado por el dolor y el desasosiego.





La obra no es sencilla y requiere una máxima prestación de un elenco, que se nota muy comprometido con la propuesta, contando con las herramientas necesarias para potenciarlo y mostrando mucha química ente ellos.

Vamos a mencionarlos a todos brevemente, porque las actuaciones así lo ameritan. Arranquemos con Merceditas Elordi, como Teté, la jefa de esta familia bastante especial, que realiza una estupenda composición de su personaje, que es central en la historia. Merceditas es una gran directora y dramaturga, mostrando una vez más, que además es una excelente actriz. Prueba de ello, es que por esta interpretación, obtuvo el Premio Estrella de Mar 2020, como Mejor Actriz Protagónica de Comedia Dramática.

Patricio Paz, como Lucas, realiza un gran trabajo. Compone un personaje muy tierno, con un histrionismo a flor de piel, que es habitual en Patricio. Sofía González, como Lucrecia, es la hermana que llega de Miami a reclamar lo suyo, siendo por momentos la villana y por momentos la hermanita de Lucas, mostrando mucha presencia escénica. La dupla de Patricio y Sofía ya la habíamos visto en La Música del Viento, otra entrañable obra del off y aquí volvemos a elogiar a estos dos jóvenes y talentosos actores, que además muestran mucha química en el escenario. 





Completa el elenco Juan Pablo Carrasco, que será el mozo del sueño de Lucas y el amigo de Teté, con mucho carisma en ambos personajes. Juan Pablo es un actor de trayectoria y es muy bueno su aporte en la historia, aportando frescura a la misma. En definitiva, muy bueno el elenco reunido y se los nota a todos en la misma sintonía.

En esto hay que darle crédito a Sebastián Bauzá, el director, quien logra una muy buena adaptación del texto de Rafael Spregelburd, con una puesta muy dinámica y divertida, que logra la atención de los espectadores desde al arranque, sabiendo recrear muy bien con los diferentes momentos temporales que propone la obra.





En definitiva, disfrutamos de una muy buena noche de teatro con Lúcido, una obra que juega hábilmente entre lo onírico y lo real, dándole pistas al espectador para que vaya armando el rompecabezas de una historia, que nos tiene reservados para el final, un desenlace tan sorpresivo, como impactante.

La noche en el Kairos, fue muy especial, porque era la última, antes del nuevo cierre de actividad teatral, determinado por la pandemia. Esto se notó en la predisposición de los espectadores, que completaron totalmente el aforo permitido para la sala y en la gran energía un elenco, que nos regalo una noche de teatro a pura emoción, deseando todos que la espera sea corta y en pocas semanas, podamos volver a disfrutar de este teatro independiente, que tanto nos enorgullece.


Pensador Teatral.



domingo, 11 de abril de 2021

Nada del Amor me Produce Envidia.

Dramaturgia de Santiago Loza y Dirección de Diego Lerman.






Domingos 18 hs en Teatro Picadero ( Pasaje Santos Discépolo 1857 )

La cita era inmejorable, tarde nublada de Domingo y nos esperaba Nada del Amor me Produce Envidia, que este año cumple doce temporadas en cartel, un logro tan significativo, como impensado para este trío creativo, conformado por autor, director y actriz,  allá en el 2008 cuando la obra se estrenaba en el Sportivo Teatral. Transcurrida más de una década, la obra se ha convertido en fenómeno del off y sigue recibiendo los elogios de los espectadores, que siguen yendo al teatro, pese a la pandemia, para conocer, la historia de una humilde costurera de barrio.







Para que una obra, celebre su 12va temporada, sin dudas deben confluir una serie de factores, arrancando por un texto bello y profundo, que nos remonta a la década del 40, trayendo a escena a dos mujeres icónicas de la época como fueron Libertad Lamarque y Evita, una dirección precisa y sutil de Diego Lerman y principalmente una interpretación soberbia, como la que nos regalará María Merlino, la protagonista de este unipersonal, que podríamos catalogar como un melodrama musical.

