Dramaturgia de Neil Labute y Dirección de Sebastián Bauza.
Teníamos gran expectativa, por ver La Forma de las Cosas, ya que para la ocasión, se reunían un texto inteligente y de probado éxito en todo el mundo, un elenco de lujo para el off y el significativo dato, que la obra desde su estreno venía presentándose con localidades agotadas en todas sus funciones y quedando siempre gente afuera.
Adelantamos ya que las expectativas fueron ampliamente satisfechas y nos fuimos del Kairos, al término de la función, plenos de haber disfrutado una gran velada teatral.
Pero arranquemos por el origen, como debe ser, La Forma de las Cosas, fue escrita en el 2001 por el dramaturgo estadounidense Neil Labute y fue la primera pieza de una trilogía, de la que también fueron parte Gorda ( 2004 ) y Razones para ser Bonita ( 2008 ), en las tres obras, el autor habla de la belleza y realiza una crítica a las relaciones humanas, en las que predominan la superficialidad y las apariencias, por encima de los valores.
La Forma de las Cosas, se presentó con gran suceso en Broadway, en Londres, en Madrid y en las principales capitales europeas. En Argentina, se estrenó en el 2009, en una recordada puesta, que tuvo a Fernan Mirás y Griselda Siciliani, como sus protagonistas.
Como pueden observar, los antecedentes, ya presagiaban una inmejorable noche de teatro, la dirección de esta versión es responsabilidad de Sebastián Bauza, joven actor y director, que es un viejo conocido nuestro, ya que disfrutamos muchas de sus obras en El Ojo, un teatro referente del off, conducido por Luis Agustoni.
La historia, arranca cuando Andrés ( Gastón Coccharale ) que trabaja como guardia de museo, tiene que llamar la atención a Evelyn ( Victoria Alsúa ), una estudiante de arte, que estaba sacando fotos, sin respetar la distancia permitida y además manifestando su deseo de vandalizar una de las estatuas, con un aerosol, que llevaba en su cartera.
Ese encuentro casual, deriva en una charla entre Andrés y Evelyn, que gracias a esos misterios que tiene el amor, se atraen mutuamente y este parece ser el puntapié inicial de una relación amorosa.
Porque hablamos de misterio ? Porque Evelyn, es una bella joven, extrovertida y muy inteligente, que extrañamente se fija en un Andrés, poco agraciado fisicamente, que tiene varios kilos de más, pelo largo y poco prolijo, además de usar unos anteojos antiguos ( tiene un look parecido a Hugo, el fornido pelilargo de la serie Lost ) Pero como dice un dicho, el amor muchas veces no entiende de razones y este parece ser el caso de esta incipiente pareja.
Andrés se siente fascinado por Evelyn y ese mundo nuevo que se le abre, ya que antes de conocerla, era un joven inseguro, con muy poca experiencia con mujeres. De a poco, la relación con Evelyn, parece mejorar su vida y su aspecto físico, baja de peso, porque mejora su dieta , comienza a ir al gimnasio y a realizar actividad física, todo motivado por su nuevo novia y queriendo lucir bien por ella. Se corta el pelo, se deja de comer las uñas, cambia su forma de vestir, en muy poco tiempo, se produce un enorme cambio en Andrés, que parece otra persona, en apariencia mucho más atractiva y la gran responsable de ese cambio, sin dudas es Evelyn, que resulta, su musa inspiradora.
Las cosas se complican cuando entran en escena, la pareja de amigos de Andrés, formada por Felipe ( Juan Luppi ) y Jenny ( María de Pablo ), se están por casar y conocen a su amigo, desde hace muchísimos años. Ellos notan sorprendidos los grandes cambios en Andrés, coincidentes con su nueva relación y desconfía de esa chica, nueva en el pueblo y en la vida de su amigo, Quien huele, que algo no está bien es Felipe, no le cierra del todo que su viejo amigo, haya cambiado tanto y en tan poco tiempo, no mira con buenos ojos, la manipulación y la influencia de Evelyn.
Pero como dijimos, estos cambios provocaran problemas y algunas confusiones amorosas, por darles un nombre elegante, que serán decisivas para el desarrollo de la trama.
Pero hasta aquí contaremos, dejaremos que el espectador cuando vea la obra, descubra que peligrosas relaciones, se tejerán entre ellos.
La trama es muy entretenida y mantiene enganchado al espectador en todo el momento, que quiere adelantarse y descubrir que sucederá con esta nueva pareja, que tan unida parece, pese a sus diferencias.
