viernes, 10 de junio de 2022

Y Luego la Calma

Dramaturgia de Daniela Pantano. Dirección de Dennis Smith.









Viernes 20 30 hs en El Camarín de las Musas ( Mario Bravo 960 )

Noche plena de emociones vivimos en El Camarín de las Musas, viendo esta hermosa y sensible obra, escrita por Daniela Pantano, que sorprende muy gratamente en su opera prima como autora, ya que con mucha valentía, decide contarnos una parte crucial de su vida, aquella que la encontró en pleno embarazo, sola y cuidando a su padre, que con problemas de salud, debió atravesar una prolongada internación, siendo ella la encargada de acompañarlo en ese difícil trance.

El texto de Daniela, explora el vínculo padre / hija de manera sensible, navegando muy bien entre la realidad y la ficción, ya que como espectador dudaremos que partes son ficcionadas y cuales son la fiel realidad, algo que es la esencia misma del teatro. Los sentimientos y las emociones, afloran desde un comienzo, ya que la vida y la muerte se estarán codeando permanentemente en la fría habitación hospitalaria en que padre e hija, compartirán un momento muy particular.











Las acciones se desarrollarán en una clínica y pese a lo difícil de la situación, el humor estará muy presente en los diálogos, haciendo más llevadera la situación. Creemos que una de las mayores virtudes que tiene el texto es su credibilidad y cercana, lejos de aquellas historias lejanas que llegan de otras latitudes, aquí tenemos una historia real que nos atraviesa y resulta reconocible para cualquiera que haya estado en una situación similar, ya sea como paciente o cuidando a un enfermo.

Pese a ser solo dos los actores en escena, celulares mediante irán desfilando otros personajes en la historia, con los que Marina irá hablando como ser su psicóloga de años o su novio que está por tema de negocios en New York y no parece estar demasiado apurado por retornar para acompañarla en un momento tan importante, como ser su embarazo. Por wasap hablará con Charly un misterios amigo del padre, al que ella no conocía. Ellos están solos en esa habitación, pero hay un entorno expectante a lo que allí sucede.









No vamos a adelantar más de la trama, para que se mantenga la sorpresa, solo diremos que en esa situación límite, surgirán noticias inesperadas y poco positivas, por lo que pasados los primeros momentos de enojo e ira, quedará espacio para la contención y la comprensión, haciendo más fuerte un vínculo filial, que acumuló deudas a lo largo de los años.

Vayamos ya a hablar de las interpretaciones que tiene la obra, arrancando por Daniela Pantano, la autora, la que cuenta una parte muy suya de la vida y la que además le pone el cuerpo a la historia, ya que hace de ella misma, algo que no suele ser sencillo. Daniela es una talentosa actriz, polifacética, ya que además es bailarina y cantante. Pese a ser muy joven ya ha dado muestras de su valía, protagonizando importantes obras del teatro independiente.

Nosotros elogiamos mucho a Daniela en Solo quiero que me Amen, exitoso musical que protagonizó y donde interpretaba de manera magistral a Marilyn Monroe, en una composición que a nuestro entender fue consagratoria. Y acá nuevamente nos sorprende, en este caso siendo ella misma en escena. Con espontaneidad, belleza y mucho carisma, con facilidad llega al corazón del espectador, realizando una composición en la que cuesta separar a la actriz, de la persona, de tan profunda y sentida que es la interpretación. Una vez más nos encantó el trabajo de Daniela, en este caso un placer verla en su faceta más humana.









Y quien la acompaña en esta interpretación tan humana, es nada menos que Javier Nikilson, un actor de raza, que encaja justo en el personaje de ese padre, que oscila entre la impunidad y la protección, en ese momento de la vida, donde ya se ha recorrido gran parte del camino y lo que se espera es terminar la partida con diginidad. Estupenda la interpretación de Javier, formando una gran dupla con Daniela y abrazando el proyecto con gran pasión.

La dirección está a cargo de Dennis Smith, que compartió elenco con Pantano, en Ni con perros ni con chicos en el Cervantes y siguió el proceso de escritura de esta pieza desde su arranque. Se nota su impronta, ya que logra darle fluidez y frescura a una trama que no trata un tema sencillo de digerir. Queremos destacar el original diseño escenográfico de José Escobar, que aprovecha muy bien todo el espacio escénico y le otorga frescura a un lugar, que por lo general tiene oscuridad.










En lo personal, la historia nos llegó de manera muy directa, ya que nos identificamos muy rápidamente con la vivencia de la protagonista, a la que queremos abrazar y acompañar. La trama es sencilla y logra transmitir la fuerza de ese vínculo inquebrantable de amor que existe entre padres e hijos, donde pese a los vaivenes que pueden existir en la relación, en situaciones límites, queda demostrado que las diferencias existentes, quedan de lado y el amor aparecerá.

Nos gustó mucho Y Luego la Calma, una obra que moviliza y llega al corazón del espectador,siendo  un debut excelente de Daniela Pantano como autora, recordando a su padre, con sinceridad y mucho amor. Además de ello, compone junto con Javier Nikilson, una dupla protagónica que irradia ternura.  Valoramos doblemente las obras, cuando además de disfrutar un lindo momento teatral, nos llevamos alguna enseñanza casa y esto ocurre con esta pieza, que resulta sanadora y nos invita a hacer una pausa en la vorágine en la que vivimos, para reflexionar y ayudarnos a que nunca perdamos de vista, las cosas que verdaderamente son importantes en esta vida.



Pensador Teatral.







domingo, 5 de junio de 2022

La Madonnita

Dramaturgia de Mauricio Kartún. Dirección de Malena Miramontes Boim.






