Martes 20 45 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 948 )
Dramaturgia de Samuel Beckett y Dirección General de Rubén Pires.
Una propuesta tan original, como audaz, la que nos trae Pires, quien seleccionó seis textos cortos del genial dramaturgo y poeta irlandés.
El director quien hace cuatro años se encuentra trabajando con material de Beckett, sin dudas quedó embelesado con su universo, montando primero Esperando a Godot, una de sus piezas más reconocidas y escribiendo luego Beckett y el Mundo de las Abejas ( inspirandosé en la novela del francés Martín Page ), una deliciosa obra, que tuvimos la suerte de ver el año pasado en La Comedia.
En este caso sube la apuesta y elige seis textos, no tan conocidos de Beckett, para traducirlos y adaptarlos con la ayuda de Hugo Halbrich, logrando llevarlos al escenario y condensarlos en setenta minutos de exquisito teatro, de la mano de un elenco virtuoso y totalmente comprometido con la propuesta.
Agreguemos que este trabajo cuenta con la supervisión dramatúrgica de Lucas Margarit, un verdadero investigador de la obra beckettiana.
El desafío es grande, ya que los textos de Beckett no son sencillos, por el contrario son profundos y complejos y aquí son nada menos que seis textos breves los que se trabajan y se presentan.
Repasemos los nombres de cada uno de ellos, La Macedora, Monólogo, Va y Viene, Ohio Impromptu, Pisadas y Play.
Coincidimos con el director, que las dos primeras piezas son las más intensas, La Mecedora. inquietante texto que habla de la repetición y de la muerte, con Jessica Shultz que domina la escena en esa mecedora que se mueve rítmicamente, con esa voz de off, que parece hipnotizar al espectador.
Monólogo, nos habla de la soledad, de la rutina y de la vida que se apaga, en este caso con una excelsa actuación de Gerardo Baamomde, que se luce mucho, jugando con la oscuridad.
Va y Viene, es el encuentro de tres viejas amigas ( Jessica, Marina Tamar y Celeste García Satur, que se reencuentran y rememoran viejos encuentros- Impresionan sus risas y sus movimientos perfectamente coordinados. Aquí el espectador, luego de dos textos duros, se relaja un poco y se escuchan risas nerviosas, que parecen imitar las contagiosas carcajadas, de las actrices..
Ohio Impromptu, tal vez sea la representación más críptica de la pieza, Baamonde y Eduardo Lamoglia son dos ancianos, sentados en una mesa y leyendo unos indescifrables papiros. Un texto perturbador y atractivo.
Pisadas, nos muestra una mujer, que lucha por escapar al recuerdo asfixiante de su madre ya fallecida y entendemos la mejor interpretación de la noche, con una Jessica Schultz brillante, que compone de manera un personaje fantasmagórico y misterioso, que parece salido de una película de terror..
Y la última representación es Play, donde dos mujeres ( Celeste y Marina ) y un hombre ( hace su aparición el histriónico Carlo Argento ). Vemos solo sus cabezas, porque están en una especie de urna, nos cuentan del triángulo amoroso que vivieron. Aquí hay muchas risas y el público disfruta del gran trabajo de coordinación, que hay entre los tres, para intercalar sus diálogos. Un texto y actuaciones excelentes para cerrar bien alto la faena.
Como dijimos, cada fragmento, tiene su temática particular, en la mayoría aparece el tinte pesimista que se le adjudica a Beckett, la repetición, el absurdo, la relación madre - hija y una permanente reflexión sobre la muerte, que es uno de los temas predilectos del autor irlandés. Además en todas hay personajes, llenos de misterio y en muchos casos de apariencia alienada.
La puesta plena de poesía, es minimalista y tiene numerosos puntos para destacar, presentando una escenografía despojada, en la que solo aparecen en escena, mínimos objetos que son intercambiados por los propios actores, cuando termina cada mini obra.
La penumbra es la característica que resalta y que recrea la atmósfera misteriosa y lúgubre, que es el clima que propone el director y logrado en gran forma.
De fondo suena una música con toques circenses y hay tres rubros, que son destacadísimos, en primer lugar los recargados maquillajes que presentan los actores, enorme y bello trabajo de Analía Arcas. El segundo, es el magnífico diseño de pelucas de Miriam Manelli. Estos dos ítems, le aportan una riqueza visual a la puesta, que debemos destacar.
Y en la mismas altura, a no olvidar el particular y original vestuario a cargo de Juan Miceli, otro destacado que presenta la pieza.
Una puesta muy cuidada, en la que se tienen en cuenta, todos los detalles.
En definitiva, estamos ante una propuesta muy original, se nota el buen trabajo previo de investigación, para seleccionar los textos y conseguir adaptaciones tan logradas. Felicitamos al director, por lograr plasmar su original idea y poder exponer en estos textos no tan conocidos, el espíritu del gran Beckett.
El espectador se sube a la propuesta y disfruta la posibilidad de ver varios comienzos y finales, algo que otorga una dinámica y una riqueza en los temas a tratar, algo que solo puede ocurrir con el formato pensado por el director, donde el gran beneficiado es el espectador que se da una panzada de teatro.
Pires puede coronar este proyecto, debido a la acertada elección de un elenco importante, que le responde con actuaciones magníficas actuaciones, donde como dijimos brilla Jessica Shultz, mostrando todo su virtuosismo, pero no seamos injustos con el resto del elenco, que tal vez con menos minutos en escena, redondean todos excelentes papeles. Se nota que todos están comprometidos con el proyecto y se entregan al mismo, con una pasión que los enaltece.
Concluyendo al fin, Hacela Corta Beckett, es una propuesta original, de excelente factura. Recomendamos fervorosamente la obra a todos los amantes del buen teatro, que sin dudas se van a deleitar con los textos del reconocido autor irlandés y con las exquisitas actuaciones del gran elenco reunido para la ocasión.
Pensador Teatral.
sábado, 16 de septiembre de 2017
martes, 12 de septiembre de 2017
La Empresa siempre Perdona
Sábados 18 hs en El TInglado ( Mario Bravo 948 )
Dramaturgia de Rodolfo Santana y Dirección General de Rosa Celentano.
Obra escrita en 1975 por el dramaturgo venezolano Rodolfo Santana. La pieza se presentó en distintos países de Latinoamérica, siempre con buena respuesta del público y aportando una mirada humanista al mundo de las relaciones laborales.
Estamos en presencia de un texto muy bien escrito, que presenta una absoluta vigencia, mostrando como muchas veces las empresas, recurren a todo tipo de tácticas para manipular a sus trabajadores.
La obra, nos presenta la historia de Orlando Nuñez ( Roberto Romano ) , un operario que trabaja en una metalúrgica hace más de 20 años. Ingresó a la Empresa cuando recién fue creada y continua hoy en la plantilla, con una compañía es mucho más grande en tamaño y en cantidad de trabajadores.
Debido a su trayectoria, tiene mucha ascendencia entre sus compañeros, que lo toman como un ejemplo a seguir. Pero un día, en la fábrica se produce un accidente con uno de los trabajadores, que se lesiona gravemente la mano y este hecho, hace que Orlando tenga un ataque de locura y comience a romper las máquinas, además de gritar y despotricar contra el dueño de la Empresa.
Debido a este grave suceso, Nuñez es convocado por la psicóloga de la empresa, interpretada por Sofia Gala Castiglione, que lo someterá a un interrogatorio y a una terapia bastante particular, para tratar de conocer los motivos que llevaron al empleado a ese comportamiento tan violento.
Se genera un contrapunto muy interesante, el obrero piensa que lo llaman para despedirlo y no imagina la idea que tiene en mente la psicóloga. El encuentro muestra además, el choque de la clase baja contra la clase media, son dos personajes con distinto lenguaje, con diferente nivel educativo, un obrero y un profesional, que manejan códigos totalmente contrapuestos.
Se puede apreciar con claridad, como muchas veces la clase media, ejerce su poder sobre la clase baja, pero perdiendo de vista, que ambos son parte del mismo engranaje y sirven a los intereses de la dirección que los utilizará a ambos, hasta que sean de utilidad.
Este texto tan rico, se potencia, con las magníficas actuaciones que presenta la obra, ya que la dupla protagónica que Rosa Celentano, la directora, eligió para la obra, evidentemente fue un gran acierto.
Roberto Romano, un actorazo, interpreta al operario sometido al interrogatorio de la psicóloga, componiendo en gran forma su personaje, un trabajador humilde, auténtico y que por momentos muestra su lado violento, generalmente cuando la psicóloga provoca sus reacciones.
Acostumbrados a verlo a Roberto Romano, en papeles de villano, aquí sorprende, ya que muestra una veta muy graciosa, no tan conocida, pero en la que demuestra su virtuosismo y versatilidad . Excelente su actuación.
Y que decir de Sofía Gala, aquí componiendo a una psicóloga intimidante y muy segura, que parece disfrutar de su posición dominante en aquel encuentro, donde parece jugar al gato y al ratón con Nuñez. La presencia escénica de Sofia es imponente, pese a su juventud, sorprende con el oficio y la personalidad, con la que camina el escenario. logrando darle la impronta que su personaje requiere.
