viernes, 22 de abril de 2022

Geografías

Dramaturgia de Leandro Airaldo. Dirección de Marcelo Moncarz.





Viernes 20 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )

Un texto sensible y tierno, nos acerca en esta oportunidad Leandro Airaldo, el autor de Enamorarse es Hablar Corto y Enredado, obra que recibió múltiples reconocimientos. En el caso de Geografías, la temática es totalmente diferente, pero hay uno hilo conductor entre ambas piezas, el diálogo entre los protagonistas, la comunicación verbal y cara a cara, como forma de conocer al otro. Algo que sería lo normal, pero que en tiempos de celulares y contactos virtuales, cada vez resulta menos habitual.

La historia que nos cuenta Geografías es sencilla y conmovedora a la vez, buscando resaltar la importancia de las cosas simples, que la vida nos regala todos los días y que ocupados en otras cosas, por lo general no vemos o si las vemos, no las tomamos en cuenta como deberíamos. Se vende que es más tentador, ver una serie en Netflix, jugar a la Play o subir una historia a Instagram, antes que leer un buen libro o sentarnos en un parque para oír el canto de los pájaros o simplemente entrar en contacto con la naturaleza.






Pero volvamos a la obra que nos convoca. La historia se desarrolla una noche de verano cualquiera de 1992, en el barrio de Boedo, donde en un banco de una parada de colectivos, ya cercana la medianoche se cruzarán dos desconocidos, Federico ( Nicolás Asprella ) un joven de casi treinta años y Marcia ( Cecile Caillón ) una mujer madura. Pronto sabremos que Marcia, llega a esa parada, luego de salir de la cafetería, donde cumplió su jornada laboral trabajando de camarera, pero sin embargo no vá a tomarse el colectivo que la lleva a su casa, como todas pensarían. 

Y el caso de Federico, también es particular, está en esa parada, pero no espera ningún colectivo, es más hace años que no se sube a ninguno. Es vecino del barrio y todas las noches sale a caminar unas cuadras ya prefijadas ( siempre las mismas ) .Cuando se cansa se siente en el banco y ese es el caso. Pronto sabremos que Federico, tiene Asperger.

Para él que no lo sabe ( nosotros no lo teníamos claro antes de ver la obra ), contamos brevemente que el síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista, que suele ser menos grave, pero que afecta la capacidad de socializar a quien lo tiene, con dificultades en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Por lo general, quienes tienen este síndrome comprenden el lenguaje, según el significado exacto de las palabras, por lo que le cuesta entender chistes o metáforas. Sin embargo, tienen un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la media, mostrando un interés profundo por algunos temas específicos.






Es bueno aclarar de entrada, que la dramaturgia no toma esta situación para caer en el golpe bajo o en el sentimentalismo barato, todo lo contrario, prefiere introducir el humor, para jugar con las situaciones divertidas, que se irán dando entre un Federico lógico y exacto, que dialogará con una Marcia, descontracturada, que disfruta con las situaciones azarosas tanto que le confiesa a su recién conocido que uno de sus divertimentos preferidos, es tomar colectivos al azar, sin saber donde la van a llevar y donde bajará, algo que a Federico le resulta algo incomprensible y aterrado a la vez.

Pero, los desconocidos luego de charlar un rato, logran una buena conexión y cuando Marcia invitó a Federico,  aprovechando que estaban juntos en esa parada, para que lo acompañara a uno de esos viajes al azar de los que le habló antes. Nuestro amigo primero dudó, pero la curiosidad pudo más y al rato, estaban juntos viajando en colectivo, rumbo a algún otro barrio de Capital o Provincia que no conocían de antemano.

Y hasta allí vamos a contar, para no adelantar más de la trama y no quitar sorpresa, solo diremos que juntos ya sea viajando o hablando, nuestros amigos, van a emprender un edificante viaje, recorriendo la geografía de la ciudad y también por el mundo, pasando por Ituzaingó, Lanús, París y Roma, por nombrar solo o algunos lugares. No nos creen ??? No se olviden que la magia del teatro todo lo puede.

Es momento de hablar de las actuaciones de la dupla que protagoniza la obra y arranquemos por Nicolás Asprella, un joven actor, al que hace un par de años, primera vez que lo veíamos en escena, recordamos haberlo elogiado mucho por aquella actuación en Angel, una entrañable obra del off, que tuvo cita en este mismo Patio de Actores. Pasaron un para años, pero aún recordamos la obra y su gran trabajo.





Bien, aquí nos vuelve a regalar una composición estupenda, de ese joven que extraña mucho a su madre y que camina por las noches, para recordarla. Lector de la revista Muy Interesante y apasionado por la astronomía, disfruta mucho mirando al cielo y descubriendo los planetas. Es estupendo su trabajo, su gestualidad, su postura corporal. Se nota que hubo un gran trabajo de búsqueda de personaje y los resultados están a la vista, ya que su composición es hermosa y emociona al espectador. Felicitamos a Nicolás por este gran trabajo, ya que sin dudas era complejo el rol a representar, lo sacó adelante en gran forma y con mucho respeto.

No seamos injustos con Cecile Caillón, la otra gran protagonista de esta historia. Lleva adelante a una Marcia que está atravesando una separación que le tiene muy triste. No tuvo una infancia sencilla. Amante del azar, los viajes y de experimentar nuevas sensaciones, establece un muy buen contrapunto, con un Federico lógico y esquemático. Muy buen trabajo el de Cecile, componiendo un personaje con gran corazón.

