Dramaturgia de Carol López y Dirigida por María Figueras.
De la pluma de Carol, joven autora catalana, llega a nuestra cartelera, Hermanas, obra que se estrenó en el 2008 en Barcelona y que triunfó en toda España, con gran éxito, de crítica y de taquilla.
El desafío de traer esta pieza a nuestro circuito del teatro off, planteaba todo un reto, ya que en España, la obra contaba con una producción importante, en nuestro off es sabido, que los grandes presupuestos, se reemplazan con ingenio y la creatividad. En este caso, además había que adaptar la pieza y conseguir una versión local, que sin perder la esencia original, conserve su efectividad.
Quien tomo el desafío, fue María Figueras, una joven actriz, con sólida formación y muy talentosa, que eligió esta pieza, para su debut como directora. No se buscó algo sencillo, pero vamos a adelantarnos al final y decir que superó con creces la prueba, ya que logró una versión muy atractiva de Hermanas.
Como dato de color, mencionaremos que en primera instancia, María había elegido otra obra de la autora catalana, pero en esos momentos, un doloroso suceso familiar ( la muerte de su padre ), provocó que cambiara y eligiera otra obra de Carol, que fue justamente Hermanas, al conocer el argumento de la pieza, seguramente comprenderemos los motivos de María.
La obra arranca, con tres mujeres, que enfrentan al público intentando leer un discurso, al poco tiempo sabremos que estas mujeres son hermanas Inés, Irene e Ivonne y el discurso, era el que debían dar, con motivo de la muerte de su padre.
Se está realizando el velatorio en la casa y los espectadores vemos otro ambiente, la cocina, donde vemos a estas hermanas, preocupadas por atender a los deudos y más que nada por sostener a su madre Isabel, que se ve visiblemente afectada, por la partida de quien fue su compañero de toda su vida.
A estos personajes, debemos sumar a Ivàn, el hijo adolescente de Irene, la hermana del medio, que justo en ese momento tan particular, recibe la visita de su nuevo novio Alex, que quiere darle su apoyo y compañía.
Con pocas escenas, nos daremos cuenta, que estamos en presencia de una familia particular y con muchas problemas. Los diálogos entre las hermanas son ácidos y por momentos despiadados, todas tienen sus problemas y tratan de ocultarlos, hay discusiones entre ellas, gritos y peleas, las tres tienen personalidades muy contrapuestas. Parecen solo unirse, cuando se preocupan por su madre, que acusa el golpe y se la nota confundida.
La obra tiene un ritmo intenso y mucha dinámica, los protagonistas entran y salen de escena permanentemente, se van generando múltiples diálogos y el ritmo de la pieza por momentos es frenético y esto sin dudas atrapa la atención del espectador.
Pese a que se viven horas tristes en la casa, la pieza está escrita en tono de comedia y se producen muchas situaciones desopilantes, como aquella escena, donde las hermanas se quejan por el hambre de los asistentes al velorio y que debido a los reclamos generalizados , iban a pedir 3 docenas de empanadas, para los concurrentes, por dar solo un ejemplo, las risas se extienden contagiosamente y esto es prueba que la comedia planteada funciona.
La autora con mucha inteligencia explora sobre un tema que siempre da mucha tela para cortar, como es el de las relaciones familiares y los vínculos que se establecen, no siempre sanos entre los diferentes integrantes
Y vemos como muchas veces alguna tragedia familiar, puede traer a superficie conflictos que estaban bajo la superficie y que ahora a la fuerza emergen, dejando un panorama bastante desolador.
Como mencionamos anteriormente, es muy meritorio lo de María Figueras, que logra mantener a lo largo de pieza, un ritmo vertiginoso que en todo momento mantiene al espectador en alerta, ya que es mucho lo que pasa sobre el escenario.
Debemos mencionar seguidamente, la importancia que tiene el muy buen elenco reunido, para que la obra funcione en tan buena forma.
Arranquemos por Julia Catalá, como Inès la hermana mayor, sufrida y tratando de ocultar los problemas con un marido que la engaña y lo está dejando. Pese al caótico momento personal que està viviendo, es la que intenta tomar las riendas de la situación y encarrilar al resto. Una gran interpretación la de Julia.