Dimos testigos de dos excelentes actuaciones, personajes bien opuestos los que componen ambos, mostrando ademas una química y una afinidad que sorprende, ya que pertenecen a dos generaciones diferentes, pero esto en vez de ser un inconveniente, parece potenciar sus actuaciones.
Es una puesta íntima y minimalista, la que nos propone la directora, con una escenografía que recrea el consultorio de la psicóloga, con moderno mobiliario decorado con un cuadro del dueño de la empresa, pra destacar también el diseño lumínico, que enriquece la puesta.
La obra si bien, invita a la reflexión, tiene muchos momentos graciosos y una trama muy fluida, que consigue que la atención del espectador, no decaiga nunca.
En definitiva, La Empresa siempre Perdona, es una muy interesante propuesta, un texto rico que explora en las relaciones laborales y que expone como muchas veces las empresas manipulan a sus empleados, sin dudar en recurrir a cualquier artilugio para conseguir sus objetivos.
Y para la reflexión, el hecho de que para ello, se vale de otros empleados que sin darse cuenta o en algunos casos, aún a pesar de darse cuenta, disfrutan jugando ese papel de poderosos y son los mayores defensores de los intereses de los dueños, perdiendo de vista, el costado humano de sus pares y que en algún momento pueden ser ellos, los sometidos por la empresa.
Invitamos al espectador entaonces a que se llegue al renovado y confortable Tinglado, para presenciar esta excelente pieza y disfrutar de las actuaciones de esta gran dupla protagónica, que los hará reír, reflexionar y conmoverse con un final emocionante.
Pensador Teatral.
Dramaturgia de Rodolfo Santana y Dirección General de Rosa Celentano.
Obra escrita en 1975 por el dramaturgo venezolano Rodolfo Santana. La pieza se presentó en distintos países de Latinoamérica, siempre con buena respuesta del público y aportando una mirada humanista al mundo de las relaciones laborales.
Estamos en presencia de un texto muy bien escrito, que presenta una absoluta vigencia, mostrando como muchas veces las empresas, recurren a todo tipo de tácticas para manipular a sus trabajadores.
La obra, nos presenta la historia de Orlando Nuñez ( Roberto Romano ) , un operario que trabaja en una metalúrgica hace más de 20 años. Ingresó a la Empresa cuando recién fue creada y continua hoy en la plantilla, con una compañía es mucho más grande en tamaño y en cantidad de trabajadores.
Debido a su trayectoria, tiene mucha ascendencia entre sus compañeros, que lo toman como un ejemplo a seguir. Pero un día, en la fábrica se produce un accidente con uno de los trabajadores, que se lesiona gravemente la mano y este hecho, hace que Orlando tenga un ataque de locura y comience a romper las máquinas, además de gritar y despotricar contra el dueño de la Empresa.
Debido a este grave suceso, Nuñez es convocado por la psicóloga de la empresa, interpretada por Sofia Gala Castiglione, que lo someterá a un interrogatorio y a una terapia bastante particular, para tratar de conocer los motivos que llevaron al empleado a ese comportamiento tan violento.
Se genera un contrapunto muy interesante, el obrero piensa que lo llaman para despedirlo y no imagina la idea que tiene en mente la psicóloga. El encuentro muestra además, el choque de la clase baja contra la clase media, son dos personajes con distinto lenguaje, con diferente nivel educativo, un obrero y un profesional, que manejan códigos totalmente contrapuestos.
Se puede apreciar con claridad, como muchas veces la clase media, ejerce su poder sobre la clase baja, pero perdiendo de vista, que ambos son parte del mismo engranaje y sirven a los intereses de la dirección que los utilizará a ambos, hasta que sean de utilidad.
Este texto tan rico, se potencia, con las magníficas actuaciones que presenta la obra, ya que la dupla protagónica que Rosa Celentano, la directora, eligió para la obra, evidentemente fue un gran acierto.
Roberto Romano, un actorazo, interpreta al operario sometido al interrogatorio de la psicóloga, componiendo en gran forma su personaje, un trabajador humilde, auténtico y que por momentos muestra su lado violento, generalmente cuando la psicóloga provoca sus reacciones.
Acostumbrados a verlo a Roberto Romano, en papeles de villano, aquí sorprende, ya que muestra una veta muy graciosa, no tan conocida, pero en la que demuestra su virtuosismo y versatilidad . Excelente su actuación.
Y que decir de Sofía Gala, aquí componiendo a una psicóloga intimidante y muy segura, que parece disfrutar de su posición dominante en aquel encuentro, donde parece jugar al gato y al ratón con Nuñez. La presencia escénica de Sofia es imponente, pese a su juventud, sorprende con el oficio y la personalidad, con la que camina el escenario. logrando darle la impronta que su personaje requiere.
Dimos testigos de dos excelentes actuaciones, personajes bien opuestos los que componen ambos, mostrando ademas una química y una afinidad que sorprende, ya que pertenecen a dos generaciones diferentes, pero esto en vez de ser un inconveniente, parece potenciar sus actuaciones.
Es una puesta íntima y minimalista, la que nos propone la directora, con una escenografía que recrea el consultorio de la psicóloga, con moderno mobiliario decorado con un cuadro del dueño de la empresa, pra destacar también el diseño lumínico, que enriquece la puesta.
La obra si bien, invita a la reflexión, tiene muchos momentos graciosos y una trama muy fluida, que consigue que la atención del espectador, no decaiga nunca.
En definitiva, La Empresa siempre Perdona, es una muy interesante propuesta, un texto rico que explora en las relaciones laborales y que expone como muchas veces las empresas manipulan a sus empleados, sin dudar en recurrir a cualquier artilugio para conseguir sus objetivos.
Y para la reflexión, el hecho de que para ello, se vale de otros empleados que sin darse cuenta o en algunos casos, aún a pesar de darse cuenta, disfrutan jugando ese papel de poderosos y son los mayores defensores de los intereses de los dueños, perdiendo de vista, el costado humano de sus pares y que en algún momento pueden ser ellos, los sometidos por la empresa.
Invitamos al espectador entaonces a que se llegue al renovado y confortable Tinglado, para presenciar esta excelente pieza y disfrutar de las actuaciones de esta gran dupla protagónica, que los hará reír, reflexionar y conmoverse con un final emocionante.
Pensador Teatral.
domingo, 10 de septiembre de 2017
Te voy a matar Mamá
Jueves 20 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )
Dramaturgia de Eduardo Rovner y Dirección de Rubén Ramírez y Lorena Lemos.
Un texto inteligente y perturbador el que nos presenta Eduardo Rovner, reconocido dramaturgo, con más de 35 obras de su autoría y ganador los más importantes premios que otorga teatro en nuestro país ( ganó Premios ACE, Konex, Estrella de Mar, Argentores, etc )
La obra explora desde un ángulo muy particular, la relación entre madre e hija, que algunas veces resulta idílica, pero que en otras casos es sumamente conflictiva.
Aquí claramente se dá esta última posibilidad ya que la protagonista, planea matar a su madre, en su casa y con una pistola, espera su llegada, planificando de que manera la asesinará.
El autor instala la inquietante idea del matricidio y eso provoca un doble efecto en el espectador, por un lado, lo incomoda mucho y por el otro, hace que se interese por conocer los motivos, que pueden llevar a una hija a cometer semejante acto.
Te voy a matar mamá, nos cuenta la historia de Flor, una joven de profesión actriz, que se encuentra sola en su casa, repasando su decisión de matar a su madre.
En esta hija, hay muchas frustraciones y el blanco de las mismas es su madre, ella es la culpable de su insatisfacción, su presente poco feliz y además de haber perdido a su padre.
Estamos en presencia de una historia de amor y también de desamparo. Flor tiene muchos reclamos para su madre y aunque ella no está presente, siente la necesidad de descargarse y convencerse a si misma, que su decisión de matar a su madre, tiene justificativos.
Esta obra unipersonal, llega a buen puerto, por la magnífica actuación de Laura Ledesma, una joven actriz, que resuelve en gran forma este complejo papel, que exige mucho.
Interpreta a una mujer amante del fenshui, que gusta de practicar posiciones de yoga, indudablemente busca un estado interno de paz, que no concuerda con sus intenciones asesinas.
Destacable su gestualidad y como transita los diferentes estados de ánimo que debe transitar su personaje, dotándolo de una sensibilidad muy particular y causando empatia en el espectador, que la observa casi con compasión. Nos gustó mucho la interpretación de Laura, que demuestra estar a la altura de todo lo que exige el protagónico, ya que se la vé muy relajada en escena, disfrutando de su personaje. Seguramente en esta buena perfomance, tiene su cuota parte, Rubén Ramírez, uno de los directores, que la conoce de trabajos anteriores y confío en ella para este importante desafío.
Una escenografía sencilla, pero muy cálida, que nos sitúa en el pequeño departamento de Flor y una buena musicalización, contribuyen a generar esa atmósfera íntima, que el director propone para la puesta.
