domingo, 12 de diciembre de 2021

Algo de Ricardo

Dramaturgia de Gabriel Calderón. Dirección de Mónica Benavídez.





Domingo 19 hs en La Carpintería ( Jean Jaures 858 )

Una enorme satisfacción cerrar esta particular y esperanzadora temporada teatral 2021, que supo reponerse a la pandemia, con una obra como Algo Ricardo, que reúne todos los condimentos para ser una de las propuestas favoritas para el público, ya que reúne un texto inteligente y original del dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón, una puesta efectiva y muy atractiva de Mónica Benavídez, pero sin dudas que la frutilla del postre,  es la excelente actuación de Osmar Núñez, verdadero un animal de teatro, que abraza con pasión y carisma este unipersonal, que lo tiene como protagonista y hoy nos convoca.







En la historia escrita por Calderón, tendremos a un actor que es elegido para protagonizar Ricardo III, la tragedia de William Shakespeare, que nos presenta a uno de los tiranos más repudiados de la historia, que no dudó en matar a quien encontraba en el camino, para cumplir su objetivo de ser coronado como Rey de Inglaterra. El actor elegido para el papel, es Osmar Núñez, que hace de si mismo y se siente halagado por haber sido seleccionado para llevar adelante un personaje, que todo actor desea representar, cuando se inicia en la profesión.

Pero la obra tiene una vuelta muy interesante, ya que si bien veremos en la trama, varios fragmentos de la tragedia isabelina, interpretados por Osmar, que desdoblará varios personajes de la misma, pronto advertiremos que ese no será el foco principal de la dramaturgia. Por el contrario, la idea de Algo de Ricardo, es hablar del actor, de su universo interior, sus miedos, sus sueños, los egos, la competencia con otros actores, entre otras cuestiones inherentes al oficio.






La trama juega hábilmente con el humor y la ironía, para desnudar intimidades de los elencos, las internas con los rubros técnicos, la relación con el director, la necesidad de obtener el subsidio para financiar el proyecto, entre otros temas que resultan muy atractivos para el espectador, que de a poco irá descubriendo, como el protagonista irá tomando características del maléfico personaje de Ricardo III en la vida real, para ostentar el poder y la arrogancia necesaria, para tomar el control de la obra y eliminar a los colegas mediocres que no están a la altura de una obra de Shakespeare, que requiere un talento, que el por supuesto tiene.

Para mantener la sorpresa, no vamos a adelantar más de la trama, solo diremos que el personaje a representar tiene una exigencia actoral muy grande, ya que requiere una enorme repentización, para entrar y salir de los diferentes personajes en segundos que solo un actor debe representar, algo que Núñez, logra con una fluidez y un dominio de la situación, que solo un actor de su experiencia y talento podría lograr.






La presencia escénica de Osmar es admirable. Es un placer, ver la manera en que va desentrañando la trama, con un manejo absoluto de los tiempos y los silencios que marca el texto y rompiendo la cuarta pared en más de una oportunidad. Se lo nota muy a gusto con una obra, que parece hecha a su medida, sabiendo jugar con la ironía, para hacer una lograda caricatura del mundillo actoral. En resumen, construye una soberbia composición.

Como dato de color, agregar que por este trabajo, Osmar Núñez, recientemente recibió el Premio Luisa Vehil como Mejor Actor Protagónico 2021 y además está nominado a los Premios ACE 2021, como mejor Actor en Obra para un solo personaje. Podemos asegurarles que cuando vean la obra, van a coincidir con estos reconocimientos.






Párrafo especial para la efectiva dirección de Mónica Benavidez, que presenta una puesta muy atractiva, navegando con pericia entre el universo isabelino y el actoral,  logrando con habilidad que ambas realidades se mimeticen, gracias a una puesta que entre varias virtudes, aprovecha en muy buena forma, las generosas dimensiones que tiene el escenario de La Carpintería, para que el protagonista se desplace por el mismo, algo que le otorga muy buen ritmo a la trama.

De la puesta, queremos destacar, el diseño escenográfico de Eduardo Spíndola, que nos muestra la cocina del teatro, poblando el espacio escénicos, con varios objetos de utilería, estructuras de madera, sogas y demás elementos relacionados con la tragedia isabelina y el mágico mundo del teatro. Otro punto fuerte a destacar es el vestuario de Norma Cervantes, con logrados toques medievales.







No queda mucho para agregar, Algo de Ricardo es una original y creativa propuesta, que se vale de Shakespeare y una de sus tragedias más potentes, para ingresar al fascinante mundo del actor, mostrando su costado humano, ambiciones, debilidades y principalmente la pasión con que encara la profesión, que requiere muchos sacrificios, para poder llegar finalmente a ese protagónico tan soñado y encontrar la mirada inteligente de un espectador, dispuesto a gozar con todos sus sentidos, la hermosa experiencia que resulta el teatro.

Cerramos esta crónica de la misma manera que la arrancamos esta crónica, celebrando que este proyecto, hayan confluido una dramaturgia inteligente y una dirección efectiva, para que un actor de raza como Osmar Núñez, pueda regalarnos su fantástica interpretación, coronada al final del espectáculo, con el prolongado y emocionado aplauso de los espectadores que llenaron la sala de La Carpintería y agradecen al actor, su pasión por la profesión.

 


Pensador Teatral.



domingo, 5 de diciembre de 2021

La Princesa Rusa

Dramaturgia de Juan Ignacio Fernández. Dirección de Julieta Abriola.






Domingos 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Una dramaturgia cercana y elaborada de manera artesanal, llega de la mano de La Princesa Rusa, una historia que nos hablará de vínculos rotos, de recuerdos que permanecen en nuestra mente, de lo difícil que puede resultar encontrar un amor verdadero, de nuestros miedos, los deseos que abrazamos sin que puedan concretarse . Y abarcando todo aquello, como la escritura y la lectura muchas veces pueden resultar una terapia sanadora.