María dará vida a una costurera de barrio, acostumbrada a ser testigo de la felicidad de sus clientas, pero no la propia. Le encargan vestidos para sus bodas, de madrinas o para bautismos. Ella deja en claro, que no ha vivido el amor en primera persona y no reniega esa realidad, manifiesta que no tiene envidia por el amor de los otros, su búsqueda es otra, su trabajo la completa y parece mostrarse orgullosa de su soledad.





Ella está en los detalles, en lo que sus colegas no reparan y estar en los detalles, es algo que la distingue como la costurera más requerida del barrio. El texto de manera inteligente, nos muestra que diferente era el papel de la mujer en la sociedad, en el siglo pasado, donde sus derechos eran limitados, al igual que las aspiraciones. Por eso la costurera, se convence a si misma, lo difícil que sería ser por ejemplo, una mejer famosa, como por ejemplo Libertad Lamarque, aquella artista a la que tanto admira.

No vamos a contar mucho más del texto, para mantener la sorpresa del espectador, solo diremos que la fama de la costurera trascenderá las fronteras del barrio y una tarde llegarán a su taller, unas telas de seda, que nunca en su vida había soñado siquiera tocar. La dueña de las mismas, era nada menos que Libertad Lamarque,  que fue en persona, para encargarle un vestido. La alegría de la costurera, era infinita, nunca pensó que la vida le podía dar semejante satisfacción, tener la enorme responsabilidad vestir a la novia de América. Pero la alegría, muchas veces es pasajera y esto se confirmará, cuando unos días después ingresará por la misma puerta, nada menos que Evita, quien luego de recorrer con su mirada el lugar, fatalmente posará su mirada en aquel vestido rojo, que ella tenía ya casi listo para entregarle Libertad y cumplimos con lo mencionado antes, no contando más. Cuando el espectador vea la obra, descubrirá como resolverá semejante dilema y quien se queda finalmente con el vestido, solo  diremos que la decisión, no será para nada fácil.






Es hora de hablar ya de la extraordinaria interpretación de María Merlino, ya que entendemos que si la obra lleva semejante permanencia en cartel y ha tenido tantos reconocimientos, en gran parte se debe al enrome trabajo de la protagonista de este unipersonal.

María, con un logradísimo tono tanguero de época, logra darle una cadencia al relato, que lo hace sumamente atractivo, para los espectadores que la siguen con una atención hipnótica. Su retórica es algo pacata y a lo largo de su parlamente, aparecerán palabras y expresiones ya en desuso, que arrancarán más de una sonrisa en la platea. A lo largo de la trama, entonará canciones de los años 40´, para deleitar al público con su hermosa voz, dejando claro que además de una gran actriz, es una excelente cantante. La actuación de Merlino, irá creciendo en intensidad y por momentos se convertirá en una verdadera clase de teatro, con un estilo bien propio, componiendo de manera admirable a su personaje.






No vamos a contar más, Nada del Amor me Produce Envidia, es una de esas obras de visión obligatoria, para aquellos espectadores que aún no lo vieron, pero también para aquellos, que la vieron hace unos años y tienen una excelente oportunidad para volver a verla, en un teatro como El Picadero, que además de ser hermoso, cuida todos los protocolos.

Disfrutamos de una excelente tarde de teatro, de la mano de un texto muy atractivo, una puesta dinámica y principalmente de una actuación superlativa de María Merlino, que a lo largo de todo el relato, no dará puntada sin hilo, para terminar cosiendo esta verdadera joyita el teatro pendiente.



Pensador Teatral.



sábado, 10 de abril de 2021

Las Promesas

Dramaturgia y Dirección de Juan Andrés Romanazzi.





Sábados 18 30 hs en Nun Teatro Bar ( Juan Ramírez de Velasco 419 )

Una sensible y bella propuesta llega de la mano de Las Promesas, una obra que nos hablará de la soledad y del dolor de una ausencia, contada en primera persona por una mujer, que parece detenida en el tiempo, esperando que su padre cumpla con su promesa y regrese a un hogar, que ya no es el mismo, desde su partida y cada día que pasa, imagina como será su vuelta. 