El elenco reunido, es realmente un lujo para el teatro off, arrancando con Gastón Cocchiarale, joven y talentoso actor, muy recordado por su participación en la película El Clan, donde era Maguila. Aquí personifica a un entrañable personaje, Andrés, que a lo largo de la obra sufre una increíble transformación, tanto en su aspecto físico, como en su personalidad, pasando de ese ser el chico inseguro y medio nerd del comienzo, a una persona mucho más desenvuelta, atractiva y con una autoestima creciente.
Genial el trabajo de Gastón, componiendo un personaje adorable, que causa una gran empatia en los espectadores.
La otra gran protagonista de la historia es Victoria Alsua, la estudiante de arte que llegó hace poco tiempo, a ese pueblito perdido como ella misma denomina.. Ella es Evelyn, moderna y liberal, desestructurada, de mente muy abierta, que con su estilo directo y muy sexual, enamora a Andrés. Con su simpatía y su belleza, no solo cautiva a Andrés, sino también conquista a la platea. Una gran interpretación la de Vicky.
Cuando dijimos que el elenco, era de lujo para el off, no exageramos en nada, la pareja de amigos de Andrés, la forman María de Pablo, de recordada actuación en Claveles Rojos, obra de gran recorrido en el off , papel por el que recibió numerosos reconocimientos. Aquí compone a Jenny, una chica bien, dulce y bastante superficial, pero con gran encanto. Una actriz super talentosa María, versátil y con un estilo particular, que se disfruta mucho.
Para completar este poker virtuoso, nos resta mencionar a Juan Luppi, de familia de actores y nieto del gran Federico. Vivió diez años en España, donde tuvo gran éxito con Los Serrano, Aquí da vida a un Felipe, con mucho carácter, machista y bastante pendenciero, su personalidad choca mucho con Evelyn, con la que se producen cruces verbales muy filosos, que incomodan al resto.
Se luce mucho Juan, mostrando sus condiciones.
Fue algo larga la descripción, pero creemos que la valía de los trabajos, merecía este mínimo reconocimiento, ya que el lucimiento de este grupo de actores, es el que otorga la fluidez y dinámica que presenta obra. Para lograr esto, debemos darle mucho mérito el director, que consigue una puesta ágil y muy atractiva.
Además de las interpretaciones, hay otros ítems que debemos destacar, uno de ellos es el diseño escenográfico a cargo de Sabrina López Hovhannessian, con esos huesos de fondo, simulando un museo y con los propios actores construyendo los distintos espacios, que requiere la trama, moviendo elementos que están en todo momento en el escenario. Un recurso ingenioso y muy bien explotado.
También resaltamos el diseño lumìnico de Jorge Ferro y los momentos musicales, que separan los diferentes actos.
Están todos los detalles muy bien cuidados y esto contribuye a la belleza que tiene la puesta y aquí tiene fundamental ingerencia, el productor de la obra Gonzalo Cirigliano, por el gran esfuerzo económico, realizado en compras de derechos, elección de director, elenco, etc. Sin dudas, hay que tener un gran amor por el teatro, para semejante inversión económica, en el ámbito del teatro independiente, donde la mayor parte son gastos. El esfuerzo se nota, en una puesta que resulta un lujo para el teatro off, por eso mencionamos a Gonzalo, ya que es una parte fundamental del proyecto.
En definitiva, estamos en presencia de una historia de amor muy particular, en la que podemos observar como muchas veces la influencias de los otros y estar enamorados, pueden modificar nuestras conductas más arraigados. La obra también nos invitará a reflexionar, acerca de la amistad y de sus valores, de lealtad y de traiciones. Además nos habla del arte y sus límites, tratando de dilucidar cuando el arte deja de ser tal, para transformarse en un grotesco.
Todo es válido en nombre del arte ?? Podemos superar todas las barreras morales, invocando que estamos haciendo arte o hay límites que nunca debieran superarse ??
La pieza tiene un libro rico y nos tiene preparado un final tan contundente, como inesperado, que dejará al espectador sorprendido y seguramente tomando posición sobre el dramático giro que toma la historia, es ese último tramo.
No vamos a contar más, solo decir, que estamos en presencia de una valiosa propuesta del teatro independiente, que reúne una dramaturgia atractiva e inteligente, una dirección precisa y actuaciones magníficas.
Con todo lo mencionado, no debe sorprendernos, el arrollador arranque que tuvo la obra, agotando localidades desde su estreno y prometiendo seguir haciéndolo por muchas funciones más.
Recomendamos La Forma de las Cosas, la van a disfrutar enormemente y seguramente van a quedar tan sorprendidos como nosotros, con su desenlace, que de ninguna manera, los dejará indiferentes.
Pensador Teatral.