El relato de entrada nos propone emprender un viaje hacia una ciudad balnearia indeterminada, podría ser cualquiera de aquellas,  que en el verano se llenan de gente, pero que en el invierno queda solo con los habitantes locales, aquellos que disfrutan todo el año de la soledad de las playas y de un mar bravío, todo rodeado con ese ambiente de melancolía y encanto, que una ciudad costera puede ofrecernos fuera de temporada.

Siendo más precisos, las acciones se desarrollarán en un hostal que se encuentra frente a la playa, manejado hace años por María y que fuera de temporada suele ser refugio de escritores que buscan tranquilidad y la inspiración que brinda el mar, para poder escribir. Hace varios años, quien eligió ese lugar para inspirarse, fue una bella mujer que no hablaba castellano, dueña de un acento extranjero particular, piel bien blanca y una belleza perturbadora, a la que los lugareños bautizaron como la princesa rusa. Era reservada y no hablaba casi con nadie, solo escribía y caminaba por la playa en soledad . Su cuerpo emanaba una sensualidad y un erotismo natural, que provocaba que no pasara inadvertida.





Pero aquella época ya forma parte del pasado, pese a que el hostal y María siguen allí, en el mismo sitio, como si el tiempo nunca hubiera transcurrido. Pero, la soledad y habitual tranquilidad de aquel lugar, se vería afectada, ya que ese fin de semana, María cumplía años y desde Buenos Aires llegará su hijo Francisco, con su novia Paula y con Yamila, su media hermana. A ellos, más tarde se sumará Sarquis, un escritor maduro, uno de los tantos que eligió aquel lugar para estimular sus ganas de escribir y que en una de esas visitas entabló una relación más que amistosa con María. Resta mencionar a Ismael, amigo de Francisco de la infancia, pero que a diferencia de él, decidió quedarse allí y no sumarse a la ajetreada vida de Buenos Aires.

La reunión servirá como excusa, para desentrañar muchos recuerdos felices del pasado y otros no tanto, amores fallidos, deseos reprimidos y  la reflexión constante de porque la vida bifurcó algunos caminos y otros los mantuvo inalterables.  El recuerdo de la princesa rusa y su inquietante belleza, estará muy presente, pero no será ese el único tema. Aflorarán otros recuerdos  y también los miedos del presente, las frustraciones, y siempre como fuente de coincidencia el placer por la escritura y la lectura.  Hay una sensación, que el aire marino, funciona como una válvula de escape, para confesar deseos y pensamientos que lucían reprimidos, salgan a la luz.






El relato atrapa al espectador desde el arranque, por la poesía que rodea a la historia y por tener diálogos, que resultan cercanos y muy reconocibles para quien está en la platea. Historias mínimas que tocan temas que a todos nos atraviesan y con los que nos identificamos, siendo esta una de las principales razones, que explican la muy buena recepción que tiene la obra, por parte del público.

Pero como muchas veces decimos, podemos tener una gran idea, una dramaturgia bien elaborada, pero si luego no encontramos los intérpretes adecuados, que puedan llevarla adelante, el proyecto puede quedar a mitad de camino o en los casos extremos hasta naufragar. Aclaremos rápido que en este caso,  ocurre todo o contrario, ya que se logró reunir un muy buen elenco, que se muestra comprometido con la filosofía que presenta la obra, logrando potenciar el texto con actuaciones muy destacadas y componiendo personajes muy bien caracterizados. Son seis, los actores en escena y la calidad de sus actuaciones, amerita que les dediquemos algunas palabras.






En actuaciones muy parejas por lo buenas, a nuestro humilde entender, hay dos trabajos que se destacan sobre el resto y son dos actuaciones femeninas. Nos referimos a Carolina Tejada, como María la dueña del hostal y a Agustina Sconochini, como Yamila, la media hermana de Francisco que está de visita en la costa. Carolina compone a una María sensible y llana. Contenta de haberse optado por una vida en una ciudad tranquila y en contacto con el mar.  Se aflige mucho, por el vínculo fallido que tiene con su hijo y con esa soledad que muchas veces en vez de ser algo favorable, se convierte en una pena, que cada tanto la embarga. Superlativo trabajo, el de Carolina.

Y en el mismo nivel de destaque, debemos mencionar a Agustina, componiendo a una joven verborrágica, que cuando se larga a hablar, no la pueden parar. Inquieta y llena de miedos, es una lectora empedernida, pero no se anima aún a escribir. Delicioso su personaje, que por algunas características, hace recordar a aquella princesa rusa. Nos encantó la interpretación de Agustina, dando vida a un persona adorable. 






Completa el elenco femenino, Tamara Belenky, como Clara la novia de Francisco, que visita por primera vez el hostal y aquella ciudad balnearia, teniendo una conexión inmediata con el lugar y sus habitantes. Será el miedo a afrontar sus compromisos en la ciudad, lo que provoca que se sienta tan a gusto allí y hasta le den ganas quedarse ???  Es algo que el espectador deberá develar. Muy bueno el aporte de Tamara.

Yendo a los personajes masculinos, destacamos especialmente el trabajo de Jesús Catalino, como Ismael, un joven bastante reservado, al que también le gusta mucho escribir. Él, no emigró a Buenos Aires y está orgulloso de haber conseguido su primer empleo como sereno. Es un personaje con muchos matices, el que compone Jesús, a quien elogiamos recientemente por su trabajo en Bailan las Almas en Llanta y acá vuelve a lucirse en un papel totalmente diferente.