En definitiva, una inmejorable oportunidad de conocer este inteligente y movilizador texto de Rovner, que ya tuvo otras puestas anteriores y que vuelve en esta ocasión, con una muy interesante versión, hecha a puro pulmón, que nos acerca Rubén Ramírez y Lorena Lemos, de la mano de la histriónica Laura Ledesma, que se luce muchísimo y nos regala una entrañable actuación.
Con este mismo equipo, la obra viene de presentarse en Madrid, donde tuvo muy buen suceso de crítica y de público. Por eso sin tener que irse a España, ahora tenemos la chance de ver la obra en Buenos Aires y además de disfrutar de una gran interpretación, vamos a reflexionar mucho, con este inquietante thriller psicológico.
Pensador Teatral.
Dramaturgia de Eduardo Rovner y Dirección de Rubén Ramírez y Lorena Lemos.
Un texto inteligente y perturbador el que nos presenta Eduardo Rovner, reconocido dramaturgo, con más de 35 obras de su autoría y ganador los más importantes premios que otorga teatro en nuestro país ( ganó Premios ACE, Konex, Estrella de Mar, Argentores, etc )
La obra explora desde un ángulo muy particular, la relación entre madre e hija, que algunas veces resulta idílica, pero que en otras casos es sumamente conflictiva.
Aquí claramente se dá esta última posibilidad ya que la protagonista, planea matar a su madre, en su casa y con una pistola, espera su llegada, planificando de que manera la asesinará.
El autor instala la inquietante idea del matricidio y eso provoca un doble efecto en el espectador, por un lado, lo incomoda mucho y por el otro, hace que se interese por conocer los motivos, que pueden llevar a una hija a cometer semejante acto.
Te voy a matar mamá, nos cuenta la historia de Flor, una joven de profesión actriz, que se encuentra sola en su casa, repasando su decisión de matar a su madre.
En esta hija, hay muchas frustraciones y el blanco de las mismas es su madre, ella es la culpable de su insatisfacción, su presente poco feliz y además de haber perdido a su padre.
Estamos en presencia de una historia de amor y también de desamparo. Flor tiene muchos reclamos para su madre y aunque ella no está presente, siente la necesidad de descargarse y convencerse a si misma, que su decisión de matar a su madre, tiene justificativos.
Esta obra unipersonal, llega a buen puerto, por la magnífica actuación de Laura Ledesma, una joven actriz, que resuelve en gran forma este complejo papel, que exige mucho.
Interpreta a una mujer amante del fenshui, que gusta de practicar posiciones de yoga, indudablemente busca un estado interno de paz, que no concuerda con sus intenciones asesinas.
Destacable su gestualidad y como transita los diferentes estados de ánimo que debe transitar su personaje, dotándolo de una sensibilidad muy particular y causando empatia en el espectador, que la observa casi con compasión. Nos gustó mucho la interpretación de Laura, que demuestra estar a la altura de todo lo que exige el protagónico, ya que se la vé muy relajada en escena, disfrutando de su personaje. Seguramente en esta buena perfomance, tiene su cuota parte, Rubén Ramírez, uno de los directores, que la conoce de trabajos anteriores y confío en ella para este importante desafío.
Una escenografía sencilla, pero muy cálida, que nos sitúa en el pequeño departamento de Flor y una buena musicalización, contribuyen a generar esa atmósfera íntima, que el director propone para la puesta.
En definitiva, una inmejorable oportunidad de conocer este inteligente y movilizador texto de Rovner, que ya tuvo otras puestas anteriores y que vuelve en esta ocasión, con una muy interesante versión, hecha a puro pulmón, que nos acerca Rubén Ramírez y Lorena Lemos, de la mano de la histriónica Laura Ledesma, que se luce muchísimo y nos regala una entrañable actuación.
Con este mismo equipo, la obra viene de presentarse en Madrid, donde tuvo muy buen suceso de crítica y de público. Por eso sin tener que irse a España, ahora tenemos la chance de ver la obra en Buenos Aires y además de disfrutar de una gran interpretación, vamos a reflexionar mucho, con este inquietante thriller psicológico.
Pensador Teatral.
sábado, 9 de septiembre de 2017
El Círculo de Tiza Caucasiano
Martes 20 hs en Teatro IFT ( Boulogne Sur Mer 549 )
Dramaturgia de Bertolt Brecht y Dirección de Manuel Iedvabni
El teatro nos convoca para ver este clásico del escritor y poeta alemán Berthold Brecht. Considerado uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del Siglo XX, sus obras siempre buscaron la reflexión del espectador y tuvo una posición antiburguesa, contraria a la hipocresía y a las reglas sociales injustas.
El Círculo de Tiza Caucasiano fue escrita en 1944, momentos en que Brecht estaba exiliado en Estados Unidos y recién es estrenada en Alemania en 1954.
La relación de este obra y el Teatro IFT, tiene su historia, ya que en este mismo espacio se estrenó la pieza en Argentina, en el año 1959 de la mano del grupo teatral El Galpón de Montevideo y en los umbrales de la democracia en 1983, se presentó una nueva versión de El Círculo, con dirección de Manuel Iedvabni. Pasaron 30 años, para que de la mano del mismo director la obra volviera al IFT con esta magnífica puesta. Como dato de color, aportar que Iedvabni, un estudioso de la obra de Brecht, con más de 60 años de trayectoria en la profesión, en el 2014, fue reconocido con el título de ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, por su importante aporte a nuestra cultura.
Creo que la breve introducción histórica y cronológica, sirve para dimensionar el significado que tiene esta obra y la increíble vigencia de este clásico escrito hace más de 70 años por la pluma visionaria del dramaturgo alemán.
Siempre es un riesgo adaptar estos clásicos y lograr versiones que se aggiornen a estos tiempos, ya adelantemos que en este caso, el desafío fue superado con creces y la puesta lograda además de ser virtuosa, tiene mucho a vigencia.
Brevemente digamos que la obra inspirada en un cuento chino, para muchos críticos, puede ser considerada una versión moderna del pasaje bíblico en que dos madres se pelean por un hijo y para definir el pleito deben recurrir a la decisión del Rey Salomón.
En la obra, la historia se desarrolla en Georgia, cuando en el marco de una rebelión, los subversivos logran apresar y dar muerte a Georgi Abashwili, el gobernador de la ciudad. Su esposa Natella, debe huir y en vez de salvar a su hijo Michael, prefiere llevarse sus vestidos y joyas, dejando a su hijo recién nacido abandonado a su suerte.
El arrojo de Grusha, una humilde criada, hace que tome al niño y trate de escapar con él, buscando alguna aldea segura, debiendo pasar por muchas peripecias, ya que los rebeldes buscaban con desesperación a ese niño heredero del trono para matarlo. Pero su determinación y apego por el niño, le permitió protegerlo y salvarle la vida, además de criarlo con mucho amor.
Pasado un tiempo y acabada la rebelión, la esposa del gobernador regresará para buscar a su hijo, con el objetivo de cobrar la herencia que dejó su marido, que fuera decapitado por los revolucionarios, pero Grusha ya siente al niño como propio y no quiere devolverlo. Por eso quien decidirá el conflicto, será el particular juez Azdak, que utilizando el método del circulo de tiza ( que no revelaremos aquí ) , que dá en nombre a la pieza, determinará quien se quedará con el niño.
No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, puede ver cual es el fallo del juez y cual será el destino de estos personajes.
La puesta tiene el enorme mérito de contar en forma amena y con mucho humor, esta historia de época, donde con un mensaje esperanzador, nos ilustrará, sobre como no siempre el poderoso puede imponer sus designios y como algunas veces el humilde, con amor y dedicación, puede conseguir lo que se propone. La pieza mademás pone la lupa sobre la justicia, la religión y las relaciones de poder que rigen en la sociedad.
Es hora ya de hablar de las magníficas actuaciones que tiene la obra, un elenco conformado por nueve actores, algo muy destacable en una obra del off, la mayoría de ellos, dando vida a más de un personaje. Y del elenco, hay que decir, que en su mayoría, está conformado por actores y actrices de experiencia, con muchos años en las tablas y si bien, siempre es bueno ver nuevos valores, en nuestra opinión cuando se reúne un elenco con experiencia, hay un valor agregado, que se nota positivamente en las sólidas actuaciones y permite un disfrute extra del espectador.
Vamos a ser justos y dedicarles unas lineas a cada uno de ellos, ya que sus trabajos lo merecen.
En primer lugar mencionar a la talentosa María Marta Guitart, que con su voz privilegiada ( es locutora ), será la relatora de la historia y además se lucirá muchísimo en las partes cantadas. Muy destacada su labor, siempre con una sonrisa y con una entrega absoluta, nos regala una de las mejores interpretaciones de la noche.
Una de las protagonistas principales de la pieza es Roxana del Greco, como Gruche, dando vida a esa madre, con tanto amor para dar y con un espíritu de lucha admirable. Un personaje muy querible y una estupenda actuación.