El estupendo texto y las excelente actuaciones, se potencian con la puesta de Marcelo Moncarz, un director que se caracteriza por retratar vínculos personales, con una mirada sensible y humana, algo que aquí logra de manera notable. Resaltar además la belleza de una puesta con poesía, que cuida mucho la estética. En esto colabora el diseño escenográfico de Jorge López y el diseño de luces de Daniela Garcia Dorato, que crean climas nocturnos, muy acordes con la trama. Y buen hallazgo, el sonido ambiente de la calle, que reproduce el tráfico de la ciudad. Se han tenido en cuenta muchos detalles y todos ellos agregar valor a una puesta, que invita a que los espectador vuelen con la imaginación, junto a los protagonistas.






Creemos que ya contamos lo suficiente, Geografías es una obra entrañable que entre muchas cosas, nos  habla de la soledad y del poder del encuentro. Cuantas personas tienen la imperiosa necesidad de hablar con otros, de comunicarse con las palabras y con las miradas ??  La propuesta es un llamado a no olvidarnos de las cosas simples y gratificantes que tiene la vida, muchas veces estamos ocupados en cosas complejas o que nosotros ubicamos en esa categoría y dejamos de lado, actividades simples que nos harían bien al alma, como sería encontrarnos con un amigo para charlar o mejor aún la posibilidad de generar un encuentro con un desconocido.

Disfrutamos mucho la obra y celebramos que en estos tiempos de crispación y violencia, tengan espacio propuestas como las de Geografía, que con simpleza, ternura y humanidad, nos permiten tener una mirada diferente y esperanzadora de un mundo que por lo general nos resulta hostil. Por ello, es una muy buena idea, llegarse hasta el Patio de Actores, para disfrutar de esta hermosa historia, que emociona y nos invita a la reflexión, resultando un verdadero soplo de aire fresco para la nutrida cartelera teatral porteña.


Pensador Teatral.


martes, 19 de abril de 2022

Dios me Odia

Dramaturgia de Victoria Sarchi. Dirección de Silvana Sabetta.






Miércoles 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Un texto potente y muy actual, llega de la mano de Victoria Sarchi, que pone el foco en los vínculos de pareja, para dejar al descubierto el desgaste que pueden tener con el correr del tiempo y como por ejemplo, el nacimiento de un hijo, en vez de ser un hecho de unión, puede ser el detonante que termine de derrumbar una relación que venía a los tumbos-

Pero la dramaturgia es más amplia, no se suscribe a la relación de pareja,  tocará también el tema de las relaciones familiares y entre amigos, que muchas veces tienen una cubierta sólida, pero debajo de la superficie, esconden hipocresía, egoísmos y celos, que siempre están latentes y que en el momento menos pensando y mas inoportuno, pueden emerger, trayendo verdades que se callaban, desatando una tormenta.





La trama se desarrolla un sábado a la noche en la casa de Florencia y Marcelo, una pareja joven de clase media, casados ya hace un par de años y con un hijo de dos años, que por primera vez no dormirá con ellos, ya que se la llevaron a la casa de la madre de Flor, para estar solos en la reunión programada para esa noche. En esa previa, se nota tensión acumulada entre ellos, diálogos filosos, comentarios hirientes y una violencia verbal omnipresente. 

Están haciendo los preparativos para una cena muy especial, ya que recibirán a Nina y Rodrigo, recientes novios. Nina es la hermana mayor de Florencia y Rodrigo uno de los mejores amigos de Marcelo. Se conocieron en el último cumpleaños de él, ambos estaban invitados y contra todos los pronósticos se pusieron de novios. También contra todos los presagios, aún seguían en pareja. Era muy notorio que eran de personalidades muy diferentes e incompatibles, pero el amor es misterioso y  la realidad era que seguían juntos y les habían pedido reunirse esa noche, porque querían darles una noticia muy importante.





Los anfitriones tenían muy pocas ganas de que esa cena se llevara adelante, algo no les cerraba en esa pareja tan cercana. Es más, a último momento hasta pensaron en cancelarla, pero ya era tarde para ellos, la reunión indefectiblemente ocurriría. Y entre discusiones y enojos, intentaban adivinar cuál sería el motivo de la visita. Descartaban que anunciaran casamiento, porque Rodrigo siempre sostuvo que no creía en ese tipo de compromiso. Un viaje ??? No, eso no seria tan importante para pedir verse. Por más que dieron vueltas, no pudieron adivinar, cual era ese motivo. La pareja reciente, tenía un pedido muy particular que hacerles y aquí en estas líneas no lo vamos a revelar, solo adelantaremos que era un pedido que nunca hubieran imaginado y los dejará con la boca abierta.

Los diálogos entre los integrantes de aquella velada serán intensos y por momentos venenosos, buscando los puntos débiles del otro.  Hay pases de facturas permanentes, intimidades que no debían salir a la luz, pero salen. Trapitos sucios que se lavan fuera de casa y cruces verbales constantes, hay un aire belicoso en el ambiente, que rodea aquel encuentro y que pese algunos esfuerzos, no logran disiparse, pese a que en todo momento se quiere simular un ambiente  cordial o tender puentes, que queda claramente son artificiales.  Pero cumplimos con nuestra palabra y dejamos de contar, así el espectador se sorprende cuando vea la obra, de todos los tópicos que se tratarán, tal como nos ocurrió a nosotros.