Julián Marcove es Francisco, hosco y malhumorado, no se lo nota contento de estar allí y lo manifiesta a cada rato. No tiene una buena relación con su madre y no hace nada por mejorarlo. Un personaje áspero el de Julián, que contrasta muy bien con el resto. Cierra el elenco Aldo Alessandrini, como Sarquis, que realiza un precisa composición de un escritor maduro, que tampoco se siente a gusto de haber vuelto.






Como mencionamos antes, son seis los actores en escena y todos logran destacarse, no hay dudas que se sienten cómodos con el tono de la propuesta y aquí sin dudas, hay mérito también de Julieta Abriola, la directora de la obra, que les brinda terreno fértil y el tiempo necesario, para que puedan lucirse. La trama resulta muy dinámica, con los personajes entrado y saliendo a escena de manera constante y por diferentes lugares, jugando hábilmente con el espacio escénico y ampliando los límites del mismo.

Volviendo a la puesta, hay varios elementos para destacar, arrancando por el excelente diseño escenográfico de Valentina Remenik, con el hostal y su piso de manera dominando el escenario. El diseño lumínico de Leandro Cocco, crea muy buenos climas, al igual que la música original de Maxi Rodas. Todos los ítems de la puesta, colaboran para sumarle belleza y calidez a la historia.






En definitiva, nos enganchamos de entrada con el viaje que nos propone el texto, que nos permite descubrir a estos entrañables personajes, que incentivados por la arena y el aire de mar, se atreven a mirar hacia su interior, para abrir el corazón y soltar esos deseos profundos que tienen y no se animan a cumplir. Recuerdos del pasado y frustraciones presentes, se harán presente en un fin de semana especial, donde las confesiones, estarán a la orden del día

Disfrutamos de una hermosa noche de teatro viendo La Princesa Rusa, con una dramaturgia delicada y fina, que seduce y resulta cercana. Hay una puesta bella, plena de poesía y deliciosas actuaciones, que se unen para alegría del público que colmó la sala del Teatro del Pueblo y despide a los protagonistas al final de la función, con un aplauso prolongado, que retumba en el aire, al mismo tiempo que una bella joven de tez blanca, está sentada en una reposera escribiendo plácidamente, mientras de fondo se escuchan la olas rompiendo en la orilla.



Pensador Teatral.


jueves, 2 de diciembre de 2021

Smile

Dramaturgia y Dirección de Jazmín Bitran.




Jueves 21 hs en El Sábato Espacio Cultural ( Uriburu 763 )

Un soplo de aire fresco llega de la mano de Smile, entrañable obra escrita y dirigida por Jazmín Bitrán, que nos acerca una mirada particular de Sir Charles Spencer Chaplin, actor, humorista, compositor, productor, director y escritor, considerado uno de los grandes mitos del cine, que pasó a la historia por la creación de Charlot, su personaje más famoso, al que todos reconocemos por su andar torpe, los pantalones holgados, sombrero, bastón y el pequeño bigotito negro.

La historia escrita por Jazmín nos muestra a un Charles, actor maduro y ya consagrado, que vive en su casa con su hija Geraldine  que quiere dar los primeros pasos en el mundo del cine, anhelando seguir el camino de su famoso padre. Pero Charles no está solo en la casa, lo acompaña su fiel personaje Charlot , con el que recuerda los felices momentos que vivieron juntos y repasando fragmentos de las películas más famosas, como El Chico, La Quimera del Oro, Tiempos Modernos y El Gran Dictador, por mencionar solo algunas. 





El texto es muy divertido y se disfruta mucho la comunión que tiene Charles con el personaje que marcó su vida, reviviendo anécdotas del pasado y riendo con las travesuras que siguen haciendo juntos gracias al poder de la imaginación. Geraldine, que se presenta en castings, buscando crecer como actriz, reniega un poco con un padre que se niega a tomar sus medicinas, pero que a cambio, siempre tiene una palabra optimista y una sonrisa en el rostro, pareciendo no tomarse nunca las cosas demasiado en serio. Ella no ve a Charlote con los ojos, pero percibe su presencia, e intuye que en esa casa no están solos y tendrá algunas señales de ello.

La trama tiene momentos muy graciosos, pasos de clown, gags divertidos y momentos musicales muy logrados. El público se ríe mucho con las ocurrencias de Chaplin y su fiel compañero. Los espectadores se conectan mucho con los protagonistas, ya que los actores quieren que el público participe y buscan romper la cuarta pared. Hay un clima festivo y relajado en la sala, algo que en estos tiempos es muy reconfortante y necesario.





Es hora de hablar ya del trío protagónico, que se luce muchísimo, ya que todos logran darle mucho brillo a sus personajes. Gran trabajo el de Daniel Groppo, encarnando a un Charles algo melancólico, que pese a su gran éxito, no quiere quedarse quieto y busca  la vuelta para que su máxima creación, siga actuando, pese a los cambios que se están dando en la industria cinematográfica. Un personaje tierno y muy querible el de Daniel, con mucha presencia escénica.

La figura convocante de la obra es Charlot, interpretado de manera notable por Alejandro Canuch, con su habitual vestimenta, bastón, sombrero negro y torpe caminar. Ya con solo verlo el público esboza una sonrisa. Es muy acertada la caracterización de Alejandro, logrando sin decir una palabra, ya que obviamente el personaje es mudo, que los espectadores se rían mucho y recuerden esas imágenes en blanco y negro, que sin dudas marcaron una época del mundo del cine.






Para el final dejamos a Victoria Arrabaca, una verdadera revelación, componiendo a una fresca y encantadora Geraldine. Destacamos su desenfado y un histrionismo a flor de piel que aporta mucho a la trama. Muy gestual, con una sonrisa dibujada en la cara y cantando muy lindo, redondea una hermosa actuación. Nos encantó lo de Victoria, que sin dudas se encontró muy a gusto, con el registro divertido y chaplinesco que pide el texto, con una alegría contagiosa.