Siguiendo con las mujeres del elenco, Dana Basso es la esposa del gobernador, una gran actriz, que se luce mucho aquí y Cristina Sallesses como campesina y esposa del hermano de Gruche, mostrando también su valía.
Del lado masculino, quien se destaca mucho, es Pablo Flores Maini, como el Juez Azdak, una exquisita composición de personaje, que hace 60 años interpretó Juan Manuel Tenuta, en un papel consagratorio. Aquí, Pablo hace honor, a ese recuerdo y cumple una excelente actuación, con una gran presencia escénica.
Matias Tisocco, es Simón, el soldado enamorado de Gruche, una de las caras jóvenes del elenco, que aporta mucha frescura a la pieza..
Gustavo Siri como el cura, Ariel Levenberg como el Duque, Juan Manuel Romero, como soldado moribundo y Gabriel Dopchin como el cabo, por mencionar solo cuatro de los personajes que componen, son claros ejemplos, de como la experiencia en la profesión, permite brindar actuaciones sólidas, que el espectador disfruta enormemente.
Tal vez se hizo algo larga la descripción, pero creo que fue un acto de justicia, ya que son actuaciones merecían destacarse, hay mucho talento y pasión en el escenario, para una obra muy exigente, ya que además de actuar, todos cantan, algunos tocan la guitarra, realmente para aplaudirlos a todos, ya que en lo individual y en el conjunto brindan una magnífica actuación.
Otro aspecto fundamental de la obra y que le otorga gran riqueza, es la música original a cargo de Esteban Morgado, son muchos los temas compuestos especialmente para la obra y se disfrutan muchísimo, ya que las letras son muy alegres y encuentran muy buen eco en los intérpretes.
La escenografía es más bien desprovista, queda claro aquí que la prevalencia la tiene el texto. Otro ítem muy destacado es del vestuario a cargo de Nereida Bar y Verónica Segal, son numerosos los trajes de época y lucen muy bien, hay un gran trabajo en este rubro.
En definitiva, estamos ante una gran versión de este clásico de Brecht, algo que se consigue gracias a la dirección general de Iedvabni y musical de Esteban Morgado, sumado al riquísimo elenco reunido para la obra.
El Círculo de Tiza Caucasiano, es una excelente propuesta, un verdadero lujo para nuestro teatro independiente y una cita imperdible para los amantes del buen teatro.
El prolongado y cálido aplauso que reciben los protagonistas, al final de la función, es un justo reconocimiento de los espectadores, por la gran noche de teatro vivida en el IFT.
Pensador Teatral.
Dramaturgia de Bertolt Brecht y Dirección de Manuel Iedvabni
El teatro nos convoca para ver este clásico del escritor y poeta alemán Berthold Brecht. Considerado uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del Siglo XX, sus obras siempre buscaron la reflexión del espectador y tuvo una posición antiburguesa, contraria a la hipocresía y a las reglas sociales injustas.
El Círculo de Tiza Caucasiano fue escrita en 1944, momentos en que Brecht estaba exiliado en Estados Unidos y recién es estrenada en Alemania en 1954.
La relación de este obra y el Teatro IFT, tiene su historia, ya que en este mismo espacio se estrenó la pieza en Argentina, en el año 1959 de la mano del grupo teatral El Galpón de Montevideo y en los umbrales de la democracia en 1983, se presentó una nueva versión de El Círculo, con dirección de Manuel Iedvabni. Pasaron 30 años, para que de la mano del mismo director la obra volviera al IFT con esta magnífica puesta. Como dato de color, aportar que Iedvabni, un estudioso de la obra de Brecht, con más de 60 años de trayectoria en la profesión, en el 2014, fue reconocido con el título de ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, por su importante aporte a nuestra cultura.
Creo que la breve introducción histórica y cronológica, sirve para dimensionar el significado que tiene esta obra y la increíble vigencia de este clásico escrito hace más de 70 años por la pluma visionaria del dramaturgo alemán.
Siempre es un riesgo adaptar estos clásicos y lograr versiones que se aggiornen a estos tiempos, ya adelantemos que en este caso, el desafío fue superado con creces y la puesta lograda además de ser virtuosa, tiene mucho a vigencia.
Brevemente digamos que la obra inspirada en un cuento chino, para muchos críticos, puede ser considerada una versión moderna del pasaje bíblico en que dos madres se pelean por un hijo y para definir el pleito deben recurrir a la decisión del Rey Salomón.
En la obra, la historia se desarrolla en Georgia, cuando en el marco de una rebelión, los subversivos logran apresar y dar muerte a Georgi Abashwili, el gobernador de la ciudad. Su esposa Natella, debe huir y en vez de salvar a su hijo Michael, prefiere llevarse sus vestidos y joyas, dejando a su hijo recién nacido abandonado a su suerte.
El arrojo de Grusha, una humilde criada, hace que tome al niño y trate de escapar con él, buscando alguna aldea segura, debiendo pasar por muchas peripecias, ya que los rebeldes buscaban con desesperación a ese niño heredero del trono para matarlo. Pero su determinación y apego por el niño, le permitió protegerlo y salvarle la vida, además de criarlo con mucho amor.
Pasado un tiempo y acabada la rebelión, la esposa del gobernador regresará para buscar a su hijo, con el objetivo de cobrar la herencia que dejó su marido, que fuera decapitado por los revolucionarios, pero Grusha ya siente al niño como propio y no quiere devolverlo. Por eso quien decidirá el conflicto, será el particular juez Azdak, que utilizando el método del circulo de tiza ( que no revelaremos aquí ) , que dá en nombre a la pieza, determinará quien se quedará con el niño.
No vamos a contar más, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, puede ver cual es el fallo del juez y cual será el destino de estos personajes.
La puesta tiene el enorme mérito de contar en forma amena y con mucho humor, esta historia de época, donde con un mensaje esperanzador, nos ilustrará, sobre como no siempre el poderoso puede imponer sus designios y como algunas veces el humilde, con amor y dedicación, puede conseguir lo que se propone. La pieza mademás pone la lupa sobre la justicia, la religión y las relaciones de poder que rigen en la sociedad.
Es hora ya de hablar de las magníficas actuaciones que tiene la obra, un elenco conformado por nueve actores, algo muy destacable en una obra del off, la mayoría de ellos, dando vida a más de un personaje. Y del elenco, hay que decir, que en su mayoría, está conformado por actores y actrices de experiencia, con muchos años en las tablas y si bien, siempre es bueno ver nuevos valores, en nuestra opinión cuando se reúne un elenco con experiencia, hay un valor agregado, que se nota positivamente en las sólidas actuaciones y permite un disfrute extra del espectador.
Vamos a ser justos y dedicarles unas lineas a cada uno de ellos, ya que sus trabajos lo merecen.
En primer lugar mencionar a la talentosa María Marta Guitart, que con su voz privilegiada ( es locutora ), será la relatora de la historia y además se lucirá muchísimo en las partes cantadas. Muy destacada su labor, siempre con una sonrisa y con una entrega absoluta, nos regala una de las mejores interpretaciones de la noche.
Una de las protagonistas principales de la pieza es Roxana del Greco, como Gruche, dando vida a esa madre, con tanto amor para dar y con un espíritu de lucha admirable. Un personaje muy querible y una estupenda actuación.
Siguiendo con las mujeres del elenco, Dana Basso es la esposa del gobernador, una gran actriz, que se luce mucho aquí y Cristina Sallesses como campesina y esposa del hermano de Gruche, mostrando también su valía.
Del lado masculino, quien se destaca mucho, es Pablo Flores Maini, como el Juez Azdak, una exquisita composición de personaje, que hace 60 años interpretó Juan Manuel Tenuta, en un papel consagratorio. Aquí, Pablo hace honor, a ese recuerdo y cumple una excelente actuación, con una gran presencia escénica.
Matias Tisocco, es Simón, el soldado enamorado de Gruche, una de las caras jóvenes del elenco, que aporta mucha frescura a la pieza..
Gustavo Siri como el cura, Ariel Levenberg como el Duque, Juan Manuel Romero, como soldado moribundo y Gabriel Dopchin como el cabo, por mencionar solo cuatro de los personajes que componen, son claros ejemplos, de como la experiencia en la profesión, permite brindar actuaciones sólidas, que el espectador disfruta enormemente.
Tal vez se hizo algo larga la descripción, pero creo que fue un acto de justicia, ya que son actuaciones merecían destacarse, hay mucho talento y pasión en el escenario, para una obra muy exigente, ya que además de actuar, todos cantan, algunos tocan la guitarra, realmente para aplaudirlos a todos, ya que en lo individual y en el conjunto brindan una magnífica actuación.
Otro aspecto fundamental de la obra y que le otorga gran riqueza, es la música original a cargo de Esteban Morgado, son muchos los temas compuestos especialmente para la obra y se disfrutan muchísimo, ya que las letras son muy alegres y encuentran muy buen eco en los intérpretes.
La escenografía es más bien desprovista, queda claro aquí que la prevalencia la tiene el texto. Otro ítem muy destacado es del vestuario a cargo de Nereida Bar y Verónica Segal, son numerosos los trajes de época y lucen muy bien, hay un gran trabajo en este rubro.
