Sábados 20 45 hs y Domingo 17 hs en Teatro Timbre 4.
Un Golem, es una obra muy divertida que se origina de una manera diferente, a la mayoría de los proyectos, Claudio Tolcachir una institución del teatro off, sentía el deseo de volver a trabajar con su padre Isidoro Tolcachir, pero esta ocasión era especial, ya que su padre el año pasado tuvo alguno problema de salud, ya superados y entonces emprender una obra juntos, era una buena forma de celebrarlo.
Enseguida se sumó Roberto Romano, amigo de Isidoro y un actorazo. Restaba lo más importante, encontrar la obra y allí es donde aparece Gonzalo Demaría, joven y prolífico autor argentino, de perfil muy bajo, pero siempre presente en la cartelera con piezas muy exitosas en el teatro y también incursionando en la televisión.
Con Tolcachir y Demaria involucrados en un mismo proyecto, las posibilidades de que surgiera una propuesta interesante eran altas y viendo la pieza, podemos confirmar que los buenos augurios se cumplieron.
El texto de Gonzalo es divertido y disparatado, el público se ríe mucho desde el arranque y celebra la frescura de la propuesta y las actuaciones entrañables que presenta.
Sin contar demasiado contemos algo de la trama de El Golem, un anciano estudioso de la Kabbalah con algunos problemas de movilidad, vé interrumpido su descanso, por los gritos desesperados de su vecino ( Roberto Romano ), que le golpea la puerta y le dice que se ha producido un grave accidente, al caer un muchacho de un árbol, al patio de su casa.
El relato del accidente suena inverosímil, para el anciano. El muchacho que cayó, era un apuesto moreno en paños menores, supuestamente vendedor de cinturones, que había tocado el timbre en la casa del vecino y la esposa en vez de comprarle un cinturón, como changa le había pedido que corte un árbol, con trágicas consecuencias.
No cierra por ningún lado el relato, pero la credulidad con que el vecino lo cuenta, conmueve al anciano, que por algún motivo, decide seguirle la corriente y como ocurre muchas veces, en esos casos , una mentira chiquita, trae otra más grande y llega un momento, en que la bola se hace cada vez más grande e imparable.
Por último mencionar, que golem en la mitología judía ( la obra tiene mucho componente de la colectividad ) es un ser animado fabricado a partir de materia inanimado ( por lo general barro ). Que tiene que ver esto, con la trama ? Es algo que el espectador descubrirá cuando vea la obra.
Lo más importante de esta historia, son las actuaciones, arranquemos por Isidoro Tolcachir, que tras dedicarse por más de cuarenta años a la electrónica, a propuesta de su hijo, comenzó a estudiar teatro en los talleres de Alejandra Boero y hoy lleva más de veinte años sobre el escenario. Un verdadero placer disfrutar viendo en escena a Isidoro, que con una frescura y una soltura que asombra, compone un personaje muy entrañable,
De Roberto Romano, no hay mucho que decir, es un actor de gran trayectoria y siempre que lo vemos, destacamos su trabajo. Aquí es un hombre, extremadamente crédulo, que no puede mentir nunca y que tiene una ingenuidad que por momentos exaspera. Con pasión y su gran oficio, volvemos a disfrutar su actuación.
Emanuel García, es un personaje clave de la historia, un tanto misterioso en el comienzo de la trama, pero que a medida, que la misma crece, ganará con su simpatía a la platea. Nos gustó mucho lo de Emanuel, que como Isidoro, es otro que dejo su profesión por la actuación. Fue futbolista profesional, pero una lesión en la rodilla, hizo que replanteara su carrera y se decidiera por ingresar al mundo del espectáculo.
Para el final dejamos a Daniela Pal, que tal vez es la actuación más destacada de la noche. La única mujer de la historia, se luce muchísimo componiendo a una esposa bastante mentirosa y arrabalera. Gran tarea la de Daniela, con un histrionismo a flor de piel.
La puesta tiene varios puntos a destacar, en primer lugar mencionar que siempre gozamos mucho al visitar la emblemática sala del Timbre 4, en la que hay una cercanía total entre los actores y el público. Hay un cálido diseño escenográfico de Imanol López, que recrea la casa llena de detalles del anciano. Además se aprovecha muy bien la funcionalidad de la sala, donde el patio y las escaleras, forman parte de la trama.
En definitiva, Un Golem, es una propuesta delirante y muy divertida, el espectador se reirá mucho y disfrutará de una historia desopilante, que nos hablará de las mentiras, de religión, de hombres justos y de la posibilidad de creer en milagros, todo ello matizado, con una dirección ágil y actuaciones deliciosas.
Recomendamos la obra, pasarán una momento muy divertido y serán testigos de un acto de amor, de un padre y un hijo, que se dan el lujo de trabajar juntos. Los espectadores agradecidos, porque el teatro independiente nos permite ser testigos de estos lujos.
Pensador Teatral.