No podemos dejar de mencionar a Martín Pomerantz, parte fundamental de la puesta, tocando muy bien el piano, estando a cargo de la música en vivo y de los sonidos que la trama requiere. Esta comedia, como dijimos tiene momentos musicales muy logrados y para que ello ocurra, es clave el aporte de Martín. Es muy bueno el diseño escenográfico y la ambientación que tiene las salas, con muchas fotos de la época y numerosos detalles que ayudan a crear el clima que mejor queda al relato.






Y hasta aquí vamos a contar, el resto lo dejamos para que lo descubran cuando vean la obra. Solo agregaremos que valoramos sobremanera propuestas como las de Smile, que demuestran que es posible divertirse y mucho, con un humor sano, apto para todas las familias, sin groserías, ni golpes bajos. Una invitación a olvidarnos de los problemas, emocionarnos y reírnos de las cosas que nos reíamos, cuando éramos chicos.

En conclusión, disfrutamos de una hermosa noche de teatro y por eso recomendamos la obra, nos sentimos felices de haber podido emprender el viaje imaginario y sanador que nos proponen, gracias a las deliciosas composiciones del trío protagónico y la sensibilidad de la autora, que se unen para tributar un un sentido homenaje al gran Charles Chaplin, resignificando su mensaje de esperanza y optimismo, para ayudarnos a reflexionar y ayudarnos a afrontar una existencia que muchas veces nos pone las cosas difíciles con un enfoque más positivo. Por ello, siempre es importante, tener reservado el espacio para volar con la imaginación y nunca olvidarnos que un día sin reír, es un día perdido.-



Pensador Teatral.




domingo, 28 de noviembre de 2021

La Pasión según G.H.

Dramaturgia de Clarice Lispector . Dirección de Marcelo Velázquez.






Domingos 18 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )

Tarde de Domingo destemplada y lluviosa, que invitaba a quedarse en casa, pero por suerte teníamos otro planes, ya que en El Portón de Sánchez nos esperaba este texto profundo de Clarice Lispector, considerada como una de las más importantes escritoras brasileñas del Siglo XX, dueña de un lenguaje poético e innovador y con una personalidad enigmática. Con el correr de los años Clarice, se convirtió en leyenda y hoy en día es reconocida como una escritora de culta y un ícono del feminismo.





La Pasión según G.H. fue una novela publicada en 1964 y llega al teatro en esta adaptación minuciosa de Marcelo Velázquez, que se adentra en su texto sinuoso y nos acerca el viaje introspectivo que emprende esta mujer madura, de clase acomodada, de la que poca sabemos, solo tenemos algunos datos sueltos, como por ejemplo que una de sus pasiones es ordenar, en especial ese departamento que tanto la enorgullece.

La vida de esta mujer, cuyas iniciales G.H aparecen bordadas en se equipaje, denota una carencia notoria de emociones. No se casó, ni tuvo hijos y se dedicó a ser una escultora amateur, siendo este otra de sus pasiones, modelar formas. El tedio y la soledad parecen invadirla, convive con una sensación de vacío que quiere ocultar, pero que por momentos la abruma y la confunde.







En el texto, aparece la temática de la lucha de clases, siempre tiene que haber un enemigo y en este caso, sería Janair, la mucama negra a la que acaba de despedir. Es curioso, pese a ser tan observadora,  no recuerda su rostro y hasta le costó acordarse de su nombre. Sin dudas la ignoraba, pese a que trabajo años en su casa, cocinaba, limpiaba y la ayudaba a mantener el orden en su apartamento.

Se obsesiona con esa mujer que supone la odiaba y por ingresar al que era su cuarto, le servirá para confirmar sus sospechas y hasta allí vamos a contar, dejaremos que el espectador se sorprenda cuando vea la obra y vaya descubriendo las pistas que un texto complejo y profundo nos irá dejando.





Quien se carga al hombro este unipersonal es sin dudas, Mercedes Fraile, que realiza una excelente composición. El desafío no era sencillo, ni para el director, ni para ella, habría que dar vida a un personaje de la novela y enfrentarla al público buscando romper la cuarta pared, interpelando a los espectadores en más de una oportunidad, con un texto complejo y elíptico.

El trabajo de Mercedes es minucioso, con una enorme presencia escénica, dominando los tiempos y los silencios que tiene la trama. Con una dicción pausada y movimientos calculados, la protagonista irá desatando los nudos que la obra presenta, con sapiencia, consiguiendo redondear una gran interpretación de un personaje reservado y enigmático, que parece ocultar más de lo que dice, siendo su máxima preocupación aparentar ante los otros.






La puesta de Velázquez es minimalista y cuida todos los detalles. Hay un magnífico dispositivo escenográfico de Ariel Vaccaro, que simula el departamento de la protagonista, un sobrio diseño lumínico de Alejandro Le Roux que contribuya a crear el clima opresivo que tiene la trama, al igual que la música original de Matías Macri. Todos ítems que agregan valor a la puesta.

Párrafo aparte para el diseño audiovisual que irrumpirá de manera sorpresiva en el desarrollo de la historia, con esa imágenes en blanco y negro que se proyectarán, teniendo como testigos al público y a la misma protagonista. No vamos adelantar que veremos allí, pero si diremos que fue una muy buena idea del director, introducir este recurso, que por momentos se convertirá en perturbador.





En definitiva, La Pasión según G.H, nos permite tener un interesante acercamiento a la obra de Clarice Lispector, una autora de la que mucho se habla, pero que pocos leyeron, ya que no es una autora sencilla. Por ello, debemos destacar la valentía y la virtud de Marcelo Velázquez de adaptar esta novela para el teatro y la apuesta le salió muy bien, ya que la obra resulta atractiva e invita a la reflexión, siendo varios los caminos posibles a seguir, dependiendo de la visión de cada espectador.

