Sábados 21 hs en El Método Kairos Teatro ( El Salvador 4530 )
Una propuesta original y atractiva llega con La Patada del Camello, obra escrita por Sofía González y Sandra Criolani, en su ópera prima como dramaturgas. Y el debut no podía ser más auspicioso, ya que escribieron una pieza sensible y profundamente emotiva.
Al ingresar a la sala ya notamos que será una noche especial, nos recibe una escenografía con dos butacas de avión, un comisario de abordo y enseguida escucharemos las instrucciones habituales antes de cada despegue, por lo que no quedan dudas, que pronto subiremos al avión de las Aerolineas Minos, con destino a Egipto.
En el viaje que nos propone la obra, acompañaremos a las dos protagonistas de la historia, Candela ( Sofía Isabel González ) y Pilar ( Sandra Criolani ), dos mujeres que en apariencia son muy diferentes entre sí.
Candela es una reconocida artista plástica, exitosa en su profesión, autosuficiente y muy segura de si misma. En cambio su compañera de viaje Pilar, es ama de casa, casada, con una hija y se nota su apego a los mandatos sociales, todo lo contrario de Candela, que luego de charlar unos minutos, le confesará que es soltera y bisexual, algo que parece asustarla bastante a Pilar.
Si bien las mujeres parecen totalmente opuestas, hay algo que las une, ambas parecen estar huyendo de algo, Candela decide tomar el avión, luego de recibir una noticia inesperada sobre su salud y Pilar, parece escaparse de una relación matrimonial, en la que no se siente cómoda. A las dos, se las nota tristes y en algún momento con lágrimas en sus ojos. Ninguna de las dos, tiene un presente feliz.
El vuelo transcurre, con Candela intentando leer o dormir, su compañera de asiento, en cambio se empecina en darle charla y el comisario de a bordo aparecerá ofreciendo la cena. Parece un vuelo común y corriente, pero en determinado momento la pieza, dará un giro inesperado y cambiará por completo.
Es muy importante conservar el suspenso y obviamente dejaremos que el espectador cuando vea la obra, sea quien descubra que sucederá en aquel vuelo, solo adelantamos que se van a sorprender mucho.
Como mencionamos antes, la dramaturgia está muy bien elaborada, las autoras estuvieron más de dos años escribiéndola y se potencia con una puesta sumamente atractiva. Parte fundamental en el proyecto tiene Nesti Dominguez, el director, quien colaboró editando la dramaturgia, formando parte además del diseño y creación de la escenografía y la música.
Vayamos ya a las excelentes actuaciones que presenta, la obra, a Sofia González, ya la habíamos visto destacarse el año pasado en La Música del Viento, una entrañable obra del off y aquí volvemos a destacar su trabajo. Con mucha presencia escénica, bella y con un tono voz grave, le dá a Candela la seguridad y la personalidad, que requiere su personaje, logrando también dar el giro , junto con la obra y mostrarse muy diferente en el último tramo de la pieza, dejando claro su versatilidad. Nos volvió a gustar mucho el trabajo de Sofia.
A Sandra Criolani, es la primera vez que la vemos en escena y su Pilar, parece ser la contracara justa de la exitosa Candela, con un carácter más dulce e ingenuo, resulta un personaje muy querible para el espectador, que compra su calidez. Estupenda la composición de Sandra.
Muy buena la dupla protagónica que conformaron Sofia y Sandra, dos jóvenes actrices con mucho futuro, que logran mucha química juntas. Pero no están solas en escena, son acompañadas por Federico Ferreyra, el comisario de abordo, cholulo de Candela, que desde un personaje secundario, cumplirá un papel clave en la historia.
Yendo a la puesta, la misma es de carácter íntimo, colaborando para ello, la acogedora sala del Kairos, teniendo muchos ítems para destacar, empezando por el diseño escenográfico de Sabrina López Hovhannessiam, simulando el avión y mostrando que sin tantos recursos, pero con creatividad e ingenio, pueden obtenerse grandes resultados, tanto que los espectadores, logran sentirse dentro de un avión. Para ello también colabora un muy bien diseño lumínico. Por último mencionar, el gran aporte de Sebastián Larena, que en vivo, acompaña con la música original que presenta la obra, enriqueciendo la puesta.
Como conclusión, nos sorprendimos gratamente con La Patada de Camello, contamos solo una parte de la trama, para no revelar aspectos importantes de la obra, que el espectador descubrirá al verla, pero podemos asegurar que la historia además de sorprender, atrapa al público, que por momentos reirá y a medida que la obra avanza, se irá emocionando y porque no derramará alguna lágrima, ya que la obra, en algún punto tiene algo de sanadora y llega al corazón.
La obra desde su estreno viene agotando localidades, lo que indica que el boca a boca está haciendo muy bien su trabajo. Por eso no contamos más, recomendamos especialmente La Patada del Camello y sugerimos reserven ya sus pasajes, para que magia del teatro mediante, puedan emprender junto a las protagonistas, este fantástico viaje que nos proponen.
Pensador Teatral.
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