Domingos 19 30 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

A casi veinte años de su estreno, llega a la sala principal de Itaca Complejo Teatral, La Madonnita, pieza escrita por Mauricio Kartún, uno de los más dramaturgos más reconocidos de la escena nacional, siendo significativa esta obra, porque fue la primera que lo tuvo como director también. La pieza retorna a la cartelera porteña, en una renovada y delicada versión dirigida por Malena Miramontes Boim.

El texto de Kartún, nos habla de amor y del deseo, de una manera muy particular, ofreciendo una mirada muy interesante sobre el rol que tenía la mujer a comienzos del Siglo XX, donde muchos la consideraban como una mercancía de cambio, que tenia que aceptar lo que hicieran con ella casi sin chistar. Recordemos que por aquellos años, la mujer tenía muy pocos derechos, siendo notable el contraste con el empoderamiento actual, por eso como primer punto a resaltar de la propuesta, es tener una perspectiva de género, del rol que tenía la mujer en la sociedad, un siglo antes de este presente tan diferente, pero que a la vez, tiene tanto recorrido por hacer.






La dramaturgia nos propone un viaje en el tiempo, hacia la Buenos Aires de 1920, tiempo en que los inmigrantes llegaban en barcos de vapor al puerto, con su valijas cargadas de ilusiones, buscando hacerse la América y forjar un porvenir provechoso en estas tierras tan prometedoras. Hacemos un paréntesis aquí y se nos pianta un lagrimón, contrastando ese pasado esperanzador, con la triste actualidad de Argentina hoy, con pobreza creciente, muy lejos de los países desarrollados y con muchos jóvenes creyendo que la única salida de la crisis es Ezeiza.

Dejando de lado esta retórica y volviendo a la obra que nos convoca, contemos que el rico relato que la dramaturgia nos propone, se desarrolla en una casa cercana al Parque Lezama, donde Hertz ( Rubén Parisi ), fotógrafo de origen polaco, además de vivir allí, tiene un atelier fotográfico. Se gana la vida como fotógrafo social, trabajando en bautismos, comuniones, casamientos y funerales. Pero también tiene un lado turbio y oculto,  ya que comercializa fotos pornográficas, en las que participa nada menos que su mujer Filomena ( Natalia Pascale ), dueña de una belleza exótica.






Y aquí, será donde aparece Basilio ( Darío Serantes ), criollo y compadrito, que entre otros rebusques se dedica a comercializar esas fotos prohibidas, con inmigrantes a los que contacta en fondas, tugurios y demás lugares de dudosa reputación, aptos para este tipo de comercio. La relación entre Hertz y Basilio es netamente comercial, pero sufrirá un vuelco fundamental, cuando el fotógrafo le propone participar de una sesión de fotos con Filomena, La Madonnita y luego de ella, nada será igual y hasta se convertirán en una especie de socios.

No vamos a adelantar más para conservar el suspenso, solo diremos que algo en esa sesión activó el morbo y el deseo de Basilio, que sentirá una atracción irresistible por Filomena, que como dijimos tiene un encanto particular. Los problemas aparecerán pronto, porque la esposa del fotógrafo, está enamorada de un mulato uruguayo y planea huir con él hacia Montevideo. Quedarse sin ella resultaría insoportable y entonces Hertz y Basilio sellarán un pacto, que solo se podrá cumplir con el regreso de La Madonnita al atelier. Y hasta allí vamos a contar, el resto lo descubrirán cuando vean la obra.






La pluma de Kartún, tiene una carga poética muy grande y es riquísima en imágenes, ya que a través del relato de los protagonistas, visualizaremos imaginación mediante, las piezas de los conventillos, sus patios, la zona del puerto, los olores / sabores del barrio y las multitudes que concurrían a los carnavales de aquellos años, con el candombe resonando de fondo. Les aseguramos que cerrando los ojos y volando con la imaginación, estaremos caminando por esa Buenos Aires en blanco y negro que proyectamos.

Es momento de hablar de las actuaciones que tiene la obra y hay que hacer mención de la gran dupla que conforman Rubén Parisi y Darío Serantes, dos actores experimentados y con mucho oficio, que se sienten muy cómodos con este texto de Kartún. Parisi dá vida a un artista sensible, que es un verdadero encantador de serpientes, amante de la fotografía y con mucha labia. Herido por el amor clandestino, de su Filomena, estará dispuesto a todo para no perderla, incluso compartirla con un tercero.

Y que decir de Darío Serantes, gigante en escena, acorde con su gran contextura física, componiendo a un criollo algo tosco, con mucha calle, un verdadero buscavidas. Su forma recia y algo violenta, parece quedar de lado, cuando descubre los encantos de La Madonnita. Nos encantó su composición, en especial en el monólogo donde relata sus peripecias cuando se mezcló con la multitud que festejó el Carnaval. Excelentes los trabajos de Rubén y Darío, ambos con momentos individuales muy destacados y muy buena química entre ellos.






Pero este triángulo virtuoso, no está completo aún, falta el personaje clave de esta historia, nos referimos a Filomena, La Madonnita, esa chica que llegó muy joven desde Rosario seducida por Hertz, interpretada por Natalia Pascale. Es el personaje que menos está en escena, pero su presencia, marca los momentos claves de la historia. Un personaje muy complejo para representar, porque Filomena es renga y mudita, pero Natalia, una actriz muy talentosa, a la que siempre elogiamos, sale más que airosa, con un muy buen trabajo y una vez más logra destacarse. Es una costumbre elogiarla, cada vez que tenemos la suerte de verla en escena.