En definitiva, estamos ante una gran versión de este clásico de Brecht, algo que se consigue gracias a la dirección general de Iedvabni y musical de Esteban Morgado, sumado al riquísimo elenco reunido para la obra.
El Círculo de Tiza Caucasiano, es una excelente propuesta, un verdadero lujo para nuestro teatro independiente y una cita imperdible para los amantes del buen teatro.
El prolongado y cálido aplauso que reciben los protagonistas, al final de la función, es un justo reconocimiento de los espectadores, por la gran noche de teatro vivida en el IFT.
Pensador Teatral.
miércoles, 6 de septiembre de 2017
La Semilla
Sábados 20 hs en Abasto Social Club ( Yatay 666 )
Autoría de Edgar Chías y Dirección de Cristian Drut.
Interesante la posibilidad de ver esta obra autoría del reconocido dramaturgo mexicano Edgar Chias, que llega con el muy buen antecedente, de haber sido una de las piezas ganadoras del Premio ARTEI 2017, que se otorga a las producciones del teatro independiente.
La Semilla, es una obra profunda y en la que el director, le otorga prevalencia al texto, en una muy interesante y original puesta, en la que los actores además de representar la historia, serán los relatores de la misma, valiéndose para esto de recortes periodísticos, grabaciones y otros recursos.
La historia, se inicia con una joven llamada Olinda que es encontrada caminando desnuda y sin rumbo al costado de una ruta. De esta situación tan extraña es rescatada por la doctora Ríos, quien la lleva a un especie de consultorio, para poder interrogarla y conocer que motivos llevaron a la chica, a este inusual comportamiento.
Olinda está confundida, cuenta que vuelve a su país después de muchos años de estar en el exterior, pero sin saber los motivos de su retorno. Está perturbada. No tiene claro porque estuvo tantos años fuera, sin volver ni siquiera para las Fiestas. Y ahora porque retorna ?? Tampoco lo sabe. Está confundida, agobiada, sin saber muy bien que está haciendo allí.
La única certeza que tiene es que está embarazada y que quiere ser madre, sin importar su pasado, se aferra, a su maternidad y a esa semilla que lleva adentro.
La trama tiene mucho de misterio, el espectador de a poco irá conociendo detalles de Olinda y de su origen, ya que aunque ella no lo reconoce, ese retorno a su tierra, tiene mucho que ver con una búsqueda propia, por conocer su identidad.
No vamos a contar demasiado, para conservar el suspenso, solo contaremos que el autor, se inspiró para escribir este texto, en una noticia real aparecida en un diario, que daba cuenta de la historia de amor, entre una abuela llamada Lala y su nieto Roger, que no se conocían y al hacerlo se enamoran y deciden tener un hijo, alquilando un vientre a través de un aviso clasificado. De esa relación calificada de monstruosa por algunos y de ese pacto, nacerá una niña, que dejaremos sea el lector, cuando vea la obra, descubra de quien se trata.
La historia es compleja, con mucho texto, el espectador tiene que estar muy atento y se engancha en la propuesta de ir uniendo las piezas de este rompecabezas que se le presentan por partes, para tratar de conocer que verdad se esconde debajo de la superficie.
Realmente el desafío que tienen tanto el director como los actores, no es sencillo, ya que tienen que darle dinamismo a la historia y hacerla entretenida, algo que el director con una puesta original consigue y en esto mucho tiene que ver el elenco elegido.
Arranquemos por Denise Quetglas, ella es Olinda, la jóven que quiere se madre por sobre todas las cosas, que mira al futuro, pese a tener un pasado oscuro, que la inquieta y un origen que no conoce del todo y que tiene miedo de descubrir. Una muy buena interpretación la de Denise, componiendo un personaje muy humano, expresando su dolor, su sufrimiento, pero también un deseo superior por ser madre. Logra transmitir mucha sensibilidad y empatía con su personaje.
Liliana Weimer, cumple un doble papel, como la Dra.Rios que intenta con su interrogatorio romper esa coraza que tiene Olinda y como Lala, la mente que ideó el pacto tan difícil de juzgar de tener un hijo con su nieto. Es la actriz de más experiencia del grupo y muestra su valía con una estupenda actuación, con gran presencia escénica, siendo para nosotros con riesgo de ser injustos con el resto, la actuación más destacada de la pieza.
En un mismo nivel, está Carolina Tejada, también con múltiples personajes, como asistente de la Dra.Rios, como Sonia y como Marie, que fue la mujer que alquiló su vientre y como ella misma dice fue el recipiente de aquel extraño pacto. Resolviendo con mucha solvencia, la dificultad de cambiar en segundos de personaje y con momentos de gran lucimiento, en especial en un monólogo como Marie, que conmueve por su crudeza..
Por último mencionar a Emanuel Parga, el único hombre de la historia, destacándose mucho como Roig y protagonizando muy buenas escenas, en ese triángulo formado como Lala y Marie. Muy bueno su aporte.
En definitiva, cuatro interpretaciones muy destacadas, en una obra difícil, por la cantidad de personajes a interpretar y por el texto profuso que tiene cada uno. Se nota que hubo mucho trabajo previo, mucho ensayo, para lograr una exposición tan fluida.
La puesta tiene un carácter íntimo, lúgubre, misterioso, con unas cortinas de plásticos transparentes, que parecen definir distintos espacios temporales, un diseño lumínico con mucho protagonismo en la trama y el recurso de los cassettes, en diferentes grabadores, para dar sonido ambiente o escuchar alguna declaración, sin dudas, un recurso diferente, que otorga otro rasgo de originalidad y distinción a la obra.
En definitiva, una propuesta muy interesante, que llega desde México, posibilitando poder apreciar a un autor latinoamericano de renombre, un director y docente de trayectoria como Cristian Drutt, con la habilidad para poder adaptar la historia y hacerla amena, con una puesta que entretiene al espectador y sabiendo elegir a un grupo de actores, comprometidos con la historia, que logran una destacada interpretación individual y potenciada en el conjunto.
Lo invitamos entonces a descubrir esta propuesta original, un texto rico y que debemos estar atentos para seguir al detalle , una pieza potente y muy actual, que habla de la búsqueda de la identidad y de nuestros orígenes, una historia de amor oscura y por momentos trágica, que deja sus secuelas, pero también el mensaje de una nueva vida por venir y la oportunidad de sembrar una semilla, que permita reconciliarnos con nosotros mismos y vislumbrar un futuro esperanzador.
Pensador Teatral.
Autoría de Edgar Chías y Dirección de Cristian Drut.
Interesante la posibilidad de ver esta obra autoría del reconocido dramaturgo mexicano Edgar Chias, que llega con el muy buen antecedente, de haber sido una de las piezas ganadoras del Premio ARTEI 2017, que se otorga a las producciones del teatro independiente.
La Semilla, es una obra profunda y en la que el director, le otorga prevalencia al texto, en una muy interesante y original puesta, en la que los actores además de representar la historia, serán los relatores de la misma, valiéndose para esto de recortes periodísticos, grabaciones y otros recursos.
La historia, se inicia con una joven llamada Olinda que es encontrada caminando desnuda y sin rumbo al costado de una ruta. De esta situación tan extraña es rescatada por la doctora Ríos, quien la lleva a un especie de consultorio, para poder interrogarla y conocer que motivos llevaron a la chica, a este inusual comportamiento.
Olinda está confundida, cuenta que vuelve a su país después de muchos años de estar en el exterior, pero sin saber los motivos de su retorno. Está perturbada. No tiene claro porque estuvo tantos años fuera, sin volver ni siquiera para las Fiestas. Y ahora porque retorna ?? Tampoco lo sabe. Está confundida, agobiada, sin saber muy bien que está haciendo allí.
La única certeza que tiene es que está embarazada y que quiere ser madre, sin importar su pasado, se aferra, a su maternidad y a esa semilla que lleva adentro.
La trama tiene mucho de misterio, el espectador de a poco irá conociendo detalles de Olinda y de su origen, ya que aunque ella no lo reconoce, ese retorno a su tierra, tiene mucho que ver con una búsqueda propia, por conocer su identidad.
No vamos a contar demasiado, para conservar el suspenso, solo contaremos que el autor, se inspiró para escribir este texto, en una noticia real aparecida en un diario, que daba cuenta de la historia de amor, entre una abuela llamada Lala y su nieto Roger, que no se conocían y al hacerlo se enamoran y deciden tener un hijo, alquilando un vientre a través de un aviso clasificado. De esa relación calificada de monstruosa por algunos y de ese pacto, nacerá una niña, que dejaremos sea el lector, cuando vea la obra, descubra de quien se trata.
La historia es compleja, con mucho texto, el espectador tiene que estar muy atento y se engancha en la propuesta de ir uniendo las piezas de este rompecabezas que se le presentan por partes, para tratar de conocer que verdad se esconde debajo de la superficie.
Realmente el desafío que tienen tanto el director como los actores, no es sencillo, ya que tienen que darle dinamismo a la historia y hacerla entretenida, algo que el director con una puesta original consigue y en esto mucho tiene que ver el elenco elegido.
