Dramaturgia de Gabriel Calderón. Dirección de Mónica Benavídez.
Domingo 19 hs en La Carpintería ( Jean Jaures 858 )
Una enorme satisfacción cerrar esta particular y esperanzadora temporada teatral 2021, que supo reponerse a la pandemia, con una obra como Algo Ricardo, que reúne todos los condimentos para ser una de las propuestas favoritas para el público, ya que reúne un texto inteligente y original del dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón, una puesta efectiva y muy atractiva de Mónica Benavídez, pero sin dudas que la frutilla del postre, es la excelente actuación de Osmar Núñez, verdadero un animal de teatro, que abraza con pasión y carisma este unipersonal, que lo tiene como protagonista y hoy nos convoca.
En la historia escrita por Calderón, tendremos a un actor que es elegido para protagonizar Ricardo III, la tragedia de William Shakespeare, que nos presenta a uno de los tiranos más repudiados de la historia, que no dudó en matar a quien encontraba en el camino, para cumplir su objetivo de ser coronado como Rey de Inglaterra. El actor elegido para el papel, es Osmar Núñez, que hace de si mismo y se siente halagado por haber sido seleccionado para llevar adelante un personaje, que todo actor desea representar, cuando se inicia en la profesión.
Pero la obra tiene una vuelta muy interesante, ya que si bien veremos en la trama, varios fragmentos de la tragedia isabelina, interpretados por Osmar, que desdoblará varios personajes de la misma, pronto advertiremos que ese no será el foco principal de la dramaturgia. Por el contrario, la idea de Algo de Ricardo, es hablar del actor, de su universo interior, sus miedos, sus sueños, los egos, la competencia con otros actores, entre otras cuestiones inherentes al oficio.
La trama juega hábilmente con el humor y la ironía, para desnudar intimidades de los elencos, las internas con los rubros técnicos, la relación con el director, la necesidad de obtener el subsidio para financiar el proyecto, entre otros temas que resultan muy atractivos para el espectador, que de a poco irá descubriendo, como el protagonista irá tomando características del maléfico personaje de Ricardo III en la vida real, para ostentar el poder y la arrogancia necesaria, para tomar el control de la obra y eliminar a los colegas mediocres que no están a la altura de una obra de Shakespeare, que requiere un talento, que el por supuesto tiene.
Para mantener la sorpresa, no vamos a adelantar más de la trama, solo diremos que el personaje a representar tiene una exigencia actoral muy grande, ya que requiere una enorme repentización, para entrar y salir de los diferentes personajes en segundos que solo un actor debe representar, algo que Núñez, logra con una fluidez y un dominio de la situación, que solo un actor de su experiencia y talento podría lograr.
La presencia escénica de Osmar es admirable. Es un placer, ver la manera en que va desentrañando la trama, con un manejo absoluto de los tiempos y los silencios que marca el texto y rompiendo la cuarta pared en más de una oportunidad. Se lo nota muy a gusto con una obra, que parece hecha a su medida, sabiendo jugar con la ironía, para hacer una lograda caricatura del mundillo actoral. En resumen, construye una soberbia composición.
Como dato de color, agregar que por este trabajo, Osmar Núñez, recientemente recibió el Premio Luisa Vehil como Mejor Actor Protagónico 2021 y además está nominado a los Premios ACE 2021, como mejor Actor en Obra para un solo personaje. Podemos asegurarles que cuando vean la obra, van a coincidir con estos reconocimientos.
Párrafo especial para la efectiva dirección de Mónica Benavidez, que presenta una puesta muy atractiva, navegando con pericia entre el universo isabelino y el actoral, logrando con habilidad que ambas realidades se mimeticen, gracias a una puesta que entre varias virtudes, aprovecha en muy buena forma, las generosas dimensiones que tiene el escenario de La Carpintería, para que el protagonista se desplace por el mismo, algo que le otorga muy buen ritmo a la trama.
De la puesta, queremos destacar, el diseño escenográfico de Eduardo Spíndola, que nos muestra la cocina del teatro, poblando el espacio escénicos, con varios objetos de utilería, estructuras de madera, sogas y demás elementos relacionados con la tragedia isabelina y el mágico mundo del teatro. Otro punto fuerte a destacar es el vestuario de Norma Cervantes, con logrados toques medievales.
No queda mucho para agregar, Algo de Ricardo es una original y creativa propuesta, que se vale de Shakespeare y una de sus tragedias más potentes, para ingresar al fascinante mundo del actor, mostrando su costado humano, ambiciones, debilidades y principalmente la pasión con que encara la profesión, que requiere muchos sacrificios, para poder llegar finalmente a ese protagónico tan soñado y encontrar la mirada inteligente de un espectador, dispuesto a gozar con todos sus sentidos, la hermosa experiencia que resulta el teatro.
Cerramos esta crónica de la misma manera que la arrancamos esta crónica, celebrando que este proyecto, hayan confluido una dramaturgia inteligente y una dirección efectiva, para que un actor de raza como Osmar Núñez, pueda regalarnos su fantástica interpretación, coronada al final del espectáculo, con el prolongado y emocionado aplauso de los espectadores que llenaron la sala de La Carpintería y agradecen al actor, su pasión por la profesión.
Pensador Teatral.