Viernes 21 hs en IFT Espacio Teatral ( Boulogne Sur Mer 549 )
Nuevamente la cartelera porteña nos convoca para ver al escritor y dramaturgo polaco, Witold Gombrowicz, en una obra que tiene su sello característico, mucha creatividad, un relato con ingredientes fantásticos, poesía y una crítica implícita a aquellos, que nos gobiernan.
Recordamos que Witold, tiene muchos lazos con Argentina, que podemos considerar fue su segunda patria. A bordo de un trasatlántico, que había zarpado desde Varsovia, llegó a Buenos Aires, donde iba a estar solo una semanas, dictando unas conferencias. Pero justo en esos momentos, estallaba la Segunda Guerra Mundial y Polonia sufría una brutal invasión de parte de los nazis, no siendo para nada recomendable su vuelta.
Por lo tanto, esa venida por pocos días, se transformó en un exilio de más de veinte años y de a poco, se fue transformando casi en un porteño más, siendo Buenos Aires, el lugar donde escribió la mayor parte de sus obras.
En esta ocasión, la pluma genial de Gombrowicz, crea una historia, con tintes variados, que algunos consideran como una parodia del Hamlet de Shakespeare, ya que en vez del drama, aquí el hilo conductor, es la farsa y el vodevil. Las acciones se desarrollan en un reino imaginario, donde la burla y el grotesco, serán las características principales de la bizarra corte real.
Este relato desopilante, se potencia con una puesta muy atractiva de Leo Di Nápoli, que crea una atmósfera ideal, para que la locura de estos personajes que parecen sacados de un cuento, pueda fluir Además la adaptación, tiene guiños locales, que le dán una irreverencia y una imprevisibilidad a la puesta, que nosotros celebramos. Para que vean que no exageramos, adelantamos, que en algún momento aparecerá en la trama alguna frase de Mirta Legrand, algún estribillo de Pablito Ruíz y la figura de Juanita Viale. Un cóctel creativo, que redunda en risas de una platea, que celebra cada una de las sorpresas, que la obra tiene para ofrecer.
La historia, nos contará como un inmaduro Príncipe Felipe, heredero del trono, en uno de sus habituales paseos por los alrededores del palacio, descubrirá a una muchacha desprovista de todo encanto, poco agraciada desde lo físico y sin luces desde lo mental. No es linda, ni inteligente. Todo lo contrario, hasta podríamos decir, que irrita su existencia tan insulsa-
Es imposible que Felipe, se fijara en esa chica, pero en tono de broma y de desafío, arrancando con un juego de que pasaría si fuera al palacio y le dijera a los padres , que planeaba casarse con esa muchacha plebeya y sin ningún atractivo, el príncipe decide seguir adelante con el montaje y llevar a Yvonne a palacio.
El gran problema es que aquella muchacha, no puede cumplir con el mínimo protocolo, no habla, no reacciona, carece de toda gracia y ni siquiera puede hacer una reverencia ante los reyes. Esta muchacha es un verdadero problema para todos y lo que comienza como una gracia, se irá transformando en pesadilla para la realeza, que no tolera la posibilidad de que esa muchacha, realmente forme parte de la familia real.
Hasta allí contaremos, cuando el espectador vea la obra, podrá ver hasta donde son capaces de llegar, con tal de que Yvonne, desaparezca de sus vidas, sin importar las limitaciones mentales que sin dudas presenta la pobre muchacha, que no puede consigo misma.
Si bien la obra como dijimos está montada en tono de farsa y sátira, el autor no deja de mostrarnos la crueldad del poderoso, que encerrado en su cúpula de cristal, no tiene empacho, en burlarse de los seres más desprotegidos y aprovechar sus múltiples privilegios.
Uno de los puntos muy fuertes que tiene la obra, son las actuaciones. Un elenco que está en absoluta sintonia, con ese tono de vodevil, que propone el director para la puesta y que en nuestra opinión, brinda excelentes resultados.
Las actuaciones son muy parejas por lo destacadas y por lo que suman en el conjunto, el elenco es numeroso y vamos a nombrarlos a todos, ya que las composiciones son realmente notables.
Arranquemos por Leo Di Napoli, que además de ser el director y quien adapta la obra, es unos de los protagonistas de la historia, ya que encarna al Príncipe Felipe, infantil y caprichoso, como todo hijo de Rey, no sabe detener a tiempo, la parodia que Yvonne, se convierta en su esposa. Fundamental el aporte de Leo, en su doble función.