Para este proyecto, se reunieron Juan Romanazzi y Paula Fernández Mbarak, compañeros en escena por más de cinco años, en Mi hijo solo camina un poco más lento, obra de autor croata, que se convirtió en un verdadero fenómeno del off argentino. Pero los roles eran diferentes, en el caso de Romanazzi, significaba ponerse el traje de dramaturgo y en el caso de Paula, pasar de formar parte de un elenco de más de actores, a llevar adelante su primer unipersonal. Un desafío grande para ambos y que ya podemos decirlo, pudieron superar en gran forma, ya que Juan logró un texto profundo que moviliza al espectador y en el caso de Paula, nos regala una interpretación fantástica.

Realmente sorprende que se trate del primer unipersonal de Paula, lo decimos por la envergadura de su actuación, con una presencia escénica admirable y manejando con maestría los tiempos del relato, poniendo todos sus recursos actorales al servicio del personaje. Desde el uso de la voz, susurrando en algunas partes, elevando el tono en otras, el uso de los silencios, la corporalidad al servicio del personaje y sobre todo la intensidad que le imprime al relato, atrapando la atención absoluta de los espectadores, que sigue cada uno de sus movimientos, de manera casi hipnótica.




Si bien Paula, está sola en el escenario, la trama la irá llevando a que represente, otros personajes como el misterioso jefe, el colorado y también a su madre, mostrando para ello una versatilidad, que no es sencilla de conseguir, para entrar y salir de los personajes, con la repentización que se requiere para ello.

Del argumento no vamos a contar demasiado, Las Promesas es una de esas obras, que dejan que el espectador vaya descubriendo lo que sucede y deja caminos abiertos para más de una interpretación. Solo diremos que Paula representa a una mujer en el cuerpo de una niña, que añora la ausencia de su padre, fantaseando a diario con su retorno, imaginando como sería ese retorno y teniendo todo preparado para ese momento. 

La pieza nos habla de la soledad, de aquella mujer que vive con su madre, la que hace años ya no habla. El texto también nos refiere al paso del tiempo y a lo doloroso que puede ser una espera que se hace interminable, tanto puede serlo, que la locura y las obsesiones pueden llegar a adueñarse de la vida de aquel que espera y no se resigna a pensar, que la ausencia puede llegar a convertirse en definitiva.





La puesta que tiene la obra, es magnífica, minimalista y una muestra a las claras, de como con pocos recursos se puede lograr tanto. Hay puntos muy altos para destacar en la puesta, como el diseño lumínico de Leandro Crocco, jugando mucho con la oscuridad y con algunos faroles distribuidos de manera estratégica por el escenario, que en muchos pasajes, iluminaban el rostro de las protagonista, en momentos claves de la historia.

La escenografía es despojada, solo vemos unos cajones que tendrán múltiples usos y el agua que tiene un significado que no vamos a develar aquí, pero que con su sonido, aporta mucha paz al relato. La excelente puesta de Romanizzi, le proporciona al relato, una atmósfera íntima, necesaria para la trama y que la protagonista, explota a la perfección.

Las Promesas, está diseñada por el autor, como la primera pieza de una trilogía, que reflexiona sobre el tiempo, la muerte y el amor. Siendo Paula Fernández Mbarak, la elegida para las otras dos partes. Seguramente la pandemia, puede demorar por un tiempo los planes, pero en vista del resultado logrado aquí, esperamos ansiosos la continuación de esta trilogía.





No hay mucho más para agregar, solo recomendar esta obra, que nos cautivó desde su comienzo, por un texto bien elaborado, que sabe crear los climas y la atmósfera justa, para que la protagonista sin prisas y con un manejo estupendo de los tiempos, vaya moldeando un relato que a medida que transcurre, vá ganando en intensidad, para satisfacción de los espectadores, que siguen con atención total un relato pleno de poesía y sensibilidad.