 La puesta de Malena Miramontes Boim, tiene muchos puntos para destacar, en primera instancia, el mérito de lograr potenciar el texto de Kartún, conservando y exponiendo toda su poesía y la riqueza de sus imágenes. Hay un logrado diseño escenográfico de Micaela Sleigh reproduciendo el bello atelier de Parque Lezama, donde la luz es invitada de honor. Otro ítem que nos gustó mucho, es el vestuario de Cecilia Gómez García. Son varios los elementos que suman belleza a la puesta y dan el marco adecuado para que la historia fluya.






No queda mucho más para agregar, la obra pese a ser escrita hace casi dos décadas, tiene una enorme actualidad, ya que presenta el tema de la mujer y su rol en la sociedad, quedando claro cuanto se avanzó en los últimos años, pero sin perder de vista, que aún queda mucho por recorrer. Por ello, este tipo de propuestas, tienen un valor especial, porque pone en primer plano el tema y nos invita a reflexionar sobre los abusos que se cometían hace un siglo y los que siguen cometiéndose en la actualidad, en nombre de un supuesto amor, se pueden cometer los actos más abominables.

Disfrutamos de una distinguida noche de teatro independiente, siempre es un placer cruzarse con la dramaturgia de Kartún, en este caso con una versión moderna, que sabe conservar el espíritu y la riqueza sensorial del texto, potenciada por las magnificas actuaciones del elenco reunido, que se siente muy a gusto en escena. Además de todo lo mencionado, conocimos la bella sala principal de Itaca, no pudiendo elegir mejor obra para el debut. El prolongado aplauso que premia a los protagonistas al final de la función, es el broche de oro para una distinguida velada teatral.


Pensador Teatral.


viernes, 3 de junio de 2022

Petit Hotel Chernobyl

Dramaturgia de Andrés Binetti. Dirección de Nicolás Manasseri.







Viernes 21 30 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Un texto profundo y perturbador nos acerca Andrés Binetti, de la mano de Petit Hotel Chernoby, una tragicomedia que jugando con el grotesco y una muy buena dosis de humor, presenta las historias de cuatro mujeres desamparadas, cargadas de penas y frustraciones, que forman una especie de cofradía para no sentirse tan solas, ante un mundo exterior hostil que las rechaza.

El relato se desarrolla en la pequeña habitación de una humilde pensión. El espacio es mínimo e insuficiente, hay una cucheta doble, un colchón, una mesa y un par de sillas.  Son cuatro, pero lugares para dormir solo tres. Se huele la miseria en el ambiente, tienen lo mínimo e indispensable para vivir o mejor dicho para sobrevivir.






Además de la atmósfera opresiva que se respira en la habitación, también hay un aura de locura en esas cuatro mujeres que parecen detenidas en el tiempo, lamentándose por lo que la vida les fue quitando y viendo la forma de seguir adelante, aunque para ello deban crearse metas, que el fondo saben que son inalcanzables, pero sirven como un anzuelo para levantarse todos los días y hacer lo mejor que pueden.

El texto es profundo, por momentos divertido, con momentos absurdos y otros incómodos para los espectadores, que se ríen de manera nerviosa, con una mezcla de ternura y compasión, para estos seres sufrientes que no indudablemente no tienen todos los patitos alineados. No hay dudas que la vida fue dura con todas ellas y ahora las depositó en aquella habitación, sin saber muy bien porque.

No parece que hubiera alguna relación de parentesco entre las mujeres y la convivencia entre ellas no es sencilla. El espacio reducido parece incentivar las discusiones entre ellas y por momentos las charlas sin sentido o triviales, se transforman en peleas dialécticas furiosas, donde se lanzan dardos envenenados. Pero la espuma baja rápido y la supuesta normalidad retorna a aquella habitación. Son mujeres que están solas en este mundo, sin nadie que pregunte por ellas, por eso se cuidan entre ellas, se necesitan.





Y hasta allí vamos a contar, la dramaturgia tiene el mérito de atrapar al espectador, que sorprendido intentará descubrir la lógica en el funcionamiento de estas cuatro mujeres, si la hubiera claro y tomando las pistas que el texto irá dando,  permitirá ir juntando las piezas, para armar el rompecabezas de las vidas rotas de estas mujeres.

No tenemos dudas, que el punto más alto de Petit Hotel Chernobyl se sitúa en las exquisitas composiciones de las cuatro protagonistas, personajes complejos, muy bien construídos, con características bien marcadas. Son cuatro actrices que le ponen el cuerpo y el alma a sus fuertes historias de vida. La calidad de sus trabajos merece que les dediquemos algunas líneas.

Arranquemos por Silvia Villazur, como Hélida, que es una especie de líder alfa en aquel sombrío lugar. Es quien más está conectada con el exterior y trata de poner una pizca de optimismo a una cotidianidad que no ofrece indicios para ello. Silvia es una actriz de gran experiencia, a la que recordamos haber elogiado mucho, por su participación en Las Vengadoras, donde representaba a una jefa policial bastante díscola. Aquí desde un rol completamente diferente, vuelve a mostrar un histrionismo y una presencia escénica que se destaca.






Sigamos con Alejandra Oteiza, que realiza una magnífica composición de una maestra cargada de bronca, contra esos alumnos maleducados que en vez de estudiar, prefieren faltar el respeto en clase. Su lograda personificación, nos recuerda a algún personaje de Gasalla, que cuando vean la obra seguro recuerdan. Muy bueno lo de Alejandra.