Si, podemos resaltar, que hay un texto intenso y actual de Victoria Sarchi, que se potencia con las interpretaciones que presenta la obra.  Los cuatro actores reunidos, se sacan chispas en el escenario, cada uno logra darle peso propio a su personaje, obteniendo espacio para el lucimiento individual y más aún en el conjunto.

Arranquemos como Matías Broglia, que personifica a un joven escritor, que acaba de terminar su última novela. Con gran presencia escénica, funciona como el personaje central de la historia y centro de la mayoría de los conflictos. Es un actor que nos gusta mucho Matías, con un estilo muy personal, que lo muestra tranquilo por momentos y exaltado en otros, pero siempre atrayendo las miradas del público. Gran trabajo para un actor, al que notamos en continuo crecimiento y al que siempre resulta un placer verlo en escena. 





La revelación de la noche, para nosotros fue Victoria Sarchi, a quien es la primera vez que la vemos actuar y nos encantó su presentación. Con mucho desenfado, carácter y un histrionismo a flor de piel, compone a una madre joven, directa, defensora del género y de sus ideas. Para no perderse los cruces con su esposo y con su hermana mayor. Además de ser la autora del texto, Victoria nos regala una hermosa actuación. Nos encantó su trabajo.

Seguimos con Lourdes Invierno, una actriz a la que ya elogiamos en anteriores obras y que también nos gusta mucho. Con mucho oficio compone a una mujer madura, cultora de la vida natural, enemiga de los celulares y con un fuerte deseo que cumplir. Una satisfacción reencontrarnos con Lourdes, llevando adelante aquí en gran forma, un personaje complejo.







Resta menciona a Fausto Guerra, en el rol de un joven y exitoso director de cine, muy encerrado en su mundo y bastante ajeno a lo que ocurre con el resto de los mortales. Buscará ser el centro de atención de la velada, con la propuesta de llevar al cine, el nuevo libro de Rodrigo y es quien menos se mete en los conflictos, ya que parece mirar solo su ombligo. Muy buenos rasgos del personaje, que logra Fausto, en una estupenda caracterización.

Se hizo algo extensa las menciones para el elenco, pero entendemos que es un acto de justicia, ya que si la obra alcanza momentos de alta tensión y absoluta credibilidad, es gracias a las interpretaciones que presenta. Pocas veces nos encontramos con actuaciones tan parejas, por lo buenas y cuando esto ocurre hay que destacarlo.

La puesta de Silvana Sabetta es atractiva, logrando atrapar al espectador desde el arranque, con un funcional diseño escénico de Facundo Veiras que colabora con el clima intimo que pide el texto, logrando dar al relato una dinámica que se sostiene en todo momento, gracias a la calidad de las interpretaciones.






En definitiva, valoramos la propuesta de Dios me Odia, que resulta original, ya que se anima a mostrar vínculos humanos, alejados de lo políticamente correcto, más habitual en las telenovelas, que en la realidad. Poniendo en primer plano, los enfrentamientos verbales, cruces de género y competencias existentes. Dejando al descubierto las mezquindades, la lucha de egos y el debate sobre viejos mandatos sociales, que hoy están seriamente cuestionados.

Disfrutamos mucho la obra, que toca temáticas actuales y que expone vínculos reales, donde el individualismo y mantener las apariencias son objetivos centrales, imponiéndose sobre relaciones plenas y sinceras. Una pieza para reflexionar, disfrutar de excelentes actuaciones, eso sin mirar al celular, para vivir una velada teatral, donde las tensiones y los conflictos, estarán a la orden del día.-




Pensador Teatral.

sábado, 16 de abril de 2022

La Papa

Dramaturgia de Natalia Slovediansky . Dirección de Nicolás Salischiker.






Sábados 20 30 hs en Patio de Actores ( Lerma 568 )

El teatro independiente tiene la virtud de seguir sorprendiéndonos y esto es lo que ocurrió con esta obra a la que concurrimos prácticamente sin referencias previas y nos permitió disfrutar de una hermosa noche de teatro independiente, ya que nos encontramos con un texto muy bien elaborado, que con una muy buena dosis de humor y jugando con la parodia, dejará al descubierto lo negativo que resultan los fanatismos y la intolerancia, que por lo general vienen en combo.

La Papa, nos cuenta la historia de Nuni y Luli, dos hermanas adolescentes muy unidas, que disfrutan cuando están juntas . Es todo un ritual alegre ver cuando cocinan knishes, un tradicional plato judío. Se hacen bromas todo el tiempo, se ríen y escuchan los temas de Gilda a todo volúmen, mientras cocinan y ensucian todo. Se las nota muy compinches y unidas. Tienen una alegría que contagia.





En ese arranque, la propuesta parece liviana como muchas otras. Se respira un aire jocoso en el escenario, que hasta parece exagerado. A la alegría de las hermanas, se suma un tío de ambas, que visita seguido la casa y con juegos inocentes se suma al divertimento. En la casa, además hay una mucama bonachona de origen paraguayo, que tiene a su hija lejos, pero que está agradecida por estar a diario en ese ambiente festivo, que le hace olvidar sus penas.

Pero esa atmósfera divertida y descontracturada que tiene la casa y la trama, cambiará de manera dramática, cuando el primo les anuncia que ya no va a poder seguir jugando como siempre, porque se iba a convertir al judaísmo ortodoxo, camino que en breve seguiría también Luli, la hermana menor. A raíz de esta decisión, la rutina de la casa cambiará por completo, no vamos a contar demasiado, solo diremos que esas hermanas que eran tan unidas y compinches, pasarán a ser casi enemigas. Las risas son reemplazadas por gritos y enojos. La armonía y alegría que reinaba en la casa, deja lugar ahora para las discusiones y las peleas. Pero cumplimos con nuestra palabra y hasta allí contamos, el resto lo descubrirán cuando vean la obra.