Arranquemos por Denise Quetglas, ella es Olinda, la jóven que quiere se madre por sobre todas las cosas, que mira al futuro, pese a tener un pasado oscuro, que la inquieta y un origen que no conoce del todo y que tiene miedo de descubrir. Una muy buena interpretación la de Denise, componiendo un personaje muy humano, expresando su dolor, su sufrimiento, pero también un deseo superior por ser madre. Logra transmitir mucha sensibilidad y empatía con su personaje.
Liliana Weimer, cumple un doble papel, como la Dra.Rios que intenta con su interrogatorio romper esa coraza que tiene Olinda y como Lala, la mente que ideó el pacto tan difícil de juzgar de tener un hijo con su nieto. Es la actriz de más experiencia del grupo y muestra su valía con una estupenda actuación, con gran presencia escénica, siendo para nosotros con riesgo de ser injustos con el resto, la actuación más destacada de la pieza.
En un mismo nivel, está Carolina Tejada, también con múltiples personajes, como asistente de la Dra.Rios, como Sonia y como Marie, que fue la mujer que alquiló su vientre y como ella misma dice fue el recipiente de aquel extraño pacto. Resolviendo con mucha solvencia, la dificultad de cambiar en segundos de personaje y con momentos de gran lucimiento, en especial en un monólogo como Marie, que conmueve por su crudeza..
Por último mencionar a Emanuel Parga, el único hombre de la historia, destacándose mucho como Roig y protagonizando muy buenas escenas, en ese triángulo formado como Lala y Marie. Muy bueno su aporte.
En definitiva, cuatro interpretaciones muy destacadas, en una obra difícil, por la cantidad de personajes a interpretar y por el texto profuso que tiene cada uno. Se nota que hubo mucho trabajo previo, mucho ensayo, para lograr una exposición tan fluida.
La puesta tiene un carácter íntimo, lúgubre, misterioso, con unas cortinas de plásticos transparentes, que parecen definir distintos espacios temporales, un diseño lumínico con mucho protagonismo en la trama y el recurso de los cassettes, en diferentes grabadores, para dar sonido ambiente o escuchar alguna declaración, sin dudas, un recurso diferente, que otorga otro rasgo de originalidad y distinción a la obra.
En definitiva, una propuesta muy interesante, que llega desde México, posibilitando poder apreciar a un autor latinoamericano de renombre, un director y docente de trayectoria como Cristian Drutt, con la habilidad para poder adaptar la historia y hacerla amena, con una puesta que entretiene al espectador y sabiendo elegir a un grupo de actores, comprometidos con la historia, que logran una destacada interpretación individual y potenciada en el conjunto.
Lo invitamos entonces a descubrir esta propuesta original, un texto rico y que debemos estar atentos para seguir al detalle , una pieza potente y muy actual, que habla de la búsqueda de la identidad y de nuestros orígenes, una historia de amor oscura y por momentos trágica, que deja sus secuelas, pero también el mensaje de una nueva vida por venir y la oportunidad de sembrar una semilla, que permita reconciliarnos con nosotros mismos y vislumbrar un futuro esperanzador.
Pensador Teatral.
lunes, 4 de septiembre de 2017
Jamás me Levanto la Mano
Viernes 21 hs en Korinthio Teatro ( Mario Bravo 437 )
Dramaturgia de Marcos Casanova y Dirección de Cristian Majolo.
Teníamos ganas de ver que nos proponía Jamas me Levantó la Mano, que transita su segunda temporada, agotando localidades y cosechando muy buenas críticas de los espectadores.
Y la verdad es que nos fuimos más que contentos del Korinthio, ya que nos encontramos con una tragicomedia que tiene un ritmo increíble, que nos hará reír mucho y también nos llegará al corazón.-
Digamos que la historia, se sitúa en Villa Seca, un pueblito del interior, sin ubicación determinada, pero que puede ser cualquiera de esos pueblos, donde todos se conocen y nada de lo que hacen sus habitantes puede pasar desapercibido a los ojos del otro.
Allí en Villa Seca, viven en una casa bastante humilde, una madre y una hija. La madre es Fátima ( Romina Pinto ) y la hija es Naiara ( Malena Luchetti ) y la tormentosa relación entre ellas será el centro de esta bella historia.
Fátima está en silla de ruedas y por lo tanto tiene mucha dependencia de Naiara, su rebelde hija adolescente.
La relación entre ambas es muy particular, se necesitan, pero a la vez se repelen, discuten, se imitan, se maldicen, se enfrentan virulentamente, pero a la vez se quieren y se necesitan. Es ese vìnculo amor / oido, entre madre e hija adolescente, que nos suena tan familiar y potenciado en este caso particular, por la falta de la figura paterna.
El ritmo de la obra es vertiginoso, en todo momento el espectador está atento a lo que vá a ocurrir, ya que se dan a cada momento diálogos graciosos, ácidos, picantes, por momentos tiernos. La rutina en esa casa parece infernal, suena el teléfono, la radio de fondo, recuerdos del pasado que irrumpen, no hay un minuto de tranquilidad y el espectador encuentra empatía total con la historia que le están contando que le resulta muy cercana.
Hay que destacar la dinámica y la creatividad en la puesta, que logra Cristian Majolo, este joven actor y director tandilense, que está dando sus primeros pasos en la dirección y no hay dudas que está yendo por la buena senda, con este tipo de propuestas.
El libro de Marcos Casanova, es muy interesante, el director pone su impronta, pero hay que decirlo ya, en nuestra opinión, la gran explicación del buen suceso de Jamas me Levantó la Mano, son las extraordinarias actuaciones de la dupla que protagoniza la pieza.
Arranquemos por Malena Luchetti, que aquí compone a Naiara, una adolescente explosiva, que parece tener hormigas en el cuerpo. Impresiona su despliegue físico, está en permanente movimiento, bailando, trepando en el escenografía, arrastrándose por el piso, no para un segundo. Recordemos que Malena, comenzó desde muy chiquita su carrera como actriz en la televisión, a los 4 años ya estaba en pantalla, con recordadas participaciones en las tiras de éxito del momento, como Campeones y Resistiré. Como dato de color mencionar, que con 8 años, ganó un Martín Fierro por Campeones. Luego de su irrupción televisiva, siguió estudiando, perfeccionándose y hoy podemos disfrutarla en este papel de adolescente rebelde, que no para de posar sexy, para las selfies y hablar por wasap, con su grupo de amigas, con un lenguaje propio de su tribu, que le es muy ajeno a su madre.
Muy buena la pintura de la adolescente actual, que nos presentan y fantástica la actuación de la histriónica Malena, con una energía increíble y literalmente dejando todo en el escenario.
Pero tal vez la tarea de Malena resalte tanto, por el contrapunto, que presenta con Romina Pinto, en la obra, su madre Fátima, que en su silla de ruedas tiene que lidiar con esta adolescente imparable.
La composición de Romina es deliciosa, una madre iracunda, puteadora y llena de bronca, con su hija porque no estudia, porque la llama Fátima en vez de mamá, porque no le hace caso en nada, bronca con su hermana y con el mundo en general. Con sus ojos inyectados y una tensión permanente, cumple una magnífica interpretación.
Realmente dos actuaciones fenomenales en lo individual, donde cada uno compone su personaje de manera magistral, pero que a su vez juntas se potencian, con mucho de grotesco y de absurdo en cada uno de los diálogos, con un ritmo vertiginoso y una química total entre ellas, denotando mucho ensayo y mucho trabajo previo, ya que está todo muy aceitado.
Solo agregaremos, que en el Club Olimpia de Villa Seca, se organizará un concurso de baile, con parejas compuestas por madres e hijas y esta puede ser la gran oportunidad para que Fátima y Naiara, anotadas en la competición, para que dejen de lado sus diferencias y su caótica convivencia, para unir sus esfuerzos y poder ganar el concurso.
Podrán lograrlo ?? Recuerden que Fátima está en silla de ruedas. Será finalmente una buena idea anotarse en este concurso o una locura ??
Son interrogantes, que el espectador cuando vea la obra descubrirá, nosotros aquí no vamos a develar el misterio.
La puesta tiene muchos puntos altos para resaltar, desde la ubicación de los espectadores en forma particular a ambos lados del escenario, pasando por el creativo y versátil diseño escenográfico de María Guglielmetti, los temas musicales que acompañan los momentos diferentes de la trama y párrafo especial para las coreografías propuestas por Marìa Isabel Ducret, como dijimos la obra es puro movimiento y este un ítem que se destaca muchísimo y que le otorga muchos momentos bellos y plenos de poesía a esta rica puesta.
En definitiva, estamos en presencia de una gran propuesta del off, una pieza que poniendo el foco en esta particular relación madre e hija, nos hará disfrutar de momentos muy divertidos, algunos tragicómicos, trayendo temas para reflexionar y algunos instantes mágicos donde nos vamos a conmover. Solo la magia del teatro, de la mano de actuaciones tan destacadas, nos permite pasar por tantos estados de ánimo, en tan poco tiempo.