Por todo lo mencionado, celebramos haber decidido salir de casa pese a la lluvia y el premio fue grande, ya que nos estaba esperando una obra entrañable, presentada en una puesta original y muy bien estructurada, para que Mercedes Fraile pueda abrazar el texto con pasión y regalarnos una actuación delicada y exquisita a la vez, dejando claro que el teatro independiente siempre tendrá a mano un paraguas, donde nos invitará a refugiarnos.


Pensador Teatral.


sábado, 27 de noviembre de 2021

Habitación Macbeth

Dramaturgia y Dirección de Pompeyo Audivert.







Sábados 20 hs y Domingos 19 hs en Centro Cultural de la Cooperación ( Av. Corrientes 1543 )

Hay algunas obras, contadas ellas, que por diferentes motivos quedarán grabadas en nuestra mente y sabemos que aunque pasen los años, las vamos a recordar. Sin dudas esto ocurrirá con Habitación Macbeth y la razón para que se cumpla lo señalado, lo tenemos muy claro y es debido al descomunal, fantástico e inconmensurable trabajo realizado por Pompeyo Audivert, que nos ofrece una clínica magistral de actuación.





Ya nos enfocaremos más adelante en ello, comentemos antes que esta obra se alumbró en la pandemia, allí Audivert aprovechando la soledad reinante dictada por el contexto, se reunión con la obra shakespereana,  en búsqueda de una adaptación propia que la resignificara, jugando con la intertextualidad y buscando que aparezcan otros autores en el texto que estaba preparando, siendo Beckett tal vez el más evidente de ellos, pero sin dudas no es único.

Como ya ocurrió en otras adaptaciones en las que trabajó antes como Muñeca de Discépolo o El Desierto Entra en la Ciudad de Roberto Arlt, siempre busca ( y logra ) respetar las cualidades de los textos, pero asumiendo riesgos para introducir variantes, que tienen como objetivo, intensificar los sentidos, algo que no resulta sencillo para los autores, pero que él resuelve de manera virtuosa.





Tal vez por dificultad y las reglas que imponía la propia pandemia, pensar en una obra para muchas actores, sonaba complicado, entonces Pompeyo que venía con ganas de hacer un unipersonal y también montar nuevamente una obra de Shakespeare, se dio cuenta que esta era una oportunidad inmejorable para cumplir con una fantasía que tenía en mente desde hace años, que consistía en la epopeya ,que un solo actor, pudiera interpretar todos los personajes de Macbeth.

Con ello podría demostrar cierto fenómeno paranormal del actor, que usaría a su cuerpo como si fuere una especie de medium, para invocar y encarnar a todos los personajes.. La idea de que hubiera un único actor, habitado por una multiplicidad de personajes generaba vértigo y a la vez era muy tentadora, sabiendo que sería un desafío enorme para quien quisiera encararlo. Creemos que solamente un actor de los quilates y la potencia escénica de Audivert podía estar a la altura de este reto que parecía inalcanzable.





En la obra, veremos a un Macbeth fiel servidor de su país y del Rey Duncan, volviendo triunfador del campo de batalla junto a Banquo su fiel amigo. Ambos verán cambiar su futuro, debido a un hecho fortuito, ya que en ese viaje de regreso se encontrarán con las tres brujas fatídicas, enviadas de Hécate, diosa griega de los hechizos y la brujerías, que le lanzarán una seria de profecías inquietantes. La primera de ella, rezaba  que antes que llegue la noche se convertiría en Duque de Cawdor y que antes que las golondrinas sería coronado Rey. Antes de desaparecer, las brujas se dirigirán a Banqueo y le augurarán que él,  será padre de reyes.

Ambos ríen con las profecías y no las toman seriamente, pero poco tiempo después todo cambiará con la llegada de un mensajero del Rey, que les indica que el actual Duque de Cawdor ha fallecido y que Duncan en agradecimiento a su triunfo en campo de batalla lo honraría con ese título vacante. La mente de Macbeth parece estallar. Finalmente las brujas tendrían razón ?? Será cierto entonces que el será el futuro rey ?? Y que pasaría con su amigo ?? La ambición y el poder ya se asoman en sus pensamientos.





Macbeth envía una carta a su esposa, anunciando su llegada a casa luego de la batalla y le relata con detalles el encuentro con las brujas y sus extraños vaticinios. Lady Macbeth no duda en la veracidad de aquellos pronósticos y le dice a su esposo, que lo mejor sería ayudar a que se cumpla aquello lo antes posible, no vaya a ser cosa que el destino cambie de opinión. Justamente el Rey Duncan iría a su castillo esta noche y es entonces cuando le propone a su esposo, que es la ocasión justa para dar vuelo al vaticinio y le revela un monstruoso plan,  que consiste nada menos que en asesinar al Rey y culpar de ello a sus guardias, a los que también matarían, en la oscuridad de la noche.

El plan horroriza en un principio a Macbeth, como sería posible matar a un rey al que todos veneran, a una buena persona, al representante de Dios en la tierra. Sería una locura ... Pero Lady Macbeth siembra en su mente la semilla del poder y la ambición, de tener el reinado al alcance de la mano. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, porque el desenlace es conocido para quienes han leído o visto en otra ocasión, esta tragedia shakespereana, pero puede haber lectores que no la vieron o no la recuerdan y por ello, no adelantaremos como terminó la visita de Duncan al castillo de Macbeth, aunque la mayoría se lo pueda imaginar.






Llega el momento de hablar de la fantástica prestación de Pompeyo Audivert, que con una entrega descomunal y un talento fuera de serie, desdobla el solo, a los siete personajes de esta tragedia. Con una presencia escénica imponente , se apodera del escenario y parece entrar en trance, para ingresar y salir de los personajes en segundos, para generar múltiples diálogos entre ellos, de una forma que cuesta imaginar.