Es momento de hablar de las actuaciones que presenta la obra, arrancando por Natalia Slovediansky, que es la autora del texto y una de las protagonistas, ya que representa a Nuni, la hermana mayor, que sufre la decisión de su hermana y a raíz de ello se enojará con la religión. Muy bueno el trabajo de Natalia, con una gran entrega y luciéndose en partes cantadas que tiene la trama y le toca llevar adelante.

Florencia Rodríguez Zorrilla, es Luli, la hermana menor. Nos gustó mucho su interpretación, destacándose su gestualidad y en su caso, en el cambio que experimenta su personaje en la segunda parte de la trama y como logra transmitirlo. Muy buena la química que muestra con Natalia y es muy interesante observar el contrapunto que muestran, en los diferentes estados de la relación.

Mariana Alvarez, compone a Susy, una empleada doméstica, muy tierna, que trata de que reine la armonía en el hogar y cuando ello no ocurre se encomienda a la Virgen de Cacupé. Lucas Spano es el tío, personaje clave de la historia, ya que su decisión cambiará el curso de la historia. También aquí impresiona su cambio, en el momento de quiebre de la historia. Completa el elenco, Alejandro Cohen, con una personificación perfecta de un rabino y siendo además el encargado de Ateos Anónimos, una satírica institución, que aparecerá en el relato y de la que no queremos dar más pistas.






Se hizo algo extensa la descripción, pero entendemos que era justo hacerlo, ya que estamos en presencia de un elenco joven, que se muestra muy comprometido con la historia y sabe como transitar los diferentes momentos de la trama, personificando salvo en el caso de Nuni, a más de un personaje.

La puesta de Nicolás Salischiker es realmente atractiva y consigue atrapar al espectador en todo momento, logrando que la trama recorra temas profundos y complejos, con una cubierta más bien divertida, con pasajes musicales y espacios didácticos donde el espectador aprende sobre la cultura judía. Además es una buena idea el uso de la satirización para descomprimir y pudiendo ser irreverentes con la religión, algo que pocos se atreven a hacer, dejando en claro que se trata de ficción.






Hay un muy buen uso de los recursos escénicos, ya los propios actores corriendo una mesa y unas sillas, crean los diferentes ambientes que presenta la historia. Para destacar además el vestuario que colabora con la caracterización de los personajes. Esta es una buena muestra, de optimizar recursos, ya que con simpleza y muy ingenio, se pueden lograr puestas atractivas.

En definitiva, nos llevamos una muy grata sorpresa con La Papa, una obra que divierte, enseña, emociona ( si, todo eso junto )  y además nos invita a reflexionar sobre lo negativo que resultan todos los tipos de comportamientos fanáticos, ya sean religiosos, políticos o deportivos. Y como muchas veces estos fanatismos, pueden quebrar una familia o amistades de años.






 Que diferente resultaría el mundo, si los que tienen un pensamiento no intentan convencer a los otros todo el tiempo, de que sigan su doctrina y al mismo tiempo el que no profesa las ideas del otro, debería ser tolerante con las mismas. La obra logra que el espectador se identifique con lo que ve el escenario, porque seguramente tiene algún caso cercano con la temática que se toca.

Y para el final comentar que la historia que cuenta La Papa, está basada en la historia de vida de Natalia Slovediansky, que se anima a contar la misma en primera persona, algo que emociona y realza mucho más el texto. Nos gustó mucho la obra y por eso la recomendamos, los invitamos a que se lleguen hasta el Patio de Actores, para conocer esta entrañable historia, que va directo al corazón del espectador y deja una linda enseñanza.


Pensador Teatral.


viernes, 15 de abril de 2022

Más que Real

Libro de Laura Manzini. Dirección de Emiliano Samar.






Viernes 20 30 hs en Belisario Club de Cultura ( 1624 )

Una comedia musical muy divertida llega de la mano de Más que Real, que con una historia simple y estupendos momentos musicales, nos hablará de la soledad, los miedos y las neurosis que podemos llegar a tener, cuando notamos que no estamos cumpliendo con uno de los mandatos sociales más fuertemente arraigados, casarnos y tener una familia. La presión de la sociedad es grande y muchas veces esto puede causar problemas en la mente de la persona apuntada. Todo esta problemática, es abordado con mucho humor y jugando con el absurdo.

El relato nos cuenta la historia de Claudia, una mujer madura que trabaja en un consultorio médico que atiende a personas de la tercera edad. Su vida no luce feliz, tiene que lidiar a diario con las demandas de los ancianos y médicos, teniendo que hacerse cargo además de su madre enferma, que desde la casa le dá todo tipo de instrucciones, dejando en claro que puede hacer y que no. Pero más allá de ello, el problema de Claudia es que se siente muy sola, sus fracasos amorosos son una constante y se le está haciendo difícil soportar la situación.






Y precisamente para poder escapar de una realidad que le duele, su mente creará un compañero al que solo ella puede ver, pero que cobrará vida, siendo en primera instancia una buena compañía, pero que a medida que el tiempo pasa, irá ganando espacio y será muy difícil de mantener a raya, obligando a Claudia a pensar en como eliminar a su amigo especial.