Y que decir de Martina Zampico, que dá vida a Magda, una frustrada tenista, que todavía no pudo ganar un solo partido. Tal vez sea por la miopía que le impide ver la pelotita, quien sabe. Desopilante su personaje, querible y muy tierno. Adorable la composición de Martina, la discípula de Gaby Sabatini. Todos desde la platea, hacemos fuerza para que pueda retirarse, pero solo después de haber ganado al menos un partido.

Y para el final dejamos a Flor Provenzano, que en la función a la que concurrimos, realizó un reemplazo y no se notó para nada. Aporta belleza y misterio a la trama, dando vida a La Nena, personaje sin nombre, que parece haber salido de alguna película de terror o fugado de algún hogar psquíatrico. Personaje muy complejo, resuelto en gran forma por Flor.






Se hizo algo larga la descripción, pero como mencionamos antes, la calidad de las composiciones lo ameritaban. Petit Hotel Chernobyl crea cuatro criaturas complejas, especiales y con un alto grado de dificultad para representar. Sin dudas las actrices, debieron trabajar mucho para encontrar el registro y energía que requieren estos personajes, algo que se logra con creces, gracias a sus estupendas interpretaciones.

Dediquemos también un párrafo a la atractiva puesta de Nicolás Manasseri, que le saca jugo al texto de Binetti, consiguiendo una trama con mucha poesía y lleno de imágenes, principalmente de ese exterior, al que no vemos, pero que imaginamos, gracias a los que nos cuentan estas mujeres. Rubros a destacar el diseño escenográfico que presenta la obra y el vestuario que potencia las virtudes de las composiciones.






No queda mucho más que agregar, celebramos propuestas originales como las de Petit Hotel Chernobyl que se animan a salir de la zona de confort y presentar historias reales de vidas de seres que sufren, aquellas que no aparecen en la tele, ni en las revistas. Personas heridas por la vida, maltratadas y excluídas, que contra viento y marea, deciden seguir levantándose todos los días, simulando normalidad y con la esperanza de encontrar ese golpe de timón, que les permita salvarse, pensamiento que si analizamos con un poco de perspectiva, nos resulta muy familiar.

Por todo lo dicho, los invitamos a ingresar a esta humilde habitación, para conocer a estas criaturas fantasmagóricas creadas por la pluma de Binetti y que llegan al escenario del Itaca, de la mano de cuatro estupendas composiciones, que nos permitirán disfrutar de una noche a puro teatro independiente, riendo y reflexionando sobre lo difícil que puede resultar el mundo para muchos y como pese a todo, la siguen luchando, porque mientras haya vida, hay esperanza.


Pensador Teatral.


domingo, 29 de mayo de 2022

Pero Estás del Otro Lado

Dramaturgia y Dirección de Luciano Cohen y Nicolás Di Lorenzo.






Domingos 16 30 hs en Teatro Hasta Trilce ( Maza 177 )

Una muy grata sorpresa nos llevamos viendo Pero Estás del Otro Lado, original propuesta del teatro independiente, que nos presenta una historia muy fuerte, que nos hablará del horror y el sinsentido de la guerra, las luchas contra enemigos imaginarios y una muestra de como algunas personas, con tal de lograr un ascenso o tener más poder, pueden llevar a romper todos los códigos y cometer los actos más abobinables.

La dramaturgia resulta atrapante ya desde el arranque, cuando aparecen en el centro del escenario, ordenadas por su altura,  cinco soldados mujeres, armadas y uniformadas de manera impecable, desplegando una formación militar. Sus cascos están numerados del 1 al 5 y pronto notaremos que ese número será fundamental en la dinámica que tiene el campamento, en se encuentran, ya que determinará las jerarquías de cada una de ellas, algo fundamental en la institución militar, donde el verticalismo es una regla inquebrantable.






Las relaciones entre las soldados del pelotón, se regirán a rajatabla por las jerarquías establecidas, dejando claro que el que ostenta un mayor rango siempre impondrá su palabra. El que está abajo solo debe acatar las órdenes que recibe, sin importar si las mismas tienen lógica o alguna utilidad. De manera inteligente el texto introduce la idea, acerca de como muchas veces seguimos instrucciones absurdas y no nos animamos a cuestionar las mismas, solo por el hecho que las determina un superior.

El pelotón realizará ejercicios en el campo de la batalla, esperando que aparezca un enemigo al que no lo conoce el rostro. Pero no hay espacio para el cuestionamiento. Si la superioridad dispuso esas tareas, no hay dudas que la mismas están justificadas. Los altos mandos tienen una visión global y superior al resto, que debe seguirse de manera automática, sin perder tiempo en pensar nada.






Pero algunas cosas empezarán a salir mal en el campamento, comenzarán a escasear los alimentos y las medicinas. El ánimo de la tropa comenzará a mermar y las traiciones irán apareciendo. También surgirán algunos interrogantes. En instituciones rígidas como el ejercito, hay espacio para un vínculo de amistad verdadera o amor entre los integrantes de una fuerza ?? Que sucede cuando algún integrante de la organización, en desacuerdo con las directivas que se imparten, quiere abandonar la misma ? Hay espacio para ello o los que permanecen adentro se vá a confabular para cerrar filas ??

Resulta muy interesante observar las relaciones humanas que se establecen en el campamento, los abusos del poder, la violencia, las injusticias y lo costoso que puede resultar ser, ir contra el sistema establecido. Y hasta allí vamos a contar, porque la trama tiene una cuota de suspenso muy grande. Solo adelantaremos que a medida que el relato avanza la tensión irá en aumento, hasta llegar a un final impactante.