Celebramos la aparición de jóvenes autores, que se animen a incursionar, con textos valiosos y profundos, invitando al espectador a reflexionar y a viajar con su imaginación a los diferentes escenarios, que irán apareciendo de la mano de una interpretación superlativa. Los prolongados aplausos que recibe la protagonista, al final de la función son un merecido premio por su actuación y un agradecimiento por seguir manteniendo bien viva, la llama del teatro independiente, en momentos en que lo más sencillo, sería quedarse en casa, esperando que el tiempo de esta maldita pandemia acabe.


Pensador Teatral. 


jueves, 8 de abril de 2021

30 Aniversario

 Jueves 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )






Dramaturgia de Pablo Peppino, Andrés Vicente y Gaby Almirón. Dirección de Marcelo Serre.

Noche de Jueves con pandemia y tormenta, lluvia intensa, calles anegadas, el combo invitaría a quedarse en casa viendo un reality de la televisión abierta o una serie de Netflix, pero Buenos Aires respira teatro y la cartelera del día, marcaba 30 Aniversario en El Tinglado y nuestra elección era cantada, el teatro independiente era el programa elegido.

Y empecemos por el final de esta reseña, diciendo que nuestra elección fue acertadísima, ya que disfrutamos de una magnífica noche de teatro, viendo 30 Aniversario, que si tuviéramos que definirla con un solo adjetivo, podríamos decir que es una obra entrañable. Una comedia dramática que nos hablará de sabores y amores, de alegrías y penas, pero más que nada de la vida misma, con sus diferentes caras, los momentos felices y también los tristes, ya que la rueda del destino, siempre nos tiene preparada alguna sorpresa y no siempre será agradable.






Yendo al argumento de la obra, no vamos a contar demasiado, ya que uno de los méritos que tiene el texto, es sorprender al espectador que en el arranque, imagina una historia en su mente, pero a medida que la trama avanza, irá descubriendo que el rumbo del relato, sale del carril imaginado, tomando un camino diferente.

Si podemos contar que las acciones se desarrollarán en el Bodegón de Óscar ( Gaby Almirón ) que heredó de su abuela, la pasión por la cocina, conservando los valiosos secretos de familia que le permiten usar los ingredientes y las proporciones adecuadas, para preparar platos son sabores casi mágicos. Uno mediodía, llegará al restaurante Toni ( Andrés Vicente ), falta media hora para que abra la cocina, pero Óscar sin dudarlo agasaja al recién llegado, que no logra decir cual era el motivo de su visita, cuando su mesa comienza a llenarse de exquisitos platos, que el anfitrión ofrece con una pasión que contagia.

Toni al principio duda que hacer, pero se rinde ante los sabores y los aromas de los manjares que prueba. Ese mediodía parece perfecto, pero llegará una visita inesperada al bodegón, problemas familiares que salen a superficie y una fuerte discusión, que rompe ese clima de armonía necesario para un buen almuerzo. Ese hecho fortuito, provocará que Óscar tenga que dar explicaciones a aquel desconocido, contando para ellos gran parte de su vida y en ese momento, sin saberlo, el futuro cambiará.






Pasados 30 años, el bodegón celebra su trigésimo aniversario, Óscar y Toni lo conmemoran en la misma mesa que compartieron aquel mediodía, los platos son los mismos, pero ellos, ya no son dos desconocidos, ni están solos, los acompaña Cindy ( Daniela Niremberg ) la hija de Óscar, que ya no es una niña, es toda una mujer, que ilumina el restaurante y sus vidas. Pero como dijimos antes, la rueda de la vida gira y muchas veces los momentos felices resultan efímeros y todo lo bueno, puede esfumarse en un instante.