Para ayudarla en esta misión, recurrirá a una psicóloga muy particular y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso. Para descubrir si Claudia tuvo éxito en hacer desaparecer a ese fantasma, que nace de su mente y quiere tomar las riendas se su vida, deberán ver la obra.

Sin dudas que la pieza logra destacarse, por la muy buena actuación de la dupla protagónica conformada por Laura Manzini y Max Accavallo. Laura es la protagonista de la historia y quien lleva adelante el hilo de la misma. Para quien no lo sabe, les decimos que Manzini, es una actriz y cantante de gran trayectoria, con numerosos espectáculos musicales que resultaron exitosos en su haber.  Se luce mucho en las partes cantadas, con un repertorio muy variado. Aquí sorprende por su histrionismo y su entrega corporal para redondear una estupenda composición.





Max Accavallo, la acompaña en gran forma, desdoblando gran cantidad de personajes, que entrarán y saldrán a escena en varias oportunidades, para dialogar con nuestra heroína.  Nos gustó especialmente su representación de  la psicóloga y del personaje final, del que no adelantaremos nada. Max, aporta frescura a la pieza, también se muestra cómodo en las partes cantadas, conectando muy bien con Laura.

La puesta de Emiliano Samar es minimalista, con pocos elementos en escena. Un escritorio, un par de sillas, un biombo y poco más es suficiente para dar marco al relato. Del resto se encargan los protagonistas, que con sus composiciones hacen que el espectador imagine el resto. De la puesta, queremos destacar los arreglos y la dirección musical de Mariano Frumento, fundamental en el formato que presenta la pieza.






Más que Real transita su segunda temporada en cartel y es importante destacar, que en su primera temporada, la obra tuvo varias nominaciones a los Premios Hugo y su protagonista ganó el premio de Mejor Actriz Protagónica en musical off. Luego de ver la obra, podemos afirmar que dichos reconocimientos, nada fáciles de obtener con tantas propuestas en cartelera, fueron más que merecidos.

Concluyendo ya, disfrutamos de una linda noche de teatro, viendo Más que Real, que en clave musical y mucho humor, nos hablará de temas difíciles, como la soledad y de como en situaciones extremas, nuestra mente puede llevaros a situaciones límites. Además se encontrarán con una puesta muy dinámica y actuaciones deliciosas, de una dupla protagónica, que nos tienen reservado un final de telenovela.


Pensador Teatral.


miércoles, 13 de abril de 2022

Aire de Montaña

Dramaturgia y Dirección de Pilar Ruiz.






Martes 21 hs en El Galpón de Guevara ( Guevara 326 )

Teníamos muchas ganas de ver Aire de Montaña, la nueva obra escrita por Pilar Ruiz, ganadora del Premio CTBA- Banco Ciudad 2020/2021, ya que varios conocidos nos la habían recomendado y más aún sabiendo que Pilar es una autora muy talentosa y dueña de una pluma sensible Si a esta introducción, le sumamos el gran elenco reunido para la ocasión, las expectativas eran realmente altas.






No vamos a alargar el suspenso, ya que de entrada vamos a decir, que las expectativas se cumplieron con creces. Nos gustó mucho la obra y sin dudas que en ella se nota la impronta de Pilar, especialista en retratar vínculos humanos. Aire de Montaña es una tragicomedia entrañable con aires nostálgicos, que nos invita a viajar a la Patagonia, para ser testigos del reencuentro de viejos amigos, historias intensas que quedaron inconclusas, recuerdos, silencios y secretos guardados bajo siete llaves, que pugnan por salir a la superficie.

El relato arrancará con Lorena, que luego de treinta años regresa a la ciudad patagónica donde vivió su infancia y adolescencia. No vuelve sola, lo hace con Tomás, su hijo adolescente que solo conocía aquel lugar por las historias que ella le contaba. De manera fortuita o no tanto, Lorena tocará el timbre de la casa de Jorge y Marina, sus grandes amigos, que son pareja desde hace años y con los que compartió muchísimos momentos de su adolescencia, teniendo juntos gran cantidad de anécdotas de momentos compartidos en la escuela, en bailes y en aquellas montañas que enmarcan el paisaje patagónico.






En el comienzo de aquel reencuentro, se nota un ambiente de tensión entre los anfitriones y sus visitantes. Hay una mezcla de desconfianza y de reproche para con Lorena, por haberse ido de manera abrupta a Buenos Aires y no haber vuelto a esos pagos, ni una vez. Establecen  una distancia lógica por el tiempo transcurrido.  Además no volvió sola, llegó con su hijo, al que no conocían, pero notan que es muy parecido a ella, tanto en el aspecto físico, como en el carácter.

Pero la noche patagónica y el alcohol que corre en aquella velada, comienza a aflojar las tensiones,  la música que suena en el viejo tocadiscos de Jorge, también colabora en el acercamiento. Irán llegando los recuerdos, algunos inofensivos y otros no tanto. Algunos secretos profundos, pugnan por salir a la superficie. Los silencios también jugarán un papel importante, porque muchas veces lo que no se puede decir con palabras, los cuerpos encuentran la manera, de expresarlo de otras forma.






Y hasta allí vamos a contar de la trama, para no revelar las sorpresas y las pistas que el texto nos irá revelando a medida que la obra avanza. Si diremos que esta tragicomedia, si pudiéramos catalogarla en ese género, nos ofrecerá un relato sensible, humano y cargado de sensibilidad, que pondrá al descubierto como la vida puede seguir adelante, superando los fantasmas del pasado, pero cuando quedan historias inconclusas, estos fantasmas tarde o temprano, terminan volviendo.