Como muchas veces ocurre, en esta pieza, se unen un interesante libro, la talentosa mano de un joven director y en este caso dos actuaciones fantásticas de Malena y de Romina, para dar vida a esta historia tan entrañable.
Solo queda recomendar la obra e invitar al espectador a que disfrute de esta gran propuesta y en nuestro caso agradecer el talento y a la pasión de todo el equipo de Jamás me levantó la Mano, por la hermosa noche de teatro que nos regalaron.
Pensador Teatral.
Dramaturgia de Marcos Casanova y Dirección de Cristian Majolo.
Teníamos ganas de ver que nos proponía Jamas me Levantó la Mano, que transita su segunda temporada, agotando localidades y cosechando muy buenas críticas de los espectadores.
Y la verdad es que nos fuimos más que contentos del Korinthio, ya que nos encontramos con una tragicomedia que tiene un ritmo increíble, que nos hará reír mucho y también nos llegará al corazón.-
Digamos que la historia, se sitúa en Villa Seca, un pueblito del interior, sin ubicación determinada, pero que puede ser cualquiera de esos pueblos, donde todos se conocen y nada de lo que hacen sus habitantes puede pasar desapercibido a los ojos del otro.
Allí en Villa Seca, viven en una casa bastante humilde, una madre y una hija. La madre es Fátima ( Romina Pinto ) y la hija es Naiara ( Malena Luchetti ) y la tormentosa relación entre ellas será el centro de esta bella historia.
Fátima está en silla de ruedas y por lo tanto tiene mucha dependencia de Naiara, su rebelde hija adolescente.
La relación entre ambas es muy particular, se necesitan, pero a la vez se repelen, discuten, se imitan, se maldicen, se enfrentan virulentamente, pero a la vez se quieren y se necesitan. Es ese vìnculo amor / oido, entre madre e hija adolescente, que nos suena tan familiar y potenciado en este caso particular, por la falta de la figura paterna.
El ritmo de la obra es vertiginoso, en todo momento el espectador está atento a lo que vá a ocurrir, ya que se dan a cada momento diálogos graciosos, ácidos, picantes, por momentos tiernos. La rutina en esa casa parece infernal, suena el teléfono, la radio de fondo, recuerdos del pasado que irrumpen, no hay un minuto de tranquilidad y el espectador encuentra empatía total con la historia que le están contando que le resulta muy cercana.
Hay que destacar la dinámica y la creatividad en la puesta, que logra Cristian Majolo, este joven actor y director tandilense, que está dando sus primeros pasos en la dirección y no hay dudas que está yendo por la buena senda, con este tipo de propuestas.
El libro de Marcos Casanova, es muy interesante, el director pone su impronta, pero hay que decirlo ya, en nuestra opinión, la gran explicación del buen suceso de Jamas me Levantó la Mano, son las extraordinarias actuaciones de la dupla que protagoniza la pieza.
Arranquemos por Malena Luchetti, que aquí compone a Naiara, una adolescente explosiva, que parece tener hormigas en el cuerpo. Impresiona su despliegue físico, está en permanente movimiento, bailando, trepando en el escenografía, arrastrándose por el piso, no para un segundo. Recordemos que Malena, comenzó desde muy chiquita su carrera como actriz en la televisión, a los 4 años ya estaba en pantalla, con recordadas participaciones en las tiras de éxito del momento, como Campeones y Resistiré. Como dato de color mencionar, que con 8 años, ganó un Martín Fierro por Campeones. Luego de su irrupción televisiva, siguió estudiando, perfeccionándose y hoy podemos disfrutarla en este papel de adolescente rebelde, que no para de posar sexy, para las selfies y hablar por wasap, con su grupo de amigas, con un lenguaje propio de su tribu, que le es muy ajeno a su madre.
Muy buena la pintura de la adolescente actual, que nos presentan y fantástica la actuación de la histriónica Malena, con una energía increíble y literalmente dejando todo en el escenario.
Pero tal vez la tarea de Malena resalte tanto, por el contrapunto, que presenta con Romina Pinto, en la obra, su madre Fátima, que en su silla de ruedas tiene que lidiar con esta adolescente imparable.
La composición de Romina es deliciosa, una madre iracunda, puteadora y llena de bronca, con su hija porque no estudia, porque la llama Fátima en vez de mamá, porque no le hace caso en nada, bronca con su hermana y con el mundo en general. Con sus ojos inyectados y una tensión permanente, cumple una magnífica interpretación.
Realmente dos actuaciones fenomenales en lo individual, donde cada uno compone su personaje de manera magistral, pero que a su vez juntas se potencian, con mucho de grotesco y de absurdo en cada uno de los diálogos, con un ritmo vertiginoso y una química total entre ellas, denotando mucho ensayo y mucho trabajo previo, ya que está todo muy aceitado.
Solo agregaremos, que en el Club Olimpia de Villa Seca, se organizará un concurso de baile, con parejas compuestas por madres e hijas y esta puede ser la gran oportunidad para que Fátima y Naiara, anotadas en la competición, para que dejen de lado sus diferencias y su caótica convivencia, para unir sus esfuerzos y poder ganar el concurso.
Podrán lograrlo ?? Recuerden que Fátima está en silla de ruedas. Será finalmente una buena idea anotarse en este concurso o una locura ??
Son interrogantes, que el espectador cuando vea la obra descubrirá, nosotros aquí no vamos a develar el misterio.
La puesta tiene muchos puntos altos para resaltar, desde la ubicación de los espectadores en forma particular a ambos lados del escenario, pasando por el creativo y versátil diseño escenográfico de María Guglielmetti, los temas musicales que acompañan los momentos diferentes de la trama y párrafo especial para las coreografías propuestas por Marìa Isabel Ducret, como dijimos la obra es puro movimiento y este un ítem que se destaca muchísimo y que le otorga muchos momentos bellos y plenos de poesía a esta rica puesta.
En definitiva, estamos en presencia de una gran propuesta del off, una pieza que poniendo el foco en esta particular relación madre e hija, nos hará disfrutar de momentos muy divertidos, algunos tragicómicos, trayendo temas para reflexionar y algunos instantes mágicos donde nos vamos a conmover. Solo la magia del teatro, de la mano de actuaciones tan destacadas, nos permite pasar por tantos estados de ánimo, en tan poco tiempo.
Como muchas veces ocurre, en esta pieza, se unen un interesante libro, la talentosa mano de un joven director y en este caso dos actuaciones fantásticas de Malena y de Romina, para dar vida a esta historia tan entrañable.
Solo queda recomendar la obra e invitar al espectador a que disfrute de esta gran propuesta y en nuestro caso agradecer el talento y a la pasión de todo el equipo de Jamás me levantó la Mano, por la hermosa noche de teatro que nos regalaron.
Pensador Teatral.
jueves, 31 de agosto de 2017
Ella puede sola
Jueves 21 15 hs en Teatro El Método Kairos ( El Salvador 4530 )
Dramaturgia de Leonel Giacometto y Dirección de Graciela Pereyra.
Un texto dramático y con mucha poesía nos ofrece Leonel Giacometto, escritor y dramaturgo rosarino, multifacético y con numerosos premios y reconocimientos recibidos en el país y también en el exterior, ya que su prolífica obra, trascendió nuestras fronteras.
Ella puede Sola, nos cuenta la historia de una madre ( Lili Popovich ) que vive junto a sus hijos ( Nicolás Asprella y Luciana Caisutti ) en una casa donde se respira pesar y tristeza.
La trágica muerte del padre de familia, sin dudas fue un golpe que esta familia no pudo soportar y a partir de ese momento, los habitantes de esas casa se transformaron en sobrevivientes, no viven la vida, la sufren.
En algunos casos las tragedias familiares, provocan que se cierren filas y los integrantes que quedan, se unan para juntos poder atravesar el mal trance. Pero este no es el caso, aquí en esta familia reina el desamparo, por un lado esa madre, que se cierra y quiere apropiarse del dolor, en forma exclusiva, sin importarle el resto, aunque en ese resto, se encuentren nada menos que sus hijos.
Y por el otro lado, esos hermanos, que primero perdieron a su padre y ahora deben convivir con una madre ausente, que los ignora, que no les dá cariño y que se refugia en la bebida y en los recuerdos difusos de un pasado mejor, para intentar seguir adelante.
En vez de ser un apoyo para sus hijos, es todo lo contrario, se cierra con egoísmo en su caparazón y hasta parece querer boicotear sus ansias de superación. Los hermanos quieren unirse para no caer en esa letanía y depresión en las que está sumida su madre y esa casa.
La trama atrapa en todo momentos al espectador, que siente empatía por estos personajes sufrientes, que por momentos, parecen detenidos en el tiempo.
El muy buen guión y esta historia tan fuerte, encuentre eco, en las excelentes actuaciones que presenta la obra.
