Viernes 20 30 hs en Espacio 33 ( Treinta y Tres Orientales 1119 )
Teníamos mucha expectativas en la previa por ver Rhonda y varios eran los motivos para ello, en primer lugar nos habían recomendado mucho la obra el año pasado y pese a las ganas, no habíamos podido verla, luego la temática, poco explorada, nos seducía, ya la obra trata de una luchadora de kick boxing, un deporte muy violento y exigente, que requiere una concentración extrema de aquel que lo practica y por último, nos convocaba la intérprete, Jimena López, una joven y talentosa actriz, a la que vimos en trabajos anteriores y siempre luciéndose mucho ( en especial recordamos su actuación en Perro, entrañable obra del off, con varias temporadas en cartel, en la que casualmente su personaje, era asistente de un boxeador ).
En este caso, Jimena tenía un gran desafío, ya que este es su primer unipersonal y todos sabemos la exigencia que significa, este género, donde el actor esta solo en escena, llevando todo el peso de la obra.
Comencemos por el final y contemos que todas nuestras expectativas iniciales fueron superadas ampliamente, ya que nos encontramos con una estupenda obra, una puesta muy rica y con una actuación fantástica de Jimena López.
Pero seamos ordenados y contemos como se inicia este proyecto, que nace con Jimena, participando de un taller de dramaturgia dirigido por Macarena Trigo. En esos momentos, la actriz estaba practicando kick boxing y como ella hace tiempo, estaba deseando hacer un unipersonal, pero no encontraba el tema adecuado, pero en ese momento imaginó que las artes marciales mixtas desde el punto de vista de una mujer, podría ser el tópico de ese deseado unipersonal.
En los albores del proyecto, se inspiró para su el personaje que estaba naciendo en Ronda Rousey, judoca estadounidense que ganó medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín y que se hizo famosa luego de retirarse del yudo y dedicarse al UFC, cuando era un deporte que solo practicaban los hombres, convirtiéndose en la primera mujer en llegar a la salón de la fama de UFC. Aclaramos de todos modos que la pieza, no habla de la luchadora estadounidense, solo sirvió de inspiración y quedó el nombre como homenaje.
Las ideas sobre el texto de la obra fueron lanzadas por Jimena y Macarena, luego de un año de improvisaciones, fue quien escribió el texto final, para que finalmente Diego Recagno el director, aportara los contados momentos de humor que tiene la pieza, que sirven para descomprimir la tensión dramática que tiene la pieza. Como ven una creación en conjunto y un gran trabajo de equipo..
Las acciones se desarrollarán en la intimidad del vestuario, donde Rhonda estará sola con su alma, pero no tanto, ya que la acompañarán sus miedos y angustias. Además de explicarnos las técnicas de estas artes marciales, enseñarnos los distintos golpes, las patadas y esas llaves que pueden provocar el abandono del oponente en segundos, veremos la templanza interior que debe tenerse para poder salir al cuadrilátero.
El trabajo de Jimena es fantástico, realizando una composición del personaje admirable, desde su peinado, su vestimenta, su manera de hablar, sus desplazamientos y hasta esa mirada furiosa, transmite al espectador, la sensación, que estamos ante una verdadera luchadora profesional.
La entrega física de la protagonista es absoluta, realmente deja la piel en escena, golpeando la bolsa, saltando la soga y bailoteando en ese vestuario vacío. Aclaremos que pese a estar sola en escena, gracias a su impronta, podemos verla interactuar con distintos interlocutores imaginarios, como su mánager, entrenadores y rivales.
Hasta allí contaremos, dejaremos que el espectador se entere del resto cuando vea la obra y conozca cuales son esos fantasmas que atormentan la mente de una aguerrida Rhonda que sabe que en este deporte, siempre hay que estar con los ojos bien abiertos y atentos a lo que hará el contrincante.
La trama es intensa, desde los emocional y tiene una carga de adrenalina que se mantiene constante a lo largo de toda la pieza, dando mucho ritmo a una historia, donde la figura estelar de la protagonista contribuye de manera fundamental para lograr esta dinámica, al igual que los muchos elementos que constituyen el entorno.
Nos estamos refiriendo a una puesta muy atractiva, que acompaña al texto, como por ejemplo el diseño escenográfico de Mariana del Gener, recreando con fidelidad un vestuario real, decorado con afiches y elementos pugilísticos varios. Nos gustó mucho el vestuario de Gina Michienzi, que hacen que veamos a una luchadora verdadera y destacamos también el diseño lumínico de Julián Lucero, que crea los climas, que requieren los diferentes momentos de la trama y nos deja alguna escena memorable, como aquella la" sombra " ( no vamos a spoilearla, cuando vean la obra, identificarán claramente la escena que referenciamos )
Con el párrafo anterior, queda claro como están cuidados todos los detalles y como muchas veces, con pocos recursos económicos, pero con mucho ingenio y dedicación, se pueden lograr puestas tan atractivas y ricas desde lo estético, demos aquí su mérito al director, que supo amalgamar todos estos recursos.
Rhonda transita su segunda temporada de suceso y en breve iniciará una gira por España, por lo tanto quedan pocas funciones, en el cálido Espacio 33 antes del viaje. Recomendamos fervorosamente la obra a todos los amantes del teatro independiente, disfrutarán de un guión original, una puesta bella desde lo estético y se encontrarán con una actuación fantástica de Jimena López, que como dijimos antes, se entrega por completo desde lo emocional y lo físico, con un resultado inmejorable.
Los prolongados aplausos, que los espectadores, le tributan a la protagonista, al final de la función, son un justo reconocimiento, por la hermosa velada teatral vivida, otorgando una victoria por fallo unánime a Rhonda y al teatro independiente, que cada tanto, nos ofrece perlitas como esta.
Pensador Teatral.
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