La hermana del medio, es Tamara Kiper, como Irene, amante de la fotografía y en lucha permanente para criar a un hijo adolescente rebelde. Tamara es una excelente actriz, que tiene gran experiencia en familias disfuncionales, ya que es una de la actrices que está desde el arranque en La Omision de la Familia Coleman. Una elección muy acertada la de Tamara, ya que se la nota muy cómoda en el papel y con mucho recorrido, para darle un gran lucimiento a su personaje.
La menor de las hermanas es Ivonne, Florencia Di Paolo , parece ajena a las responsabilidades de las mayores y no darse cuenta que ha muerto el padre, se nota que es rebelde, muy liberada sexualmente y abierta siempre a la diversión. Gran composición la de Florencia, en un personaje complejo, que resuelve con mucho acierto.
Como pueden ver en la presentación de las hermanas, vemos como cada uno de ellas tiene una personalidad muy distinta, tienen pocos puntos de coincidencia y discuten mucho entre ellas, se tienen poco cariño y se lastiman mucho con la palabra.
El único punto de coincidencia que tienen, es respecto de la madre, saben que tienen que apuntalarla, pero también tienen claro, que ninguna, quiere hacerse cargo de ella.
La actuación de Elena Petraglia, como Isabel, la madre, es magnífica. Con riesgo de ser injustos podríamos aseverar que es la interpretación más destacada de la pieza, en una obra con actuaciones muy parejas. Elena compone un personaje delicioso, que pasa en un instante de la angustia por la pérdida a un estado de euforia. Es la verdadera titiritera de esta familia, le encanta ser el centro de atención y explota muy bien esa situación. Muy graciosas sus intervenciones, cuando busca por los rincones de la casa, alguna botella escondida de alcohol. Una gran actriz Elena, que aquí encuentra mucho espacio para lucirse.
Vayamos a los hombres, mencionemos a Nicolás Romeo, como Ivan, el hijo de Irene, está en una edad peligroso, donde el despertar sexual y la atracción por adicciones, se presentan en su personaje, que muestra una rebeldía potenciada, por estar rodeado de tantas mujeres, tan particulares todas.
Un dato curioso, que el lector atento, seguramente habrá notado, los cinco personajes mencionados, tienen un nombre que comienza con I, este hecho que el autor introduce casi en forma casual-
El elenco se completa con José Escobar, como Alex, es un hombre humilde y de buen corazón, que llega a este casa de locos, en un momento tan particular y doloroso, porque quiere acompañar a Irene, sin dudas la quiere y es capaz de soportar las ácidas críticas de los miembros de una familia, que no vè con buenos ojos su presentación, justo en este ocasión. José es un gran actor, al que vimos este años en El Amor es un Bien, donde también cumple una gran labor. Es otro de los puntos altos de la obra y compone en forma deliciosa su personaje.
Se hizo un poco larga la mención, pero creo que es un acto de justicia, con los muy buenos actores que reúne la obra y con el hecho de que ellos, son los grandes responsables que la trama se desarrolla con tanta fluidez.
En cuanto a la puesta, se aprovecha en gran forma la sala del Camarín, poco profunda y alargada, que permite buen despliegue de los personajes y muchos desplazamientos.
Y tiene muchos detalles a destacar, como los elementos que se suman a la escenografía y aportan lo suyo, como el piano en el que se sientan diferentes integrantes de la familia, al igual que esa silla de ruedas, que era del padre y ahora es usada por los otros miembros, casi en forma sacrílega,
En definitiva, Hermanas es una muy interesante propuesta, si bien el tema de las familias disfuncionales puede parecer algo trillado, en este caso el hilarante guión y el muy buen elenco reunido, consigue darle una impronta particular y un ritmo que no decae nunca, situaciones que se suceden sin situación de continuidad, siempre yendo por el lado del humor y provocando muchas risas en el espectador, que ríe aún nota lo tragicómico de la situación.
Secretos bajados guardados bajo siete llaves que se revelan y familias que bajo una apariencia de normalidad, que quieren mantener a toda costa, ocultan situaciones que no andan nada bien.
Pasamos una muy linda noche de teatro, con esta comedia negra y el aplauso prolongado que recibieron los actores al finalizar la función, dejan claro que la obra gustó y que estas Hermanas tienen mucho que contar.
Pensador Teatral.