Sin más demora, queremos hablar de las actuaciones que tiene la obra, que son un punto altísimo. Son cinco las jóvenes protagonistas, que con una entrega notable, realizan composiciones muy logradas, destacando la valía de los trabajos individuales y como se potencian en el conjunto. Se nota que hay mucho ensayo previo, ya que los movimientos están muy bien coordinados, jugando coreografías de enorme precisión. Un gusto ver cuando jóvenes actrices abrazan un proyecto y dotan de pasión a sus personajes, algo que aquí sin dudas ocurre.





Mencionemos entonces a las actrices, arrancando por la Nro 1, interpretada por Poli Pintos. Es quien manda en el campamento, la supuesta estratega, dirigiendo con puño de hierro a sus subordinadas, siempre en busca de cumplir los objetivos establecidos por una superioridad omnipresente. Destacamos la presencia escénica de Poli, ideal para el personaje que lleva adelante.

La Nro 2 es Mariela Passeri, que anteriormente fue la 1 del pelotón, antes de ser degradada. Sufre el maltrato y las arbitrariedades de la líder del campamento. Su insomio y ello la llevará a ser testigo de una situación que cambiará todo en el grupo y le hará mostrar un lado humano que estaba escondido. Muy buena composición la de Mariela.

La 3 es Oriana Scarano, con ambiciones de llegar bien arriba en el pelotón, debe soportar las humillaciones de la 2 y los castigos que le impone la 1 que la percibe como una amenaza real a su liderazgo. En actuaciones muy parejas por lo buenas, creemos que la de Oriana es la interpretación más destacada. Con gran entrega y un histrionismo a flor de piel, dará vida a un personaje que será clave en la historia y tendrá comportamientos dispares a lo largo de la misma.






Completan el elenco, la 4 Josefina Fernández y la 5 Luciana Rivarola. Ambos personajes muy  queribles y los más humanos de la historia, tal vez por ser los de menor rango, son los que menos encajan allí y más dudas tienen sobre la lógica de funcionamiento de ese campamento. Nos gustaron mucho las composiciones de Josefina y Luciana.

Se hizo algo larga la descripción, pero deben creernos que era justo dedicar esas líneas a cada una de la actrices, ya que todas son muy jóvenes y en algunos casos están dando sus primeros pasos dentro del teatro independiente, por eso ante la calidad de sus trabajos y compromiso, queríamos hacer las menciones del caso y felicitarlas a todas ellas.






Y si a actuaciones tan destacadas, le sumamos una puesta muy rica, empezamos a tener claro, porque nos gustó tanto la obra. Arranquemos por Nicolás Di Lorenzo, que además de ser uno de los autores y directores, con su órgano en vivo,  musicaliza la obra, acompañado en gran forma el relato. Luciano Cohen su coequiper está a cargo del diseño de luces, que crea climas y otorga un clima lúgubre y de oscuridad a tono con el relato. El vestuario es otro punto alto, en una puesta que se ubica, por arriba del promedio de las obras del teatro independiente. Queremos destacar la riqueza de recursos puestos al servicio de la obra, algo que se refleja en el muy buen producto final que vemos sobre el escenario.

No queda demasiado para agregar. Son numerosos los motivos por lo que valoramos la propuesta de Pero Estás del Otro Lado. En primer lugar, porque deja el descubierto el sinsentido de la guerra, que es digitada por una supuesta conducción iluminada, que dirige las acciones bien lejos del campo de batalla, mientras los soldados, son los que ponen en juego su pellejo, para colmo, las condiciones en las que se los manda, lejos están de ser las mejores. 






Además la pieza, muestra lo que sucede en las organizaciones verticales, donde siempre hay que acatar órdenes y nunca tratar de razonar que sería lo mejor que podríamos hacer. También queda al descubierto, como aquel que tiene poder se aprovecha del mismo para someter y maltratar a su subordinado, algo que no solo ocurre en el ejército. Otro punto que resaltamos, es que los personajes propuestos por la dramaturgia son mujeres, descolocando en un principio al espectador, que en su imaginario, tiene soldados varones y que tal vez al ver personajes femenino, hubiera esperado otro patrón de comportamiento.

Disfrutamos mucho de esta original propuesta, y por eso la recomendamos, con una temática muy interesante, una puesta que resulta un lujo para el teatro independiente y actuaciones realmente muy logradas de un joven elenco que se entrega por completo. Con todo lo que dijimos, solo queda que los invitemos a que se pongan casco, uniforme de fajina y concurran a Hasta Trilce, para ser parte del campamento y ver una obra, que los movilizará y de ninguna manera los dejará indiferentes.


Pensador Teatral.








sábado, 28 de mayo de 2022

Tarascones

Dramaturgia de Gonzalo Demaría. Dirección de Ciro Zorzoli.






Martes 20 hs y Sábados 20 30 hs en Teatro Metropolitan Sura ( Av. Corrientes 1343 ) 

Tarascones a esta altura, ya se ha convertido en una obra de culto. Estrenada en 2017 en el Teatro Nacional Cervantes, la pieza tuvo un recorrido pleno de éxitos, llenando la sala en cada una de sus funciones, ganando premios y recibiendo críticas muy elogiosas. Cinco años pasados de aquel estreno y luego de haber pasado por El Picadero, donde tuvo el mismo suceso, superando el paréntesis por la pandemia, llega al Metropolitan Sura, para seguir sumando seguidores.





Gonzalo Demaria el autor, es un joven dramaturgo que se caracteriza por la observación de la vida cotidiana y por dotar de humor a sus textos, para que de esa manera los relatos y sus conflictos sean de más fácil digestión. En este caso, con Tarascones, nos presenta a cuatro señoras de clase alta, que se reúnen en la casa de una de ellas, para tomar el té, jugar a la canasta y sacarle el pellejo a los otros. Ese es el ritual que siguen desde hace tiempo.