Como mencionamos antes se reunió un muy buen equipo para esta obra, con un elenco encabezado por un actor de raza como Carlos Potaluppi, con innumerables trabajos en cine, tv y teatro comercial, no siendo tan común verlo actuar en propuestas del teatro independiente. Celebramos que lo haya seducido el proyecto y se haya sumado a este elenco, ya que destaca claramente por su gran presencia escénica, su gestualidad, su voz potente y esa risa inconfundible que lo caracteriza. Estupendo su trabajo y sin dudas, su presencia le agrega jerarquía al teatro off. Un placer verlo a Carlos aquí, tan comprometido con su personaje, para disfrute de la platea, que estando cerca, puede apreciar cada uno de sus movimientos.






Pero no seamos injustos con el resto del elenco, hay una composición soberbia de María Inés Sancerni, que lleva adelante a una Lorena meláncolica, que retorna a la ciudad de su infancia, atraída por recuerdos de tiempos mejores. Ya madura y en una etapa decisiva de la vida, siente que es hora de conectarse con sus raíces y además mostrarle a su hijo como estaba compuesto ese mundo, donde ella fue feliz. Con una sensibilidad a flor de piel, María Inés, una gran actriz,  nos regala una composición exquisita.

Clarisa Korovsky como Marina, completa ese triángulo de amistad y secretos guardados por mucho tiempo. Movilizada por la llegada de Lorena, activará en su mente recuerdos que estaban en reposo, pero bien vivos. Es muy bueno el trabajo de Clarisa, secundando dos actuaciones soberbias como las mencionadas anteriormente.

Resta habla de Juan Tupac Soler, un joven actor al que elogiamos ya muchas veces desde este sitio y con participaciones destacadas en anteriores obras dirigidas por Pilar Ruiz. Aquí vuelve a mostrar su enorme versatilidad y que es un actor todo terreno que siempre rinde. Cámara fotográfica en mano, intentará retratar aquellos momentos presentes que merecen quedar testimoniados. Perteneciente a una generación diferente, marcará muy buenos contrapuntos con el resto, con guiños interesantes como el lenguaje inclusivo que utiliza. Además Juan por momentos, llevará el rol de presentador de la historia, siendo un personaje clave de la historia. Excelente trabajo.







Se hizo algo larga la descripción, porque las actuaciones son todas de muy buena factura y son fundamentales para que el texto fluya y sea creíble. Se los nota con muy buena química entre ellos  y entregados por completo a una trama exigente, que requiere saquen de su interior se faceta lúdica y todos logran hacerlo

Yendo a la puesta que presenta la obra, es realmente atractiva, con varios puntos a destacar. Arrancando por el original diseño escenográfico de Julieta Potenze y Ariel Vaccaro, que no es sencillo de describir y juega mucho con lo geométrico. Sin puertas y ventanas,  muestra los difusos límites entre el interior y el exterior, siendo transparentes para el público, que accede a la intimidad de estos personajes. Otro acierto de la puesta, es la inclusión de varios momentos musicales que tiene el relato, que logra descomprimir algunos pasajes de alta tensión que suceden entre los personajes. 






En definitiva, nos gustó mucho la propuesta de Aire de Montaña, que nos hace viajar con la imaginación hacia el sur de nuestro país. La dramaturgia desde el arranque atrapa al espectador, que quiere descubrir que esconden estos entrañables personajes que viven en esta historia, que nos habla de la amistad y de aquellos recuerdos que aunque hayan pasado muchos años, seguimos atesoramos en nuestro corazón, pactos de silencios implícitos y como muchas veces decimos las cosas que podemos y no las verdades que conocemos.

Ya se está volviendo una grata costumbre, elogiar los textos de Pilar Ruiz, que con una mirada moderna y abierta, sabe como poner el foco en las relaciones humanas, ofreciendo historias actuales con las que el público se siente identificado, en este caso lo hace con una bella puesta cargada de música y poesía, para acompañar las estupendas actuaciones que tiene la obra y poder sacar la última foto de la noche, antes que baje el telón.


Pensador Teatral.


domingo, 10 de abril de 2022

Stefano

Texto de Armando Discépolo. Versión y Dirección de Rubén Pires.





Domingos 19 30 hs en Teatro Andamio 90 ( Parana 660 )

Stefano fue escrita en 1928 por Armando Discépolo y transita su segunda temporada en el Andamio 90, en esta renovada y atractiva versión de Rubén Pires, que nos presenta un grotesco musical ambientado en un conventillo de Buenos Aires en los principios del Siglo XX.





Este clásico nos introduce en la historia de Stefano, un músico egresado del Conservatorio de Nápoles, que llegó a la Argentina allá por el 1900, como lo hicieron miles de inmigrantes, con el sueño de hacerse la América, aprovechando las oportunidades que prometían estas tierras lejanas. 

En el caso de Stefano, el sueño a cumplir era dirigir una orquesta importante y componer una ópera que lo convierta en una celebridad. Su carrera en Italia y su talento musical, eran prácticamente una garantía de lograr ese éxito. Para cumplirlo se embarcó hacia estas tierras con sus padres, que vendieron su casa, su campo y sus pertenencias en tierras napolitanas, para acompañar el sueño de su hijo. Tenían una vida feliz allá, pero imaginaban que aquí con el suceso que tendría su hijo, encontrarían una gran prosperidad.






