Dramaturgia de Sandra Franzen. Dirección de Sergio Grinblat.
Miércoles 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )
Un texto entrañable llega de la mano de Sandra Franzen que nos propone viajar en el tiempo, hasta la década del cuarenta, para vivir las peripecias de Estrella y Blanca, dos actrices populares y transhumantes, que se ganaban la vida, viajando por distintos pueblitos del interior, llevando con ellas a cuestas su arte y amor por el teatro.
Las actrices de la compañia trabajan juntas hace muchos años y la relación luce algo desgastada. Estrella ( Karen Koch ) es la primera figura , la más aplicada y virtuosa de las dos. Está un poco harta de tener que estar todo el tiempo, soplándole la letra a Blanca ( Denise Cotton ) que parece distraída. No está contenta con el repertorio elegido y que le toca representar. Varias veces Estrella, la quiso echar de la compañia, pero el enojo con el tiempo siempre se le terminaba yendo y las viejas amigas continuaban actuando juntas.
Pero una noche en un pueblito olvidado de la pampa gringa, las cosas se pondrán bravas, porque Amador el productor de la compañia, al término de una función, se dará a la fuga con la Reina del Zapallo, dejándolas a la deriva en aquel pueblito perdido y con un agregado, de yapa se llevó todos los ahorros de las actrices, por lo que la desazón es completa. Un detalle no menor es que Amador era el esposo de Estrella y según dicen las malas lenguas, Blanca era su amante.
Las mujeres quedan devastadas por la novedad. Van a tener que organizar funciones ellas mismas, para poder sobrevivir. Pero los habitantes de aquel pueblo pequeño tendrán algún interés en verlas ?? La idea de ambas, es recaudar unos pesos y tomar lo antes posible el tren hacía otra ciudad, pero el clima tendrá otros planes, ya que las lluvias torrenciales de esos días, anegaron las vías del ferrocarril y el tren estará un tiempo sin pasar.
La trama se desarrollará entre discusiones entre Estrella y Blanca, tantos años juntas generaron muchas cuentas pendientes, celos profesionales y amorosos, hay tantas esperanzas que hasta parecen odiarse en algunos tramos. Pero atrás de esa pantalla de discordia, hay una amistad forjada a lo largo de los años y de vivencias compartidas. El texto muestra el sacrificio de los artistas populares en aquellos años, los difícil que se les hacía sobrevivir actuando y como la vocación por la profesión, es el motor de todo. El amor y la pasión por el teatro es la explicación de porque abrazaron el camino de la actuación. Situación que en la obra ocurre en el siglo pasado, pero que tranquilamente se podría extrapolar a una compañia de teatro actual, mostrando como pese al paso de los años, algunas situaciones se mantienen tal cual.
Las actuaciones de Karen Koch como Estrella y Denisse Cotton como Blanca María, son exquisitas, logrando además personajes contrapuestos. Karen compone a una Estrella perfeccionista y pacata. Para ella el teatro es sagrado y no admite sacrilegios, por eso toma su trabajo con un profesionalismo extremo. La irrita mucho la personalidad de Blanca que se toma las cosas de manera más descontracturada. Denisse compone a una actriz muy fresca y sociable, a la que le gusta socializar y hacer amigos en cada ocasión que puede. Con un estilo distinto, Blanca de todas formas muestra su talento.
Es muy divertido ver los intercambios verbales entre ambos personajes, entre ellas hay celos profesionales, pero más que nada cuentas pendientes en lo personal. No vamos a contar más para mantener el suspenso, solo vamos a decir, que haber quedado solas en aquel pueblo, las unirá ante la adversidad y se darán cuenta que no son más que ellas dos y por eso lo mejor sería que ambas tiren para el mismo lado. La unión hace la fuerza y están en el momento justo de probar esto. Para saber si finalmente lograrán salir adelante, deberán ver la obra, ya no queremos spoilear más.
Pero las protagonistas no están solas en escena, las acompaña Claudio Riva con su guitarra a cargo de la música en vivo, un componente muy importante de esta obra, que presenta lucidos momentos musicales, donde las protagonistas cantan varios temas de aquellas época, para deleite de los espectadores que disfrutan los números artísticos.
La puesta de Sergio Grinblat, es muy efectiva, ya que logra realzar la dramaturgia y permite el lucimiento de las protagonistas, en una puesta donde la poesía y la música tienen un lugar de privilegio. Párrafo especial para el diseño de vestuario de Jorge López, con la bella ropa de época de las protagonistas y los vestidos que cuelgan del perchero móvil. De la misma forma, destacar el diseño escenográfico de Mariela Solari, con varios objetos, que otorgan calidez a la puesta.
No queda mucho más para agregar, podemos señalar que Gira Trunca, fue la obra ganadora del III Premio del Concurso Nacional Dramaturgias Escritas por Mujeres del Instituto Nacional de Teatro y tras ver la obra nos queda claro de lo justo del reconocimiento, ya que es una pieza entrañable que recreas las formas del teatro itinerante del siglo pasado, impulsado solamente por la pasión y la vocación de los artistas, algo que pasados tantísimos años, aún se mantiene intacto, ya que el actual teatro independiente sigue existiendo, gracias al amor de quienes mantienen vivo este bello arte, aunque no haya una retribución económica acorde.
Recomendamos la obra, van a disfrutar un bello momento teatral, con música, poesía y muchas referencias a los entrañas del mundo del teatro y de quienes lo integran, algo que el espectador asiduo va a reconocer. Confluyen una dramaturgia fina, una puesta atractiva y especialmente las deliciosas actuaciones de la dupla protagónica que honra a la profesión, recordando a aquellos artistas que flameaban la bandera del teatro, casi un siglo atrás y a los que la siguen enarbolando en la actualidad.
Pensador Teatral.
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