Impresionan sus cambios de postura, las diferentes voces, sus diferentes formas de pararse. Les aseguramos, que sin necesidad de hablar, solo viendo de forma de pararse y en la expresividad del rostro, podíamos darnos de cuenta de que personaje habitaba su cuerpo en cada momento. La atracción que ejerce sobre el público, resulta casi hipnótico. No vuela una mosca, durante los noventa minutos que dura la obra, la platea sigue la trama con un silencio absoluto y con admiración por lo que está viendo.






La expresión de que cuesta describir con palabras el trabajo de Pompeyo, se aplica a la perfección aquí Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la de Audivert, fue la mejor actuación por lejos, que vimos a lo largo de este año y nos cuesta recordar un trabajo de semejante magnitud en los últimos años, con ello pueden imaginar el calibre de su interpretación. Calificarlo con un diez, seria no poder volver a repetir el puntaje en el futuro, por eso deberíamos romper las reglas y ponerle un once.

Pero Pompeyo no está totalmente solo en escena, lo acompaña Claudio Peña, reconocido compositor e intérprete musical que con su cello, será el encargado de ponerle música a la trama y ser la banda de sonido de la misma, logrando crear los climas que pide el texto y contribuyendo al enorme lucimiento del protagonista. Excelente lo de Claudio. Queremos dejar un párrafo especial también para el diseño de luces de Horacio Novelle, jugando de manera magistral con la oscuridad y la sombra, siendo también parte fundamental de una puesta muy atractiva.






La obra nos hablará de la ambición desmedida de los hombres, de la sed de poder, la locura, la traiciones y la mentira como instrumento indispensable para hacer política. La pieza tiene una vigencia abrumadora e inquietante a la vez, mostrando como el engaño y la actuación, son armas valiosas para lograr los objetivos, dando por válida la famosa frase de Nicolás Maquiavelo, acerca de que el fin justifica los medios.

No queda más para agregar, Habitación Macbeth es sin dudas uno de los estrenos del año, una fantástica creación de Pompeyo Audivert, un animal de teatro, que nos presenta esta potente versión del clásico de Shakespeare y nos permite disfrutar de una interpretación memorable, una verdadera clase magistral de teatro, a la que tuvimos suerte de asistir. 



Pensador Teatral.



martes, 23 de noviembre de 2021

Como una Perra en un Descampado

Dramaturgia de Cláudia Cedó . Dirección de Corina Fiorillo.





Martes 20 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Una obra sensible y conmovedora llega con Como Una Perra en un Descampado, texto escrito por la dramaturga catalana Cláudia Cedó, basado en un hecho real que vivió ella misma y que sintió la necesidad de compartir, dando testimonio de la difícil situación que tuvo atravesar, manifestando su sentir y tratando de sanar aquellas zonas oscura de su vida.







Corina Fiorillo, una de las mejores directoras que tiene nuestro teatro en la actualidad, se abrazó a este texto profundo y valiente, sabiendo que tenía un verdadero diamante entre manos, logra potenciar la dramaturgia con una puesta original, que tiene toques fantásticos ( los necesarios, sin caer en excesos ) y una buena pócima de humor, mostrando una vez más, que introducir momentos de comicidad, es la mejor forma de descomprimir temáticas con tanto peso dramático, que parecen pedir a los gritos ese alivio, para que sean más tolerables.

Yendo a la historia que vemos en el escenario de El Extranjero, tendremos en primer plano a la joven pareja formada por Julia ( Victoria Almada ) y Paulo ( Federico Ottone ) que están en la dulce espera de su primer hijo. Julia no se siente bien y concurre al hospital para hacerse un chequeo que pretende ser de rutina, pero los resultados de la ecografía los descoloca por completo. La doctora a cargo, les informa que el embarazo,  que está ingresando en su quinto mes, corre serio riesgo, debido al bajísimo nivel de líquido amniótico, que rodea al bebé en el útero.





La noticia cae como un baldazo de agua helada, a estos padres primerizos que como miles de parejas, esperaban vivir un momento de alegría  y el panorama empeora,  cuando le avisan a Paula, que debe quedar internada, para cumplir un estricto reposo y poder monitorear la evolución del nivel del líquido amniótico. Están aturdidos por la novedad, deseando estar viviendo una pesadilla, de la que pronto se van a despertar, pero lamentablemente no será así y la situación tiene una angustia bien real.

Les explican que las próximas horas serán decisivas y que pronto deberán tomar una decisión muy crucial, ya que no solamente el niño por nacer corre serio riesgo, sino que la situación de Paula, se puede tornar compleja y hasta su vida puede estar en peligro, debido a la posibilidad de una infección grave, ocasionada por el cuadro. Son anoticiados que el quinto mes de embarazo es el peor escenario, ya que hasta el cuarto mes podrían realizar un aborto y si estuvieran en el sexto mes, podrían hacer nacer al bebé. 





 Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso. La situación es dramática, tanto el futuro bebé, como la madre corren peligro de vida y pese a tener el apoyo de su pareja y de sus padres, Paula se encuentra en un callejón oscuro que parece sin salida. No queremos adelantar nada más, para conservar el suspenso, ya que la trama tiene una carga emocional y una tensión, que trascienden la cuarta pared.

Como una Perra en un Descampado, tiene una profundidad y una sensibilidad que conmueven. Los interrogantes empiezan a surgir a borbotones. Porque un hecho feliz que trae vida y alegría, puede convertirse en una situación de angustia y muerte ??? Que hicieron ellos para tener que vivir este momento tan delicado ??? Porque no pueden tener un parto normal como la mayoría de las parejas ??? En otras habitaciones se escuchan risas, pero en la de ellos solo llanto. Vida y muerte parecen ser la cara de una misma moneda.