El relato se inicia, veinte años después de haber llegado a Argentina y la realidad era muy diferente a la que todos imaginaban. Stefano se casó con una mujer argentina y formó su propia familia, teniendo 4 hijos. Lejos de la opulencia que imaginaron antes de emprender la travesía, vivían todos juntos en un conventillo, sin que les sobrara nada, contando las monedas para que no faltara nunca el pan. Las ilusiones con las que habían llegado, se fueron esfumando con el correr de los años y todos en mayor o menor medida, se sentían defraudados por Stefano, que al no poder convertirse en un director de orquesta reconocido, no pudo cumplir nada de lo que prometió.

La obra nos mostrará como muchas veces la realidad nos golpea de manera despiadada, los sueños naufragan y allí arranca la desilusión  y la frustración. Aquel hijo prodigioso, se irá convirtiendo en el culpable de la vida miserable de su familia, que debe adaptarse a las circunstancias, maldiciendo a los cuatro vientos en haber confiado en la utopía que les había prometido su héroe.

Discépolo relata aquí con crudo realismo, lo que sucedió con muchos inmigrantes que llegaron cargados de ilusiones y se debieron conformar con una vida llena de privaciones, que los hacía añorar la tierra que dejaron atrás. Obviamente otros inmigrantes tuvieron mejor suerte, pero no fue el caso de Stefano. Y hasta allí vamos a contar, el resto lo dejaremos sin revelar, para que el espectador lo descubra cuando vea la obra.





La puesta de Rubén Pires recrea la vida en los conventillos de aquel entonces y como las distintas generaciones vivían bajo un mismo techo, teniendo que adaptarse y convivir lejos de las condiciones de vida ideales, siendo el sacrificio la moneda corriente.  El relato de esta pieza, tiene a la música como columna vertebral y precisamente los momentos musicales tan logrados que tiene la obra, le otorgan belleza y poesía a la puesta.

Entre los muchos logros que presenta esta adaptación, debemos mencionar que son ocho los actores reunidos en escena, algo que no es lo habitual. Y aquí no hay solo una cuestión de número, ya que las actuaciones que presenta la misma, merecen que les dediquemos algunas líneas.





En primer lugar, destacar el trabajo de Luis Longhi como Stefano, el gran protagonista de la historia, componiendo con mucha sensibilidad a un personaje que debe soportar la enorme pena por su fracaso y además contener los reclamos de todos los que los rodean, que lo culpan por su aciago presente. Gran trabajo de Luis, que en su estupenda interpretación, incluye momentos musicales deliciosos tocando el piano, para deleite de la platea.

Marcelo Bucossi como el abuelo y Elida Schinocca como la abuela, componen a una pareja de napolitanos adorables. Extrañan su tierra, se pelean entre ellos y reniegan tener que pasar sus últimos años, viviendo lejos de sus afectos y con una vida repleta de privaciones. Un gran gusto, ver en escena, a dos actores con tantos años de trayectoria, mostrando su enorme vigencia. Deliciosos los trabajos de Elida y Marcelo.






Maia Francia personifica a Margarita la esposa de Stefano, harta de la situación y superada por la misma, ya no tiene una gota de tolerancia. Potente la interpretación de Maia, una actriz de enormes condiciones. Lucía Palacios y Nico Cucaro, son los hijos de Stefano y los personajes más disruptivos de la historia, cumpliendo muy bien sus papeles. Mariano Falcón es el hijo mayor, el heredero de su padre y el que corre peligro de seguir el mismo camino de fracaso. Muestra presencia escénica y hace un muy buen aporte.

Párrafo especial para Gonzalo Álvarez, como Pastore, el discípulo de Stefano, que impresiona con su estupenda voz de tenor, interpretando algunos pasajes de O Sole Mío, La Donna e Móbile entre otras canciones. Su aparición sorprende y logra conmover al público por la potencia y calidad de su voz, logrando momentos musicales de enorme disfrute.

Se hizo algo larga la descripción, pero resulta un acto de justicia tomarse ese tiempo, para las menciones, porque sin dudas el director logró amalgamar un elenco heterógeno, con actores de diferentes edades y talentos, que se ponen todos al servicio de la obra, siendo importantes en el conjunto.






Yendo a la puesta que presenta la obra, hay que destacar el diseño escenográfico que transforma el escenario del Andamio 90, en un colorido conventillo, distribuido en tres planos de diferentes alturas, teniendo en el primero el living de la casa, con la mesa familiar y el piano, como elemento central de aquel hogar. En el segundo plano vemos las habitaciones de los abuelos y la cocina. Y en un alto tercer plano, el estudio del hijo mayor, que trata de encontrar aquella letra musical salvadora. Un diseño escenográfico, que merece destacarse, por la excelencia del mismo y tan poco es habitual verlo en el teatro off.

Otro rubro a destacar es el diseño de vestuario de época de Nélida Bellomo, que caracteriza en gran forma a los personajes de la historia. Y por supuesto mencionar a Sergio Vainikoff a cargo de la música original de la pieza. Coordinando todos estos recursos actorales y técnicos aparece Rubén Pires, el director de este hermoso proyecto.