Quienes están realmente soberbios son Fidel Araujo, como el Rey Ignacio y Paula Fernández Dossi como la Reina Margarita. Ambos con gran presencia escénica y un histrionismo a flor de piel, muestran la frivolidad y vulgaridad, que pueden tener los gobernantes. Magníficas actuaciones de ambos.
Lucía Gómez Uriz, es una de las revelaciones de la noche, con su personaje de Ofelia, que se desplazará en patines, durante toda la obra, en otro de los originales y efectivos recursos que tiene la puesta. Para destacar la expresividad en el rostro de Lucía, que parecía hablar con sus ojos.
Desde personajes secundarios, pero muy bien logrados, aportan lo suyo, Anne Castillón es el Chambelan, una buena metáfora de esos personajes serviles que siempre rodean a los poderosos. Diego Jacuzzi es Cirilo, amigo del príncipe, destacamos su corporalidad y la gracia en sus movimientos. logra destacarse. Marita Llorens es la Tïa de Ivonne e Ignacio Castro como el ménidgo y Cipriano, aprovechan cada una de sus intervenciones. Todos los mencionados, componen muy bien sus papeles y dan glamour a la puesta desde sus impecables vestuarios.
Para el final dejamos a quien interpreta a Yvonne, nos referimos a Florencia Recio, que debe llevar adelante un papel muy complejo, todo un desafio para ella, ya que con una máscara que le tapa el rostro y sin tener el don del habla, deberá expresarse solo mediante sus torpes movimientos. Gran trabajo el de Florencia, que merece verse para apreciar de manera integral.
Se hizo tal vez algo larga la descripción, al ser numeroso el elenco, pero por lo valioso de los trabajos y por el peso que tienen los mismos en la pieza, creemos era justo mencionarlos a todos.
La puesta es otro punto muy fuerte que tiene esta adaptación de Leo Di Nápoli, la escenografía se resuelve con seis paneles móviles, que irán rotando en toda la noche, sirviendo además para la aparición y escondite de los protagonistas y como metáfora del laberinto que resulta ese castillo para Yvonne. Reconocimiento aquí para Sabrina López Hovhannessian, a quien estamos elogiando muy seguido por sus trabajos.
Rubros que brillan en la puesta, son los de maquillaje de Greta Sánchez Cornejo, realización de máscaras de Vanesa Bruni y el sin dudas el vestuario. En los tres casos, un lujo para el teatro independiente.
Por último, no hay que dejar de mencionar la música original de Carlos Veliz, que con su chelo y el trombón de Cristian Veliz, otorgan un marco musical, que agrega valor a una puesta riquísima.
Para ir concluyendo, confluyen una muy buena adaptación de la obra de Gombrowicz, que en tono de farsa, desnuda como muchas veces nuestros gobernantes, en vez de estar ocupados en temas importantes, se quedan en frivolidades y disfrutando ls prebendas, que el poder les otorga.
Yvonne, Princesa de Borgoña, es una obra para reír, reflexionar y para disfrutar de una puesta muy atractiva, con actuaciones magníficas, en un espacio tradicional como el IFT, que una vez más, nos ofrece un muy buenos espectáculo.
Pensador Teatral.
Se hizo tal vez algo larga la descripción, al ser numeroso el elenco, pero por lo valioso de los trabajos y por el peso que tienen los mismos en la pieza, creemos era justo mencionarlos a todos.
La puesta es otro punto muy fuerte que tiene esta adaptación de Leo Di Nápoli, la escenografía se resuelve con seis paneles móviles, que irán rotando en toda la noche, sirviendo además para la aparición y escondite de los protagonistas y como metáfora del laberinto que resulta ese castillo para Yvonne. Reconocimiento aquí para Sabrina López Hovhannessian, a quien estamos elogiando muy seguido por sus trabajos.
Rubros que brillan en la puesta, son los de maquillaje de Greta Sánchez Cornejo, realización de máscaras de Vanesa Bruni y el sin dudas el vestuario. En los tres casos, un lujo para el teatro independiente.
Por último, no hay que dejar de mencionar la música original de Carlos Veliz, que con su chelo y el trombón de Cristian Veliz, otorgan un marco musical, que agrega valor a una puesta riquísima.
Para ir concluyendo, confluyen una muy buena adaptación de la obra de Gombrowicz, que en tono de farsa, desnuda como muchas veces nuestros gobernantes, en vez de estar ocupados en temas importantes, se quedan en frivolidades y disfrutando ls prebendas, que el poder les otorga.
Yvonne, Princesa de Borgoña, es una obra para reír, reflexionar y para disfrutar de una puesta muy atractiva, con actuaciones magníficas, en un espacio tradicional como el IFT, que una vez más, nos ofrece un muy buenos espectáculo.
Pensador Teatral.