Uno de los méritos del texto es no quedarse solamente con el hecho crudo, al contrario lo enriquece y lo inserta en el contexto de un mundo que sigue en movimiento sin detenerse a mirar nuestra pequeña gran tragedia. La normalidad sigue su curso, mientras nosotros quedamos al costado del camino, sin poder reaccionar. Obras de teatro que se estrenan, compras en el supermercado que no cesan, gente que se va de de vacaciones ... La vida continúa para el resto y no es sencillo aceptar esa realidad.

Un punto relevante a destacar es la calidad del elenco reunido para la obra, se formó una verdadero seleccionado de figuras del teatro independiente, sin dudas que el texto resultaba muy atractivo y tener en la dirección a Corina, es muy seductor. Los espectadores agradecidos, porque de verdad que es muy difícil encontrar en cartel, propuestas que reúnan un elenco tan potente.

La revelación de la obra, sin lugar a dudas es Victoria Almeida, que asume en gran forma el protagónico  Con una sensibilidad a flor de piel, logra darle a su Julia, la ternura y la humanidad que el personaje requiere. Transitando con mucha credibilidad los momentos de angustia y desolación que le toca vivir a esta madre primeriza, pero sabiendo jugar también los momentos fantásticos que el texto le propone. Gran interpretación la de Victoria, resolviendo en gran forma este protagónico que exige muchísimo, demostrando estar a la altura del desafío y redondeando una actuación para poner en un cuadrito.







Es muy bueno también lo de Federico Ottone, como Paulo, la pareja de Julia, que vive el difícil trance desde un segundo plano, ya que lo único que puede hacer es acompañar, situación muy incómoda que se produce también vida real también. Paulo, aturdido por la situación, en un principio parece no tomar conciencia de la gravedad de la situación y trata de seguir adelante con su trabajo justamente en el teatro. O será un mecanismo de defensa, para no tener que afrontar la dolorosa la realidad  ?? Nos gustó mucho el trabajo de Federico.

Llega el turno de hablar de Milagros Almeida, cuyo personaje aparece solo en la mente de Julia y la acompañará en todo momento, siendo una mezcla de voz de la conciencia y ángel protector. Dueña de una voz privilegiada, Milagros además de ser una actriz estupenda, canta hermoso y aquí aprovechará esto. Jugando un rol de relatora de la historia, luciéndose mucho además en fragmentos cantados, que dejan con la boca abierta al público. Siempre es un placer ver a Milagros en escena, una actriz talentosa y multifacética, que potencia su interpretación, gracias a la química y el entendimiento que tiene con Victoria, su hermana en la vida real.

Cuando dijimos que el elenco era una verdadera selección, no exagerábamos en nada y llega el momento de hablar de Estela Garelli y Abian Vainstein, actores de gran experiencia y enorme valía, que desdoblarán a varios personajes,, mostrando su versatilidad y carisma. A Estela la recordamos, por su actuación hace un par de años en La Fundación y en el caso de Abian, tenemos el recuerdo más fresco, luego de su renombrado trabajo en La Fiesta del Viejo. Aquí ambos, con enorme generosidad, desde papeles secundarios, hacen un aporte muy grande, luciéndose mucho, con interpretaciones estupendas.





Resta mencionar a Mercedes Torre, que es la única integrante del elenco, a la que no habíamos visto antes y nos llevamos una agradable sorpresa con ella. Caracterizando muy bien a una novel enfermera, que emana dulzura y humanidad, aportando una frescura muy bienvenida a la trama. Se hizo algo larga la descripción, pero realmente era merecido, porque no es habitual ver elencos tan parejos por lo bueno y en este caso se da que los seis intérpretes que presenta la obra tienen actuaciones para destacar.

Yendo a la puesta que presenta la obra, sin dudas Corina Fiorillo, la primer directora mujer en ganar el Premio Ace de Oro, le sabe sacar el máximo provecho al texto, sabiendo incorporar toques de fantasía y de humor, permitiendo que de esta forma, se pueda atravesar mejor el drama profundo que la historia nos presenta. Lo hace además con una puesta original y atractiva, que asume riesgos, con muy excelentes resultados.

Cumplimos con nuestra promesa y no contamos más, Como una Perra en un Descampado es una obra que conmueve y moviliza, presentando una cara oculta y nada agradable de la maternidad, pero desde un punto de vista valioso, ya que la autora hace hincapié que aún las situaciones que lucen más adversas y oscuras, pasado el tiempo y pudiendo mirar a la distancia, vamos a descubrir que no todo era oscuridad y sombras, ya que cuando logramos echamos luz a ese pasado, seguramente vamos a encontrar rasgos de belleza, que en el momento de la tormenta, habían pasado desapercibidos.






Recomendamos no se pierdan esta estupenda propuesta, se encontrarán con un texto duro y valiente, que nos habla de la contradictoria cercanía entre la vida y la muerte, realzando su valor, al estar basado en un hecho real vivido por la autora, que sin dudas sintió la necesidad de sacarlo de su interior y contarlo. Se le suma al texto una dirección impecable de Corina y las interpretaciones exquisitas del elenco reunido. 

Con todos los ingredientes mencionados, no resulta extrañó que afirmemos que Como una Perra en un Descampado, resulta una de las mejores obras que el teatro independiente ha estreando este año y por la ovación con la que el público premió a los protagonistas al final de la función, creemos que nuestra afirmación, es compartida por muchos.



Pensador Teatral.


jueves, 18 de noviembre de 2021

Ojo de Pombero

Dramaturgia y Dirección de Toto Castiñeiras.