Nos gustó mucho la propuesta de Stefano, resaltar que en tiempos donde lo habitual en el teatro independiente es ver mayoría de unipersonales, es una grata sorpresa, poder ver una obra que tiene ocho actores en escena. Además hay una puesta bella y cuidada, con momentos musicales distinguidos,  rescatando la rica dramaturgia de Discépolo, que nos invita a viajar a la Buenos Aires de comienzos del siglo XIX, para revivir la epopeya de tantos inmigrantes que llegaron a la Argentina, llenos de sueños y que  tanto contribuyeron al desarrollo del país.-

Por eso solo queda recomendar la obra, van a poder disfrutar de un grotesco musical con todas las letras, una puesta plena de poesía de Rubén Pires y actuaciones que llegan al corazón del espectador. Para el final de esta reseña, comentar el prolongado aplauso de pie que recibieron los protagonistas al final de la función, de una sala colmada del Andamio 90, siendo hasta ahora la mayor ovación que vivimos a lo largo del año y este hecho sin dudas, vale más que mil palabras.


Pensador Teatral.



viernes, 8 de abril de 2022

Ella en mi Cabeza

Dramaturgia de Oscar Martínez. Dirección de Javier Daulte.






Jueves a Domingos en Teatro Metropolitan Sura ( Av. Corrientes 1343 ) 

Una renovada y atractiva versión de Ella en mi Cabeza, llega con la efectiva dirección de Javier Daulte, para esta obra escrita por Oscar Martínez, al que todos conocemos por ser uno de los actores más reconocidos de nuestro medio, con grandes éxitos en la televisión, en cine y en teatro. Pero no todos conocen, la faceta de Oscar como dramaturgo. Pero sí, escribió varias obras teatrales, siendo esta pieza que nos convoca, su primera obra como autor y sin dudas una, de las que tuvo mayor repercusión.





Decimos esto porque Ella en mi Cabeza, recibió numerosos galardones, entre ellos el premio ACE a la mejor obra nacional y 5 premios Estrella de Mar, siendo una de las obras teatrales argentinas más representadas en el extranjero, con muy buen suceso en España, México y Uruguay. Su estreno fue en 2005 en el Paseo La Plaza, con un elenco compuesto por Julio Chávez, Soledad Villamil y Juan Leyrado. La pieza vuelve a escena diecisiete año después y Leyrado vuelve a integrar el elenco, un verdadero dato de color.

Y cual es la fórmula, para que pese a los años transcurridos, la obra mantenga su vigencia  ?? Indudablemente el texto está muy bien escrito, es atemporal y pone el foco en los conflictos de la vida conyugal, logrando de manera muy clara, que los espectadores reconozcan las situaciones que aparecen en el relato y se identifiquen con los protagonistas.

La trama de esta comedia dramática, gira en torno a la obsesión que tiene Adrián ( Joaquín Furriel ) con su mujer Laura ( Florencia Raggi ), ella aparece de manera permanente en sus pensamientos y desde su óptica, es la culpable de todo lo que le sucede, lo bueno y lo malo, teniendo sentimientos contradictorios que lo atraviesan, ya que luego de diez años viviendo juntos, siente que quiere cortar la relación, pero al mismo tiempo, se dice a si mismo, que no podría vivir sin ella.






Para tratar de abordar este conflicto que reside en su mente y que lo atormenta, buscará la ayuda de Klimovsky ( Juan Leyrado ) , su sagaz terapeuta, que luchará para que Adrián pueda mirar hacia su interior y desentrañar las verdaderas razones, por la que proyecta en su mujer, muchas situaciones que en verdad están relacionadas con comportamientos propios y hasta allí vamos a contar para no quitar sorpresa a una trama, que navega con mucha habilidad entre lo real y lo imaginario.

Se ha elegido un excelente para esta versión que se presenta en el Metropolitan Sura. Quien lleva el peso del relato es Joaquín Furriel, con una estupenda composición de un personaje que no es sencillo de llevar adelante. Manejando muy bien los diferentes estados de ánimo de su conflictuado personaje y mostrando una muy buena veta humorística, que los espectadores festejan.

Florencia Raggi, es una compañera de lujo, destacando en esos intercambios verbales filosos que tiene con su esposo. Luce esplendida, con una sonrisa contagiosa, aportando frescura y distinción a la puesta. Nos gustó mucho el trabajo de Florencia. Y para el final dejamos a Juan Leyrado, que retoma su personaje, pasados diecisiete años, mostrando su vigencia y una presencia escénica que se mantiene intacta.






La trama fluye en todo momento y aquí hay gran responsabilidad de Javier Daulte, uno de los directores más exitosos de la actualidad, que logra darle ritmo y dinámica a un relato, que a partir de lo que sucede en la cabeza del protagonista, irá construyendo dos realidades paralelas.

De la puesta, debemos especialmente el diseño escenográfico de Julieta Kompel, que divide el escenario en tres partes, con ese centro dominado por la cama matrimonial y dos estructuras móviles en los laterales, que irán rotando y variando su apariencia, de acuerdo al momento del relato.






En definitiva, una muy buena oportunidad de reencontrarse con este texto de Oscar Martínez o verlo por primera vez, en esta dinámica y moderna versión, que nos habla de vínculos conyugales y como muchas veces, algunos de los problemas que aparecen, son fruto de nuestra imaginación, celos o inseguridades, que proyectamos en el otro, generándose un círculo vicioso, del que luego cuesta escapar.

Los invitamos a ver Ella en mi Cabeza, además de disfrutar de las actuaciones, comprobarán la vigencia de un texto, con el cual el espectador seguramente se identificará. Una muy buena propuesta, para reír, reflexionar y ayudar a que desaparezcan de nuestra mente esas telarañas que en ocasiones pueden interferir nuestros pensamientos y nos angustian tanto.


Pensador Teatral.