Pero la tarde del relato, habrá un hecho diferente que alterará esa rutina y será nada menos que un crimen. Si, así como escuchan, la mascota de la casa, muere en dudosas circunstancias y la principal acusada del hecho es nada menos que Carmen, la mucama de aquel hogar. Paraguaya para más datos, la sospechosa fue reducida por las señoras paquetas y se encuentra detenida en una de las habitaciones.

La indignación estalla en aquel hogar de clase alta, se lanzan oleadas de insultos y discriminaciones varias para la infame criada guaraní, que sin dudas debe pagar su culpa. Llamar a la policía no es la mejor opción, porque seguro debe tener amistades con personal de aquella comisaría corrupta de la jurisdicción. Y entonces que pueden hacer ?? Una de las amigas tiene una idea reveladora. Pueden organizar un juicio sumario contra la acusada, designando entre ellas a la actores del mismo, una jueza, una fiscal, una testigo del hecho y hasta una abogada defensora, como para guardar las apariencias.






Y hasta allí vamos a contar. A partir de ese momento, se darán una serie de escenas delirantes, que intercalarán el supuesto juicio y algunas situaciones que rozan el absurdo, en el que las amigas sacarán algunos trapitos al sol, cantando a viva voz, hechos que comprometen a sus amigas y que las dejará muy mal paradas, en una voltereta de la trama, en la que las acusadoras, se convertirán en acusadas. Como terminará el juicio y la suerte de la mucama, es algo que descubrirán cuando vean la obra

Un dato importante a tener en cuenta, es que el texto está escrito en formato de verso, algo que agrega valor a la puesta y representa una dificultad adicional en la representación, que es resuelta de manera airosa, debido a la calidad en las interpretaciones del elenco reunido y a lo aceitado que tienen el circuito escénico, logrando dar al relato una fluidez que el espectador agradece.

Y precisamente una de las razones más determinantes del éxito de Tarascones, es la excelencia y entrega del elenco conformado por Eugenia Guerty, Alejandra Flechner, Susana Pampín y Paola Barrientos, todas actrices de probada trayectoria, que muestran mucha química entre ellas, caracterizando además cada una de ellas,  personajes bien diferenciados, que se lucen en lo individual y se potencian en el conjunto.





Con el riesgo de ser injustos, porque las cuatro actuaciones son estupendas, nis gustó especialmente la composición de Alejandra Flechner, como Martita, personaje desopilante, el que mayor representa el estereotipo del prejuicio y discriminación, siendo tan impune en sus dichos que genera risas nerviosas de la platea, que en algunos casos, culposamente se sienten identificados con parte del discurso.

Destacar de la puesta, el notable diseño escenográfico a cargo de Cecilia Zuvialde, que presenta la pieza, con gran colorido y muchos objetos decorativos, para representar un hermoso y majestuoso living. Otro ítem a destacar es el vestuario de Magda Banach, que otorga un toque de glamour a las protagonistas, acorde con el status de sus personajes.






La obra con mucho humor y jugando hábilmente con el grotesco, es una muy buena caricatura de la verborragia que tienen algunos grupos sociales, que tienen como deporte juzgar a los otros, creyendo tener una altura moral superior al resto. Y además es otro,  sin dudas, debe tener un castigo ejemplar por sus actos, eso de la conducta propia mejor no hablar. Aplicaría de manera justa aqui, el famoso dicho que nos habla de la facilidad con la que vemos la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el ojo propio.

Tarascones como dijimos se ha transformado en una obra de culto y creemos tiene cuerda para rato. La colmada sala del Metropolitan, está preparada para vivir el ritual y reír mucho a lo largo de la obra, tal vez con algo de culpa, por la monstruosidad de estas cuatro mujeres paquetas de lengua filosa, que construyen una comedia negra, políticamente incorrecta, con la que más de un espectador, aunque no lo reconozca abiertamente, se sentirá identificado.



Pensador Teatral.




miércoles, 25 de mayo de 2022

Los Secretos

Dramaturgia y Dirección de Juan Andrés Romanizzi.






Jueves 20 hs en El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034 )

La pluma sensible de Juan Andrés Romanizzi, nos presenta Los Secretos, la segunda entrega de la trilogía De las veces que Imagino, la primera fue Las Promesas, bellísima obra que tuvimos la suerte de ver antes de la pandemia en Nun Teatro, protagonizada por Paula Fernández Mbarak, una actriz muy completa que nos gusta mucho y que aquí volverá a ser de la partida. En esta ocasión, la acompaña Iván Moschner, otro actor de gran recorrido en el teatro independiente.






Con la fina dramaturgia de Romanizzi y semejante dupla actoral reunida, las expectativas que teníamos antes de ver la obra eran muy grandes y por diversos motivos, estábamos demorando nuestra visita. Ahora luego de haber visto Los Secretos, podemos afirmar que expectativas previas fueron superadas y que nos fuimos de El Portón de Sánchez, con una panzada de teatro independiente.

Este relato pleno de poesía, que nos habla de la soledad y del miedo a llegar a nuestros últimos años de vida, sin nadie al lado, tiene un hallazgo notable en el diseño de la trama que sin dudas surge de la observación cotidiana. Nos estamos refiriendo a esa tendencia moderna que tienen los edificios nuevos, que en vez de tener una persona de seguridad de carne y hueso sentado en la entrada, ahora presentan una pantalla virtual, en la que vemos el rostro de un vigilador, siempre pulcramente vestido, que mira fijo al frente, como una especie de centinela virtual, alerta ante cualquier cosa rara que pueda suceder en ese lugar.