Jueves 21 30 hs en Teatro Picadero ( Pje. Santos Discépolo 1857 )

Con Ojo de Pombero, se cierra la trilogía campestre compuesta por  "Gurisa" y  "Voraz y Melancólico ", tres obras escritas por Toto Castiñeiras, actor, autor, director y artista circense, que hace varias temporadas integra la troupe del prestigioso Cirque du Soleil, que luego del parentesís por la pandemia, estará retornando próximamente sus giras, integrando Toto el equipo.






Luego de haber visto Voraz y Melancólico, que hacía referencia al mito de El Lobizón, no teníamos dudas que esta nueva propuesta, tendría un altísimo grado de creatividad, vuelo poético y sin dudas una fuerte corporalidad, ya que el teatro físico y el clown, son sellos distintivos de las propuestas de Castiñeiras. Anticipamos que nuestra intuición fue acertada y nos quedamos cortos, ya que la creatividad y la poética en esta ocasión, se elevan a la enésima potencia.

Antes de sumergirnos en a obra, hablemos un poco de El Pombero, una leyenda guaraní, que nos habla de un duende que habita en los bosques del Paraguay del Noroeste de nuestro país. Según cuentan los que lo vieron, se trata de un hombrecito de baja estatura, feo y peludo. Con brazos largos y manos enormes, piernas cortas con pies invertidos, lo que desorienta mucho a quienes rastrear sus huellas. Cuentan los lugareños que lleva sombrero de paja y una pipa en la mano. Algunos refieren que anda sin ropas, con un miembro viril enorme, tapado por su profusa barba, que le llega hasta el suelo.






El mito del Pombero, tiene muchas aristas interesantes, una de ellas es la dualidad de su figura, pudiendo ser amistoso o un verdadero demonio. Los campesinos durante la cosecha le dejan ofrendas de vino y tabaco, para que el Pombero cuide el terreno y ahuyente a los ladrones que se acercan a la propiedad. En cambio para las mujeres, es una criatura demoníaca, que viola señoritas y mata niños, por eso cuando escuchan su silbido, corren a encerrarse en la casa. Esa mirada diferente y antagónica, interesó mucho al autor.

Y la semilla del proyecto, arrancó precisamente con una anécdota que llegó a oídos de Toto Castiñeiras, una señora en Paraguay contaba que su nieta había quedado embarazada del Pombero. Sostenía esto con una certeza arrolladora y la sensación era que de esta manera estaba encubriendo a un violador. Allí surgió el esqueleto de la obra, una abuela, su hija y si nieta, el demonio suelto y la necesidad de cazarlo en la noche de Carnaval, para tomar venganza de aquel sátiro abominable.







La trama desborda de poesía, tiene muchas referencias sexuales y una atmósfera bien campestre, donde las mujeres con sus largos vestidos, se preparan para la venganza. La abuela,  Juana grande, la Juanita y su hermanita, estarán alerta. Saben que aquella noche de Carnaval, será de fiesta en el pueblo y el Pombero aparecerá a celebrar. Es el momento que estaban esperando, lazo en mano saldrán a cazarlo y hasta allí vamos a contar. Cuando vean la obra, sabrán, si podrán atraparlo o el Pombero seguirá viviendo y coleando por el monte, haciendo de las suyas.

La obra presenta muy buenas actuaciones, no es una pieza sencilla para los actores que deben emprender un viaje, al mundo fantástico y delirante que propone el autor, algo que logran de muy buena forma. El teatro físico estará muy presente en esta puesta y esto requerirá una entrega corporal a fondo de los protagonistas. Entendemos que las actuaciones mas destacadas son las de Mariela Acosta, como Juana, con un histrionismo a flor de piel y una composición que no se guarda nada. En el mismo nivel de excelencia, mencionamos a Mariano Torre como Juanita y otro personaje que no queremos adelantar. Estupenda su interpretación, generando los momentos más divertidos de la noche. Soberbios los trabajos de Mariela y Mariano.

Pero no seamos injustos con Julieta Laso, la hermanita menor que sufrió el acoso del Pombero y nos deleita son su hermosa voz, cantando muy lindo. Muy buena su composición. De igual modo, destacamos a Luciana Buschi, con el bandoneón a cuestas y regalando hermosos chamames en varios pasajes. 






La frutilla del postre, la pone el mismo Toto Castiñeiras, que a diferencia de las otras obras de la trilogía, acáse calza el traje de actor, representando en este caso a una abuela bastante ladina y degenerada. Nos encantó ver a Toto en escena y pudimos ver a ese clown que lleva dentro, con escenas muy divertidas, que por momentos nos recordó a Curly de los Tres Chiflados.

La puesta resulta divertida y desopilante. Con mucho ritmo, por lo que el espectador deberá atento para no perder detalle. Rubro a destacar, el estupendo diseño de vestuario de Daniela Taiana, que le otorga a los personajes el aire campestre que la historia pide. Párrafo especial para Lucio Mantel, a cargo de la música original y las canciones que tiene la pieza, poniendo al chamame en un sitio preferencial, ambientando en gran forma la historia y creando momentos musicales que el espectador disfruta mucho.







No hay mucho más para agregar, Ojo de Pombero resulta un cierre de oro, para esta trilogía que nos propone el autor y que nos invita a viajar hacia nuestro rico interior, campestre y gauchesco, para hablar de sus mitos y leyendas, que forman parte de nuestro folklore y de nuestra identidad como país, dando especial atención a lo autóctono y a las tradiciones, que se transmiten de generación en generación.

Recomendamos esta valiosa y original propuesta. Se van a encontrar con una historia muy bella desde lo estético, con una poética arrolladora y personajes entrañables, que toman volumen gracias a las magníficas actuaciones del elenco reunido. Los invitamos a que vean la obra y descubran a este personaje fantástico que habita en nuestro campo profundo, siendo amigo para algunos y un verdadero demonio para otros, veremos de que lado lo ubican ustedes, luego de ver esta bella historia que el teatro independiente nos regala.



Pensador Teatral.