Pero cumplimos nuestra palabra y hasta aquí contamos, que sucederá en aquella fecha especial de aniversario, es algo que tendrá que descubrir el espectador cuando vea la obra, solo diremos que una dramaturgia muy bien elaborada, sabrá que ingredientes debe llevar la receta, para emocionar al espectador, que se engancha desde el arranque, con esta historia de vida.

Es momento ya, de hablar de las actuaciones que presenta la obra y sin lugar a dudas, es Gaby Almirón, quien se lleva las mayores ovaciones de la platea, ya que nos regala una interpretación fantástica, con un histrionismo a flor de piel y una presencia escénica que el público reconoce y agradece. Gaby, sin dudas tiene una veta cómica, que se manifestó en numerosas oportunidades a lo largo de su carrera, con personajes memorables, como el de Pacotillo, aquel gitano que bailaba flamenco y recitaba coplas, en la mítica Peluquería de Don Mateo, una de las creación más recordadas de Gerardo Sofovich.






Almirón, al que muchos recuerdan por ese personaje, es un actor de raza, recibido en el Conservatorio de Arte Dramático, nos deleita con una actuación estupenda, donde no solo muestra su facilidad para hacer reír, luciéndose mucho en los pasajes dramáticos que tiene la historia y como no, en las partes cantadas, con una voz privilegiada y cantando con una pasión que llega a la platea. Soberbia interpretación de Gaby Almirón, que con su carisma y talento, se entrega por completo y nos regala una interpretación soberbia

Pero bueno, más allá de los merecidos elogios para el protagonista principal de la obra, no debemos ser injustos con sus acompañantes en el escenario, ya que son parte importante de la historia y ambos están muy bien en sus papeles. Andrés Vicente, regresa al país, luego de estar muchos años viviendo en Colombia y compone a un Toni, muy querible. Reflexivo y aportando una gran cuota de ternura a la obra dará vida a un personaje fraternal, siendo el contrapunto perfecto, para un Óscar más impulsivo.

Daniela Niremberg, acompaña en gran forma a estos dos grandes actores y lo hace con un desenfado y una energía que debemos destacar. Es quien otorga frescura a la pieza, componiendo a dos personajes claves, que cambiarán al curso del relato en sus intervenciones oportunidades. Nos gustó mucho el trabajo de Daniela.




La trama fluye muy bien y esto además de explicarse por la calidad de las actuaciones, se potencia por la dinámica puesta que logra Marcelo Serre desde la dirección, ya que con pericia logra establecer los climas, para marcar los diferentes momentos temporales y emocionales que el texto requiere.

Párrafo especial para el excelente diseño escenográfico de Sabrina López Hovhannessian, que logra ambientar de manera magnífica a este bodegón de barrio. Otros ítems destacados, son el diseño lumínico de Miguel Morales y la musicalización de Fernando Nápoli. La puesta es realmente bella y para que esto sucede, confluyen varios elementos, que logran dotar a la historia una atmósfera cálida y familiar, mostrando que no siempre son necesarios, grandes recursos económicos, para lograr puestas atractivas. En el teatro independiente, con talento e ingenio, se logran enormes resultados.






Ya no queda mucho para agregar, como dijimos en el comienzo 30 Aniversario, es una historia entrañable, a la que se llega, con una alquimia exquisita de amores, sabores y emociones, que en las proporciones adecuadas, tendrán la receta para atrapar al espectador, de la mano de un texto sensible, una puesta que cuida todos los detalles y un trío protagónico que nos ofrece interpretaciones muy logradas.

Por todo lo mencionado, recomendamos vean 30 Aniversario, una obra que emociona y moviliza. Quedará en nuestro recuerdo, el sonido de fondo de la lluvia durante la función y el gran premio de haber podido gozar de una hermosa noche de teatro y la alegría de no haber sido los únicos, ya que pese al clima impiadoso, se completó totalmente el aforo que el protocolo, le permite a El Tinglado, coronándose la velada, con esa merecida ovación que el público le brindó a los protagonistas al final de la función, como reconocimiento, por haberse dado una panzada de auténtico teatro independiente.


Pensador Teatral.