En nuestro caso, siempre que pasamos por un edificio con ese moderno sistema de seguridad, le pegamos una mirada rápida a la pantalla y nos hacemos algunas preguntas.. Estará la persona que aparece en primera plano, efectivamente vigilando la entrada del edificio en directo o será una proyección grabada que solo tiene un efecto disuasivo ?? Y suponiendo que estuviera mirando, que podría hacer si sucediera algo, si está sentado en una oficina a kilómetros del lugar ?? Sirve de algo este método ??  El autor juega hábilmente con la curiosidad natural que genera este moderno sistema, pero apuntando hacia e lado humano.






La pregunta sería, como sería la vida de la persona que aparece en esa pantalla y vigila a diario los movimientos de ese hogar. Sería una persona seria y discreta respecto de su trabajo o cuando volvía a casa le contaría a su esposa, las cosas que se ven en la noche. Tendría esposa ?? Envidiaría la vida de los que viven en el edificio ?  Se tratará de un ser solitario cuya único divertimento es observar lo que hacen los demás ?? En Los Secretos, quien aparece en la pantalla, es efectivamente una persona que vive sola y con poca vida social, que estaba sumido en la profundidad de un pozo, cuya puerta de salida parece ser el trabajo que consiguió como vigilador que lo tiene en período de prueba. Iván Moschner es quien está a cargo de este personaje y lo lleva adelante en gran forma.

Y del otro lado de la pantalla, el relato nos presenta a una profesora de literatura, interpretada magníficamente por Paula Mbarak, amante de las letras y de las máquinas tragamonedas. Tiene a certeza, que quien se encuentra del otro lado de la pantalla, tiene grandes chances de ser el amor de su vida, ese que se le estuvo negando durante año  y que a medida que pasa el tiempo, cada vez menos chances tendrá de encontrarlo.






El relato está estructurado de manera inteligente, donde los protagonistas a modo de monólogo contarán sus desventuras amorosas, la soledad que los atraviesa y esa esperanza que ambos tienen de encontrar a otra persona, que los saque de esta situación solitaria en la que se encuentran. Pasarán un buen tiempo, mirándose a través de esa pantalla, pero un día finalmente la virtualidad quedará de lado y se encontrarán cara a cara. Que nos deparará aquel encuentro, es algo que no vamos a revelar aquí y descubrirán cuando vean la obra.

El texto tiene un componente poético muy rico, que potencia la historia y más aún, con el aporte de la dupla protágonica, conformada por Paula e Iván, dos excelentes actores, que parecen encajar justo en sus personajes, logrando lucirse en lo individual y en el conjunto. Son interpretaciones precisas y minuciosas, que el espectador sin dudas disfruta mucho.

La trama tiene mucho humor y esto contribuye al tratamiento de un tema complicado como el de la soledad. A cuantas personas que conocemos de la vida real vemos reflejadas en estos personajes ?? A muchos sin dudas, ya que una de las virtudes del texto, es teatralizar, historias mínimas y cotidianas, lejos de los héroes que nos muestran las novelas, pero bien cerquita de la realidad.







De la puesta queremos destacar, en primer lugar la música original de Gabriel Motta, que es un muy buen acompañamiento del relato y otro punto alto es el diseño escenográfico, que presenta pilas de libros por un lado y ese tótem electrónico como imán de miradas, que proyectará la imagen del vigilador, jugando con la presencia del actor en escena.

Los Secretos nos habla de almas solitarias, que hacen lo que pueden en este mundo hostil, sobreviven y  se aferran  a alguna adicción, para sentirse acompañados y no tener demasiado tiempo libre para pensar. También se hace referencia a la virtualidad en las relaciones, tema muy actual, que nos permite visualizar, como muchas veces idealizamos a la persona virtual y cuando finalmente conocemos a la persona real, no se parece en mucho a lo que nos imaginamos. 






Y otro aspecto que la dramaturgia pone al descubierto, es cuanto estamos dispuestos a sacrificar en nuestras preferencias, con tal de conseguir una compañía, aún sabiendo que se encuentra lejos de ese príncipe o princesa azul, que imaginábamos cuando eramos jóvenes. Llegando a una edad madura, lo conveniente parece que fuera aceptar la baraja que el destino nos reparte, porque si seguimos esperando, corremos serios riesgos de que ya no queden naipes en el reparto.

Solo queda recomendar la obra, quienes la vean, se encontrarán con un texto profundo y pleno de poesía, que nos hará reír y también reflexionar. Además es una excelente oportunidad para disfrutar las  exquisitas actuaciones de Paula Fernández Mbarak e Iván Moschner, dos almas solitarias, deseosas por dejar de lado las frustraciones acumuladas y descubrir el amor verdadero o en su defecto algo que se le parezca.


Pensador Teatral.


domingo, 22 de mayo de 2022

La Que No Existe

Dramaturgia y Dirección de Florencia Santángelo.





Domingos 20 30 hs en Tadrón Teatro ( Niceto Vega 4802 ) 

Una de las cosas que más nos gustan del teatro independiente, sucede cuando concurrimos a ver alguna obra, sin tener casi referencias previas de la misma y nos encontramos con una propuesta tan valiosa como La Que No Existe, que con un texto muy potente, se anima a abordar una temática compleja, con gran altura, constituyéndose entonces en una gratísima sorpresa, ya que es un equipo muy joven, el que lleva adelante el proyecto.