El elenco es encabezado por Lili Popovich, una actriz de raza, docente teatral y coach por más de 20 años de Julio Chavez, por nombrar solo algunos de sus pergaminos. Realmente un privilegio poder verla en escena en un rol protagónico. En esta oportunidad, componiendo en forma magistral a esta madre, cargada de emociones negativas, apática, egoísta y peleada con el mundo, no pudiendo superar un pasado que añora, pero que no volverá.
La presencia escénica de Lili, es admirable, la sala del Kairos, con su cercanía al público, permite un disfrute extra, ver sus expresiones, sus miradas tristes, ese dejo odio con la vida y esos silencios, que tanto pesan.
Una actuación fenomenal de Lili, que debemos destacar, ya su lucimiento es absoluto.
Ante su interpretación, con tanto magnetismo, tal vez podría pensarse que los demás quedarían eclipsados, pero aquí esto no ocurre, ya que sus hijos cumplen muy buenas actuaciones.
Nicolás Asprella, es ese hijo, que trata de superar las adversidades y apuntalar a su hermana y también a la madre, pero evidentemente el contexto no lo ayuda y debe remar contra la corriente.
Nos encantó su actuación, con muy buenos duelos actorales con su madre y en una faceta más tierna y compinche con su hermana, a la que cuida con amor y algunas risas, palabras que parecen prohibidas en aquella casa.
Luciana Caisutti, compone a una hija paralítica, un papel complicado, que resuelve con mucha tenacidad y con una entrega total. Una gran revelación su interpretación, mostrando ternura y una cuota de dolor, que llega al espectador. Una gran composición de esta joven actriz.
Sin dudas, se nota la mano de Graciela Pereyra, una joven directora que nos gusta mucho y a la que ya elogiamos en su función en La Música y La Joya más Preciada, dos muy buenas obras del off, aquí sin dudas, acertó en la elección del elenco y dando la libertad necesaria, para que los actores transiten los personajes.
La puesta de la pieza, de carácter íntimo, tiene varios elementos para destacar, desde la escenografía de Cecilia Bruck, que recrea esa casa triste ( nos gustó mucho la maqueta del tren donde los hermanos se entretienen ), la música que acompaña los diferentes momentos de la trama y el diseño lumínico de Gonzalo Calcagno, que con su calidez contribuye, a ese ambiente íntimo que propone la directora y logra plasmarse.
El espectador, se siente identificado con la historia y con los personajes, que nos muestra, exponiendo como muchas veces, algunas pérdidas familiares, provocan duelos, de los que las personas no pueden reponerse, como es el caso de esta madre, que queda sumida en la desesperanza y el dolor, arrastrando en estos sentimientos a sus hijos, que pese a sufrir también el cimbronazo, intentarán mirar para adelante.
Una familia detenida en el tiempo, que como todas, tienen hechos ocultos y secretos, que cuesta exponer, la comunicación brilla por su ausencia y entonces quedan muchas situaciones que no se aclaran nunca.
Como conclusión, una muy interesante propuesta la que nos propone Ella Puede Sola, una historia cruda y dura, que nos permitirá ser testigos de la dolorosa rutina de esta familia, de la mano de una dirección precisa de Graciela Pereyra y la gran chance de disfrutar de interpretaciones magnìficas, con una Lili Popovich superlativa que brilla y con Nicolás y Luciana, que están a la altura y nos brindan dos actuaciones deliciosas.
Al finalizar, la obra comprendimos, las razones de la excelente repercusión que está teniendo la obra y por eso disfrutamos el merecido y prolongado aplauso que reciben los protagonistas, como premio a la hermosa noche de teatro que nos regalaron a todos los presentes en el Kairos.
Pensador Teatral.
Dramaturgia de Leonel Giacometto y Dirección de Graciela Pereyra.
Un texto dramático y con mucha poesía nos ofrece Leonel Giacometto, escritor y dramaturgo rosarino, multifacético y con numerosos premios y reconocimientos recibidos en el país y también en el exterior, ya que su prolífica obra, trascendió nuestras fronteras.
Ella puede Sola, nos cuenta la historia de una madre ( Lili Popovich ) que vive junto a sus hijos ( Nicolás Asprella y Luciana Caisutti ) en una casa donde se respira pesar y tristeza.
La trágica muerte del padre de familia, sin dudas fue un golpe que esta familia no pudo soportar y a partir de ese momento, los habitantes de esas casa se transformaron en sobrevivientes, no viven la vida, la sufren.
En algunos casos las tragedias familiares, provocan que se cierren filas y los integrantes que quedan, se unan para juntos poder atravesar el mal trance. Pero este no es el caso, aquí en esta familia reina el desamparo, por un lado esa madre, que se cierra y quiere apropiarse del dolor, en forma exclusiva, sin importarle el resto, aunque en ese resto, se encuentren nada menos que sus hijos.
Y por el otro lado, esos hermanos, que primero perdieron a su padre y ahora deben convivir con una madre ausente, que los ignora, que no les dá cariño y que se refugia en la bebida y en los recuerdos difusos de un pasado mejor, para intentar seguir adelante.
En vez de ser un apoyo para sus hijos, es todo lo contrario, se cierra con egoísmo en su caparazón y hasta parece querer boicotear sus ansias de superación. Los hermanos quieren unirse para no caer en esa letanía y depresión en las que está sumida su madre y esa casa.
La trama atrapa en todo momentos al espectador, que siente empatía por estos personajes sufrientes, que por momentos, parecen detenidos en el tiempo.
El muy buen guión y esta historia tan fuerte, encuentre eco, en las excelentes actuaciones que presenta la obra.
El elenco es encabezado por Lili Popovich, una actriz de raza, docente teatral y coach por más de 20 años de Julio Chavez, por nombrar solo algunos de sus pergaminos. Realmente un privilegio poder verla en escena en un rol protagónico. En esta oportunidad, componiendo en forma magistral a esta madre, cargada de emociones negativas, apática, egoísta y peleada con el mundo, no pudiendo superar un pasado que añora, pero que no volverá.
La presencia escénica de Lili, es admirable, la sala del Kairos, con su cercanía al público, permite un disfrute extra, ver sus expresiones, sus miradas tristes, ese dejo odio con la vida y esos silencios, que tanto pesan.
Una actuación fenomenal de Lili, que debemos destacar, ya su lucimiento es absoluto.
Ante su interpretación, con tanto magnetismo, tal vez podría pensarse que los demás quedarían eclipsados, pero aquí esto no ocurre, ya que sus hijos cumplen muy buenas actuaciones.
Nicolás Asprella, es ese hijo, que trata de superar las adversidades y apuntalar a su hermana y también a la madre, pero evidentemente el contexto no lo ayuda y debe remar contra la corriente.
Nos encantó su actuación, con muy buenos duelos actorales con su madre y en una faceta más tierna y compinche con su hermana, a la que cuida con amor y algunas risas, palabras que parecen prohibidas en aquella casa.
Luciana Caisutti, compone a una hija paralítica, un papel complicado, que resuelve con mucha tenacidad y con una entrega total. Una gran revelación su interpretación, mostrando ternura y una cuota de dolor, que llega al espectador. Una gran composición de esta joven actriz.
Sin dudas, se nota la mano de Graciela Pereyra, una joven directora que nos gusta mucho y a la que ya elogiamos en su función en La Música y La Joya más Preciada, dos muy buenas obras del off, aquí sin dudas, acertó en la elección del elenco y dando la libertad necesaria, para que los actores transiten los personajes.
La puesta de la pieza, de carácter íntimo, tiene varios elementos para destacar, desde la escenografía de Cecilia Bruck, que recrea esa casa triste ( nos gustó mucho la maqueta del tren donde los hermanos se entretienen ), la música que acompaña los diferentes momentos de la trama y el diseño lumínico de Gonzalo Calcagno, que con su calidez contribuye, a ese ambiente íntimo que propone la directora y logra plasmarse.
El espectador, se siente identificado con la historia y con los personajes, que nos muestra, exponiendo como muchas veces, algunas pérdidas familiares, provocan duelos, de los que las personas no pueden reponerse, como es el caso de esta madre, que queda sumida en la desesperanza y el dolor, arrastrando en estos sentimientos a sus hijos, que pese a sufrir también el cimbronazo, intentarán mirar para adelante.
Una familia detenida en el tiempo, que como todas, tienen hechos ocultos y secretos, que cuesta exponer, la comunicación brilla por su ausencia y entonces quedan muchas situaciones que no se aclaran nunca.
Como conclusión, una muy interesante propuesta la que nos propone Ella Puede Sola, una historia cruda y dura, que nos permitirá ser testigos de la dolorosa rutina de esta familia, de la mano de una dirección precisa de Graciela Pereyra y la gran chance de disfrutar de interpretaciones magnìficas, con una Lili Popovich superlativa que brilla y con Nicolás y Luciana, que están a la altura y nos brindan dos actuaciones deliciosas.
Al finalizar, la obra comprendimos, las razones de la excelente repercusión que está teniendo la obra y por eso disfrutamos el merecido y prolongado aplauso que reciben los protagonistas, como premio a la hermosa noche de teatro que nos regalaron a todos los presentes en el Kairos.
Pensador Teatral.
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