Dramaturgia y Dirección de Malena Pérez Bergallo.
Jueves 21 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )
Una propuesta sensible y con mucha magia llega de la mano de Malena Pérez Bergallo, que con una dramaturgia muy rica en creatividad e imágenes, nos hablará de como se articulan los vínculos familiares ante la pérdida y el dolor que nos produce la muerte de un ser querido y más cuando la desaparición es inesperada.
En la obra se nos presentará a una familia china que vive en Argentina y trabaja en una tintorería, para desconcierto de algunos clientes, que cuestionan porque no tienen un supermercado o una lavandería, como hacen la mayoría de las familias de su comunidad, en vez de dedicarse a un rubro que por lo general, es atendido por la comunidad japonesa, siendo este un guiño claro de la dramaturgia para la sonrisa del espectador.
La trama tiene momentos muy divertidos y juega con habilidad con el choque de la cultura oriental y la argentina, mostrando los contrastes notorios, en especial en costumbres y rutinas. Sin dudas que estos momentos de humor, tienen mucho valor, ya que ayudan a amortiguar el fuerte drama que presenta la historia central de la obra.
La familia deberá soportar las esquirlas provocadas por la muerte de Tian, el hijo adolescente que se suicidó en el mar, no dejando pistas, ni explicación del porque de su trágica determinación. Y la tragedia pegará de diferente manera a cada integrante de la familia. Yun el hermano más chico no quiere ir a la escuela, Xian la hermana, perdió el habla y el abuelo Yi Jie, no quiere atender la tintorería y prefiere mantener el negocio cerrado. Las reacciones son diferentes, pero en todos los casos el dolor por la pérdida inexplicable es el denominador común y ronda en el aire esa sensación de no querer bajar los brazos y seguir adelante, aunque ninguno sabe bien como.
Y que decir de Lan, la madre, que no puede soportar la pérdida y decide irse en busca de alguna respuesta. Decide dejar la tintorería y a su familia, para emprender un viaje al recóndito bosque de Luntai, una comarca poblada de álamos dorados que crecen en la arena. En esa región vive una tribu misteriosa y casi secreta, que casi no tiene contacto con el mundo civilizado y viven aislados, abrazados a sus tradiciones ancestrales. La leyenda dice que esa población se puede comunicar con los muertos y por ello Lan los buscará, su deseo más profundo, es poder dialogar aunque sea unos segundos con su hijo muerto, para preguntarle porque tomó esa decisión y para saber si ahora está en paz.
Pero esa región es muy peligrosa, hay serpientes, animales salvajes y hasta dragones se atreven a afirmar algunos lugareños. No es un lugar recomendable para una mujer sola. Y será por ello que Yong, su novio, un par de días después que Lan, partió de viaje y sin tener noticias de ella, emprenderá un viaje hacia esa vasta región, con la esperanza de encontrarla y traerla de vuelta, tal como prometió al menor de la familia, que como el resto espera con ansias su regreso.
Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, la trama virará entre lo que sucede en Argentina, con la familia atendiendo la tintorería, a la espera de noticias desde China y lo que sucede en el bosque cargado de seres sobrenaturales y leyendas que parecerán más reales de lo que podíamos imaginar. Que sucederá en el bosque, con la madre, con su novio que fue en su búsqueda y con la tribu misteriosa, es algo que recién descubrirán cuando vean la obra.
Nos gustaron mucho las actuaciones, que son las que sostienen un relato que tiene su complejidad. Son cinco los actores en escena y los trabajos son muy buenos. En lo personal las composiciones que más nos gustaron son la de Alejandro Segovia como el niño Yun, en una caracterización que deja en claro las convenciones teatrales, decimos esto porque no conocemos muchos niños con bigote tupido. Alejandro destaca por su presencia escénica y su energía. En el mismo escalón, colocamos a Lucia Adúriz, como Xian, su hermana, personaje sensible que se luce mucho, regalando al espectador algunas canciones en idioma chino que suenan muy lindo.
Pero no seamos injustos con los otros integrantes del elenco, Pablo Bronstein, es el abuelo, a cargo del hogar, trata de transmitir siempre calma a los demás, pese a la tragedia que se huele en el aire. Luciano Káczer es el novio de Lan y con valentía viajará al bosque a buscarla de regreso, a sabiendas de lo peligros que resultará su travesía. Georgina Hirsch es Lan, la madre que tratará de sanar las heridas, en un viaje con muchos condimentos sobrenaturales. Los tres cumplen muy buenos trabajos y colaboran en el conjunto que es la obra.
La puesta resulta atractiva y tiene un aura de misterio que envuelve al espectador. Un punto muy alto es el diseño escenográfico de Victor Salvatore, que recrea la tintorería donde trabaja la familia, con gran cantidad de percheros y todo tipo de ropa colgando. Excelente ambientación que también servirá para que el espectador imagine el otro lugar donde se desarrolla el relato, que es el bosque de álamos, que luce escondido. Colabora en las diferencia de planos, el muy buen diseño lumínico de Lailén Alvarez. Otro ítem para mencionar es la música original de Eugenia Jolly.
En definitiva, Luntai es una propuesta original y arriesgada la que nos presenta Malena Pérez Bergallo, presentando una historia que nos acerca muchos aspectos de la milenaria cultura oriental, con sus leyendas y tradiciones. El relato tiene una cadencia y un tono reposado, que puede asociarse con la sabiduría china y el pensamiento que transmite su cultura.
Los invitamos a descubrir el viaje que propone la obra, que desde un punto de vista particular, mostrará las diferentes maneras que tienen las personas para atravesar los duelos, quedando al descubierto que muchas veces, el dolor nos condiciona tanto, que simplemente hacemos lo que podemos, para seguir adelante. Por eso, recomendamos vayan con el pasaporte al día y provisiones, para poder llegar al bosque de álamos dorados, en los que con la ayuda de los lugareños y los dioses que allí habitan, tal vez nos podemos comunicar con nuestros muertos.
Pensador Teatral.
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