La Que No Existe, es la historia de una mujer adulta que vive escapando de su pasado, buscando la manera de ahogar los recuerdos amargos que aparecen en su mente, de manera desordenada y confusa. Es como si tuviera un rompecabezas de su pasado en la cabeza, al que le faltan algunas piezas, que ella misma en algún momento de su vida, de manera inconsciente se ocupó de esconder, para que no aparecieran nunca más, sabiendo que si ese rompecabezas se completara, el dolor sería insoportable.





La protagonista de esta historia, que el texto no nos revela su nombre, regresa a la casa de su infancia, pero no tiene claro los motivos y si los tiene, prefiere hacer de cuenta que no los sabe. La atmósfera en aquel hogar es asfixiante, hay fantasmas del pasado en cada rincón y estar allí se le vuelve algo insalubre. Recuerda que cuando era una niña, ella como muchos otros chicos de su edad, tenían una amiga imaginaria, a la que les confiaba sus secretos. Para no encariñarse con ella, en vez de ponerle un nombre, prefería llamarla la que no existe, para no olvidarse nunca que no era alguien real.

Compartió muchos años con ella, pero al irse de la casa, dejó de hablar con ella. Pero ahora volvió a la casa y allí está su amiga imaginaria nuevamente, pero nota que ya no es la misma que antes. Ya no le dice las cosas que ella quería escuchar, ahora parece querer contarle otra historia, una que no se parece en nada a la suya, una más cruel y lo peor de todo, que parece verdadera.






Y hasta allí vamos a contar. Una de las virtudes más grandes que tiene el texto, es el suspenso que tiene su dramaturgia. El relato cuenta algunas cosas y sugiere muchas otras. No se cuenta todo, aparecen indicios y el rompecabezas, se irá completando lentamente, quedando claro que con cada pieza nueva que se suma, el horror irá tomando forma con toda su crudeza.

Pero como muchas veces decimos, en teatro pueden existir muy buenas ideas o textos virtuosos, pero si luego no se encuentran los intérpretes adecuados para llevar esa teatralidad al espectador, todo puede quedar en intenciones. Bueno, aquí ocurre lo contrario, ya que el texto se potencia en gran forma con las interpretaciones de un elenco conformado por cinco jóvenes actrices que abrazan con mucha pasión el proyecto.

Arranquemos por Mariana Judez, que es la protagonista de la historia, la que regresa a su hogar de chica, pero se niega a recordar. Destacamos la presencia escénica de Mariana, a quien recordamos haber elogiado en este sitio, por su muy buena interpretación en La Gracia Perdida, entrañable obra del off. que vimos hace unos meses. Aquí desde un papel protagónico, vuelve a destacarse de manera nítida. Muy buen trabajo de Mariana.






Continuamos con Florencia Otero, como La Que No Existe, que funciona como un gran complemento de la protagonista, la acompaña, la consuela y con mucha ternura trata de acercarla a la verdad. Nos gustó mucho su composición, aportando un toque fantástico a la historia. Cautivante composición de Florencia.

Sigamos con Anabel Ares y Victoria Aristegui, que en ambos casos desdoblan dos personajes de enorme contraste entre ellos. Primero ambas serán dos niñas inocentes y amigas de la infancia, regalándonos unas escenas muy tiernas en la casa. Luego Anabel se transformará en la madre de nuestra protagonista y Victoria en una enfermera bastante cruel. Destacar la versatilidad de ambas, ya que componen dos personajes bien diferenciados y en ambos casos se lucen mucho. Felicitamos a ambas, ya que desde papeles secundarios, logran destacarse.

Para el final dejamos a Florencia Santángelo, que además de ser la dramaturga y directora, interpreta a la protagonista en edad adolescente, jugando escenas claves en el relato. Florencia interpreta su personaje con pasión y alta energía. Nuestro reconocimiento para ella, ya que además de escribir el texto, tiene una participación fundamental en la trama.





Se hizo algo larga la descripción, pero creemos que era justo hacerlo, ya que como dijimos en un comienzo, la obra presenta a cinco actrices, que con mucha personalidad, abrazan un texto fuerte y complejo, para regalarnos composiciones exquisitas.

Llega el momento de hablar de la puesta, que nos gustó muchísimo, ya que desde que el espectador se sienta en su butaca, nota que en la sala se respira un ambiente lúgubre y cargado de tensión, que el texto pide. La puesta es bella desde lo estético, con la música de Martín Cortez, que acompaña de manera estupenda la historia y un vestuario de época de Adriana Ávila que suma mucho. Este caso es un muy buen ejemplo, de como no siempre es necesario contar con grandes recursos económicos, para lograr una puesta bella, que cuida todos los detalles.

Y no queremos contar más, para mantener el suspendo, solo les recomendamos que se embarquen en este viaje hacia los recuerdos de nuestra protagonista, que nos propone la dramaturgia, sabiendo que muchas veces llegar a la verdad puede resultar doloroso, pero absolutamente necesario, para que las heridas recibidas algún día cicatricen. 






Nada más para agregar, solo recomendar La Que No Existe, una propuesta valiosa y muy valiente del teatro independiente, que se atreve a indagar en una temática compleja, que muchos prefieren esconder bajo la alfombra. El gran merito en este caso, es que el objetivo se logra, con una trama que atrapa y conmueve al espectador, que movilizado, no queda indiferente ante el horror.

 Para este buen resultado, confluyen una dramaturgia potente, una puesta muy bella y actuaciones comprometidas de un joven elenco que se muestra fuertemente involucrado con una historia que pide a gritos ser contada. Los aplausos emocionados del público al final de la función, son el broche de oro, para cerrar una noche de teatro independiente en estado puro.


Pensador Teatral.